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			 por Rebel of Oz
 12 Febrero 2009
 
			del Sitio Web
			
			TheRebel 
			traducción de Editorial-Streicher15 Marzo 2016
 
			del Sitio Web
			
			Editorial-Streicher 
			
			
			Versión original en ingles
 
 
			  
				
					
						
							
							Publicado en Febrero de 
							2009 en therebel.is y en Marzo de ese año en 
							ziopedia.wordpress.com, el siguiente artículo del 
							autor cuyo seudónimo es Rebel of Oz que presentamos 
							aquí en castellano, hace un análisis comentado, con 
							un final abrupto, de ciertas aseveraciones 
							históricas oficiales que hace la organización judía 
							estadounidense Anti-Defamation League (ADL), cuyos 
							excesos debiesen tenerla prohibida por incitación al 
							odio y por matonaje.    
							El tema en cuestión aquí 
							es el 'Holofraude', cuyos fundamentos ortodoxos, 
							según los presenta dicha organización, es lo que el 
							autor va rebatiendo, certera y someramente. 
			  
			  
			  
			  
			
			 
			  
			
 
 Una Fiesta para Amantes de...
 
			Las 
			Peleas en el Barro y la Lucha Libre
 
			  
			La polémica de
			
			la judía Liga Anti-Difamación (ADL) 
			contra el Revisionismo
			
			del 'Holocausto' 
			sólo demuestra que no tiene ninguna pierna sobre la cual apoyarse.
 Nunca logra asombrarme con cuán poca sustancia la así llamada Liga 
			Anti-Difamación se involucra en debates políticos e históricos 
			importantes. Cualquiera que se haya molestado en estudiar sus 
			escritos debe haber notado que proporciona muy pocos argumentos, si 
			es que alguno, y más bien recurre a cortinas de humo y a ataques 
			personales en el bajo vientre.
 
			  
			Dicha Liga confía completamente en 
			aduladores desvergonzados en política y en los medios informativos 
			para que repitan sus slogans. Lamentablemente sólo muy pocas 
			personas tienen el 'coraje civil' para resistir a esas tonterías.
 La guía en línea de la ADL contra la 'negación del Holocausto' [*] 
			es un ejemplo típico.
 
			  
			  
			[*]
			
			
			http://archive.adl.org/holocaust/theory.html#.Vudr2KId5n4http://archive.adl.org/holocaust/origins.html#.VufHQqId5n5
 http://archive.adl.org/holocaust/response.html#.VufHFqId5n4
 
			  
			  
			El título de la introducción ya contiene 
			el mensaje entero: Negación como Anti-semitismo. Cualquiera que 
			espere un debate académico quedará amargamente decepcionado.  
			  
			Los amantes de las luchas en el barro y 
			de la 'lucha libre', sin embargo, pueden esperar disfrutar. 
				
				"La negación del 'Holocausto', que 
				tímidamente se refiere a sí misma como Revisionismo del 
				'Holocausto', ha surgido después de más de dos décadas de ser 
				publicitada como un importante aglutinante ideológico de 
				'vanguardia' del diverso movimiento de odio en los años '90.
				   
				Si bien en la superficie aparece 
				como un cuestionamiento pseudo-académico más bien arcano del 
				registro establecido del genocidio realizado por los 
				nacionalsocialistas durante la Segunda Guerra Mundial, la 
				negación del 'Holocausto' sirve como una poderosa teoría de 
				conspiración que une a grupos marginales por otra parte dispares 
				(p. ej., Liberty Lobby, varias facciones del Klan, neo-nazis, 
				Aryan Nations y otros grupos de Identity, skinheads racistas, 
				etc.)". 
			Es una técnica propagandística judía 
			bien establecida usar su poder de los medios de comunicación para 
			crear imágenes enemigas poderosas como Hitler, David Duke, los 
			neo-nazis, el Klu-Klux Klan, etc., y luego asociar a quienquiera que 
			ellos más odien - y ellos odian a mucha gente - con aquellas 
			imágenes con el propósito de difamarlos. 
				
				"En la superficie, los negadores del 
				'Holocausto' se retratan a sí mismos como individuos y grupos 
				involucrados en una búsqueda legítima y desapasionada de 
				conocimiento y 'verdad' histórica". 
			No hace ninguna diferencia si los 
			revisionistas del 'Holocausto' tienen intereses personales con los 
			judíos o no.  
			  
			Lo único que importa es si sus 
			argumentos son coherentes o no.  
			  
			Por ejemplo, si los revisionistas del 
			'Holocausto' plantean el argumento de que ellos encuentran difícil 
			de creer que un millón de judíos fue gaseado por los gases de escape 
			no tóxicos de un motor diesel de un tanque ruso capturado y que las 
			víctimas fueron quemadas y sepultadas en trincheras, sin ningún 
			rastro, en un área donde el agua subterránea está tan cerca como a 
			medio metro debajo de la superficie, entonces es completamente 
			irrelevante si este punto fue planteado por un canadiense aficionado 
			a Hitler de ascendencia alemana o por un especialista israelí en 
			tortura. 
				
				"Vistiendo el atuendo 
				pseudo-académico, ellos han adoptado el término 'revisionismo' a 
				fin de enmascarar y legitimar su empresa. Después de todo, el 
				actual desafío y la revisión de la interpretación histórica 
				previamente aceptada es uno de los sellos del arte del 
				historiador profesional". 
			Descartar los argumentos de los 
			revisionistas del 'Holocausto' como 'apariencia pseudo-académica', a 
			pesar de sus sólidas credenciales académicas, no es sino una 
			malévola difamación.  
			  
