
por
Lautaro Rivara
05 Septiembre 2025
del Sitio Web
TodosLosPuentes

El
despliegue de una flota de guerra
y el
presunto ataque a
una
embarcación narcotraficante…
¿Tambores
de guerra en el Caribe
o nuevo
bluff de la administración Trump?
El Caribe - Eterno Campo de
Disputa
Si atendemos al notable despliegue marítimo y a los rimbombantes
anuncios oficiales, podría creerse - erróneamente - que la
militarización del Mar Caribe por parte de los Estados Unidos
comenzó hace pocos días.
Sin embargo, ya desde fines del siglo XX e
inicios del XXI asistimos a un reposicionamiento del gran hegemón
estadounidense en lo que siempre consideró una suerte de "mar
interior", una gran y fluida "tercer frontera".
El Caribe siempre fue eso que el excepcional
intelectual y líder político dominicano
Juan Bosch supo llamar la
"frontera imperial", es decir el epicentro de la temprana
mundialización del capitalismo en los siglos XVI y XVII, y uno de
los territorios de más encarnizada disputa entre diferentes
proyectos anticoloniales y coloniales, en concreto los de,
-
España
-
Francia
-
Inglaterra
-
Países Bajos
-
Estados Unidos,
...y otras metrópolis menores.
No en vano muchas de las grandes revoluciones del hemisferio fueron
en sentido estricto revoluciones gran-caribeñas, desde la haitiana
hasta la cubana, desde la sandinista hasta la bolivariana.
No casualmente algunos de los más grandes grandes
pensadores de la mundialización, la descolonización y la dependencia
fueron también caribeños, desde el propio Bosch hasta el trinitense
Oliver Cox, desde el guyanés
Walter Rodney hasta la teoría
caribeña de la dependencia.
No por nada el internacionalismo del hemisferio
lleva el sello inconfundible del Caribe, desde el antiesclavismo
militante de los revolucionarios haitianos hasta el proyecto
confederativo de Simón Bolívar, desde el internacionalismo
tercermundista de la revolución cubana hasta iniciativas que como
ALBA-TCP,
Petrocaribe y otras tantas
fueron y son conducidas por Venezuela y Cuba.
Aún hoy, cuando otros territorios y rutas comerciales florecen y
reconcentran los circuitos globales del capital - como en el
Indopacífico - la Cuenca del Caribe,
-
sigue siendo un importante lugar de flujo
de capitales y mercancías (lícitas e ilícitas)
-
continúa operando como la "bisagra"
geográfica que articula a Sudamérica, Centroamérica,
Norteamérica y las Antillas
-
constituye el primer y más natural lugar
de "repliegue" de un imperio que no ha dejado de perder
posiciones económicas, diplomáticas y geoestratégicas en
todo el planeta
No es exagerado afirmar que la última y actual
transición hegemónica,
dentro de ella ni más ni menos que el
estatuto futuro de la potencia rectora del
sistema capitalista desde la
segunda posguerra europea,
...se jugará en las huracanadas aguas caribeñas,
de la misma manera que allí se desarrolló la primera mundialización
del capital, cuando en el siglo XV tres pequeñas embarcaciones
llegaron al "Nuevo Mundo" atravesando el Mar de los Sargazos.
Mutaciones de la Intervención
Desde la disolución de la extinta Unión Soviética hasta la
declaración de la "guerra
contra el terror" de
George W. Bush el
intervencionismo no ha cesado, pero sí cambiaron sus objetivos, sus
mecanismos, sus actores y sus narrativas privilegiadas:
-
del anticomunismo al combate al
"terrorismo"
-
de la Escuela de las Américas a la
judicialización de la política
-
del desembarco de marines y el
lanzamiento de paracaidistas (como en Granada o Panamá) a
los golpes "blandos"
-
de la intervención militar directa al
"intervencionismo humanitario",
...bastante agua ha corrido bajo el puente.
Mucho antes de la movilización de,
-
un crucero
-
algunos destructores
-
un submarino de propulsión nuclear
-
varios helicópteros
-
aviones de reconocimiento
-
vehículos anfibios
-
cientos de misiles
-
4.500 marines en el Caribe sur,
desplegados por iniciativa del presidente
Donald Trump, podemos rastrear
una serie de procesos incrementales en lo que refiere a la
militarización del espacio caribeño.
