CAPÍTULO CATORCE - Sueños; un pseudo demonio, sueño terapéutico

Cierta noche tuve un sueño aterrador, que me pareció muy real: me encontraba en mi propia recámara, fuera de mi cuerpo y, de pronto, comprendí que alguien o algo se hallaba directamente arriba de mí. Al siguiente minuto me vi empujada hacia abajo, hasta el pie de la cama, levantada en el aire y luego, hacia abajo, hasta el oscuro rincón del piso de la recámara. Arriba de mí se `hallaba lo que únicamente puedo des­cribir como una enorme cosa negra, corno una forma humana, hin­chada y nebulosa pero más grande y muy sólida.

Esto suena ridículo, pero yo sabía que esta cosa tenía como objetivo "agarrarme". Sabía que me encontraba fuera de mi cuerpo y estaba sobrecogida por el asombro, así como sumamente atemorizada. Aun cuando yo había leído de personas atacadas por demonios o cosas se­mejantes mientras se estaban "proyectando", simplemente no creía en demonios. Así pues ¿qué era eso? No tenía tiempo para preguntár­melo, porque esa cosa me mordió varias veces en la mano. Era sor­prendentemente opresivo y proseguía sus esfuerzos para arrastrarme lejos de mi cuerpo y encerrarme en el pequeño ropero empotrado en mi recámara.

Para mi gran consternación, oía a Rob roncar. En cualquier caso, no me encontraba en mi cuerpo físico y él probablemente no sabía que estuviera ocurriendo algo malo. ¿Y dónde estaba Seth? ¿Dónde se hallaban todos aquellos "guías" que se suponían que debían correr en tu ayuda cuando te vieras en predicamentos como éste? Todos estos pensamientos atravesaban mi mente, mientras procuraba luchar y des­hacerme de esa cosa. Me hallaba muy consciente del peso de la criatu­ra, que era realmente sorprendente, así como de su intención, que era aporrearme tanto como fuera posible, si no es que matarme definitiva­mente.

-Que no te embargue el pánico -me dije a mí misma, tratando de­sesperadamente de retener alguna apariencia de calma. Pero la cosa me oprimía y estaba a punto de morderme de nuevo. Esta vez pensé: ¡al diablo con que no me embargue el pánico! Y empecé a dar alaridos con todas mis fuerzas. Sabía que no era mi cabeza física pero esperaba que mi grito atemorizara a la criatura y se fuera, o que atrajera algún tipo de ayuda.

La cosa se echó para atrás por un instante, de modo muy semejante a como lo hace un enorme animal espantado y entonces me deslicé para salirme de debajo de ella y lanzarme como cohete hacia mi cuerpo, con esa cosa tras de mí. En otras palabras, recurrí a una rápida y co­barde retirada. Golpee mi cuerpo con tanta rapidez que mi cabeza físi­ca estaba a punto de estallar, mas no importaba. Mi cuerpo nunca se sintió tan bienvenido.

Durante un minuto tuve miedo de abrir mis ojos físicos. "Hombre, si todavía está aquí, yo me muero" pensé. Pero ya se había ido. Por lo menos me hallaba en otro nivel de existencia. Pensé despertar a Rob y contarle, mas decidí no interrumpir su plácido sueño.

Ahora que me creía segura, me sentí un poco avergonzada de mí misma por haber sido tan cobarde; pero tampoco estaba tan compla­ciente como para irme a dormir de nuevo. Así pues, me levanté, bebí un vaso de leche y reflexioné en todas las cosas que debería haber hecho, como decir con vehemencia: "Retírate de mí, Satanás" o algo semejante. Lo mínimo que pude haber hecho, pensé, es devolver la mordida.

La noche siguiente celebramos una sesión regular con Seth, como todos los miércoles. Antes de que cuente lo que Seth me declaró sobre el incidente, conviene retroceder un poco. Antes (le que tuviera lugar esto, yo me había sentido deprimida durante varios días, rumiando (aunque debería saberlo mejor) sobre las actitudes negativas que en ocasiones parecen rodearnos. Lo que es peor, reconocía muchas de ellas en mí misma: resentimientos, temores e ira.

Ahora Seth dijo: "Nuestro amigo (aludiendo a mí), intentó escoger un campo de batalla diferente la noche pasada. Decidió pensar en to­dos los sentimientos negativos como enemigos y darles forma en otro plano de realidad, donde podría combatir con ellos. Éste no era un plano astral, sino uno inferior.

"La energía tras su `cosa negra', era la energía de temores ocultos; pero esa cosa podía haber sido formada por cualquiera, puesto que en cualquier hombre existen temores. Ruburt trató de aislarlos, darles forma y combatirlos todos de una vez. La cosa era en realidad un ani­mal torpe de una dimensión inferior, un perro estúpido de otras di­mensiones que lo atacó, bastante simbólicamente, mordiéndolo. Cual­quier `cosa' así creada enteramente de temores, estaría atemorizada y particularmente enojada con su creador. Nada podía hacer sino atacar para proteger cualquier realidad que tuviera, pues sabía que Ruburt lo creó sólo para matarlo, de ser posible.

"Por lo tanto, sí tenía realidad. Ruburt saltó hacia atrás, a la segu­ridad y la conciencia normal. La cosa desapareció entonces (en cuanto concernía a Ruburt), pues cuando Ruburt `corrió a casa', automática­mente retiró la energía (de su atención) de eso. Ruburt intentó separar de sí mismo todos aquellos elementos que considera negativos y luchar contra ellos de una vez, casi como si, al hacerlo, pudiera hacer desapa­recer el mal del universo.