			¿Dónde dice que usted debe tener un 
			doctorado en Historia para tener el derecho de cuestionar las 
			'verdades' históricas promovidas por nuestras familias criminales 
			dirigentes?  
			  
			¡Usted no tiene que ser una gallina para 
			ser capaz de decir que un huevo está putrefacto!  
			  
			Este punto es particularmente importante 
			en una situación donde cualquier historiador puede despedirse de su 
			carrera académica si él contradice la narrativa judeo-bolchevique 
			del 'Holocausto' judío. 
				
				"Estos llamados revisionistas se han 
				apropiado del nombre de los revisionistas históricos 
				post-Primera Guerra Mundial de los años '20 y '30 quienes 
				desafiaron exitosamente la opinión previamente dominante de la 
				culpa exclusivamente alemana en provocar la Gran Guerra. 
				   
				Ellos afirman que la premisa 
				aceptada de que la Alemania nacionalsocialista se involucró en 
				una campaña premeditada de genocidio sistemático contra los 
				judíos de Europa durante el período de la Segunda Guerra Mundial 
				es una que no resiste el escrutinio académico honesto". 
			La ADL se refiere a los tres dogmas más 
			sagrados de la religión secular del 'Holocausto':  
				
					
					
					un plan para matar a todos los 
					judíos europeos
					
					el método único de cámaras de 
					gas homicidas
					
					6 millones de judíos muertos 
			Más de 50 años de lavado de cerebro han 
			entrenado a la mayor parte de los occidentales para automáticamente 
			enfurecerse e indignarse ante cualquier tentativa de transgredir 
			aquellos tabúes.  
			  
			Por esto
			
			la ADL sólo tiene que etiquetar a 
			alguien como un negador del 'Holocausto' para asegurarse de que él 
			sea tratado como un pedófilo condenado. 
				
				"Ellos no niegan que el gobierno de 
				Hitler se involucró en una persecución y discriminación contra 
				los judíos en Alemania y en los países controlados por los 
				alemanes.    
				Ellos incluso admiten la existencia 
				de campos de concentración. Ellos afirman, sin embargo, que las 
				acciones anti-judías del gobierno nacionalsocialista fueron en 
				gran parte una respuesta legítima a las fechorías y la 
				deslealtad judías durante el tiempo de guerra.    
				Como tales, las medidas tomadas y el 
				uso de campos de concentración no fue cualitativamente diferente 
				de las similares acciones de guerra y de posguerra de los 
				Aliados occidentales y la Unión Soviética.    
				Sólo Alemania es singularizada para 
				una condena especial, argumentan ellos, porque perdió la guerra.
				   
				Lo que ellos niegan es la existencia 
				de cualquier plan o programa alemán para someter a los judíos de 
				Europa a un genocidio". 
			El 'Holocausto' 
			® judío fue fabricado por tres motivos.  
			  
			En primer lugar, para vencer cualquier 
			resistencia en la opinión pública contra la creación de un Estado 
			únicamente judío en Palestina. En segundo lugar, para eclipsar los 
			horrendos crímenes de guerra cometidos por Gran Bretaña, Estados 
			Unidos y la Unión Soviética contra civiles alemanes y prisioneros de 
			guerra.  
			  
			Y en tercer lugar, para humillar a un 
			enemigo golpeado, con el propósito de obtener reparaciones sin 
			precedentes y asegurarse una obediencia ciega incluso a las demandas 
			políticas más ultrajantes. 
				
				"Los negadores del 'Holocausto' 
				procuran plantar las semillas del cuestionamiento y la duda 
				sobre el 'Holocausto' en sus masivas audiencias.    
				Mientras la negación del 
				'Holocausto' se ha convertido en un artículo de fe entre los 
				militantes y seguidores del movimiento de odio contemporáneo, su 
				éxito no depende de la conversión a aquella fe entre el gran 
				público.    
				La difusión del escepticismo acerca 
				del alcance y la historicidad del 'Holocausto' entre una masa 
				crítica de la opinión pública sería considerado como un 
				significativo triunfo ideológico en sí mismo". 
			Ésta es otra popular técnica de 
			propaganda judía arraigada en sus patrones conductuales 
			psicopáticos: acusar a otros de sus propios crímenes.  
			  
			Son los partidarios de la narrativa del 
			'Holocausto' los que exigen la creencia dogmática en sus acusaciones 
			absurdas, mientras que los revisionistas del 'Holocausto' han 
			asumido el duro trabajo de demostrar la inocencia de los acusados. 
				
				"La negación del 'Holocausto' ha 
				sido ampliamente adoptada dentro del movimiento de odio 
				contemporáneo, por otra parte dispar, porque ella sirve como un 
				aglutinante ideológico que satisface una necesidad política muy 
				contemporánea.    
				En particular, proporciona una 
				envoltura saneada para los actuales aspirantes a Hitler al 
				procurar mostrar que los atroces crímenes adjudicados al 
				original nunca ocurrieron.    
				Como tal, gran parte de la barrera 
				que impide a políticos y movimientos de la extrema Derecha hacer 
				un avance estratégico apelando a una audiencia más masiva, sería 
				removida.    
				En consecuencia, la negación del 
				'Holocausto' proporciona la legitimación contemporánea mediante 
				una rehabilitación póstuma. No es ninguna casualidad que David 
				Duke sea un ávido propagador de la ideología y materiales de la 
				negación del 'Holocausto'.    
				William Pierce y otros neo-nazis que 
				alguna vez abrazaron la realidad del 'Holocausto' como la 
				esencia de la misión nacionalsocialista (sólo lamentando el 
				hecho de que no tuvo éxito totalmente en la eliminación de los 
				judíos de la faz de la Tierra) ahora encuentran políticamente 
				oportuno promover la negación del 'Holocausto'." 
			Éste es un clásico caso de atacar al 
			hombre en vez del argumento, una táctica popular entre polemistas 
			inescrupulosos que no tienen ninguna pierna sobre la cual apoyarse.
			 
