PRÓLOGO
 

  • "Nestlé mata a los bebés!"

  • "McDonald's destruye la selva tropical!"

  • "¡Tu calzado deportivo se fabrica con mano de obra infantil!"

¿Son ciertas estas afirmaciones?

 

¿Es cierto que mi marca preferida se produce en condiciones infrahumanas? ¿Hay alguna cosa que pueda seguir comprando sin recibir como "vuelto" una violación de los derechos humanos o la destrucción del medio ambiente? ¿O será que estas objeciones son demasiado exageradas y ya han pasado de moda...?

Las grandes marcas dicen: no hay ningún problema. McDonald's, por ejemplo, entrega sus hamburguesas en cajitas reciclables no contaminantes. Nike ("Just Do It!") hace algo contra el trabajo infantil. E incluso la compañía petrolera Shell se declara comprometida y pregona su responsabilidad social y ecológica.

 

¿Qué más se puede pedir?

Nosotros quisimos investigar más a fondo y pusimos a las marcas famosas bajo la lupa.

Porque si en el mundo hay doce millones de niños que se desloman para fabricar artículos de exportación baratos, sin duda hay alguien que está sacando provecho de ello. Y porque cuando se dice que los grupos multinacionales promueven la explotación, la venta de armas, la destrucción ambiental y el maltrato a los animales, es necesario que a esas multinacionales se les ponga nombre y apellido.

Una gran cantidad de entidades de derechos humanos, sindicatos, organizaciones religiosas y periodistas críticos de todo el mundo observan con atención los manejos de firmas inescrupulosas y sacan a la luz las irregularidades. Nosotros hemos recopilado las imputaciones más generalizadas, para después revisarlas y actualizarlas.

 

Asimismo, por medio de Internet, pudimos obtener documentos de Hong Kong que hasta el momento habían pasado inadvertidos, artículos de periódicos nigerianos regionales e incluso informes comerciales de las propias multinacionales, cuyo contenido fue analizado y chequeado para controlar su veracidad.

Finalmente clasificamos los resultados en rubros de consumo, a través de los cuales mostramos que el desprecio por los derechos elementales en el comercio internacional es sistemático: en el primer capítulo, Klaus Werner se dedica a las relaciones globales de explotación por parte de las multinacionales.

 

Allí exhibe las numerosas formas que adopta la despiadada búsqueda de lucro en las áreas correspondientes a alimentos, indumentaria, aparatos electrónicos y combustibles, así como también en los bancos y las grandes industrias.

 

Hans Weiss, experto en medicamentos desde hace muchos años, apunta a las anomalías en la industria farmacéutica y nos demuestra que aun los juguetes de los niños suelen producirse en condiciones inhumanas.

En dos países - en Hungría y en el Congo - logramos descubrir por nuestra propia cuenta cómo se benefician de las violaciones a los derechos humanos empresas que son grandes y conocidas. Debimos hacernos pasar por negociantes inescrupulosos para llevar a cabo nuestras investigaciones: Klaus Werner se transformó en un traficante "virtual" de materias primas, a fin de averiguar qué papel desempeña la multinacional alemana Bayer en el financiamiento de una guerra que ya se ha cobrado más de 2,5 millones de vidas en el corazón de África.

 

En un viaje a la zona del conflicto, comprobó que muchos de los afectados saben perfectamente que están sumidos en la miseria, en parte, "gracias" a la codicia de compañías occidentales. Mientras tanto, Hans Weiss se convirtió de la noche a la mañana en manager de la industria farmacéutica. Directores de diversas clínicas de Budapest le dieron la aprobación vía e­mail para someter a sus pacientes a ensayos clínicos prohibidos (a cambio de elevados honorarios)

 

El reporte explica por qué las compañías farmacéuticas internacionales testean sus nuevos medicamentos de manera creciente en Europa Oriental y en países del denominado Tercer Mundo. Del mismo modo, revela las prácticas no éticas de las multinacionales y la complicidad de los médicos involucrados.