Bastaría hoy con geo-referenciar algunas de las más prominentes
bases militares (desde las instalaciones oficiales hasta las bases
nominalmente soberanas que tienen personal estadounidense desplegado
de forma permanente) para tomar dimensión del problema de la
subregión.
Si ubicamos en el mapa infraestructuras militares
como,
-
las de la Península de Florida
-
las Islas Vírgenes estadounidenses
-
la tristemente célebre Base de Guantánamo
en Cuba
-
las del archipiélago de Puerto Rico (aún
hoy bajo dominio colonial)
-
las de los "municipios especiales"
-
los "países autónomos" en las Antillas
neerlandesas (como Curazao y Aruba)
-
así como las numerosas bases remanentes
en Panamá y Colombia (algunas tan próximas a la frontera
venezolana como las de la Guajira o Caño Limón),
...podremos tomar noción del "cerco" que se
tiende de forma amenazante sobre la República Bolivariana.
Cerco que, por supuesto, se ha debilitado con la llegada al poder de
los gobiernos progresistas de
Gustavo Petro en Colombia y
Lula da Silva en Brasil, lo que
ha permitido distender fronteras otrora candentes que se extienden,
de forma respectiva, a lo largo de 2.219 y 2.199 kilómetros de
largo.
Sin embargo, el hegemón norteamericano
parece buscar ahora desestabilizar otras fronteras, por ejemplo en
la región en reclamación del Esequibo, bajo administración de
Guyana.
De hecho, en abril del año pasado
Nicolás Maduro denunció la
instalación de infraestructura militar estadounidense en la antigua
colonia británica, en donde destacan los intereses de la
ExxonMobil, principal productora y operadora hidrocarburífera
del país, que descubrió en 2015 importantes yacimientos estimados en
más de 11 mil millones de barriles de crudo.
La misma imagen del cerco se dibuja si mapeamos los
numerosos y recurrentes ejercicios militares realizados en la
subregión en lo que va del siglo:
una mancha de aceite ocupa casi todo el
territorio de la cuenca, con la excepción obvia de Venezuela y
Cuba.
El pasado domingo, sin ir más lejos, la 22°
Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina inicio operaciones
aéreas y anfibias en Puerto Rico.
Pero no se trata tan sólo de los Estados Unidos,
sino también de sus potencias aliadas, que operan sin embargo con
algo más de discreción.
Hace apenas nueve meses, por ejemplo,
Francia realizó en Martinica el ejercicio
militar combinado más importante de la historia de las Antillas
francesas, conocido como "Mediana-24".
Lo mismo sucede si señalamos en el tiempo algunos
hitos de nuestro siglo:
-
la refuncionalización de Guantánamo en
2001 como "centro de detención para terroristas"
-
el golpe de Estado en Haití en 2004 y el
desembarco de la MINUSTAH
-
la firma de la Alianza para la Seguridad
y la Prosperidad de América del norte (ASPAN) en 2005
-
el comienzo de la Iniciativa Mérida (o
Plan México) en 2007
-
la reactivación de la Cuarta Flota del
Comando Sur en 2008
-
el golpe de Estado en Honduras en 2009
-
la Iniciativa de Seguridad para la Cuenca
del Caribe, firmada en 2010 entre Estados Unidos y una
docena de naciones caribeñas, sobre todo del Caribe
anglófono,
...y tantos otros.
¿Preparativos de Guerra o Bluff
trumpista?
Con estos antecedentes podemos responder mejor a las numerosas
preguntas que suscita la última oleada de militarización y las
amenazas declaradas contra Venezuela y (algo más veladas) contra
otros gobiernos adversarios a la geopolítica imperial.
¿Se trata de preparativos genuinos y
realistas para la guerra o de una de las operaciones
psicológicas más costosas de la historia?
Creemos que esta iniciativa cumple al menos cinco
objetivos.
-
En primer lugar, prepara y
normaliza operaciones intervencionistas de alto calibre como
las de Granada en 1983 y Panamá en 1989, que podrían volver
a concretarse en el futuro, contra Venezuela o contra
cualquier otro país no alineado.
