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por Jason Jarrell
y Sarah Farmer
Noviembre 2017
del
Sitio Web
Ancient-Origins
Versión en ingles
|
Jason Jarrell y Sarah Farmer son historiadores de
investigación y arqueólogos vocacionales.
Estudian temas muy diversos, entre ellos la psicología
profunda, los misterios bíblicos, la ciencia política y
la mitología comparada. También son autores de Ages of
the Giants: A Cultural History of the Tall Ones in
Prehistoric America (2017).
Visite su web en: ParadigmCollision.com |

Universo ordenado y texto
(Dominio público).
Sello cilíndrico acadio
con figuras de los Anunnaki.
(Dominio público)
Parte I
¿Quiénes
fueron estos
misteriosos
seres de la mitología sumeria?
18
Noviembre 2017
Versión original en ingles
La era moderna ha sido testigo de un increíble aumento en la
popularidad de todo tipo de publicaciones en los medios de
comunicación sobre la mitología de la antigua Mesopotamia.
Impulsando esta creciente
tendencia están los escritos de varios investigadores que proponen
conexiones entre los diversos ciclos de los mitos sumerios y la
teoría de que la raza humana fue diseñada o creada por un grupo de
seres extraterrestres.
Conocida como la
Teoría de los Antiguos Astronautas,
esta hipótesis está basada en gran medida en las traducciones de
tablillas cuneiformes supuestamente realizadas por
Zecharia Sitchin, cuya serie de
libros
Crónicas de la Tierra
constituye la base sobre la cual se ha construido la "iglesia"
moderna de los dioses alienígenas.
En la narrativa de Sitchin es esencial un grupo de seres míticos
conocido como
los Anunnaki, de quienes Sitchin
afirma que cruzaron su propio ADN con el del Homo erectus para crear
la humanidad - con la intención de utilizar a los seres humanos como
esclavos para extraer oro y otros minerales de las minas.
Hoy en día, estos
Anunnaki son considerados a menudo el equivalente del
Dios
creador del Antiguo Testamento.

¿Crearon los Anunnaki a la humanidad?
(Dominio público)
Pero,
-
¿Qué dicen
realmente los textos cuneiformes sobre los Anunnaki y otros
seres míticos?
-
¿Cómo encaja la
versión de estos seres y sus actividades presentada en los
medios partidarios de la 'Teoría de los Antiguos
Astronautas' con su representación real en el mundo antiguo?
Sangre real
Para empezar, Anunnaki se traduce como "sangre real" o "semilla de
Anu", no como "los que descendieron" ni como "aquellos que llegaron
del cielo a la tierra", como muchas fuentes modernas afirman.
Los Anunnaki son,
"las deidades
sumerias del antiguo tiempo primordial",
...un panteón de dioses
hijos del dios del cielo Anu y su hermana, Ki.
Significativamente,
algunos estudiosos han llegado a darse cuenta de que los Anunnaki
deberían ser considerados más apropiadamente semidioses o
seres semi-divinos.
Al parecer, la hermana de
Anu, Ki, no era considerada originalmente una deidad, y solamente
alcanzó el estatus de diosa mucho más tarde en la historia del ciclo
mitológico.

Sello cilíndrico acadio de aproximadamente el 2300 a. C.
con las
figuras de las deidades Inanna, Utu y Enki,
tres
miembros de los Anunnaki.
(Dominio público)
Como explica William Klauser:
"Algunas autoridades
se preguntan si Ki era considerada una deidad, ya que no existe
evidencia de un culto y el nombre aparece sólo en un número
limitado de textos sumerios sobre la creación.
Samuel Noah Kramer
identifica a Ki con la diosa madre sumeria Ninhursag, y afirma
que eran originalmente la misma figura. Ella se convirtió más
tarde en la diosa babilonia y acadia Antu, consorte del dios Anu
(del sumerio An)."
Esencialmente, esto
significaría que los Anunnaki nacieron de la unión entre un dios del
cielo y una mujer mortal, que más tarde sería deificada en la
tradición mitológica.

