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			Ritos de Iniciación 
  
			
			  
			
			
			
			Segunda Parte 
			
			Nuestra 
			Experiencia Cercana a la Muerte 
			
			19 Agosto 2023  
			
			
			
			Versión en inglés 
			 
			 
			 
			
			  
			
			 
			 
			 
			Algo está 
			muriendo y algo está naciendo.  
			
			Hay mucho en 
			juego  
			
			para el futuro 
			de la humanidad  
			
			y de la Tierra. 
			Richard 
			Tarnas 
			
			 
			 
			 
			En muchas culturas abundan los mitos que hablan de una utópica Edad 
			de Oro en la que reinaban la paz y la armonía.  
			
			  
			
			En cierto modo, el mito 
			del héroe refleja esa necesidad o deseo de pasar por pruebas y 
			tribulaciones para resurgir victorioso, renovado y revitalizado.
			 
			
			  
			
			Las señales y los 
			recordatorios están por todas partes en nuestros objetos culturales 
			y en nuestros cuentos, mitos, historias y creencias. La Tierra está sembrada 
			de restos de civilizaciones desaparecidas hace mucho tiempo, para 
			recordarnos que esto también pasará.  
			
			  
			
			Nos fascinan los relatos y las 
			especulaciones sobre las tierras perdidas de 
			Lemuria y 
			
			Atlántida; 
			las conjeturas sobre civilizaciones perdidas en el fondo de nuestros 
			océanos, o incluso acerca de culturas más antiguas ahora barridas 
			por las arenas del tiempo milenario.  
			
			  
			
			En lugar de vivir en un 
			tiempo lineal, muchos de nosotros empezamos a darnos cuenta de que 
			el transcurrir de los acontecimientos - terrestres y cósmicos - se 
			produce en ciclos.  
			
			  
			
			Puede que volvamos a 
			encontrarnos con lo que ha sucedido anteriormente y, por tanto, los 
			signos de experiencias pasadas pueden ser de gran valor para 
			nosotros. 
			 
			Los tibetanos cuentan que la humanidad está viviendo, 
			
				
				el final de un 
			periodo de oscuridad de 26.000 años, y que a esta época oscura le 
			seguirá "un ciclo de purificación"... 
			 
			
			En todo caso, antes de 
			que surja la siguiente época, tendremos que enfrentarnos a una serie 
			de catástrofes y trastornos políticos y sociales.  
			
			  
			
			Este relato es muy 
			similar a los de las profecías Maya y hopi, que hablan de un periodo 
			oscuro de agitación y grandes cambios antes de que se materialice el 
			siguiente ciclo.  
			
			  
			
			El marco temporal de 
			26.000 años es idéntico al del 
			
			Calendario Maya, que indica que la 
			"Era del Jaguar", el 13º baktun, o largo periodo de 144.000 días, 
			llegará a su fin con el quinto y último Sol.  
			
			  
			
			Este marco temporal 
			indica un Gran Año cíclico; es decir, el tiempo necesario para que 
			se complete un ciclo de la 
			
			precesión de los equinoccios, que se 
			calcula en aproximadamente 25.765 años; y este paso marcará el 
			"cambio" a una nueva era de evolución planetaria, que requiere un
			tipo de consciencia radicalmente diferente. 
			
			  
			
			Igualmente, existen mitos 
			nórdicos teutónicos que afirman que, 
			
				
				"la renovación del 
				mundo solo llegaría tras una gran destrucción en la que surgiría 
				un periodo de anarquía que vería a los humanos cometer muchos 
				actos viles". 14 
			 
			
			Otro ejemplo de épocas 
			que forman parte de lo que se denominan las "Grandes Eras" son 
			
			los 
			"Yugas" de la filosofía hindú 
			
			  
			
			Dentro de cada Gran Era 
			hay cuatro épocas: Satya, Treta, Dvapara y Kali, que son ciclos 
			conocidos dentro del movimiento celeste, en el seno de los cuales se 
			producen periodos significativos de cambio planetario.  
			
			  
			
			Muchos comentaristas 
			hablan de que las circunstancias actuales de la Tierra, 
			
				
				"siempre oprimida por 
				malos gobernantes con grandes cargas de impuestos; tiempos 
				terribles en los que los más destacados de las mejores clases 
				abandonarán toda paciencia y realizarán actos impropios", 
			 
			
			...están bajo la 
			influencia del Kali Yuga, 15 del cual se dice que llegará 
			a su fin después de mucho caos y perturbación. 16 
			
			  
			
			Esto no parece muy 
			diferente de las condiciones actuales: ¡malos gobernantes con 
			sobrecargas de impuestos!  
			
			  
			
			También los relatos bíblicos abundan en 
			tiempos que denotan el fin de un ciclo:  
			
				
				"Porque se levantará 
				nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres, y 
				pestilencias, y terremotos en diversos lugares". 
				
				
				(Mateo 24:6) 
			 
			
			De nuevo, nada muy 
			diferente de las condiciones globales actuales. 
			 
			Estos ejemplos son solo algunos de los muchos mitos de la Tierra que 
			contienen referencias a ciclos celestes y épocas cíclicas.  
			
			  
			
			Según el libro 
			
			Hamlet's 
			Mill, una obra de mitología comparada, hay más de 200 mitos/relatos 
			populares de más de 30 culturas antiguas que hacen referencia al 
			"Gran Año":  
			
				
				la precesión de los 
				equinoccios.  
			 
