7 - El secreto de los Ubsu-ukkinna

"El que los conoce [a los "dioses"] cuando pasa cerca de ellos, sus rugidos no lo alcanzarán y él no caerá en sus fosas.
Texto del Amduat

tumba Thumtmosis III, tercera hora, 1.25-27
 

Gùirkù-Tîla Nudi'mmud / Es-ME-lmin
Yo estaba investido de la percepción universal de la Fuente y de la noción de la identidad absoluta. Mam perfeccionó mi saber en nombre de una raza de visionarios que fue asociada con la unidad universal.

 

Las Amasutum poseían el conocimiento del principio divino que mantiene el universo y todos diversos universos juntos, el que vincula lo infinitamente grande e infinitamente pequeño. En lo sucesivo fui sometido al secreto de Kadistu y vinculado a la Fuente. La mentalidad sectaria de los machos de nuestra especie impedía todo trabajo espiritual, porque la gran mayoría de ellos estaba fijado en cuerpo y alma en la materia.

 

Por An y Ansàr, sacrificaba mi autonomía y libre albedrío en provecho de una ideología inmaterial, abstracta y divertida. Me vestí apresuradamente y apagué las pequeñas velas. Corrí las pesadas cortinas pesadas para alumbrar la habitación; una luz dorada y tranquilizadora invadió nuestra recámara. Una brisa ligera levantó las diáfanas cortinas que enmascaraban la vista del parque sombreado por varias hileras de palmeras.

 

Abajo, mi Gigirlah estaba estacionado cerca de la fuente

Damkina estaba ocupada delante de su espejo incrustado con jade. Un vestido largo de hilo blanco, cinturón, abierto en la espalda y anudado por cintas, cubría su piel reluciente. Calzaba sandalias de fibras vegetales trenzadas, realzadas por hilo de kùsig (oro). Mam sombraba delicadamente sus ojos de un verde intenso subrayándolos con negro. Su apariencia era otra con su piel más clara. La encontraba totalmente divina.

Inmovilizándose un instante para esperar que el color se secara sobre sus párpados, aprovechando ese momento para hablarme. El tono de su voz ya no era el mismo y habló con frases breves y rápidas. La gran Nammu me criticó con aspereza mis últimas torpezas. La mayoría de Nindigir de Mulmul contaban con mi apoyo, no tenía derecho más al extravío. Enfrenté el golpe adosándome al columnata de mármol cerca de la ventana.

 

Cuando Mam hubo acabado su remontada, me le acerqué, crucé mis brazos alrededor de su cuello e inspiré profundamente su perfume de lotos azules como para ahogarme allí. Miré su reflejo en el espejo, llevaba un collar real constituido de bolas de vidrio translúcidas color menta, con perlas kùsig en filigrana. Pendientes de kùsig, en forma de corola de flor invertida colgaban de sus orejas.

 

Damkina colocó sobre su frente una tiara trabajada un disco de kùsig oval, con engastes de jaspe verde y colocó una peluca de betún sobre su cabeza, como lo hacían la mayoría de nuestras sacerdotisas. Ella estaba lista.

Mamitu me pidió buscar en su gran arca de madera, cerca de la cama.

 

La maleta contenía mil y un tesoros, algunos de los cuales me parecían provenir de Uras (la Tierra). Se encontraba allí también un buen número de cristales de diferentes resplandores. Las Amasutum poseían el secreto de las rocas y de los minerales. Mi compañera me rogó que yo sacara un cristal de cuarzo cilíndrico de reflejos verdes y azules.

 

Lo cogí y me levanté admirándolo de todos lados, era de una pureza extraordinaria.

 

Oí un ruido de sandalias sobre las baldosas, Mam se colocó detrás de mí y reposó sus manos en el objeto para mostrarme su manejo.

- Este augusto cristal es un Girkù.92 Posee múltiples funciones y actúa sobre el mismo principio que el ME. Toda la historia de Amasutum es catalogada allí cuidadosamente. Es también un catalizador frecuencial que transporta sobre los tres niveles que componen el KIGAL 93 y sobre la cuarta dimensión del Angal.

 

Los Kingù-Babbar, los grandes Gina’abul albino a los que también llamamos Imdugud, poseen Girkùs esféricos de cristal, que es un tipo de combinación entre nuestro ùirkù habitual y la piedra cristalina que tienes en tus manos. Este cristal es capaz de vibrar según ciertas frecuencias con un coeficiente de calidad donada en función del impulso que le es enviado.

 

Lo que todavía no sabes, es que nuestra antigua descendencia guardaba el control de la fuerza de Niama como nuestra reina. El calor ejercido sobre este cristal por el Niama hace subir o bajar la tasa vibratoria de un ser y lo alinea sobre los diferentes planos existenciales.94

 

¡De hecho, el Girkù actúa como Gùrkur,95 pero con una potencia mucho más considerable, porque es un cristal bruto!

 

Este tipo de cuarzo verde es único, es una de las piedras más puras que nosotros conocemos, proviene del sistema de Gagsisâ (Sirio). Finalmente, es también un arma formidable.

Su hoja se despliega gracias al Niama. Este objeto pertenecía a nuestros antepasados, la antigua cepa Amasutum. Cada una de nosotros posee uno en Nalulkàra. A causa de nuestras diferencias en el pasado y a nuestra llegada al seno de los Kadistu nos retiraron nuestro veneno, así como también esta capacidad preprogramada que poseíamos antes plenamente.

- Sabes que en adelante tienes el poder de desplegar su cuchilla (hoja), le dijo, justo haciendo subir la energía a lo largo de tu Kundalini y enfocándola al nivel de Âhna-Sagra...

