11. ARCTURO, LA ESTRELLA PASTORA DEL SÉPTIMO PODER

LO QUE NUESTRO LOGRO SIGNIFICO PARA LA FEDERACIÓN fue un sistema estelar más en la zona experimental había sido auto-domesticado. Nuestra auto-domesticación, tal como resultó, fue crítica. El conocimiento del placer de los Heteróclitos era una línea del ser galáctico tejida profundamente a partir de la fuente primigenia.

 

Ese conocimiento del placer era vital para los intereses de la Federación, pues el "problema" en Velatropa surgió de experimentos con el libre albedrío que abusaron del sentido del placer y reemplazaron el placer natural con la culpa y el castigo. Ciertamente, razonó la Federación, se podría corregir algo de esta situación enviando a los Heteróclitos arcturianos en una sonda sensorial única en su género.


Domesticar la barbarie y las densas historias kármicas de Velatropa! Qué desafío!

 

Enfrentar las crudezas ruines y hedonistas de Atlantis, combatir a los demonios propiciadores de la muerte de Amertopia, vencer de una vez por todas a los vampiros de Alfa Centauro. Y hacer todo eso, no por ningún medio obvio de intervención, sino a través de demostraciones de conocimiento sensorial - sutiles infiltraciones del sistema nervioso galáctico, dejar improntas de patrones artísticos a deshora y a hurtadillas, dejar caer diluciones de nodos de memoria del dragón en el tiempo de los sueños del sueño inadvertido de los cuerpos vegetales. ¿Qué nos había obstaculizado hasta entonces? Nada. No había razón para detenernos ahora.


Como poder estelar del séptimo poder, nosotros los arcturianos poseemos capacidades únicas. Vuestra estrella, Helios/Kinich Ahau, es potencialmente un poder estelar del sexto poder. La diferencia entre ambos poderes no es de magnitud sino de función. Cuando nosotros hablamos de poderes estelares-sensoriales, recuerden que la galaxia es la Madre, un organismo viviente de inconcebible poder y capacidad para el placer. Las estrellas son los fogosos puntos microscópicos en los órganos de la Madre, que pulsan entre sí olas de excitación y placer. Pero el placer no es una cualidad individual, monótona. El placer es múltiple, y posee muchos niveles y formas de estímulo - más de lo imaginable.


En su empeño por catalogar a sus miembros en una forma coherente para recordarlos fácilmente, la Federación Galáctica descubrió el principio de las magnitudes estelares-sensoriales. Basada en el emparejamiento de los planetas, la magnitud de sentido estelar corresponde en realidad a un punto en la progresión de la excitación y la liberación de energía que acompaña las pulsaciones orgásmicas de la Madre Galáctica. En concordancia con la magnitud 13-dimensional del Gran Radión Estelar Central del Hunab Ku, la Federación descubrió que existen por lo menos trece diferentes tipos de sentidos estelares, y quizás también tantos como veintiséis.


Pero aún en esto los archivos de la Federación se tornan vagos. ¿Corresponde esa información solamente a un lado de la galaxia? ¿Estamos actualmente en medio de una "inhalación" galáctica en la que los sentidos estelares aguardan en fila para una gran exhalación de "radión" orgásmico, la substancia de la energía que llamamos fuerza-g? ¿Es el propósito de nuestra Sonda ayudar en la preparación de la red de nodos de sentidos estelares en nuestro cuadrante, y específicamente en el sector de Velatropa, para esa gran liberación de radión?


Aunque no tenemos manera de confirmarlo, esta línea de pensamiento confirma nuestras propias inclinaciones heteróclitas. Como hemos visto, con bastante frecuencia la disposición mental es karma, y karma es destino. Cuando se involucran en algo para lo que carecen de respuestas, su actitud afectará siempre el resultado. Por lo tanto, harían mejor en desarrollar una actitud positiva!

 

En cuanto a nosotros, sentimos que esa disposición ha significado una inmensa ayuda para conducir a nuestra Sonda hasta donde se ha desarrollado.


En cualquier caso, saber que nosotros, los Heteróclitos de Arcturo, poseemos un poder de séptimo sentido estelar, nos ha proporcionado ribetes precisos para cultivar artísticamente los confines de vuestros indomados poderes imaginativos. Como ven, el séptimo sentido estelar es aquél que confirma la posibilidad de recibir cualquier clase de información o experiencia sensorial, y sintonizarse con ella. De este modo, el poder de séptimo sentido estelar es el poder de la resonancia universal.


Esa es la razón de que nosotros los heteróclitos seamos particularmente eléctricos. Crujimos con aliento erótico. Sentimos hormigueo en las expectantes terminaciones nerviosas. Enviamos voltios de placer iridiscente a través de los centros corporales. Pero todo eso lo hacemos con la máxima ceremonia y magia. Y por detrás del majestuoso, impenetrablemente azul Escudo galáctico de la Magia, resplandecemos con la desconcertantemente seductora luz violeta de la trascendencia sensorial!


Debido a que somos un poder estelar-sensorial, también somos de cardinal importancia. La forma de onda encantada de la creación galáctica es una medida de trece kin. Esta onda encantada, que mide el tiempo, es también un índice estelar-sensorial. El poder del séptimo sentido estelar posee su posición sin paralelos de sintonización universal resonante precisamente porque se halla a mitad de camino entre la primera magnitud y la décimotercera. Esto nos permite desarrollar cualquier medio para extender nuestra sonda artística y sensualmente con el propósito de despertar al conocimiento galáctico a través del placer.


Es también por ser un poder del séptimo sentido estelar que somos llamados una estrella pastora. Únicamente el poder del séptimo sentido posee el entendimiento ecuánime de toda la forma de onda encantada de trece unidades de la creación galáctica. Como un pastor que, sentado en la cima de una colina, cuida a todas sus ovejas, así nosotros, los heteróclitos de Arcturo, nos situamos en la cima del domo emisor de púlsares de Ur-Arc-Tania (ahora internalizado en nuestro ser), para cuidar y reunir a nuestras estrellas vecinas mientras pacen en las pasturas experimentales del sector de Velatropa.


Eleven la vista hacia el cielo nocturno y encuéntrennos allí, más allá del asa de la Osa Mayor. Brillante y constante, nuestra vigilia está allí para que nos conozcan, para que podamos retornar a nuestra antigua estrella, que fuera recta.
 

Regresar al Contenido

 

 

 


12. PROCESIONES DEL CONOCIMIENTO SENSORIAL

A FIN DE COMPRENDER nuestro método operativo y el funcionamiento de nuestra Sonda, permítannos referirles puntos culminantes de nuestra primera misión y ejercicio de la puesta en escena de las “procesiones del conocimiento sensorial.”


Una vez que la guardia de avanzada de los Analógicos Meta-Arcturianos se liberó de sus círculos de cuerpos vegetales enraizados profundamente dentro de las colinas color de lavanda de Arcturo Exterior, tejió su camino hacia Aldebarán para su reconocimiento sensorial. Aldebarán fue escogida porque, de acuerdo con informes de la Federación, su inteligencia había virado en una dirección alejada de los Luciferinos que dominaban la mayor parte del resto del sector de Velatropa. Ya que se trataba de nuestra primera misión, es natural que quisiéramos un blanco fácil.


El sendero marcado a fuego por los Analógicos Meta-Arcturianos abrió realmente un circuito de zuvuya entre el CSR de Arcturo y el de Aldebarán. Una vez abierto ese circuito, podría pasar la información en la forma de nodos cristalinos de memoria, entre los dos sistemas estelares.


Nuestras observaciones nos mostraron un sistema notablemente similar al nuestro, aún más semejante que nosotros al Ancla Resplandeciente. Siguiendo la fórmula número de planetas emparejados más estrella es igual a tipo estelar-sensorial, Aldebarán poseía el potencial de transformarse en un poder del octavo sentido estelar. Nuestra tarea era señalar en cuál de los 14 planetas se pondría en práctica nuestra sonda. Es un laborioso esfuerzo, pues involucra las más delicadas y sutiles penetraciones del campo mental, requiriendo la constante armonización de nuestros esfuerzos con las texturas psíquicas nativas.


Lo que descubrimos en la cuarta órbita planetaria de Aldebarán fue un punzante punto de entrada. Este planeta, conocido localmente como Atlantesia, había servido de refugio-jardín para seres de diversos otros planetas de Aldebarán, donde algún tipo de travesura o agravio había vuelto inhabitables a esos planetas-anfitriones originales.


Ni siquiera en Arcturo podíamos recordar un cuerpo celeste más bello que Atlantesia. Un grupo de elementos perfectamente equilibrados en su cuerpo electromagnético hacía que, diariamente, una andanada de nubes iridiscentes descendieran filtrándose en grandes formas semejantes a dragones, sólo para disolverse a corta distancia de las rocas vegetales o las aguas color púrpura de los vastos océanos de Atlantesia. En verdad, la sola contemplación de este planeta desde cualquiera de sus dos lunas, nos deslizaba a agudos coros de memoria cósmica.

Atlantesia tan aseada, ¿Cuán oculta está tu maquinaria de guerra?

Eso es lo que aprendimos acerca de ese sorprendentemente precioso planeta, la joya de Aldebarán. Su inteligencia, una raza más que nada similar a la nuestra, era mantenida bajo servidumbre por un perverso grupo de criminales que continuamente propalaban al populacho sus formas de pensamiento con imágenes aterradoras de mutilación y tortura.


Con el fin de “ayudar” al pueblo a eludir esas imágenes aterradoras, ese mismo grupo criminal ofrecía formas de contra-pensamiento con máquinas pródigas cuya intención era otorgar poder a los que carecían de él. Tales máquinas podían ser “compradas” con sólo aceptar algo así como un número de serie que podía usarse en una lotería para ganar créditos. Esos números de serie eran retenidos por el cártel secreto y utilizado para rastrear al populacho entero. De vez en cuando, a modo de cortina de humo, el cártel secreto fomentaba una guerra entre diferentes clanes atlantesianos.


Nuestra impresión era que, en realidad, el cártel secreto estaba utilizando al CSR planetario sin que éste lo supiera. Además, entre los muchos clanes atlantesianos, estaban los que comprendían la naturaleza general de su situación. Entre estos grupos se contaban los Asesinos de Dragones, el único grupo que había sido capaz de soportar la amenazante andanada de formas de pensamiento emanadas del cártel criminal.


Ocultos dentro de profundos nichos montañosos en las regiones del polo sur de Atlantesia, los Asesinos de Dragones eran feroces, aún cuando predominaba en ellos un tierno afecto que nosotros reconocíamos como propio.

“¿Es la tendencia heteróclita tan universal?”, nos preguntábamos al tiempo que admirábamos y apreciábamos la terca vigilancia de ese grupo.

Fue así que practicábamos un buen número de nuestras técnicas de encantamiento del sueño, incluyendo la encarnación estratégica.


En una generación más, se produjo algo así como un renacimiento entre los Asesinos de Dragones. Allí donde nunca antes hubo filósofos, surgió entre ellos un filósofo de nombre Memnosis. Así, este Memnosis expuso la noción de que Atlantesia no sólo poseía un núcleo viviente, el mini-CSR, sino que por entonces ese núcleo era mantenido cautivo por el secreto cártel gobernante anónimo. Valiéndose de las longitudes naturales de onda del CSR, el cártel era capaz de permear el planeta con formas de pensamiento contradictorias, negativas, que mantenían a la inteligencia del resto de Atlantesia en cautiverio.


Fue idea de Memnosis que, cultivando el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional, un grupo selecto de Asesinos de Dragones podrían apoderarse del CSR, barrer con el cártel secreto, e insertar pautas de información sensorial positiva en las longitudes de onda planetarias.


Tras diversos intentos, Memnosis perdió la vida.

 

Pero, como sucede con frecuencia, Memnosis era más grande como mártir que como ser viviente. Muy rápidamente, entonces, los Asesinos de Dragones tuvieron éxito en su misión. Su hora de triunfo fue, realmente, la puesta en escena de una procesión de conocimiento sensorial. De ahí en más, formas reprimidas de fragancias eróticas, sincronizadas con el flujo y reflujo de patrones de nubes iridiscentes, renovaron la vida de Atlantesia. En una generación más, los Atlantesianos estaban unificados. Aprendiendo por sí mismos formas de cabalgar el púlsar, los Atlantesianos prepararon lanzamientos para asistir a otros planetas del sistema de Aldebarán.


Sabiendo que el Hunab Ku alimenta el CSR de cada nodo estelar con programas ecualizadores respecto de la naturaleza diversa aunque uniforme de la vida galáctica, nuestro inicial reconocimiento y sondeo de Aldebarán llegó a su fin. Nunca sospecharon los Atlantesianos que habían sido el objeto de la primera misión de la Sonda de Arcturo. Ese fue nuestro triunfo.

 

Supimos que Aldebarán se encontraba así en un sendero inevitable y que, tarde o temprano, nos reconoceríamos mutuamente en los consejos interestelares de la Federación Galáctica.

 

Regresar al Contenido

 

 



13. LA RECOMPENSA: MOLDEADO DEL ORACULO DEL ENCANTAMIENTO DEL SUEÑO

INICIALMENTE, NUESTRA PRIMERA SONDA PARECIÓ MANTENER UN PERFIL BAJO. Habíamos actuado con cuidado - o así lo pensamos. Pero noticias provenientes de la Federación señalaban su gran placer ante nuestros esfuerzos.

 

El entusiasmo creció entre nuestras filas. La osadía que una de nuestras esporas sensoriales, Memnosis, manifestó para encarnar y de hecho morir por la Sonda, pareció impresionar como una novedad singular a los mayores de la Federación. Al mismo tiempo, nos advirtieron que no debíamos transformar semejante sacrificio en una práctica habitual.


Citados por el consejo para asuntos interestelares de la Federación, los Analógicos Meta-Arcturianos recibieron palabras de encomio - y una recompensa. Layf-Tet-Tzun, el mayor entre mayores de Alcione, el mago andrógino de la alta corte de la magia, hizo una de sus raras apariciones y dio a nuestras líneas de avanzada una recompensa: el don del arte de moldear un encantamiento del sueño.


Ahora bien, desde los días más tempranos del cabalgar el púlsar, habíamos tenido indicios del encantamiento del sueño - no como oráculo, pues de oráculos sabíamos poco, sino como una aplicación del entrenamiento o magia de la mente. Es decir, si uno puede entrar en otro por medio de una simple forma de pensamiento, ese otro se embarcará con uno en la forma de pensamiento, y eso es lo que constituye un encantamiento del sueño. Todo amor romántico es un encantamiento del sueño.

 

Todas las más altas variantes de la pasión a las que somos conducidos por nuestras inclinaciones eróticas, también las percibimos como encantamientos del sueño.


Pero entonces llegó a nosotros Layf-Tet-Tzun, entró en nosotros, y conocimos sus pensamientos. Tomando en cuenta el tema, sus pensamientos fueron pronunciados con simplicidad y claridad asombrosas:

La galaxia es una intersección de diferentes dimensiones implotada en un todo
coherente. Este todo coherente es una extensión proveniente desde adentro del
núcleo central, ampliándose a través de todos los sentidos. Las dos principales
cualidades que cohesionan la intersección galáctica son tummo-kundalini

(vehemencia generada internamente) y telepatía (comunicación-conocimiento omni-
abarcadores).