Cuatro estatuillas
de aleación de cobre datadas en torno al 2130 a. C.
Representan a cuatro antiguos dioses mesopotámicos,
con sus características coronas de cuernos.
(Osama Shukir Muhammed Amin/CC BY-SA 3.0)
Del polvo al
polvo
Además, "Ki" es el símbolo sumerio para "tierra", y la consorte de
Anu es considerada en ocasiones la personificación de la propia
Tierra.
Este hecho es similar a
la tradición bíblica, donde los mortales fueron creados a partir del
polvo de la tierra (Génesis 2,7).
El concepto de un grupo
de seres semi-divinos nacidos de mujeres mortales es muy similar a
las tradiciones bíblica y extra-bíblica de
los Nefilim.
Uno de los textos
antiguos más profusamente referenciados que describe a los Nefilim
es el extra-bíblico
Libro de Enoc, atribuido al
patriarca Enoc, hijo de Jared y padre de Matusalén.
El libro de Enoc es
considerado un texto apócrifo en nuestros días, y es rechazado por
la mayoría de los sistemas teológicos dominantes, aunque no siempre
ha sido así.
Muchos de los primeros
Padres de la iglesia, como,
-
Atenágoras
-
Clemente de
Alejandría
-
Ireneo
-
Tertuliano,
...aceptaban este libro
como escritura sagrada, y se han encontrado fragmentos de 10 copias
en arameo del Libro de Enoc entre los
Rollos del Mar Muerto.
Enoc también es citado en
la bíblica Epístola de Judas, y se ha estimado que hay varios
cientos de referencias más en todo el Nuevo Testamento.

Josué 1,1
tal y como aparece registrado
en el Códice de Aleppo, siglo X d. C.
(Dominio público)
Los hijos de
Dios y las hijas de los hombres
Los pasajes más famosos del Libro de Enoc incluyen una descripción
detallada de ciertos acontecimientos anteriores al Diluvio
registrado en la Biblia (especialmente el capítulo 6 del Génesis,
versículos 1-4).
Según el Libro de Enoc,
un grupo de 200 ángeles caídos conocidos como
Los Vigilantes, encabezados por un
individuo llamado Semyaza (o Semjaza) descendieron sobre el monte
Hermón, donde formularon el juramento de engendrar linajes con las
mujeres humanas.
Todos ellos,
"tomaron para sí
esposas, y cada cual eligió una para sí, empezaron a llegarse a
ellas y a corromperse con ellas", una unión que dio como
resultado el nacimiento de "grandes gigantes".
Estos gigantes
finalmente,
"consumieron todos
los bienes de los hombres", y "cuando los hombres ya no pudieron
mantenerles, los gigantes se volvieron contra ellos y devoraron
a la humanidad."
(Libro de Enoc, Cap. 6-7).
Estas actividades
provocan la intervención de Dios, quien maldice a los
gigantes para que se hagan la guerra los unos a los otros,
"para que pudieran
destruirse unos a otros en batalla" y envía a los arcángeles a
encadenar a sus líderes Vigilantes "en los valles de la Tierra".
(Libro de Enoc, 10).
Como es bien sabido hoy
en día, los textos hebreos se refieren a estos poderosos Vigilantes
como los Nefilim.
Ubicación del
santuario de los Anunnaki
Los investigadores han hallado profundas similitudes entre las
mitologías de los Anunnaki y los Nefilim.
En 1971, Edward
Pipinski publicó un análisis académico de varios textos
antiguos, entre ellos la versión en antiguo babilonio de la
Epopeya de Gilgamesh, todos los
cuales incluyen importante información que revela la verdadera
ubicación del santuario de los Anunnaki en la cosmología y el
pensamiento del antiguo Oriente.
Pipinski descubrió que:
"De hecho, la versión
en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh identifica
Hermón y el Líbano con la morada de los Anunnaki".
El investigador hace
hincapié en las líneas 12-21 del Gilgamesh en antiguo babilonio,
unas líneas que hablan de la destrucción de Humbaba, guardián de la
morada de los dioses, a manos del compañero de Gilgamesh, Enkidu,
después de lo cual el texto afirma que ambos,
"penetraron en el
bosque, abrieron la secreta morada de los Anunnaki."
Mientras que las
mitologías posteriores sugieren lugares alternativos para el hogar
de los Anunnaki, Pipinski explica que los más antiguos textos
mesopotámicos y cananeos del Próximo Oriente apuntan al
bosque de cedros del monte Hermón:
"…encontramos rastros
de la tradición más antigua en la mención de la montaña que era
morada de los dioses, y cuyos accesos estaban ocultos por el
Bosque de Cedros cuyo guardián era Humbaba.
Esta montaña era,
creemos, el Hermón del Antilíbano...
La cordillera sur del
Antilíbano sería por lo tanto probablemente la montaña en cuyas
profundidades vivían los Anunnaki, según la versión en antiguo
babilonio de la Epopeya de Gilgamesh.
En el período
babilónico antiguo los Anunnaki eran aún considerados los dioses
en general...
El monte Hermón
debería por tanto ser identificado con la morada de los dioses."

