
por Red Voltaire
03 Junio 2025
del Sitio Web
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En 1991 creíamos
que la caída del "Imperio estadounidense" sería similar
al derrumbe de la URSS.
Pero no será así.
Los aliados de
Washington en el oeste de Europa pretenden perpetuar el
"Imperio estadounidense", con su líder o sin él, a pesar
de que el presidente Donald Trump parece decidido a
abandonarlos en medio del camino.
Después de haber desvinculado a Estados Unidos de los
sionistas revisionistas que hoy acaparan el poder en
Israel, el presidente Trump ahora desvincula a su país
de la OTAN y de la Unión Europea, ya no quiere que su
país mantenga su pasado estatus de "Imperio
estadounidense", ni que siga relacionándose con los
nacionalistas integristas ucranianos. |
Después de haber desvinculado a Estados Unidos de Israel, 1
Donald Trump ha comenzado
también a desvincular a su país de
la Unión Europea.
Como lo hizo antes
con Israel, Trump dio inicialmente
la impresión de que daba carta blanca a los países miembros de la
Unión Europea y al Reino Unido, pero después comenzó a cortar el
cordón umbilical.
Tratemos de recordar la secuencia de acontecimientos:
el presidente Trump dejó que los dirigentes
occidentales se convencieran de que ellos podían luchar solos
contra Rusia en Ucrania.
En numerosas reuniones, en París, en Londres y en
Kiev, los dirigentes de la Unión Europea y del Reino Unido trataron
de hacer ver que garantizarían juntos la seguridad del continente
ante el peligro de "invasión rusa".
Planearon poner todos sus países bajo los
"paraguas" nucleares de Francia y del Reino Unido, que habrían
de reemplazar el "paraguas nuclear" estadounidense.
Se plantearon incluso una guerra continental
contra Rusia y una reorganización de las alianzas alrededor del
Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia.
Y después... ¡nada...!
Estados Unidos suspendió su coordinación con la
Unión Europea. 2
Washington ya no coordina con la UE las medidas
coercitivas unilaterales - las llamadas "sanciones" - que se adoptan
contra Rusia.
El 17avo paquete de "sanciones" de
la Unión Europea contra Rusia fue el último coordinado con
Washington.
El 18avo, la Unión Europea lo
adoptaría sola y los dirigentes europeos anuncian que será de
proporciones nunca vistas... pero, sin Estados Unidos, ya está
condenado al fracaso.
En el seno del
Consejo de Europa (no confundir
con el
Consejo Europeo de la UE), Estados
Unidos asistió como observador a la preparación de,
un "tribunal penal
internacional para juzgar los crímenes rusos en Ucrania", pero
se ha mantenido al margen. 3
Para Estados Unidos, la creación de ese
"tribunal" simplemente carece de sentido:
los tribunales penales de Nuremberg y de
Tokio se crearon al calor de la victoria sobre el nazismo,
mientras que el "tribunal" que el Consejo de Europa pretende
crear anticipa un triunfo altamente hipotético de los
nacionalistas integristas ucranianos, colaboradores de los
nazis, frente a Rusia.
Además, ese "tribunal" no cuenta con el aval de
las Naciones Unidas y no tiene la menor posibilidad de obtenerlo
dado el hecho que Rusia es miembro permanente del Consejo de
Seguridad de la ONU.
Hoy por hoy, el Reino Unido y la Unión Europea tendrían que aceptar
lo que ya es evidente...
No cuentan con los medios militares que
necesitarían para aplicar su política.
Se han encerrado en sus propias
contradicciones, denunciando los daños colaterales que la
operación militar especial rusa provoca en Ucrania.
Pero guardan silencio sobre los daños
"colaterales", visiblemente mucho más importantes y graves, que
el ejército de Israel provoca cotidianamente en la franja de
Gaza, con la supuesta "guerra" israelí contra el Hamas.
Los dirigentes europeos han acabado
alejándose por sí mismos de la administración Trump, a la que no
toman en serio.
Los dirigentes europeos todavía cuentan con un arma:
la confiscación de los fondos rusos que ya
han congelado.
Esos fondos les permitirían asumir la
reconstrucción de Ucrania sin tener que pagarla ellos mismos.
Pero, confiscar los fondos de un Estado invocando
motivos políticos es una violación flagrante del derecho a la
propiedad y sería una decisión irreversible.
Una decisión de esa envergadura sólo podría
justificarse en tiempo de guerra y tomándola contra un enemigo.
