En este país hay 
				muchas personas que piensan que en el ejército es donde "te 
				haces hombre". 
				 
				
				Pero hoy soy menos 
				hombre por haber servido en el ejército.
				
				
				Como soldado, he sido entrenado para ser un depredador. 
				
				 
				
				El tipo de 
				entrenamiento por el que pasamos los soldados para poder 
				perpetrar esos horrores es real, sistemático, ha sido bien 
				pensado, perfectamente investigado durante más de doscientos 
				años. No es ninguna novedad para ningún país. 
				 
				
				La declaración de 
				objetivos de las fuerzas armadas es "combate y destruye". 
				
				 
				
				No es la "liberación" 
				de ninguna nación, no son "misiones humanitarias". 
				 
				
				Combatir y destruir 
				es lo que estamos haciendo. Nos envían contra una población 
				civil, y aplicamos libremente esa energía sobre ellos sin que 
				nos hayan atacado previamente.
				
				
				Lo que no se ve son las aguas residuales fluyendo por las calles 
				después de que los tanques han aplastado la conducción del 
				alcantarillado. 
				 
				
				No "liberamos" un 
				país, lo destruimos y robamos. 
				 
				
				Tampoco se ve a los 
				centenares de civiles dentro de sus casas, acurrucados debajo de 
				la mesa, o de las camas, ni a los niños, que una vez que las 
				tropas se van ya no pueden dormir por las noches. 
				 
				
				Y no es más que un 
				ejemplo de la montaña de crímenes que están siendo perpetrados 
				en nombre de a saber qué supuesta "liberación".
				
				
				Esto es real, y está ocurriendo todos los malditos días. 
				
				 
				
				Lo hemos hecho en
				
				Irak y en Afganistán. En esto 
				yo he estado implicado. Se le llama genocidio, y es un crimen de 
				guerra. Estas guerras son racistas. Son genocidas. 
				 
				
				Es una realidad a la 
				que los soldados hemos de hacer frente, los pueblos de Irak o de 
				Afganistán han tenido que hacer frente, y es la realidad con que 
				se topan diariamente las gentes que viven dentro de las casas 
				asaltadas y bombardeadas.
				
				
				El ejército no me ha hecho un hombre, me ha hecho menos hombre 
				por no haberme resistido mientras estaba en servicio activo de 
				las Fuerzas Armadas.
				
				
				¿Por qué las tropas están allí, haciendo lo que hacen, más allá 
				del hecho de que los soldados hemos sido deshumanizados para 
				poder ser capaces de hacerlo? 
				 
				
				Nadie quiere estar 
				allí. La guerra no es un lugar divertido. Es horrible, es el 
				infierno. 
				 
				
				Si las tropas 
				supieran que nadie las apoya, dejarían de combatir 
				y de cometer crímenes de guerra. Es porque la propaganda hace 
				creer a todos que su país, su gente, les apoya.
				
				
				Ésa es la receta para sostener el estado de guerra interminable.
				
				
				Si realmente queréis apoyar a las tropas, sed honestos, decidles 
				la verdad. 
				 
				
				Decidles que están 
				implicados en un genocidio, que no apoyáis lo que están 
				haciendo, y que no honráis a los guerreros, porque no honráis la 
				guerra...