"Pretendió destruir al `animal del mal' y éste le mordió en cambio. Ahora bien, el mal no existe en tales términos y hasta la enfermedad o el miedo no necesariamente son enemigos, sino auxiliares del entendi­miento y medios hacia un fin más grande..."

Seth prosiguió para decir: "El mal que Ruburt imaginó que estaba proyectando hacia fuera, no existe; mas, debido a que él creyó que sí existía, dio forma a la materialización de sus temores. Era la represen­tación de su reciente depresión. En términos generales, no existe el mal, sino únicamente una falta de percepción; pero sé que esto resulta difícil de aceptar.

"Mas este hecho es la salvaguarda de Ruburt en sus viajes fuera del cuerpo, en tanto él lo recuerde. Las palabras `que la paz sea contigo' le llegarán sin dificultad en otras capas de realidad, puesto que, así como él formó esa imagen, otros también materializan imágenes y él podría encontrarlas. Al desearles paz les proporcionará algún confort, pues ellos tienen una especie de realidad. Temerles es colocarse dentro de su reino de realidad y luego se está forzado a combatirlos en sus térmi­nos. No hay necesidad de esto."

Como un cumplido de segunda mano, Seth pidió a Rob que me dijera que mis facultades estaban mejorando: eso era una forma de pensamiento bien hecho. Ahora bien, ni por un momento propongo que ninguno de mis lectores intente aventura tan temeraria; pero sí sugiero que quizás algunos de ellos ya lo han hecho, sin darse cuenta, despertando sólo con el recuerdo de una pesadilla particularmente fea.

No obstante, este episodio fue una experiencia fuera del cuerpo del estado de sueño y servirá para dejar claro un punto: la realidad del sueño es tan válida y real como la realidad en vigilia. Los sueños definitivamente afectan la vida cotidiana. Pueden mejorar nuestra salud o ayudar a ahondar un estado de depresión. Sin embargo, existen formas para usar los sueños con un propósito definido, para mejorar nuestra existencia, aún cuando admito que el último caso no fue un ejemplo muy bueno.

En el transcurso de las eras se ha sabido que los sueños pueden proporcionarnos indicios de todos tipos de conducta. Los psicoanalistas usan los sueños para ahondar en motivaciones subconscientes; pero pocas personas saben cómo utilizar los sueños creativamente: mejorar la salud, ganar inspiración, restaurar vitalidad, resolver problemas y enriquecer relaciones familiares.

Seth ofrece algunas sugerencias inspiradoras respecto a la forma en que los sueños pueden usarse como terapia directa, y varios de sus conceptos podrían ser un gran auxiliar en programas de autoayuda y en psicoterapia.

Comienza por decir: "La personalidad está compuesta por gestalt de energía. Así como la personalidad se ve modificada por cualquier experiencia, también cambia por los sueños; y así como un individuo es moldeado por su ambiente físico, hasta cierto grado, así es mol­deado por los sueños que él mismo crea. . . El yo es ilimitado. Cuando tus percepciones fallan, a ti te parece que aparecen fronteras. Por ejemplo, te parece que los sueños cesan cuando ya no te percatas de ellos. Esto no es así.

"En un nivel de personalidad se intenta resolver problemas median­te la construcción de sueños... y a menudo se da libertad a acciones que no pueden expresarse adecuadamente dentro de los confines de la vida en vigilia. Si fracasa el intento, entonces el problema o acción (como ya hemos visto antes), puede materializarse como en­fermedad.

"Analicemos, por ejemplo, una situación en la que la personalidad necesita expresar dependencia, pero considera tal expresión inapro­piada. Si es capaz de formar un sueño en el que desempeña una parte dependiente, entonces el problema puede resolverse dentro del estado de sueño. En muchos casos, esto es precisamente lo que ocurre. El indivi­duo tal vez nunca recuerde tal suegro; pero la experiencia sería válida y la dependencia expresada.

"Se ha llevado a cabo mucho trabajo para interpretar los sueños, pero poco para controlar la dirección de actividad dentro de ellos. Bajo una sugestión apropiada, éste puede ser un excelente método de tera­pia. Los sueños negativos tienden a. reforzar los aspectos negativos de la personalidad, coadyuvando a formar varios círculos de complica­ciones desafortunadas. Las acciones del sueño pueden orientarse para cumplir con expectativas constructivas que pueden por sí mismas efec­tuar un cambio para lo mejor.

"Muchas enfermedades podrían evitarse en gran medida mediante esa terapia de sueño. Tendencias agresivas, hasta cierto punto inofensivas, podrían liberarse dentro del estado de sueño. Se darían sugestiones para que el individuo involucrado experimentara, digamos, agresividad dentro de un sueño. También se le sugeriría que aprendiera a entender sus agre­siones, vigilándose a sí mismo mientras estuviera soñando (contemplar el sueño como si fuera una representación teatral). Si yo puedo permitirme entrar en una fantasía, teóricamente tú puedes imaginar un experimento masivo en terapia de sueño, donde las naciones combatieran sus guerras en sueños, no en vigilia."

Cuando por primera vez leí esta sesión, pensé que ésta era una mag­nífica forma para deshacernos de nuestros sentimientos reprimidos: ¡soñarlos para alejarlos! Si en realidad te sientes furioso contra al­guien y no te atreves a desquitarte, entonces puedes darte a ti mismo la. sugestión, antes de dormir, que en el sueño te pondrás realmente a mano, o eso no es tan fácil.

