por John L. Lash

Febrero 2006

traducción de Editorial-Streicher
19 Mayo 2012

Versión original

 

Nuevamente ponemos en castellano otro escrito del profesor John Lash (desde su sitio www.metahistory.org), donde nos sigue brindando la flor de su saber en cuanto al tema de las enseñanzas de los llamados "gnósticos" y el valor que ellas tendrían para algunos en el tiempo presente.

 

Hay que reconocer que el señor Lash hace un esfuerzo muy encomiable por contextualizar la cosmovisión de los antiguos iniciados, tan enconadamente combatidos desde la Antigüedad.

 

Como esperamos que con otros textos del profesor Lash se vea mejor, él está empeñado en una denuncia de gran alcance con respecto a las religiones patriarcales abrahámicas que tienen en común un prospecto de dominación mediante el salvajismo, soslayando groseramente cualquier otra sabiduría, cuyo rescate ha sido la labor de este lúcido académico estadounidense.



En una reciente entrevista radial con George Noory, un oyente llamó e hizo una pregunta crucial que no contesté adecuadamente, debido a la naturaleza rápida e improvisada del formato radial en directo.

 

A veces, para responder a una pregunta acerca de la compleja materia de la mitología, es necesario enmarcar la respuesta cuidadosamente, pero las entrevistas radiales no conceden el tiempo para ello. En el siguiente artículo haré otro intento.

 

 


¿Quiénes Son los Dioses?

El oyente me preguntó si la identificación de los sumerios Anunnaki y los Arcontes de los gnósticos con los modernos extraterrestres podría ser aplicada a otros dioses en culturas diferentes, como los mitos griegos y nórdicos.

 

Es una gran pregunta, y absolutamente esencial para una orientación clara y sobria en torno a la cuestión desconcertante de las entidades alienígenas, los visitantes, los astronautas antiguos, los "dioses en platillos voladores", etcétera.

Uso tres clasificaciones simples para los varios dioses descritos en la mitología y los antiguos textos (las tablillas cuneiformes sumerias, la Biblia, los Rollos del Mar Muerto, los códices de Nag Hammadi, etc.), y las entidades reportadas en encuentros con ETs y en avistamientos de OVNIs.

 

La primera clasificación es puramente psicológica.

 

Algunos "dioses" no son entidades autónomas, independientes de nosotros, sino proyecciones de procesos naturales e intra-psíquicos. Llamo a tales "dioses" psico-deidades, porque ellos se manifiestan a través de nuestras psiques. Incluso si ellos representan fuerzas que actúan en la Naturaleza, lo que ocurra en el mundo natural también afecta a la psique humana, y la impregna, de modo que los "dioses de la Naturaleza" son también intra-psíquicos.

Por ejemplo, en el mito nórdico, Wotan u Odín es una deidad chamánica, o un chamán deificado, que representa el poder de la videncia elevada y el don de la adivinación. Éstas son capacidades que vienen a ser encarnadas, o personificadas, si usted prefiere, en la figura de Odín.

 

Las capacidades que Odin posee son paranormales, y por ende "divinas", tanto en el sentido de estar más allá de la norma humana, como en el sentido de parecerse a facultades que podemos imaginar que los seres sobrehumanos tienen. Pero ellas son capacidades intra-psíquicas, totalmente dentro de nuestro ámbito de evolución.

O considere al dios de la Naturaleza, Osiris, que era central en la religión egipcia.

 

Él representaba los procesos de muerte y regeneración en la Naturaleza, a nivel celular (de aquí un "dios del grano"), equiparados por otros procesos en la psique humana. Como un "dios de la muerte y resurrección", Osiris no está totalmente más allá de la realidad humana. Los psico-dioses son interactivos dentro del ámbito de nuestra experiencia mental y sensorial.

 

Ellos son, en cierto modo, extensiones y reflejos de nosotros y de otras criaturas sensibles.

La mitología nórdica describe el conflicto celestial entre dos generaciones de "dioses", los Vanir y los Aesir. Los Aesir representan una clase de "dioses" de una estatura sobrehumana, cósmica. Ellos no son psico-deidades, sino cosmo-deidades, poderes divinos que impregnan el cosmos en general. Ellos producen y sustentan los mundos manifiestos, sin manifestarse ellos mismos.

