por Alfredo Jalife Rahme
Así como toda la fauna del partido Demócrata - los Clinton (Bill y su esposa Hillary) y la dupla Obama / Biden - cometió el grave error geoestratégico de empujar a China a brazos de Rusia, hoy Estados Unidos, en un grave error de cálculo, mandó a India a brazos de China y no a los de Rusia, donde ya se encontraba.
La profunda relación de la ex URSS o Rusia con India es añeja:
En Tianjin, la relación de Moscú con Delhi se consolida, pero la real asombrosa noticia es el acercamiento de Modi con su homólogo chino, Xi, que ya le quitó el sueño a todos los proyectos balcanizadores de la anglosfera.
De los cuatro grandes del planeta, desde el punto de vista geo-económico, medido por el poder adquisitivo (purchasing power parity),
El RIC, con 27 años de existencia, aceleró su dinámica de implementación en relación inversa a la decadencia, más que de Estados Unidos, de la Unión Europea y Gran Bretaña, cuando el grupo del BRICS+ - apéndice del de Shangai, conglomerado militar y de seguridad - superó al agonizante G-7.
Muchos factores secuenciales orillaron a India, en la etapa del gobierno integrista hinduista del partido Bharatiya Janata a optar finalmente por el grupo de Shangai y a consolidarse en el seno del BRICS+.
Se ha abultado en demasía que las tarifas salvajes de Trump, que castigaron con 50 por ciento a India, fueron el detonante de la decisión geoestratégica de India por adherirse al proyecto multipolar del Sur Global.
Ya van varios años en los que la anglósfera presiona a India - curiosamente en Canadá, feudo de la monarquía británica, donde se inició,
...que tenían la intención aviesa y traviesa de obligar a Delhi a formar parte del esquema antagónico a China, más que a Rusia, con el hoy enterrado QUAD (Cuadrilátero de EE.UU./India/Japón/Australia).
Dos reflejos dramáticos de la angustia de Occidente son las reacciones del Olimpo globalista:
El delirio del economista británico O'Neill, ex mandamás de Goldman Sachs, alcanza niveles alarmantes cuando alucina que,
El polémico Sullivan, fustigó en forma muy banal a Trump de haber cometido "un inmenso daño geoestratégico" al haber jerarquizado los intereses de negocios - tratos con bitcoins y acuerdos comerciales bajo la mesa - de su familia con Pakistán (¡!), en lugar de fortalecer lazos con India cuando la relación Washington-Nueva Delhi estaba diseñada para contrarrestar a China.
Cuando su conducción de la "seguridad nacional" dejó mucho que desear, Sullivan instigó el fake Russiagate y su rusofobia estuvo a punto de llevar a una tercera guerra mundial..
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