La segunda parte del libro brinda informes comerciales especiales acerca de cincuenta empresas seleccionadas, que atentan contra los valores éticos en forma reiterada y generalizada. Nos hemos concentrado en marcas conocidas que dominan gran parte del mercado en Alemania, Austria y Suiza.

 

Sus delitos son tan diversos como los productos que comercializan:

  • Adidas, fabricante de artículos deportivos, se encuentra en la picota a causa de las desastrosas condiciones laborales que imperan en las plantas de sus proveedores

  • la marca de bananas Chiquita, debido a la explotación de los trabajadores en las plantaciones y al uso de herbicidas extremadamente peligrosos

  • la empresa de ropa interior Triumph recibe críticas a raíz de su cooperación con el brutal régimen militar de Myanmar (ex Birmania)

  • mientras que a Siemens se la acusa de participar en peligrosas centrales nucleares y en proyectos de represas, para cuya concreción fue necesario expulsar a millones de personas de sus hogares y despojarlas de su sustento vital.

Dentro de nuestra "lista de los malvados", los tres que ocupan el podio son Bayer, TotalFinaElf y McDonald's.

 

La lista de imputaciones a las multinacionales alemanas que operan en el sector químico y farmacéutico es casi interminable. Bayer expone a los pacientes a ensayos clínicos no éticos, a sabiendas de los graves daños de salud que pueden provocarles, Bayer pone en circulación peligrosas sustancias tóxicas, Bayer lucha para que no haya medicamentos baratos contra el sida en los países más pobres del mundo y Bayer, por último, es uno de los pilares que financian el comercio de materias primas dentro de un Congo azotado por la guerra civil.

La multinacional de estaciones de servicio TotalFinaElf desarrolla su actividad prácticamente en todos los lugares donde convergen la violación de derechos humanos y la extracción de petróleo:

en Myanmar, en Sudán, en Angola y en Nigeria.

Y McDonald's no sólo es criticada por las consecuencias que ocasiona su consumo industrial de carnes en el medio ambiente y en la ganadería: los juguetes con los cuales la empresa de hamburguesas atrae a los niños europeos hacia sus restaurantes fueron fabricados gracias a la explotación de niños chinos.

En Europa, hasta el momento, esto pareció importarles a muy pocos.

Durante la realización de este libro, comprobamos con frecuencia que el maltrato a los animales y la destrucción de la naturaleza generan reacciones más enérgicas que la violación de los derechos humanos.

 

¿No es curioso que millones de automovilistas hayan boicoteado a la compañía Shell en 1995 porque ésta planeaba sumergir una plataforma petrolífera en el Mar del Norte y que no lo hicieran, en cambio, por su vinculación con el atropello a los derechos humanos en Nigeria?

 

También desde Internet, los llamados a boicotear a firmas que efectúan experimentaciones con animales superan largamente a las condenas contra las multinacionales que sacan provecho de la explotación humana.

De todos modos, el tema del boicot es un arma de doble filo. En la mayoría de los casos no nos parece conveniente, ya que a menudo los boicots no hacen más que poner en peligro los puestos de trabajo sin modificar en absoluto la miseria de la gente. Las excepciones a la regla (es decir, los casos en los que los mismos involucrados convocan al boicot) las presentamos en este libro.

 

En el caso de muchos productos - en especial, los alimentos - el Comercio Justo ofrece alternativas buenas y económicas. Si se hallan disponibles, se puede dar prioridad a los bienes regionales o a los que se fabrican según criterios ecológicos. En el ámbito de la inversión de capitales, los fondos éticos tienden a promover un enriquecimiento políticamente correcto.

 

Mientras tanto, en el área de los combustibles, la única alternativa consiste en evitar todo lo posible el uso del automóvil y el avión.

Pero de lo que se trata, en primer término, es de exigir a viva voz que las grandes empresas realicen cambios. Ese poder está en manos de los consumidores. Las casas matrices de las multinacionales tienen muy en cuenta esas protestas, tal como se desprende de una serie de campañas exitosas.

