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  06 Abril 2016
 
			del Sitio Web
			
			GazzettaDelApocalipsis 
			
			Versión 
			en italiano
 
 
 
  
 
			  
			Como ya advertimos en el artículo '¿Qué 
					se Esconde Realmente Tras los "Papeles de Panamá"?', 
			el asunto de los "Papeles de Panamá" es más oscuro e intrincado de 
			lo que parece a primera vista.
 
 Una de las primeras cuestiones que surgió en muchos medios 
			alternativos (y que prácticamente pasó "desapercibida" en los medios 
			de comunicación de masas), es la misteriosa ausencia inicial de 
			clientes norteamericanos del bufete Mossack Fonseca.
 
 Según medios norteamericanos
			
			como Zerohedge, las primeras 
			filtraciones al respecto, hablan de unos 400 clientes 
			norteamericanos, ninguno de los cuales, sospechosamente, 
			puede considerarse de "altísimo perfil".
 
 
			
  
 
			De hecho, mucha gente se está empezando a preguntar por qué razón, 
			el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) 
			no hace público el listado completo de los archivos filtrados para 
			que todo el mundo pueda consultarlo libremente, tal y como ha hecho 
			hasta ahora 
			Wikileaks cuando ha filtrado documentación 
			comprometedora.
 
 En una entrevista realizada
			
			por la revista Wired al director 
			del ICIJ, Gerard Ryle, se le preguntaba precisamente esto.
 
 Y así es como respondió Ryle:
 
				
				Ryle dice que los medios de 
				comunicación no tienen planes para liberar el conjunto de datos 
				completo, como hace WikiLeaks, argumentando que al hacerlo 
				expondría la información sensible de particulares inocentes, 
				junto con la información de figuras públicas que es en las que 
				el grupo de periodistas ha centrado su atención. 
			  
			
			
			 Gerard Ryle
 
 
				
					
					"No somos WikiLeaks. Estamos 
					tratando de demostrar que el periodismo se puede hacer de 
					manera responsable", sostiene Ryle. 
			Ryle afirma que aconsejó a los 
			reporteros de todos los medios de comunicación participantes en el 
			asunto que, 
				
				"actuaran en función del interés 
				público de su país" 
			
  
 
			Esta declaración expone inadvertidamente muchos de los factores 
			sospechosos que rodean al asunto y que vamos a ir exponiendo en este 
			artículo.
 
 Para empezar, acusa a Wikileaks de "ser irresponsable", 
			caracterizando a su vez a los periodistas del ICIJ (es decir, de los 
			medios de comunicación de masas), como "auténtico periodismo 
			responsable".
 
 Y la respuesta de Wikileaks, no ha podido ser más acertada y 
			demoledora.
 
 A través de su cuenta de Twitter, Wikileaks ha acusado al ICIJ de 
			haber sido financiado por diversas fundaciones que se dedican, 
			exclusivamente, a defender los intereses norteamericanos en todo el 
			mundo.
 
			
 
  
			  
			
			 
			  
			
			 
			  
			  
			Es decir, este asunto está siendo financiado directamente por, 
				
					
					
					gente como el multimillonario 
					
					George Soros (a través 
					de su fundación Open Society)
					
					la Fundación Ford
					
					la USAID (Agencia de los Estados 
					Unidos para el Desarrollo Internacional), un organismo 
					aparentemente independiente que sin embargo sigue las 
					directrices estratégicas del Departamento de Estado de 
					EE.UU. 
			
  
 
			Así pues, que nadie se deje engañar:
 
				
				esto no tiene nada que ver con 
				"perseguir a los más poderosos", "acabar con los privilegios de 
				las élites" o "sentar las bases de un mundo mucho más 
				transparente". 
			Sabiendo quién está financiando el caso, 
			podemos deducir claramente que esta maniobra mediática a escala 
			masiva, obedece a los intereses de determinadas élites, en 
			detrimento de otras (que quizás no son tan "élites" como nos habían 
			hecho creer, o como ellos mismos creían ser).
 Analicemos un poco la estructura general de todo este asunto.
 
 La propia declaración del director del ICIJ, Gerard Ryle a la 
			revista Wired, nos pone sobre la pista de lo que podría estar 
			sucediendo en realidad.
 