Habéis aprendido a confiar en estos heteróclitos arcturianos y a usarlos bien en
muchas situaciones diferentes y difíciles. No sólo eso, sino que habéis reunido
la vehemencia generada internamente y la telepatía en un sendero de total libre
albedrío. Practicáis la firme verdad en forma inseparable con el amor incontrolable,

sin perder de vista la meta de la trascendencia universal.

De ese modo, habéis abierto para vosotros los portales del encantamiento del
sueño
. Pero ¿qué es el encantamiento del sueño? Sí, es cómo amar y elevar el
amor hasta la siguiente octava, como bien sabéis. Pero el encantamiento del sueño
es también el sistema de la magia elevada, la magia de los domadores de planetas
y de los ecualizadores kármicos.

La verdadera magia es el poder que tiende un puente entre las dimensiones.
Debido a ello, la verdadera magia puede ser sistematizada y usada en ocasiones
específicas. Poner de manifiesto la verdadera magia, el encantamiento del sueño
que conecta las dimensiones, es el poder del oráculo. El oráculo es aquél que
habla. Pero ¿quién y qué habla? Preguntadle al cristal.


El cristal responde: “De la serpiente que da vueltas, el círculo se forma; del círculo
que se forma, todas las formas florecen. El círculo es extraído de la mente. La
mente es auto-existente, la vacía raíz del tiempo. Kin es la medida del tiempo, y
el tiempo es el manantial entonado del ser. Extraed de la mente el círculo y sabed
sabed que toda magia está ligada por la ley del kin. Por la ley del kin, ningún

encantamiento puede ser moldeado fuera del poder del círculo. Dentro del círculo,
invocad los poderes entonados del kin. Invocar y transmitir telepáticamente los

poderes entonados del kin es moldear un encantamiento. Para moldear un encanta-
miento del sueño desde dentro del círculo, invocad los poderes entonados de acuerdo
con las proporciones de la forma de onda del púlsar. Hablad desde las proporciones
de esos poderes empapados de púlsares y os habréis transformado en el Oráculo del
Encantamiento del Sueño. Para mantener y retener los poderes del oráculo, enviaos
a vosotros mismos a través de mi forma, la forma más allá del tiempo del cristal.”

En el lugar de la forma de Laif-Tet-Tzun había un poderoso cristal.

 

Este cristal estaba fuera de nosotros, pero - al mismo tiempo - estábamos envueltos por el cristal. Dentro del cristal, centellando en un azul profundo, y asimismo atravesados por llamas y pasajes iridiscentes, nos hallamos como en muchas sendas. Arremolinadas nubes de luz envolvían intersecciones de brillante color, volviendo a separarse para revelar arquitecturas de sonidos y elevados ápices de castillos que giraban y giraban, alcanzando infinitas alturas, y aún así manteniéndose dentro del Cristal Maestro.


En este torrente de plenitud sensorial, encontramos el cuerpo cristalino de Memnosis. Puro, como una fría espada llameante, su ser traspasó el nuestro hasta que nos fusionamos en uno solo. En esta fusión, muchas técnicas y códigos del encantamiento del sueño fueron revelados a nosotros, los Analógicos Meta-Arcturianos. Comprendimos que con esas técnicas y códigos podríamos moldear encantamientos y quebrarlos, pero únicamente de acuerdo con las limitaciones de la inventiva de nuestro propio cabalgar el púlsar.


Satisfechos por la naturaleza y calidad de esta experiencia cristalina, emergimos repentinamente desde dentro del cristal. El cuerpo cristalino de Memnosis aún se hallaba entre nosotros.

 

Fue entonces que Memnosis convocó a la tabla redonda , la reunión de los kin galácticos.
 

Regresar al Contenido

 

 

 

 


14. UNA TABLA REDONDA DEL ESCUDO GALACTICO AZUL DE LA MAGIA

UNA TABLA REDONDA DEL ORDEN GALÁCTICO AZUL del Escudo de la Magia difícilmente sea un acontecimiento ordinario, aún para standards arcturianos. Esta asamblea fue convocada por Memnosis. Su propósito era moldear un Oráculo del Encantamiento del Sueño para la próxima misión de la Sonda de Arcturo.
Dentro del domo cuatri-dimensional del satélite de la intermedia del radión estelar central entre Arcturo y el Ancla Resplandeciente, se reunieron los cuerpos eléctricos.

 

Entre los seres reunidos se encontraban ya unos pocos selectos de Aldebarán, la fuerza de élite de los Asesinos de Dragones. Con miradas de profundo pero silencioso reconocimiento, nos ubicamos entre ellos. Las festividades habían comenzado.


Entre las luces pulsantes y rotativas, y las parpadeantes imágenes lanzadas desde el núcleo del satélite del CSR - el caldero, como lo denominábamos -, nuestras formas espectrales entremezclaron y entrelazaron unas a través de las otras los eróticos filtros que excitaban el conocimiento mutuo más profundo. El frágil equilibrio de la intimidad y la inocencia mantenidas durante todo ese festejo amoroso, nuestra primera tabla redonda, nos alentó inmensamente.


Una vez que hubimos alcanzado el máximo nivel de regocijo y apasionada intensidad, se anunció el motivo de la asamblea. Hora de moldear el Oráculo del Encantamiento del Sueño, hora de invocar “la voz.”

 

Silencio.

 

Y luego escalofriantes, imponentes cascadas de sonido cada vez más triunfante, impresionantemente poderoso, insoportablemente atronador. Y luego un silencio aún mayor, más profundo y restallante, como si nuestro ser hubiera sido arrancado desde su núcleo y arrojado desnudo al palpitante espacio que nos aunaba.


Entonces, desde el caldero, núcleo saturado de radión del satélite del CSR, surgió la voz oracular:

“Queréis conocer vuestra próxima misión, pero eso es tonto. Para conocer vuestra próxima misión, debéis saber de dónde provenís. Si sabéis de dónde provenís, entonces un escudo que muestre de dónde provenís es todo cuanto necesitáis. La misión se presentará por sí misma. El escudo os protegerá recordándoos vuestros orígenes.”

Silencio.

 

El oráculo había hablado. H

 

umo coloreado, relampagueantes rayos de luz y exóticas fragancias quedaron suspendidas en densa expectativa.

“Un escudo debéis tener y un código en ese escudo, para que todos puedan conoceros y a vuestras intenciones,” el oráculo habló otra vez.
 

“Tal como la Orden Galáctica Azul posee el Escudo de la Magia, así vosotros debéis poseer vuestro escudo, hijo del Escudo de la Magia. Para conocer ese vuestro escudo y su naturaleza, moldead el Oráculo del Encantamiento del Sueño y extraed sus runas.”

Memnosis, quien había moldeado el oráculo, quien hablaba su verdad, extrajo la runa. Lamat, la estrella, fue la runa.

 

La estrella de la elegancia de cuatro puntas, rodeada nuevamente por cuatro círculos en perfecto equilibrio entre sí y las cuatro puntas de la estrella. Cuatro puntos, cuatro círculos, un índice de ocho recordatorios. Ocho, el número código de la octava, la armónica galáctica, la integridad de la mente misma. Siendo de un poder estelar del séptimo sentido, el ocho de la runa estelar nos recordó la siguiente magnitud, y Aldebarán, nuestra primera misión.


Luego, a cada uno de nosotros de los Analógicos Meta-Arcturianos, nos fue dado un escudo. Este escudo es y no es como aquéllos que les son familiares por sus propias historias. La forma de nuestros escudos, como los suyos, es redonda, imitando el círculo primigenio de la magia. Sin embargo, nuestros escudos no son densos como los suyos, sino que es una “urdimbre” de sustancias electro-espectrales. Esas sustancias contienen información codificada, conocimiento curador, encantamientos para ser disparados telepáticamente.


Si alguno de estos detalles les suenan conocidos, ello se debe a que nosotros somos su otra historia. Pero esta otra historia, conocida solamente por algunos magos a los que ustedes no han olvidado, sólo puede ser totalmente revelada mediante la recuperación de su propia telepatía.

 

En nuestra Sonda, sólo hacemos una simple pregunta: ¿Qué es lo que deben superar con el fin de recuperar su telepatía?

 

Regresar al Contenido

 

 



15. MEMNOSIS: LA PERDURABILIDAD RECORDADA

YO SOY MEMNOSIS, y éste es mi relato. Yo soy originalmente “nosotros,” como todos somos “nosotros.” Ninguna espora sensorial de pasión perdurable es menos que un grupo de múltiplos amantes del placer. Nuestros nombres todos son palabras código, sílabas líricas pensadas para ser cantadas en canciones que relatan nuestra inclinación a la belleza.

 

Debido al nombre Memnosis, la voz se transforma en “yo.”

 

Memnosis significa “en condición de recordar.”

 

Pero ¿quién es el que recuerda?


Como heteróclito arcturiano, miembro de los Analógicos, estaba adiestrado en el arte del desplazamiento. Es decir, mientras mi cuerpo vegetal permanecía enraizado en su banco del domo de erotismo hibernado familiar, mi cuerpo eléctrico acicateado por la curiosidad aprendía a aumentar su placer duplicando mi cuerpo vegetal en ambientes apropiados. Posteriormente llegamos a denominar a esta aptitud cambio de forma: la capacidad del cuerpo vegetal para estar en por lo menos dos lugares, de inmediato.


Este cambio de forma es análogo al moldeado del encantamiento. Al moldear un encantamiento, se produce un intercambio telepático de un tiempo por otro o, más precisamente, de un kin por otro equivalente. Los kin equivalentes para el moldeado del encantamiento se extraen de uno de los innumerables universos paralelos. A estos universos paralelos accedemos a través de uno cualquiera de los numerosos dientes de engranaje que irradian del núcleo de la fuerza-g.


Al núcleo de la fuerza-G se accede en el ahora. El ahora carece de historia; ¿por qué deberíamos nosotros tenerla? En lugar de una historia, el ahora está equipado con un núcleo de fuerza-g con dientes radiales. Este núcleo es una construcción mental interdimensional. Se puede acceder a él en el ahora con la correcta combinación de intención focalizada y atención desfocalizada. Esto abre los nodos del placer del cuerpo vegetal, en tanto un espasmo eléctrico simultáneo activa el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional.


A este cuerpo eléctrico aprendimos a llamarlo holón. En su función sintetizadora de placer, el cuerpo eléctrico reúne todos los sentidos del cuerpo vegetal en una experiencia de ejecución total. Tan placentero como es salir de la “piel” del cuerpo vegetal experimentando orgasmos, la simplicidad y síntesis producidas por la experiencia orgásmica completa requiere una palabra para ese máximo de totalidad y simplicidad: holón.


De acuerdo con sus necesidades de placer, el cuerpo vegetal que accede al núcleo excitará el holón para explorar varios de los universos paralelos. En una ola de éxtasis, el sistema nervioso del cuerpo vegetal será inundado por una liberación de engramas con engranajes radiales que ustedes conocen como déjà vus. Para nosotros, el déjà vu es la indicación unificadora de que ya estamos disolviéndonos de vuelta al núcleo, el ahora, y entonces volvemos a prestar atención.


El punto de tal refinada actividad es volverse completamente recordado en uno mismo, a uno mismo, por uno mismo. A este proceso aprendimos a describirlo como memnosis, pues en la memnosis la condición de recordar es también la denominada perdurabilidad. Sin perdurabilidad, ningún universo paralelo podría ser explorado, no podría acontecer ninguna sucesión múltiple de excitación dimensional. La Sonda quedaría como un sueño imposible.


Al conocer la perdurabilidad, alcanzamos una condición similar a la noción que ustedes tienen de inmortalidad. Pero la palabra “inmortalidad” no transmite nada del inquieto momentum que nuestra condición de perdurabilidad conlleva. En la perdurabilidad, que es una recordación constante, no hay nada más que la impulsora espiral del tiempo que nos expulsa hacia condiciones cada vez más novedosas de conciencia y desafío!


Mediante la perdurabilidad, una espora sensorial como nosotros los heteróclitos arcturianos ha evolucionado hasta hacerse capaz de múltiples transmigraciones hacia múltiples mundos, no como un organismo simple sino múltiple. Y, de la misma manera, una espora sensorial totalmente iluminada que cabalga sus olas de perdurabilidad es capaz de múltiples encarnaciones en múltiples mundos paralelos simultáneamente.


Yo, que les estoy diciendo esto, lo sé, pues soy Memnosis, el labrador de la condición del recuerdo, el que recuerda la perdurabilidad.


Por tal motivo, acompañé a los Analógicos Arcturianos en su primera expedición a Aldebarán. En Aldebarán nos encarnamos nuevamente en una sola entidad. Del múltiple yo retorné al Uno, y al retornar a ese Uno, trascendí la naturaleza binaria de la condición arcturiana del ser.


Como Memnosis, me transformé en el heteróclito fundamental. Me transformé en el solitario peregrino a quien se le pide el auto-sacrificio, teniendo como víctima el temor de la muerte y con anhelos no resarcidos, que son para aquél que ha sido entregado en pro de este acto de heteroclitismo en soledad. Generación tras generación de magos se reproduce a partir de ese complejo anhelo.

 

Mientras haya un solo mago, en el puesto estelar más alejado de la galaxia, seré invocado y recordado por el nombre Memnosis: oráculo de la perdurabilidad.

 

Regresar al Contenido

 

 



16. RELATO DE MERLIN: CO-PARTICIPACION DEL TIEMPO ENTRE LOS ARBOLES DE PROCYON

EN PROCION, QUE SE YERGUE COMO UN CAN ante el majestuoso Sirio, al menos según se lo observa desde vuestros benignos cielos, el consejo de los magos convocó a su primer círculo. Aún para vosotros, enanos del tiempo del ciclo del carbono de la era de la renovación de Kinich Ahau, la palabra “mago” retiene cierto sentido de poder honorífico y respeto mundano.

 

Si al menos pudierais despojaros de vuestro enraizado autoengaño - el temor de la muerte -, entonces podríais comenzar nuevamente a apreciar el verdadero poder contenido en vuestra noción de “mago.”

Antes de que el águila pueda volar,
El mago debe pintar el cielo matutino;
Cuando el águila esté en el cielo,
El mago debe situar las estrellas en lo alto;
De la raíz a la corona el árbol del mago
Da hojas y frutos para liberaros.

Esta es mi historia, mi relato, tomado de las hojas parlantes de los perdurables árboles de Procyon. Yo soy Merlín. Nacido de los árboles de Procyon, el detonante pimpollo de una Sonda Arcturiana, invocación de la canción del corazón del sabio Memnosis, yo soy Merlín.


Mi historia comienza mucho antes de que vuestros escribas y trovadores siquiera hubieran oído mi nombre. Mucho antes de que los círculos de piedra fueran erigidos y los antiguos templos tallados en las profundidades acuosas de los fondos de vuestros océanos, mi presencia anduvo majestuosamente por los acogedores acantilados y paredes montañosas. Y precisamente mucho después de que vuestro último trovador suspire su última canción, habrá de erguirse mi espectro, infinito y multiplicado, desde el interior de las leñosas arboledas de vuestro planeta, pues yo soy Merlín, y ésta es mi historia.