Algo que ya hace parte explícita de la
narrativa imperial desde la amenaza de bombardear a los
cárteles de la droga en territorio soberano mexicano, desde
el descubrimiento del fantasmagórico "Cártel de los Soles"
que Maduro presidiría desde el mismísimo Palacio de
Miraflores, o desde la sincera propuesta de Trump de cambiar
el nombre del Departamento de Defensa por el de Departamento
de Guerra.
Llama la atención que, pese a que la
coartada esgrimida sea el tráfico de estupefacientes, se
preste escasa o nula atención al flujo del Pacífico, mucho
más importante que el tráfico caribeño según los informes de
la propia DEA y de las Naciones Unidas.
Quizás esto se relaciona a que países que
son grandes productores como Perú, o importantes zonas de
tránsito como Ecuador, están gobernados en la actualidad por
figuras totalmente alineadas a los Estados Unidos.
-
En segundo lugar, y de manera
evidente, se busca presionar a la República Bolivariana, dar
bríos a la alicaída oposición interna e inducir la fractura
de la unidad cívico-militar en general, y de la cadena de
mando de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en
particular, algo que Estados Unidos no logró ni con las
llamadas "guarimbas" de 2014 y 2017, ni con la llamada
"Batalla de los Puentes" en la frontera colombo-venezolana
en 2019, ni con las incursiones paramilitares como la
Operación Gedeón en 2020.
Demasiado grande para perseguir y
destruir pequeñas embarcaciones narcotraficantes, pero
demasiado pequeña para invadir un país fuertemente armado,
con transferencia tecnológica directa de grandes potencias
militares como Rusia y capaz de desplegar hasta 4 millones y
medio de milicianos:
esa es la principal paradoja de la
costosísima operación militar norteamericana.
Como anunció en agosto el subsecretario
de Estado Christopher Landau, Estados Unidos
producirá,
"acciones que enviarán mensajes, pero
en última instancia el pueblo venezolano tiene que
levantarse y reclamar su propia libertad".
-
En tercer lugar, se propone
contener con distractivos y chivos expiatorios el inestable
frente interno.
La popularidad de Trump, mellada
por las masivas redadas antimigrantes y la rebelión
californiana, pero también por el aumento de la inflación y
la desaceleración del crecimiento, le insta a producir
soluciones rápidas y golpes de efecto que contengan una
posible fuga de votos frente a las elecciones de medio
término que se realizarán en noviembre de 2026, en las que
se juega la propia gobernabilidad parlamentaria.
Como se sabe, en los Estados Unidos nada
disciplina tanto a la opinión pública desencantada como una
buena guerra librada lejos de casa contra enemigos
imaginarios.
-
En cuarto lugar, la operación
busca reasegurar y fidelizar a países aliados que podrían
operar como cabezas de playa en un eventual recrudecimiento
de las hostilidades contra Venezuela y otras naciones.
Vale la pena señalar que los avances
(aunque discretos) en las negociaciones que podrían poner
fin al
conflicto entre Rusia, Ucrania y la
OTAN añaden presiones eventuales sobre la
República Bolivariana, que se benefició de manera indirecta
de la inestabilidad de los flujos hidrocarburíferos rusos y
del aumento del precio del petróleo que produjo el inicio de
las hostilidades en 2022.
La visita de Rubio a Ecuador, los
acuerdos de militarización con
Noboa y
Boluarte, o el hecho de
que Luis Abinader en República Dominicana haya
designado al "Cártel de los Soles" como "organización
terrorista" hace parte de esta misma trama.
-
En quinto lugar, y a tono con la
antigua y nunca perimida Doctrina Monroe-Adams, el
despliegue busca reasegurar a América Latina, y sobre todo
al Caribe, como un "área de exclusión imperial", advirtiendo
a potencias rivales sobre el costo de intervenir en un
espacio considerado como una zona de seguridad estratégica y
como un reservorio seguro y cercano de mercados y bienes
comunes.
La presión sobre Panamá para abandonar la
Iniciativa de
la Franja y de la Ruta y el
memorando de entendimiento firmado con el gobierno de
José Raúl Mulino para remilitarizar el Canal de Panamá
ya anticipaba, hace pocos meses, este tipo de
intencionalidades.