			  
			Los revisionistas del 'Holocausto' 
			vienen de trasfondos políticos muy diversos. Si algunos de ellos 
			tienen o no una agenda siniestra para tratar de desacreditar el 
			mayor fraude en la Historia humana es completamente irrelevante.
			 
			  
			Un fraude es un fraude, 
			independientemente de lo que motiva al denunciante. 
				
				"El mensaje principal de los 
				negadores del 'Holocausto' es aún más insidioso. Ellos reconocen 
				el hecho de que la mayoría de las personas cree que el 
				'Holocausto' realmente ocurrió.    
				¿Cómo puede ser, preguntan ellos, 
				que la gran mayoría haya llegado a aceptar como verdad una 
				aseveración histórica que es en realidad una gigantesca 
				falsedad?
 "Ellos contestan que la mayor parte de las personas ha llegado a 
				aceptar completamente sin sentido crítico la historia del 
				'Holocausto' porque ellos han sido sometidos sistemáticamente a 
				una propaganda con mentiras deliberadas durante más de cincuenta 
				años.
   
				Esas mentiras incluyen materiales 
				insertados en el plan de estudios educacional en todos los 
				niveles de la instrucción; el contenido de la teatralizada 
				programación de la televisión y el cine, dramática y documental, 
				relacionada con el 'Holocausto'; una enorme literatura del 
				'Holocausto'; rituales públicos de conmemoración del 
				'Holocausto'; y, sobre todo, un museo federalmente apoyado y 
				construido a la sombra del Monumento a Washington en la capital 
				nacional.    
				Ellos describen una vasta y sombría 
				conspiración que controla y manipula las instituciones de 
				educación, de la cultura, los medios de comunicación y el 
				gobierno a fin de diseminar una mitología perniciosa.
 "El objetivo de esta mitología del 'Holocausto', afirman ellos, 
				es la inculcación de un sentido de culpa en el mundo cristiano 
				Blanco y occidental. Aquellos que pueden hacer a otros sentirse 
				culpables tienen poder sobre ellos y pueden hacerles seguir sus 
				órdenes.
   
				Este poder es usado para llevar 
				adelante una agenda judía internacional centrada en la empresa 
				sionista del Estado de Israel". 
			Lo que es el más notable en los párrafos 
			anteriores es que la ADL no tiene nada para presentar contra los 
			argumentos revisionistas, salvo el uso de insultos. 
				
				"Los negadores sostienen que la 
				culpa y la vergüenza fabricadas sobre un 'Holocausto' mitológico 
				condujo al apoyo occidental, específicamente de Estados Unidos, 
				para el establecimiento y mantenimiento del Estado israelí, un 
				sustento que cuesta al contribuyente americano más de 3.000 
				millones de dólares por año.    
				Ellos afirman que los contribuyentes 
				estadounidenses han sido y siguen siendo estafados, así como 
				engañados, e imaginan que mostrando a los estadounidenses y 
				otros pueblos occidentales cómo y por qué ellos han sido 
				victimizados puede ser roto el poder de esta conspiración.
				   
				Una vez que a ellos les sea mostrada 
				la 'verdad', que hubo nunca ninguna base legítima para su 
				sentimiento de la culpa, los negadores postulan que esa buena 
				gente se levantará con una justa cólera y tratará a los 
				conspiradores de mito del 'Holocausto' en una manera apropiada". 
			En vez de contestar los puntos de los 
			revisionistas, la ADL simplemente se refugia en tácticas de 
			amedrentamiento. 
				
				"La negación del 'Holocausto' es una 
				forma contemporánea de la clásica doctrina anti-judía de la 
				maligna, manipuladora y amenazante conspiración judía mundial.
				   
				Ésa fue la doctrina que contribuyó 
				decisivamente a poner los fundamentos para el 'Holocausto'. Lo 
				que está en la superficie de una negación de la realidad del 
				genocidio es, en su centro, un llamado al odio genocida". 
			Todo lo que
			
			la ADL está diciendo es que el 
			revisionismo se equivoca porque está basado en la presunción de una 
			'maligna, manipuladora y amenazante conspiración judía' que tiene el 
			propósito de incitar un nuevo 'holocausto'.  
			  
			Eso es como acusar a un abogado que 
			defiende a su cliente, de estar motivado por el deseo que el acusado 
			cometa más del mismo crimen.  
			  
			La intención malévola es clara: destruir 
			la credibilidad del abogado en vez de demostrar sus argumentos 
			equivocados. 
				
				"Las raíces de la negación del 
				'Holocausto' pueden ser encontradas en el lenguaje burocrático 
				de la política nacionalsocialista misma, que procuró camuflar la 
				intención genocida de lo que los nacionalsocialistas llamaron la 
				'Solución Final a la Cuestión Judía', justo cuando esas 
				directivas estaban siendo implementadas.    
				Después de la guerra, los antiguos 
				nacionalsocialistas y los simpatizantes del nacionalsocialismo 
				descartaron la prueba aplastante del 'Holocausto' establecida en 
				los procesos por crímenes de guerra de Nuremberg.   
				Del mismo modo, un oscuro grupo de 
				trotskistas y anarquistas franceses de la posguerra conducidos 
				por Paul Rassinier, procurando llevar adelante su propia agenda 
				política, denunciaron la evidencia del genocidio como 
				'propaganda estalinista de atrocidades'." 
			Los revisionistas afirman que la 
			'Solución Final' consistía exactamente en lo que afirmaba ser:
			 
				
				un programa de trabajo forzado y de 
				inmigración.  
			Exigir que los revisionistas del 
			'Holocausto' demuestren que aquélla no era nada más, es tan absurdo 
			como exigir que un acusado demuestre su inocencia. Los promotores 
			del 'Holocausto' afirman haber demostrado en los procesos de 
			Nuremberg que la 'Solución Final' era de hecho un programa de 
			exterminio.  
			  