Seth dice con gran firmeza: "Existen otras consideraciones que de­ben comprenderse... Cuando la agresividad es el problema, por ejemplo, la sugestión preliminar al sueño debería incluir una declara­ción de que la agresión no se dirigirá contra una persona determinada. En todos los casos, es el elemento intangible (la agresividad), lo que constituye el problema y no la persona contra la cual el individuo puede querer ventilarla.

"No queremos que un individuo sugiera que en sueños pretenda da­ñar a otro. Existen varias razones para esto, incluyendo realidades te­lepáticas que tú todavía no comprendes y patrones de culpa que serían inevitables. No estamos hablando de sustituir la acción del sueño por acción física. Estarnos discutiendo problemas particulares que necesi­tan tratamiento."

Una y otra vez Seth dice que un sueño o experiencia imaginativa es tan real como un evento de vigilia. Si se tiene un periodo de depresión, se está propenso a tener sueños depresivos durante el mismo periodo. Pero Seth sugiere el siguiente ejercicio como terapia de sueño: antes de dormir sugiérete a ti. mismo que disfrutarás de un sueño placentero o gozoso que restaurara por completo tu, buen animo y vitalidad, A menos que la depresión se halle profundamente arraigada, se verá rota o sumamente debilitada cuando despiertes.

Yo he usado este método a menudo, con excelentes resultados. En ocasiones he recordado los sueños, en otras no; pero siempre he des­pertado refrescada y renovada y los efectos perduran. Los sueños que he recordado durante tales casos, han sido de gran inspiración; pode­rosos no sólo para sobreponer un periodo de tristeza, sino para res­taurarme a un estado de ánimo excepcionalmente bueno.

Si bien todo esto es de interés práctico, Rob y yo nos sentimos todavía más intrigados por la explicación que da Seth a la realidad del sueño. En virtud de que yo he tenido muchas experiencias fuera del cuerpo, a consecuencia de un estado de sueño, me sentí bastante preocupada respecto a la realidad de los ambientes en los que me he encontrado. Seth dio principio a sus discusiones sobre la índole de la realidad del sueño, poco tiempo después de que empezaran las sesiones y éstas to­davía continúan. Hasta que aprendí por Seth la manera de "monitorear" mis propios sueños y despertar mis facultades críticas, simple­mente me asombraban algunas de sus aseveraciones.

Estudiemos este primer pasaje de la sesión 92, que yo ahora acepto como básico: "Cada sueño empieza con energía psíquica que el indivi­duo transforma no en materia física, sino en una realidad; cada trozo como funcional y real. El sujeto forma la idea en un objeto de sueño o un suceso, con sorprendente discriminación, por lo que el objeto del sueño mismo obtiene existencia en numerosas dimensiones. . .

"Aún cuando el soñador crea sus sueños para sus propios propósi­tos, seleccionando únicamente aquellos símbolos que para él tienen significado, y los proyecta al exterior para darles verdadero valor y ex­pansión psíquica. La expansión ocurre cuando se actúa el sueño. Una contracción tiene lugar cuando el soñador ha terminado con los even­tos del sueño; pero la energía no puede revertirse."

Seth llama a las personalidades creadas por el sueño (como mi "cosa negra"), construcciones híbridas duales. En mi caso, la "expansión" de la que él habla, ocurrió cuando la formé con mi propia energía psíqui­ca. La "contracción" tuvo lugar cuando yo retiré la energía principal que le había dado y que produjo su existencia. La criatura continuó existiendo, mas no en mi dimensión; había quedado libre para sí misma.

Todavía hablando de sueños, Seth dijo: "La energía proyectada en cualquier tipo de construcción, psíquica o física, no puede recuperarse sino que debe seguir leyes de la forma particular en la que ha sido mol­deada por el momento. Por lo tanto, cuando el soñador contrae sus objetos multirealistas de regreso, poniendo fin por sí mismo al sueño que ha construido, éste termina únicamente para su creador. La reali­dad del sueño continúa."

La energía, como Seth lo explica, puede transformarse, mas no ani­quilarse.

Seth ha dado respuesta a muchas interrogantes que se hallaban en la mente de Rob y que probablemente estén en la tuya. ¿Cómo es que la vida cotidiana ordinaria nos parece mucho más real que cualquier existencia de sueño? Y si tal universo es válido, ¿por qué no se intro­duce todavía más en nuestra vida cotidiana? Por lo menos hasta cierto punto, todos convenimos en lo que ocurre físicamente; pero los sue­ños son altamente individuales. ¿Cómo puede existir alguna conti­nuidad en un universo de sueño? Dentro de tal universo, ¿cómo po­dría cualquiera llegar a convenir con alguna otra persona sobre lo que está sucediendo?

"Antes que nada -dijo Seth-, el universo físico mismo es un conglomerado de diversos símbolos individualizados, ninguno de los cuales significa precisamente la misma cosa para dos individuos cual­quiera y en los cuales hasta las cualidades llamadas básicas, como el color y la colocación en el espacio, no son confiables. Uno se enfoca meramente en las similitudes. La telepatía podría llamarse el pega­mento que sostiene el universo físico en una posición precaria, por lo que se puede convenir en la existencia y propiedades de los objetos...

"Así pues, cuando se considera el mundo del sueño, se tiene la mis­ma clase de universo, sólo que construido dentro de un campo que no se puede percibir físicamente. Pero posee más continuidad que el mundo que conocemos y existen similitudes dentro de él que resulta sorprendente contemplar.. .