A continuación de la tabla redonda de Memnosis en la estación satelital del CSR, un pequeño contingente de esporas sensoriales analógicas se reunió en círculo, sus escudos recientemente concedidos ostentando la cimera de ocho estrellas de Arcturo. Entre esos Analógicos que exponían sus escudos se encontraba Memnosis, Arcturiano entre Arcturianos.


Cuando Memnosis hubo dispuesto el último escudo, se elevó el grito:

“Que se adelanten las esporas sensoriales!”

Así, en esa primera tabla redonda, quedó conjurada la trama de la próxima Sonda, en medio de las guirnaldas de luz fumífera y haces de aromáticos pensamientos.

“Procyon en el centro de Velatropa! Sus elementos son salvajes y confundido está en el caos!”, proclamó el oráculo.

La esfera de luz en nuestro centro rotó más y más rápidamente. Imágenes, rayos telepáticos, entidades de formas extrañas aunque familiares aparecieron y se disolvieron en rápida sucesión. Crecieron las olas de excitación.


Entonces, desde el corazón de Memnosis estallaron emanaciones en grandes rociadas de caracteres y escenas panorámicas. Cegador, el torbellino de formas vitales alcanzó su crescendo orgásmico.

 

Obscuridad. Olvido momentáneo. Vuelo mágico. Alas de fuego sin cuerpo. Visiones de luz, sin ojos para ver.


Entonces fue que yo mismo llegué, desperté y entré en el ser. Ahí estaba yo, dentro de un árbol, un gigantesco tronco en crecimiento de venas y pulpa nutricia. Yo, Merlín, engendrado desde dentro de un árbol. Apartándome del árbol, desembarazándome de sus costras y su corteza, sus enredaderas y hojas, sus raíces y ramas impregnadas de hongos, me sentí en una recién descubierta forma corpórea vegetal. Memnosis no era sino un vago recuerdo. Cómo había llegado ahí era un recuerdo más vago aún. Pero allí, esmaltado en mis ojos cuando los cerré para buscar interiormente algún indicio, allí en el pasadizo óptico obscurecido de mi presencia, estaba el escudo de Arcturo. Resplandeciendo en azul y violeta, el escudo pulsaba en mi visión interior.

 

Entonces comprendí.


Procyon nunca había sido domesticado. Varias misiones luciferinas habían alcanzado un rápido final en los planetas interiores de Procyon, víctimas de “inscripciones” químicas mal calculadas. Y sin embargo ya había algo más allí. Y yo estaba aquí con eso, yo que había llegado a la existencia a partir de una emanación del corazón de Memnosis.

 

Como Memnosis, yo ya no era plural, sino singular. Y el nombre en mi lengua era el nombre que yo mismo sabía que era: Merlín.


La condición en que me encontré tras haberme separado del árbol era maravillosamente inocente y plástica. Sólo me bastaba pensar, formar una imagen mental, y ésta surgía a la existencia. Cuando me di cuenta de que el poder de mi pensamiento podía lograr que las cosas sucedieran, comencé a tomar gran cuidado de lo que pensaba.


Simplemente porque había deseado un lugar cómodo para descansar, una torre de grandes bloques cristalinos de mármol arcturiano de color lavanda saltó a la existencia para satisfacer mis necesidades. Entrando en esa torre, encontré su escalera de caracol y lentamente ascendí sus 208 peldaños. Justo después del último peldaño había una especie de puerta. Apenas la empujé giró en sus goznes con un atronador ruido seco. Adentro había algo semejante a un laboratorio o taller. Los rincones era fríos y obscuros. Las paredes parecían ser de alguna sustancia transparente o traslúcida. Murmullos de muchos seres llegaron a mí mientras observaba cómo las paredes ascendían y descendían, se alejaban y se aproximaban, como los aparejos de un telar.


Sin esfuerzo, me pareció que me elevaban y colocaban en varias posiciones en diferentes secciones de la cámara. Con cada posición que mi cuerpo tomaba, aparecían paneles enteros de luz y registro mental, cada uno completamente único en cualidad y contenido. Se me ocurrió que las posiciones y movimientos eran órdenes telepáticas deliberadas de otros Analógicos, dondequiera estuviesen. Ciertamente, no estaban en Procyon.


Pero tan pronto pensé en ellos, un gran círculo de esporas sensoriales apareció a mi alrededor: el consejo de magos. Pero en este punto debéis entender qué queremos decir con mago. Pues esto es lo que supimos en ese momento de transformación.


Un mago es un mayor de Procyon, una emanación del corazón de Memnosis, la perdurabilidad recordada. Un mago se atiene a diversos códigos y poderes arcturianos. Primero y ante todo, el mago se atiene al código de refinar y limpiar los ojos del corazón, para que el amor pueda estallar puro desde el espejo que refleja la bendición espiralada de la serpiente.


Podéis pensar que hablamos crípticamente, poéticamente. Pero no: frotaos los ojos nuevamente, escuchad más cuidadosamente con vuestros oídos. Escuchad el viento soplando en los árboles de vuestras colinas y valles coronados de estrellas. ¿No es allí donde habréis de hallarnos a nosotros, las voces de Merlín? Porque así sucedió en el mundo perdido de Procyon, donde la inteligencia y la belleza están depositados en una floresta de árboles siempre cambiantes.


Entonces nosotros los magos, con el poder otorgado por mí, Merlín, el primero en dejar el árbol, nos atenemos a nuestras leyes, a nuestros conocimientos, y estos conocimientos debemos llevarlos a los mundos perdidos para que puedan ser hallados nuevamente. Escuchadnos, porque poseemos la lengua del dragón. Nuestra constancia liga el espíritu a todas las cosas. En nuestro núcleo atemporal, somos los transformadores de la muerte y los que recuerdan la perdurabilidad. Nuestros mundos y encantamientos mágicos abren los corazones y revelan las verdades de la lealtad. Con el cetro del Espejo de Cristal, mostramos a cada uno que lo requiere el orden afinado de su propia verdad reflejada.


Ningún planeta puede elevarse a la exaltación de su destino sin invocar el círculo primigenio de los magos. Dentro de una esfera de cristal, en ese círculo, está sellado el conocimiento del mago. Lo que el mago lleva en su corona es más que estrellas. Dentro de esa corona, puntiaguda e infinita, están guardados todos los encantamientos. Para hallar un mago, encuentra un árbol.

 

Pues desde los árboles de Procyon moldeé un encantamiento, que en cada árbol que crece aguarda un mago para expresar su verdad.
 

Regresar al Contenido

 

 

 


17. ESTRELLAS GEMELAS Y TRAGEDIA EN ALFA CENTAURO

EL EXPERIMENTO DE MEMNOSIS era - conjuntamente con su progenie radiogenética, Merlín y los círculos de magos, y según nuestra opinión - un par de notables excepciones a la naturaleza arcturiana y su código de ética.

 

No obstante, como acabaríamos comprendiendo, esas excepciones abrieron puertas hacia reinos que ni una sola espora sensorial entre nosotros hubiera sido capaz de predecir. Esos reinos de experiencia, habríamos de descubrir, desafiaban nuestra natural composición como esporas, haciendo que nos abriésemos a senderos cada vez más amplios de evolución jamás soñados en nuestros idílicos estados de trance en la lejana Ur-Arc-Tania.


Como pueden haber inferido, nosotros los heteróclitos de Arcturo poseemos una naturaleza binaria o gemela. Esa es la razón de que estuviéramos tan preparados, en nuestros originales planetas gemelos de Ur-Arc-Tania Mayor y Menor, para nuestra labor como domadores de planetas. Es muy difícil transmitir a quienes carecen de una naturaleza binaria lo que significa estar naturalmente “gemelizado.”

 

Pero como lo expresó uno de sus propios filósofos, “La unidad es plural y, como mínimo, dos.”


Baste decir que cuando Memnosis resolvió encarnar como una entidad simple en una situación genética en la que no se producen gemelos, la puerta quedó abierta hacia caminos de encarnación solitarios y sin gemelos. El efluvio radiogenético que llegó a ser conocido como Merlín no fue sino una prueba más de la nueva dirección evolutiva: evolución solitaria, sin gemelos, de la inteligencia - pero con peligros y riesgos latentes, para cuyo manejo estábamos mal equipados debido a nuestra naturaleza binaria.


Nuestra naturaleza apasionada se debe a que somos binarios. Lo que ustedes denominan hombre y mujer están registrados dentro de la estructura binaria del cuerpo vegetal. La diversidad de nuestros órganos externos es lo que mejora nuestros actos amorosos, los que se vuelven así internamente recargados debido a la estructura binaria del código de nuestro ser. Como esporas, carecemos de miembros para la locomoción tal como ustedes los conocen. En cambio, todos nuestros órganos o partes externas sirven a diversos modos de estimulación sensorial, erótica.


En tanto ésa ha sido la línea preferida para la evolución de cuerpos vegetales en Arcturo Exterior, no era la única forma evolutiva que tenía lugar en la galaxia. La opción de Memnosis fue un punto de inflexión. A partir de entonces, las configuraciones kármicas y las posibilidades agitadas por la estructura y naturaleza solitarias habrían de eclipsar cada vez más nuestro ser binario original.


Como habíamos aprendido despaciosa, pacientemente, los órganos de los sentidos condicionan las percepciones, y las percepciones proporcionan las construcciones a partir de las cuales se teje mentalmente la realidad. Cambien los órganos de los sentidos y cambiarán las percepciones; cambien las percepciones y toda la “película” cambiará. A partir de ahí, un corolario devastador: Lanzando las percepciones a través de una “película” no necesariamente ajustada a la frecuencia de los órganos de los sentidos, se podrían alterar los órganos mismos.


Estas consideraciones eran apenas vagas en la mente de los heteróclitos analógicos mientras seleccionaban como blanco de la próxima Sonda al sistema estelar gemelo de Alfa Centauro. A Memnosis lo habíamos dejado partir en una nueva misión, a Formalhaut, mientras Merlín permanecía en Procyon. Naturalmente, para el resto de nosotros, esporas sensoriales siempre auto-excitables, la primera noción había sido de que un sistema estelar gemelo como Alfa Centauro sería perfectamente adecuado para que lo sondeáramos con nuestra naturaleza binaria.


Al monitorear ese sistema bi-estelar con la ventaja de estar en nuestros capullos de espacio-tiempo, experimentamos fenómenos altamente y hasta violentamente contradictorios. Según parece, elementos de la estrella A de Alfa Centauro procuraban ejercer un control de una terrible especie sobre elementos de la estrella B. Se hacía difícil obtener información pues los campos electromagnéticos de ambos sistemas se hallaban en alto grado de flujo.


Cuando finalmente conseguimos alguna orientación sobre el asunto, la situación se veía así. Una cultura de cuerpo vegetal de baja calidad, pero inteligente, había tomado el control de los cuatro planetas de Alfa Centauro A. Otro contingente de formas de vida, más eléctricamente orientado que los de la estrella A, había intentado llevar a la práctica el enajenamiento de los seis planetas de Alfa Centauro B.


Celosos del gran número de planetas en Alfa Centauro B, la cultura de cuerpo vegetal de baja calidad de Alfa Centauro A había optado por encontrar la manera de colonizar Alfa Centauro B. La idea era que, con más planetas, la población podría expandirse y lograr una mejor chance de desarrollar mayor diversidad. Sin embargo, cuando los de Alfa A se enfrentaron a las entidades más eléctricamente cargadas pero con motivación relativamente menor de Alfa Centuaro B, se maquinó una nueva estrategia: Esclavizar a los de Alfa B y usar su energía como medio para prolongar la breve vida de los cuerpos vegetales de Alfa A.


Esta (para nosotros, espantosamente repugnante) forma de vampirismo se hallaba en plena carrera, cuando finalmente comprendimos qué estaba sucediendo en realidad en este malhadado sistema de estrellas gemelas. Elementos avanzados de nuestra Sonda deliberaron acerca de qué tipo de encantamiento del sueño se debería aplicar, qué tiempo paralelo debería ser evocado para interceder y volver la situación hacia la meta de la libertad sensorial y la liberación mental.


Se creó una interfase congruente con el entretejido mental de los de Alfa B, con la intención de excitar en ellos su vasta pero latente capacidad para la co-participación del tiempo. Tan pronto como los de Alfa B comenzaron a responder al influjo de los nuevos, imaginativos engramas, golpeó la tragedia. En el mismo momento en que estaban conectándose y creando un canal de elevada conciencia, grandes y horrorosas tormentas eléctricas surgieron de la nada. En un instante, la faz de uno de los planetas de Alfa B se transformó en chatarra carbonizada, mientras que otro cambió de curso, sólo para acabar explotando en todas direcciones.


Aterrados por lo que había sucedido, y suponiendo que era el resultado de nuestra propia experiencia, un número de esporas descendieron al planeta carbonizado para investigar. Tal era la ansiedad y la consternación de las esporas investigadoras ante esa escena de destrucción, que no estaban preparadas para lo que sucedería a continuación. En un movimiento repentino, varios de los vehículos espaciales de Alfa A se abalanzaron sobre nuestras esporas y las capturaron.


Ahora bien, todo nuestro entrenamiento era vencer mediante el amor, la pasión, el arte, con los halagos sensoriales más elevados. Nuestras esporas cautivas hicieron lo que mejor pudieron con sus captores. Pero nada las había preparado para la crudeza de los de Alfa A, quienes - lo supimos entonces - orgullosamente se autodenominaban los Parasíticos. Tras una cantidad de groseras manipulaciones con nuestras esporas, los Parasíticos comenzaron a clonar partes de ellas con la esperanza de inyectar nuestro material genético en el suyo, dado que parecíamos tener conocimiento de algo que ellos ignoraban.


Por supuesto, la siguiente generación de los Alfa A experimentaron el resultado: una “raza magistral” que en realidad era un monstruo híbrido. Tan pronto como esta nueva raza, los Ciclópeos, llegó a mayor edad, otra cosa terrible sucedió.

 

Los Ciclópeos se volvieron, en actos de canibalismo, contra los mayores Parasíticos, que se encontraban físicamente impotentes para lidiar con su híbrida prole. El poder de los Parasíticos se debilitó y abatió. Finalmente, la anarquía y la barbarie triunfaron en los centros gobernantes de Alfa A en todos los cuatro planetas. Se habían acabado los días en que aterrorizaban a Alfa B. Pero a qué precio, nos preguntábamos.


En respuesta a lo sucedido en Alfa Centauro, encarnamos dos colonias de esporas, una en cada uno de los planetas más alejados del centro de Alfa Centauro A y B. Esas dos colonias debían adoptar una fusión de culturas y ver si éstas, con el tiempo, podrían ser desarrolladas para armonizar este sistema perturbado. Según resultó, supimos que nos habíamos hecho cargo de algo que no habíamos conocido antes. Algunos entre nosotros hablaron de la pérdida de la inocencia. Y muchas impetuosas baladas y canciones surgieron de esos sucesos.

