por Laura Anido
15 Agosto 2025

del Sitio Web Publico

 

 

Laura Anido
Redactora de Derechos sociales y Migraciones. Graduada en Ciencias Políticas por la USC y máster en Periodismo Internacional por la URJC.

Antes de llegar a 'Público' pasó por la redacción de 'El Correo Gallego'.

Tiene interés en los temas sociales e internacionales.

 

 

 

 

Camisetas con imágenes

del presidente ruso Vladimir Putin

y del presidente estadounidense Donald Trump.

REUTERS
 

 


En la primera etapa del republicano en la Casa Blanca

los dos líderes llegaron a celebrar seis cumbres

de las que el ruso salió siempre mejor posicionado.

La cumbre en Alaska es la primera reunión bilateral

entre los mandatarios en la nueva legislatura de Trump,

aunque han mantenido media docena

de conversaciones telefónicas.

 



Este viernes, Donald Trump y Vladimir Putin se reúnen en Alaska por primera vez desde que el republicano regresó a la Casa Blanca, con el objetivo de discutir un posible alto al fuego en Ucrania.

 

El encuentro también será clave para definir la actual relación entre los dos mandatarios. Sus interacciones, que incluyen varios encuentros y llamadas, han sido objeto de debates internacionales.

 

Los expertos señalan un patrón:

Trump suele adoptar posturas más conciliadoras y cede ante el ruso, mientras que Putin suele salir mejor parado al lograr avanzar en sus objetivos estratégicos sin realizar grandes concesiones.

Desde que Trump regresó a la Casa Blanca en febrero, él y Putin han tenido media docena de conversaciones telefónicas.

 

Ello es debido a que el republicano se ha implicado en una de sus promesas electorales:

resolver la guerra en Ucrania "en menos de 24 horas".

Sin embargo, la realidad ha resultado mucho más complicada para el estadounidense, evidenciando los límites de sus aspiraciones frente a un conflicto de dimensiones globales y mostrando que negociar con Putin no es tarea sencilla...

 

 

 


La Sintonía entre Putin y Trump

En la primera etapa de Trump en la Casa Blanca los dos líderes llegaron a reunirse presencialmente en seis ocasiones.

 

Pero la relación entre ambos comenzó mucho antes de que el magnate estadounidense se convirtiese en presidente. Durante la campaña de 2016, Trump expresó públicamente su admiración por Putin, a quien describió como un "líder fuerte y astuto".

 

Moscú respondió con comentarios favorables, mientras que en Washington crecieron las sospechas de una posible intervención rusa en las elecciones, algo que nunca se llegó a probar.

Un antecedente clave de esta dinámica ocurrió en la cumbre de Helsinki en 201, donde durante la conferencia conjunta Trump se negó a criticar a Putin durante los 46 minutos de la cita.

 

No cuestionó la anexión de Crimea en 2014, ni la presunta participación del Kremlin en el uso de un agente en suelo británico cuatro meses antes.

 

Tampoco dio credibilidad a las teorías de la interferencia rusa en las elecciones de 2016, poniendo en evidencia a sus propias agencias de inteligencia estadounidenses al dudar de la participación de Rusia en el hackeo de correos electrónicos del Partido Demócrata:

"Tengo una gran confianza en mi equipo de inteligencia", dijo Trump, "pero les diré que el presidente Putin fue extremadamente firme y contundente en su negación de hoy".

La "invasión" rusa a Ucrania en 2022 reconfiguró la narrativa.

 

Trump, ya fuera del poder, criticó la guerra calificándola de "ridícula", pero insistió en que él podría solucionarla. Esa promesa se convirtió en eje de su campaña de 2024.

 

Desde entonces, ha buscado abrir negociaciones, facilitó un alto el fuego parcial en marzo y lanzó reproches públicos a Putin tras los ataques en Kiev , aunque en febrero había culpado a Kiev de iniciar la guerra, al decir que Zelenski,

"pudo haber llegado a un acuerdo" para evitarla.

En julio, con el conflicto estancado, amenazó con aranceles del 100% a Rusia y a los países que siguieran comerciando con Moscú, estableciendo un plazo de 50 días.

 

Hasta ahora, ninguna de estas medidas se ha aplicado. Ahora, Trump busca que la reunión en Alaska sirva para acercar posiciones y lograr un acuerdo de paz en Ucrania con Putin.

 

Sin embargo, con el paso de los días, el republicano se ha ido mostrando menos optimista:

ha pasado de asegurar que podría concretar un pacto a describir la cumbre como un proceso preliminar.

A principios de esta semana, el equipo de la Casa Blanca incluso calificó el encuentro como un mero "ejercicio de escucha".

El propio presidente ha restado importancia a la cita, señalando que la reunión servirá para,

"poner los cimientos de una segunda reunión".

Trump ha asegurado que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, excluido de este primer encuentro, podría participar en esa hipotética segunda ronda.

"Vamos a tener una segunda reunión si la primera va bien", afirmó, agregando que preferiría que ese encuentro con Putin y Zelenski ocurriera "casi de inmediato".

Al ser preguntado sobre si cree posible convencer a Putin de que detenga los ataques contra civiles en Ucrania, Trump respondió:

"Supongo que la respuesta es no, porque ya he tenido esta conversación [con Putin]".

Aun así, insistió en que se firmará algún tipo de acuerdo durante la cumbre en Alaska.

Las ambiciones de Trump parecen desvanecerse ante la firmeza de Putin, que desde que el republicano está en el poder ha triplicado su avance territorial en Ucrania.

 

En este contexto, la sola realización de la cumbre en Alaska se interpreta como un triunfo simbólico para Rusia.

"Ya nadie habla del aislamiento internacional de Rusia ni de nuestra derrota estratégica", escribió Alexander Kots, bloguero militar cercano al Kremlin, subrayando que el encuentro "podría marcar un momento histórico".

La cumbre permite a Putin recuperar protagonismo en la escena internacional y desafiar a quienes esperaban que quedara marginado por su papel en la guerra de Ucrania.

 

 

 


Los Objetivos de Rusia

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que no espera que se firme ningún documento durante la cumbre de Alaska.

 

Aunque ha declarado que sería un "error" predecir el resultado de las conversaciones, subrayó que no hay expectativas de que el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente estadounidense, Donald Trump, formalicen algún acuerdo.

Por su parte, Putin mantuvo el jueves por la mañana una reunión especial con las autoridades rusas, en la que aseguró que la Administración estadounidense está,

"haciendo esfuerzos suficientemente enérgicos y sinceros para poner fin a las hostilidades, resolver la crisis y alcanzar acuerdos que redunden en interés de todas las partes implicadas en este conflicto".

Señalando como objetivo principal del Kremlin reanudar y normalizar las relaciones de Rusia con Estados Unidos, el presidente ruso destacó que la reunión es importante,

"para crear condiciones a largo plazo para la paz entre nuestros países, en Europa y en el mundo en su conjunto".

Putin no mencionó pasos concretos hacia el fin de la guerra en Ucrania y se centró en cambio en los contactos de Moscú con Washington,

en un intento por resituar el marco de la cumbre como un encuentro entre superpotencias.

El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, sostiene que,

el Kremlin está utilizando la cumbre de Alaska para presentar a Rusia como una potencia legítima y posicionar a Putin como un igual de Trump...