 Para empezar, el ICIJ se está negando inicialmente a hacer públicos 
			todos los datos de la filtración para que cualquiera los pueda 
			consultar libremente.
 
 
			
  
			  
			Son solo los periodistas que trabajan para el ICIJ (financiado por 
			quién está financiado), los que deciden de manera unilateral quién 
			es expuesto a la vergüenza y quién no lo es, bajo el vago pretexto 
			de,
 
				
				"no exponer información sensible de 
				particulares inocentes". 
			Pero nadie sabe quiénes son esos 
			"particulares inocentes".
 De hecho, al no hacer públicos los datos, el ICIJ puede encubrir 
			información relativa a personas influyentes y nadie se va a enterar 
			de que lo están haciendo.
 
 ¿Cómo alguien con dos dedos de frente, puede creer en las supuestas 
			"buenas intenciones" y en la "transparencia" de un organismo como el 
			ICIJ, financiado directamente por organizaciones al servicio de las 
			élites norteamericanas y de personajes tan siniestros como George 
			Soros?
 
 
			
  
 
			Además sabemos, tal y como denunciamos en el artículo 
					'¿Qué 
					se Esconde Realmente Tras los "Papeles de Panamá"?', 
			que esta filtración perjudica principalmente a todos los paraísos 
			fiscales que hacen la competencia a los paraísos fiscales 
			norteamericanos, radicados en los estados de,
 
				
					
					
					Nevada
					
					Wyoming 
					
					Dakota del Sur, 
			...y que son promovidos por la principal 
			mafia bancaria del mundo,
			
			el clan 
			Rotshchild.
 
			
  
 
			Aunque mucha gente se niegue a aceptarlo, movida por su odio 
			y desprecio (justificados), hacia los más ricos y poderosos y 
			sus trampas para evadir impuestos, lo cierto es que cada vez se hace 
			más evidente que tras todo este asunto se oculta una maniobra de 
			manipulación a gran escala y a múltiples niveles.
 
 Una gran maniobra de la que conocemos vagamente sus principales 
			patrocinadores, pero de la que difícilmente podremos conocer los 
			detalles concluyentes, pues su complejidad y profundidad 
			posiblemente escape a nuestro control.
 
 De todas formas, sí podemos deducir muchas de sus implicaciones.
 
 A continuación vamos a exponer cómo lo vemos nosotros y invitamos a 
			los lectores a que aporten su propio punto de vista y su análisis 
			crítico al respecto.
 
 Sabemos, tal y como expone el propio director del ICIJ, 
			que la información completa sobre los clientes del bufete 
						 
					
					Mossack 
					Fonseca, 
			no se hará pública y que serán unos pocos periodistas de los 
			diferentes países afiliados al ICIJ, los que decidirán 
			unilateralmente quiénes son expuestos a la luz pública y quiénes no.
 
 Es decir, esa información puede ser utilizada discrecionalmente como 
			arma política para atacar a determinadas figuras contrarias a los 
			intereses de los medios de comunicación que publiquen las 
			informaciones (y de los poderes políticos a los que representan 
			realmente).
 
 
			
  
 
			Así pues, si un determinado grupo informativo que ejerce de fachada 
			mediática de un conjunto de intereses políticos "X", tiene acceso a 
			estas informaciones, podrá utilizar las que más le convengan para 
			atacar exclusivamente a las personas asociadas a un conjunto de 
			intereses políticos "Y" enemigos de los suyos.
 
 Estos enemigos no tienen por qué ser solo políticos. También pueden 
			ser enemigos ideológicos, religiosos, étnicos, culturales, 
			deportivos e incluso personales.
 
 Pero esta quizás es una visión un poco superficial e ingenua de los 
			hechos.
 
 Podemos ir aún más allá...
 
 Puesto que los interesados en utilizar toda esta información para 
			sus propios intereses en cada país pueden ser muchos y muy variados, 
			e incluso contradictorios ideológicamente entre sí (siempre y cuando 
			no vayan contra los poderes que han financiado la filtración), 
			podemos deducir que toda esta información filtrada, podría haber 
			sido vendida o incluso subastada, utilizando como 
			intermediarios a los principales medios que tienen acceso a ella 
			desde el principio.
 