			
			Los calendarios celestes 
			han sido la estructura central de muchas civilizaciones del pasado, 
			cuyos rituales y estilos de vida social se organizaban en resonancia 
			con los ciclos celestes.  
			
			  
			
			Parece que nuestros 
			antepasados eran mucho más conscientes que nosotros del cambio 
			cíclico, y por eso la naturaleza del ascenso y la caída, las edades 
			oscuras y luminosas, la catástrofe y la catarsis, son temas comunes 
			en el largo viaje del tiempo evolutivo.  
			
			  
			
			El mitólogo Richard 
			Heinberg resume este ciclo de ascenso-caída-levantamiento cuando 
			afirma que, 
			
				
				"el declive moral o 
				espiritual de la humanidad debe culminar finalmente en una 
				catarsis de dimensiones cataclísmicas, de la que surgirá la 
				semilla de una era restaurada de paz y perfección". 17 
			 
			
			Así pues, la idea de una 
			experiencia planetaria cercana a la muerte no parece tan fantástica 
			cuando se sitúa en el contexto del cambio cíclico.  
			
			  
			
			Es muy posible que 
			nuestra era actual esté experimentando los inicios de este ascenso - 
			un ciclo ascendente, una mente ascendente - y que, al hacerlo, deba 
			presenciar previamente cómo la Tierra se sacude a medida que el 
			planeta atraviesa su propia espiral cósmica como parte de la 
			precesión de los equinoccios.  
			
			  
			
			Esto empieza a tener más 
			sentido cuando unimos la hipótesis Gaia de James Lovelock, el 
			inconsciente colectivo de Jung y la creciente crisis de nuestros 
			ecosistemas y de la biodiversidad, las perturbaciones geofísicas y 
			las variaciones climáticas.  
			
				
				Las señales de 
			advertencia están a nuestro alrededor, para los que tienen ojos para 
			ver y mentes a quien les importa... 
			 
			
			Por eso utilizo la 
			experiencia cercana a la muerte como metáfora del periodo de 
			transición que atravesamos ahora, y que probablemente se volverá más 
			angustioso en los próximos años. 
			 
			Nuestra vieja mentalidad desea intervenir en el planeta para 
			restablecer "la situación habitual"; es decir, restaurar el planeta 
			tal y como deseamos que sea en lugar de adaptarnos a uno que 
			necesita un reajuste.  
			
			  
			
			Como dijo recientemente 
			el científico James Lovelock, creador de la hipótesis 
			Gaia: 
			
				
				La auténtica Tierra 
				no necesita ser salvada.  
				  
				
				Puede salvarse a sí 
				misma, lo hará y siempre lo ha hecho, y ahora está empezando a 
				hacerlo cambiando hacia un estado mucho menos favorable para 
				nosotros y otros animales. 
				  
				
				Lo que la gente 
				quiere decir con esta petición es "salvar el planeta tal y como 
				lo conocemos" y eso ya es imposible. 18 
			 
			
			La mentalidad antigua es 
			uno de los mayores obstáculos para superar con éxito nuestra 
			iniciación global.  
			
			  
			
			De hecho, no se trata de un juego de niños, ni de 
			una página de metáforas poéticas:  
			
				
				el astrofísico 
				Martin Rees (Presidente de la Royal Society 2005-2010) ha 
				declarado públicamente que considera que las probabilidades de 
				que nuestra civilización en la Tierra sobreviva hasta el final 
				del presente siglo no superan el 50 por ciento.  
			 
			
			Rees cree que en la 
			actualidad corremos el riesgo tanto de un "propósito maligno" como 
			de una "desgracia", y afirma que el siglo XXI podría suponer la 
			terminación del viaje de la humanidad.  
			
			  
			
			En su libro de 2003 
			'Our Final Century' escribe que, 
			
				
				"un colapso 
				catastrófico de la civilización podría destruir la continuidad, 
				creando una brecha tan amplia como el abismo cultural que 
				experimentaríamos actualmente frente a una remota tribu 
				amazónica". 19 
			 
			
			Esto recuerda al 
			escenario planteado en la novela apocalíptica de Walter Miller
			'Cántico por Leibowitz', en la que una catástrofe global 
			devuelve la civilización a la Edad Media, antes de que vuelva a 
			ascender a las alturas tecnológicas.  
			
			  
			
			Lovelock es muy 
			consciente de esta posibilidad y quizá por ello ha propuesto crear 
			un "manual de puesta en marcha de la civilización" que incluya 
			información sobre cómo hacer fuego, técnicas y prácticas agrícolas, 
			genética y tecnología.  
			
			  
			
			Este manual se 
			distribuiría por todas partes, propone Lovelock, con el fin de 
			salvaguardar algunos de nuestros preciados conocimientos en caso de 
			que... ¿ocurriera algo? 
			 
			En un sentido similar, la NASA propuso en su día crear un depósito 
			en la Luna para preservar el aprendizaje, la cultura y la tecnología 
			de la humanidad.  
			
			  
			
			Este plan fue bautizado 
			como el Arca Lunar y pretendía preservar la tecnología, el arte, las 
			cosechas y el ADN tanto animal como humano.  
			
			  
			
			Paralelamente, en febrero 
			de 2008 se inauguró la 
			
			Bóveda Global de Semillas de Svalbard, un 
			banco subterráneo de semillas situado en la isla noruega de 
			Spitsbergen, a unos 1.300 kilómetros del Polo Norte.  
			
