por J.B. Shurk

01 Marzo 2023

del Sitio Web GatestoneInstitute

traducción de SOTT

01 Marzo 2023

del Sitio Web SOTT

Versión original en ingles

 

 

 

 

El fundador y presidente ejecutivo del FEM,

Klaus Schwab,

en Davos el 23 de mayo de 2022

© Fabrice Coffrini/AFP via Getty Images

 


La misión del Foro Económico Mundial (FEM)

es extraordinariamente sencilla:

las mejores y más inteligentes personas del mundo

deberían gobernar a todos los demás...

 

 

 

En el lenguaje del FEM, sus programas de supervisión total y modificación del comportamiento crearán un futuro "sostenible" para la humanidad.

 

Los seres humanos se convierten en nada más que "cosas" que hay que contar, barajar, categorizar, etiquetar, supervisar, manipular y controlar. Se convierten en meros engranajes de la gran máquina transhumanista y tecnocrática del FEM.

Cuando Sir Tomás Moro escribió su sátira sociopolítica sobre una sociedad ficticia en una isla del Nuevo Mundo, le dio el nombre inventado de Utopía, derivado del griego simple y que significa "ningún lugar".

 

Aunque Moro decía con humor a su público que su comunidad idealizada no existía en ninguna parte, siglos de planificadores centrales persiguiendo la fantasía de las sociedades utópicas no han entendido el chiste.

 

Peor aún, por cada comunidad religiosa pacífica que busca separarse de la civilización moderna, hay un tirano sediento de poder que intenta imponer su voluntad a todos los demás.

Parece que no pasa una generación sin que algún megalómano se levante para proclamar:

"Si tan sólo el mundo hace exactamente lo que yo exijo, les entregaré el paraíso aquí en la Tierra".

Normalmente, estos mismos narcisistas pasan a la historia recordados como bufones vanidosos o tiranos sanguinarios, a menudo ambas cosas.

Hoy, Klaus Schwab se alza como líder del Foro Económico Mundial (FEM) para prometer un "Gran Reinicio" para la raza humana.

 

Concibe una futura Utopía conseguida mediante la precisión tecnológica, la gestión centralizada de los recursos de la Tierra, la cuidadosa observación de los ciudadanos, la fusión de la inteligencia humana y la artificial, y la monopolización del poder gubernamental por parte de una pequeña clase profesional de reconocida experiencia.

 

Aunque el FEM se ha pasado los últimos 50 años organizando conferencias, publicando propuestas políticas y poniendo en contacto a los líderes mundiales de la industria, la banca, la tecnología de la información, la recopilación de inteligencia, la estrategia militar y la política, el objetivo de su misión es notablemente simple:

las personas más inteligentes y mejores del mundo deberían gobernar a todas las demás...

Al margen de todas sus pretensiones de "salvar al mundo" del crecimiento descontrolado de la población y del apocalipsis climático, el FEM no es nada nuevo.

 

Sus fundamentos existen al menos desde los tiempos de Platón, cuando hace dos milenios y medio el filósofo griego propuso que la ciudad-estado ideal estaría gobernada por "reyes filósofos".

 

Del mismo modo que Platón estudió el mundo y concluyó, como era de esperar, que las personas de su misma vocación deberían lógicamente gobernar a todos los demás, las "élites" mundiales del Foro Económico Mundial han llegado a una determinación sorprendentemente similar.

 

Lejos de proponer algo progresista o moderno, Schwab y sus acólitos siguen los pasos de un griego antiguo.

 

Durante medio siglo, los miembros del FEM han estado en una búsqueda para diseñar el gobierno mundial perfecto sin ninguna opinión de las poblaciones votantes de las naciones occidentales, y para sorpresa de nadie,

los mismos "reyes filósofos" se han nominado a sí mismos para gobernar.

Qué conveniente...

Como ocurre con casi todas las visiones de la utopía, el Nuevo Orden Mundial del FEM estará notablemente centralizado.

Los "expertos" en cambio climático determinarán qué tipos de energía pueden utilizar las empresas y los consumidores.