 

Por supuesto, ellos también pueden alcanzar la psique humana, y entrar en nuestra conciencia. ¡Ellos pueden ir dondequiera que deseen!. Los gnósticos enseñaban que los dioses cósmicos auténticos, las divinidades plerómicas o Eones, no nos invaden ni nos agobian. Ellos tienen magníficas limitaciones. Ellos no asumen la forma humana. Ellos no son de este mundo, pero tampoco son completamente inaccesibles para este mundo.

Las cosmo-deidades son las fuerzas fundacionales y formadoras de los mundos manifiestos, mientras que las psico-deidades representan nuestras capacidades para experimentar todo lo que es manifestado.

 

En el lenguaje gnóstico, las cosmo-deidades son los Eones, los dioses plerómicos o Generadores, como me gusta llamarlos. Pleroma significa "abundancia, plenitud".

 

En términos astronómicos, el pleroma de los Eones es el núcleo galáctico, o centro. Los episodios inaugurales del Mito de Gaia (Gaia Mythos) representan un intento de describir la naturaleza y la actividad de los Eones. (Uso un poema en prosa para este propósito, con todo lo imperfecto que pueda ser, porque una descripción literal sería inapropiada).

Entre estas dos clases de "dioses" hay un tercer grupo, una clase ambigua de entidades que son en parte psíquicas y en parte cósmicas. Ellas son llamadas los engañadores (tricksters) en los estudios antropológicos y en mitología comparada. El saber indígena de las Américas está lleno de engañadores que interactúan con los pueblos nativos, por lo general de una manera traviesa.

 

Hay una amplia gama de entidades engañadoras que no hacen daño y no abrigan ninguna intención de engañar.

 

Su engaño es pura diversión, o puede ser a menudo una manera de instruir a los humanos en la supervivencia, la adaptación, e incluso en el auto-conocimiento. Muchos engañadores toman la forma de animales tales como el conejo, el zorro, el cuervo, el coyote, etcétera. Estas entidades cambiadoras de forma pertenecen al hábitat planetario tanto como nosotros.

 

Ellos son poderes psíquicos y animistas de este mundo, cercanos a los "poderes animales" reconocidos por todos los pueblos indígenas como aliados de la especie humana. Las hadas y los "pequeños seres" del folklore celta pertenecen a esta clase.

La sabiduría indígena enseña que no podemos saber cabalmente lo que significa ser un humano a menos que tengamos la humildad para aprender de seres no-humanos. Las entidades engañadoras también incluyen a los espíritus de varias especies de plantas psicoactivas, hongos y setas.

 

Los niños u honguitos, los "pequeños" de Maria Sabina, por ejemplo. O los trolls vistos en experiencias con DMT (Dimetiltriptamina), relatadas por Terence McKenna y otros.

Hay, sin embargo, una variedad particular de entidades del tipo trickster que se comporta de una manera diferente. Deliberadamente se presenta a sí misma como un cosmo-dios, poseedora de un status divino. Esta entidad nos engaña simulando ser otra que la que es. La mayoría de los engañadores no actúa de esta manera, como puede verse al estudiar el saber indígena.

 

Ellos pueden ser cambiadores de forma, ellos pueden urdir grandes cuentos y realizar toda clase de astutas ilusiones, pero no simulan ser dioses cósmicos. Aquellos que se presentan a sí mismos como cosmo-dioses, como nuestros creadores, etcétera, pueden ser llamados "dioses engañadores". ¡Pero éste es un término engañoso!.

 

Podemos llamarlos dioses-engañadores, no porque ellos sean verdaderos dioses, sino porque ellos pueden ser confundidos con los verdaderos dioses.

Estos engañadores no pueden ser comparados con el tipo animista del trickster, ni son ellos psico-dioses. Ellos pueden ser identificados por su tácticas engañosas, por su tentativa para ser tomados por dioses cósmicos genuinos. En resumen, ellos son simuladores, impostores, que procuran imitar a los cosmo-dioses. Propongo que ellos sean llamados pseudo-dioses.

 

Tales son los Arcontes descritos en las escrituras gnósticas.

 

 


El Demiurgo y Sophia

La deidad impostora extrema es Yahvé, el dios-padre de la Biblia.

 

Esta entidad es el señor de los Arcontes, o el Arconte principal (protarchon). Yahvé es un dios-engañador que simula ser un Eón, un Generador.

 

Cuando los gnósticos explicaban esta diferencia, ellos fueron violentamente resistidos y, en algunos casos, asesinados por los devotos de este pseudo-dios. Mucha violencia se ha aplicado en este planeta para proteger al bíblico pseudo-dios de ser denunciado como tal.