Confiscar los fondos rusos equivaldría a declarar
la guerra contra un enemigo que ya ha demostrado ser varias veces
más poderoso que el Reino Unido y todos los Estados de la UE juntos.
Además del simple hecho que los ejércitos de todos esos Estados no
aguantarían 2 días de guerra contra Rusia, la Unión Europea se
convertiría en una especie de espantapájaros para sus socios
actuales, en todo el mundo, que se plantearían
justificadamente la siguiente interrogante:
Si la Unión Europea decide confiscar los
fondos rusos, ¿qué le impediría en el futuro confiscar también
los fondos de cualquier Estado que no condene a Rusia?

El 14 de
febrero pasado, durante la
Conferencia de Seguridad de Múnich,
el
vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance,
dirigió una
clara advertencia al Reino Unido y a la Unión Europea:
"La amenaza que más
me preocupa
no es Rusia, no es
China, no es algún otro actor externo.
Lo que me inquieta es
la amenaza interna,
el retroceso de
Europa en algunos de sus valores más fundamentales,
valores compartidos
con los Estados Unidos de América."
Video
Es esencial que entendamos bien lo que está
sucediendo.
El presidente Donald Trump exigió que todos
los países miembros de la OTAN dediquen a su presupuesto militar
un 5% de su PIB.
Por tratarse de una meta imposible de
alcanzar - exigiría el doble de los gastos militares actuales -
era previsible que Estados Unidos abandonara el mando integrado
de la OTAN.
Simultáneamente, el presidente Trump declaraba
repetidamente que la Unión Europea se creó para perjudicar a Estados
Unidos, cuando en realidad la UE es la vitrina civil del "Imperio
estadounidense", cuya estructura militar es
la OTAN.
Ahora, cuando ya ha comprobado que el Reino Unido
y la Unión Europea son incapaces de cuestionar el "Imperio
estadounidense", que sus dirigentes siguen siendo dependientes del
"Imperio estadounidense" - en detrimento de sus conciudadanos
europeos - y que se niegan a ser libres e independientes,
Washington corta las amarras entre Estados
Unidos y
la UE, así como con
el Reino Unido...
Observen ustedes que Donald Trump,
no agrede a los europeos occidentales, sólo
los deja a la deriva en ¡la búsqueda de una
quimera...!
Para aquellos que, como yo mismo, preveían la
disolución de la OTAN y de la Unión Europea, como algo similar a lo
que pudimos ver cuando se disolvió la Unión Soviética, esto es un
paso hacia delante.
Pero para los súbditos británicos y los
ciudadanos de la Unión Europea es una catástrofe...
En los próximos meses asistiremos a la
reconciliación entre Estados Unidos y Rusia.
Todos los principios básicos sobre los que se
organizó el modo de pensar en Europa occidental y Reino Unido se
irán a la basura.
Para los pueblos de Occidente ha llegado el
momento de reemplazar a sus élites y de modificar
la organización de sus sociedades.
Y no están preparados para eso...
En 1991 imaginábamos la disolución del "Imperio
estadounidense" como un proceso similar al que se había producido en
la URSS.
Pero hoy puede verse que lo que el presidente
Donald Trump tiene en mente es algo completamente distinto.
Como Mijaíl Gorbachov, Donald Trump
quiere que su país vuelva a sus principios fundamentales (Make
America Great Again!), pero son sus aliados europeos quienes
pretenden prolongar el imperio yanqui.
En Bruselas, la administración de la Unión
Europea sigue sin aceptar al cowboy Donald Trump.
La UE abriga la esperanza de que Trump sea
asesinado en poco tiempo, de que pierda las elecciones mid-term
(las elecciones legislativas que tienen lugar a la mitad del mandato
presidencial) o que de alguna manera se vea obligado a regresar a la
"normalidad".
Podría decirse incluso que, de cierta manera,
lo que ahora está en juego es el fin de la
guerra fría, como cuando las redes
stay-behind de la OTAN quitaban
y ponían gobiernos en el poder en los países de Europa
occidental.
Los dirigentes de la Unión Europea, empezando por
la presidente de la Comisión Europea, la alemana
Ursula von der Leyen, y por la
Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de
Seguridad, la estonia Kaja Kallas, son productos directos de
operaciones secretas como aquellas.
Son hijos del "Imperio estadounidense" y
pretenden mantenerlo, incluso en contra de la voluntad de
Washington...
Referencias
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