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El encuentro de Anchorage entre los presidentes de Rusia y de Estados Unidos, realizado el 15 de agosto de 2025, definió los principios del plan de paz para Ucrania.
El plan ruso-estadounidense de paz para Ucrania ciertamente pondría fin al conflicto.
Pero lo más importante es que allanaría el camino para que la verdad se abra paso.
No, la operación rusa no es la "agresión militar ilegal, no provocada e injustificada" que nos han descrito hasta ahora sino la aplicación de la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, o sea es un acto totalmente conforme al derecho internacional.
Si son capaces de reconocer el engaño, los pueblos europeos podrían cambiar sus regímenes, de la misma manera que Ucrania cambiará el suyo.
Los presidentes de Rusia y Estados Unidos se
pusieron de acuerdo sobre la aplicación de un plan de 28 puntos,
siguiendo el modelo del que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó
para poner fin al conflicto entre Israel y el mundo árabe.
Los detalles se negociaron en Miami, del 24 al 26 de octubre, entre el estadounidense Steve Wikoff y el ruso Kiril Dimitriev, pero el plan no fue revelado oficialmente hasta el principio de la semana pasada, al secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, antes de que ese individuo huyera a Qatar.
El cabecilla del régimen de Kiev, Volodimir
Zelenski - cuyo mandato presidencial ya está ampliamente
expirado - no tuvo conocimiento de ese plan hasta el 20 de
noviembre, cuando el secretario de las fuerzas terrestres de Estados
Unidos, Dan Driscoll, y los generales Randy George, jefe del estado
mayor de las fuerzas terrestres estadounidenses, y Chris Donahue,
jefe de las fuerzas militares de Estados Unidos en Europa y África,
viajaron a Kiev para presentárselo.
El 11 de noviembre, el Departamento de Estado estadounidense dio la luz verde para se revelara al público la Operación Midas, una gran investigación del Buró de Lucha Anticorrupción de Ucrania (NABU), en la que colaboran 80 inspectores estadounidenses.
La Operación Midas ya ha dado lugar a las dimisiones de 2 ministros - el ministro de Justicia Herman Halushchenko y la ministro de Energía Svetlana Grynchuk - y a la huida del ya mencionado Rustem Umerov, actualmente en Qatar, y parece inminente la renuncia del director de la administración presidencial Andriy Yermak.
O sea,
Aunque se ha tratado de hacer creer lo contrario, Zelenski no se atrevió a tratar de modificar las condiciones del plan de paz que los estadounidenses le entregaron el 20 de noviembre.
Sólo ha intentado agregarle una amnistía, pero no
para los crímenes de guerra sino para los casos de corrupción.
En noviembre, se registraron en toda Ucrania verdaderos motines contra los reclutadores del ejército.
Hasta los nacionalistas integristas han llegado a
la conclusión de que Zelenski ya no puede ayudarlos a hacer realidad
el apocalíptico proyecto de acabar con los eslavos - los
nacionalistas integristas ucranianos se creen descendientes de los
vikingos - y están buscando la manera de derrocarlo.
Esos Estados de la UE se dan cuenta súbitamente
de que su sueño de debilitar a Rusia no está llamado a convertirse
en realidad. Ya se hace evidente que el fin del régimen de Kiev será
probablemente el preludio de la caída de los responsables europeos
que lo han respaldado.
La Unión Europea desembolsó inicialmente 1 000 millones de euros en dinero contante y sonante. Su Comité Militar creó después una Cámara de Compensación que permitía al régimen de Kiev escoger el armamento que quería en los arsenales de los países miembros de la Unión Europea.
Y finalmente la UE puso a la disposición de
Ucrania sus propios medios, como sus satélites. A medida que iba
pasando el tiempo, la Unión Europea desembolsaba más y más fondos,
hasta llegar a los 3 000 millones de euros que asignó a Kiev este
verano.