			  
			
			La cámara acorazada 
			conserva semillas duplicadas de bancos de genes de todo el mundo y 
			servirá de refugio para las semillas en caso de crisis regionales o 
			mundiales a gran escala.  
			
			  
			
			Es casi como si 
			estuviéramos preparándonos para una experiencia colectiva cercana a 
			la muerte. 
			 
			
			  
			
			Al fin y al cabo, nos hemos estado preparando para ello:
			 
			
				
				se calcula que solo 
				en el siglo XX perecieron 187 millones de personas a causa de la 
				acción humana (guerras, masacres y persecuciones).  
			 
			
			En la segunda mitad del 
			siglo XX, la amenaza de una aniquilación nuclear total pendía sobre 
			nuestras cabezas. Ahora estamos en la segunda década del siglo XXI y 
			parece que las cosas van a empeorar. 
			 
			Una experiencia cercana a la muerte puede ser un acontecimiento 
			repentino: 
			
				
				un choque brusco que, literalmente, nos arroja fuera del 
			cuerpo y nos lleva a una fase terminal.  
			 
			
			Aquí, deseo hacer una 
			breve incursión en algunos de los impactos repentinos que se podrían 
			considerar impredecibles y/o desconocidos, y que pueden proporcionar 
			un dramático despertar en forma de shock y forzar una rápida 
			reorganización necesaria de la civilización humana... 
			
			 
  
			
				
				i) Amenazas biológicas 
				 
				En 2002, la revista Wired publicó un artículo en el que pedía a 
				destacados científicos que hicieran "apuestas a largo plazo".
				 
				  
				
				El astrofísico 
				Martin Rees apostó mil dólares a que, 
				
					
					"en el año 2020 
					un episodio de bioerror o bioterror habrá matado a un millón 
					de personas".  
				 
				
				A lo que añadió:
				 
				
					
					"por supuesto, 
					deseo fervientemente perder esta apuesta; pero, 
					sinceramente, no creo que sea así". 20 
				 
				
				La cuestión de las 
				amenazas biológicas es una caja de Pandora a punto de abrirse. 
				[i]   
				  
				
				En realidad, solo un 
				estado policial total podría ofrecer esperanzas de protección 
				para un mundo en el que no se fabricaran armas biológicas, e 
				incluso puede que esto no sea posible. 
				  
				
				La razón es que las 
				"superarmas biológicas" son tan fáciles de fabricar que pueden 
				crearse en laboratorios de bajo perfil con una pericia modesta.
				 
				  
				
				Curiosamente, los 
				días 22 y 23 de junio de 2001 se llevó a cabo un simulacro de 
				ataque bioterrorista, cuyo nombre en clave era "Operación 
				Invierno Oscuro -
				
				Dark Winter War Game".  
				  
				
				Se diseñó para llevar 
				a cabo una versión simulada de un ataque encubierto y 
				generalizado de viruela contra Estados Unidos.  
				  
				
				El escenario 
				consistía en un brote localizado de viruela en Oklahoma City, 
				diseñado para que se descontrolara. El simulacro debía hacer 
				frente a una situación catastrófica, ya que la rápida 
				propagación de la enfermedad implicaba la imposibilidad de 
				contener el contagio.  
				  
				
				El objetivo del 
				simulacro era poner de manifiesto las consecuencias de una 
				pérdida masiva de vidas civiles y el pánico generalizado, la 
				desintegración social y la violencia colectiva que se 
				producirían cuando las infraestructuras fueran incapaces de 
				soportar la presión. 
				 
				En lo que parecería ser otra extraña coincidencia, a principios 
				de año, en febrero de 2001, un equipo de la BBC comenzó a 
				trabajar en la filmación de un "docudrama" que titularon 
				Viruela 
				2002.  
				  
				
				Según la descripción 
				del sitio Web de la BBC: 
				
					
					"Este docudrama 
					relata un ataque ficticio realizado por terroristas 
					utilizando el virus de la viruela.  
					
					  
					
					Comenzaría en Nueva York 
					y sería llevado a cabo despiadadamente por un hombre que se 
					desplazaría por toda la ciudad".  
				 
				
				Como sabemos, varios 
				meses después la alarma del ántrax en Estados Unidos se hizo 
				realidad, lo que no pasó desapercibido para el productor de la 
				BBC Simon Chinn: 
				
					
					Comenzamos la 
					producción de Viruela 2002 en febrero de 2001. 
					  
					
					"Esto no es 
					ciencia ficción", había sido nuestro mantra, esto podría 
					suceder. Esta película no trata de un futuro lejano, sino 
					del día de mañana.  
					  
					
					De repente, siete 
					meses después, el bioterrorismo se hizo realidad y Viruela 
					2002 adquirió el tipo de clarividencia que nunca había 
					pretendido. 
				 
				
				El docudrama de la 
				BBC trataba de las consecuencias sociales de una 'pandemia' y de 
				cómo las familias tenían que enfrentarse a cuestiones como la 
				ley marcial y la cuarentena forzosa. 
				  
				
				Está claro que un 
				ataque bioterrorista bien orquestado podría tener consecuencias 
				desastrosas y afectar a los mercados mundiales y al comercio 
				financiero; a una escala suficientemente grande, podría llevar 
				al mundo a un confinamiento virtual. 
				 