"Por una razón... aquellos que conocen la existencia en el nivel físico ahora, debido a ciertos ciclos, han vivido antes en aproximada­mente los mismos periodos históricos. Poseen una familiaridad interna, una cohesividad que pertenecía a un periodo más o menos específico y a periodos anteriores, donde habitaban la misma clase de realidad. Sus experiencias de sueños, entonces, no son tan diversas como se po­dría suponer. Ciertos símbolos están construidos en realidades dentro

del sistema del sueño, de una manera muy semejante a como las ideas están constituidas en materia en el mundo físico.

"La misma clase de acuerdo psíquico mantiene el sistema del sueño junto, como mantiene el sistema físico. Si un hombre pudiera en ver­dad enfocar esos elementos irreconocibles en el universo físico sobre el cual no pueden alcanzarse acuerdos, si pudiera enfocarse en las dispa­ridades más que en las similitudes, entonces se preguntaría qué dio a cualquiera la idea de que existía incluso un objeto físico sobre el cual el hombre pudiera convenir.

"Se preguntaría qué locura colectiva permitió al hombre seleccionar de entre una virtual infinidad de caos, un mero centenar de similitudes y hacer de ello un universo. Así tú, al contemplar el aparente caos de realidad de sueño, te preguntas cómo puedes decir que contiene cohe­rencia, actualidad y comparativa permanencia."

Una razón, según creo, para que los sueños parezcan tan caóticos y sin sentido en ocasiones, es simplemente que sólo recordamos nebulo­sos fragmentos de ellos y olvidamos los factores de unificación. Otra razón es que los sueños poseen una "lógica" intuitiva y asociativa que tiene que interpretarse y en la cual el tiempo, como lo conocemos, tiene poco significado. De acuerdo con Seth, algunos sueños son lo bastante simples y se refieren a sucesos o problemas presentes no resueltos incluso en éstos, no obstante, el evento del sueño puede asimismo re­presentar sucesos procedentes de vidas pasadas.

Cada objeto de sueño es en realidad de doble o triple fondo, un sím­bolo de datos diferentes y más profundos. Un sueño que involucra in­formación reencarnacional, por ejemplo, también puede servir para ayudarnos a encarar un problema del momento presente, al recordar­nos otras facultades no usadas inherentes a nuestras personalidades. Yo he tenido dos sueños reencarnacionales particularmente vívidos. Uno de ellos, que ocurrió poco tiempo después de que empezaran nuestras sesiones, me atemorizó en verdad porque yo temía que pu­diera ser clarividente. Soñé que era una mujer anciana en una paupé­rrima sala de algún tipo de hospital. Estaba muriendo de cáncer y lo sabía, mas no estaba ni siquiera un poco asustada. Un hombre viejo junto a mí, estaba también a punto de morir. Le dije que no se preocu­para, que yo estaría allí para ayudarle. Luego, morí; pero parecía no haber ruptura en la conciencia. Ayudé al anciano a salir de su cuerpo y me mantuve diciéndole que todo estaba bien.

Durante la siguiente sesión con Seth, preguntamos respecto al sueño. Seth me dijo que se refería a mi muerte cuando yo era médium en Boston, en el siglo pasado. Él nos había dado información en rela­ción con esta vida en sesiones anteriores y ahora me dijo que yo no volvería a fallecer de cáncer (un error de táctica por su parte, puesto que desde hacía mucho tiempo me había dicho que dejara los cigarri­llos y yo no he seguido su consejo. Nunca ha tratado de amonestarme para que abandone el hábito, indicándome meramente que no ayudaba a mi salud general o a mi desarrollo). El otro sueño fue todavía más vívido y realmente placentero. No sé cuándo había tenido un momento de mayor placer, y ciertamente no en la vida de vigilia. A sugerencia de Seth me dije antes de dormir que tendría un sueño que me proporcionaría más información respecto a mi pasado reencarnacional. Entonces yo realmente no creía en la reen­carnación, pero dije a Rob: "Bueno, ¿qué tengo que perder? Lo inten­taré" y luego me di a mí misma la sugestión varias veces y quedé dormida.

En este sueño, Rob y yo éramos ambos hombres, ya a fines de nues­tros años veinte y socios en este episodio. Sabía muy bien que "más tarde" terminaríamos como Rob y Jane en esta vida, aunque no había un parecido físico. Rob, por ejemplo, era moreno y de pelo oscuro, aun cuando ahora su piel y cabello son claros. Usábamos pantalones largos y abultados, ceñidos en los tobillos al estilo turco. No recuerdo nuestros nombres.

Cuando se inició el sueño entrábamos a un salón muy grande. Un grupo de hombres vestidos de la misma manera, se hallaban sentados en cojines de brillantes colores, en el suelo, más o menos en círculo, dejando libre el centro del piso. Yo conocía a todos estos hombres des­de una vida anterior, en la que había sido su caudillo y había muerto muy joven. Estos hombres se habían hecho viejos en el intervalo que hubo antes de que yo volviera a nacer. Ahora había regresado para cumplir la promesa que había hecho de regresar. Me daba perfecta cuenta de que ellos no me reconocerían en este cuerpo en el que no me habían visto antes.

Expuse mi caso, mientras ellos escuchaban cortésmente. Su orador me dijo que su líder muerto les había prometido que a su retorno efec­tuaría una gran fiesta, la cual se suponía que probaría su identidad. Entonces pidió que por mis actos mostrara que yo era esta persona y estaba listo para asumir la posición correcta. Rob y yo sonreímos, pues habíamos previsto la prueba.

El centro del salón se hallaba vacante, excepto por unas cuantas me­sas. El presente Rob pidió que, para la demostración, se quitaran és­tas. Así se hizo y los hombres se acercaron más, acuclillados en los co­jines. Mi compañero estaba de pie detrás de mí. Yo avancé varios pasos con saltitos que eran de algún modo ceremoniales y luego abandoné el cuerpo físico. Este cayó de golpe al suelo y mi compañero gentilmente lo hizo a un lado.