			El problema con aquel argumento es que 
			aquellos juicios no tuvieron ni el parecido más remoto con un 
			tribunal de justicia. 
				
					
					
					No hubo ninguna separación 
					organizativa entre jueces y acusadores. Ambos grupos 
					provenían del mismo cuerpo organizativo y fueron juntados 
					con judíos comunistas.
					
					No hubo ningún jurado. Las 
					condenas estuvieron basadas en decisiones tomadas por gente 
					que era militante en el conflicto entre la Alemania 
					nacionalsocialista, por una parte, y la judería organizada / 
					comunismo, por otra.
					
					Las confesiones que fueron 
					usadas como la base para las condenas fueron el resultado de 
					una coacción sistemática. Los acusados fueron rutinariamente 
					torturados y amenazados con el retiro de sus raciones de 
					comida desesperadamente necesitadas por sus familias. Otra 
					amenaza popular era extraditar a sus familias a los rusos, 
					donde ellas tenían poco que esperar aparte de violación y 
					muerte.
					
					El testimonio más vital de 
					todos, la confesión del comandante de Auschwitz, Hoess, fue 
					escrito en inglés, sin la traducción adjunta, lo que es muy 
					sospechoso dado que ése es un idioma con el que él no estaba 
					familiarizado. 
			Cualquiera de las razones mencionadas es 
			suficiente para desechar cualquier caso para las afirmaciones de 
			genocidio. 
				
				"Sin embargo, como un movimiento de 
				propaganda organizado, el 'revisionismo' del 'Holocausto' echó 
				raíces en 1979 cuando Willis Carto, el fundador de
				
				Liberty Lobby - la organización 
				de propaganda anti-judía más grande en Estados Unidos - se 
				incorporó al Instituto para la Revisión Histórica (IHR).
 "El IHR es una empresa pseudo-académica en la cual,
 
					
						
						
						profesores sin credenciales 
						en Historia (por ejemplo, Revilo P. Oliver era un 
						profesor retirado de lenguas clásicas de la Universidad 
						de Illinois; Robert Faurisson ganó un doctorado en 
						literatura de la Universidad de Lyon; Arthur Butz es un 
						ingeniero en la Northwestern University)
						
						escritores sin certificación 
						académica formal (como David Irving, Henri Roques y 
						Bradley Smith) 
						
						anti-semitas de carrera 
						(como Mark Weber, Ernst Zundel y el fallecido David 
						McCalden),  
				...se reunieron para desarrollar 
				nuevas publicaciones para sus creencias anti-judías, anti-Israel 
				y, para algunos, pro-nacionalsocialistas.
 "Desde 1993, Willis Carto ha roto con el IHR en una enemistad 
				muy pública y litigiosa. Él ha dedicado fondos considerables y 
				vehemencia retórica para desacreditar a sus antiguos compañeros, 
				y también ha establecido un diario 'revisionista' rival, The 
				Barnes Review".
 
			Otra vez, ninguna sustancia, sólo 
			ataques personales. El hecho de que ninguno de los mencionados tenga 
			una formación histórica formal es irrelevante.  
			  
			Usted no tiene que ser un historiador 
			para comprender que no se puede quemar a un millón de personas en 
			una piscina llena de agua. 
				
				"Los propagandistas de la negación 
				del 'Holocausto' desvirtúan este hecho [de que no hay ningún 
				solo documento nacionalsocialista que expresamente mencione un 
				'plan maestro' para la aniquilación de la judería europea] como 
				una exposición del 'Holocausto' como una 'patraña'; al hacer 
				aquello, ellos revelan un acercamiento fundamentalmente erróneo 
				a la historia de la época.    
				Que no hubiera ningún documento no 
				significa que no hubiera ningún plan.    
				La 'Solución Final' - el plan 
				completo de los nacionalsocialistas para asesinar a todos los 
				judíos europeos - fue, como señala la Encyclopedia of the 
				Holocaust,  
					
					'la culminación de una larga 
					evolución de la política nacionalsocialista hacia los 
					judíos'.  
				El proceso de destrucción se formó 
				gradualmente: nació de muchos miles de directivas". 
			El problema con aquel argumento es que 
			ninguna de aquellas directivas contenía órdenes para construir y 
			usar cámaras de gas homicidas, mucho menos para exterminar a todos 
			los judíos europeos.  
			  
			No hay ni siquiera ningún proyecto de 
			diseño arquitectónico para tales cámaras de gas, ni tampoco 
			instalaciones existentes que muestren algún rastro o algo apropiado 
			para el presunto propósito. 
				
				"El desarrollo y la implementación 
				de ese proceso fueron supervisados y dirigidos por el estrato 
				más alto de la dirigencia nacionalsocialista, incluyendo a 
				Heinrich Himmler, Reinhard Heydrich, Adolf Eichmann, Hermann 
				Goering y el propio Adolf Hitler.    
				Durante las dos décadas anteriores, 
				Hitler había considerado despiadadamente la aniquilación judía.
				   
				En una carta del 16 de Septiembre de 
				1919, él escribió que mientras 'el problema judío' exigía un 'anti-semitismo 
				de la razón' - que comprendía sanciones legales y políticas 
				sistemáticas - 'el objetivo final, sin embargo, debe seguir 
				siendo rotundamente la remoción total de los judíos'." 
			Los nacionalsocialistas trabajaron 
			estrechamente con organizaciones sionistas en un programa de 
			emigración.  
			  