 

Cuanto más se extienda esa protesta y cuanto más clara se torne, más se verán forzados los responsables a efectuar cambios que superen lo meramente cosmético.

En resumen, este libro no busca eliminar el placer del consumo. Al contrario: pretende actuar como estímulo para que usted se convierta en un consumidor atento e incluso activo. Porque cada vez es más la gente que combina su placer con la exigencia de estándares de vida dignos en el otro extremo de la cadena de producción.

Más allá de cada caso particular, sean cuales fueren sus exigencias, de una cosa estamos seguros: al leer este libro, usted se pondrá furioso.

Klaus Werner y Hans Weiss

Berlín/Viena, agosto de 2001



PD: Por supuesto que nuestra lista no está completa. En algunos rubros, las violaciones a los derechos humanos están tan extendidas que es imposible incluir a todos los responsables.

 

Asimismo hay empresas a las que (aún) no se les puede demostrar fehacientemente sus abusos desde el punto de vista jurídico.

 

Si usted cree que se ha omitido mencionar a alguna firma "malvada" o quiere brindarnos datos concretos, háganos llegar su inquietud a través de la dirección de Internet.

 

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INESCRUPULOSO & CÍA

Las multinacionales invierten sumas millonarias para cuidar la imagen de sus marcas. En donde ahorran es en las condiciones de producción.

 

Como consecuencia, surgen relaciones laborales deplorables, pobreza y violaciones a los derechos humanos.

 

En estos casos, el compromiso social no es más que un truco publicitario.


La compañía petrolera Shell constituye una de las principales fuentes de financiamiento de los proyectos sociales en el delta del Níger (África occidental).

 

Esta corporación destina casi 60 millones de euros anuales a escuelas e instituciones sanitarias en la empobrecida región del sur de Nigeria.1 En Europa y Japón, Shell se cuenta entre los mayores promotores de la energía solar: allí la multinacional construye equipos generadores.

 

Un folleto publicitario reza:

"Estamos convencidos de que solamente pueden ser exitosas aquellas empresas que persiguen tres objetivos: competitividad, responsabilidad social y orientación ecológica."

A todo esto, la compañía representó durante largo tiempo la imagen del enemigo para las agrupaciones ambientales y de derechos humanos.

 

Cuando en 1995 Shell quiso sumergir la plataforma petrolífera Brent Spar en el Mar del Norte, millones de automovilistas boicotearon las gasolineras con el logo amarillo del molusco hasta que la empresa revio su posición. Ese mismo año, la imagen de la firma se vio afectada por segunda vez a causa del asesinato del escritor Ken Saro Wiwa.

 

A Shell, principal productor de petróleo de Nigeria, se la acusa de haber cooperado con el anterior régimen militar de ese país, que simplemente se deshizo de este molesto opositor a la industria petrolera.

Ahora ya se sabe que una violación demasiado evidente de los intereses humanitarios y ambientales perjudica el negocio.

"Shell se esfuerza por garantizar que su actividad no conduzca a violaciones de derechos humanos", dice incluso Arwind Ganesan, de la prestigiosa organización Human Rights Watch.

Según su opinión, los informes ambientales y de derechos humanos publicados por la compañía son hasta un modelo para otras firmas.2

Por cierto, la gente de Nigeria tiene una opinión muy diferente: Shell fue y sigue siendo responsable de la destrucción del sustento vital de miles de familias. Quienes protestan contra esta multinacional continúan sufriendo intimidaciones aún hoy.

 

Y la empresa, pese a su inescrupulosa explotación de los recursos autóctonos, sigue negándose a pagar un resarcimiento económico adecuado a las víctimas: los afectados del pueblo de los ogoni estiman que, desde el inicio de sus actividades en Nigeria, Shell ha extraído petróleo de su suelo por un valor aproximado de 35.000 millones de euros.3

 

Ya en el año 1992 se calculaba que los daños ambientales ocasionados por la explotación ascendían a unos 4.000 millones de euros.

