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  por Guillermo Caso de los Cobos
 
			11 Marzo 
			2020 
			del 
			Sitio Web 
			TerraeAntiqvae 
			  
			  
			  
			  
			  
			 
			  
			
 Fragmentos de vidrio fundido presentes entre el material 
			arqueológico recuperado en un asentamiento agrícola de hace 12.800 
			años, en la actual Siria, acredita que fue arrasado por un impacto 
			cósmico.
 
 Antes de que la 
			
			presa de Taqba embalsará el río Eufrates en el norte 
			de Siria en la década de 1970, un sitio arqueológico llamado
			
			Abu Hureyra fue testigo del momento 
			en que los antiguos pueblos nómadas se establecieron por primera vez 
			y comenzaron a cultivar.
 
			  
			Un gran montículo marca 
			el asentamiento, que ahora se encuentra bajo el
			
			lago Assad.
 Pero antes de que se formara el lago, los arqueólogos pudieron 
			extraer y describir cuidadosamente mucho material, incluidas partes 
			de casas, alimentos y herramientas, que les permitió identificar la 
			transición a la agricultura hace casi 12.800 años, uno de los 
			eventos más importantes en la historia cultural y ambiental de 
			nuestra Tierra.
 
 
			  
			
			 
				
					
						
							
								
								
								(a) Mapa de Oriente Próximo que muestra la 
								ubicación de Abu Hureyra (AH) en Siria. 
								 
								
								(b) Mapa de Abu Hureyra que muestra la ubicación 
								de las trincheras de excavación etiquetadas de 
								la A a la G cerca de un canal del río Eufrates 
								que ahora está abandonado. Las muestras de 
								sedimentos de las trincheras D, E y G 
								(rectángulos azules) contienen muestras del YDB 
								(Perímetro de Dryas Reciente) incluidas 
								esférulas metálicas, fragmentos de vidrio, 
								nanodiamantes y platino. 
			Pero resulta que Abu Hureyra tiene otra historia que contar, según 
			una nueva investigación.
 
			  
			Entre los restos de 
			cereales y granos, materiales de construcción y huesos de animales, 
			se halló partículas de vidrio fundido.  
			  
			Fragmentos, cuyas 
			características sugieren que se formó a temperaturas extremadamente 
			altas, mucho más altas de lo que los humanos podían lograr en ese 
			momento, o que podrían atribuirse al fuego, a los rayos o al 
			vulcanismo. 
				
				"Tales temperaturas 
				tan altas habrían derretido por completo un automóvil en menos 
				de un minuto", dijo James Kennett (izquierda), profesor emérito 
				de geología de la Universidad de California en Santa Bárbara.
				   
				"Semejante intensidad 
				de calor solo podría haber sido el resultado de un fenómeno 
				extremadamente violento con una alta energía y velocidad, algo 
				del orden de un impacto cósmico", agregó. 
			Basado en los materiales 
			recolectados antes de que el enclave fuera inundado, James 
			Kennett y sus colegas sostienen que Abu Hureyra es el primer 
			sitio en el que se puede documentar los efectos directos de un 
			cometa fragmentado en un asentamiento humano. 
				
				"Todos estos 
				fragmentos son parte de un mismo cometa, el cual probablemente 
				se estrelló contra la Tierra y explotó en la atmósfera al final 
				de la época del
				
				Pleistoceno", según Kennett. 
			Este impacto contribuyó a 
			la extinción de la mayoría de los grandes animales, incluidos los 
			mamuts, los caballos y camellos estadounidenses, etc., a la 
			desaparición de la
			
			cultura americana Clovis y al 
			inicio abrupto del episodio de enfriamiento denominado
			
			Dryas Reciente o Joven Dryas.
 
			  
			 En la imagen,
 
			las 
			áreas afectadas  
			por los 
			fragmentos del cometa 
			
 Los hallazgos del equipo se destacan en un artículo (Evidence 
			of Cosmic Impact at Abu Hureyra, Syria at the Younger Dryas Onset) 
			publicado en la revista Nature Scientific Reports.
 