				La amenaza de un "terror" pandémico ya ha sido experimentada por 
				el mundo mediático a través del alboroto de la gripe porcina de 
				2009.  
				  
				
				En este incidente, un 
				brote global del virus de 
				
				la gripe H1N1 (comúnmente conocido 
				como "gripe porcina") y que parecía ser una nueva cepa, comenzó 
				en el estado de Veracruz, México, en marzo de 2009.  
				
				  
				
				En junio de 
				2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros 
				para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados 
				Unidos declararon que el brote era una 'pandemia', a pesar de los 
				relativamente pocos casos de infección.  
				  
				
				Sin embargo, para 
				entonces el nuevo "brote" ya había captado toda la atención del 
				mundo:  
				
					
					era una 
					'pandemia' mundial y los países se apresuraban a 
				conseguir millones de dosis de vacunas.  
				 
				
				Las principales 
				empresas farmacéuticas, como GlaxoSmithKline y Baxter, se 
				apresuraron a probar, preparar y enviar las vacunas a los 
				gobiernos de todo el mundo, que las esperaban desesperadamente. 
				 
				En enero de 2010, un miembro del comité de salud del Consejo de 
				Europa, Wolfgang Wodarg, se unió a otros críticos para afirmar 
				que las grandes empresas farmacéuticas habían organizado una 
				"campaña de pánico" para presionar a la OMS y que declarara una 
				"falsa pandemia" con el fin de obtener beneficios con la venta 
				de vacunas.  
				  
				
				Sea como fuere, lo 
				cierto es que brotes de virus como la gripe porcina H1N1, una 
				variante de la gripe aviar (H5N1), el SARS (síndrome 
				respiratorio agudo severo), la fiebre aftosa, etcétera, corren 
				el riesgo de convertirse en 'pandemias' globales debido a las 
				cadenas humanas de transmisión.  
				  
				
				En un mundo de gran 
				movilidad e interconexión, los brotes localizados pueden 
				convertirse fácilmente en amenazas globales.  
				  
				
				Quizá solo sea 
				cuestión de tiempo que el próximo virus mutado se convierta en 
				un catalizador "cercano a la muerte" para una mente masiva 
				adormecida... 
  
				  
				
				 
				ii) Shock tecnológico 
				 
				Estar integrados nos hace vulnerables, no solo como cadenas 
				humanas de transmisión, sino también como cadenas tecnológicas 
				dependientes.  
				  
				
				Nunca hemos sido una 
				especie aislada; siempre hemos existido dentro de un complejo 
				ecosistema animal, vegetal y mineral. Ahora tenemos un 
				ecosistema añadido que es el tecnológico.  
				  
				
				Como tal, hemos 
				evolucionado conjuntamente en un mundo que se entrelaza 
				simbióticamente entre lo biológico y lo tecnológico.  
				  
				
				El filósofo Joël 
				de Rosnay considera que nuestra especie es ahora simbiótica 
				y, como tal, la información y la energía se transfieren 
				regularmente a través de redes tanto biológicas como 
				tecnológicas, entrelazando todos los procesos. 21 
				  
				
				En un mundo tan 
				simbiótico, cada vez más integrado e interdependiente, hay más 
				posibilidades de que se produzcan conmociones tecnológicas 
				perturbadoras: 
				
					
					Estamos entrando 
					en una era en la que una sola persona puede, mediante un 
					acto clandestino, causar millones de muertes o dejar 
					inhabitable una ciudad durante años, y en la que un fallo en 
					el ciberespacio puede causar estragos por todo el mundo en 
					un segmento importante de la economía:  
					
						
						el transporte 
						aéreo, la generación de energía o el sistema financiero.
						 
					 
					
					De hecho, la 
					catástrofe podría ser causada por alguien meramente 
					incompetente más que por un ser maligno. 22 
				 
				
				La realidad del mundo 
				es que estamos virando de las intervenciones e invasiones 
				físicas a la ciberguerra y el sabotaje.  
				  
				
				Esto se está 
				convirtiendo en algo demasiado habitual en los últimos años con 
				incidentes como 
				
				los ciberataques Titan Rain y Estonia. 
				 
				El gusano informático Stuxnet, descubierto por primera vez en 
				junio de 2010, fue creado y programado específicamente para 
				atacar sistemas de infraestructuras críticas (lo que se conoce 
				como sistemas de control de supervisión y adquisición de datos - 
				SCADA).  
				  
				
				Este gusano, 
				calificado ahora por los expertos como la "primera superarma 
				cibernética" del mundo, ha infectado un elevado número de 
				sistemas de infraestructuras energéticas críticas en Irán, 
				especialmente sus instalaciones nucleares, así como un gran 
				número de instalaciones chinas.  
				  
				
				Una empresa experta 
				en seguridad digital afirmó que los ataques informáticos de 
				Stuxnet solo podrían haberse producido con el apoyo de un 
				estado-nación, lo que la convierte en una ciberarma específica 
				que dará lugar a la generación de una nueva carrera 
				armamentística en el mundo. 
				 
				Imaginemos que un Estado sufre una caída repentina de sus redes 
				de energía y comunicaciones: 
				
					
						- 
						
						las redes 
						eléctricas se desconectan  
						- 
						
						se detienen 
						todas las comunicaciones por Internet  
						- 
						
						los 
						transportes se paralizan al dejar de funcionar sus redes 
						informáticas  
						- 
						
						los alimentos 
						dejarían de llegar a las tiendas  
						- 
						
						se diría a la 
						gente que se quedara en casa y que no viajara porque los 
						semáforos no funcionarían  
					 
				 
				
				Los hospitales 
				volverían a recurrir a generadores de energía de reserva, en 
				tanto que los medicamentos que se necesitasen urgentemente no 
				podrían distribuirse a quienes se encontrasen en sus casas.
				 