Los 60 millones, otorgados según datos de la empresa para el compromiso social, adquieren de pronto un cariz diferente: se transforman en un gasto comparativamente pequeño, pero tanto más eficaz, dentro del presupuesto de publicidad.

 

En efecto, la acción caritativa de Shell es reconocida en los medios internacionales como un clásico ejemplo de responsabilidad empresarial.

 

 

1 - "Nigeria protests prompt development moves", Financial Times, 22.2.2001; importe en dólares estadounidenses: 53 millones. Debido a las fuertes oscilaciones en el tipo de cambio, en este libro hemos utilizado de manera uniforme la paridad promedio del año 2000 (0,92 dólar por euro)
2 - "Whose Globe?", Business Week 45/2000
3 - "Ogoni Wars: Arms Were Sponsored By Shell", This Day, Lagos, 25.1.2001

 



La imagen es todo

Las multinacionales aprendieron su lección.

 

Aproximadamente desde los años '70, muchas firmas conocidas pasaron a ser el blanco de los ecologistas y los activistas de derechos humanos. Los llamamientos para boicotear a Nestlé, McDonald's, Siemens y Shell concitaron gran atención. Hoy prácticamente ni se recuerda cuál era entonces el origen de la crítica. Pero en cierta forma se sabe: esas empresas estuvieron involucradas en negocios non sanctae (ver retratos de las firmas en la parte final del libro)

Entretanto, casi todas las grandes corporaciones publican en forma periódica voluminosos informes ambientales y sociales.

Contratan encargados de derechos humanos y han establecido "códigos de conducta"; mediante estas normas de comportamiento, las empresas se autoimponen reglas (a veces más estrictas, a veces menos) tendientes a respetar los principios ecológicos y sociales. Nuevos conceptos hacen su ingreso en las asambleas de juntas directivas y en las respectivas páginas Web.

 

Además del shareholder valué (el valor bursátil de una empresa, tan importante para los accionistas), ahora se incorpora el stakeholder valué: según esta filosofía, sólo podrá tener éxito en la economía de mercado aquel que actúe en forma correcta frente a todos los grupos afectados por un negocio. Entre esos diferentes grupos se encuentran los trabajadores y los clientes, así como también el medio ambiente y los países en los que opera una empresa.

 

Lo mismo se transmite a través de otros conceptos en boga, tales como corporate responsibility y corporate citizenship: el accionar comercial de una firma no se limita sólo a criterios económicos, comprende también una responsabilidad social; sí, las firmas incluso quieren ser "buenos ciudadanos" de un país o de todo el planeta.

De este modo, en octubre de 2000, unos 120 directivos de Siemens se abocaron de manera voluntaria y ad honórem a la construcción de un campo de veraneo para niños huérfanos de Alemania y la República Checa.

 

Tal como informó el semanario económico Wirtschaftswoche, construyeron seis cabañas de madera, una cabaña sanitaria y una de depósito, dos galerías techadas, dos trepadoras y una cancha de beach voley y acarrearon durante la obra 13 toneladas de madera, 50 metros cúbicos de arena y media tonelada de hormigón:

"Ahora 24 niños y asistentes sociales pueden pasar allí sus vacaciones libres de toda preocupación."4

El semanario comenta que la acción no sólo ayuda a los más débiles de la sociedad, sino que además fortalece el espíritu de equipo. Y (no menos importante) también es buena para la imagen.

Por cierto, Siemens no sólo demuestra el espíritu de equipo en la construcción de campamentos vacacionales, sino también a través de sus numerosas participaciones en proyectos más que cuestionables.

 

Gracias al aporte de la multinacional con sede en Munich, se construyen numerosas y gigantescas represas en países del Tercer Mundo; como consecuencia, millones de personas son desplazadas a otros lugares (en parte, mediante el uso de la fuerza) y pierden su sustento vital sin recibir a cambio una indemnización adecuada.

 

Además, Siemens continúa siendo líder en la construcción de peligrosas centrales nucleares en todo el mundo. Según ha podido verificarse, muchos de estos reactores no son rentables y constituyen una carga para el presupuesto de Estados altamente endeudados.

