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			SEGUNDA PARTE  
 1. Creación de los Nungal 
 31. La lengua sumeria, una vez más, nos aporta el verdadero significado de la Diosa-Madre, productora de la especie o raza humana: UM-A-I, literalmente dice, “La sabia mujer que controla el fluido seminal” o MA-I “y que crece”… 
 
 
			Girkù-Tila Nudîmmud / Min-ME-Dili 
 Por mi parte, aunque, según la voluntad de nuestra reina, Mamitu sólo estaba programada para apoyarme, no podía más que doblar las instrucciones de la planificadora acerca del lugar donde habríamos de proceder a la fabricación de los Nungal. Además, solo tenía la autoridad para obtenernos el Siensisàr. Estas famosas matrices, de las cuales las sacerdotisas eran poseedoras, y que representaban, en parte, una de las razones de su presencia en la confederación de los Kadistu (planificadores). 
 
			En nuestra lengua, el término Siensisàr 
			quería decir literalmente “con el fin de reunir a los numerosos 
			dignatarios”. Siensisàr significaba simplemente las matrices 
			artificiales con las cuales las hembras clonaban a seres vivos - 
			entidades generalmente creadas para colonizar y controlar algunos 
			nuevos territorios en nombre de los Gina' abul.  
 
			Pero al transcurso de los días, los 
			preciosos Siensisàr fluyeron de las cuatro esquinas del globo, así 
			como desde el fondo de nuestro sistema estelar. Las sacerdotisas 
			pudieron proporcionarnos cerca de 342 ejemplares. En realidad, 
			seguía siendo poco, ya que An se había ido con cerca de 1200 
			aparatos obtenidos por cortesía de las Amasutum.  
 
			Esta era, en cualquier caso, la versión 
			oficial a los ojos de nuestra reina y nuestro rey, pero presentía 
			que los acontecimientos iban a ser muy diferentes…  
 
			¡Cerca de una carta parte del patrimonio 
			genético de nuestra raza se había desaparecido! 
 Ambos éramos expertos en esta clase de manipulación y el proceso habría garantizado a un Nungal de una gran fiabilidad. Por el momento procedimos a contar, ya que en mi opinión, la prohibición de proseguir con nuestra creación podría caerse en cualquier momento. Otro punto me obligó a actuar así, y fue el de la consanguinidad, tema importante, el cual mi creador tenía en enorme importancia, ya que permitía crear una sangre específica, un linaje o raza, cuya sangre principesca fuera inalterable. Yo no podía confiar esto a la planificadora de Uras, so pena de traicionar a An. 
 Era esencial para desempeñar nuestra tarea lo antes posible, a fin de obtener o ganar el máximo de tiempo. Para eso, debí olvidar las largas y delicadas programaciones de las células existentes. Yo estaba completamente convencido de que nuestra felicidad se encuentra entre las innumerables células seleccionadas, a partir del patrimonio genético de nuestra raza. 
 
			Mamitu no entendió mi decisión. Intentó 
			comprender mi obstinación, pero fue en vano. Además, aparte del 
			hecho de querer partir de las células no programadas por nuestra 
			parte, no fue considerado irresponsable no proceder a ponerlas a 
			prueba antes de proceder a la fabricación. Una vez más, tuve que 
			mantenerme firme, y pedirle que confiara en m í. 
 ¡Esto fue inesperado! 
 Un espécimen cuya línea no fue terminada, y que fue simplemente abandonada. Un varón, que, en su momento, fue considerado como demasiado sofisticado, debido a su capacidad de regeneración de los tejidos orgánicos. Un espécimen de vida prolongada y demasiado perfecto para realizar las modestas tareas que se habían elegido para agricultores masculinos. 
 
			Según nuestra información, gozaba de un 
			excelente estado de buena salud durante la toma de muestras de 
			células. Leí que había vivido tres días antes de ser desactivado 
			Mamitu parecía ofendida de no poder, ella misma, programar y crear. 
			¡Hacerla venir desde tan lejos para eso?! Su profunda ética recibió 
			un golpe. Lo que le habían propuesto, no era más que un modesto 
			plagio.  
 A continuación, el nuevo óvulo así reconstituido, fue colocado en un tanque cristalino de aceleración de tiempo, para que pudiera rápidamente multiplicarse y proliferar con gran rapidez hasta el infinito. Una vez efectuada la multiplicación, obtuvimos innumerables óvulos, copiados exactamente los unos de los otros. Todos poseían los mismos genes, es decir, la información genética de los donantes èutum de los genes. 
 Al término o finalización del cultivo, cosechamos los óvulos extraídos del tanque de cuarzo 32 y los inyectamos uno a uno en el Siensisâr. 
 