El monte Hermón cubierto de nieve.
(Dominio público)
Cielo y Tierra
se unen
Pipinski también señala el hecho de que el monte Hermón era
considerado al guardián de los tratados internacionales en el mundo
antiguo, y conecta esta tradición con el juramento realizado por los
Vigilantes en el Libro de Enoc.
Al incorporar textos
apócrifos como el Testamento de los Doce Patriarcas y el
Libro de Enoc a su estudio, Pipinski concluye:
"El monte Hermón es
la montaña cósmica que une la tierra con el cielo más bajo.
Encontramos la misma idea en el episodio de los hijos de Dios
del Libro de Enoc.
Los seres celestiales
se reúnen en la cima del monte Hermón porque ésta es la montaña
de los dioses, el Olimpo cananeo."
El
monte Hermón se encuentra en el
extremo sur de la
cordillera montañosa del AntiLíbano,
a caballo sobre la frontera entre Siria y el Líbano.
El pico más alto del
Hermón alcanza los 9.232 pies (2.814 metros). La zona abunda en
antiguos altares que se remontan a miles de años atrás, y siguió
albergando santuarios y rituales hasta épocas tan recientes como la
de Constantino el Grande.
De mayor importancia es
el hecho de que Gilgamesh fuera famoso en el mundo antiguo por haber
obtenido su conocimiento del mundo antediluviano, según la Epopeya
de Gilgamesh de Ugarit (líneas 5-9):
"En todas partes
exploró los centros del poder, conocía la totalidad de la
sabiduría sobre todas las cosas.
Él, que recorrió el
camino distante hasta Utter-napisti, que cruzó el océano, el
ancho mar, hasta alcanzar el amanecer: recuperó el conocimiento
de la era antediluviana."
Estos pasajes cierran el
círculo con la interpretación de Pipinski de la versión en antiguo
babilonio de la Epopeya de Gilgamesh, donde el antiguo rey viajó al
monte Hermón - morada de los Anunnaki...
Referencias
-
David Leeming,
The Oxford Companion to World Mythology, Oxford University
Press, Oxford, N.Y., 2005.
-
William Klauser,
The Esoteric Codex: Deities of the Underworld, lulu.com,
2015.
-
Compare Jude 1:
14-15 (KJV) with 1 Enoch 1:9.
-
Edward Pipinski,
"El's Abobe: Mythological Traditions Related to Mount Hermon
and to the Mountains of Armenia", in Orientalia Lovaniensa
Periodica 2, Leuvan, 1971, pp. 13-69.
-
Maureen Gallery
Kovacs "Introduction", The Epic of Gilgamesh, Stanford
University Press, California, 1989.
-
Andrew R. George,
"The Gilgames epic at Ugarit", Aula Orientalis 25, 2007, pp.
237-254.
-
Alexander Heidel,
The Gilgamesh Epic and Old Testament Parallels, University
of Chicago Press, Chicago & London, 1946