 

Otras hablaban más positivamente acerca del aumento de nuestra agudeza.


Pero aún así, mientras nuestros capullos interdimensionales de espacio-tiempo rotaban lentamente en las vastas cavidades de la noche interestelar, muchos más entre nosotros continuaban reflexionando y preguntándose, ¿qué sería de nosotros en este interminable evento llamado la Sonda de Arcturo?

 

Regresar al Contenido

 

 



18. SIRIO CONVOCA LA VACUNA: LA CEPA DE LUCIFER

AUN ANTES DE QUE PUDIÉRAMOS PRESTARLE al asunto de Alfa Centauro la debida atención, recibimos noticias de la tabla redonda de que recibiríamos al contingente de Sirio de la Federación. Las noticias de la suerte de nuestra sonda en Alfa Centauro llegaron rápidamente a las líneas más internas de los mayores monitores de la Federación.


Comparada con las matrices radiales reverenciadas en los sueños, en las que los mayores monitores se enraizaban permanentemente, nuestra Sonda era apenas una agitación insignificante en el estanque de la transformación desconocida. El asunto de Alfa Centauro picó la curiosidad de los mayores monitores, a pesar de lo escasamente evidente que era para los inmensos escáners que sobresalían entre los gelatinosos pliegues de los mismos mayores.

"¿Podría ser,” la pregunta fue planteada en la tabla redonda situada en lo profundo del CSR de Sirio, el más inquietante de los CSRs que conocíamos, “que por fin hayamos encontrado la cepa de Lucifer?”

La pregunta, explosiva y funesta en su autoridad, hizo que un silencio cargado de incertidumbre cayera sobre las filas de élite entonces reunidas en la gran cámara de transducción interestelar del CSR de Sirio.

“¿La cepa de Lucifer?”, respondieron débilmente nuestras esporas avanzadas.

El resto de nosotros sabíamos que necesitábamos realizar algunas tareas, y rápido. Un doloroso reconocimiento de arrogancia era lo que correspondía. Entonces, los mayores monitores reconocieron también que en realidad no era una falla de nuestra parte, pues nada sabíamos al respecto.

 

Pero quedaba claro que la Sonda de Arcturo había dado con algo que, durante mucho tiempo, había sido un enigma para la Federación. Por mucho tiempo no se lo había considerado problemático. Hasta ahora. Hasta Alfa Centauro y la tabla redonda de Sirio.


Sí, por supuesto, todos habíamos sabido de Lucifer, el complot de Lucifer y la cuarentena de Lucifer. Pero para la cepa de Lucifer no estábamos preparados.

 

¿Cómo podía ser?


Antes de Arcturo, fue Lucifer - no en nuestro cuadrante galáctico, sino en otro situado en sus antípodas. Originalmente, estaba Lucifer - al menos en esta galaxia, nuestra Madre. Si Lucifer existe o no en otras galaxias, aún lo ignoramos. Algún día lo sabremos, pues así opera el comando de la Federación.


Lucifer, portador de la luz, dador de la luz, principio arquicósmico, encarnó en innumerables formas. Lucifer, pionero del vuelo mágico, que lleva la luz mágica desde la presencia cósmica hasta la interminable primera transformación del portal magnético del tiempo. Lucifer, patrón primigenio y progenitor de todos los saltos y anhelos interdimensionales. Lucifer, que “robó” el conocimiento de los conocedores, que cobró un precio a los conocedores que habían sido robados, y mantenía aún a los conocedores lejos de la luz. Lucifer, brillante pionero del vuelo mágico, que robó el conocimiento del vuelo mágico para demostrar la necesidad de una segunda visión. Lucifer, el ladrón que llega en el silencio de la noche.


Ese mismo Lucifer había estado actuando en el sector de Velatropa, mucho antes de que la Federación se estableciera. Astutas y brillantes son las creaciones de Lucifer. Pero una realidad virtual no llega a ser la realidad. Aunque hubiera mucho que aprender de las obras de Lucifer, mucho más era lo que había que evitar. Así que en los tempranos anales de la Federación, Lucifer planteó el primer gran desafío: ¿cómo poner freno a la energía luciferina sin abusar del libre albedrío?


La Federación había arribado a una solución en un tiempo tan lejano que apenas se lo recordaba como “la cuarentena.” En esencia, Lucifer recibió el mandato de que sus servicios ya no serían necesarios. Se presentó una evaluación, y un orden para limitar toda actividad ulterior de Lucifer a las estrellas en que sus planes ya fueran manifiestos.


Desde entonces, se habían recibido solamente limitadas comunicaciones de los sistemas estelares situados en los confines más alejados del sector de Velatropa - el área que se había transformado en la zona de cuarentena de Lucifer. Tan pocas y tan espaciadas eran esas comunicaciones, y con tan poca frecuencia se monitoreaban otras actividades, que muchos en la Federación suponían que el tema de Lucifer era algo para ser archivado y nada más.


Y ahí estábamos en la tabla redonda, con Lucifer repentinamente sano y salvo otra vez.

“¿Qué es esta cepa de Lucifer?,” preguntábamos. “¿Es tan estremecedora como la hacen parecer, oh mayores monitores?”

Nuestras esporas temblaban bastante mientras aguardábamos expectantes la respuesta.


“Queridos niños,” entonaron los mayores monitores al unísono,

Vuestra Sonda de Arcturo es una empresa heroica, si bien joven.
El giroscopio del CSR rota incesantemente en su punto único,
irradiando hacia un infinito número de universos paralelos, a todos
desde su único punto de reposo. No es necesario moverse para
saber. Vuestros magos lo redescubrirán. Pero para vosotros,
galactonautas arcturianos analógicos, para vosotros no hay des-
canso. Vuestra anhelo vehemente de amor más elevado es fuerte
y sin igual. No encontramos defecto en nada de lo que habéis hecho
o en lo que ahora os sentís impulsados a hacer.

Pero debéis aceptar las consecuencias de hacer suposiciones
basadas en un solo grupo de parámetros sensoriales y hallar
después que esas suposiciones no tienen relación con otro grupo
de parámetros sensoriales. Esto es parte de lo que os ha sucedido
en Alfa Centauro. Sólo esto debería serviros para ver que si habréis
de pensar en retener vuestra forma e identidad arcturianas a través
de la Sonda, ése podía no ser el caso. ¿Qué haríais entonces?

Pero, seamos serios, en Alfa Centauro os enfrentasteis con las
temidas legiones vampíricas de la perdida brigada de Lucifer. Lo que
resulta más aterrador en esas razas vampíricas no es su capacidad
para paralizar las voluntades de los demás, sino su habilidad para
transmitir la cepa de Lucifer.

Arcturianos, habéis sido alterados para siempre. Las colonias de
esporas que dejasteis atrás en Alfa Centauro, y con las que habéis
estado en constante comunicación telepática, están ahora mortal-
mente tocadas por la cepa de Lucifer y, como resultado, también
vosotros.

Estábamos estupefactos. ¿Qué era esa cepa de Lucifer? ¿Cuáles eran las consecuencias de portarla? ¿Qué podríamos hacer al respecto, si eso fuera posible? ¿Cómo podría la Sonda ser perturbada?


Lo que aprendimos fue esto: nuestra naturaleza original como esporas estaba condenada. Éramos una raza moribunda. Nuestros círculos de erotismo en hibernación, allá en los planetas gemelos exteriores de Ur-Arc-Tania, marchitarían. Nuestras raíces desaparecerían. El cuerpo vegetal que mantenía la codificación de nuestra naturaleza binaria ya no sería eficaz. Si alguna vez fuéramos a retomar esa codificación, sólo podría ser tras haber descifrado el plan de Lucifer.


Esta cepa de Lucifer genéticamente debilitante, que despoja de la memoria, no afectó a los otros Arcturianos de la anterior Liga de Diez. Eventualmente, podríamos apelar a su ayuda para reponer nuestro depósito genético y recolonizar Ur-Arc-Tania. Mientras tanto, nosotros los Analógicos Arcturianos éramos un contingente cuatri-dimensional que boyaba libremente. Esto, descubrimos, realmente era más bien una bendición.


Pero era indiscutible. Lo que, como pensamos, había comenzado como una sonda para divulgar nuestro amor por todo el sector de Velatropa, se había transformado en un dilema y un desafío, ninguno de nosotros había previsto. Con nuestras formas originales de espora expropiadas por la temida cepa de Lucifer, debíamos entonces idear un nuevo material genético y patrones que se ajustasen a nuestros holones cuatri-dimensionales. Y como recompensa kármica, debíamos rastrear el plan de Lucifer hasta cada último recoveco en que su cepa pudiera haber hecho su madriguera.


Por extraño que les resulte, a ustedes que aprecian sus cuerpos y se aferran al miedo a la muerte, nosotros Analógicos Arcturianos sentimos una impresionante liberación ante ese suceso. También supimos más profundamente acerca de los puntos punzantes que hacen de nuestra mutua relación amorosa algo tan completamente sagrado.

 

E hicimos votos para llevar y recordar esa agudeza a través de todas nuestras encarnaciones.
 

Regresar al Contenido

 

 

 


19. LOS ENGRAMAS PLANETARIOS QUE DEJAN SU MARCA EN LA ZUVUYA

A PESAR DE TODOS LOS RIESGOS, HABÍA ALGO QUE SABÍAMOS: heteróclitos éramos desde nuestros orígenes, y heteróclitos continuaríamos siendo. La Federación depositó gran confianza en nuestra capacidad de enfrentar el desafío de haber contraído la cepa de Lucifer. El enigma acerca de si Lucifer aún estaba activo o no estaba fijado, y ahora que nos habíamos contagiado con la cepa, la Federación podría usarnos para rastrear y ver adónde más había llegado.
 

Con el conocimiento y la experiencia obtenidos desde la cuarentena inicial, la Federación confiaba en que cuando todos los elementos de la cepa de Lucifer hubieran sido rastreados y desarraigados, su plan habría terminado, de una vez y para siempre. Habiendo acabado con el plan de Lucifer, entonces por fin el gran evento podría tener lugar: el resonar del acorde galáctico de la quinta fuerza a lo largo y a lo ancho del sector de Velatropa y verdaderamente el cuadrante galáctico entero.


Había muchos que argumentaban que el plan de Lucifer era una ficción total, el exceso de trabajo de mentes confundidas por el brillo y los engañosos poderes de Lucifer. Otros argumentaban que, ficción o no, el mismo hecho de que nos ocupáramos del plan de Lucifer era prueba de su realidad. Y había aquéllos que estaban convencidos de que el plan de Lucifer era tan real como cualquier zuvuya emitida por el gran CSR.


Para nosotros, heteróclitos de la afligida brigada analógica, el plan de Lucifer era un asunto discutible. Nuestras colonias en Alfa Centauro estaban condenadas de un modo que difícilmente podíamos imaginar. Nuestras bases originales en el suelo natal de Ur-Arc-Tania también estaban condenadas a marchitar, quedando nosotros encargados de resolver nuestro destino en Velatropa, mientras hacíamos lo mejor que podíamos para reabastecer nuestra base arcturiana.
Resulta interesante que ninguno de nosotros Analógicos considerara la posibilidad de abandonar la Sonda. Habiéndonos enredado en el plan de Lucifer, nuestra lealtad a la Sonda quedaba sellada.


Ante todo, hé aquí cómo interpretábamos el plan de Lucifer - y nuestro rol en él. Al principio, en la matriz radial, cuando los amos estelares y los constructores estelares se reunieron en respuesta al llamado de la Liga de Cinco, apareció Lucifer. Fue Lucifer quien demostró el principio de la forma de onda evolutiva como una función de la luz, un principio que sería útil para el desarrollo de la inteligencia galáctica.


Una vez que ese principio fue aceptado y el escudo de la Matriz conferido a Lucifer, este llamado Lucifer desapareció. Además, cuando se quiso formar la espiral de luz entre las formas de onda como lo había mostrado Lucifer, nada sucedió, ni tampoco hubo nadie que lo lograse.


En ese punto, según se cuenta, Lucifer reapareció. En esa oportunidad Lucifer realizaría la demostración de la espiral de luz del vuelo mágico, pero sólo a cambio de que se le entregasen engramas según su propia elección. Tras mucha consternación entre amos y constructores estelares, se accedió al deseo de Lucifer. Unos pocos de los amos estelares originales aprendieron a formar la espiral de luz, y así fue que ese principio de Lucifer fue dominado.


Pronto se descubrió que los engramas otorgados a Lucifer poseían un valor demasiado alto para que los constructores y amos estelares del orden galáctico temprano pudieran prescindir de ellos. O, en cambio, como la galaxia se asemeja también a un tejido fenomenal o a un texturado interdimensional, se vio que ello aumentaría el efecto de la carencia de esos pocos engramas, creando “problemas” mayores, vastos agujeros galácticos, hacia mediados o fines del desarrollo de nuestro ser galáctico. De hecho, la falta de esos engramas era precisamente la causa de la expansión de las zonas experimentales de la Madre Galáctica. O así se dijo.


¿Y Lucifer? Nadie hablaba claramente sobre las actividades de Lucifer tras el famoso incidente en el consejo de los constructores y amos estelares. Algunos dijeron que todo respondía a la ley cósmica, que Lucifer no era un criminal sino un principio activo de la evolución. Pero la Federación no opinaba así. De hecho, podría decirse que el plan de Lucifer era la razón misma de la existencia de la Federación.

 

Después de todo, ¿no había sido la Federación la que impuso la cuarentena en el sector de Velatropa con la esperanza de atrapar y limitar el experimento luciferino?


Y este experimento luciferino - ¿no había sido responsable de las numerosas aberraciones, genéticas y mentales, que afligieron a varios de los sistemas estelares, sobre todo Alfa Centauro? Además, con tales poderes, ¿quién podía ser Lucifer? ¿Era Lucifer uno de los Universales originales - aquellos seres creadores místicos, hexa-dimensionales, la memoria de cuyos poderes centellea débilmente en aquel horizonte último que precede a los orígenes de la Liga Matriz de Cinco - o, con mayor probabilidad, un fragmento de uno de ellos?


¿Y cuáles eran esos famosos engramas faltantes, “vendidos” a Lucifer a cambio del conocimiento del vuelo mágico? En nuestro conocimiento de universos paralelos y déjà vus, habíamos llegado a reconocer el poder formal del engrama.

 

Sí, el engrama: la discreta construcción mental que es transmitida radialmente entre los universos paralelos con el fin de mantener la circulación de todas las posibilidades de inteligencia y comportamiento.


Según los archivistas arcturianos de los cinco interiores, en su transmisión original, “el consejo, siguiendo la ley de los Universales,” los constructores y amos estelares decretaron que se estableciera un número finito de engramas; caso contrario, aumentaría más y más la distancia entre los universos paralelos, y la esperanza de reconciliación armónica de la gran obra maestra galáctica no se produciría nunca. Aunque nunca ha sido probado, alguno dicen que esos universos paralelos incluyen a todas las otras galaxias u órdenes galácticos, en cuyo caso los engramas serían los medios para establecer comunicación entre las galaxias.