 

En efecto, la agenda de Yahvé anima y respalda esta violencia, como cualquier persona sana puede verlo al leer unas pocas páginas del Antiguo Testamento. El pseudo-dios tiene que proteger su identidad y mantener su engaño. Para hacer aquello, persuade a sus devotos humanos a luchar en su nombre. Este particular dios-engañador es muy celoso y malévolo.

 

Esto explica por qué las tres religiones dominantes, cuyos seguidores toman al pseudo-dios por el creador supremo, están conformadas por una agenda de violencia, agresión y dominación. Vivimos en un planeta donde millones de habitantes están atrapados en el engañoso hechizo de un pseudo-dios. Ésta fue la advertencia gnóstica a la Humanidad.

Algunos escritores sobre Ovnilogía bíblica - ver las Nueve Teorías del Contacto Extraterrestre, de las que hablé en la entrevista con Noory - han señalado que Yahvé actúa como un psicótico asesino.

 

Christian O'Brien (El Genio de unos Pocos) es particularmente astuto en su perfil psicológico del dios-padre bíblico, y A.D. Horn (Los Orígenes Extraterrestres de la Humanidad) afirma rotundamente que "Yahvé es un lagartoide", es decir, un reptiliano predador.

 

Horn no cita fuentes gnósticas, pero esto es exactamente lo que usted encontrará en los códices de Nag Hammadi (NHC). El Apocryphon de Juan (NHC II, 1) y otros textos cosmológicos usan el término "drakónico" para Yahvé, o el Demiurgo, como también es llamado este pseudo-dios. El nombre dado a esta entidad en los Misterios era Yaldabaoth.

 

Una traducción aproximada de este nombre sería "el criador de la colmena, o de la horda".

Ahora, hay que hacer una importante distinción: no puedo decir si hay malévolos dioses-engañadores en todas partes del cosmos, que se manifiestan en varios mundos. Las enseñanzas gnósticas que han sobrevivido no cubren este rango de fenómenos. La cosmología gnóstica es específica de las condiciones de nuestro Sistema Solar y de la vida en la Tierra.

 

Los videntes de los antiguos Misterios paganos observaron que las entidades arcónticas están presentes en el Sistema Solar, pero ellas no son originarias de la Tierra como nosotros. Ellas son literalmente una especie extraterrestre y no-terráquea. Como tales, sólo son capaces de revolotear en la atmósfera de la Tierra de manera errática, haciendo breves incursiones, y luego volviendo a revolotear otra vez.

 

Para que ellos pudieran permanecer en la tierra, tendrían que ser establecidas condiciones especiales, como cuando los humanos establecen un puesto de avanzada en la Luna, o en las profundidades del océano. Los engañadores Arcontes no pueden vivir en la biósfera, tal como nosotros no podemos vivir en los otros planetas del Sistema Solar como Marte, Júpiter y Neptuno.

Los gnósticos enseñaban que la Tierra no pertenece al Sistema Solar, sino que simplemente está atrapada en él. Como la Teoría de Gaia de Lovelock y Margulis afirma, la Tierra se diferencia del resto de los planetas por el extraño equilibrio de su atmósfera, proveyendo no sólo un espacio para que formas de vida lo habiten, sino también un medio interactivo en el cual la vida puede evolucionar, adaptarse e innovar.

 

Tal es el milagro de la vida en la Tierra, incluyendo a la especie humana como parte de un experimento abierto supervisado por los dioses cósmicos, los Eones.

La Tierra es un caso especial (como la teoría Gaia afirma), porque es la encarnación de un cosmo-dios, el Eón Sophia, cuyo nombre significa "Sabiduría". En este planeta vemos a la sabiduría encarnada, viviente, desarrollándose, sensitiva, y somos parte de ella. Sophia es uno de los cosmo-dioses de la galaxia que habitamos.

 

Ella surgió del centro de la galaxia, el pleroma, para llegar a sumergirse en un cuerpo planetario. Esta situación es única en nuestro mundo. Mitológicamente, esto es llamado la Caída de Sophia. Para nosotros, Sophia es el Eón o cosmo-dios que está directa y sensorialmente presente. Vivimos en su piel. Nuestra madre cósmica es el Eón Sophia, que ahora llamamos Gaia.

Pero Sophia es también la madre de los Arcontes, los engañadores pseudo-dioses que quieren que nosotros los tomemos por Eones.

