por Rachel Blevins
15 Agosto 2017

del Sitio Web TheFreeThoughtProject

traducción y comentarios de El Robot Pescador
16 Agosto 2017

del Sitio Web ElRobotPescador

Versión original en ingles
 

 

 

 

 

 

 

El gobierno de los Estados Unidos lleva años presionando para aumentar la vigilancia masiva sobre la población y parece que las últimas solicitudes del Departamento de Justicia (DOJ) podría llevar a la Administración Trump, incluso más allá que a sus predecesores, ya que exige las direcciones IP de al menos 1,3 millones de personas que visitaron una Web anti-Trump.

El proveedor de alojamiento Web DreamHost, confirmó que ha estado trabajando con el Departamento de Justicia durante varios meses,

"para cumplir con el proceso legal, incluyendo un Search Warrant (orden de registro), que reclama información sobre uno de los sitios Web de sus clientes".

El proveedor afirma que está tratando de desafiar la solicitud, con el fin de garantizar la privacidad de los usuarios.

El sitio Web en cuestión es disruptj20.org, que DreamHost describió como,

"un sitio Web que organizó a los participantes de protestas políticas contra la actual administración de Estados Unidos".

 

 

 

Según el proveedor, el Departamento de Justicia ha pedido a DreamHost que proporcione toda la información disponible sobre este sitio Web, su propietario y, lo que es más importante, sus visitantes...

DreamHost señaló que además de las 1.3 millones de direcciones IP de los visitantes, las demandas del Departamento de Justicia, incluyen,

"información de contacto, contenido de correo electrónico y fotos de miles de personas, en un esfuerzo por determinar quién visitó el sitio Web".

Más de 200 personas fueron procesadas por cargos de disturbios por delitos graves en relación con las protestas de DisruptJ20 que fueron programadas alrededor de la toma de posesión del presidente Trump en Washington el 20 de enero.

Como resultado, el Departamento de Justicia reclama ahora que necesita acceso a los registros e información del sitio Web y de su propietario, junto con direcciones IP que podrían ser utilizadas para identificar al menos 1,3 millones de visitantes, sobre la base de que esos visitantes podrían ser culpables de,

"Coordinar comportamientos ilegales".

Sin embargo, DreamHost está luchando para impedirlo, pues la solicitud,

"podría ser usada para identificar a las personas que usaron el sitio Web para ejercer y expresar el discurso político protegido bajo la Primera Enmienda de la Constitución", que garantiza la libertad de expresión de los ciudadanos.

 

 

 

En una declaración legal que se opone a la solicitud, el consejero general de DreamHost, Chris Ghazarian, dijo que la orden de registro,

"no sólo tiene como objetivo identificar a los disidentes políticos contra la actual administración, sino que intenta identificar qué contenido concreto vio cada uno de estos disidentes en el sitio Web".

Al publicitar su lucha con el DOJ, DreamHost sigue los pasos de Apple cuando alertó al público sobre su batalla con el FBI en marzo de 2016, durante la administración Obama.

 

***

 

 

Comentarios de El Robot Pescador

 

Y todo ello justo mientras se calientan cada vez más los enfrentamientos entre las llamadas "izquierdas" y los supremacistas blancos, neonazis y ultranacionalistas norteamericanos.

Todo ello, nos lleva a preguntarnos:

¿Es posible una guerra civil en EE.UU.?

Mientras tanto, las constantes meteduras de pata de Trump en sus declaraciones tras los incidentes de Charlottesville, impropias de una persona con una mínima habilidad política, han provocado ya la renuncia de 11 de los directores generales de alto nivel que formaban parte de sus comisiones de grandes empresarios.

El último ejemplo lo tenemos aquí.

 

El lío en el que se ha metido Trump con su ya proverbial estupidez es de tal nivel, que incluso su vicepresidente, el oportunista Mike Pence, ha acortado su gira por América Latina y vuelve antes de tiempo a EE.UU. para afrontar el creciente escándalo.

Pero eso no es lo peor y es que en medio de todo ello, empieza a circular un rumor que pasa desapercibido, pero que podría tener muchas implicaciones…

 

El ex-presidente de Goldman Sachs y actual presidente del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, de origen judío, estaría "disgustado" y "profundamente molesto" por los comentarios del presidente Trump sobre los nacionalistas blancos, según The New York Times.

Y esta es una insinuación de nivel, porque si finalmente el ex-presidente de Goldman Sachs abandona la administración Trump, el magnate ya podría ir preparando las maletas (y quizás el cuello).

 

 



Si Goldman Sachs se va, de repente, milagrosamente,

los medios dejarán de escarbar en las tonterías que suelta en sus tweets o sus presuntas relaciones con Rusia (que son mucho ruido y pocas nueces) y empezarán a acordarse de sus chanchullos más importantes, como,

  • sus vínculos con la mafia (incluida la mafia rusa)

     

  • alguna que otra violación de una menor vinculada con la red de abusos y pedofilia de Jeffrey Epstein,

...en la que no se llegó a escarbar a fondo para no encontrar a Trump, gracias a la acción impagable de un fiscal llamado Alexander Acosta… al que Trump (oh, casualidad...) premió posteriormente en su administración con el puesto de Secretario de Trabajo.

 

Alexander Acosta

 

 

Que nadie se engañe:

si Trump sigue ahí después de todos sus deslices, ridículos y meteduras de pata, es porque a la gente de Goldman Sachs y de Rothschild (los mismos que le auparon realmente) les da la gana…

 

Sin ellos, solo le quedarán los perros rabiosos del Pentágono con los que se ha rodeado y a no ser que tenga en mente implantar una dictadura militar en EE.UU., ese no parece ser un sustento suficiente…

 

 

 

El atropello de Charlottesville

puede ser mucho más determinante

para el futuro como presidente de Trump

de lo que se presumía inicialmente.


Habrá quien diga en algunos medios

que ese coche con su matrícula illuminati "11-11"

ha sido una trampa para Trump.


Pero nadie debería engañarse:
ha sido la reacción de Trump, lenta primero y tibia después,
impropia de alguien con un mínimo de instinto político,
lo que le ha condenado, junto a su verborrea tuitera,
a la que nadie le ha forzado.

 

Trump mismo, es sin duda,

su peor enemigo...