				  
				
				Se crearía un pánico 
				generalizado que provocaría disturbios civiles y saqueos. 
				 
				  
				
				Si las 
				infraestructuras no se restablecieran inmediatamente, todo el 
				mundo acabaría valiéndose por sí mismo. El país se sometería a 
				la ley marcial y algunas zonas volverían a la organización 
				tribal y la fuerza bruta.  
				  
				
				En sociedades 
				"civilizadas" tan complejas, basta una perturbación crítica para 
				que se produzca un colapso generalizado. 
				 
				A finales de septiembre de 2010, el Departamento de Seguridad 
				Nacional de Estados Unidos organizó un ejercicio masivo de 
				simulación de ciberataques denominado 
				Cyber Storm III, cuyo 
				objetivo es poner a prueba la seguridad de las organizaciones 
				tanto gubernamentales como del sector privado.  
				  
				
				El gobierno 
				estadounidense también ha puesto en marcha recientemente un gran 
				programa denominado "Ciudadano Perfecto", cuyo objetivo es 
				detectar ciberataques contra empresas privadas y organismos 
				gubernamentales responsables de infraestructuras como la 
				energía, el transporte y las redes de seguridad.  
				  
				
				Esto demuestra que la 
				amenaza a las infraestructuras críticas de una nación se está 
				tomando en serio.  
				  
				
				En mayo de 2010 el 
				Mando Cibernético (CYBERCOM) entró oficialmente en 
				funcionamiento en Estados Unidos tras varios años de 
				preparación.  
				  
				
				Tiene prevista una 
				rápida expansión para garantizar que todas las redes 
				informáticas militares estén libres de piratas informáticos y 
				que las actividades militares estén totalmente protegidas contra 
				los ciberespías.  
				  
				
				Al parecer, también 
				están en marcha los trámites para que el 
				
				CYBERCOM ofrezca 
				asistencia a las redes gubernamentales y civiles, entrelazando 
				de hecho los sistemas de defensa militares y civiles. 
				 
				Del mismo modo, el Gobierno británico publicó en octubre de 2010 
				su Estrategia de Seguridad Nacional, en la que se citan los 
				ciberataques, junto con el terrorismo internacional, como uno de 
				los retos más importantes a los que se enfrentaba.  
				  
				
				A continuación, la 
				Revisión Estratégica de la Defensa y la Seguridad del Reino 
				Unido explicó cómo Gran Bretaña utilizará el nuevo refuerzo de 
				500 millones de libras para defenderse de este tipo de ataques.
				 
				  
				
				El jefe del Comité de 
				Inteligencia y Seguridad británico (ISC) habría advertido de que 
				los ciberataques contra los sistemas informáticos de gobiernos y 
				empresas podrían convertirse en "el próximo Pearl Harbor". 
				 
				El auge de la 
				
				guerra cibernética es otro aspecto del creciente 
				arsenal de "armas silenciosas" que está llenando la tecnosfera.
				 
				  
				
				La carrera 
				armamentística tecnológica incluye ahora un arsenal con base en 
				el espacio y armas de pulso electromagnético que pueden 
				manejarse a través de un paisaje invisible.  
				  
				
				En este sentido, es 
				posible que ni siquiera veamos llegar la experiencia cercana a 
				la muerte; estará encubierta en un éter virtual.  
				  
				
				Sin embargo, el 
				choque tecnológico subsiguiente será demasiado real, y puede que 
				evoque un retroceso a la Edad Oscura pre-tecnológica.  
				  
				
				Nuestra excesiva 
				dependencia de sistemas externos, internos y entre bastidores 
				puede convertirse en nuestra mayor debilidad. 
  
				  
				
				 
				iii) Riesgos naturales 
				 
				Puede que no tengamos que preocuparnos por el impacto de objetos 
				cercanos a la Tierra, como los 
				
				asteroides espaciales que han 
				dejado la Tierra llena de cráteres, ya que tenemos nuestros 
				propios peligros naturales de los que preocuparnos.  
				  
				
				A pesar de que en 
				este siglo existe un riesgo del 50% de que se produzca el 
				impacto de un asteroide de la magnitud del de 
				
				Tunguska, ocurrido 
				en junio de 1908, es probable que tengamos preocupaciones más 
				cercanas.  
				  
				
				La Tierra está 
				experimentando actualmente un conjunto impredecible de cambios y 
				perturbaciones geológicas, como huracanes, terremotos y 
				erupciones volcánicas.  
				  
				
				El año 2010 puso 
				especialmente de relieve la fragilidad de la especie humana en 
				un planeta dinámico y cambiante. 
				 
				Los primeros meses de 2010 se estrenaron con un estallido 
				sísmico récord:  
				
					
					el 
					
					terremoto de Haití del 12 de enero, de 
				magnitud 7 (en la escala de magnitudes del momento).  
				 
				
				Debido a la 
				geología de la isla y a sus condiciones de vida, el impacto fue 
				dramático.  
				  