Universo ordenado y texto cuneiforme
(Dominio público).
Estatua de Gilgamesh.
(CC BY 2.0)
Parte II
Los
Mitos de los Nefilim y los Gigantes
en la Historia
de la Humanidad
19
Noviembre 2017
Versión original en ingles
Resulta esencial en la Teoría de los Antiguos Astronautas y
la narrativa del autor Zecharia Sitchin un grupo de seres
míticos conocidos como los Anunnaki, quienes según Sitchin cruzaron
su propio ADN con el del Homo erectus para crear a la humanidad -
con la intención de utilizar a los seres humanos como esclavos a
para extraer oro y otros minerales de las minas.
Hoy en día, estos
Anunnaki son considerados a menudo el equivalente del Dios
creador del Antiguo Testamento.
Pero,
-
¿Qué dicen
realmente los textos cuneiformes sobre los Anunnaki y otros
seres míticos?
-
¿Cómo encaja la
versión de estos seres y sus actividades presentada en los
medios partidarios de la 'Teoría de los Antiguos
Astronautas' con su representación real en el mundo antiguo?

Representación babilónica
del dios nacional Marduk,
concebido como miembro destacado
de los Anunnaki
(Dominio público)
El monte Hermón se encuentra en el extremo sur de la cordillera
montañosa del AntiLíbano, a caballo sobre la frontera entre Siria y
el Líbano.
El pico más alto del
Hermón alcanza los 9.232 pies (2.814 metros).
Gilgamesh fue famoso en
el mundo antiguo por haber obtenido su conocimiento del mundo
antediluviano, según la Epopeya de Gilgamesh
de Ugarit (líneas 5-9):
"En todas partes
exploró los centros del poder, conocía la totalidad de la
sabiduría sobre todas las cosas.
Él, que recorrió el
camino distante hasta Utter-napisti, que cruzó el océano, el
ancho mar, hasta alcanzar el amanecer: recuperó el conocimiento
de la era antediluviana."
Estos pasajes cierran el
círculo con la interpretación de Pipinski de la versión en antiguo
babilonio de la
Epopeya de Gilgamesh, donde el
antiguo rey viajó al monte Hermón - morada de los Anunnaki.
Gilgamesh el
gigante
El concepto del antiguo conocimiento del mundo antediluviano es de
hecho inherente a muchas tradiciones orientales.
Por ejemplo, hay un
relato similar en el apócrifo Libro de los Jubileos sobre
Kainam, hijo del Arfaxad bíblico:
"El niño creció, su
padre le enseñó la escritura, y fue a buscarse lugar donde
hacerse una ciudad.
Halló antiguas
escrituras grabadas en la roca, cuyo contenido leyó y tradujo, y
con ellas se extravió, porque allí estaban las enseñanzas de los
Vigilantes, en las que explicaban la adivinación por el sol, la
luna y las estrellas de todas las constelaciones del cielo.
Y lo escribió, pero
no habló de ello, pues temía mencionarlo a Noé, no se enojara
con él por este motivo."
(Jubileos 8,2-4)
Curiosamente, hay varias
fuentes antiguas que sugieren que el propio Gilgamesh era un
semidiós, un ser semi-divino de estatura gigantesca.
Según la
Lista de los reyes sumerios,
Gilgamesh fue el 5º rey de Uruk, reinando en algún período
comprendido entre los años 2800 a.C. y 2600 a.C.
Si bien hay tradiciones
que consideran que el padre de Gilgamesh era el rey Lugalbanda, la
Lista de los reyes sumerios afirma que su verdadero padre fue
un,
"espíritu-lillu, un
sumo sacerdote de Kulaba", y el héroe es descrito en la saga
como "dos tercios divino".