 

92. Literalmente "Santa espada" en sumerio.

93. Recordatorio: las dimensiones KUR y Kl forman juntas el nivel inferior denominado KIGAL "el gran mundo". Este lugar es opuesto al ANGAL "el gran cielo" que comprende las etapas dimensionales superiores donde evolucionan los Kadistu (cf: ver el capítulo 2 de la 3ª parte).
94. Destacamos los beneficios del cuarzo en la 2ª parte, capítulo 1. Evocamos que los cristales de cuarzo poseían características ampliamente utilizadas en la comunicación. Prácticamente son los únicos cristales que poseen excepcionales propiedades fisicoquímicas que permiten su utilización como marco de frecuencias en la industria moderna. Si se regulan cristales de cuarzo a una frecuencia específica y se comunica un mensaje a otra persona que posee la misma frecuencia, recibirá su mensaje. El principio exactamente es el mismo para las dimensiones donde el cuarzo puede ser utilizado como un diapasón para visitar las diferentes dimensiones. Los chamanes amerindios utilizan diferentes cristales de cuarzo y de roca para entrar en contacto con los espíritus, para la adivinación, pero también para sanar.
95. Recordatorio: Gùrkur Literalmente "La esfera del KUR ", pronunciado también Gùrkur " lo que transporta hacia el KUR " generalmente es un instrumento esférico y metálico que emite diferentes niveles de frecuencias y que permite arrellanarse sobre las dos dimensiones inferiores del KUR y también sobre la tercera, llamada Kl. Los Gûrkur Gina’abul poseen todos un pequeño cristal de cuarzo empotrado en el interior.

 

 

Solté el instrumento dejándolo en las manos de Mamitu.

 

En el mismo instante, percibí una onda caliente recorrer el cilindro cristalino y un chorro resplandeciente perforar la atmósfera, creando un soplo abrasador.96 Un estupor invadió a Mamitu que se desembarazó del objeto y lo hizo caer sobre el suelo. El choque provocado por el cristal en acción estalló una parte del enlosado. Recogí el objeto de donde aún emanaba una sonoridad armoniosa parecida a un canto.

 

La hoja se había apagado al contacto con el suelo, dando paso a un movimiento ondulatorio apenas perceptible emanando del cristal.

"Este maldito cristal lleva el nombre de fábrica UGUR, te será de mayor utilidad a ti que a mí. Es tuyo en lo sucesivo, Sa’am", me dijo con firmeza.

Damkina tenía los ojos ardientes, su corazón latía dolorosamente. Devolviéndome este cristal, Mam me hacía el único responsable de su seguridad. No dije nada, porque habría hecho todo para ella.

 

La reina del trono me observó y acabó por añadir lo siguiente:

- Estoy en contacto con Tiamata. El Ugur me permite este prodigio a pesar del espacio y el tiempo que nos separan. Nuestra Eras (reina) está al tanto de la conspiración de los Usumgal, le informé sobre la evolución de la situación. Tiamata estará en Mulmul en unos Dannas (horas). El mundo de los Kadistu está en crisis; nuestra reina no viene aquí para negociar, sino para someter tu Kuku Anunna y a estos malditos Musgir.

 

Su decisión es irrevocable y causa confusión entre los Kadistu. Estos últimos conocen bien a Ansâr y son muy vigilantes en cuanto a su reacción. Si una guerra fuese a comenzar, Tiamata no obtendría ningún apoyo por parte de los planificadores. Estoy muy inquieta. Si el conflicto estalla, causaría nuestra pérdida y la de los Gina’abul. Los Kadistu no intervendrían en nuestro favor.

 

Estamos solos Sa’am, solos frente a nuestro destino y sin duda en medio de una guerra mortífera sin precedente.

- Podemos evitar sin duda la guerra, debe tener allí un medio. Me hablaste repetidas veces de las Amasutum instaladas en Gisda 97 (Híades). ¿Estas Nindigir no podrían ayudarnos?

- No lo creo, mi niño. Están bajo la autoridad de Tiamata. Traté de ponerme en contacto con ellos, pero en vano. Posiblemente se pondrán contra nosotros si llegara a producirse esta guerra. Las Nindigir son temibles en el combate. Corren rumores que algunas de ellas serían hasta capaces de utilizar el Niama, pero jamás tuvimos una evidencia formal.

 

Te devuelvo el Ugur, el noble cristal que ya no me es más de ninguna utilidad. Fallé en mis tentativas de razonar con nuestra soberana. Le pedí no intervenir y dejar que los Kadistu negociaran directamente, pero Tiamata posee demasiado orgullo y dignidad. Toma el Ugur y utilízalo de forma inteligente.

 

No podrás ponerte en contacto con Tiamata, porque de momento se encuentra en los torbellinos atemporales. Te invito a volver desde ahora a la pequeña luna del planeta Ésârra. Encontrarás en este lugar la respuesta a numerosas preguntas. Pero te ruego que tú sigas mi consejo y no desciendas en KUR-BALA.98

 

Los Abgal 99 difícilmente soportamos este lugar.

 

La Diranna de Adhal está nuevamente abierta, secretamente hemos logrado dominar a los Miminu que guardaban el acceso. Vete rápidamente mi niño, antes de que nuestra acción sea descubierta, no plantees ninguna cuestión y vuelvo lo más de prisa posible.

Habría tenido varias preguntas para ella, pero sus instrucciones eran demasiado urgentes.