 De ser esto cierto, la propia filtración podría convertirse a su vez 
			en un inmenso negocio para sus promotores, colaboradores y 
			subordinados.
 
 Imaginen, a modo de caricatura, que ustedes son gente poderosa con 
			una serie de intereses políticos y económicos de alto nivel y que un 
			determinado grupo mediático que tiene acceso a los datos de esta 
			filtración, se acerca a ustedes y les propone:
 
				
				"tengo información muy 
				comprometedora sobre tu gran enemigo ‘fulanito de tal'. 
				   
				Si tú me pagas tanto, yo haré 
				públicos los datos sobre sus negocios offshore en Panamá. Y si 
				pagas la cuota Premium, además iniciaré contra él una amplia 
				campaña de desprestigio" 
			Y esto a múltiples niveles dentro de 
			todos y a cada uno de los países donde se publicarán las 
			filtraciones.  
			  
			Y además, a medida que el escándalo 
			avance, el precio irá aumentando y se multiplicará en periodos 
			clave, como por ejemplo, antes de unas elecciones.
 
			
  
 
			Así pues, esto podría ir mucho más allá de las filtraciones por 
			intereses políticos. Esto podría ser un gran negocio a múltiples 
			bandos y niveles, cuyas implicaciones son más enrevesadas de lo que 
			pueda parecer inicialmente.
 
 Pongamos un ejemplo: el caso de las
			
			denuncias contra Vladimir Putin.
 
 Entre la gran cantidad de datos filtrados, había algunos relativos a 
			personas vinculadas con Putin, que han sido ampliamente utilizados 
			por medios occidentales para desprestigiar la figura del "incómodo" 
			dirigente ruso.
 
 Es evidente que la filtración, en este caso en particular, ha sido 
			utilizada por determinados poderes occidentales como un medio para 
			atacar y desprestigiar a Vladimir Putin y a Rusia en general.
 
 
			
  
 
			Sin embargo, cuando los medios controlados por el Kremlin (como RT o 
			Sputnik), denuncian que el único objetivo de esta filtración masiva 
			es perjudicar a Putin, lo que hacen es incurrir en una burda 
			simplificación de los hechos, por no decir que directamente están 
			utilizando el ataque como maniobra propagandística.
 
 Es obvio que han utilizado la filtración para atacar a Putin. Pero 
			también es obvio que él no es la razón única y principal del asunto, 
			por más importante que sea el presidente ruso.
 
 Y esto nos lleva a cuestionarnos cuántos niveles de intereses 
			podrían ocultarse tras todo este asunto de los "Papeles de Panamá".
 
 
			
  
 
			Tengamos en cuenta que cuando se inicia una operación de esta 
			magnitud, nunca se hace con un solo y simple objetivo, sino que se 
			planea para que obedezca a múltiples intereses y alcance diferentes 
			metas.
 
 Este caso podría estar estratificado por niveles de interés y por 
			objetivos finales de la siguiente manera:
 
			  
				
					
					
					En el nivel más bajo, tendríamos 
					a la población, que responde de forma refleja a todas estas 
					filtraciones con gran indignación, pidiendo que se haga 
					justicia con los implicados, sin tener ni la más remota idea 
					de la montaña de intereses que se ocultan tras todo el 
					asunto (de hecho, la mayoría de gente ni tan solo quiere 
					saberlo, porque prefiere vivir en la ilusión de que "se 
					están destapando los chanchullos de los más poderosos"... 
					¡santa inocencia!)
   
					
					 
					
					
					En un nivel superior, tenemos a 
					aquellos grupos, empresas, organizaciones o individuos con 
					poder que compran la información filtrada en cada país, para 
					atacar con ella a sus enemigos políticos, ideológicos, 
					étnicos, religiosos, etc...
 En este caso tenemos a determinados poderes que utilizan la 
					información filtrada de forma discrecional, obedeciendo a 
					sus intereses locales, sin que ello preocupe en demasía a 
					los patrocinadores iniciales de la filtración, que observan 
					estas pequeñas guerras locales como "conflictos indígenas".
 