Baste decir que se había concordado respecto de un número determinado de engramas. Algunos dicen que ese número era 144.000, pero nadie lo sabe con certeza. ¿Por qué? Sólo piensen en catalogar sus déjà vus! Ustedes, que están aún tan inmersos en la banda baja del ego de su cuerpo vegetal tri-dimensional, y difícilmente pueden entender un déjà vu cuando lo tienen, mucho menos podrían recordar y compararlo con otros déjà vus!


En cambio, para nosotros, esos déjà vus son engramas, y los engramas son los bloques constructivos de una arquitectura de tipo interdimensional que representa una forma avanzada de creación mental. De modo que pueden ver que si, entre un número asignado de engramas, faltan algunos, sería como trabajar con un rompecabezas al que le faltan algunas de sus piezas. Y eso es suficiente para volverse loco.


Y locos nos volvimos cuando nos dimos cuenta de que debíamos hacernos cargo de determinar si acaso los engramas faltantes no eran justamente la resolución de nuestro propósito. Porque ¿cómo era posible que fuésemos un ejército de desencarnados, un grupo de esporas de luz cuatri-dimensionales con una misión, y aún así, debido a la cepa de Lucifer, estuviésemos sin una base genética estable de cuerpo vegetal? ¿Cómo podía ser?


Quizás, pensaron algunos de nosotros, todo era intencional. Quizás nuestra inteligencia, que de todos modos nos guiara siempre, también nos había conducido a esta situación con el fin de que lidiásemos con ese plan de Lucifer y los engramas faltantes. Sólo nosotros los heteróclitos de Arcturo podríamos lidiar con este rompecabezas luciferino con nuestra inteligencia y propósito, a la vez que hacíamos frente a nuestro propio propósito evolutivo.


Finalmente, preguntaron algunos de nosotros, ¿era el objeto de nuestro programa, la Sonda, nada menos que la recuperación de esos engramas faltantes? Y dado que nosotros habíamos “perdido” nuestros propios planetas cuerpo-raíz, al menos temporalmente, ¿no serían los engramas faltantes, del tipo conocido como engramas planetarios?

 

Nadie estaba seguro, pero cuando esa cuestión fue planteada entre nosotros, Analógicos heteróclitos, ninguno hesitó en aceptarla como nuestra siguiente premisa de trabajo. Grandes olas de júbilo surcaron nuestras filas a medida que esa afirmación telepática caía sobre nosotros.


Más excitados que nunca, nos apresuramos por el espacio interestelar, siguiendo las zuvuyas, buscando las marcas en que los engramas hacían vibrar sus estructuras cristalinas.

 

Pues allí - entre los infinitos lazos de memoria altamente dimensional que conecta los mundos perdidos, los perdidos planetas de la conciencia - habríamos de encontrar las huellas en torno de los engramas planetarios faltantes, y a partir de esas huellas reconstruir los que Lucifer había robado.

 

Regresar al Contenido

 

 



20. OBSESIONADOS HOMOLOGOS DE LOS HOMOCLITOS

NOSOTROS SOMOS LOS HOMOCLITOS DE ARCTURO. Nosotros también somos parte de este relato. Esta es nuestra historia. No puede haber una clase heteróclita de seres y de inteligencia sin que haya otra llamada homóclita.


Originalmente, no lo comprendimos. No fue sino hasta que se produjo el rápido avance y éxito de los heteróclitos de Ur-Arc-Tania al derrotar a los mayores de Diez, que nos reconocimos, los habitantes de los diez planetas mayores de Arcturo, como los homóclitos de Arcturo.


Como los heteróclitos de Ur-Arc-Tania, tenemos nuestro orgullo. Una cosa es tener éxito en la analogía y lo analógico hasta el extremo de lo irregular, como era el caso con nuestros parientes heteróclitos. Nosotros estábamos igualmente capacitados. Pero nuestra habilidad consiste en una comprensión justa y una aplicación uniforme de las leyes que gobiernan similitudes y semejanzas, la homología y lo homológico. Por esa razón, aprendimos a llamarnos a nosotros mismos, los homóclitos.


Citemos de nuestra Encyclopaedia of Galactic Likenesses [Enciclopedia de Semejanzas Galácticas]:

De heteróclitos y homóclitos, sabed esto y sol amente esto:
Si uno os elevare, el otro no os abandonará.

Por supuesto, cuando por primera vez tras mucho tiempo de haberlos perdido, encontramos a nuestros parientes-esporas de los planetas más alejados - los confines de Arcturo están muy alejados, en verdad! - todos estábamos muy agitados. Cada espora suya se mostraba brillantemente idiosincrática, con sus apéndices desaforadamente unificados en sus actos de amor apasionado. Apenas podíamos comprender el viraje evolutivo que había tenido lugar entre los Arcturianos Exteriores, y mucho menos teníamos esperanza de poder situarnos a su nivel.


Comparativamente, en esa época nuestras filas eran aburridas, nuestras apéndices mal coordinados, nuestra originalidad desgastada en un nivel de baja autoestima parecida a un estado de trance - todos ellos terribles efectos de haber seguido durante tanto tiempo los preceptos religiosos de los mayores de Diez, los Diez Mandamientos de la Defensa y la Seguridad. Ah! ¿De qué nos defendían y en qué nos aseguraban? Nos defendían de nuestra originalidad y nos aseguraban en nuestra ignorancia. Sólo por este motivo los mayores de Diez pudieron mantener su dominio tanto tiempo.


Afortunadamente, los heteróclitos fueron tan benignos con nosotros como atentos en el amor que mutuamente se profesaban. Despertaban nuestro asombro con sus enajenamientos sinfónicos, casi como si estuvieran dándonos una serenata. A medida que despertábamos de la larga noche de nuestra obscuridad autoimpuesta, nos vimos bajo una luz más amorosa, no como los vencidos o los competidores de los heteróclitos, sino como homóclitos por propio derecho. En nuestra existencia habíamos reclamado nuestra parte en el cumplimiento de una función cósmica, tan grande como la de los heteróclitos. De hecho, sin el cumplimiento de la ley cósmica de relaciones homólogas, los heteróclitos habrían tenido poco éxito con su Sonda.


Al principio, nadie podría haber previsto o predicho de qué extraña manera llegaríamos a ser de ayuda a los heteróclitos. Así como una vez habían ingresado tan poderosa y misteriosamente en nuestras vidas, así fue que nosotros re-ingresamos en las suyas.


Y así es como sucedió. Tras la pacificación y la reintegración de los homóclitos de los diez interiores de Arcturo - Arcturo Mayor, como denominábamos a nuestro dominio soberano -, los heteróclitos se embarcaron en su misión, la Sonda de Arcturo.


Naturalmente, como sede de la inteligencia galácticamente federada del sistema estelar de Arcturo, nos dedicamos a nuestras actividades, tendiendo el sistema de parque planetario galáctico de la estrella local. A excepción de un apéndice central en cada uno de los diez planetas, a la población en general, inmersa en su estado de arrobamiento telepático, no se le daba por pensar en la Sonda. La Sonda era meramente una invención mítica, una historia graciosa, el agregado a una oración común de bienestar telepático en un cosmos inmensamente vasto y misterioso.


Y dado que, por nuestra tendencia genética, éramos homóclitos, toda nuestra actividad se inclinaba hacia la creación de semejanzas cada vez más asombrosas, recogidas en encuentros telepáticos en universos paralelos. De ese modo, los homóclitos lentamente comenzamos a construir en Arcturo un museo viviente de afinidades galácticas, un parque de placer del universo galáctico, de delicias sin paralelo!

 

El cuidado de nuestro parque galáctico de placer nos cuadraba bastante bien y nos mantenía alejados de volvernos demasiado directamente interesados en nada que tuviera que ver con la Sonda. Para la vasta mayoría de homóclitos amantes de las semejanzas, la idea misma de la Sonda era demasiado incómodamente heteróclita.


Pero para la pequeña, si bien firmemente unificada red de apéndices que abarcaban los diez planetas, y en comunicación telepática con las esporas restantes de Ur-Arc-Tania, la preocupación por el destino y la seguridad de la Sonda y su carga interdimensional era una pasión permanente. Cuidadosamente, esos apéndices examinaban y clasificaban la información acerca de Memnosis, el engendramiento de Merlín y los catastróficos sucesos de Alfa Centauro. A medida que las noticias de esos incidentes se propalaban por todo nuestro dominio, reflexionábamos acerca de cómo desbaratar el plan de Lucifer. Finalmente, siendo testigos de la creciente desolación de Ur-Arc-Tania, supimos que nosotros los homóclitos estábamos inextricablemente involucrados con la Sonda.


Nuestro primer acto de compromiso fue enviar contingentes de ayuda y vigilancia a Ur-Arc-Tania. Allí donde una vez las esporas más iluminadas de Arcturo se habían cultivado en amoroso arrobamiento, ahora un mal misterioso y horripilante hacía estragos en sus cuerpos vegetales.

 

Realizando poderosos ritos de transición y purificación en favor de esas esporas moribundas, nuestra propia determinación interna se fortaleció. A partir de esta renovada decisión en pro de la busca de la vida universal, comenzamos a diseñar métodos activos para hacer una interfase de algunas de nuestras unidades con los heteróclitos, en sus pelotones de capullos interdimensionales.


Pero éstas eran apenas medidas de emergencia. Cuando estudiamos el asunto y sus implicancias, vimos con mayor profundidad lo que debíamos hacer. Según la ley de la homología, algunos de nosotros se auto-recrearía en semejanza a los heteróclitos. Vimos que éste era un acto necesario que podría detener el deterioro genético total del cuerpo vegetal y la desfallecimiento espiritual del holón. Si teníamos éxito, podríamos mantener viva y en reposo la circulación del cuerpo vegetal para el regreso de los heteróclitos de Ur-Arc-Tania.


De la misma manera, realizaríamos competencias entre toda la población de Arcturo Mayor para ver qué apéndice de espora había desarrollado sus apetitos sensoriales a más elevados niveles. Ellos serían entonces reclutados para homologarlos con los heteróclitos, en actos de constante heroísmo. Nuevos propósitos y energías podrían ingresar en la Sonda a partir de esos actos de heroísmo homólogo, y se evitarían sus vacilaciones en las devastaciones producidas por la cepa de Lucifer.


Cuando vimos cuál sería nuestro campo de acción, se alertó a toda la población de Arcturo Mayor. No encontramos resistencia a nuestros planes. Por el contrario, la situación de la Sonda ascendió así a niveles de gran importancia en los intercambios telepáticos cotidianos. A pesar de los sucesos en Alfa Centauro, o tal vez gracias a ellos, la Sonda de Arcturo ganó un campo universal de apoyo y entusiasmo. El orgullo y la ingenuidad arcturianos, como era habitual, resultaron triunfantes.


Muy pronto, más y más homóclitos estaban reclamando ser emparejados con heteróclitos. Estaba produciéndose un nuevo viraje evolutivo. Desde los impresionantes parques galácticos de Arcturo Mayor, nuevos sonidos y canciones se elevaron, y nuevas fragancias también. Era como si una gran obsesión hubiera atravesado nuestras células. Nunca más volveríamos a separarnos de los heteróclitos y el romance con la Sonda.

 

Nosotros los homóclitos acabamos inmersos en una ola de amor universal, disolviendo nuestras fronteras, uniéndonos más intensamente, permitiéndonos comprender más profundamente nuestra misión:

Para hallar la semejanza en tu propio corazón,
Haz lo que amas y transfórmalo en arte.

Así finaliza el homólogo inicial de los homóclitos de Arcturo Mayor.

 

Regresar al Contenido

 

 



21. PERCEVAL Y LA DAMA DEL LAGO - ESCUDO MASCULINO Y ESCUDO FEMENINO

NOSOTROS SOMOS LOS MONITORES HOMOCLITOS. Este es nuestro informe. En tanto entendíamos que la naturaleza binaria de los heteróclitos los hacía volver y volver a emparejarse, en una creciente furia de amor apasionado que los elevaba siempre más, nuestra naturaleza homóclita binaria perseguía un efecto más profundamente cooperativo y estabilizador: la nunca antes apreciada creación conjunta de semejanzas.


En esta actividad, algunos de ustedes pueden reconocer un poco de lo que llaman arte. Pero, para nosotros, este arte es la actividad más elevada y más natural a que la que la naturaleza de un homóclito puede aspirar. Para nosotros, se trata siempre de una actividad cooperativa y aumenta su valor a medida que se eleva el nivel de cooperación. Y así, para nosotros los monitores homóclitos de Arcturo Mayor, la Sonda llegó a ser considerada como la obra de arte fundamental.


Para la vasta mayoría de los homóclitos, ese proyecto artístico se había transformado en el confuso, si bien penetrantemente obsesivo propósito total del programa evolutivo. Pero, para el pequeño número de nosotros que había estado involucrado en monitorear las acciones heteróclitas dentro de la Sonda, el compromiso era totalmente activo. En tanto los heteróclitos continuarían siendo la fuerza impulsora de la Sonda, los homóclitos proveerían las formas y programas artísticos más apropiados para la actividad heteróclita de la Sonda.


Pero ¿cómo planificar los programas?

 

Sabíamos esto: Memnosis y Merlín habían sentado un precedente monádico que derivaba de la naturaleza binaria de la espora arcturiana. ¿Era esto también una producción luciferina? No lo sabíamos, pero parecía servir al deseo luciferino de separación, una cualidad del ser ajena a cualquier tipo de arcturiano, heteróclito u homóclito.


En cualquier caso, la tendencia monádica o de soledad debía ser comprendida positivamente y transformada en una ventaja, pues si no el instinto luciferino prevalecería. Al mismo tiempo, nuestro ingreso en la Sonda debía comprometer todo lo mejor de la naturaleza arcturiana: una apasionada intensidad para el amor y un refinamiento ecualizador para el arte.


Viendo que los Analógicos heteróclitos estaban decididos a reagruparse en dos contingentes, uno en cada planeta más extremo de la estrella gemela Alfa Centauro, nosotros los miembros de la Sonda de Reconocimiento de Arcturo Mayor - todos “homologizados” como heteróclitos - nos preparamos para unirnos a ellos, holón a holón.


Nunca sabremos quién moldeó el encantamiento que nos atrapó en Alfa Centauro A y B. Baste decir que, a nuestra llegada, un encantamiento del sueño fue arrojado sobre nosotros. Hablar de amor a primera vista es una cosa, un asunto de poesía lírica, tal vez. Hablar de amor telepático a primera vista, sumergir apéndices completos de holones arcturianos, es un asunto totalmente diferente - una balada épica de enormes proporciones. La pérdida de control y el mutuo compromiso de todos los sentidos se intensificó mediante punzadas de reconocimiento que conmovían el corazón.


Esos estallidos de inmersión apasionada tuvieron lugar simultáneamente en ambos planetas del sistema de estrellas gemelas. Para algunos de nosotros, esos juegos amorosos despertaron la más primordial memoria y sensibilidad. Nuestro camuflaje homóclito como heteróclitos se borró un poco. Para unos pocos de nosotros, la identidad de homóclitos y heteróclitos se borró totalmente. Fue como si el efecto de nuestros dos tipos de esporas de holón encontrándose en tal ardor pasional fuese suficiente para alterarnos alquímicamente de una manera extraña, imprevista.