			32. El cuarzo posee propiedades 
			electromagnéticas que sirven en la vida diaria. Está formado por 
			átomos ordenados de una manera coherente, homogénea, lo cual implica 
			que vibra a una frecuencia estable y es un excelente receptor-emisor 
			de ondas electromagnéticas. Es un cristal que propaga una energía 
			natural a la vez pura y potente. Tiene la propiedad de almacenar, 
			ampliar, transformar y transmitir de la energía. Un pequeño cristal 
			de cuarzo, colocado en un microcircuito amplía la señal eléctrica. 
			El cuarzo se utiliza en los micrófonos y todos los equipos 
			audiovisuales. Este cristal, asociado a un microprocesador, se 
			utiliza también para almacenar la información en la memoria de su 
			ordenador. Transforma la energía eléctrica en ondas 
			electromagnéticas y es, por lo tanto, plenamente utilizado en las 
			ciencias relativas a la comunicación. Los Gina'abul y, en 
			particular, las AmaSutum utilizaban abundantemente el cuarzo en la 
			medicina y sus sesiones de clonación. ¡Este cristal es la clave de 
			una clonación exitosa!  
 
			Todos los Nungal iban simplemente a 
			proceder del mismo padre, iban a ser el puro reflejo de sus padres 
			èutum, pero posteriormente tendrían que evolucionar de diferentes 
			maneras, función de sus necesidades y su medio ambiente. Solamente 
			su origen, su físico, así como su consanguinidad iban a ser 
			idénticos.  
 
			Este tipo de manipulación, es para poder 
			determinar qué genes deberán mantenerse y transferir, y cuáles son 
			necesario transferir o simplemente eliminar. Un complejo trabajo del 
			que An tenía conocimiento y que me había transmitido, pero era una 
			práctica para la cual yo, en ese momento, no servía.  
 
			Pero también se sentía presionada para 
			volver a Uras, el planeta verde y azul, ya que su verdadero hogar 
			estaba allí, con los famosos Namlû'u, los guardianes de la vida y 
			del conocimiento de nuestro universo. Mamitu era un ser sumamente 
			valioso, que no presumía n i se jactaba de sus numerosos logros y 
			hazañas, hablaba muy poco. Deseé de todo corazón que su deseo fuera 
			concedido. 
 Debimos estar muy atentos, los cuerpos se desarrollaban bastante rápidamente y el menor error podía ser fatal para los que estaban en su curso de formación. 
			 12 - Figura procedente del texto funerario egipcio del Amduat, en la tumba de Thutmosis III (18ª dinastía), 6 horas, registro 1, Escena 5. Una sacerdotisa denominada “la que Adora a Dios” vela por tres matrices artificiales en las cuales se arman los cuerpos artificiales, tratados como “imágenes”. Sobre la parte superior de cada una de las matrices aparece un óvulo fertilizado por un espermatozoide. El texto dice: “La carne está jubilosa y alegre. El jefe cabeza habla después de haber reunido a sus miembros. Son las imágenes secretas del Duat. “Aquellos que están en su vientre [los reptiles] los protegen.” Cuando Râ [la luz] ilumina la oscuridad, 
			el jefe habla después 
			de que la Adoradora de Dios haya sido llamada ".  Al cabo de 3 Danna y la mitad (7 horas de la Tierra), dos antiguos Siensisâr implosionaron en un ensordecedor estruendo en la parte posterior del depósito. En esta etapa de la creación, los cuerpos desde hace tiempo habían superado la fase del feto y todos los miembros estaban plenamente capacitados. 
 Esta situación no pareció afectar mucho a las sacerdotisas presentes, los errores de clonación parecían formar parte de su rutina diaria. Uno del Alagni estaba aún con vida y respiraba irregularmente. Lo observé impasible. Las Amasutum me consultaron de una insistente mirada. Viendo que yo no haría nada para el infeliz, una de entre ellas tomó su valor a dos manos y, utilizando dos Zirzi, le infligió la descarga liberadora. 
 Cuando Mamitu llegó al lugar, las sacerdotisas me miraban con aversión. El planificador de Uras entendiendo la situación, me lanzó una mirada que me dio frío en la espalda. Me sentía y estaba como un niño que acababa de cometer un gran error. Sólo hasta ese momento realicé por primera vez que las Amasutum eran seres de una gran sensibilidad. 
 
			Mamitu se dirigió a mi de un tono 
			irónico: “Lo habíamos sobrestimado Am (señor). Casi había olvidado 
			que es el hijo de An… pero, ¿se puede acusar a un Alagni al no poder 
			proceder en contra su naturaleza?”  
 ¡Sin embargo, eso era imposible! Mi creación era definitivamente un verdadero enigma. ¿Cómo podía considerarme como el doble de An, mientras que parecía poseer una identidad propia? ¡Se había reducido al tamaño de un èutum, pero a pesar de todo, yo era portador de una gran parte de su historia! ¿Qué maquinación se habrá realizado creándome de esta forma? 
 Al plantearme de nuevo estas cuestiones existenciales, observé las numerosas matrices artificiales, cuestionándome sobre la herencia envenenada que combinamos, quizás para legar al Nungal. En cuanto a mi, que estaba beneficiado con una programación, a partir de elementos, cuyos detalles no poseía en su totalidad. 
 Se indicaba que las células y genes eran procedentes de varios prototipos èutum que se transfirieron, pero de los cuales no habría ningún rastro. Sabíamos que el donante era un ser dotado de razón y de buena salud durante el muestreo, sin embargo, dada su corta existencia, no poseíamos ningún detalle relativo a su psiquis. 
 