 

Tomé el Ugur de las manos de mi compañera y dejé nuestra residencia para buscar en el parque el Gigirlah que con gran esfuerzo había adquirido. Despegué hacia el gran Diranna de Adhal donde me forcé el paso bajo la mirada estupefacta de un puñado de Miminu mantenidos a raya por cinco Amasutum - en un santiamén, me arranqué de la atracción de Dukù. Era mi primer viaje solo a través de una puerta estelar.

 

En mi diligencia, no me había informado de ninguna coordenada del Diranna de la luna de Ésârra por lo que decidí tomar el mismo camino que habíamos tomado con Mam y Ninmah cuando fuimos a inspeccionar a los Anunna que se entrenaban con Mas.100

 

 

98. Recordatorio: el KUR-BALA es la primera dimensión, la más baja incluida en el KIGAL.
99. Recordatorio: Mamitu-Nammu-Damkina y Sa’am-Nudimmud pertenecen a la descendencia de Abgal del sistema de Gagsisâ (Sinus).
100. Recordatorio: la criatura de Ninmah y Enlil. Comandante del ejército Anunna escondido en el Abzu del planeta Ésàrra

 

 

Mi aparato había guardado en memoria la programación del viaje. El final del túnel me llevó hacia los extensos y chispeantes océanos de Ésârra. Las nubes eran excesivamente altas en el cielo y el calor parecía tan aplastante como sobre Dukù.

 

Hice un sobrevuelo breve sobre las aguas con el fin de acentuar mi oblicuo e intenté pelearme arrancarme de la atracción de Ésârra para ganar su pequeña luna. Dos tipos de Mù'u salieron súbitamente de a ninguna parte y se dedicaron a mi persecución en la alta atmósfera. Una voz saturó mis oídos, reconocí el tono hiriente del Miminu. Sin duda habían sido puestos en alerta por el silencio de radio de los guardianes de la Diranna de la ciudad de Adhal sobre Dukù.

 

Me pidieron identificarme de inmediato.

 

Los seres cabezas de hormiga no debían de ninguna forma conocer mi destino. Si hubiera acelerado, habría podido fácilmente sembrarlos, pero también habría tomado el riesgo de divulgar mi destino, porque los Miminu habrían tenido la posibilidad de calcular mi camino midiendo la velocidad de propagación de las ondas radioeléctricas de mi aparato.

 

Cambié de rumbo y me lancé a una bajada vertiginosa con destino a los acantilados que bordeaban la orilla. Los dos Mù'u me siguieron de cerca. Intenté escapar de ellos efectuando un recorrido zigzagueando entre los arrecifes.

 

Los malditos Mù'u todavía me seguían de cerca y se abrieron. La persecución se volvió penosa y cada vez más arriesgada.

Tuve súbitamente una idea.

 

Al sobrevolar de cerca la superficie del agua, la onda expansiva levantó un torbellino líquido que creó una nube gigantesca y opaca. Saqué provecho del espeso nubarrón para pasar con rapidez hipersónica y desbaratar cualquier análisis visual que habría podido traicionar mi trayectoria. Nuestro Gigirlah permite tales aceleraciones aniquilando al mismo tiempo las ondas de choque en torno al perfil de la embarcación en consecuencia, también cualquier inoportuno eco.

Al cabo de un corto instante, reduje la propulsión. Estaba aturdido por la velocidad. Mi Gigirlah había salido de la atracción del planeta y se dirigía hacia el pequeño satélite de color rojo. Al llegar al destino, hice una vuelta rápida del astro; era sólo un desierto polvoriento que se extendía hasta perderse de vista.

 

¿Dónde buscar y qué debía descubrir?

 

Coloqué mi aparato al azar, la onda de choque ejercida en la parte baja del Gigirlah proyectó en el aire una nube ardiente de polvo. Esperaba que la providencia hiciera bien las cosas. Mis instrumentos a bordo me revelaron que esta pequeña luna de arena roja poseía una atmósfera, salí de la nave sin escafandra y me sorprendí al comprobar que el horizonte estaba cerca.

 

De hecho, cuanto más pequeño es un planeta, más inmediato está su horizonte.

Escudriñé el paisaje. Nada, no había absolutamente nada sobre este montículo planetario oxidado por un agua enterrada bajo la arena y la roca. Mis instrumentos no detectaron nada extraordinario. Di algunos pasos en este ocre y moreno desierto fantasmagórico. Tomaba un riesgo porque estaba al descubierto, si una nave Miminu hubiera pasado por allí, no habría vacilado en abrir fuego.

 

Esta pequeña luna era extraña, y yo no me sentía tranquilo. Percibí la misma sensación que en el Abzu de Ésârra, un sobrecogimiento paralizador que me cortaba literalmente las piernas y que hacía latir violentamente mi corazón. Regresé a mi nave para hacer nuevamente un sobrevuelo de los lugares. Desde nuestra llegada al sistema Ubsu’ukkinna, prácticamente no había utilizado mi poder Usumgal, ya era hora de servirme de eso nuevamente.

 

La potencia del Niama servía, no sólo para crear grandes prodigios, sino que también para contemplar el aura y para distinguir el Sagra, de hecho, para auscultar todo cuerpo orgánico, vegetal y mineral. Esta luna padecía de una extraña enfermedad y yo tenía la intención de descubrir bien los síntomas. Hice un nuevo viaje efectuando un vuelo a baja altitud para sondear intensamente el suelo. El desierto polvoriento de matices oxidados se extendía hasta el infinito.

 

Progresivamente me acerqué al Sèka (apertura) austral, de donde emanaba un tenue reflejo, señalándome que algo anormal se estaba emitiendo.