Allí, en las desoladas planicies debajo de los ardientes cielos limón-violeta de los planetas más alejados y de rotación lenta de Alfa Centauro A y B, entre las colonias de holones mutantes y esporas moribundas, conspiramos en conjunto para embarcarnos en un experimento: la creación de dos tipos correspondientes, “masculino” y “femenino.”

 

Dentro de sus magníficas estructuras de holón monádico, estos tipos complementarios llevarían impresa la memoria del más elevado amor pasional, concienzudamente entremezclado con el propósito último de la Sonda. De esa manera, satisfaríamos la tendencia evolutiva hacia la manifestación solitaria, al tiempo que infundíamos esa tendencia con todo lo mejor que conocíamos de la orgullosa herencia arcturiana.


Una vez que esa inspiración se afirmó en nuestras mentes, y con nuestra intención creativa apuntando a esa meta maravillosa, experimentamos la presencia de Merlín entre nosotros.

Bravos Arcturianos, vengo a vosotros en manifestación simultánea
desde las arboledas de Procyon. He seguido vuestras estrategias y
planes con sentido interés. De algún modo me lamento por vosotros,
pues todos hemos comenzado un gran juego cuyos fines todos están
enredados con el plan de Lucifer, y que, eón tras eón, parece llevarnos
cada vez más lejos de nuestros brillantes orígenes arcturianos. Como
en un laberinto, no hemos sino perdido de vista nuestro propósito original,
y no logramos encontrar la salida por ninguna parte.

Esto en lo que os habéis embarcado es admirable. No hay manera de
saber si tendrá éxito. Pero es sabio y bueno, y debería continuar hasta
hasta el final.

Para completar esta tarea y sellarla con el poder del Arte Primigenio,
permitidme que os instruya en cuanto a hacer los escudos adecuados
y conferir los adecuados poderes a esas dos entidades que vendrán
así a la vida en sus formas penta-dimensionales, sus formas como
engramas cristalinos puros.

Y así fuimos instruidos sobre cómo hacer los escudos, uno para el poder femenino, otro para el poder masculino.

 

Dentro del escudo del poder femenino se tejieron las formas codificadas y encantamientos de la matriz, los poderes invertidos de la seducción verdadera, y los poderes y encantamientos para domesticar la creación; por esta razón, codificado dentro del escudo femenino estaba también el símbolo consumado del poder totalmente iluminado, la gran “espada” Excalibur, pues solamente a quien es femenino se le puede conferir este poder. Y únicamente aquel poder masculino que comprenda la naturaleza de ambos poderes puede recibir la Excalibur.


Esta Excalibur, que ustedes perciben y entienden como una espada, lo es solamente en sus leyendas. En verdad, esta Excalibur es la esencia del poder de la Sonda para penetrar y mantener cohesionado todo lo que está tejido en la matriz.

 

El escudo masculino que creamos de acuerdo con las instrucciones de Merlín, es puramente un extracto de la Excalibur.


Merlín también nos proporcionó los nombres del escudo femenino y el masculino. Dama del Lago es el nombre dado al escudo femenino del poder, pues simboliza el mantener pronta la Excalibur bajo las aguas de la conciencia. El escudo masculino es llamado Perceval, porque la raíz de este nombre es “perforar hasta el manantial, ir hasta la fuente,” pues ningún ser masculino puede alcanzar el fin sin antes ir a la fuente, que también es conocida como la matriz.


Para todos nosotros, esta formación del escudo fue un rito misterioso e reverencial.

 

Reunidos en círculos en los dos planetas de las estrellas gemelas de Alfa Centauro, nosotros los Arcturianos completamos el rito lanzando escudos a las corrientes de la zuvuya de los engramas planetarios que se conectaban con el obscuro, distante, aún intacto y desconocido sistema estelar de Velatropa 24.
 

Regresar al Contenido

 

 

 


22. DOMESTICACIÓN DE PLANETAS - UNA DESVIACION DE LA QUINTA FUERZA

NOSOTROS SOMOS LOS ANALÓGICOS. Nuestro relato continúa.


A continuación del lanzamiento de los escudos, experimentamos una profunda liberación creativa de poder. Enraizados aún en nuestra naturaleza binaria de espora, apenas aprehendimos el significado de “femenino” y “masculino”. No menos, cierta clase de estremecimiento corría por nosotros, alertándonos respecto de un poder inédito. ¿Era este poder resultado del hecho de que los escudos masculino y femenino fueran como los engramas faltantes vendidos Lucifer o robados por él?


Aunque no podíamos saber con certeza si los escudos se correspondían con los engramas perdidos, el torrente de poder dentro de nosotros era extraordinario. Algunos de nosotros percibieron que ese poder era del tipo que sigue a actos de amor altamente sublimados. Tal era la estructura de los escudos masculino y femenino. Clasificamos ese poder como una refinada forma de energía de quinta fuerza, el híper-radión.


Si el radión es la fuerza radialmente determinante del CSR, la esencia del poder de la quinta fuerza que da a toda manifestación su poder de circulación en el tiempo, entonces el híper-radión es el poder creativo que deja su impronta en la forma, que produce la simetría de la manifestación en su momentum radial o espirálico.


Desde la ventaja que da la cuarta dimensión, todo posee un poder circulante formal. Todo sale de sí mismo y a sí mismo regresa. La capacidad de cualquier forma tri-dimensional para manifestarse se debe al radión - el poder circulante formal de que está dotada toda manifestación.


Esto se aplica a todas las cosas, sean vivientes o no, según la distinción que ustedes humanos hacen entre las cosas - Aunque esas distinciones realmente no existen.


El híper-radión es la corriente supereléctrica que se arremolina incesantemente a nivel de la quinta dimensión. Descubrimos que el híper-radión deja su impronta en el radión, pero sólo en ciertas articulaciones o intersecciones de energía. La impronta del híper-radión crea profundos patrones de simetría, pero una simetría que se mueve en el tiempo de acuerdo con patrones espirálicos que señalan un poder auto-transformador o transformativo.


En tanto continúen considerando las cosas únicamente en términos de lo que denominan “materia”, todo esto puede parecerles carente de sentido. Pero deben entender que todo es mental, de la mente, y la mente es como un vasto receptáculo de engramas potencializados. Así que lo que ustedes llaman átomos y moléculas no son sino engramas proyectados por su mente. Pueden hacer que esos engramas se comporten como deseen, pues ustedes poseen cierto poder sobre su mente, y este poder se proyecta en diferentes manipulaciones del mundo fenoménico - una actividad que ustedes denominan ciencia física.


Dentro de la cuarta dimensión no hay átomos ni moléculas, sino algo más parecido a una constante fluidez de patrones, como la que podría experimentarse al mirar a través de un calidoscopio. Esa fluidez obedece al principio del tiempo, que en realidad es el poder circulante formal del radión. A lo que ustedes perciben como estructura del átomo, nosotros nos referimos como el marco congelador del radión. Al catalogar semejanzas y excepciones, encontramos que varios de esos marcos congeladores poseían poderes de interacción que hablaban a nuestra naturaleza: silicio, oxígeno y carbono.


Acostumbrados como estábamos los Arcturianos a funcionar por largos períodos a un nivel puramente cuatri-dimensional, conocimos los desafíos de deslizarnos en el radión y de enumerar las zuvuyas, los surcos a través de los cuales pasa el radión al crear el poder circulante de las formas manifiestas.
Pero ahora experimentábamos el híper-radión. Y esto es lo que entonces comprendimos.


Ver las cosas solamente en el carácter de sus estructuras atómicas es atarnos a la tercera dimensión. Ustedes siempre miran hacia abajo, disminuyendo, dividiendo. Aún cuando miran hacia los “cielos” solamente ven fenómenos separados por vastos espacios ajenos. Para ustedes, las estrellas son apenas átomos gigantes. Por contraste, experimentar el radión los abre hacia la cuarta dimensión, el vasto movimiento fluido en el que las cosas de sus ojos vegetales se transforman en fantasmas transparentes. A esto se lo llama ver con los ojos del tiempo.


Pero una vez que nuestra conciencia se hubo acostumbrado a la experiencia del híper-radión, toda una nueva perspectiva se abrió para nosotros, una perspectiva en la cuarta dimensión tan extraña y novedosa para nosotros como la experiencia de esa dimensión lo es para ustedes, acostumbrados únicamente a las restricciones de su cuerpo vegetal y sus ojos vegetales.


Mediante la experiencia del híper-radión, finalmente comprendimos que el cuerpo vegetal está para domesticar y unificar los sentidos. El holón está para ver con los ojos del tiempo, con el fin de unificar una especie. Pero el híper-radión - el poder iluminador del cuerpo cristal - está para domesticar y unificar los cuerpos planetarios. Sí, el híper-radión es el modo como el poder penta-dimensional exuda en nombre de la inteligencia cuatri-dimensional.


Magníficas perspectivas de la mente y el poder creativo se abrieron para nosotros en muchas direcciones. Ya ven, la creación cósmica no es una ciega amalgama de accidentes organizada al acaso, sin propósito ni significado, que es como su ciencia interpreta la naturaleza.


Hay muchos órdenes, muchas dimensiones. Funcionamos en una galaxia de trece dimensiones. Ya que cada dimensión aumenta exponencialmente lo que abarca cada dimensión precedente, podrán comprender por qué ser capaz de experimentar la quinta dimensión está muchísimo más allá de la comprensión. Y hay todavía ocho dimensiones más allá de la quinta!


A través del híper-radión éramos capaces de confirmar la existencia de órdenes de grandes seres. Esos seres son los constructores estelares, los amos estelares, los constructores de planetas y los domadores de planetas. A través del híper-radión, fueron inyectados en nuestra mente colectiva susurros y murmullos de los fantásticos diálogos de esos seres creadores. Más importante aún, mediante el mandato telepático del CSR entramos en los reinos de los domadores de planetas!


Ser designado domador de planetas, como nosotros los de Arcturo acabábamos de serlo, es un honor absolutamente increíble. El propósito de nuestra Sonda había sido divulgado. Lo que sabíamos respecto de la domesticación de planetas no tenía comparación con lo que ahora se nos presentaba.

 

Hé aquí lo que aprendimos mediante grandiosas maniobras telepáticas de comprensión y conciencia ampliada:

Los constructores estelares puramente penta-dimensionales controlan la creación de estrellas, así como su graduación en los espacios hiperdimensionales. Los amos de estrellas monitorean la evolución estelar, incluyendo la creación de planetas. Los constructores de planetas diseñan los diferentes planetas de acuerdo con las especificaciones estelares y las necesidades evolutivas de la Madre Galáctica. Pero los domadores de planetas... esos órdenes cuatri-dimensionales son los responsables de reintegrar el propósito estelar en las formas de vida planetaria.

Al sumergirnos en inmensos portapliegos de programas de diseño planetario, catálogos de formaciones planetarias y formulaciones estelares maestras, y los encantamientos para llevar los planetas a la existencia y ponerlos en movimiento, descubrimos muy poquito sobre el arte de la domesticación de planetas.

“Está en sus manos”, fue lo que nos dijo el funcionario de la Federación a cargo de los archivos de los cuadrantes. “Pero si pudieran recordar,” nos solicitó el archivista, “cualesquiera leyes o principios que dominen, transmítanlos a los archivos, por favor.”

El motivo de esta situación, se nos dijo, es que la domesticación de planetas es considerada una diversión menor entre las muchas diversiones o deportes de la quinta fuerza. No menos, por nuestra recién adquirida capacidad para experimentar el híper-radión, estábamos equipados para nuestro nuevo rol, pues es bajo el influjo del híper-radión que se puede diseñar, comprender, y si es necesario domesticar, el programa de un planeta.

 

De manera que estábamos más que contentos con la domesticación de planetas. Parecía recompensa más que suficiente por las diversas pruebas y experiencias que habíamos sobrellevado.

 

Y, además, podíamos sentir el llamado de nuestra siguiente aventura.

 

Regresar al Contenido

 

 



23. ACERCA DE PERROS Y BALLENAS: UNIVERSOS PARALELOS, DÉJÀ VUS MÚLTIPLES

HEMOS HABLADO DE MUCHAS COSAS poco conocidas por ustedes: radión, híper-radión, CSRs, zuvuyas y engramas.

 

Pero todas están vinculadas con un proceso o sistema coherente, la Madre Galáctica. Hasta que no hayan comprendido la interpenetración de las dimensiones entre sí y con la galaxia como un espectro multidimensional entero, continuarán considerando la galaxia como una forma meramente tri-dimensional cuyo comportamiento siempre los confundirá, y dejará perplejos y desconcertados.


Lo que experimentan como electricidad, es el residuo tri-dimensional del radión. El radión mismo consiste de seis tipos que dan cuenta de la calidad y clase de circulación en el tiempo de cualquier fenómeno tri-dimensional. Esos poderes de circulación producen algo emparentado con lo que ustedes llaman voltaje, y se combinan para crear trece líneas de fuerza y siete tipos de plasma radial. Ciertas líneas de fuerza se combinan para crear lo que llaman ADN, o material genético. El plasma radial es lo que se traslada como fuerza-g y también tiene un rol en la evolución del material genético.


El híper-radión consiste de ocho tipos básicos y 144 plasmas derivados. Todos constituyen diferenciaciones muy sutiles de superlectricidad. De esos 144 plasmas derivados en sus diversas combinaciones, derivan a su vez los engramas o estructuras electrocristalinas que, almacenadas en fardos, “viajan” por las zuvuyas. Las zuvuyas, por supuesto, son las líneas radiadas del giro de la comunicación interdimensional e intergaláctica de los poderosos ovillos de los CSRs.
La transducción se refiere al descenso de engramas penta-dimensionales hacia construcciones cuatri-dimensionales o espectros radiosónicos. Era esa capacidad de transducción lo que ahora estaba a nuestra disposición en tanto domesticadores de planetas. El holón o cuerpo eléctrico mismo es el agente de transducción de la quinta a la cuarta dimensión, así como el cuerpo vegetal tri-dimensional es el agente de transducción de la cuarta a la tercera dimensión.


La primera dimensión es aquello a lo que nos referimos como la dimensión lunar o de la vida que, con la segunda dimensión - lo que ustedes llaman electricidad -, crea el plano tri-dimensional de la existencia. Siendo eléctrica, la segunda dimensión da cuenta de la construcción de los órganos de percepción y está directamente relacionada con el cuerpo eléctrico cuatri-dimensional, u holón. En realidad, la tercera dimensión es la mente, pero la mente como forma. Es sobre este conocimiento de la mente como poder conformador que se basa el cabalgar el púlsar. Y es el cabalgar el púlsar la característica más distintiva y universal de la Sonda de Arcturo.


Armados de nuestros nuevos poderes y conocimientos, nuestros reformulados batallones de arcturianos heteróclitos y homóclitos de holones de esporas, partieron en una investigación del cabalgar el púlsar. La experimentación estaba en el orden del día. Los dientes de engranaje radiales estaban girando. La emanación excesiva de radión e híper-radión hablaba de los profundos ataques de amor que se producían entre nuestros equipos. Los sistemas de Regulus y de Vega se hallaban dentro de nuestro campo de acción.