 
					
					Por encima de este nivel, 
					tendríamos a los diferentes gobiernos de cada país, que ven 
					en la filtración la oportunidad de perseguir la evasión 
					fiscal a todos los niveles, para conseguir ingresos para el 
					Estado en un momento de "vacas flacas" y justificar además 
					un aumento de la presión y el control fiscal sobre todos los 
					ciudadanos.
 
					
					En el nivel superior al de los 
					gobiernos, encontramos el objetivo de núcleos 
					multinacionales de poder occidental, que pretenden 
					perjudicar a determinadas figuras de alto nivel político 
					teóricamente contrarias a sus intereses geo-estratéticos, 
					como por ejemplo, Vladimir Putin.
 
					
  
  
					
					Aún por encima de ellos, está el 
					interés de perseguir y acabar con los paraísos fiscales que 
					hagan la competencia a los paraísos fiscales 
					norteamericanos, para conseguir así que los evasores dejen 
					de depositar sus capitales en ellos y se produzca un gran 
					flujo de capitales fraudulentos hacia los paraísos fiscales 
					de EE.UU., mucho más opacos y difíciles de controlar (por el 
					momento...)
 En este nivel se encuentran altos poderes financieros como 
					el que representa el clan Rothshcild y las élites 
					financieras norteamericanas, que luchan por conseguir que 
					EE.UU. se convierta en el principal (y si puede ser, el 
					único) paraíso fiscal del planeta.
 
 
					
  
					
					
					Y por último y como interés 
					último a nivel más alto en toda esta compleja maniobra, 
					tenemos el objetivo final de las auténticas élites: 
					
						
						reconfigurar el mundo a 
						nivel económico, político y social, para sentar las 
						bases de un nuevo paradigma global; aquello que en 
						determinados círculos alternativos se conoce como
						
						Nuevo Orden Mundial. 
					A este nivel, la persecución de 
					los paraísos fiscales tiene como objetivo final promover la 
					creación de organismos globales que se encarguen de 
					controlar el mundo como un todo, bajo el pretexto de luchar 
					contra el "fraude fiscal global". 
			Uno de los puntos clave de esta presunta 
			lucha contra el fraude fiscal global, es impulsar la
			
			eliminación del dinero físico, 
			sustituyéndolo por dinero electrónico fácilmente trazable y 
			monitoreable por bancos y gobiernos, bajo el pretexto de que de esta 
			manera, "el fraude se hace imposible".
 
			
  
 
			El resultado final de esta maniobra será que todos los ciudadanos 
			estarán bajo el control y el escrutinio directo y continuado de los 
			bancos y los gobiernos, que en todo momento sabrán cuánto dinero 
			tienen, cómo lo gastan, cuándo lo gastan, dónde lo gastan y de 
			hecho, dónde están a cada instante.
 
			  
			Lo mismo que sucedería si cada ciudadano 
			llevara
			
			insertado un microchip de 
			seguimiento bajo la piel, como una mascota doméstica.
 Es decir, estamos hablando de un poder absoluto sobre todos los 
			ciudadanos del planeta, a los cuales, de hecho, se les podrá negar 
			el acceso a su dinero cuando "se porten mal", convirtiéndolos pues 
			en esclavos totalmente dependientes de sus "amos".
 
 Y una vez creados todos los organismos de control fiscal global, el 
			paso natural será crear un gobierno global, controlado precisamente 
			por estas élites.
 
			  
			Un gobierno mundial cuyos brazos 
			ejecutivos serán las corporaciones transnacionales y por debajo de 
			ellas, los gobiernos de los estados que obedecerán directamente sus 
			intereses durante el periodo de transición que transcurrirá hasta 
			la privatización completa de todos los poderes públicos.
 
			
  
 
			Todo esto es lo que creemos que se oculta realmente tras el 
			escándalo de 
			los "Papeles de Panamá".
 
 Estamos ante un conglomerado de intereses entrecruzados a múltiples 
			niveles, en el que los propios implicados a cada nivel, ni tan solo 
			saben para qué intereses trabajan en última instancia, gracias a la 
			habitual técnica de fragmentación, estratificación y 
			compartimentación de la información propia de cualquier operación a 
			gran escala.
 