Luego, en mi cuerpo astral me fui volando por todo el salón, que te­nía un techo en la forma de un alto domo. Riendo por lo que yo consi­deraba una gran broma, volé a baja altura, pero por arriba de cada hombre e hice girar su turbante cada vez. Mi compañero me entregó una pluma: aparentemente podía verme con claridad y yo pude mani­pular objetos físicos. Ondeando la pluma en el aire, volé de ida y vuelta varias veces por lo que, contemplando la pluma, los hombres podían seguir mi movimiento por sobre ellos.

Todo este tiempo mi compañero se mantuvo riendo con fuerza y yo estaba disfrutando un momento magnífico. Por último, regresé a mi

cuerpo y quedé de pie, ante los gritos y alaridos de reconocimiento. Apenas recuerdo el resto del sueño. Sé que se trajeron unas mujeres para nosotros pero, sonriendo, movimos la mano para que se aleja­ran, pues preferimos hablar primero con nuestros viejos camaradas. Todos nosotros teníamos piel oscura.

Al principio de nuestras sesiones, Seth nos informó que en una oca­sión había tenido una existencia turca, mas no tenemos información sobre alguno de nosotros. Sin embargo, existían toda clase de huecos que había que llenar en nuestras vidas pasadas porque, en tanto yo me rehusara a aceptar la reencarnación, pedí a Rob que no preguntara y solicitara material sobre la reencarnación. Asimismo, me inquietó tan­to cuando Seth proporcionó aquella información, que probablemente pensó sería mejor descontinuarla por un tiempo. Cuando Seth se ve involucrado con un bloque de sesiones sobre determinado tema, odia­mos romper la continuidad del material al pedirle que pase a algún otro y, además, hemos aprendido que Seth eventualmente responde tantas de nuestras preguntas como le es posible.

La vida turca fue la única vida pasada con gran colorido que yo he tenido, según mi conocimiento presente. La vida en Boston fue bas­tante ordinaria, de acuerdo con lo que Seth dijo. Yo no hacía gran alarde como médium y daba sesiones con objeto de ayudar a otros y recolectar un poco de dinero para pagar la renta. Sin embargo, era por completo indisciplinada y luchadora, defectos de personalidad que es­toy procurando corregir en esta vida. Este sueño, según creo, tenía la intención de recordarme que alguna vez yo ocupé una posición de autoridad y no debería ahora tener miedo de la responsabilidad o de mis facultades. Seth insiste que muchas personas tienen sueños que les dan información respecto a vidas pasadas, pero a menudo no los re­cuerdan, simplemente porque no comprenden la importancia de los sueños en general.

Mas ¿qué hay respecto al lugar, el salón turco? ¿Qué tan real era? ¿Qué tan reales son los sitios que parecemos visitar mientras dormi­mos? He aquí lo que Seth tiene que decir: "Piensas que estás conscien­te únicamente cuanto te encuentras en vigilia. Te supones inconsciente cuando duermes. Los datos están en verdad cargados en el lado de la mente en vigilia; pero imagínate, por un momento, que estás viendo esta situación desde el otro lado.

"Pretende que te encuentras en el estado de sueño y preocupado con el problema de la existencia y de la conciencia despierta. Desde ese punto de vista, el cuadro es enteramente diferente, pues tú ciertamente estás consciente mientras duermes.

"Los lugares que visitas mientras sueñas, son tan reales para ti en­tonces, como lo son los sitios físicos para ti ahora. No hablemos más de un yo consciente o inconsciente. Existe un yo y éste enfoca su aten­ción en varias dimensiones. En el estado de vigilia se enfoca en la reali­dad física. En el estado de sueño se enfoca dentro de una dimensión diferente. "Si conservas pocos recuerdos de lugares de sueño cuando estás despierto, pocos recuerdos tienes de lugares `físicos' cuando te en­cuentras en estado de sueño. Cuando el cuerpo físico yace en cama, está separado por una enorme distancia del lugar del sueño en el que el yo que sueña puede habitar. Pero esta distancia nada tiene que ver con el espacio, pues el lugar del sueño puede existir simultáneamente con el cuarto donde el cuerpo duerme.

"Los sitios del sueño no se hallan sobrepuestos, digamos, a la cama, a la cómoda y a la silla. Existen compuestos por los mismos átomos y moléculas que en el estado de vigilia percibes como cama, cómoda y silla. Recuerda que los objetos son resultado de tu percepción. De la energía formas patrones que luego reconoces como objetos y los usas; pero los objetos son inútiles, a menos que tú estés enfocado dentro de la dimensión para la que específicamente se formaron.

"En ciertos estados de sueño tú formas con estos mismos átomos y moléculas el ambiente en el que operarás. Mientras duermes no puedes encontrar la cama, cómoda o silla y, despierto, no puedes localizar el sitio del sueño que estaba allí apenas un momento antes."

Esto no quiere decir que, en ocasiones, no abandonemos nuestros cuerpos y viajemos en nuestro sueño o en nuestros cuerpos astrales a otros lugares físicos. De acuerdo con Seth, a menudo lo hacemos, bien sea que lo recordemos o no. Algunos de mis estudiantes, por ejemplo, tienen frecuentes experiencias fuera del cuerpo, en estados tanto de vi­gilia como de sueño y, en varias de tales ocasiones, parece que nos he­mos encontrado en nuestra alcoba.