 

Los "expertos" en sostenibilidad determinarán qué alimentos pueden comer los seres humanos (al menos los que no pertenezcan a la "élite").

 

Los "expertos" en desinformación determinarán qué tipo de noticias y qué lado del debate puede conocerse y promoverse.

 

Los "expertos" en sanidad determinarán,

  • cuántas veces deben inyectarse a cada ciudadano con cada vez más nuevas "vacunas"

  • si los ciudadanos deben permanecer encerrados "por su propio bien"

  • si deben llevar mascarillas para demostrar que siguen cumpliendo las normas

Los "expertos" en extremismo determinarán qué tipos de discurso son "perjudiciales".

 

Los "expertos" en racismo determinarán qué grupos de la sociedad tienen "privilegios" injustos.

 

Los "expertos" en desigualdad determinarán a quién hay que quitar la propiedad y a qué grupos debe recompensar el Estado.

 

Los "expertos" en cualquier cosa que el Estado requiera determinarán que el Estado está actuando razonablemente en cada paso del camino.

Sin embargo, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, los derechos individuales y otras libertades personales significarán poco en un futuro construido por el FEM y basado en la experiencia aprobada por los filósofos-reyes.

 

En ningún momento puede permitirse que las necesidades, deseos o preocupaciones de un individuo obstruyan el "bien mayor".

 

Esta es la monótona visión de la Utopía de Schwab...

Si él y el clan de la FEM lo consiguen, lo harán utilizando la tecnología para debilitar, más que para potenciar, a la raza humana.

La gente ya se ha familiarizado con las nuevas condiciones de su futura esclavitud.

Las monedas digitales de los bancos centrales permitirán a los gobiernos no sólo rastrear los ingresos de cada ciudadano y su historial de compras en tiempo real, sino también limitar lo que una persona puede gastar en función de la puntuación de crédito social determinada por el gobierno, las infracciones percibidas del "bien común" o tal vez la posesión injusta de "privilegios sistémicos".

 

Los pasaportes de vacunación digitales no sólo proporcionarán un seguimiento universal de los movimientos de cada persona, sino que también garantizarán el cumplimiento a rajatabla de las futuras órdenes obligatorias durante las "emergencias sanitarias" declaradas.

 

Las huellas de carbono personales que miden la "culpabilidad" de cada individuo en el llamado cambio climático provocado por el hombre tendrán el efecto de registrar todo lo que una persona come y todos los lugares a los que va, al tiempo que "empujan" constantemente a cada ciudadano con recompensas o castigos digitales para que modifique su comportamiento hacia los estándares preferidos por el gobierno.

Huelga decir que cuando un gobierno posee poderes tan omnipotentes,

  • las invasiones de la privacidad no harán más que aumentar

  • las "emergencias sanitarias" declaradas serán cada vez más numerosas

  • los "empujones" gubernamentales cada vez más intrusivos...

Si esto suena más distópico que utópico y se parece a una prisión no deseada supervisada por agentes gubernamentales que no rinden cuentas, eso es precisamente lo que es...

 

Los fanáticos del FEM ya ni siquiera ocultan sus intenciones, llegando incluso a impulsar la construcción de "Ciudades Inteligentes" o "Ciudades de Quince Minutos" en las que decenas de millones de personas puedan ser reubicadas, cohabitar en pequeños complejos de apartamentos y moverse por un laberinto constante de entradas y salidas a las que se accede únicamente mediante la verificación y aprobación de una identificación digital.

 

En esencia, el objetivo es crear un panóptico digital que implemente todos los programas de vigilancia anteriores, para proporcionar a los futuros gobernantes un control absoluto, mientras se deja a todos los demás en un estado permanente de dócil encarcelamiento.

 

En la jerga del FEM,

estos esquemas de supervisión total y modificación del comportamiento crearán un futuro "sostenible" para la humanidad.

No cabe duda de que los guardianes de las prisiones piensan prácticamente lo mismo cuando los reclusos permanecen tras las rejas en hileras de jaulas protegidas.