 

La mitología gnóstica (extensamente descrita en este sitio y en mi próximo libro, titulado Not in His Image [No a Su Imagen]) enseñaba que antes de que Sophia se metamorfoseara en la Tierra, ella produjo una especie de salpicadura en los reinos de la materia elemental (espuma cuántica), resultando una extraña especie hecha de elementos inorgánicos (basados en el silicio): los Arcontes.

 

Estas entidades se pusieron a formar un mundo para ellas, el sistema planetario exclusivo de la Tierra, que es el cuerpo de Sophia, y que fue formado algo más tarde. Los Arcontes son llamados así a partir del griego archai = "previo, anterior", porque ellos y su mundo fueron formados antes de que Sophia se transformara en la Tierra.

Todo esto es un cuadro muy grande, por supuesto. No espero que nadie lo digiera en un solo trozo. Pero es notable que los videntes de los Misterios antiguos fueran capaces de establecer esta hipótesis. Tómela o déjela, créala o no. Personalmente, creo que este marco hipotético es digno de confianza y puede ser probado frente a las evidencias.

 

Explica el origen de los extraterrestres arcónticos, tanto los del tipo reptiliano como los embrionarios o neonatos (los Grises cabezones de ojos saltones), como ninguna otra teoría puede hacerlo. El valor de la hipótesis gnóstica del Demiurgo y su horda es que nos da un marco para discernir varios tipos de entidades no-humanas, y detectar un tipo predador de dios-engañador.

 

No insistiré en que éstos sean los únicos ETs predadores en nuestra galaxia - sé que hay narraciones de muchos tipos - pero el hecho brutal es que ya un solo tipo es suficiente para poner en peligro nuestra evolución.

 

Siguiendo las enseñanzas gnósticas, creo que los Arcontes son la amenaza más inmediata e íntima para la Humanidad.

 

 


La Locura de Dios

Ahora, sólo unas pocas palabras más sobre la cosmología gnóstica, y luego volveré a la pregunta que me llevó a escribir este breve ensayo.

A menudo digo que los videntes gnósticos de los Misterios eran expertos en habilidades paranormales, tales como la ensoñación lúcida, la visión remota, la clariaudiencia y la clarividencia.

 

Si esto es correcto, ellos habrían sido capaces de observar a los pseudo-dioses Arcontes y discernir su modus operandi. En efecto, casi un quinto de los códices de Nag Hammadi tiene que ver con los orígenes, motivos, tácticas y acciones de los Arcontes. Lo que aquellos videntes fueron capaces de determinar acerca de los predadores dioses-engañadores puede ser crucial para la supervivencia humana.

 

Quiero enfatizar un aspecto de su diagnóstico acerca de la intrusión alienígena: Yaldabaoth no sólo finge ser el supremo dios creador, sino que él cree falsamente que lo es. ¡El jefe Arconte sufre de un complejo de Dios!. Él no sólo está tratando de engañarnos, sino que él está engañado. El pseudo-dios es delirante, y su delirio infecta a todos aquellos que lo siguen.

 

Tal es el estremecedor mensaje de los antiguos Misterios.

La aseveración gnóstica de la locura de Dios debe ser uno de los conceptos más sorprendentes en la experiencia humana. Pero no está aislado, ni es completamente sui generis. En La Locura del Ego presento un paralelo budista con el Demiurgo de los gnósticos. Analice aquella hipótesis y vea si no es un equivalente exacto del mito gnóstico del Demiurgo.

 

Ambas narrativas declaran que el pseudo-dios se considera a sí mismo como el creador del universo entero.

 

Esto, por supuesto, es exactamente lo que Yahvé también hace. Los creyentes de las religiones dominantes que consideran a esta entidad ilusoria como su Ser Supremo son ellos mismos delirantes. En su fe ciega, millones de personas están atrapados en la red de la locura de un dios impostor e involucrados en la violencia y la agresión de los Arcontes.

El Demiurgo es una deidad impostora que trabaja contra la Humanidad.

 

Yaldabaoth está entre la Humanidad y los Eones del centro galáctico, pretendiendo ser uno de ellos. La horda de los Arcontes, que funciona con una mentalidad de colmena, trata de entrometerse entre la Humanidad y el Eón Sophia, encarnado en la Tierra. Así ellos trabajan contra nuestra sabiduría innata, tan estrechamente relacionada con la inteligencia de Gaia, en un vano intento de desviarnos de aquella conexión.

