
	by Eric Blair
	
	Septiembre 01, 2014
	
	del Sitio Web
	
	ActivistPost
	
	traducción de El Robot Pescador
	
	Septiembre 02, 2014
	
	del Sitio Web 
	
	
	ElRobotPescador
	
	
	
	Versión original en ingles
	
	
	Versión en 
	italiano
	
	 
	
	
 
	
	 
	
	
	
	 
	
	 
	
	
	Como se ha visto 
	recientemente en Ferguson, Missouri, la 
	diferencia entre la policía norteamericana y el ejército es casi 
	indistinguible. 
	
	 
	
	El mundo ha quedado atónito al ver que la 
	policía norteamericana está fuertemente armada, disponiendo de fusiles de 
	asalto, granadas y vehículos blindados, como si estuvieran combatiendo en 
	las calles de Irak o Afganistán.
	
	Pues bien, por lo visto, esto solo es el comienzo.
 
	
	
	
	
	
 
	
	
	El Ejército de Estados Unidos acaba de entrar oficialmente en el negocio de 
	"la lucha contra el crimen".
	
	De acuerdo con las publicaciones del
	
	periódico 'Army Times' 
	(publicación destinada a los militares norteamericanos), el Ejército de 
	EE.UU. se está entrenando para librar batallas en megaciudades, pero no 
	contra otros ejércitos, sino para ayudar a las autoridades locales a 
	erradicar a los criminales, los extremistas y mucha atención, a los 
	disidentes políticos influyentes.
 
	
	
	
	
	
 
	
	
	El Army Times informa de la siguiente manera sobre las maniobras y 
	juegos de guerra realizados este año:
	
		
		"Cuando el ejército americano mira al 
		futuro, se ve a sí mismo en las ciudades.
		
		Ciudades extensas y densamente pobladas, donde los grupos criminales y 
		los extremistas florecen casi sin ser detectados por las autoridades, 
		pero que pueden influir en la vida de la población al tiempo que socavan 
		la autoridad del Estado.
		
		El servicio está convencido de que estas metrópolis de 20 millones de 
		habitantes o más, serán el campo de batalla del futuro".
	
	
	Mucha atención.
	
	Este fragmento nos habla acerca de la ampliación del papel de las fuerzas 
	armadas de EE.UU. 
	
	 
	
	El Ejército norteamericano ya ha estado 
	entrenando sus tácticas en guerra urbana durante décadas, centrando sus 
	actividades en la lucha contra grupos de insurgentes y "terroristas" en Irak 
	y Afganistán.
 
	
	
	
	
 
	
	
	Por esa razón, este anuncio resulta tan inquietante. 
	
	 
	
	Y si no, fijémonos en la nueva definición de 
	"enemigo" que ofrece el texto:
	
		
		"…los grupos criminales y los extremistas… 
		que pueden influir en la vida de la población al tiempo que socavan la 
		autoridad del Estado".
	
	
	No se hace mención a la palabra "violencia" y 
	parece como si estuvieran dirigidos exclusivamente contra la disidencia 
	política.
	
	Y en efecto, así es.
	
	El teniente general H.R. McMaster confirma que,
	
		
		"el Ejército está expandiendo sus campos de 
		batalla hacia otros espacios en disputa, como el crimen organizado y la 
		política"
	
	
	
	
	Teniente General H.R. McMaster
 
	
	
	Por supuesto, McMaster hace mención expresa de "los terroristas e 
	insurgentes" para justificar las operaciones militares en las ciudades:
	
		
		"La aparición de ciudades no gobernadas en 
		las que las leyes habituales no pueden ser aplicadas convenientemente, 
		ofrecen un refugio potencial para el crimen organizado, los terroristas 
		y los insurgentes"
	
	
	La cuestión es que si usted le pide al Ejército 
	que resuelva un problema, sin duda aplicará soluciones propias de un 
	Ejército.
 
	
	
	
	
 
	
	
	El artículo de Army Times, nos lo dice bien claramente:
	
		
		El Grupo de Estudios Estratégicos, presentó 
		en mayo pasado un informe al Jefe del Estado Mayor, el general Ray 
		Odierno, donde se afirmaba que,
		
			
			"es inevitable que en algún momento se 
			le pida al Ejército de los Estados Unidos que opere en alguna gran 
			metrópolis y en la actualidad el Ejército no está debidamente 
			preparado para hacerlo".
		
		 
		
		
		
		General Raymond 
		Odierno
 
		
		
		El equipo de oficiales del Ejército y de académicos civiles continuó 
		diciendo que,
		
			
			"los problemas que se pueden encontrar 
			en las grandes ciudades (tasas de crecimiento explosivo, vasta y 
			creciente disparidad de ingresos y un entorno de seguridad que 
			resulta cada vez más atractivo para los políticamente desposeídos) 
			son grandes problemas prácticos y que las soluciones, por lo tanto, 
			requerirían botas sobre el terreno"
		
	
	
	
	
	
	
 
	
	
	Fijémonos bien en las expresiones utilizadas en este texto, pues nos habla 
	de: 
	
		
		"disparidad de ingresos" y "políticamente 
		desposeídos".
	
	
	McMaster afirma además que el Ejército tomó 
	lecciones del asedio Israelí a Gaza, en el que se usó una fuerza 
	abrumadora contra combatientes civiles. Por lo visto todo esto no es un 
	capricho momentáneo, sino que está encuadrado en una estrategia a medio y 
	largo plazo:
	
	McMaster afirma que para el año 2030, el Ejército de EE.UU. quiere 
	proporcionar a sus escuadrones de infantería,
	
		
		"acceso a la aviación y apoyo aéreo, con 
		completos sistemas de video, junto con la capacidad de aplastar al 
		enemigo a la mínima oportunidad".
	
	
	
	
	
 
	
	
	Uno de los aspectos más importantes es el poder de fuego del pelotón, en 
	particular las,
	
		
		"capacidades de las armas tipo lanzacohetes, 
		así como el armamento combinado y las municiones voladoras… plataformas 
		protegidas móviles capaces de ofrecer un gran poder de fuego con 
		precisión".
	
	
	
	
	
 
	
	
	También se explorarán posibles armas de energía dirigida que,
	
		
		"permita tener capacidad de fuego directo 
		con una reducción significativa de la logística, para poder 
		contrarrestar los misiles de largo alcance del enemigo", dijo McMaster
	
	
	Por último, el Ejército también tiene que probar 
	algunos nuevos "juguetes" supuestamente ofrecidos
	por la NSA.
	
	En las maniobras, usarán tecnología de,
	
		
		"técnicas anti-acceso, realización de 
		ataques con malware y técnicas de guerra electrónica".
 
	
	
	
	
	
 
	
	
	Esto puede ser usado para eliminar la publicación en vivo en las redes de 
	videos que muestren brutalidad policial, como ya se hizo estos pasados días 
	en Ferguson.
	
	En muchos sentidos, parece que Ferguson fue sólo un banco de pruebas 
	para muchas de estas armas, y sirvió además para averiguar hasta qué punto 
	el pueblo estadounidense está dispuesto a aguantar tales políticas.
	
	A pesar de las evidencias, aún habrá gente que afirme ingenuamente que todas 
	estas actividades, planes y maniobras, se realizan con la intención de 
	proteger a los ciudadanos contra el terrorismo y el crimen organizado…