 

La diferencia es que en la Utopía del FEM no es necesario cometer ningún delito para obtener las injustas "recompensas" de Schwab.

Ahora bien, si los occidentales se dieran cuenta de lo que se les viene encima, podrían entrar en apoplejía y resistirse al Nuevo Orden Mundial del FEM.

 

Por esta misma razón, la guerra más importante que se libra hoy en día es una que nunca se discute abiertamente en la prensa:

la guerra encubierta por la información...

Cuando se permita a la gente debatir abiertamente sus ideas en la plaza pública (incluida la plaza digital de las redes sociales y las páginas Web libres de las prohibiciones de los motores de búsqueda), ese "libre mercado de ideas" irá donde la gente que debata esas ideas las lleve.

 

Para que las "narrativas" del gobierno no sólo sobrevivan, sino que dominen toda opinión disidente, las plataformas aliadas del gobierno deben inclinar la balanza de la libertad de expresión a su favor ridiculizando, censurando o directamente criminalizando los pensamientos y las palabras de las mentes disidentes.

 

En cualquier otro mercado, esta interferencia intencionada se consideraría una colusión anticompetitiva que violaría las leyes antimonopolio, pero como los acólitos del Foro Económico Mundial tratan la libertad de expresión de la competencia como "desinformación" peligrosa, el "libre mercado de ideas" se ha transformado en un "espacio seguro" controlado para los amigos del gobierno.

¿Qué ocurre cuando la ambivalencia del gobierno respecto a la libertad de expresión se combina con la fuerza tecnocrática amoral que está detrás de los planes del FEM para la Utopía global?

 

Bueno, como Herr Schwab proclamó recientemente en la Cumbre Mundial de Gobierno en Dubai al hablar de inteligencia artificial (IA), chatbots e identidades digitales:

"Quien domine esas tecnologías - de alguna manera - será el amo del mundo".

(Después de esto, ¿es el gobierno global todavía considerado una "teoría de la conspiración"?)

 

Si el FEM controla el mundo digital, entonces esencialmente controlará a la gente.

 

Lo que una vez fue ciencia ficción, los tecnócratas del FEM tienen incluso un plan para "hackear" las mentes de los empleados mediante la monitorización y decodificación de sus ondas cerebrales.

Google está embarcado en este tipo de control del pensamiento:

ha declarado su intención de ampliar un programa de "pre-bunking" destinado a "inmunizar" a la gente contra lo que Google considera "propaganda" o "desinformación", adoctrinando a los desprevenidos usuarios de Internet con la propaganda propia aunque aprobada de Google.

Al manipular a los usuarios de Google sin su conocimiento, el gigante de los motores de búsqueda puede ahuyentar las ideas de la competencia: ¡brillante!

El fundador de Microsoft, Bill Gates, opina lo mismo...

 

En una entrevista concedida al periódico alemán Handelsblatt, el autodenominado 'experto en vacunas' sostiene que las tecnologías de IA deberían utilizarse como potentes herramientas para combatir la "desinformación digital" y la "polarización política".

 

Esto llega tras el reciente descubrimiento de que Microsoft ya ha estado utilizando un think tank británico, Global Disinformation Index (GDI), para elaborar en secreto una lista negra de empresas de medios de comunicación conservadores en Estados Unidos e impedirles generar ingresos publicitarios.

 

¿Lo mejor...?:

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha estado financiando el trabajo de "desinformación" de GDI a través de fondos de los contribuyentes destinados a la National Endowment for Democracy y a su propio Global Engagement Center, que luego se transfieren a GDI antes de que GDI blanquee la sórdida discriminación de puntos de vista de vuelta a Microsoft y a otras empresas tras un fino velo de "objetividad".

Siguiendo el modelo del FEM de crear una asociación todopoderosa entre la industria privada y la autoridad gubernamental, Microsoft y el Departamento de Estado han descubierto la manera de socavar la disidencia haciendo que una organización tercera, GDI, etiquete todo ese discurso como "desinformación perjudicial" en su "Lista de Exclusión Dinámica".