 Desgraciadamente, la gente de la calle ni tan solo se enterará de lo 
			que está sucediendo, manipulada como está por
			
			los medios de comunicación y los 
			periodistas que trabajan en ellos.
 
 Unos periodistas que en la mayoría de los casos, ni tan solo saben a 
			qué intereses sirven cuando les contratan para vomitar toda esta 
			propaganda, que ellos vergonzosamente califican de "información 
			periodística".
 
 Es así de triste, aunque mucha gente se niegue a aceptarlo.
 
 
			
  
			  
			Lo peor es que la población será incapaz de tener una imagen de 
			conjunto de todo el asunto, confundida como estará por el incesante 
			ruido mediático provocado por el incesante desfile de personajes 
			acusados en las filtraciones.
 
 Y es que, hablando en plata,
 
				
				"las bofetadas irán en todas las 
				direcciones". 
			Como hemos dicho, creemos que en esta 
			filtración masiva, se expondrá al escarnio público a muchas personas 
			u organizaciones a causa de intereses partidistas, ideológicos o 
			económicos a nivel local, nacional o internacional y que en muchos 
			casos, estas denuncias se producirán tras una venta de la 
			información a sus enemigos directos, que pueden llegar a ser incluso 
			cruzadas, es decir, que los enemigos A y B paguen a la vez por que 
			se aireen los chanchullos de su contraparte, quedando ambos 
			expuestos al escarnio público (un negocio redondo para los 
			vendedores de información, que en este caso actuarían como 
			traficantes de armas que venden armamento a ambos bandos de un 
			conflicto).
 A la vez, creemos que habrá un elevado número de personajes públicos 
			que serán expuestos con el simple objetivo de generar ruido, 
			aumentar la sensación de corrupción generalizada y justificar las 
			políticas de control fiscal que se implementarán a todos los 
			niveles.
 
 
			
  
 
			Todos los campos y estratos de la sociedad deberán quedar expuestos:
 
				
					
					
					deportistas
					
					artistas
					
					políticos
					
					religiosos
					
					organizaciones
					
					ONG's
					
					bancos
					
					empresas,  
			...etc...   
			El objetivo final de todo ello será, 
				
					
					
					que se genere la sensación entre 
					toda la población (el nivel más bajo de la maniobra)
					
					que el fraude fiscal de los más 
					ricos es "intolerable" 
					
					que debe ser perseguido tomando 
					las medidas que sean necesarias (las que indicábamos en el 
					nivel más alto de la maniobra) 
			Y una vez se aplique la persecución del 
			fraude para los teóricamente más poderosos, la conclusión será 
			inevitable:  
				
				"si los más ricos están sometidos a 
				tanto escrutinio, todo el mundo debe estarlo". 
			Y es que como venimos denunciando desde 
			hace tanto tiempo, el objetivo final siempre hemos sido nosotros:
			 
				
				la "gente de la calle". 
			
  
 
			Sabemos que lo que denunciamos en este artículo no es lo más popular 
			en estos momentos.
 
 Sabemos que nos iría mucho mejor si ignoráramos lo que vemos de 
			forma tan clara y diáfana, restringiéramos nuestro campo de visión y 
			nos añadiéramos al coro de demagogos que denuncia a las "malvadas 
			élites defraudadoras", pidiendo ciegamente que se tomen las medidas 
			que 
			precisamente las élites que han 
			montado este tinglado, están persiguiendo.
 
 Sabemos que habrá gente que querrá malinterpretar lo que hemos 
			expuesto, acusándonos estúpidamente de justificar el fraude de los 
			más ricos.
 
 ¿Es que acaso alguien niega que la mayoría de los multimillonarios 
			implicados son unos egoístas, corruptos, hipócritas, ladrones y en 
			muchos casos 
			psicópatas?
 
 Eso ya lo sabíamos antes de que afloraran "los Papeles de Panamá".
 
 Lo único que hacemos es pedirle a los lectores que no se dejen 
			manipular, que abran bien los ojos y vean el cuadro completo 
			como un plano general y no como un plano de detalle.
 
 Desgraciadamente, esto no es lo que parece a primera vista.
 
 Lo sentimos por todos aquellos que creían que estaban viviendo un 
			cuento de hadas…
 
			
 
 
			Fuente
 
				
			 
			
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