				
				Se calcula que tres 
				
				millones de personas se vieron afectadas por el sísmo, hubo 
				230.000 víctimas mortales, 300.000 heridos, un millón de 
				personas sin hogar y cerca de 300.000 edificios dañados o 
				destruidos.  
				  
				
				Estas cifras tan 
				enormes han convertido al terremoto de Haití en el sexto más 
				mortífero de la historia, al que pronto siguió el quinto más 
				fuerte desde el siglo XIX. 
				 
				El 27 de febrero, un terremoto de 8,8 grados (escala de magnitud 
				del momento) sacudió las costas de Chile, provocando enormes 
				temblores en el 80% del país que se sintieron hasta en las 
				principales ciudades de Argentina y Perú.  
				  
				
				El sismo también 
				provocó un tsunami que hizo que se emitieran alertas en 53 
				países; la zona de San Diego (California) y el noreste de Japón 
				también resultaron afectados.  
				  
				
				Chile sufrió un 
				apagón que afectó al 93% de su población y que, en algunos 
				casos, duró varios días. Se produjeron saqueos y se recurrió al 
				ejército para restablecer la paz y controlar las zonas dañadas.
				 
				  
				
				No cabe duda de que 
				el año 2010 había empezado de forma explosiva, solo faltaba que 
				una erupción volcánica se sumara a la mezcla. 
				 
				El 14 de abril de 2010, el 
				
				volcán islandés Eyjafjallajökull, que 
				había tenido algunas erupciones menores el mes anterior, 
				finalmente expulsó a la atmósfera cenizas volcánicas de varios 
				kilómetros causando el caos y afectando a eventos económicos, 
				políticos y culturales por todo el mundo.  
				  
				
				Se prohibió el 
				transporte aéreo en Europa, lo que causó graves trastornos en 
				los desplazamientos a nivel mundial.  
				  
				
				La Asociación 
				Internacional de Transporte Aéreo calculó que el sector aéreo 
				perdía 130 millones de libras al día. Creció el temor de que las 
				entregas diarias de alimentos se vieran afectadas y algunos 
				países, como el Reino Unido, sufrieran escasez. 
				 
				La preocupación por los posibles daños también afectó a, 
				
					
						- 
						
						las 
						existencias de medicamentos  
						- 
						
						las empresas 
						de transporte mundial, como FedEx y DHL, tuvieron que 
						iniciar rutas por carretera para compensar el cierre del 
						espacio aéreo  
						- 
						
						las empresas 
						de viajes registraron pérdidas diarias millonarias 
						 
						- 
						
						algunos 
						fabricantes de automóviles y empresas de información 
						tecnológica se vieron obligados a suspender la 
						producción debido a las interrupciones en la cadena de 
						suministro de productos electrónicos  
					 
				 
				
				Kenia sufrió mucho 
				debido a que su sector de exportación de flores, muy sensible al 
				tiempo, tuvo que destruir 3.000 toneladas de flores a causa de 
				su deterioro, según informó su Consejo de Flores.  
				  
				
				Además, los 
				acontecimientos culturales y deportivos sufrieron cancelaciones 
				e interrupciones generalizadas; se suspendieron las visitas 
				reales y de Estado, y los dignatarios políticos se vieron 
				obligados a cancelar sus planes de viaje. 
				 
				Unos pocos días de nubes de ceniza sumieron al mundo en el caos 
				y la conmoción. 
				  
				
				No solo sufrieron las 
				empresas, sino también los ciudadanos, que pudieron hacerse una 
				idea de la fragilidad de las economías y los estilos de vida 
				basados en la puntualidad de las entregas.  
				  
				
				Esperamos que haya 
				alimentos frescos en las estanterías cada día; confiamos en 
				subirnos a un avión y recorrer medio mundo en pocas horas; 
				estamos acostumbrados a que todo lo que nos rodea sea puntual, 
				esté a tiempo y sea oportuno.  
				  
				
				La nube de ceniza 
				islandesa rompió esta ilusión y reveló, a quienes podían verlo, 
				que nuestros sistemas globales pueden ser eficientes y 
				convenientes, pero no son resistentes.  
				  
				
				Cada día que pasa, 
				nuestra civilización está un paso más cerca de una experiencia 
				cercana a la muerte por riesgos naturales.  
				  
				
				E incluso puede que 
				sea un peligro "natural" provocado por el hombre. 
  
				  
				
				 
				iv) Peligros de origen 
				humano 
				 
				Puede que no necesitemos ningún riesgo natural que nos obligue a 
				un incómodo rito de iniciación; se diría que, como especie, 
				somos bastante capaces de proporcionarnos nosotros mismos las 
				conmociones necesarias.  
				  
				
				En el periodo 
				industrial de nuestra fase tecnológica, hemos padecido una buena 
				ración de accidentes desastrosos.  
				  
				
				En realidad, en todo 
				el mundo se producen accidentes industriales prácticamente a 
				todas horas; muchos de ellos son de poca importancia y no 
				aparecen (o se ven obligados a no aparecer) en los titulares.
				 
				  
				
				Hay, sin duda, 
				innumerables "cuasi-accidentes" que pasan desapercibidos y de 
				los que el público en general no sabe nada.  
				
				  
				
				En aras de la 
				brevedad, me referiré solo a algunos de los riesgos humanos más 
				tristemente célebres ocurridos en las tres últimas décadas. 
				 
				La tragedia del gas de Bhopal es tristemente célebre en todo el 
				mundo por ser la peor catástrofe industrial ocurrida hasta la 
				fecha.  
				  