			La idea era transferir finalmente a 
			todos los judíos europeos a Palestina. La organización sionista 
			incluso dirigía campos de entrenamiento en suelo alemán desplegando 
			la bandera sionista, preparando a judíos para una futura vida en 
			Palestina.  
			  
			No me extraña que ellos llamen a 
			Hitler el 'Padre Fundador de Israel'. 
				
				"A lo largo de los años '20, Hitler 
				sostuvo que 'la cuestión judía' era la 'cuestión fundamental' 
				para su Partido, y que sería solucionada 'con la bien conocida 
				meticulosidad alemana hasta la consecuencia final'.    
				Con su asunción al poder en 1933, 
				las nociones raciales de Hitler fueron puestas en práctica por 
				medidas que excluyeron cada vez más a los judíos de la sociedad 
				alemana". 
			Llegado Hitler al poder, creó las 
			condiciones para una emigración masiva de todos los judíos europeos 
			a Palestina.  
			  
			Una parte esencial de su estrategia era 
			hacer que los judíos se sintieran no bienvenidos, en un esfuerzo 
			coordinado con una masiva campaña agitadora del temor en los medios 
			judíos de comunicación. 
				
				"El 30 de Enero de 1939 Hitler 
				advirtió que si los financieros judíos y los bolcheviques 
				iniciaban la guerra,  
					
					'El resultado no será la 
					bolchevización de la tierra, y con ello la victoria de la 
					judería, sino la aniquilación de la raza judía en Europa'.
					 
				El 21 de Septiembre de 1939, después 
				de que los alemanes invadieron Polonia, Heydrich, el jefe de 
				Inteligencia de la SS (la SD), ordenó que los Einsatzgruppen 
				(unidades móviles de matanza que actuaban en el territorio 
				ocupado por los alemanes) concentraran a la fuerza a los judíos 
				polacos en ghettos, aludiendo a un 'objetivo final' no 
				especificado". 
			Nuevamente, no hay ninguna prueba de que 
			ellos estuvieran hablando de ninguna otra cosa sino de la emigración 
			forzada de todos los judíos europeos. 
				
				"En el verano de 1941, con 
				preparativos en marcha para invadir Rusia, iniciativas de 
				asesinato masivos en gran escala fueron ampliamente decretadas 
				contra los judíos.    
				Heydrich, actuando bajo órdenes de 
				Hitler, dirigió a los Einsatzgruppen para poner en práctica las 
				'tareas especiales' de aniquilación en la Unión Soviética de 
				judíos y comisarios soviéticos.    
				El 31 de Julio, Heydrich recibió 
				órdenes de Goering para preparar planes 'para la implementación 
				de la deseada solución final de la cuestión judía' en todas las 
				áreas ocupadas por los alemanes.    
				Eichmann, mientras esperaba su 
				'juicio' en Israel en 1960, relató que Heydrich le había dicho 
				en Agosto de 1941 que 'el Führer ha ordenado el exterminio 
				físico de los judíos'.    
				Rudolf Hess, el comandante de 
				Auschwitz, escribió en 1946 que, 
					
					'En el verano de 1941... Himmler 
					me dijo: 'El Führer ha ordenado la Solución Final a la 
					Cuestión Judía... He elegido el campo de Auschwitz para ese 
					propósito'." 
			Ni una palabra de un programa de 
			exterminio dirigido contra todos los judíos europeos.  
			  
			El testimonio de Eichmann no 
			tiene ninguna credibilidad debido a que él era un sionista judío y 
			responsable de cooperar con organizaciones sionistas en un programa 
			de emigración masiva. 
				
				"El 20 de Enero de 1942 Heydrich 
				convocó la Conferencia de Wannsee para discutir y coordinar la 
				implementación de la Solución Final.    
				Eichmann más tarde declaró en su 
				proceso:  
					
					'Esos señores... hablaban del 
					asunto completamente sin rodeos, de manera muy diferente del 
					lenguaje que tuve que usar más tarde en el registro. 
					   
					Durante la conversación ellos no 
					suavizaron ninguna palabra sobre ello en absoluto... ellos 
					hablaron sobre métodos de matar, sobre liquidación, sobre 
					exterminio'." 
			Incluso si Eichmann hubiera sido un 
			nacionalsocialista radical en su odio contra los judíos, como los 
			promotores del 'Holocausto' hacen que lo parezca, él fue expuesto a 
			los métodos israelíes de interrogación, lo que hace de su testimonio 
			algo históricamente sin valor e inadmisible en una corte. 
				
				"Diez días después de la 
				conferencia, mientras pronunciaba un discurso en el Palacio de 
				Deportes en Berlín que fue registrado por el servicio de escucha 
				Aliado, Hitler declaró: 
					
					'El resultado de esta guerra 
					será la aniquilación completa de los judíos... la hora 
					vendrá cuando el enemigo universal más malvado de todos los 
					tiempos habrá acabado, al menos por mil años'.  
				El 24 de Febrero de 1943 él declaró:
				 
					
					'Esta lucha no terminará con la 
					aniquilación de la Humanidad aria sino con el exterminio de 
					la gente judía en Europa'." 
			Usted no puede basar una acusación tan 
			grotesca como la afirmación del 'Holocausto' en un acalorado 
			comentario de Hitler que muy probablemente se estaba refiriendo a 
			poco más que la remoción forzosa de todos los judíos de Europa. 
				
