por Manlio Dinucci
21 Diciembre 2012
del Sitio Web RedVoltaire

Versión en Italiano

 

 

 

Vista aérea de la nueva sede

del Joint Forces Command en Nápoles.
 

 

En Nápoles, sigue en aumento la cantidad de empresas que cierran sus puertas.

 

Hay una, sin embargo, que marcha viento en popa y que incluso se ha dado el lujo de abrir una nueva y suntuosa sede. Es la OTAN cuyo Joint Forces Command (JFC Naples) se trasladó el 13 de diciembre de 2012 de Bagnoli a Lago Patria.

Este nuevo cuartel general de la OTAN dispone de 85 000 metros cuadrados de área techada, rodeados a su vez de un área cerrada todavía más amplia y de la que ya se prevén futuras expansiones. Trabajan allí 2 100 militares y 350 civiles que, con sus familias, conforman una comunidad de más de 5 000 personas.

 

La construcción costó, oficialmente, 165 millones de euros, a los que se suma una cifra no cuantificada en materia de equipamiento (600 kilómetros de cables, 2,000 ordenadores, antenas de comunicación satelital, etc.) y de infraestructura.

El monto total de los gastos está estimado en alrededor de 200 millones de euros, en cuyo pago participa Italia desembolsando simultáneamente su cuota en el costo de la construcción y también en el "fondo de áreas subutilizadas" así como una subvención de la provincia de Nápoles, todo lo cual se eleva a unos 25 millones de euros.

 

Y todo eso en fondos públicos, que se suman al presupuesto militar.

Sin embargo, según las autoridades italianas, todo eso está bien gastado. Durante la ceremonia organizada en Bagnoli, el presidente de la región Stefano Caldoro (Psi/Pdl) enfatizó,

"la importancia del Comando en el Mezzogiorno" afirmando que la presencia de la OTAN en esa zona está "al servicio de la seguridad y de la paz en el mundo".

El alcalde de Nápoles, Luigi De Magistris (Movimiento Naranja), luego de subrayar "el vínculo histórico de Nápoles con esta base", declaró:

"Estamos orgullosos de haber conocido tantas fuerzas armadas diferentes" que, al trasladarse a su nueva sede, se mantendrán en Nápoles, ciudad que tiene "una posición estratégica importante en los planes para mantener la paz en el mundo", ciudad "cuyos ojos miran hacia Bruselas (donde se halla la sede central de la OTAN) pero cuyo corazón mira hacia el sur, hacia el Medio Oriente donde esperamos que Estados autónomos e independientes puedan vivir con tranquilidad".

Palabras altamente apreciadas por el almirante estadounidense Bruce Clingan, comandante del Joint Forces Command Naples, quien entregó simbólicamente a Caldoro la llave de la base, además de entregar a De Magistris la bandera del JFC Naples.

Nadie mejor que el almirante Bruce Clingan para apreciar la estratégica posición de Nápoles, demostrada por el hecho que este almirante funge, simultáneamente, como comandante de las fuerzas navales estadounidenses en Europa, comandante de las fuerzas navales estadounidenses para África y también como comandante de las fuerzas navales conjuntas de la OTAN.

 

Esos tres comandos basados en Nápoles, siempre bajo las órdenes de un almirante estadounidense, seleccionado por el secretario de Defensa [estadounidense] y con la autorización del presidente [de los Estados Unidos], tienen un "área de responsabilidad" total que abarca Europa, toda Rusia y África.

 

La guerra contra Libia, en 2011, fue dirigida por el Pentágono, primeramente a través del Africa Command y posteriormente a través del Joint Forces Command Naples, con el apoyo de las fuerzas navales estadounidenses en Europa.

 

Es también desde Nápoles que se dirigen las operaciones militares que se desarrollan actualmente en el norte de África y en otras partes de ese continente así como las operaciones tendientes a cercar y desmantelar Siria.

Dada la intensificación de las operaciones de guerra en función del "nuevo concepto estratégico", explica el almirante Clingan, se necesitaba una sede apropiada para,

"un cuartel general de combate para la guerra", que debe mantenerse operativo de forma permanente.