				
				En la noche del 2 de 
				diciembre de 1984, la fábrica de pesticidas Union Carbide India 
				Limited de Bhopal (India) dejó escapar un gas venenoso, 
				isocianato de metilo, junto con otras sustancias químicas.
				 
				  
				
				Inmediatamente se 
				contaron por miles las víctimas mortales, y desde entonces ha 
				habido varios miles más de fallecidos por enfermedades 
				relacionadas con el gas.  
				  
				
				Una declaración 
				gubernamental de 2006 afirmaba que la fuga de gas causó 558.125 
				lesiones en total, entre ellas muchos miles de lesiones 
				parciales e invalidantes permanentes.  
				  
				
				Según las familias 
				afectadas por la tragedia, las indemnizaciones nunca han llegado 
				a ser suficientes. 
				 
				Menos de dos años después, el 26 de abril de 1986, se produjo el 
				que se considera el peor accidente de una central nuclear de la 
				historia.  
				  
				
				La central nuclear de 
				Chernóbil, en Ucrania (entonces parte de la Unión Soviética), 
				sufrió una serie de roturas cuando un aumento de la potencia 
				dañó la vasija de un reactor.  
				  
				
				Las explosiones que 
				se produjeron enviaron columnas de humo radiactivo a la 
				atmósfera, que comenzaron a extenderse por grandes zonas del 
				oeste de la Unión Soviética y gran parte de Europa.  
				  
				
				Se calcula que el 
				accidente de Chernóbil liberó 400 veces más material radiactivo 
				que el bombardeo atómico de Hiroshima.  
				  
				
				Aunque se produjeron 
				relativamente pocas muertes relacionadas directamente con la 
				catástrofe (en su mayoría trabajadores de la central y equipos 
				de rescate), se calcula que varios miles morirán finalmente de 
				enfermedades relacionadas con el cáncer. 
				 
				Las secuelas de tales peligros no son solo inmediatas, sino más 
				duraderas y de mayor alcance. En el caso de la radiactividad, 
				puede penetrar en los ecosistemas medioambientales y dejar 
				rastros residuales durante muchos años.  
				  
				
				La radiactividad 
				penetra en ríos, embalses, lagos y aguas subterráneas, lo que 
				provoca la contaminación de las poblaciones de peces y del agua 
				potable.  
				  
				
				La fauna, la flora y 
				el ganado también se ven afectados, con la consiguiente muerte 
				de muchos bosques y animales locales.  
				  
				
				Incluso en Europa se 
				descubrió que muchas reses estaban contaminadas por la 
				radiación, y algunos rebaños tuvieron que mantenerse fuera de la 
				cadena alimentaria humana.  
				  
				
				Estos peligros 
				provocados por el hombre inyectan sustancias artificiales y 
				antinaturales en los ecosistemas naturales, sumándose a un 
				paisaje invisible de contaminación y polución humanas. 
				 
				El 20 de abril de 2010, la plataforma de perforación 
				
				Deepwater 
				Horizon sufrió una explosión en la que murieron 11 trabajadores 
				y que provocó un vertido de petróleo que fluyó durante 3 meses 
				desde el fondo marino.  
				  
				
				Este vertido en el 
				Golfo de México (conocido como el vertido de BP) se considera 
				ahora el mayor desastre medioambiental de la historia de Estados 
				Unidos y es el mayor vertido accidental de petróleo marino de la 
				historia de la industria petrolera.  
				  
				
				Quizá nunca sea 
				posible calcular con exactitud el número de millones de barriles 
				que se vertieron al mar durante tres meses, por no hablar de las 
				enormes cantidades de dispersantes químicos utilizados, 
				especialmente Corexit 9500. 
				  
				
				La contaminación de 
				los mares del Golfo puede tardar décadas en recuperarse por 
				completo, y las poblaciones de peces se verán gravemente 
				afectadas.  
				  
				
				Debido a la 
				naturaleza del vertido, es decir, a un reventón en el fondo 
				marino y no a un vertido a nivel del mar, es posible que nunca 
				se conozcan del todo las consecuencias a largo plazo de la 
				catástrofe.  
				  
				
				Además, a diferencia 
				del vertido del Valdez, la cobertura mediática del vertido de BP 
				fue muy limitada y, según muchos informes, suprimida de forma 
				activa.  
				  
				
				Lo que sí se sabe, 
				sin embargo, es que el vertido ha causado grandes daños al 
				hábitat marino y de la fauna salvaje, a la pesca, al turismo, a 
				los humedales y las costas y, según se afirma, a la salud de las 
				personas. 
				 
				Teniendo en cuenta los pocos incidentes mencionados aquí, puede 
				resultar obvio para muchos de nosotros que hemos sido avisados 
				sobradamente,  
				
					
					¡así que no podemos decir que no fuimos 
				advertidos...!  
				 
				
				Sin embargo, aún no 
				hemos despertado ni superado nuestra iniciación global: 
				 
				
					
					seguimos luchando 
					con la infancia de la especie, tambaleándonos al borde de 
					nuestro rito de iniciación; en el umbral del inframundo.
					 
				 
				
				No obstante, todos 
				estos incidentes también se han acumulado en nuestros entornos y 
				ecosistemas.  
				  
				
				Aunque todavía no nos 
				hayamos dado cuenta de nuestra ventana de crisis, seguiremos 
				sufriendo en los próximos años los daños que infligimos hoy.
				 
