12 Agosto 2022

del Sitio Web SputnikNews

Recuperado a través el Sitio Web WayBackMachine

 

 

 

 

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro
© AFP 2022 / Raul Arboleda

 

 

La normalización de las relaciones con Venezuela es una de las primeras prioridades del Gobierno de Gustavo Petro en Colombia.

 

El diputado venezolano Julio Chavez dijo a Sputnik que el acercamiento,

"cierra una página dolorosa y abre una esperanza de que los pueblos latinoamericanos consoliden los procesos de paz en la región".

La asunción de Gustavo Petro como presidente de Colombia inició un camino hacia la normalización de las relaciones entre Colombia y Venezuela.

 

El mismo jueves 11 de agosto, el mandatario colombiano designó al ex-senador Armando Benedetti como representante en Caracas y el presidente venezolano Nicolás Maduro confirmó a Félix Plasencia como embajador en Bogotá.

 

 

Nicolás Maduro

 


Petro adelantó que Benedetti tendrá la,

"responsabilidad de normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países (...) restablecer la institucionalidad que existía desde décadas anteriores para que los dos pueblos hermanos puedan guarecer sus derechos, garantizar sus libertades, y lograr que entre Colombia y Venezuela se pueda construir riqueza para ambos pueblos".

Esta no es la única señal de acercamiento entre ambos gobiernos, que constituye un giro en la política exterior respecto a la administración de Iván Duque (2018-2022), marcada por fuertes tensiones con el país vecino, con quien comparte más de 2.219 kilómetros de frontera.


En diálogo con Sputnik, el diputado del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Julio Chávez, consideró que con la llegada de Petro a la Casa de Nariño,

"se inaugura una nueva etapa, una nueva época en las relaciones de ambos países".

Para Chávez, la asunción de Petro,

"sin dudas abre una esperanza" y hasta recordó al libertador Simón Bolívar, señalando que transcurrieron, "más de 200 años desde el último Gobierno de Corte Popular nacionalista, patriota, que hubo en Colombia".

Los primeros acercamientos se habían dado el 9 de agosto, cuando el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, anunció que, por instrucciones directas de Maduro, se iniciaría el contacto con las autoridades colombianas para restablecer las relaciones militares con ese país.


Estas acciones forman parte de la restauración gradual de las relaciones binacionales que ambos Gobiernos acordaron llevar adelante luego de la toma de posesión del primer presidente de izquierda en Colombia, tras décadas de liderazgo de corte conservador.


La voluntad de avanzar hacia una agenda de trabajo común y la disposición para consolidar lazos de cooperación, así como para garantizar la seguridad y la paz entre ambas naciones había sido acordada días antes, el 28 de julio, en una declaración conjunta entre el canciller venezolano Carlos Faría y su homólogo designado por Petro, Álvaro Leyva Durán.

"Los tiempos por venir estarán enmarcados en el principio de autodeterminación, en restablecer el derecho internacional y por supuesto, en avanzar hacia procesos de integración y de hermandad que han caracterizado a pueblos liderados por la misma espada del padre libertador (Simón Bolívar), que lamentablemente atravesaron momentos tumultuosos muy difíciles, de una marcada hostilidad", analizó Chávez.

 

 


Monómeros ya no será una "piñata"


Para Chávez, uno de los puntos claves en la discusión entre los gobiernos, será la empresa petroquímica Monómeros - filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) - que el Ejecutivo venezolano reclama luego de acusar al exdiputado Juan Guaidó de apropiarse y desmantelar la compañía en complicidad con el Gobierno de Iván Duque.


Es que Monómeros, al igual que otras compañías en el exterior, integró los activos que quedaron bajo el dominio de Guaidó luego de que se autoproclamara como presidente interino de Venezuela en 2019.

 

Posteriormente, en 2021, fue intervenida por el Gobierno de Duque, algo que el Gobierno venezolano calificó de "oprobioso robo".


Chávez sostuvo que,

"el Gobierno del presidente Petro mostró voluntad para reconocer que se violentó el derecho internacional en una empresa que le pertenece 100% al Estado venezolano".

Se espera que Colombia devuelva el control de Monómeros a Venezuela, a cambio de trabajar en conjunto para disminuir los precios de los fertilizantes en el país.

"Tanto la dirigencia opositora venezolana como el Gobierno de Duque convirtieron a Monómeros en una piñata y la quebraron, significando una pérdida en patrimonio equivalente a 1.839 millones de dólares que se dejaron de percibir en todo ese tiempo en el cual fue administrada por el Gobierno imaginario y sometida a un proceso de robo sin precedentes en la historia latinoamericana", subrayó el legislador.

 

 


Hacia la reapertura de la frontera colombo-venezolana


De acuerdo al diputado, que también es presidente de la comisión especial de la Asamblea Nacional que investiga crímenes contra sus migrantes nacionales, otro de los puntos centrales a trabajar es la apertura gradual de la frontera y la reanudación del comercio binacional.
 

En ese contexto, Chavez afirmó que la frontera colombo-venezolana,

"ha estado sometida al dominio de los grupos irregulares, paramilitares y mercenarios que, además, han perturbado la actividad económica y un flujo económico que en algún momento llegó a alcanzar entre 6.000 y 8.000 millones de dólares".

Según el político, la apertura de las fronteras no solo tendría implicaciones comerciales sino que le devolvería a la región la paz, el respeto a la soberanía y el principio a la autodeterminación.


A su vez, la situación migratoria es uno de los temas que tiene prioridad.

De acuerdo a datos oficiales colombianos, Colombia acogió, hasta febrero de 2022, a 2.477.588 migrantes venezolanos, radicados en su mayoría en Bogotá, Medellín y Cúcuta.

Chávez remarcó la preocupación que, en ese sentido, causa,

"la cantidad de asesinatos que se han producido en territorio colombiano contra la migración venezolana".

Para la comisión especial del legislativo venezolano, 4.918 venezolanos han sido asesinados en toda América Latina.

 

Colombia ha sido el lugar en el que se registraron más crímenes, aunque también hubo casos en Ecuador, Perú y otros países de la región.