por Ruben Torres
20 Abril 2015

del Sitio Web LaCosechaDeAlmas







Estamos en un pequeño impasse transitorio en el que el Ser humano tiene una oportunidad histórica sin precedentes.

 

Sé que hay mucha literatura sobre nuestro próximo paso evolutivo y que la incredulidad se acentúa según pasa el tiempo y los acontecimientos esperados no acontecen.

 

Quizás ese sea el problema, una actitud pasiva, en el que esperar supone que otro haga tu trabajo, ya sea el universo que traiga olas cósmicas, abra portales o se aproxime al sol galáctico, o simplemente esperas que alguien saque el conejo de la chistera y nos de una técnica milagrosa para abrir los chakras, despertar la Kundalini o proyectarnos astralmente...

 

No soy amigo de los milagros, ni de las prisas, nadie te va a dar nada, porque todo es trabajo personal, si esperas que una federación galáctica te saque las castañas del fuego estas aviado amigo.

La revolución pasa por la evolución personal, un paso silencioso y progresivo en el que nuestros programas mentales, nuestra educación, nuestras emociones encastradas, nuestras creencias y nuestra historia, son expurgadas una a una, en un proceso lento y doloroso a veces, en el que nos costara reconocer nuestros errores y nos costara deshacernos del legado y la tradición que heredamos de nuestras familias.

 

Tendremos que ser nosotros los que empecemos a derribar todo eso y nadie puede arrimar el hombro, porque es algo tan íntimo y aferrado a nosotros, que solo nosotros podemos cortar de raíz con eso que nos conecta al sistema, que nos mantiene enchufados a la Matrix que nos controla, tendremos que cortar para siempre ese cordón umbilical que nos unía a ella.

Al margen, de que se den unos eventos que propicien que ese proceso sea menos traumático, al margen de que el universo realmente nos de un empujoncito, al final todos y cada uno de nosotros tendrá que apechugar y sacarse aquello que lo mantiene conectado e impide su libertad.

 

Nuestra evolución natural fue cortada y manipulada, los eventos que le siguieron a este hecho están llenos de historias confusas, dioses, mitos y leyendas.

 

Toda la historia humana ancestral es una alegoría llena de símbolos difíciles de desentrañar, un laberinto lleno de interpretaciones que provoca que vayamos de la confusión a la desorientación, alimentando en nosotros el escepticismo y la desconfianza.

 

Nos educaron para creer y nos cuesta afrontar el ejercicio crítico que aporta el conocimiento.

 

Nos dejamos llevar por resonancias, que no aportan certeza, sino que lo que resuena en nosotros, son los fragmentos dispersos de memoria que son tocados brevemente por ciertas partes de la información, pero ésta al ser exógena, jamás llega a ligar con la esencia que vive aletargada en nosotros, tan personal e individual, que nada de lo que resuene tendrá el tono exacto de nuestra afinación.

La información llega cuando estamos preparados para recibirla, pero solo resuena aquellos fragmentos que tu inconsciente reconoce como auténticos, pero nuestra mente toma el total como verdad y ahí es cuando caemos en el error.

 

Todo texto para que sea creíble tiene que tener un porcentaje de verdad, por mínimo que sea, para que tu memoria dormida vibre en consonancia con lo que recibe; esta vibración nos da la sensación de estar ante una porción de conocimiento veraz, pero en verdad puede existir un alto porcentaje de falsedad y no ser descubierta.

Esta técnica la usó la religión, la filosofía y posteriormente la nueva era y toda esa progenie de canalizadores y gurús.

 

Da igual que sean cristianos, luciferinos, budistas, hiperbóreos... todos te van a dar fragmentos de verdad, simples migajas, trozos insignificantes, para lograr tu control y evitar el libre pensamiento y el acto de libre elección.

 

Dándote fragmentos de verdad camuflaban los códigos de control mental que ya llevas impresos en tu psique a consecuencia de la alta exposición a la que diariamente te sometes a través de las tecnología de frecuencias que llenan nuestros hogares y nuestros bolsillos.

