por Jordi Pigem
08 Mayo 2025

del Sitio Web BrownstoneEsp


 

 

 



Resulta que,

en su ignorancia del acontecer histórico,

la arrogancia tecnócrata

escinde la historia humana en dos periodos;

no ya a.C. y d.C., sino

la "era analógica" y la "era digital"...




El 29 de abril por la tarde, la edición digital de El País incluía un titular (ahí no suelo mirar más que los titulares) que rezaba:

"España regresa del estupor del apagón y abandona la era analógica en busca de la normalidad".

El titular sugiere que ese día, al regresar del "estupor del apagón",

España entró en una nueva era, abandonando (definitivamente, se entiende) la llamada "era analógica" para sumergirse en la transformación digital, que por supuesto es la (nueva) normalidad.

Algo sé de la historia humana, pero no había oído hablar de una "era analógica".

 

Según la RAE lo analógico es,

un modo de presentar o transmitir información ("termómetro analógico" y "televisión analógica" son los dos ejemplos que da el diccionario), y cualquiera que conserve un mínimo de alma sabe que la vida humana y la historia no se reducen a 'transmitir información'...

Si este artículo vale algo, será porque hace mucho más que presentar o transmitir información.

 

La transmisión de información caracteriza a ciertas máquinas y comportamientos mecánicos, pero no caracteriza a las personas (mientras sigan siendo personas y no autómatas).

Hoy lo que más se valora es la información y, todavía más, los datos (totalismo cibernético, lo llama Jaron Lanier).

Pero los datos no son más que sombras, huérfanas de contexto.

Cuando integramos datos de manera coherente, tenemos información.

 

Cuando integramos diferentes tipos de información y los ponemos en su contexto, tenemos conocimiento.

 

Cuando integramos diferentes tipos de conocimiento, tenemos sabiduría...

Pero de sabiduría hoy ya no se habla...

 

Solo interesa lo que está al nivel de las máquinas:

¡los datos...!

Así dejamos que avance la digitalización, la robotización y la Invasión Algorítmica.

 

Resulta que, en su ignorancia del acontecer histórico, la arrogancia tecnócrata,

escinde la historia humana en dos periodos, no ya a.C. y d.C., sino en,

  • la "era analógica" (el conjunto de la historia humana, desde antes de Buda y Moisés hasta Einstein y los Beatles)

  • la "era digital" (la distopía huxleyana-orwelliana que se nos vende como 'progreso'...)

Hoy se habla por ejemplo de "ilustración analógica" para referirse a ilustración de toda la vida, desde la cueva de Chauvet, pasando por el Renacimiento y hasta hace cuatro días.

 

Tecleo en Google "era analógica" y suelta lo que genera su IA:

La "era analógica" se refiere al período previo a la adopción generalizada de la tecnología digital.

 

En contraste con la era digital, donde los datos se almacenan y transmiten electrónicamente, la era analógica se caracterizaba por soportes físicos como libros, discos de vinilo […].

Así, según la arrogancia tecnócrata imperante, los libros son 'cosa del pasado' (nótese el presente aplicado a la "era digital" y el pasado aplicado a la "analógica").

 

Y sin embargo, la inmensa mayoría de los que aprendemos leyendo nos sumergimos mucho mejor en el mundo de un libro cuando leemos en papel (hace pocas décadas se proclamaba, vanamente que los libros estaban condenados).

 

En lo que respecta a los discos de vinilo, en realidad están volviendo (en Estados Unidos sus ventas crecen más que las de otros formatos de música) porque ofrecen una calidad de sonido mejor que la de los CD y de la música en streaming.

 

Caracterizar el conjunto de la historia humana, con todas sus épocas, culturas, corrientes y matices, como "era analógica", solo puede hacerse desde la fe irracional en que todo (todo: el euro, la identidad, la vida…) se ha de digitalizar porque supuestamente eso nos lleva a un mundo mejor...

 

Este reescribir la historia solo puede hacerse desde la arrogancia de creer que somos mejores que todos los hombres y mujeres que nos han precedido.

¿Acaso las sociedades sin electricidad son menos humanas que las adictas a las pantallas?

Quienes proclaman el abandono de la era analógica,

¿se creen mejores que Jesús, Hipatia, Leonardo o toda la humanidad extraordinaria que nunca vio un teléfono, una pantalla o un enchufe?

La transformación digital conlleva una erosión de lo que han sido las reglas del juego de la existencia humana desde el principio de los tiempos:

desplaza las formas propiamente humanas de hablar, de hacer, de estar y de ser, y las sustituye por su contrapartida robótica o tecnocrática...

Impone de manera encubierta un totalitarismo tecnocrático en que las personas somos,

  • más controlables

  • más manipulables

  • más vulnerables

  • menos autónomas...

Sería absurdo decir que, durante el apagón, uno fue a dar un "paseo analógico" o fue a la playa a darse un "chapuzón analógico".

Chapuza cognitiva es la proclamación tecnólatra del final de la "era analógica".

Dada la falta de estabilidad de la red eléctrica y la codicia de las compañías que pescan en sus aguas (dos de las causas claras del apagón del 28 de abril), no hay manera de garantizar que el suministro eléctrico va a estar ahí a nuestra disposición en todo momento.

 

En un artículo reciente en The Guardian, un experto británico declaraba que los apagones "pueden suceder en cualquier lugar":

A pesar de los altos niveles de fiabilidad actuales, pueden producirse apagones de baja probabilidad pero de gran impacto.

 

Las redes no están diseñadas para que no se produzcan apagones, porque alcanzar ese nivel de fiabilidad exigiría inversiones muy superiores a las económicamente viables.

 

¿Qué sentido tiene sumergirse en la "transformación digital" y hacernos cada vez más dependientes de la electricidad, cuándo no podemos garantizar efectivamente su suministro?

Bienvenidos al mundo 'real' (no "analógico")...