				"Las cámaras de gas de los campos de 
				exterminio fueron los principales medios de ejecución usados 
				contra los judíos durante el 'Holocausto'.    
				Los nacionalsocialistas publicaron 
				una directiva que implementaba cámaras de gas en gran escala en 
				el otoño de 1941, pero, para entonces, los procedimientos que 
				facilitaban el asesinato de masas, incluyendo la utilización de 
				cámaras de gas más pequeñas, estaban ya en práctica.    
				Antes de su uso en los campos de 
				exterminio, las cámaras de gas eran centrales para el programa 
				de 'eugenesia' de Hitler.    
				Entre Enero de 1940 y Agosto de 
				1941, 70.273 alemanes - la mayor parte de ellos físicamente 
				minusválido o enfermo mentales - fueron gaseados, 20 a 30 a la 
				vez, en cámaras herméticamente cerradas disfrazadas como cuartos 
				de ducha". 
			Primero la ADL admite que no hubo 
			ninguna orden escrita para un programa de exterminio masivo o 
			cámaras de gas homicidas, y luego ellos hacen afirmaciones como las 
			referidas, en contradicción directa. 
			  
			Las cámaras de gas más pequeñas a las 
			que ellos se refieren son aquellas usadas para despiojar los 
			uniformes de los presos en la lucha contra el tifus.  
			  
			El hecho de que los nacionalsocialistas 
			usaran gas para matar a varios enfermos mentales no es ninguna 
			prueba de que ellos gasearon a millones de judíos. 
				
				"Mientras tanto, los fusilamientos 
				masivos de judíos habían sido extensamente practicados al amparo 
				de la campaña del Este de Alemania.    
				Pero esas acciones de escuadrillas 
				de asesinato habían llegado a ser un proceso cada vez más 
				dificultoso hacia Octubre de 1941.    
				Tres directores del genocidio, 
				Erhard Wetzel, jefe de la Oficina de Política Racial, Alfred 
				Rosenberg, asesor en asuntos judíos para los Territorios 
				Ocupados del Este, y Victor Brack, vice-director de la 
				Cancillería, se reunieron entonces con Adolf Eichmann para 
				hablar del uso de cámaras de gas en el programa de genocidio.
				   
				A partir de entonces, dos asesores 
				técnicos para las cámaras de gas eutanásicas, el 
				Kriminalkommissar Christian Wirth y el doctor Kallmeyer, fueron 
				enviados al Este para comenzar la construcción de cámaras de gas 
				masivas.    
				Los médicos que habían puesto en 
				práctica el programa de eutanasia también fueron transferidos". 
			Nada de eso compensa el hecho de que no 
			hay ninguna instalación o diseño ni órdenes burocráticas que 
			muestren que tales instalaciones hayan existido alguna vez y que 
			fueron usadas. 
				
				"Camiones gaseadores móviles, que 
				usaban los gases de escape de motores diesel para matar a los 
				pasajeros, fueron usados para matar a judíos en Chelmno y 
				Treblinka - así como en otros sitios, no todos ellos campos de 
				concentración - comenzando en Noviembre de 1941.    
				Al menos 320.000 prisioneros de 
				Chelmno, la mayor parte de ellos judíos, fueron muertos por ese 
				método; un total de 870.000 judíos fue asesinado en Treblinka 
				utilizando camiones de gas y cámaras de gas alimentadas a 
				diesel". 
			El problema con aquella afirmación es 
			que los gases de escape de los motores diesel no son venenosos 
			porque ellos no contienen ningún monóxido de carbono, como sí lo 
			contienen los vapores de motores basados en la gasolina. 
				
				"Las cámaras de gas fueron 
				instaladas y hechas funcionar en Belzec, Lublin, Sobibor, 
				Majdanek y Auschwitz-Birkenau desde el 3 de Septiembre de 1941, 
				cuando el primer gaseamiento experimental de un grupo de 
				prisioneros de guerra soviéticos ocurrió en Auschwitz, hasta 
				Noviembre de 1944.    
				Trabajando con cámaras que medían en 
				promedio 70 mts², los nacionalsocialistas forzaron las muertes 
				de 700 a 800 hombres, mujeres y niños a la vez.    
				Dos terceras partes de ese programa 
				fueron completadas en 1943-1944, y en su apogeo se aplicó a no 
				menos de 20.000 víctimas por día. Las autoridades han estimado 
				que esas cámaras de gas explicaron las muertes de 
				aproximadamente 2 a 3 millones de judíos". 
			Más afirmaciones no demostradas y 
			acusaciones absurdas. 
				
				"Los ataques de negación del 
				'Holocausto' sobre este registro de asesinato de masas se 
				intensificaron después de final de la Guerra Fría, cuando se 
				reportó que el monumento conmemorativo en Auschwitz fue cambiado 
				en 1991, donde decía que 1 millón había muerto allí, en vez de 4 
				millones como registraba antes.    
				Para los negadores del 'Holocausto' 
				este cambio pareció confirmar los argumentos de que las 
				estimaciones históricas de muertes del 'Holocausto' habían sido 
				deliberadamente exageradas, y que los estudiosos comenzaban a 
				'echarse hacia atrás' en vista de las aseveraciones de los 
				'revisionistas'.    
				Así, por ejemplo, Willis Carto 
				escribió en la edición del 6 de Febrero de 1995 de The Spotlight, 
				el tabloide semanal de su organización, Liberty Lobby, que, 
					