Del mismo modo, los medios de comunicación financiados con fondos públicos de todo Occidente - incluidos Alemania, Canadá, Suiza y Bélgica - están trabajando juntos para,

"desarrollar soluciones basadas en Internet" para atacar "los comentarios de odio y el aumento de la desinformación."

¿Qué podría salir mal cuando instituciones controladas por el Estado se confabulan para controlar la difusión de la información?

 

Como testificó ante el Congreso el ex-ejecutivo de "Confianza y Seguridad" de Twitter, Yoel Roth,

"la libertad de expresión sin restricciones paradójicamente da lugar a menos expresión, no a más".

A partir de esta norma de doble lenguaje orwelliano, la clara línea que separa las protecciones a la libertad de expresión de la censura absoluta es si el orador articula puntos de vista de acuerdo con la coalición gobernante del FEM de titanes de las grandes tecnológicas y autoridades gubernamentales o no.

 

En la utopía de Schwab,

no hay lugar para la verdadera libertad de expresión...

¿Qué ocurre cuando el trabajo de censurar al público se pone enteramente en las manos digitales de la inteligencia artificial?

 

A pesar de que algunos líderes políticos han advertido que la IA podría ser una "amenaza existencial" para la humanidad, y a pesar de que pioneros de la tecnología como el ex-jefe de Google Eric Schmidt admiten que los sistemas informáticos impulsados por IA deberían considerarse tan poderosos como las armas nucleares, la carrera hacia la Utopía construida con IA avanza a toda velocidad.

 

Esto debería hacer reflexionar a cualquier persona sensata.

 

Al fin y al cabo, los prejuicios cognitivos de las "élites" de la Big Tech, como Gates, Schmidt y otros, se traducirán casi con toda seguridad en prejuicios digitales para cualquier inteligencia artificial.

ChatGPT, un programa de software de IA lanzado a finales del año pasado, ya está asustando a la gente con su evidente sesgo político.

En un caso, la IA llegó a la conclusión de que utilizar un insulto racial era peor que permitir que una ciudad fuera aniquilada por una bomba nuclear.

 

En otro, la IA justificó la supresión de los electores de Trump como necesaria para "defender la democracia" y evitar la propagación de "discursos peligrosos", al tiempo que argumentaba que "la IA no debería utilizarse para suprimir la libertad de expresión" de los partidarios de Biden.

Mientras tanto, tan pronto como algunos experimentadores obtuvieron acceso al nuevo chatbot de Microsoft potenciado por IA, el cerebro sintético comenzó a amenazar a la gente.

Estos primeros indicios preocupantes dan credibilidad a la advertencia de Schmidt de que la IA debe considerarse igual de peligrosa que las bombas nucleares...

Sin embargo, en lo que él y otras "élites" mundiales aliadas del FEM difieren de los científicos que participaron en el Proyecto Manhattan es en su deseo aparentemente urgente de volver estas impresionantes armas de IA directamente contra los pueblos occidentales.

Claramente, si el Foro Económico Mundial de Schwab pretende hacer que se abra paso una utopía impulsada por la IA en la que él pueda ser el "amo del mundo", entonces los seres humanos le resultan de poca utilidad.

 

En un sentido muy real, los seres humanos se convierten en nada más que "cosas" para ser contadas, barajadas, categorizadas, etiquetadas, monitorizadas, manipuladas y controladas.

 

Se convierten en meros engranajes de la gran máquina transhumanista y tecnocrática del FEM:

útiles durante un tiempo, quizá, pero en última instancia una carga que alimentar y albergar y, lógicamente, prescindible...

Si la inteligencia artificial puede desarrollar el pensamiento que Schwab necesita y respaldar las ideas que Schwab adora, entonces los seres humanos no son más que un estorbo.

 

Si el Foro Económico Mundial consigue su Utopía centralizada, la "cosificación" de la raza humana será un paso de gigante hacia su eventual eliminación...