Seth nos dijo que esto era posible, mucho antes de que yo disfrutara de tales experiencias por mí misma y antes de que leyera respecto a ellas. Pero sus ideas de la interrelación entre la vigilia y la realidad del sueño, son fascinantes.

"Mencioné la crucifixión, diciendo alguna vez que era una realidad y una actualidad, aun cuando no tuvo lugar en tu tiempo (físico). Ocu­rrió en la misma clase de tiempo en el que transcurre un sueño y su rea­lidad la sintieron generaciones. Por no ser una realidad física, influen­ció el mundo de la materia física de una manera que no podía hacerlo un suceso puramente físico.

"La crucifixión fue una de las realidades que enriquecieron tanto el universo de los sueños, como el universo de la materia y se originó en el universo de los sueños. Fue una importantísima contribución de ese sistema al tuyo propio y podría compararse físicamente al surgimiento de un nuevo planeta dentro del universo físico."

Seth no está diciendo aquí que la crucifixión fuera "nada más un sueño". Está diciendo que, aun cuando no ocurrió históricamente, sí sucedió dentro de otra realidad y surgió a la historia como una idea, más que como un acontecimiento físico: idea que cambió la civiliza­ción. (Por supuesto, de acuerdo con Seth, una idea es un aconteci­miento, tanto físicamente materializado como no.)

Seth continúa diciendo: "La ascensión (de Cristo), no tuvo lugar en

el tiempo como tú lo conoces. También es una contribución del uni­verso de los sueños a tu sistema físico y representa el conocimiento de que el hombre es independiente de la materia física.. .

"Muchos conceptos e invenciones prácticas simplemente aguardan en el sistema del sueño, latentes y a la expectativa, hasta que algún hombre los acepte como posibilidades dentro del marco físico de reali­dad.. La imaginación despierta_ la conexión del hombre con el sisee ma del sueño. La imaginación -a menudo reacomoda información del sueño y la aplica a circunstancias o problemas particulares dentro de la. vida cotidiana...

"El universo del sueño, entonces, posee conceptos que algún día transformarán por completo la historia del mundo físico; mas una ne­gación de tales conceptos como posibilidades, demora su surgimiento."

Algunas de las sesiones con Seth nos explicaron precisamente cómo damos forma a los sueños, qué sustancias químicas se construyen du­rante la conciencia en vigilia, y luego se liberan en forma de sueño, y otras que tienen que ver con la composición electromagnética de la rea­lidad del sueño. Pero en todo momento se observa la insistencia sobre lo que llamaríamos, según supongo, la "objetividad" de la vida de sueño.

Seth nos dio instrucciones primero sobre el recuerdo del sueño. Subsecuentemente a esto, nos dijo cómo despertar nuestras facultades críticas mientras estamos soñando y cómo proyectar nuestra conciencia fuera de nuestro cuerpo, usando el sueño como una especie de plataforma de lanzamiento. Yo siempre me sentía encantada de ensayar cualquiera de los experimentos que Seth sugiriera y sigo estándolo a la fecha. La experiencia personal resultante me proporcionó evidencia subjetiva de la validez de muchos de los conceptos de Seth; además, me agrada ha­cer las cosas por mí misma.

Examinemos esta proyección del estado de sueño, por ejemplo: cier­ta mañana, después del desayuno, me recosté para ensayar una pro­yección de sueño. Esto simplemente significa que algunas veces puedo darme cuenta que estoy durmiendo, que traigo mi "conciencia en vigi­lia" normal a la situación de sueño y luego la uso para proyectar mi conciencia a alguna otra parte. Cuando llegué a este punto esa maña­na, sentí que abandonaba mi cuerpo, sabiendo en todo momento que me hallaba acostada y cómoda en cama, con la puerta cerrada con llave.

Viajé a través del aire con tanta rapidez, que todo parecía empaña­do. Luego me encontré en la calle de una ciudad extraña. Estaba deci­dida a descubrir dónde me encontraba, por lo que di vuelta a la man­zana, tratando de ver los nombres de las calles. La zona estaba llena de hoteles y grandes tiendas. Vi los nombres de dos calles y, finalmen­te, decidí penetrar al vestíbulo de uno de los hoteles. Aquí encontré una librería y me puse a recorrer los anaqueles, para ver lo que me ro­deaba. Descubrí tres libros de Jane Roberts sobre PES y, en' el momen­to de esta experiencia (1967), yo había escrito sólo uno.

Muy asombrada, pasé la mirada por todo lo que me rodeaba. Todo parecía bastante normal. Dondequiera que estuviera, era un lugar físico. Algo me obligó a levantar la vista. Un joven me miraba con una mueca de complacencia como la de un gato que acechara un canario. Era uno de los dependientes y vi ahora que la mayoría de los emplea­dos eran muy jóvenes y que todos me estaban viendo.

No sabía que decir o hacer: "¡Miren, realmente me encuentro en un estado fuera del cuerpo. Esta es una proyección astral!" Nunca me lo creerían; pero ¿qué había acerca de los tres libros con mi nombre en ellos y la sonrisa conocedora del empleado?

-¡Uh, no he visto estos libros antes! -exclamé.

-Debo creer que no. Donde tú vives, todavía no los has escrito -me dijo el joven. Con esto empezó a reír, pero de una manera abierta y amistosa, al igual que los otros que ahora nos rodearon.

-¿Donde estoy? -inquirí.

Me lo dijo y aclaró:

-Pero olvídalo. Es decir, de todos modos no lo recordarías.

-Oh, sí. Seguramente lo haré. Me he estado entrenando.