					'Todos los 'expertos' hasta 1991 
					afirmaban que 4 millones de judíos fueron muertos en 
					Auschwitz. Esa cifra imposible fue reducida en 1991... a 1,1 
					millón...    
					Los hechos acerca de las muertes 
					en Auschwitz, sin embargo., todavía son equivocados. Los 
					alemanes guardaban registros detallados de las muertes en 
					Auschwitz...    
					Éstos muestran que no más de 
					120.000 personas de todas las religiones y pertenencias 
					étnicas murieron en Auschwitz durante la guerra'." 
				"De hecho, los investigadores 
				occidentales nunca han apoyado la cifra de 4 millones de muertes 
				en Auschwitz; la base de esa estimación soviética - un análisis 
				de la capacidad de los crematorios en Auschwitz y Birkenau - ha 
				sido desde hace mucho tiempo desacreditada.    
				Tan pronto como en 1952, Gerald 
				Reitlinger, un historiador británico, había cuestionado de forma 
				convincente ese método de cálculo. Usando estadísticas 
				compiladas en registros para Himmler, él afirmó que 
				aproximadamente 1 millón de personas había muerto en Auschwitz; 
				Raul Hilberg en 1961, y Yehuda Bauer en 1989, confirmaron la 
				estimación de Reitlinger de víctimas de Auschwitz.    
				Cada uno de estos investigadores, 
				sin embargo, ha reconocido que casi 6 millones de judíos fueron 
				muertos en general durante el 'Holocausto'.    
				Las autoridades polacas estaban por 
				lo tanto respondiendo a los conocimientos occidentales aceptados 
				durante mucho tiempo, confirmados posteriormente por documentos 
				publicados en la Rusia post-soviética.   
				Las cínicas acusaciones del 
				'revisionismo del Holocausto' no desempeñaron ningún papel en su 
				decisión". 
			Éste es uno de los milagros del 
			Holoculto.  
			  
			No importa cuántas víctimas ellos 
			afirmen para los diferentes sitios de exterminio, ellos siempre 
			llegan a la misma cifra mágica de 6 millones, basada en la 
			creencia kabalística de que 6 Millones de judíos deben 
			morir antes de que los judíos puedan retornar a la 'Tierra 
			Prometida'. 
				
				"Otra afirmación frecuente de los 
				'revisionistas' del 'Holocausto' tiene que ver con lo que ellos 
				describen como la carencia de documentación objetiva que 
				demuestre los hechos del 'Holocausto', y la confianza de los 
				investigadores en testimonios tendenciosos y pobremente 
				recolectados de sobrevivientes.    
				Sin embargo, los alemanes mismos no 
				dejaron ninguna escasez de documentación y testimonios de esos 
				acontecimientos, y ningún investigador serio se ha basado 
				únicamente en el testimonio de sobrevivientes como la palabra 
				concluyente en la historia del 'Holocausto'.    
				Lucy Dawidowicz, en el prefacio a su 
				autoritativa obra La Guerra contra los Judíos 1933-1945, 
				escribió: 
					
					"Los documentos alemanes 
					capturados por los ejércitos Aliados al final de la guerra 
					han proporcionado un registro histórico incomparable, que, 
					en cuanto a volumen y accesibilidad, ha sido único en los 
					anales de la investigación...    
					Los Archivos Nacionales y la 
					Asociación Histórica Estadounidense conjuntamente han 
					publicado 67 volúmenes de Guías de Archivos Alemanes 
					Microfilmados en Alexandria, Virginia.    
					Para mi trabajo me he limitado 
					principalmente a documentos alemanes publicados". 
			Pero ninguno de ellos contiene ninguna 
			evidencia real, sólo presunciones, de que las acusaciones del 
			'Holocausto' son correctas. 
				
				"La autora entonces procede a 
				enumerar 303 fuentes publicadas - excluyendo periódicos - que 
				documentan las conclusiones de su investigación. Entre esas 
				fuentes están los escritos de reconocibles fabricantes de la 
				política nacionalsocialista, como Adolf Hitler, Heinrich Himmler, 
				Rudolf Hess y Alfred Rosenberg". 
			Más jerigonza pomposa sin ninguna 
			evidencia. 
				
				"De manera similar, Raul Hilberg en 
				su edición en tres volúmenes de La Destrucción de los Judíos 
				Europeos, escribió:  
					
					'Entre 1933 y 1945 las oficinas 
					públicas y las entidades corporativas de la Alemania 
					nacionalsocialista generaron un gran volumen de 
					correspondencia.    
					Algunos de esos documentos 
					fueron destruidos en los bombardeos Aliados, y muchos más 
					fueron sistemáticamente quemados en el curso de las 
					retiradas o en previsión de la rendición.    
					Sin embargo, el trabajo 
					administrativo acumulado de la burocracia alemana era lo 
					suficientemente enorme para sobrevivir en cantidades 
					significativas, e incluso carpetas sensibles permanecieron'. 
				"Es, de esa manera, en gran parte de 
				esas fuentes primarias que la historia del 'Holocausto' ha sido 
				compilada.    
				Un nuevo factor en ese proceso es la 
				repentina disponibilidad de innumerables archivos de la ex-Unión 
				Soviética, muchos de los cuales habían sido pasados por alto o 
				suprimidos desde su captura al final de la guerra por el 
				Ejército Rojo.    
				Huelga decir que la modificación de 
				detalles específicos en esta historia es cierto que continuará 
				durante varios años en el futuro, considerando la inmensidad y 
				la complejidad de los acontecimientos que comprenden el 
				'Holocausto'.    
				Sin embargo, es igualmente cierto 
				que dichas modificaciones sólo confirmarán la enormidad del 
				'Holocausto' más bien que - como lo harían los 'revisionistas' - 
				ponerlo en duda". 
			Todavía ninguna prueba, sólo promesas.
			 
			  
			En realidad, los promotores del 
			'Holocausto' han estado luchando durante décadas para mantener 
			ocultos tantos archivos como les sea posible y para sólo 
			proporcionar su acceso a historiadores 'confiables'.  
			  