El declive polar era claramente perceptible, incluso escarpada, debido a la baja proporción del satélite. Me sorprendió comprobar que ninguna luz salía de la Sèka. Comprendí que el sol interior de este astro estaba extinto. Estaba totalmente oscuro y mi vista no me permitía perforar la oscuridad a través de la pantalla tridimensional de mi Gigirlah, por lo que encendí los faros de mi aparato. Los numerosos estratos y rocas de formas dispares entrelazadas unas con otras se iluminaron con un resplandor difuso, y exudaban en algunos lugares por la infiltración de un agua enterrada en el subsuelo rocoso.

 

Me alejé de la pared para dirigirme hacia el fondo más abajo. Puse el eco-radar en acción. Éste no me indicó ninguna vida, solamente un relieve desigual donde reinaba únicamente el silencio. Cuando estuve cerca del suelo, intensifiqué la iluminación con el fin de visualizar el relieve con mis propios ojos.

El terreno accidentado se extendía en todas las direcciones con curiosos matices brillantes. Me asombré de este prodigio y me bajé nuevamente del Gi para estacionarme a prácticamente un Kùs 101 del suelo.

 

 

101. Medida de longitud de los Gina’abul utilizada por los Sumerios. 1 Kùs = 50 centímetros.

 

 

Hice repentinamente frente al espectáculo más sorprendente que me fue dado contemplar en ese momento. El desierto mineral que esperaba estaba repleto de muchísimos esqueletos recubiertos con armaduras de kùsig (oro) macizo.

 

Este impresionante decorado se extendía hasta perderse de vista. ¿Qué fuerza habría podido acabar con tal multitud? Una vez estabilizado el Gigirlah, salí de la cabina y me deslicé hacia fuera.

Rápidamente, salté del vaso para aterrizar sobre el inhóspito suelo. Un ruido cavernoso de una considerable amplitud acompañó mi recepción, rompiendo el pesado silencio que reinaba en las profundidades de este Abzu sin vida. Una ojeada alerta me indicó que los esqueletos poseían totalmente una estatura igual a la de mi Kuku.

 

Mis pasos inciertos me hicieron jugar al equilibrista sobre los huesos y las corazas metálicas. Cada paso en falso creaba una resonancia cuya amplitud se reflejaba en lugares lejanos y desconocidos. Las armaduras eran absolutamente idénticas, manifiestamente se trataba de la misma tropa. Apunté mi mirada hacia la extensión saturada de huesos, y hasta lo más lejos que pude observar, el espectáculo era exactamente el lo mismo.

 

Los restos de un colosal ejército fueron petrificados allí, en medio de la fría noche. Debía haber allí varios millones de cuerpos. Ni siquiera se trataba de un ejército completo, sino muchos restos de un pueblo diezmado. Estaba en presencia de un misterio que sobrepasaba el entendimiento.

Inspeccioné más de cerca a los huéspedes de esta tumba natural y observé con estupor que ninguna sola cabeza estaba fijada sobre un cuerpo, todos estos seres habían sido lisa y llanamente decapitados. Vista la funesta técnica empleada, concluí que esta raza debía poseer la inmortalidad.

 

¡Es bien conocido en esta parte del universo, el único modo de acabar con un inmortal de densidad corporal es cortarle la cabeza!

 

La eternidad me pareció repentinamente muy amarga, porque estos individuos formidablemente equipados no habían podido escapar de la muerte, y esto a pesar de su inmenso número.

 

Otro elemento me dejó estupefacto, la fisonomía de los cráneos era consustancial a nuestra especie, la de los Gina’abul.102
 


102. Los Gina’abul originales poseen un cráneo alargado. La práctica de la deformación craneana adoptada en tiempos antiguos sobre la Tierra, con el único fin de parecerse a los "dioses", era muy común. Podemos citar numerosos casos como el del indio Aymara del lago el Titicaca o aún el de los antiguos Mayas. También añadamos el descubrimiento, en 1897, de cráneos humanos muy alargados en los antiguos cementerios de Abydos (Alto Egipto). Múltiples grabados o estatuas predinásticas de Egipto presentan la misma singularidad (por ejemplo las representaciones de las chicas de Akhenaton, de la 18ava dinastía).

El eminente arqueólogo Henry Field cita, en la revista American Anthropologist N°35 de 1933, los descubrimientos de tumbas sumerias en Kish y Djemdet Nasr, donde fueron descubiertas unos despojos de cabezas alargadas totalmente inhabituales que se parecían a las de el Egipto predinástico. Del mismo modo, figurillas en arcilla cocida encontradas en Irak, en Choga Mami sobre los bordes del monte Zagros, muestran figuras de cráneos alargados.

 

De hecho, hasta este día, numerosas figurillas mesopotámicas de cráneos alargados han sido desenterradas. En su libro "Atlántida” (1882), el autor Ignatius Donnelly se interesó por el tema, cita a Hipócrates (De Aeris, Aquis y Locis, liv.4) que afirma que los escitas practicaban esta deformación para poseer cierta distinción, y enumera varios pueblos de cráneos deformados, como los turcos de Ural, Caledonios y escandinavos.

 

Donnelly añade que el hábito de elevar a recién nacidos llevándolos amarrados sobre un tipo de tabla-cuna predominaba en las islas británicas y al norte de Europa.

 

El autor concluye lo siguiente:

"nos encontramos pues aquí en presencia de una práctica anormal y extraordinaria, habiendo existido desde la más alta antigüedad en vastas comarcas a los dos lados del Atlántico, y que se perpetuó hasta nuestros días entre poblaciones muy alejadas unas de otras... Podemos concluir que el aplanamiento del cráneo practicado artificialmente, tanto en el Antiguo mundo como en el Nuevo, era una tentativa de imitar la forma del cráneo de pueblos cuyo tipo original es representado sobre los monumentos de Egipto y de América".