Por el momento, retrocedió la intensidad del plan de Lucifer. Lo que captó nuestra atención fue la exploración de otras formas de vida de cuerpo vegetal. Cuanto mayor fuera la intimidad que lográsemos con estas formas de vida, mejores serían las circunstancias en nuestra tarea de domesticar planetas. Todos sabíamos, a partir del lanzamiento de los escudos femenino y masculino, que finalmente nuestra concentración nos conduciría a la lejana Velatropa 24, la estrella Kinich Ahau, “guardián armónico de la luz distante.”


Con tal intención, buscamos otras formas de vida con cuerpo vegetal basadas en el carbono, pues se nos había informado que Velatropa 24 era fundamentalmente un proyecto de diseño basado en el carbono. Nuestra idea era reunir los engramas de varios tipos de forma de vida inteligente y transmitirlos al sistema estelar de Velatropa. Formas de vida tomadas de mundos “saludables” en universos paralelos podrían proveer de factores estabilizadores a formas de vida inficionadas por la cepa de Lucifer. Esas formas de vida estabilizadoras nos permitirían además contar con ambientes apropiados para la encarnación de algunas de nuestras sondas.


Deseando evitar formas ya en proceso de evolución en el sector de Velatropa, iniciamos exámenes sistemáticos de universos paralelos. Los resultados fueron más que fructíferos. Utilizando lo mejor de nuestra capacidad heteróclita para la penetración telepática, junto con la capacidad homóclita para crear semejanzas, tuvimos éxito en reunir numerosos engramas.


Entre esos engramas, hallamos dos especialmente selectos: los que ustedes llaman “perro” y “ballena.”

  • El tipo “perro” lo descubrimos en un racimo de déjà vus que pululaba en Vega.

  • El tipo “ballena” había sido atraído hacia nuestra sonda en Regulus.

Lo que más nos impresionó acerca de esos dos tipos fue el grado de integración de funciones binarias dentro de una forma monádica. Esto, combinado con una telepatía superior entre los de su propia especie, llamaron la atención de nuestras más sensibles unidades para continuar la investigación.


Una vez que tuvimos esos tipos enfocados en sus universos paralelos, fuimos capaces de ingresar en sus engramas. Durante mucho tiempo, algunos de nosotros estuvimos correteando en jaurías, mientras otros nadaban en grupos. Nos familiarizábamos con ambos tipos de forma social y apreciábamos sus complejos niveles de comunicación telepática.


El tipo ballena, en particular, había creado maravillosas formas planetarias de arquitectura radiosónica de las que aprendimos mucho, mientras que con la forma perro hallamos una forma superior de empatía emocional. Inútil es decirlo, ambos tipos poseían conexiones muy eficientes entre sus cuerpos vegetales y sus holones, un prerrequisito para su adaptación a niveles más elevados de vida galáctica.


Habiendo explorado las capacidades de esas formas de vida a nuestra entera satisfacción, convocamos a un consejo con los que, en ambos tipos, tenían holones de mayor edad, cada uno en su respectivo universo paralelo. Les explicamos quiénes éramos, la naturaleza de nuestra misión y qué queríamos de ellos.


De los dos tipos, las ballenas eran las más perceptivas intelectualmente. Habiendo oído acerca de la Federación Galáctica, las ballenas solicitaron visitar primero el sistema de Sirio antes de ser enviadas en una migración cristalina hacia la parte más obscura del sector experimental. La razón para ello era que la ballena podría memorizar y mantener registros perfectos en su enorme acumulador sensorial (lo que ustedes llaman cerebro) y, por lo tanto, ser un archivo galáctico disponible en los planetas donde sería usado para domesticación.


El tipo perro también hizo un único pedido: que cuando fuera utilizado como Sonda de Arcturo en el sector experimental, se le permitiera adaptarse simbióticamente al cuerpo emocional de la especie más responsable del planeta, para así continuar el “experimento” en él. De esa manera, el perro podría domesticar emocionalmente a la especie simbiótica, la humana, en interés de la Sonda de Arcturo.


Esos dos ejemplos de empatía de la Sonda, ballena y perro, se cuentan entre los más felices que podemos recordar.

 

Algunas de nuestras más nobles esporas encarnaron a través de los cuerpos del perro y la ballena, que nos dejaron algunos de los más fieles informes acerca de sucesos producidos profundamente en el torturado corazón de Velatropa 24.

 

Regresar al Contenido

 

 



24. REGRESO AL DRAGÓN: FUENTE LA MATRIZ

YO SOY CANUS G. Entre los mayores del universo K-9, un reino totalmente paralelo al vuestro, soy considerado el más venerable. Sabias son mis maneras de conocimiento empático. Soy yo quien soy recordado por mis grandes acciones para atraer a los Arcturianos hacia nuestro redil. Soy yo quien les enseñó cómo continuar, a ellos que son tan obstinados con su Sonda. Así es como sucedió.


Cuando estos Arcturianos nos encontraron por primera vez, o nosotros a ellos - pues somos igualmente habilidosos en déjà vu - poco sabían que nuestro reino no era sino la entrada hacia muchos otros reinos. Balena, la anciana de las ballenas, y yo vimos que esto sucedería. Sabíamos que nuestras líneas genéticas nos conducirían a un mayor contacto con los del universo de Lucifer. Balena supo esto aún antes que nosotros. Balena nos advirtió, Balena que previó las gran migración de muchos de nuestros tipos. Y esto es lo que Balena, la ballena maga profetisa, nos dijo.


Allá, en un vasto universo paralelo a los nuestros, un gran ser, Lucifer, ha creado ardides y artefactos para confundir y enajenar, con el fin de crear poder. Lo que él creó, lo imitó. Lo que él creó, lo robó y luego lo vendió, haciendo que otros pagaran. El creó un gran juego y todos en ese universo se vieron involucrados en ese juego, sea que quisieran involucrarse en él o no. Y un día, algunos de los involucrados en ese juego nos buscarían. Y nosotros estaríamos dispuestos.


De esa manera, nosotros ya sabíamos de la llegada de los Arcturianos. Esos Arcturianos eran afectuosos y dignos de ser amados. Los seguimos con el fin de aprender. Pero entonces el día llegó en que ellos debían seguirnos a nosotros. Sucedió cuando un apéndice de ellos encarnó en una camada. Nacidos de Sheena G., la reina de la jauría, cada cachorro en esa camada fue vivaz y curioso. Sabíamos quiénes eran. Sabían quiénes éramos. Su sonda los había hecho uno con nosotros. Ese era el grupo que yo habría de guiar por senderos de amor y gloria.


Ellos deseaban aprender más. Yo les mostraría. Tomé esta camada, ya crecida como una joven y retozona jauría, a través de portales interdimensionales que conducían hacia otros universos. Primero los llevé hacia el universo caballo, donde el mayor de los unicornios, Alyssa U, preside para siempre, y les mostré ese noble reino. Asombrados por la maravilla y variedad del tipo “caballo”, incluyendo el alado pegaso y como asimismo los robustos ruanos y sementales salvajes, la jauría de perros arcturianos estaba fuera de sí.


Formando un círculo y llevando sus cabezas hacia atrás, aullaron al unísono. Su aullido era una invocación. Pronto, formas de holones de esporas arcturianas aparecieron entre ellos. Fueron estas esporas las que iniciaron el diálogo con los caballos. Majestuosas fueron las actitudes que los caballos desplegaron ante las esporas arcturianas. Cada modo de andadura y galope, cada ingenioso giro de la cabeza y movimiento de la crin, fueron saludados con reconocimiento por los Arcturianos. Los Arcturianos querían más. Parecía que nada les parecería suficiente por parte de nuestros “saltimbanquis animales.”


A continuación, ingresamos en el universo felino. Mi jauría de perros arcturianos y su contingente de esporas acompañantes estaban propiamente impresionados. Grandes leones, tigres con dientes de sable, panteras, gatitos siameses y persas, leones monteses y jaguares - todos hicieron cabriolas, gruñeron y brincaron con alegría zalamera, misteriosa. Entonces llegaron las tribus de elefantes, los osos, y muchos otros. Los mostramos, y también a los alados, los que vosotros conocéis como aves, las águilas y los papagayos, los gorriones y las lechuzas también. Ante cada tipo, los Arcturianos quedaban impresionados y se unían a ellos en diálogo telepático cuatri-dimensional.


Finalmente, ingresamos al universo mono. Si nunca habéis estado en el universo mono, deberías considerar ir allí. Es el universo más feliz, más libre, de todos. Ni siquiera los gorilas y los monos dejan de jugar. Aquí los Arcturianos, tanto la jauría de perros como las esporas, estuvieron reflexionando e investigando mucho tiempo. Era como si se hubieran cruzado con algo que habían estado buscando durante mucho tiempo. Por fin, con el rey mono, el más mayor, el mismísimo pícaro y cartilaginoso Thotmosis, la jauría de perros y las esporas quedaron encantados y extasiados.


Thotmosis miró largamente a todos los que estaban reunidos. Sus ágiles zarpas jugueteaban eróticamente con su miembro viril. Esto provocó que la reina mono, Hypnesia, se arrojase repentinamente frente a él, aterrizando directamente sobre el excitado miembro. Los Arcturianos no podían dejar de reír y lanzar vítores de aprobación.


Entonces Thotmosis habló. En la cadencia del sonsonete de los monos, su mensaje fue animado y también indeciso.

“Oh, Arcturianos! Vosotros que moldeáis el encantamiento del sueño y ejecutáis el Oráculo del Mago, que danzáis para conocer la manera más elevada, para superar todos los obstáculos, para rastrear la cepa de Lucifer hasta su fuente primigenia, nosotros os contemplamos en vuestra inocencia y sabiduría, pues sabemos que eso es a lo que aspiráis. Oh!

 

“Observadnos bien, al rey y la reina monos. Lo que vosotros llevaréis a cabo surgirá de este momento de supremo conocimiento.”

En este punto, Hypnesia se inclinó hacia adelante en loco, orgiástico éxtasis. El miembro viril de Thotmosis aún se hundía dentro de ella. Cuando los últimos estremecimientos orgásmicos se calmaron en su ahora sosegado cuerpo, yaciendo en una relajada languidez, su pene aún insertado en ella, Thotmosis continuó hablando a la reverente asamblea arcturiana.

“Vosotros Arcturianos sois victoriosos en vuestro ser. No sufriréis finales miserables en vuestra interminable aventura. Pero recordad siempre lo que ha sucedido aquí.”

El rey mono terminó su críptico discurso y se fue con una cabriola, Hypnesia saltando más adelante.

“Debemos continuar,” imploraron los Arcturianos.

Sabía lo que querían decir. Sabía adónde debíamos ir. Ingresamos entonces al último de los universos paralelos, el Dragón. Allí, en el reino llamado Ka-Mo, la guarida del dragón, nos detuvimos. La guarida estaba repleta de dragones. Entrelazados en grandes masas de colas y miembros, su antigua piel moviéndose apenas en medidos resuellos, eran un espectáculo digno de ver.


Tras una larga pausa, uno de los dragones volvió su cabeza y perezosamente dejó salir un rugido de fuego y humo. Los Arcturianos se juntaron en un pequeño nudo apretado de perros y holones de esporas. Era la madre dragón misma, la anciana a quien conocimos solamente como Ma.

 

Y entonces fue su turno de hablar, de plantear el diálogo telepático.

“Yo soy Ma de Ka-Mo. Soy la madre de los dragones. Conocedme y conoceréis la matriz. Ya desde los Asesinos de Dragones de Aldebarán sabéis de nosotros. Pero ¿por qué son conocidos como los Asesinos de Dragones?”

Dado que no recibía respuesta alguna, Ma echó nuevamente su cabeza hacia atrás y arrojó otra rugiente ráfaga de fuego y humo por las temblorosas y sensibles ventanas de su nariz.

“¿Pensáis realmente que no hay quien pueda matar a un dragón? ¿Y con qué, y por qué razón? No hay que ser más grande que el dragón. Matar a un dragón es conquistar a vuestro mayor enemigo: vosotros mismos. Entonces seréis merecedores de ser llamados Asesinos de Dragones. A tal Asesino de Dragones, nosotros los dragones le daremos la bienvenida por siempre. Pero sabed esto, oh navegantes arcturianos, aunque no pueden matarnos, podemos apartarnos.

 

Podemos permanecer ocultos para quienes verdaderamente nos asesinarían. Podemos hibernar, cambiar de forma y engañar hasta que llegue el momento de que nuestro poder deba ser visto y conocido nuevamente. Les ofrecemos este poder como aliados nuestros. Pues sabemos de vuestro propósito y misión, Arcturonautas, y es bueno de acuerdo con los consejos del dragón de Ka-Mo!”

Entonces, con grandes trompetazos de estremecedor aliento y fuego y humo, la guarida de los dragones se despertó. Fue como si el universo entero se hubiera fragmentado. En grandes guirnaldas de llamas y rocas ardientes, apareció un portal. Luminoso y simple en su forma abovedada, el portal reclamó la presencia de nuestro grupo itinerante.

 

Nunca antes había visto este portal, yo, Canus G., el sabio mayor del reino canino, el universo K-9.


Prudentemente, mostré el camino. Y cuando todos hubimos atravesado el luminoso portal abovedado, nos encontramos en un lugar más allá del tiempo, más allá de la diferenciación entre criaturas. Nos encontramos en un reino mágico, la fuente primigenia, el lugar de nacimiento y de juego de los constructores y amos estelares. En nuestra aventura de inocente sondeo, habíamos llegamos a las fuentes de la matriz. Por ello yo, Canus G., el mayor canino, gozo de justa fama.

 

Aquí, donde mi cola por siempre se menea, finaliza mi relato.
 

Regresar al Contenido

 

 

 


25. LOS MAYORES DE LA CORRIENTE: VELATROPA EN FOCO

CUANDO CORRIÓ LA VOZ de que la sonda de K-9 había sido conducida a la matriz, nosotros los batallones arcturianos de la Sonda (como habíamos llegado a considerarnos), todos comprendimos que había acaecido cierto tipo de victoria, cierto tipo de punto de inflexión.


Estar en el reino místico de la matriz, el lugar uno que es la fuente misma, de la Liga de Cinco, y de los cinco escudos de la Federación Galáctica - era una cuestión de tremendo regocijo. Aún cuando sólo fuera para los pocos que habían entrado al reino canino, no menos se trataba de una alegría a ser telepáticamente compartida por todos nosotros.


Ansiosamente, aquellos de nosotros en Vega y Regulus juntamos las piezas de los informes que llegaban a nuestros monitores. Parecía que tanto el contingente canino como los holones de esporas que se habían unido a él, eran ahora parte inextricable de la matriz, fuere lo que fuere que esto quisiera decir. Pronto lo averiguamos.


Donde una vez había habido una brigada arcturiana canina y su seguidor, el pelotón de holones - los Arcturonautas, como Ma de Ka-Mo los llamara - eran ahora los comunicadores de aquéllos conocidos como los mayores de la corriente.