En Nápoles, que - según afirma De Magistris - ocupa,

"una posición estratégica importante en los planes destinados a mantener la paz en el mundo".











 



Vedi Napoli e Poi Muori

-   "L’Arte della Guerra"   -
di Manlio Dinucci
19 Dicembre 2012
dal Sito Web ReteVoltaire

Versione in Spagnolo

 

 

 


Veduta aerea della nuova sede

del Joint Forces Command a Napoli.

 

 

Mentre a Napoli chiudono sempre più aziende, ce n’è una che va a gonfie vele tanto che ha aperto una nuova, lussuosa sede.

 

È la NATO, il cui Comando interforze (JFC Naples) si è trasferito il 13 dicembre da Bagnoli a Lago Patria. Il nuovo quartier generale ha una superficie coperta di 85mila metri quadri, circondata da un’area recintata ancora più vasta, già predisposta per future espansioni.

Vi lavorano 2100 militari e 350 civili che, con le famiglie, costituiscono una comunità di oltre 5mila persone. La costruzione è costata ufficialmente 165 milioni di euro, cui si aggiunge una cifra non quantificata per le dotazioni (600 km di cavi, 2 mila computer, antenne satellitari, etc.) e le infrastrutture.

 

L’Italia partecipa alla spesa complessiva, stimabile in circa 200 milioni di euro, sia con la quota parte del costo di costruzione, sia con il "fondo per le aree sottoutilizzate" e con uno erogato dalla Provincia, per un ammontare stimato in circa 25 milioni.

 

Tutto denaro pubblico, che va ad aggiungersi al budget militare. Speso però bene, secondo le autorità italiane.

 

Nella cerimonia a Bagnoli, il presidente della regione Stefano Caldoro (Psi/Pdl) ha esaltato,

"l’importanza del Comando nel Mezzogiorno", la cui presenza è "al servizio della sicurezza e della pace nel mondo".

Il sindaco di Napoli Luigi De Magistris (Movimento arancione), dopo aver sottolineato "lo storico legame di Napoli con questa base", ha dichiarato:

"Siamo orgogliosi di aver conosciuto tante forze armate diverse" che, trasferendosi nella nuova sede, resteranno a Napoli, una città con "una posizione strategica rilevante nei piani per il mantenimento della pace nel mondo", una città che "con gli occhi guarda verso Bruxelles (sede centrale della NATO), ma con il cuore guarda a Sud, al Medio Oriente dove stati autonomi e indipendenti ci si augura possano vivere in serenità".

Parole altamente apprezzate dall’ammiraglio statunitense Bruce Clingan, comandante del JFC Naples, che ha regalato a Caldoro la chiave simbolica della base e a De Magistris la bandiera del JFC Naples.

Nessuno meglio di lui può apprezzare la posizione strategica di Napoli, esemplificata dal fatto che egli è, allo stesso tempo, comandante delle Forze navali Usa in Europa, comandante delle Forze navali Usa per l’Africa, comandante delle Forze congiunte alleate.

 

I tre comandi di Napoli, sempre agli ordini di un ammiraglio statunitense scelto dal segretario alla difesa con l’autorizzazione del presidente, hanno un’«area di responsabilità" complessiva che abbraccia l’Europa, l’intera Russia e l’Africa.

La guerra alla Libia, l’anno scorso, fu diretta dal Pentagono prima attraverso l’Africa Command, quindi il JFC Naples, appoggiati dalle forze navali Usa in Europa. Sempre da Napoli vengono condotte le attuali operazioni militari in Nordafrica e in altre parti del continente e quelle di accerchiamento e disgregazione della Siria.

Poiché le operazioni belliche si intenficano in base al "nuovo concetto strategico", spiega l’ammiraglio Clingan, occorreva una sede adeguata a,

"un quartier generale di combattimento della guerra", costantemente operativo.

A Napoli, che - assicura De Magistris - ha,

"una posizione strategica rilevante nei piani per il mantenimento della 'pace' nel mondo".