Por fortuna vamos identificando todos los códigos y las tecnologías que nos dañan, ahora la exposición a ellos es pasiva, algo que no puedes evitar, pero que sabes reconocer.

 

Ya no compramos más verdades a según quien nos la quiera vender, ahora sabemos que existen alternativas, sabemos porqué enfermamos y sabemos que el sufrimiento y el dolor no sirven para nada, sabemos que la muerte no es el final, sabemos cómo manipulan nuestra voluntad, poco a poco vamos recordando, dando pequeños pasos, quitando conexiones, desenchufándonos del sistema, despertando de la ilusión.

 

 

 

 

Ya no nos conformamos con las migas y queremos la verdad en hogazas completas.

  • Nos quitaron la posibilidad de errar, de elegir, de evolucionar.

     

  • Nos apresaron y nos manufacturaron, alimentamos los egos de otros a través de los nuestros

     

  • Transformamos nuestra capacidad de amar en mera fuentes energéticas pasivas

     

  • Dejamos de ser luz, para ser surtidores.

     

  • Nuestra creación intervenida y sembrada de odio, diferencia y mentira.

     

  • Nos creímos la ficción que nos contaron, pero esta opereta ya nos aburre y estamos deseando salir a respirar aire limpio.

Estos parásitos usaron nuestra capacidad de perdón, nuestra compasión, nuestro amor, en nuestra contra.

 

Nos convencieron y nos hicieron firmar un pacto diabólico con la esperanza de despedir al director de la obra, pero caímos en la amnesia y nos creímos protagonistas de esta obra barata.

La evolución será una re-evolución ya que tendremos que reactivar nuestro plan evolutivo que quedo aparcado indefinidamente. Una evolución que no será, ni se parecerá a ese "chas" instantáneo que nos vendieron en 2012.

 

No va a ser por arte de magia y seguramente se necesite de un proceso incubatorio, es decir, que generación tras generación se irán dando los pasos para que el nuevo ser humano desprogramado, libre y completo, este totalmente operativo físicamente.

 

Un proceso que arranque hoy y que vea la luz en un futuro, en el que el sufrimiento y el dolor no serán ya una parte importante de la experiencia que elegimos al encarnar.

No debemos caer nuevamente en trampas, ni atajos que nos cree la falsa percepción de que el camino fácil o rápido es el idóneo.

 

La re-evolución será un camino corto pero lento, las cosas bien hechas requieren de un tiempo de cocción necesario para que el resultado final sea el esperado. Como se ha dicho más de una vez, no hay métodos, no hay técnicas, y cualquiera que trate de venderte una, te estará estafando.

 

Esto es un proceso de decapage, que solo puedes hacer tu mismo.

 

Una vez estemos listos internamente, con nuestra voluntad retomada y nuestro libre albedrío operando en consonancia a nuestra intención, podremos empezar a estrechar lazos galácticos en igualdad de condiciones.

 

Mientras no tengamos soberanía, cualquier intervención es una zancadilla a nuestro plan evolutivo...

Por lo tanto, dejemos de mirar al cielo esperando que una nave nos salve, esto debe quedar al margen de nuestra intención como raza soberana en este planeta. Debemos retomar nuestro plan original, y llevarlo a cabo, que no es otro que desplegar nuestras capacidades y nuestra luz en este sector oscuro de la galaxia, alejado y remoto.

 

Desarrollarnos a través de la experiencia física y emocional real, sin coartadas ni contratos, sin karmas artificiosos y reencarnaciones obligatorias.

 

Luz expresada a través de nuestro amor incondicional a todo ser vivo, creado a través de la energía emanada de la fuente a la que pertenecemos y somos parte. Nosotros somos los creadores del universo y nuestro plan es manifestar nuestro amor en la creación.

 

Es hora de evolucionar como Dios manda…

¡Viva la Re-Evolución...!