 

Éste es el diagnóstico de los videntes de los Misterios.

 

 


Doble Engaño

Finalmente, para concluir, me gustaría volver a la llamada en directo hecha durante la entrevista con George Noory.

¿Es posible - preguntó él - discernir a los Arcontes-Extraterrestres en otros mitos alrededor del mundo?.

Está claro que los Anunnaki de los Sumerios y los Arcontes de los gnósticos son idénticos a los modernos extraterrestres, pero de ningún modo resulta fácil revisar el abultado material de mitos y folklore y desmalezar cada referencia a las pseudo-deidades.

 

No he hecho aquello, ni completa ni exhaustivamente, pero he hecho varias tentativas para ello. Me gustaría dar cuenta de mis investigaciones en otro artículo en este sitio.

Mientras tanto, hay otro factor crucial más en el diagnóstico.

 

Concierne al doble engaño del fenómeno de los Extraterrestres: el fenómeno mismo nos engaña para ver cómo funciona. Desde que he introducido la teoría Arconte-Extraterrestre en este sitio, ha sido aún más emocionante hablar acerca de cómo los dioses descritos en los mitos antiguos fueron realmente extraterrestres o "antiguos astronautas".

 

Estoy seguro de que considerar como factores a los Arcontes en esta discusión puede ser muy instructivo. Al mismo tiempo, la introducción de la contra-Inteligencia gnóstica en la intrusión alienígena lleva la discusión a un nivel distinto. Ahora tenemos que hacernos más sofisticados en nuestra comprensión del factor alienígena.

Cuando hoy consideramos a los dioses descritos en tiempos antiguos como extraterrestres arcónticos, tendemos a pensar que hemos finalmente comprendido quiénes son los dioses. Esto no es correcto: en realidad, hemos llegado a ver quiénes los dioses NO son. Haciendo la identificación Anunnaki = Extraterrestres, por ejemplo, obtenemos una visión de las entidades que simulan ser dioses.

 

En el registro cuneiforme sumerio, que son transcripciones de materiales canalizados, los Anunnaki afirman ser nuestros creadores.

 

Pero el hecho de que algo fuera escrito en tabletas de arcilla hace 2.800 años ¿significa que es verdadero?. Por supuesto que no. El registro cuneiforme sumerio presenta la afirmación de que los Anunnaki son los dioses creadores superiores, no la prueba de que ellos lo sean.

Las tablillas cuneiformes no constituyen una evidencia de hechos; ellas son pruebas de una historia presentada como un hecho.

Aquí estamos próximos a ver el doble engaño. Habiendo determinado que los antiguos dioses eran realmente extraterrestres (ETs), dejamos de preguntar: ¿Y qué hay acerca de los dioses que no son Extraterrestres?

 

La naturaleza de la farsa ET es, primero, que nos engaña acerca de los dioses, y luego, cuando captamos el engaño, nos aparta de mirar más allá hacia los verdaderos dioses, las divinidades del cosmos viviente. Habiendo hecho la conexión ET-dios, debemos avanzar otro paso hacia un conocimiento más sofisticado.

 

Lo sano, entonces, sería preguntar:

Si los Arcontes-ETs fueron incorrectamente considerados como dioses, ¿quiénes son los dioses genuinos?

Sería un grueso error asumir que hemos comprendido la naturaleza de los dioses simplemente estableciendo un vínculo entre los ETs y la mitología antigua.

Debido al doble engaño del fenómeno ET, tendemos a asumir que los "antiguos astronautas", que simularon ser dioses y fueron tomados como tales, deben ser los únicos dioses.

Con el diagnóstico de los Arcontes, estamos sólo a punto de descubrir a los verdaderos Dioses. Éste es un cambio trascendental.

Según los gnósticos, los "verdaderos dioses" son los Eones del Pleroma. Y uno de éstos es Sophia, la diosa de la sabiduría, que se metamorfoseó en el planeta Tierra. Hoy la llamamos Gaia.

 

Ella es la base de la vida y la conciencia para la especie humana y toda la vida sensitiva, incluida la vida molecular. Tal es la antigua enseñanza pagana preservada por los guardianes de los Misterios. Hoy estamos en el umbral de resucitar y volver a vivir aquella enseñanza.

El truco consiste en dejar atrás a los engañadores extraterrestres a cambio de la verdadera magia de la vida en esta Tierra.