-Simplemente no eres tan buena todavía -dijo uno de ellos. Y yo realmente me disgusté. Aunque estuviera viajando en lo astral o cual­quiera otra cosa que fuera, estas personas realmente estaban riéndose a mis costillas.

-Miren -exclamé-. Estoy en mi cuerpo astral. Mi cuerpo físico se halla en casa, en la cama.

-Lo sabemos -dijo el joven.

Los libros atrajeron mi vista de nuevo.

-Adelante -me dijo-. Memoriza los títulos. Lo siento mucho, pero ello no te hará ningún bien. De todos modos, no recordarás. -Aho­ra todos ellos sonrieron con simpatía.

-Ya memoricé los nombres de dos calles -contesté-. ¿Están se­guros de que voy a escribir estos libros? -Aquí ya lo has hecho.

Sin importar lo que cualquiera dijera, estaba determinada a recor­dar cualquier material específico que pudiera: nombres, señales de la calle o números de ruta de camiones. Por último, el empleado se ofre­ció a acompañarme en un recorrido, cuando le dije que iba a explorar el lugar yo sola si hacía falta. Fue muy amable. Conversamos y me se­ñaló lugares de interés en la ciudad, mientras me advertía que no iba a ser capaz de recordarlos.

Luego, sin advertencia alguna, me sentí empujada lejos. Se oía un terrorífico sonido de silbido y me encontré de nuevo en mi cuerpo. Real­mente me sentía burlada. Por lo regular resulta muy difícil ir de regre­so al mismo lugar; mas yo estaba tan disgustada, que me esforcé por regresar. No es que eso me hiciera ningún bien. "Aterricé" en la mis­ma esquina, pero no me fue posible localizar al joven. Entonces salí de allí para buscar el hotel y, mientras maldecía, recorrí la manzana tres veces y reconocí los otros edificios, pero no pude encontrar el hotel. Finalmente, regresé a mi cuerpo.

Naturalmente, preguntamos a Seth respecto a esta experiencia. Él estaba dándonos información general respecto a las condiciones que podíamos esperar al encontrarnos en proyecciones de un estado de sueño.

"Existe forma dentro de la realidad del sueño -nos dijo-; pero la forma es, antes que nada, un potencial que existe dentro de la energía psíquica. La forma potencial existe mucho antes que su materializa­ción física. La casa en que tal vez vivirás dentro de cinco años, quizás todavía no exista, según tus términos. Es posible que todavía no se construya y, por lo tanto, físicamente no la percibirías. No obstante, tal casa tiene forma y verdaderamente existe dentro del Presente Espa­cioso.

"Ahora bien, en ciertos niveles de realidad de suelto, formas como ésta pueden percibirse. Dentro de la realidad del sueño puedes llegar a tener contacto con muchos otros tipos de fenómeno con los que usual­mente no tienes que ver. Con los experimentos de proyección que tienes en mente, esta información se torna altamente práctica. Me gus­taría darte alguna idea, ¿comprendes? De que esperar.

"Cuando estás haciendo algo dentro de la realidad tísica, tienes un juego relativamente sencillo de reglas que te son de utilidad. Dentro de la realidad del sueño existe una mayor libertad. El ego no está pre­sente. La conciencia de vigilia, los amigos queridos, no son el ego. El ego es únicamente aquella porción de la conciencia en vigilia que tiene que ver con lo que haces en el mundo físico.

"La conciencia en vigilia puede llevarse al estado de sueño, el ego no, puesto que flaquearía y ocasionaría el Fracaso inmediato. En tus experimentos te encontrarás con varias condiciones y, hasta que aprendas a controlarlas, puede ser difícil distinguir entre ellas. Algu­nas de ellas puedes manipularlas, pero no otras. Algunos lugares del sueño serán de tu propia hechura y otros te serán extraños. Pertenece­rán a otras dimensiones de realidad; pero puedes caer por error en ellas.

"Es completamente posible para un soñador visitar otros sistemas planetarios, actuales o del pasado, presente o futuro, según tus térmi­nos. Tales visitas por lo regular son fragmentarias y espontáneas. Es mejor que permanezcan así. Cuando ocurran, saca ventaja de ellas, mas no pretendas todavía, sin embargo, emprender tales esfuerzos, puesto que se hallan involucradas muchas dificultades."

Bloques completos de sesiones se refieren a los métodos usados y las condiciones que pueden encontrarse en proyecciones de conciencia, debido a un estado de sueño. Seth dice que él me ha ayudado personal­mente en algunos de mis experimentos de proyección; pero que yo no me he percatado de su ayuda. Nunca he soñado con Seth y encuentro esto bastante extraño. A menudo he despertado y me encuentro per­fectamente alerta a la mitad de la noche, consciente de pronto de que había estado celebrando una especie de sesión con Seth. Puedo es­ cuchar palabras de Seth que atraviesan mi cabeza como señales. Es como si estuviera sintonizando una transmisión de radio que no se supone que esté oyendo porque, cuando comienzo a escuchar, en mi cabeza oigo un sonido de "click" y la "estación" desaparece. En dos oca­siones escuché lo suficiente para saber lo que se decía y a quién esta­ban dirigidas las sesiones. Posteriormente, las personas involucradas me dijeron que en las mismas noches de mis experiencias, habían so­ñado que Seth les hablaba a través de mí. Yo nada les había dicho a ellas, sino que me dieron la información voluntariamente.