Añadiré que estas prácticas fueron también difundidas en Oceanía, en África y en Asia.


40/41 - Ejemplos de cabezas alargadas. Ilustraciones realizadas a partir de ejemplares del museo de Ica en Perú.

La deformación craneana se practicaba a menudo en el pasado con el fin de parecerse a los "dioses".

¡Era cerca de la meta!

 

Un tercer detalle me encaminó, todas las pieles poseían faldas en cota de mallas trabajadas en el mismo metal dorado. Un mal presentimiento me invadió repentinamente; estaba en presencia de un pueblo sagrado. Me arrodillé para buscar las reliquias y poder así descubrir la confirmación de mi siniestra intuición.

 

Después de algunos esfuerzos, desenterré con dificultad un pesado escudo oval finamente grabado.

 

En su centro apareció ante mí el signo de las Amasutum compuesto de dos Serpientes entrelazadas. Mis manos comenzaron a temblar por primera vez.

 

El gran misterio que rodeaba hasta aquí la extinción de las antiguas sacerdotisas Gina’abul se encontraba en este siniestro lugar, lejos de las miradas intrusas. La verdad me saltó instantáneamente a la vista. Desde que había accedido a la energía unificadora a través de mi compañera, la Reina del Trono, fui confinado en un nivel elevado de conciencia, el del espíritu.

 

Era como si Mamitu me hubiera liberado, en parte, de la programación de mi creador.

 

Los acontecimientos eran muy claros:

la Gran Guerra que enfrentó a la antigua cepa Amasutum a los Musgir (dragones) se había terminado aquí, en Mulmul (las Pléyades), precisamente en el sistema de Ubsu’ukkinna.

El desagradable ambiente que había descubierto en el Abzu de Ésârra, tierra de entrenamiento de la partida más grande de la tropa Anunna, reflejaba el choque violento impreso sobre los lugares en el momento de la batalla final con las Amasutum.

 

Ansâr lo sabía, y su fin de capacitar Anunnas en este lugar era puramente estratégico.

 

Los Gina’abul poseen la facultad de impregnarse de energías de un lugar que es favorable para ellos. Del mismo modo, saben también absorber las energías de un ser y anular totalmente a este último. Damkina me había revelado que en esta insensata guerra, no hubo un verdadero vencedor

Prácticamente todas las Amasutum de esta época fueron aniquiladas y los Gina’abul machos sobrevivientes se volvieron amos de los doce planetas de Ubsu’ukkinna, antes bajo el control y la autoridad de la antigua cepa de sacerdotisas.
 

42 - La caída del culto femenino es claramente expresada en este detalle de la tabla 24 del códice Borgia. Vemos reunidos tres elementos inherentes de la cultura amerindia, a saber: el árbol-serpiente, la mujer (o ser andrógino al servicio de la Fuente) y el jaguar. Este último representa "el espíritu de noche", simboliza el conocimiento secreto, el que será conservado por los sacerdotes y sacerdotisas-chamanes. La noción de caída del árbol es muy antigua y universal, porque el culto de la Diosa-madre no dejó de hundirse en el transcurso de las edades.

Entre estos supervivientes se encontraban Abzu-Abba y sus hijos Lahmu y Lahamu - últimos supervivientes de la cepa real de Urbar’ra (la constelación de Lira) - así como los Miminu y Musgir.

 

Al final de las hostilidades, los Kadistu, que se habían mantenido al margen de los combates, habían echado de Mulmul a los últimos reductos Musgir. Los Sukkal se habían encargado de esta delicada misión, porque conocían mejor que nadie a los Gina’abul, con quienes habían cohabitado en la constelación de Urbar’ra (Lira).

 

Como parte Kadistu, no habían intervenido en esta guerra absurda entre los Gina’abul. Al término de esta "limpieza", sólo los Miminu habían podido quedarse en Mulmul, bajo la sola condición de respetar los nuevos decretos fijados. Los Miminu son apenas benévolos, pero siempre estuvieron del lado de la autoridad dominante.

En cuanto a la increíble cifra de 1 millón 200 mil Musgir presentes en Ubsu’ukkinna, sólo podía explicarse por la presencia escondida de Musgirs sobrevivientes de la Gran Guerra, porque habría sido totalmente imposible para An y Ninmah clonar tantos Anunna y tantos dragones a la vez. Esto implicaba también que los numerosos Musgir clandestinos eran también tan peligrosos como en la época de la Gran Guerra.

 

El escondite milenario de los Musgir se me reveló distintamente.

 

Si los Kadistu habían limpiado los lugares sin expulsar a todo Gina’abul alado, lo más seguro era que estos últimos se les disimularan a la vista de los planificadores en un ámbito accesible por sí sólo. El único y totalmente impenetrable lugar para los Kadistu es el KUR, que exactamente corresponde a las dos primeras etapas del bajo astral.

 

Los Kadistu sólo evolucionan más abajo de la dimensión Kl, que es la dimensión donde principalmente evolucionamos.103

 

 

103. Kl es la dimensión en que la humanidad está evolucionando hoy en el planeta Tierra.

 

 

Ahora, de todas la diferentes raza Gina’abul, Mam había sabido que los Musgir eran los únicos que podían pasar la dimensión Kl en el KUR sin tener utilizar el Gûrkur. Los Musgir eran unos velados cazadores ocultos al acecho de su presa por traición, podían observar en el invisible sin el conocimiento de los demás.