Como sea, el ataque a una lancha rápida que
presuntamente provenía de Venezuela,
-
que presuntamente pertenecía al Tren
de Aragua
-
que presuntamente transportaba cocaína
hacia los Estados Unidos
-
que presuntamente fue abatida en un
momento, en unas coordenadas y con medios no especificados
(y cuyo video numerosos especialistas señalan que fue creado
con Inteligencia Artificial),
...es una postal elocuente del momento
geopolítico y de la confusión imperial...
Mientras China conmemoraba el 80 aniversario de
la victoria sobre Japón con un impresionante desfile militar, con
Xi Jinping rodeado de 26 mandatarios de todo el mundo, y
presentando en sociedad sus últimos avances armamentísticos,
Trump y Rubio celebraban la victoria pírrica de haber
destruido una pequeña lancha con toda una flota de guerra como si
del desembarco en Normandía se tratase.
Si la operación fue real, se salta todos los procedimientos de
interceptación, viola gravemente el derecho internacional, evidencia
una total desproporcionalidad en el uso de la fuerza y sobre todo
carece de toda eficacia real en el combate a las economías ilícitas,
insistiendo en poner el foco,
-
en pequeñas operaciones de tráfico y no
en los grandes intermediarios
-
en los mecanismos de distribución que
operan en los propios Estados Unidos
-
en los problemas de salud pública
asociados al consumo masivo de estupefacientes en una
sociedad fracturada
-
en los meandros financieros que permiten
el lavado de activos...
Si se trató en cambio de
una PsyOp, estaríamos frente a un
caso igual de grave de fabricación de evidencia militar, de
manipulación de la opinión pública a través de una deep fake
y de su difusión masiva a nivel de las más altas esferas
gubernamentales, incluyendo al propio presidente y a su Secretario
de Estado.
Si atendemos a casos como los de,
-
el acorazado Maine en 1898
-
el incidente del Golfo de Tonkín en 1964
-
las "armas de destrucción masiva" de
Irak,
...no se trataría de algo que carezca de
antecedentes en la narrativa imperial del viejo
hegemón...
Información Adicional
La Campaña
Antidroga de EE.UU.
"Una Excusa para hacerse con el
Control del Petróleo Venezolano"
28 Agosto 2025
del Sitio Web
NoticiasLatam

El USS Bataan (LHD-5),
un buque de
asalto estadounidense.
Sputnik
Mundo, 1920, 28.08.2025
© AP Photo
Mass
Communication Specialist 2nd Class
Danilo
Reynoso
La campaña antidrogas de EE.UU. es solo un pretexto para
controlar el petróleo de Venezuela y apartarla de China y
Rusia, subraya a Sputnik el ex-analista de la CIA
Larry Johnson.
Agrega que la posible acción militar contra
Caracas responde al enojo de Washington por haber perdido
el control sobre el país sudamericano.
"Se trata de un pretexto para reutilizar
la campaña antidroga como excusa para hacerse con el control
del petróleo venezolano.
Y probablemente también para excluir
cualquier influencia de China o Rusia en esa nación", señala
el analista estadounidense.
En este contexto, recuerda que Venezuela
desplegó 15.000 soldados en la frontera con Colombia para
combatir el narcotráfico, en respuesta a la presencia militar
estadounidense, incluidos buques de guerra, en la región.
"El hecho es que Venezuela no produce
cocaína. Eso se hace en Colombia.
Los principales carteles, como el cartel
de Cali, por ejemplo, están en Colombia", apunta, al
subrayar, que el argumento estadounidense carece de solidez.
La posible acción militar contra Venezuela
está motivada por la ira de EE.UU. por haber perdido el control
de este país, sostiene Johnson.
"Creo que esto es un paso muy equivocado,
pero refleja la ira de EE.UU.. Esto se remonta a casi 30
años, por haber perdido el control de Venezuela.
Porque hubo un tiempo en que los líderes
de Venezuela eran agentes pagados de la CIA",
concluyó.
Asimismo, añade que parece haber una gran
probabilidad de que el país norteamericano emprenda algún tipo
de acción militar contra Venezuela.
"EE.UU. se encontraría en posición de
matar civiles bajo el pretexto de estar combatiendo a los
narcotraficantes", destacó.
Y expresó que, si lo hace,
"será desastroso"...
|