De acuerdo con Seth, todos tenemos sueños compartidos o sueños masivos. Éstos en realidad actúan como fuerza estabilizadora en nues­tras vidas cotidianas. ¿Son nuestros sueños privados? Aparentemente no son tan privados como suponemos. En la sesión 254 Seth tuvo esto que decir: "En ciertas áreas de sueños compartidos y masivos, la hu­manidad en forma colectiva tiene que ver con problemas de su estruc­tura política y social. Las soluciones a las que llega dentro de la reali­dad del sueño, no siempre son iguales a las que se aceptan en el mundo físico.

"Sin embargo, las soluciones en el sueño se tienen como ideales. Sin sueños masivos, por ejemplo, no existirían sus Naciones Unidas.. . En esta etapa de su desarrollo, es necesario que se use la selectividad. Si tú te dieras cuenta de la constante multitud de comunicaciones tele­páticas que llueven sobre ti, te resultaría sumamente difícil retener un sentido de identidad. Así pues, los sueños compartidos por lo regular se hallan abajo del nivel de conciencia... Debido a que la identidad se ve reforzada mediante la experiencia, automáticamente se expande para agregar más realidades dentro de las que pueda actuar.

"Cuando sueñas en otros, ellos lo saben. Cuando ellos sueñan con­tigo, tú lo sabes. Sin embargo, nada se ganaría con darse cuenta cons­ciente de estas condiciones en ese momento."

Durante esta sesión Seth mencionó también a John F. Kennedy y se sintió obligado a hacer algunos comentarios que relacionaban los problemas raciales con los sueños: "Como sabes, mucha gente soñó con anticipación la muerte de Jack Kennedy. En cierto nivel el conoci­miento fue accesible al hombre mismo. Esto no quiere decir que la muerte tenía que ocurrir. Era una vívida posibilidad. Era asimismo una de las muchas soluciones a varios problemas. Si bien no era la so­lución más apropiada, fue la más cercana a que el hombre podía llegar en ese momento particular de la realidad física..."

Seth continuó para decir que la intensidad emocional de un sueño muy raras veces se recuerda con toda su fuerza. Luego, brevemente, mencionó los sueños masivos como una forma de producir el cambio histórico.

Aquellos que se hallan preocupados por la solución del problema racial actual, "sueñan individual y colectivamente en modificarla. En sus sueños actúan en las diversas formas en que pueden ocurrir los cambios. Estos sueños en realidad coadyuvan a producir el cambio re­sultante que luego ocurrirá. La misma energía y dirección de los sueños ayudarán a cambiar la situación."

Yo podría escribir varios libros que sólo tengan que ver con los sueños, tal y como Seth los explica. Según el Material de Seth, nuestro desarrollo y crecimiento psíquico, los procesos de aprendizaje y la ex­periencia, todo ello se halla involucrado con nuestra vida de sueño. En ella visitamos otros niveles de experiencia y hasta se ganan las habili­dades necesarias. Existen definidas conexiones electromagnéticas y químicas que unen nuestros estados de conciencia en tales ocasiones y Seth entra en detalles respecto a ellas.

A través de nuestros sueños modificamos la realidad física y nuestra experiencia física cotidiana altera nuestra experiencia del sueño. Exis­te una interacción constante. Nuestra conciencia simplemente se dirige en un tipo diferente de realidad cuando soñamos, realidad que es tan vívida como la vida en vigilia. Tal vez olvidemos nuestros sueños, pero estos siempre son parte de nosotros, aún cuando tal vez no nos perca­temos de toda su realidad.

De acuerdo con Seth, existen muchos otros sistemas de realidad en los cuales funcionamos, todos ellos desconocidos para nuestro ego en vigilia. No sólo existen sistemas universales compuestos por materia y antimateria, sino que existe una infinita variedad de realidades inter­medias. Aparentemente también hay "realidades probables", en las cuales seguimos sendas que podíamos haber tomado, pero que no lo hicimos, en la vida física.

Dice Seth: "La experiencia del sueño la siente directamente el yo in­terior. Los sueños tienen una realidad eléctrica, como ya te dije. En ésta (la realidad eléctrica), no sólo existen independientemente del soñador sino que tienen lo que podrías llamar forma tangible, aunque no en la forma de materia como aquella con la que estás familiarizado."

Muchas veces Seth nos dijo que toda experiencia está eléctricamente codificada dentro de nuestras células, mas no es dependiente de ellas. Y esto también se aplica a la experiencia del sueño; y va más allá para agregar: "Los pensamientos de un hombre y sus sueños, son de mu­cho mayor alcance de lo que él cree. Existen en más dimensiones y afectan más mundos de lo que él llega a percatarse. En efecto, son tan concretos como cualquier edificio. Aparecen en muchas formas den­tro de muchos sistemas y, una vez creados, no pueden retirarse.. .

"La realidad eléctrica de un sueño es decodificada de tal modo que sus efectos los experimenten no solamente el cerebro, sino hasta los rincones más lejanos del organismo. Las experiencias del sueño hace mucho tiempo olvidadas conscientemente, se hallan por siempre con tenidas como datos eléctricamente codificados dentro de las células del organismo físico... Existen dentro de las células (junto con toda la experiencia de un individuo)... Las células se forman alrededor de ellas. Estas señales modificadas eléctricamente, forman contraparte de experiencia completa y el patrón es entonces independiente de la rea­lidad física."

En otras palabras, nuestros sueños alcanzan cierta inmortalidad propia, junto con nuestras personalidades. Seth deja ver claro esto: "Cada individuo forma, desde su nacimiento, su propia contraparte de señales eléctricas continuas, individuales e incorporadas, que inclu­yen sus sueños, pensamientos, deseos y experiencias. A la muerte físi­ca, su personalidad continúa existiendo, separada de su forma física."

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