				  
				
				Una vez más, como 
				afirma Martin Rees, Presidente de la Royal Society 
				(2005-10): 
				
					
					... en el siglo 
					XXI, la humanidad está más amenazada que nunca por una mala 
					utilización de la ciencia. 
					  
					
					Y las presiones 
					medioambientales inducidas por las acciones humanas 
					colectivas podrían desencadenar catástrofes más amenazadoras 
					que cualquier peligro natural...  
					  
					
					Las nuevas 
					ciencias pronto darán poder a pequeños grupos, incluso a 
					individuos, con una influencia similar sobre la sociedad.
					 
					  
					
					Nuestro mundo, 
					cada vez más interconectado, es vulnerable a nuevos riesgos: 
					 
					
						
						"bio" o "ciber", terror o error... 
					 
					
					Estos riesgos no 
					pueden eliminarse:  
					
						
						de hecho, será difícil impedir que 
					aumenten sin coartar algunas libertades personales muy 
					preciadas. 23 
					 
				 
				
				Los registros 
				geológicos muestran que en la historia conocida de la Tierra ha 
				habido cinco grandes extinciones.  
				  
				
				De todas las especies 
				que han existido, menos del diez por ciento permanecen hoy en la 
				Tierra, por lo que es posible que la especie humana esté 
				provocando su propia extinción, su iniciación colectiva en un 
				rito de paso incómodo pero muy necesario.  
				  
				
				El filósofo 
				Michael Grosso señala que, en momentos críticos, ante la 
				posibilidad colectiva de aniquilación, surge un nuevo tipo de 
				mente de la especie, en otras palabras,  
				
					
					la amenaza de muerte de 
				la especie cataliza el surgimiento de una "mente global" de la 
				misma. 24 
				 
				
				La transición a una 
				mente planetaria, un estado más evolucionado de la consciencia 
				humana, será crucial para la continuidad de nuestra especie en 
				la Tierra.  
				  
				
				Como señaló Vaclav 
				Havel en 1991 en un discurso ante la sesión conjunta del 
				Congreso de Estados Unidos: 
				
					
					Sin una 
					revolución global en la esfera de la consciencia humana, 
					nada cambiará a mejor... y la catástrofe hacia la que se 
					dirige este mundo - el colapso ecológico, social, 
					demográfico o general de la civilización - será inevitable. 
				 
			 
			
			Para nuestro futuro 
			planetario se necesita una mentalidad más empática, 
			
				
				una consciencia 
			empática que reconozca el proceso evolutivo y actúe responsablemente 
			a la luz de esta percepción... 
			 
			
			Es más probable que el futuro nos conduzca hacia 
			una singularidad de 
			la mentalidad que hacia una singularidad tecnológica, ya que cuando 
			las fuentes finitas de energía de nuestro planeta se agoten, nos 
			veremos obligados a aumentar la potencia psíquica de nuestro 
			pensamiento colectivo.  
			  
			
			Ahora hemos entrado en la 
			ventana de crisis, la fase de transición, 
			
				
				ese viaje heroico al 
			inframundo, en la que nos veremos obligados a vivir una experiencia 
			iniciática chamánica, quizá una experiencia cercana a la muerte, 
			antes de poder emerger como una especie adolescente con una mente 
			nueva y más madura.  
			 
			
			Sin embargo, hasta que 
			alcancemos esa etapa, tendremos que luchar con los estertores de la 
			vieja mente, mientras los viejos sistemas se aferran al poder y las 
			infraestructuras globales intentan mantener el control de un mundo 
			en transición... 
			 
  
			
			 
  
			
			
			Referencias 
			
				
				14 Heinberg, R, 
				Memories & Visions of Paradise: Exploring the Universal Myth of 
				a Lost Golden Age, 1990, The Aquarian Press, p117 
				 
				15 Heinberg, R, Memories & Visions of Paradise: Exploring the 
				Universal Myth of a Lost Golden Age, 1990, The Aquarian Press, 
				p119 
				 
				16 El yogi indio del siglo XIX-XX Swami Sri Yukteswar Giri 
				enseñó una visión alternativa del ciclo Yuga y de la escala 
				temporal. Según su interpretación la humanidad está ahora dentro 
				de la Dwapara Yuga. 
				 
				17 Heinberg, R, Memories & Visions of Paradise: Exploring the 
				Universal Myth of a Lost Golden Age, 1990, The Aquarian Press, 
				p116 
				 
				18 Lovelock, J, ‘The fight to get aboard Lifeboat UK', The 
				Times, 8 February 2009 
				 
				19 Rees, M J, Our Final Century, 2003, Heinemann, pp23–4 
				 
				20 Rees, M J, Our Final Century, 2003, Heinemann, p74 
				 
				21 de Rosnay, J, The Symbiotic Man: A New Understanding of the 
				Organization of Life and a Vision of the Future, 2000, McGraw 
				Hill 
				 
				22 Rees, M J, Our Final Century, 2003, Heinemann, p61 
				 
				23 Rees, M J, Our Final Century, 2003, Heinemann, p186 
				 
				24 Grosso, M, The Final Choice: Playing the Survival Game, 1985, 
				Stillpoint Publishing 
				 
				[i] Nótese que este texto fue escrito en 2010-2011, una década 
				antes de la 'pandemia'
				
				de Covid de 2020/21. 
			 
			
			
			
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