 

Tuve repentinamente una extraña sensación, una intensa sensación de ser observado; muy simple para un ser que dominaba el poder Usumgal. Sosteniendo el Ugur en la palma de mi mano, hice subir la energía omnipotente a lo largo de mi Kundalini hasta Âhna-Sagra, e instantáneamente, el cristal comenzó a vibrar y me propulsó hacia el KUR-GAL, la segunda dimensión.

 

El pasaje me hizo caer rodando cerca de 4 Gi (12 metros) más abajo, tirándome sobre un suelo húmedo y viscoso. Los cuerpos no estaba presentes aquí abajo, concediendo a esta dimensión otra realidad, la de un desierto mineral glacial de tonos azulados. Me levanté a duras penas. Había hecho un grave error de apreciación. También estaba oscuro, porque el sol de esta pequeña luna había muerto hace mucho tiempo.

 

Él mismo se había derrumbado sobre sí mismo, sus pedazos cubrían el suelo. Increíble que este planeta fuera todavía viable.
 

De una mirada alerta, hice un rápido control de los alrededores.

 

Tan lejos como me lo permitió mi vista, no había ni un alma viva, justo un pequeño templo a lo lejos, empotrado en la montaña. Los relieves parecían idénticos. El KUR-GAL de este planeta había tenido que haber sido utilizado en otro tiempo por alguna subraza Gina’abul.

 

A pesar de la recomendación de Mam, intenté descender en KUR-BALA, la señal de las almas de bajas frecuencias y de las entidades que resuenan sobre un ritmo semejante al de los Musgir. Cuando se le prohíbe algo, acostumbran a comprobar por sí mismos lo prohibido. Tuve el cuidado de verificar dónde se encontraban mis pies, y rocé nuevamente el Ugur de la palma de mi mano utilizando la fuerza del Niama.

La "bajada" fue brutal e instantánea. Las barreras de mi entorno interior hicieron implosión mientras que el sentido de los límites exteriores se desintegró precipitadamente. Perdí toda noción del tiempo y del espacio. Las perspectivas no eran más las mismas, y a pesar de la falta de sol, la luz del ambiente era uniforme y más bien verdusca.

 

Agazapado en la sombra, descubrí innumerables seres e inmóviles formas híbridas astutamente disimuladas como camaleones. Se trataba de criaturas medianas. Conocíamos su existencia. Raras veces son perceptibles, sólo mi poder Usumgal me permitió distinguirlos.

Mis ojos progresivamente se acostumbraron al paisaje, revelándome poco a poco los reflejos de ambas dimensiones superiores proyectadas como espejos sobre una pantalla circular a 360°.

 

Vi la dimensión KUR-GAL y Kl entrelazadas una sobre la otra, creando sólo una sola realidad transparente e intangible. Reconocí el templo, a lo lejos, empotrado en la montaña. ¡Era increíble la sensación de ver todo sin ser visto! La materialidad visual del Kl me dio vértigo, porque estaba enterrada bajo los despojos Amasutum.

 

¿Cómo iba a reintegrar el Kl, mientras que me encontraba abajo, en la realidad material 4 Gi (a 12 metros) debajo de la realidad material?

 

Un enloquecimiento se apoderó de mí. Una ola de rumor de insectos barrió el aire fresco azotándome la cara. Me eché a correr, pero las nociones medioambientales que no eran aquellas que conocía, me desplacé con dificultad, como si tuviera cristales de aumento delante de los ojos. La cohesión de las secuencias visuales desfilaba a alta velocidad. Mi emoción parecía estimular a los ocupantes de los lugares que que se movían en ondas conmigo.

 

El bestiario del bajo astral se volvió cada vez más hostil frente al intruso que yo representaba. Algunos se me acercaron en grupos de cinco o seis y me empujaron con hostilidad. El Niama no parecía alcanzarlos sin medida. Al tercer ataque, me extendí lamentablemente en el suelo, a la merced de mis agresores.

 

En un último reflejo, saqué el Ugur de mi cinturón y desplegué su lámina de cristal haciéndola girar por encima de mi cabeza.

 

La espada ardiente alumbró la escena incitando una llama incandescente, lo que llegó a los agresores a retirarse instintivamente. Me abrí el paso con grandes ráfagas de fuego del gran lámina resplandeciente. Había llegado al borde de la montaña y había escalado por lo menos 4 Gl (una docena de metros) para poder reintegrarme a la dimensión Kl sin ser absorbido por los despojos Amasutum, pero los bordes de la cadena montañosa se encontraban a cerca de 30 Us (más de 10 kilómetros).

 

Las criaturas medianas parecían divertirse y sus movimientos se volvían cada vez más precisos. Los seres de múltiples formas empezaron un ballet, arremolinándose alrededor mío. ¡Quería acabarlo! Decidí dar un salto colosal con la ayuda del Niama y proyectarme al mismo tiempo hacia la dimensión Kl. De una paso determinado, me eché sobre mis agresores, cortando su formación giratoria, y saltado muy alto para incorporarme a la materialidad de Kl.

 

Finalmente salté, cayendo con estruendo sobre los huesos y el metal. El salto brutal que me hizo atravesar dos dimensiones de un golpe me aturdió gravemente.

 

A lo lejos ví un punto en la oscuridad, que era como un faro que se movía lentamente y se dirigía hacia mí. Me caí hacia atrás de estupor y cansancio.

 

Una voz resonó en lo más hondo de mi cráneo.

"¡Utiliza tu cristal para realinearte, si no, no podremos acercarnos a tí".

El Ugur no había dejado mis manos.

 

Lo giré varias veces de ida y vuelta a lo alto de mi cabeza hasta la cuenca, y bamboleándome un poco.