Estatua de Gilgamesh
(Gwil5083/CC BY-SA 4.0)
Se cree que Gilgamesh habría alcanzado la victoria sobre los reyes
de Kish, centralizando el poder de Uruk, y cuenta la tradición que
expandió la ciudad de Uruk, incluidos el recinto y los muros de su
templo.
En varios fragmentos de
una copia del siglo XX a.C. de la Epopeya de Gilgamesh descubierta
en la antigua Ugarit, Gilgamesh es descrito como sigue:
"Superior a todos los
(demás) reyes (!), famoso por su estatura corporal" (línea 16) y
también como "Gilgamesh, famoso por su estatura corporal, héroe
nacido en Uruk, toro salvaje que arrasa" (líneas 18-19).
Las líneas 34-36 del
Gilgamesh de Ugarit ofrecen detalles específicos sobre la talla de
Gilgamesh:
"once codos era su
altura, cuatro codos la anchura de su pecho. Un triple codo eran
sus pies, y sus piernas de la longitud de una vara".
Según estas medidas,
Gilgamesh habría alcanzado entre 16 y 18 pies (4,8 a 5,4 metros) de
altura.
En cuanto al hecho de que
Gilgamesh fuese
un gigante, el fragmentario
Libro de los Gigantes de los
manuscritos del Mar Muerto menciona los nombres de varios gigantes
Nephilim, entre ellos,
-
Ohya
-
Mahway
-
Hahya
-
Gilgamesh

Gilgamesh,
el rey
héroe de la ciudad de Uruk,
luchando contra el 'Toro celestial'
(0045269/CC BY-SA 4.0)
Los gigantes
reinan en el monte Hermón
Volviendo al tema del monte Hermón, Gilgamesh no es el único antiguo
gigante directamente asociado con este lugar sagrado.
Varios libros del Antiguo
Testamento (Números, Deuteronomio y Libro de Josué) dan testimonio
de la batalla de Moisés y los israelitas contra Og, rey
amorreo de Basán.
En Deuteronomio 3,11, Og
es descrito como,
"último superviviente
de los refaítas (gigantes)",
...y su cama (o
sarcófago) habría medido unos nueve codos de largo por cuatro de
ancho, lo que significa que Og alcanzaría los 12 ó 13 pies
(aproximadamente cuatro metros) de altura.
En Josué 12,5 se revela que Og,
"dominaba en la
montaña de Hermón y Salká, y todo el Basán […]",
...una región que incluye
las laderas del monte Hermón y los altos del Golán.
Entidades del
inframundo
Otro factor que conecta a
los Anunnaki con la historia de
los Vigilantes y su descendencia es
su condición de seres del inframundo.
En los ciclos
mesopotámicos, los Anunnaki son descritos con frecuencia como
"hados" o jueces de los muertos, habitando el reino subterráneo y
desempeñando su función como "espíritus de la tierra".
En tablillas descubiertas
en Nippur datadas en torno al 2000 a. C., los Anunnaki son "los
siete jueces", entidades del inframundo que acompañan a Ereshkigal,
diosa del reino subterráneo.
Cuando
Ishtar desciende y es presentada
ante la asamblea, ellos fijan sus "ojos de muerte" sobre ella,
haciendo que perezca.

Estatuilla de Hécate
de principios del siglo XIX,
diosa con quien se sincretizó Ereshkigal.
(Dominio público)
Arrojados al infierno
La morada de la montaña del
dios cananeo 'El'
también es con frecuencia asociada con manantiales naturales y ríos
subterráneos secretos u ocultos.
Pipinski asocia estas
connotaciones con las fuentes del río Jordán, una de las cuales es
el manantial de Banias, que nace a los pies del monte Hermón.
Explica además que se
creía antiguamente que la montaña cubría,
"uno de los canales
de las profundidades o del océano desde los cuales llegaron las
aguas del Diluvio... una erupción del océano subterráneo sobre
el que se creía que descansaba la tierra."
En el Libro de Enoc,
Dios ordena al arcángel Miguel:
"ve y anuncia a
Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron con mujeres y
se contaminaron con ellas en su impureza, […] Encadénalos
durante setenta generaciones en los valles de la tierra […]"
(Libro de Enoc, 10,11-12),
...mientras que a Rafael
le manda:
"Encadena a 'Asa'el
de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que
está en Dudael y arrójalo en él."
(Libro de Enoc 10,4)

