por Giorgio Agamben traducción de Jordi Pigem 23 Abril 2025 del Sitio Web BrownstoneEsp
Algunas de las mentes más perspicaces del siglo XX estuvieron de acuerdo en considerar la capacidad de gobernar el desarrollo tecnológico como,
Se ha escrito:
Otros han comparado el control de la tecnología con la tarea de un 'nuevo Hércules'...:
El hecho es que los poderes que parecen guiar el desarrollo tecnológico y usarlo para sus fines se guían en realidad por él, más o menos inconscientemente.
Tanto los regímenes más totalitarios, como el fascismo y el bolchevismo, como los llamados democráticos, comparten esta incapacidad para gobernar la técnica,
Un científico que desarrolló un nuevo enfoque de la teoría de la evolución, Lodewijk Bolk, vio así la hipertrofia del desarrollo tecnológico como un peligro mortal para la supervivencia de la especie humana.
De hecho, el creciente desarrollo de las tecnologías, tanto científicas como sociales, produce una característica y genuina inhibición de la vitalidad, de modo que,
Un ejemplo instructivo es el de la tecnología
armamentística, que ha
producido artefactos cuyo uso implica la destrucción de la vida
sobre la Tierra, y por tanto también de sus poseedores, quienes
siguen sin embargo amenazando con hacer uso de ellos, como hoy
vemos.
La técnica no puede ser gobernada porque es la forma misma de lo gubernamental.
Lo que tradicionalmente se ha interpretado (desde la escolástica hasta Spengler) como el carácter esencialmente instrumental de la técnica revela,
Aquí resulta decisiva la idea de que el instrumento tecnológico es algo que, operando según su propio fin, puede ser utilizado para los propósitos de un agente externo.
Como muestra el ejemplo del hacha,
Esto significa, en última instancia (como es evidente en los dispositivos tecnológicos más avanzados), que la técnica realiza su propio fin sirviéndose aparentemente de un fin ajeno.
En el mismo sentido, la política, entendida como oikonomia y gobierno,
Es decir,
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