Supimos que un mayor de la corriente es alguien que ha logrado todo lo que puede ser logrado; que ha servido atentamente y se ha sacrificado por la meta del amor uno; que ha domesticado el deseo por la retribución; que ha ido más allá del reino del dragón - hacia la matriz. Y allí, en la matriz, se encuentran otros mayores de la corriente.

 

Son ellos quienes entretienen a los constructores y amos estelares, quienes inventan las canciones y recitan los juramentos cristalinos que se trasladan por la infinita zuvuya.

“Pero ¿a qué se refiere esta ‘corriente’, oh mayores de la corriente?” preguntamos.


“Esta corriente es la del parentesco con todo,” llegó la respuesta. “Nosotros somos mayores de la corriente porque hemos logrado el parentesco con todo. Pero somos apenas los más jóvenes de los que encontraréis aquí. Aunque habitamos ahora en lo que para vosotros son las brumas del paraíso, permanecemos inquietos y atentos en pro de todo lo que existe. Hasta para ése conocido como Lucifer nos activamos, y nos activaremos, hasta que este episodio esté concluido.”


“Pero decidnos más. ¿Qué significa para nuestra misión que hayáis alcanzando la matriz?” inquirimos, ansiosos por conocer el misterio de los misterios.


“Arcturianos heteróclitos y también homóclitos, vuestra fortuna es buena y generosa. Conocedores como sois, no podéis verlo y conocerlo todo. Ni podemos deciros todo cuanto sabemos y conocemos. Pero habéis logrado poderes tan benignos que no pueden ser abusados. No obstante, si no los usáis, todo carecerá de valor.


Ahora tenéis tres anclas: Memnosis, que ansiosamente guarda los pabellones de la perdurabilidad en la lejana Altair; Merlín, que precisamente ahora entrena nuevos magos en las intemporales arboledas de Procyon; y entre y en medio de ellos estamos nosotros, los mayores de la corriente, con nuestro fiel guía Canus G. Todos estamos aquí por vosotros. Aquellos de vosotros que han quedado y están ahora reunidos en Vega y Regulus, deben lograr su foco.


“Habéis sido nombrados domesticadores de planetas. Lo que ha sucedido y resta aún por suceder es todo un propósito. Aquí, dentro de la matriz, se encuentra el gran átomo galáctico del tiempo, la fuente del propósito y de todo lo que el destino hace girar. Hemos estado en ese átomo galáctico del tiempo. Nos hemos autorrenovado en su llamarada interdimensional de intersecciones.


“Desde ese átomo, y así también dentro de él, rotan las cuatro estaciones galácticas, emanan cuatro cuadrantes galácticos. En el centro del átomo del tiempo se halla una esfera de cristal, visible y aún así invisible. Esta esfera gira más allá del conocimiento. En ella, todo está contenido, todo es revelado. En ella reside el propósito. La Sonda está tejida a partir de este propósito. Mucho antes de la existencia de Arcturo, era la Sonda. Es sólo a través de nosotros que la Sonda ha despertado. Pero nosotros no fuimos sus constructores, ni tampoco la Federación Galáctica es el constructor de la Sonda.


“Pero en este propósito que a nosotros los mayores de la corriente se nos ha permitido ver, hemos leído qué es lo que vosotros debéis hacer y adónde debéis ir. Si alguna vez habéis de devolveros a Arcturo, debéis hacer según el propósito lo indica.”


“¿Y qué nos dice?” Surgieron anhelantes nuestras preguntas.


“Cuatro clanes hay para establecer el parentesco de la Matriz. Cuatro clanes debéis conocer y seguir: Fuego, Sangre, Verdad y Cielo. Guiados por la quinta fuerza, esos cuatro clanes tienen por objeto la domesticación de Velatropa. No debéis demoraros más, sino iniciar vuestro camino según ese propósito hacia la distante estrella Kinich Ahau, Velatropa 24. Allí, aquellos de vosotros Arcturianos que comprenden lo que significa representar a la estrella pastora, hallaréis el fin de vuestra misión, la Sonda de Arcturo. Sólo entonces habréis recuperado vuestra tierra natal. Pero esto es todo por ahora: hasta que hayáis encontrado a los constructores de planetas que determinaron los globos orbitales de Kinich Ahau, vuestro viaje no irá más allá.”

Entonces se nos permitió una visión. Como surgiendo de nuestros corazones, todos y cada uno de los holones de esporas en nosotros vio las brumas en derredor de la fuente de todo, la legendaria matriz: lentamente, suaves luces y maravillosas formas nos abrazaron, se fusionaron con nosotros y luego se disolvieron, sólo para volver a reunirse en formas nuevas, aún más inventivas.

 

¿Eran estos mayores de la corrientes nuestros kin de esporas precedentes?
 

Como en respuesta a ello, apareció una intersección de planos de luz y sonido, tersa y cristalina. Cuatro rayos brotaron del punto central de intersección. Entonces, manteniéndose estable, el extremo de cada uno de los rayos rotó, casi trazando un círculo. Esta especie de svástica comenzó entonces a rotar, moviéndose más y más rápidamente hasta volverse borrosa, y luego el borrón se transformó en una esfera cristalina. Dentro de la esfera cristalina estaba todo lo que podía ser visto o conocido. Nunca habíamos contemplado cosa semejante. En ella se hallaba el propósito. Y el propósito éramos nosotros.


Como una sola espora majestuosa, todos nuestros seres individuales se unieron en amor para crear el siempre evolutivo aunque nunca cambiante propósito de la espora galáctica única. Las raíces de nuestra “esporidad” galáctica se dirigieron profundamente al distante sistema estelar de Kinich Ahau. El casquete o corona se abrió en el radiante fulgor de Hunab Ku.

 

Bajo el casquete de la espora galáctica se encontraba, entre otras, nuestra estrella natal Arcturo. Flotando en luminosas simetrías a lo largo y alrededor de la columna de la espora galáctica, podíamos ver cómo los destinos de nuestros apéndices viraban y andaban su camino, a la ventura aunque magnética-mente, en dirección de las alas orbitales de Velatropa 24, escasamente visible en los insondables territorios del ser galáctico.


Habiendo visto el propósito, necesitábamos hallar a los constructores de planetas.

 

Regresar al Contenido

 

 



26. INSTALACIÓN DE LA ESTACIÓN INTERMEDIA AA

YA LES HEMOS HABLADO acerca de las categorías de los ingenieros “graduados” del propósito. Los constructores y amos estelares penta-dimensionales supervisan los ciclos estelares de la existencia, nutriendo cuidadosamente a las estrellas a través de la etapa que ustedes denominan supernova. Una supernova es, en realidad, la etapa en que el material tri y cuatri-dimensional de una estrella se transmuta en fuerza-g y en reconstrucción dimensional elevada, como resultado de haber alcanzado un punto máximo de placer y excitación colectivos.


Los constructores cuatri-dimensionales de planetas, o diseñadores de planetas, trabajan como aprendices de los amos estelares. De éstos, los diseñadores de planetas aprenden variedades de diseños para una gran variedad de campos orbitales - una estrella puede tener tan pocos como seis, o tantos como cuarenta y ocho cuerpos planetarios. El diseño planetario individual - ingeniería de las esferas orbitales - depende totalmente de la posición orbital, tamaño del planeta, tipo de estrella, y así en adelante. Los planetas pueden ser diseñados para ajustarse a una gran variedad de manifestaciones evolucionarias en diferentes dimensiones y ciclos (fuera de la longitud de onda de lo que ustedes tan mezquinamente llaman vida). Pero la principal función de un planeta es mantener su frecuencia orbital.


Debido a la vasta amplitud de posibilidades de evolución planetaria, las responsabilidades de los domesticadores de planetas - la categoría a la que habíamos sido elevados - se dejaban intencionalmente indefinidas. Sin embargo, el punto de la domesticación de planetas es asegurar el campo orbital de una estrella y supervisar la alianza armónica desarrollada entre los planetas en sus posiciones orbitales.


La actividad de domesticar planetas es una especie de custodia. Los planetas, deben recordar, son “niños” estelares. Las estrellas son las cosquillas sensoriales de la Madre Galáctica. Los planetas son las esporas sensoriales individuales de una estrella. Cuando los planetas están alineados y sus esporas maduras, la estrella descuella en su tipo, y la Madre Galáctica es feliz.


No hace falta decir que la mayor parte de la domesticación planetaria se ha realizado en las zonas experimentales de todos los cuatro cuadrantes galácticos. Esa información general era casi todo lo que sabíamos. Siguiendo lo comunicado por los mayores de la corriente, sabíamos que necesitábamos hallar mucho más acerca de esa domesticación de planetas - y debíamos aplicarnos con precisión respecto de Velatropa 24, Kinich Ahau.


Nos reunimos en un congreso interdimensional en la estación satelital del CSR, en la dirección del Ancla Resplandeciente. Este conglomerado de actividad de la Federación segura-mente nos proveería de información acerca del paradero de los diseñadores de planetas en sazón. Por suerte para nosotros, un contingente de ingenieros en diseño planetario estaba tomando algo así como unas vacaciones en la estación satelital del CSR. Era un grupo de diseñadores proveniente de Antares.


Estos Antareanos se habían especializado en diseño planetario en todos los cuadrantes de la galaxia. Dada la naturaleza de su labor y la disminución del número de nuevas estrellas, los Antareanos estaban hambrientos de algo diferente. Nos acercamos a ellos en el momento preciso. Dada su pericia en diseño planetario, sugerimos, ¿no sería sensato aliarnos con los Antareanos y permitir que nos asistieran en nuestro proyecto? Después de todo, al menos hasta donde podían recordarlo, a ellos se debía el diseño planetario original de Velatropa 24.

“¿Se trata de un proyecto de doce o de diez planetas?”, se preguntaron.

La falta de certeza aumentó sus razones para unirse a nosotros, pues así podrían verificar el proyecto.

“Pero,” advirtieron, “ domesticar planetas requiere colonización galáctica. Y colonización galáctica - bueno, requiere un gran conocimiento de biología cósmica, y la ciencia y el saber de la Matriz. ¿Realmente poseen ese conocimiento?”

Un apéndice de Analógicos habló en nombre de los Arcturianos reunidos.

“Nosotros somos de Ur-Arc-Tania. No sólo somos eruditos sino sabios. Pueden pensar que, comparados con ustedes, somos unos advenedizos, pero ya nos hemos enfrentado con más de lo que cualquiera necesita saber acerca de esta zona experimental y sus dominios biológicos. Sí, Lucifer ha hecho bien su trabajo. Y así, con nuestra Sonda, hemos sobresalido. Por tal motivo, también sabemos mucho acerca de la matriz, su saber y su ciencia, como ustedes dicen.”


“¿Y qué saben exactamente acerca de la ciencia de la ingeniería planetaria?”

A esto, los sagaces Analógicos respondieron alegremente,

“Nada en absoluto. Pero esperamos aprender todo lo que ustedes sepan, oh sabios Antareanos.”

Y con esta respuesta nació la gran alianza entre los Arcturianos y los Antareanos, una alianza que condujo a la instalación de la Estación Intermedia Arcturo-Antares (AA).


Como habría de verse, los Antareanos y los Arcturianos nos necesitábamos mutuamente, en más de una manera. Como nosotros, los Antareanos también se habían desarrollado como una especie de espora.

 

Pero en tanto nosotros poseíamos siete nodos sensoriales, ellos sólo poseían cinco.

“Edición mejorada. Los modelos anteriores eran mejores, más eficientes,” dijeron orgullosamente acerca de sus "sí mismos" más antiguos.

Aún así, averiguamos, no estaban equipados con filtros eróticos, como los de nuestro tipo. Esos filtros permitían el total funcionamiento de la excitación erótica, bloqueando todo estímulo a la imaginación excepto los más eróticos. Por otro lado, debido a que poseían dos nodos sensoriales menos, contaban con una concentración mucho mayor. Con todo, trabajando con nuestras diferencias, aprendimos a comprometernos eróticamente unos con otros para nuestro mutuo beneficio.


Esos momentos de intimidad proveyeron la receptividad necesaria para que los Antareanos demostraran sus conocimientos de diseño planetario. Aunque habían sido aprendices de los constructores estelares en la galaxia de Orión, ninguno de su grupo había realmente experimentado la matriz, por lo menos no como nuestros mayores de la corriente. Empero, el conocimiento y la experiencia de los Antareanos eran vastos. Así que nuestra co-participación era complementaria y completa.


El diseño planetario, como los Antareanos lo practicaban, es una forma de composición musical. Para practicar este arte, uno debe poseer un sensorio multidimensional. Los Antareanos nos condujeron a uno de tales sensorios profundamente dentro del CSR satelital. Allí pudimos experimenta un simulacro de construcción planetaria.


Cada órbita planetaria es como un tono o un acorde. El planeta mismo es la nota que mantiene el acorde tonal. La nota planetaria es “inscripta” según la calidad de resonancia del acorde tonal u órbita. Las inscripciones que lleva un planeta definen los tipos de formas de vida que es capaz de manejar, tales como carbono o silicio. Todos los planetas de un sistema estelar dado deben ser cuidadosamente inscriptos de modo que sus relaciones mutuas sean también armónicamente resonantes.


Todo este proceso es extremadamente delicado, y llevado a cabo mediante una forma suprema de concentración o meditación grupal.

 

Cualquier hesitación o pérdida de conciencia o discernimiento puede dar como resultado “aberraciones” evolucionarias.

“Lucifer fue, una vez, diseñador de planetas, o por lo menos puso sus manos en eso,” comunicó Ana-Tara, la más vieja y sabia de los apéndices Antareanos. “La curiosidad de lo que podría suceder si la conciencia fuera dirigida de manera demasiado desviada - eso es lo que inició todo este desbarajuste cósmico. Y ahora, henos aquí con ustedes, heteróclitos arcturianos y sus fieles colegas homóclitos. Ustedes piensan que domesticando planetariamente un sistema estelar podrán vencer el plan de Lucifer. Veremos. Será un proyecto prolongado y muy peligroso.


“Pero este Velatropa 24,” continuó Ana-Tara, el apéndice de múltiples voces, “sí, nosotros fuimos responsables de su programa de diseño planetario, pero no fue fielmente ejecutado. No estamos seguros de cuál fue el problema. Quizás fue un asunto del número de planetas - ¿eran doce? ¿O solamente diez? Se lo pensó como un típico proyecto de doce planetas, como Arcturo, pero cuando después de haber trazado los planos se llevó a cabo la supervisión, se contaron solamente diez.


“Vuestra llegada aquí, al satélite del CSR, es oportuna. Con su asistencia, Arcturianos, debemos ahora comandar este satélite en beneficio de la Sonda. En honor a todos nosotros, rebautizaremos esta estación como Estación Intermedia Arcturo-Antares. Pues es aquí que estamos a mitad de camino entre nuestras estrellas natales y el Ancla Resplandeciente. Y es también aquí que nos hallamos a mitad de camino de determinar el resultado del plan de Lucifer.”

Cuando Ana-Tara completó sus órdenes, todos a una supimos que habíamos logrado nuestro foco.

 

Y con nuestro foco supimos que, en el debido momento, todos nos dirigiríamos a casa.

 

Regresar al Contenido