				
				"Nuestros nuevos 
				descubrimientos representan una evidencia muy poderosa de la 
				existencia de temperaturas muy altas, las cuales solo podrían 
				asociarse con un impacto cósmico", afirma Kennett, quien, junto 
				con sus colegas, informó por primera vez de tal evento en la 
				región en 2012. 
			Abu Hureyra se encuentra 
			en el sector más oriental de lo que se conoce como YDB ('Younger 
			Dryas Boundary' - 'Perímetro del Dryas Reciente'), que 
			abarca otros 30 zonas en América, Europa y partes de Oriente 
			Próximo.  
			  
			Estas zonas muestran 
			evidencias de incendios masivos, incluida una capa de "esterilla 
			negra" rica en carbono que contiene millones de nanodiamantes, altas 
			concentraciones de platino y pequeñas esférulas (una 
			pequeña esfera o cuerpo esférico) metálicas formadas a 
			temperaturas muy altas.
 
			  
			 Una representación artística
 
			del 
			impacto cósmico. 
			UC 
			Santa Barbara
 
			La hipótesis del impacto en el YDB ha ganado más fuerza en los 
			últimos años debido a muchos descubrimientos nuevos, incluido un 
			cráter de impacto muy joven debajo del
			
			glaciar Hiawatha, en Groenlandia, y 
			al hallazgo de cristal fundido a altas temperaturas en un
			
			sitio arqueológico en Pilauco, 
			ubicado en el sur de Chile.
 
				
				"La aldea de Abu 
				Hureyra habría sido destruida abruptamente", dijo Kennett.
				 
			A diferencia de la 
			evidencia de Pilauco, Abu Hureyra muestra evidencias directas del 
			desastre en este temprano asentamiento humano.  
			  
			Kennett señaló que un 
			impacto o una explosión en el aire debe haber ocurrido lo 
			suficientemente cerca como para enviar calor masivo y vidrio fundido 
			a toda la aldea.
 
			  
			  
			Impacto de un 
			Cometa Fragmentado
 
 Las esférulas de vidrio se analizaron para determinar su composición 
			geoquímica, forma, estructura, temperatura de formación, 
			características magnéticas y contenido de agua.
 
			  
			Los resultados del 
			análisis mostraron que se formaron a temperaturas muy altas e 
			incluyó minerales ricos en cromo, hierro, níquel, sulfuros, titanio 
			e incluso hierro fundido rico en platino e iridio, todo lo cual 
			supone temperaturas superiores a 2.200º Celsius.
 
			  
			
			
			 Ejemplos de fragmentos de
 
			vidrio 
			de fusión hallados  
			en Abu 
			Hureyra.
 
				
				"Los materiales 
				críticos son extremadamente raros a temperaturas normales, pero 
				se encuentran comúnmente durante los eventos de impacto", aduce 
				Kennett.  
			Según el estudio, 
			 
				
				"el vidrio fundido se 
				formó a partir de la fusión y vaporización casi instantánea de 
				la biomasa local, suelos y depósitos de llanuras de inundación, 
				seguido de un enfriamiento instantáneo". 
			Además, debido a que los 
			materiales encontrados son consistentes con los encontrados en las 
			capas del YDB en los otros lugares del mundo, es probable que sean 
			el resultado de un cometa fragmentado, a diferencia de los impactos 
			causados por cometas o asteroides individuales. 
				
				"El imoacto único de 
				un gran asteroide no habría causado materiales tan dispersos 
				como los descubiertos en Abu Hureyra", argumenta Kennett.   
				"Proponemos que los 
				grupos de grandes fragmentos de un cometa son capaces de causar 
				miles de ráfagas de aire en un lapso de minutos en todo un 
				hemisferio de la Tierra.    
				La hipótesis del YDB 
				ya propuso este mecanismo para dar cuenta de los materiales 
				ampliamente dispersos en más de 14.000 Km. en los hemisferios 
				Norte y Sur.    
				Y nuestros 
				descubrimientos de Abu Hureya apoyan firmemente un evento de 
				impacto de un gran cometa fragmentado". 
			  
			
 Fuentes
 
				
			 
			  
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