El 1º de marzo de 2022, el Parlamento Europeo, cuyos miembros se eligen por sufragio universal, organizó una sesión en la que Volodimir Zelenski habló a los eurodiputados por video conferencia.
Y Zelenski les recitó el punto de vista de la OTAN, que ignora los acuerdos de Minsk y cataloga la operación militar especial rusa contra los nacionalistas integristas ucranianos, iniciada en aplicación de la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, como,
Fue el Parlamento Europeo el que adoptó una
resolución (P9_TA(2022)0052) que abrió el camino al apoyo total de
la UE al régimen de Zelenski.
Se multiplicaron las idas y venidas entre París y Londres, que competían entre sí por la dirección de una "coalición de voluntarios".
En definitiva,
En realidad se trata de una especie de "OTAN
dentro de la OTAN", bajo la dirección del Reino Unido.
El 17 de noviembre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y Volodimir Zelenski firmaron en París una "declaración de intención" según la cual Francia fabricará - cuando sea posible - y venderá a Kiev 100 aviones de combate Rafale.
Al día siguiente, el 18 de noviembre, el jefe del
estado mayor de los ejércitos de Francia, el general Fabien
Mandon, dijo ante un congreso de alcaldes que los franceses
tienen que aceptar "perder sus hijos" en una guerra contra Rusia,
que él considera inminente.
Según la presidencia de Francia, estos dirigentes europeos subrayaron, una vez más, que,
Todos se reunieron, el 22 de noviembre, en Johannesburgo (Sudáfrica), al margen de la cumbre del G20, sin la presencia de… Donald Trump y Vladimir Putin.
La Declaración Final sólo evocaba la cuestión ucraniana en una frase evasiva:
Esta afirmación banal no justificaba ese tipo de reunión.
Al mismo tiempo, los europeos se concertaron entre bambalinas para elaborar una contrapropuesta. La prensa europea se limita a presentar el plan ruso-estadounidense como "favorable a Moscú".
Pero eso no es cierto ni es el centro de la cuestión.
El plan, para quienes se han tomado el trabajo de leerlo, 1 prevé que la península de Crimea y las dos Repúblicas de la región de Donbass (Donetsk y Lugansk) sean reconocidas como territorios rusos.
¡Pero ya era así ANTES de la guerra...!
También prevé que el resto de la Novorossiya se comparta siguiendo la línea del frente
En otras palabras,
Por otra parte, el plan impone que el ejército ucraniano, que hoy cuenta 800 000 efectivos, se reduzca a 600 000 y que renuncie a la posesión de los misiles de largo alcance, capaces de llegar hasta Moscú - misiles que Ucrania supuestamente no tiene actualmente.
En eso consistía el debate sobre los misiles Tomahawk estadounidenses y los misiles Taurus alemanes.
Ucrania también renunciaría a ser miembro de la
OTAN, pero las potencias europeas de la OTAN podrían estacionar
aviones de combate en Polonia.
Ese es para Rusia un objetivo fundamental que los países de la OTAN siempre han preferido ignorar.
La desnazificación supone la aplicación en cada
país de un programa educativo sobre la cultura del otro país, como
el que se aplicó en Francia y en Alemania después de la Segunda
Guerra Mundial.
Eso seguirá siendo una fuente de conflicto.
La Unión Europea debería estar consciente de
ello, y no sorprenderse si el enfrentamiento se mantiene en ese
aspecto.
Pero lo hace para
poner a la Unión Europea ante sus propias responsabilidades.
La parte de Rusia saldría de los fondos rusos
congelados durante el conflicto. Habría una supervisión por parte de
Estados Unidos, que obtendría la mitad de los ingresos generados por
esas inversiones.
Pero nadie ha mencionado lo más duro:
Ahora cada cual tendría que proceder a un examen de conciencia.
En la Unión Europea, todos alimentaron esta guerra, cuyo número de víctimas ni siquiera se conoce con precisión.
Lo más importante ahora será tomar conciencia de estas verdades y, si eso sucede,
Referencias
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