Antiguo relieve hitita de Yazılıkaya,
santuario de Hattusa.
En él podemos observar
a los doce dioses del inframundo,
a quienes los hititas identificaban
como los Anunnaki mesopotámicos.
(Klaus-Peter Simon/CC BY 3.0)
Hay también referencias al destino de
los Vigilantes en los libros del
Nuevo Testamento, entre ellos la Segunda epístola de Pedro, en la
que podemos leer:
"[…] Dios no perdonó
a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los
abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados
hasta el Juicio".
(II
Pedro, 2,4)
La palabra de origen
griego Tártaro, que aparece en este versículo, hace
referencia al infierno más profundo de la mitología griega - la
prisión de los Titanes.
No sólo eran gigantes los Titanes, sino que además, al igual que los
Anunnaki, eran la descendencia de una diosa de la Tierra (Gaia) y
una deidad del cielo (Urano).
Algunos estudiosos
consideran probable que el mito griego estuviera basado ampliamente
en las antiguas mitologías orientales.
El mismo concepto se
repite de nuevo en la Epístola de Judas, versículo 6, que
menciona:
"[…] los ángeles, que
no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia
morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas
[…]."

Uno de los gigantescos Titanes, Atlas,
quien
fue castigado a sostener
los
cielos sobre sus hombros
por
toda la eternidad. (Dominio público)
La verdadera
identidad de los Anunnaki
Es sobradamente conocido que los ciclos mitológicos arquetípicos de
las tradiciones mesopotámica y del Próximo Oriente tienen un origen
común, y que los temas de estos ciclos también aparecen en textos
bíblicos, extra-bíblicos e incluso coránicos.
El propósito de este
artículo es identificar el concepto mítico específico presente en
los Anunnaki en el mundo antiguo.
Contrariamente a lo que se dice en gran parte de la literatura
popular y otros medios de comunicación de hoy en día, la evidencia
hallada por la investigación académica de expertos y un estudio
comparativo de la escritura cuneiforme real y otros antiguos textos
indica que la verdadera identidad de los Anunnaki se encuentra en la
tradición oriental de un grupo de semi-dioses, nacido del mestizaje
entre seres divinos y mujeres mortales que se produjo en el monte
Hermón, situado en la cordillera del Antilíbano.
Estos seres se asocian a
menudo con el conocimiento del mundo anterior a
un gran diluvio, y más tarde se les
atribuyen funciones diversas en el inframundo.
Este hecho sugiere que,
en lugar de hacer de los Anunnaki el equivalente de los "Elohim" que
crean al hombre en el libro del Génesis, más bien deben ser
comparados con los Nefilim y los ángeles caídos descritos en el
capítulo 6 del Génesis, el Libro de Enoc y otros textos
extra-bíblicos.
Referencias
-
David Leeming,
The Oxford Companion to World Mythology, Oxford University
Press, Oxford, N.Y., 2005.
-
William Klauser,
The Esoteric Codex: Deities of the Underworld, lulu.com,
2015.
-
Compare Jude 1:
14-15 (KJV) with 1 Enoch 1:9.
-
Edward Pipinski,
"El's Abobe: Mythological Traditions Related to Mount Hermon
and to the Mountains of Armenia", in Orientalia Lovaniensa
Periodica 2, Leuvan, 1971, pp. 13-69.
-
Maureen Gallery
Kovacs "Introduction", The Epic of Gilgamesh, Stanford
University Press, California, 1989.
-
Andrew R. George,
"The Gilgames epic at Ugarit", Aula Orientalis 25, 2007, pp.
237-254.
-
Alexander Heidel,
The Gilgamesh Epic and Old Testament Parallels, University
of Chicago Press, Chicago & London, 1946
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