 

Había llegado por fin el momento tan esperado. La luz deslumbradora se atenuó, dejando transparentarse un Gigirlah de un tipo que extraen para mí. Los Kadistu poseían tantos modelos voladores de especies planificadoras en este universo

El Gigirlah Kadištu se estabilizó lejos del mío. Una imagen holográfica apareció delante de la nave. Dos seres espléndidos se revelaron, yo reconocí a un Abgal de Gagsisâ, un sistema de Sirio y a una Ameli de cuerpo semi-etérico, que provenía originalmente de la estrella resplandeciente de Bun 104 (Aldebarán).

 

 

104. Anotemos que el término Gina’abul-sumerio BUN2 o BÛN expresa a la vez "una luz viva" y "una rebelión". La elección de este término para nombrar la estrella roja de Aldébaran (Alfa Tauri) se explica fácilmente cuando se sabe que este sol monumental es una estrella de magnitud 1. Los Usumgal, como An y Anéâr, consideraban a los Ameli como traidores o rebeldes porque no dieron la autorización a los Gina’abul a establecerse alrededor de Bun después de la Gran Guerra.

 

 

Mam me enseñó que los Ameli se habían peleado con mi Kuku porque éstos últimos quisieron instalarse en ellos después de la Gran Guerra. Los Ansâr exigían la anexión de las colonias Mimitu al sistema principal de Bun, conexión autorizada durante mucho tiempo antes de la Gran Guerra Ameli.

 

Después de la Gran Guerra, las colonias fueron expulsadas de Bun por los Ameli.

 

Con la aprobación de los Kadištu, An y Ansâr y instalaron entonces colonias Miminu de Bun en Mumul (las Pléyades), lo que obligó a la nueva línea de Amašutum abandonar progresivamente Mulmul y su sistema estelar Ubsu'ukkinna para finalmente llegar a Gisda (Híades). Después de un momento que me pareció una eternidad, amos tipos de Kadištu se materializaron en la ubicación exacta de la imagen en relieve.

 

Los planificadores tenían un aspecto sereno y relajado. En sus ojos se transparentaba benevolencia. Primero habló la Ameli utilizando la técnica de Kinsag.

 

El tono que utilizó era muy similar al de nuestras sacerdotisas.

- Mi hijo, no tienes mucho tiempo delante de ti y debemos ser tan breves como posible. La situación conflictiva que resulta de los numerosos desacuerdos entre los Gina’abul va a producir una transformación material de las percepciones de nuestro universo.

 

La administración y la organización ejecutiva de los Kadistu van a ser eclipsadas temporalmente en una parte de este universo a causa del levantamiento que prepara Tiamata. Intentamos disuadirla de eso, pero el miedo de tu Eras (reina) de revisar el antiguo régimen Musgir se difundió entre ustedes como una bacteria, lo que les impide resonar con Sabiduría.

 

Nadie entre nosotros puede culparla por haber asistido a la Gran Guerra y haber visto de qué son capaces los Musgir. Sin embargo, el reino de la animalidad prodigado por una gran mayoría de la especie Gina’abul dominará esta región sagrada de nuestro universo, hoy bajo el control ejecutivo de Tiamata.

 

No podemos ir en contra de esta predestinación. Tu papel en esta cadena de acontecimientos es crucial. Deberás tomar numerosas decisiones importantes. No estamos aquí para guiarte en tus elecciones. Estamos aquí para recordarte que la inmensa mayoría de los Gina’abul están encerrados en conceptos deformados de la Fuente y sufren terriblemente.

 

Teniendo en cuenta que no hay separación entre ti y los tuyos, deberás ayudar a tus hermanos a superar su discapacidad. Esta es una de las grandes misiones que has de enfrentar encarnándote entre los Gina’abul.

El Ameli retrocedió ligeramente, permitiendo al Abgal adelantarse y seguir el discurso:

Hijo de An, vas a observar diferentes formas de pensamientos y a experimentar lo condicional y lo incondicional. Jamás olvides que eres el dueño de tu Zisàgâl (encarnación). Los estrechos pasillos que elegiste pedir prestados te ayudarán a asimilar y a no disociar a Gissu (la Sombra) y Zalag (la Luz).

 

Las Amasutum encarnan esta sutil asociación que implica el proceso de creación. Simbolizan el lazo estrecho que une el ANGAL (la Gran Altura) y KIGAL (el Bajo Astral). Están actualmente en gran peligro, porque la mayoría de tus Kukus piensan que el odio y la venganza curan los males...

No estoy dispuesto a excusar los míos so pretexto que no saben lo que hacen, le respondí. ¡El perdón continuo provoca una culpa perpetua continua!.

El rencor y la incomprensión alimentan también el no amor, repitió el Abgal. Las tinieblas del ego son otro aspecto de la Luz, porque forman emociones que engendran una cantidad de experiencias que llevan a la Fuente de la Luz. Mientras la amargura todavía pudiera intensificarse, el iniciado no se libera nunca. El iniciado guarda esperanza en su ego en su lucha contra la amargura.

 

Es sólo una vez llegado a las fronteras de sus posibilidades que finalmente toma el camino que lo llevará hacia la Luz. El iniciado es probado sin cesar y tiene fe en la Luz, porque él mismo es luz. Las formas desgraciadas que encontraste en KUR-BALA son sólo el reflejo de acontecimientos pasados que se celebraron aquí abajo en KIGAL.

 

Estas almas están confundidas, turbadas y extraviadas, sólo piden ser liberadas.105

 

Mira como se precipitaron sobre ti para intentar robar un poco de tu luz; al haber perdido todo necesitan luz para encontrar el camino. Será lo mismo para los Anunna y sus socios que no dejarán de solicitártela a riesgo de asfixiar tu llama.