			Usted pensaría que aquellos 
			historiadores se pelearían por publicar cualquier nueva prueba, pero 
			hasta ahora ellos no han podido encontrar nada.  
			  
			¡Adivine porqué! 
				
				"Otra frecuente aseveración 
				'revisionista' pone en duda las estimaciones generalmente 
				aceptadas de víctimas judías del 'Holocausto'.   
				Intentando retratar las muertes de 
				millones de judíos como una exageración o una fabricación, los 
				negadores del 'Holocausto' manipulan salvajemente obras de 
				referencia, estadísticas de almanaques, datos geopolíticos, 
				hechos históricos de base y otras fuentes de información y 
				reportaje".
 "Por ejemplo, los 'revisionistas' comúnmente citan varios 
				almanaques o cifras de atlas - comúnmente compiladas antes de 
				que las cuentas completas sobre el 'Holocausto' estuvieran 
				disponibles - que parecen indicar que la población judía mundial 
				antes y después de la Segunda Guerra Mundial permaneció 
				esencialmente estable, 'demostrando' así que 6 millones de 
				judíos no podían haber muerto durante ese período".
 
 "La ampliamente citada cifra de '6 Millones' se deriva de la 
				estimación inicial de 1945 del proceso de Nuremberg de 5,7 
				millones de muertes.
   
				Censos posteriores, análisis 
				estadísticos y otros estudios demográficos de la judería europea 
				han demostrado sistemáticamente la exactitud esencial de ese 
				primer cálculo.    
				Después de casi 50 años de estudio, 
				los historiadores están de acuerdo en que aproximadamente 6 
				millones de judíos perecieron durante el curso del genocidio 
				nacionalsocialista". 
			Sugiero leer el capítulo en las 'Conferencias 
			sobre el Holocausto' de Germar Rudolf que 
			demuestra que las pérdidas judías reales están de acuerdo con los 
			meticulosos registros de libros oficiales de muertes de las 
			autoridades de los campos de concentración así como las conclusiones 
			de la Cruz Roja Internacional, según las cuales no más de 300.000 
			judíos murieron en campos nacionalsocialistas para prisioneros, 
			sobre todo debido al tifus. 
				
				"Sin embargo, otra pieza central de 
				la propaganda 'revisionista' ataca la objetividad y la validez 
				legal de los Procesos de Nuremberg de posguerra, donde mucha 
				información sobre el 'Holocausto' fue primero hecha pública, y 
				donde la historia general del genocidio fue primero establecida.
 "El proceso actual de llevar ante los tribunales a criminales de 
				guerra nacionalsocialistas fue un esfuerzo larguísimo y 
				complicado que involucró las diferentes tradiciones legales y 
				las agendas políticas de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y 
				la Unión Soviética.
   
				Como los registros históricos 
				muestran, los vencedores Aliados, si es que algo, se equivocaron 
				en el lado de la benignidad hacia los nacionalsocialistas 
				acusados". 
			Las discusiones acerca del tratamiento 
			Aliado de los criminales de guerra habían comenzado tan pronto como 
			en Octubre de 1943.  
			  
			En los meses de verano que siguieron a 
			la rendición de Alemania en 1945, representantes británicos, 
			estadounidenses y soviéticos se reunieron en Londres para crear la 
			carta para un tribunal militar internacional para procesar a los 
			'principales criminales' cuyos crímenes se extendieron sobre el 
			Reich entero, y quienes por lo tanto podían ser castigados por la 
			decisión conjunta de los Gobiernos de los Aliados. 
				
				"Hacia principios del otoño, los 
				Aliados habían resuelto sus debates sobre a quién procesar y 
				cómo definir los crímenes cometidos durante el 'Holocausto'; los 
				primeros procesos comenzaron a partir de entonces en Nuremberg, 
				delante de un consejo de guerra internacional.    
				El principal acusado fue Hermann 
				Goering, pero el procesamiento también seleccionó a otros 20 
				funcionarios principales del Partido Nacionalsocialista, de los 
				ministerios del gobierno alemán, de la burocracia central, 
				especialistas en armamento y trabajo, y los jefes militares y 
				territoriales.
 "Esos procesos no resultaron en veredictos rutinarios de 
				culpabilidad o en condenas idénticas.
   
				De hecho, de los 21 acusados, tres 
				fueron puestos en libertad; uno recibió una condena de 10 años; 
				uno una sentencia de 15 años; dos, condenas de 20 años; tres, 
				cadenas perpetuas, y 11 recibieron la pena de muerte.
 "Los acusados, además, tuvieron acceso a 206 abogados, 136 de 
				los cuales habían sido miembros del Partido Nacionalsocialista.
   
				Además, como afirmó Raul Hilberg,
				 
					
					'Los jueces en Nuremberg fueron 
					abogados estadounidenses establecidos. Ellos no habían 
					venido para exonerar o condenar. Ellos quedaron 
					impresionados con su tarea, y se acercaron a ella con mucha 
					experiencia en la ley y poca anticipación de los hechos'. 
				"Una segunda ronda de procesos 
				resultó en 25 condenas a muerte, 20 cadenas perpetuas, 97 
				sentencias de 25 años o menos, y 35 veredictos de 
				no-culpabilidad.    
				Hacia 1951, siguiendo las 
				recomendaciones de un consejo de clemencia dirigido por los 
				estadounidenses, 77 de los 142 criminales condenados habían sido 
				liberados de la prisión". 
			Detrás de esta cortina de humo no se 
			abordan los problemas con la composición y los procedimientos de los 
			procesos de Nuremberg, en particular el problema de las 
			confesiones forzadas. 
			  
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