			La clonación siempre ha implicado este 
			tipo de riesgo, sobre todo cuando que se utiliza células de un 
			desconocido que vivió en tiempos antiguos.  
 
			Una confianza que, gracias a esta 
			extraño sensatez de la que me había dotado An, me obligó a desear 
			desde lo más profundo de mi ser, ya de no decepcionar a Mamitu ni a 
			las sacerdotisas. 
 Contabilicé también una veintena de especimenes a quienes les faltaban algunas partes, como un brazo o una pierna, que no se habían formado completamente. No me preocupé mucho en cuanto a su suerte, ya que los Nungal tenían, como las Amasutum, la capacidad de regeneración de los tejidos orgánicos. Posteriormente debimos cortar una parte de sus miembros defectuosos para que pudieran ellos, a continuación , regenerar un nuevo miembro completamente funcional. 
 
			Esto sólo posible si la parte del cuerpo 
			en cuestión no estaba demasiado truncada. 
 No poseíamos suficientes Nungal, y el espectáculo de los 1200 Siensisàr de mi creador, alineados y listos para su uso me perturbaba prodigiosamente. Intenté comunicarme con An, con ayuda del Kinsag (telepatía), pero no me llegó ninguna respuesta. La distancia era probablemente demasiada para mis capacidades. No obstante, algunas imágenes que había conseguido interceptar de Mulmul (las Pléyades) eran muy precisas. 
 
			Sabía que mi creador acababa de comenzar 
			la creación de los Anunna. Gracias a sus numerosas matrices, 
			trabajaba cuatro a cinco veces más rápidamente que nosotros 
 En el momento de dejarme, la planificadora de Uras me mantuvo utilizando un tono que no conocía. 
 
			Le hice una señal con la cabeza y nos 
			despedimos en buenos términos. Mamitu conjeturaba que se estaba 
			preparando algo importante, pero no fue a consultar a Tiamata. Tenía 
			confianza en mi, una seguridad ciegala cual yo esperaba que no se 
			perdería posteriormente. 
			 13 - Detalle del tablero 70 del mixteco Códice Borgia. El mismo tipo de escena se encuentra sobre el tablero 58 del Códice Vaticanus B. Ningún elemento etnológico o arqueológico ha podido hasta la vez demostrar que los Amerindios practicaban la antropofagia. Por ejemplo, podemos recordar los miles de indígenas Indios encarcelados y apilados en las prisiones, durante la conquista española: ¡todos ellos se murieron de hambre!! Por lo tanto, la escena aquí no puede pues ilustrar sino la extracción de un humanoide sumergido en una matriz artificial. En el volumen 2, se presentarán otras ilustraciones que mencionarán claramente 
			las matrices 
			artificiales de las antiguas “deidades”… .  Al comenzar la cuarta serie, una sacerdotisa vino a vernos con un alarmante mensaje. 
 
			Abzu-Abba, nuestro rey, acababa de hacer 
			una visita imprevista a nuestra reina. La sacerdotisa que se 
			encontraba a la entrada de la sala alcanzó a escuchar y pensó que 
			era de su deber decirle algo a Mamitu. El mensaje era, según ella, 
			de la más alta importancia. Al verme con la planificadora, la 
			mensajera precisó que no podía transmitirlo en persona a la gran 
			Mamitu. Mamitu me lanzó una mirada a mí, y le ordenó emitir el 
			mensaje en mi presencia. 
 Desde hacía dos de nuestros días, las comunicaciones entre nuestro planeta y la colonia donde An efectuaba su misión se habían interrumpido completamente. Nuestro rey declaró que nunca había tenido confianza en mi creador ni en su plan. El incitó a Tiamata a intervenir, a intentar contactar a las Amasutum que se encontraban en los lugares y de darles la orden de obligar a An a suspender la creación de los nuevos seres. 
 Según las observaciones de la sacerdotisa, Tiamata le habría respondido que se equivocaba de adversario y que era inaceptable decidir la creación de los Nungal y los Anunna. Le aconsejó que se calmara, so pena de deber encerrarlo hasta que la producción de los nuevos ser estuviera acabada completamente. Tiamata añadió que si An hubiera logrado romper todo contacto entre los Dukù y nuestro planeta, era para evitar que nuestros enemigos siguieran su rastro. La mensajera no entendió de qué enemigos se trataba, ya que para ella, no los teníamos ya desde hacía mucho tiempo. 
 
			Mamitu me miró con un aire inquieto.  
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