 

¿Blandirás tu arma para protegerte y salvarte o procurarás sobrepasar tus miedos y penetrar en lo insondable? Deberás ir más allá del bien y del mal, más allá de tus miedos, allí está la verdadera Sabiduría.


105. Contrariamente a la ideología judeocristiana que hace "el Infierno" un lugar de eternos sufrimientos, el pensamiento greco-romano hacía este lugar, y con razón, un lugar transitorio donde las almas estaban en espera de ser regeneradas
 


El Ameli se adelantó y tomó nuevamente la palabra:

Los aprendices de la vida y del reino animal, aquellos a los que llamamos Gilimanna (el Bestiario Celestial), a los cuales mi aliado aquí, y tú mismo, están afiliados,106 y más precisamente esta nueva subraza de nombre Anunna, corren peligro de instaurar una autoridad colonial basada en la servidumbre y la dominación.

 

Estos seres están en la incapacidad de reconocer los hechos fundamentales de la evolución social y kármica, porque se definen a sí mimos como dioses, lo que todavía no son. Vendrá el Ud (día) donde, sin duda, adquirirán la eternidad, pero solamente cuando hayan tomado conciencia de lo sagrado que reside dentro de ellos…

Así es, respondió, los Anunna piensan que son inmortales, pero no lo son. Tiamata había pensado que sería peligroso otorgar la inmortalidad a los soldados. Así, con el fin de conseguir que todos estén de acuerdo, nuestra reina decidió que los Anunna y los Nungal no estén en posesión de la perpetuidad del cuerpo, sino que más bien una larga vida.

Sí, sabemos todo esto, hijo mío, añadió el Ameli. El código de este universo que Tiamata perfectamente conoce, implica que la inmortalidad del cuerpo no puede ser adquirida a través de la genética, sino más bien gracias al proceso evolutivo del alma. La búsqueda de la inmortalidad de los Alagni Gina’abul también complica, por otra parte, fuertemente su misión.

 

Los Anunna no deben conocer sobre todo lo que conociste en tus iniciaciones, porque desviarían la energía sexual y la utilizarían como medio de dominación y de represión como los Musgir.

¡ Mira alrededor de ti, mira todo este kùsig (oro)! No sería suficiente para saciar la sed de inmortalidad de varios regimientos durante mucho tiempo...

- Faltarían justo sólo algunos Amasutum complacientes, contesté.

 

106. Recordemos que Sa’am y uno de los dos Kadistu pertenecen a Abgal, especie anfibio afiliada a los Gina'abul y que viven en el sistema de Gagsisâ (Sirio). La expresión GlLIM-ANNA "Criaturas o Bestiario Celestial" proviene del Kadiàtu. Se descompone en GiLIM (agrupamiento u horda de animales salvajes) y ANNA (los cielos). Es interesante anotar que el homófono sumerio GILIM evoca el hecho "de ser corrompido". GlLIM-ANNA traduce a la vez la animalidad de la raza Gina'abul (bajo sus formas físicas y a menudo conductuales) y su relación con las estrellas, como especie que posee el entendimiento de los viajes espaciales.

 

 

En ese momento oímos el eco de una explosión desde el exterior.

 

El Kadištu me miró brevemente.

43 - estatuilla de madera de los Dogones de África representando un Nommo. Esta escultura es idéntica a las representaciones hechas de los Abgal sumerios o apkallu acadios, que evocan a los seres "sabios". Los Nommo de Malí tienen la reputación de ser "dioses" anfibios venidos del cielo y que fueron los iniciadores de la raza humana. Los Dogon dicen que los Nommo provienen de Sirio. La descomposición del término Nommo en la lengua matriz se traduce en NUM-MÛ : "el elevado que cultiva y restaura" (la partícula NUM que se encuentra en la lengua asirio-babilónica se confunde con el NIM sumerio, que evoca el hecho de ser "alto" y "elevado"). Tenga en cuenta también que el homófono NUM MU - "el elevado que habla." La particularidad del Nommo, de acuerdo con las tradiciones de los Dogon, es principalmente haber aportado la primera lengua a la humanidad ...

 

El Abgal me habló por última vez:

- Tu Eras (reina) que encuentras algunos aliados entre una minoría de nosotros, nuestro corazón está desgarrado. No subestimes su acción programada, porque sus aliados son temibles y aterradores, y no pretenderán disociarse en la batalla.

 

¡Un combate va pronto a comenzar, mi hermano!

 

Se te llevará lejos de aquí, a un lugar donde experimentarás emociones que van a hacerte explorar las profundidades de tu identidad. Consentiste llevar la pesada responsabilidad de cuidar las enfermedades de los seres de tu linaje. Esta tarea te obligará a hacer elecciones difíciles a partir de hoy.

 

Estas elecciones corren peligro también de provocar otros tipos de sufrimientos. Podrás contar sólo contigo mismo. Encarnándote entre los Gina'abul, en este momento preciso de su historia, te proyectaste en un universo donde lo mental asfixia el espíritu y donde el ego neutraliza la Sabiduría. No te equivoques de combate.

 

Sólo te tendrás a ti mismo para proteger lo Sagrado bajo todas sus formas. Deja este lugar lo más rápidamente posible, el tiempo es corto.

Los Kadištu se evaporaron repentinamente.

 

Su nave se elevó sin hacer ruido, y me dejó con estas extrañas revelaciones. El tiempo era corto, en poco tiempo, el espacio aéreo de Ubsu'ukkinna se convertiría probablemente en un campo de batalla.

 

Me metí en mi Gigirlah y despegué de este lugar desolado para precipitarme en el Seka (la apertura) polar.

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