 

Mientras tanto, la empresa registra con ellos pingües ganancias.

 

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4 - "Brücken bauen", Vfirtschaftswoche 48/2000



¿Fabrican minas terrestres por el compromiso social?

"El valor de una empresa puede incrementarse cuando se está dispuesto a asumir también una responsabilidad social en la empresa y en la sociedad", reveló el mandamás de Mercedes, Jürgen Schrempp, a la Wirtschaftswoche.

Lo que no dijo el directivo es si la fabricación de armas también formaba parte de esta responsabilidad.

 

DaimlerChrysler, o, mejor dicho, una filial de la corporación automotriz, se encuentra abocada al desarrollo de armas nucleares. Y no sólo eso: la empresa también produce minas terrestres. En el plano internacional, las minas antipersonales están prohibidas debido a sus atroces consecuencias. A menudo también hay civiles entre las víctimas de su uso.

Para promocionar la "mina antitanque" PARM 2, la filial Deutsche Aerospace recurrió a las revistas especializadas del ramo, utilizando eslóganes tales como "moderna y efectiva".

 

Hubo oficiales de las Fuerzas Armadas que alabaron las bondades de la PARM:

"Las minas modernas tienen un efecto demoledor. Pueden combatir al enemigo aun detrás de una defensa y en espacios muertos."5

Sólo tras las protestas masivas encabezadas por la asociación Accionistas Críticos, Jürgen Schrempp anunció a fines de 1998 que se suspendería la producción de minas PARM.

De todas maneras, según datos de los Accionistas Críticos, la paleta de productos aún cuenta con la "Mine­Flach­Flach" (MIFF) y la "Mine­Multi­Splitter­Passiv" (MUSPA) Cabe señalar que ambos artefactos, a diferencia de lo ocurrido en Alemania, fueron incluidos por la Secretaría de Defensa norteamericana dentro de la categoría de minas antipersonales.

 

Por eso, algunos países como Italia (integrante de la OTAN) desecharon este tipo de minas y destruyeron las existencias.6

 


"Podemos aniquilarte"

Uno de los que tienen que ponerse al día en el cuidado de la imagen es Nike, la firma norteamericana de indumentaria deportiva.

 

A mediados de la década del 90, medios estadounidenses filmaron a niños paquistaníes cosiendo el logo de Nike - la "pipa" - en balones de fútbol. Desde entonces, se mantiene la ola de indignación por las condiciones laborales en los denominados sweatshops (las factorías situadas en Asia y América latina, patios traseros donde se confeccionan los productos de esta multinacional)

 

Y una y otra vez salen a la luz nuevos casos de explotación y maltrato (ver capítulo "Deporte e indumentaria")

En EE.UU., estos informes se han convertido en una seria amenaza para la imagen de la empresa. El famoso eslogan de Nike "Just Do It!" (Simplemente hazlo) fue reformulado para convertirse en "Just Boycott It" (Simplemente boicotéala) Cada vez más jóvenes le dan la espalda a la que otrora fuera su marca preferida. Para la empresa, la pérdida de confianza registrada en este target resulta particularmente dolorosa.

En 1997 se produjo en Nueva York una verdadera catástrofe para las relaciones públicas de Nike.


5 - "Eine Mine ist (k)eine Mine", http://www.dfg­vk.de/abruestung/abrmine2.htm
6 - Ver http://www.kritischeaktionaere.de/Konzernkritik/DaimlerChrysler/DCagbOl/DcagbO1f/dcagb01f.html
 


El asistente Social Mike Gitelson, quien tenía a su cargo a jóvenes del Bronx, le expresó a la periodista canadiense Naomi Klein que estaba,

"harto de ver correr por ahí a los muchachitos con zapatillas que ni ellos ni sus padres pueden darse el lujo de comprar".7

Gitelson les dijo que los trabajadores de Indonesia ganaban solamente 2 dólares por día y que a Nike le costaba solamente 5 dólares fabricar ese calzado, por el que ellos pagaban entre 100 y 180 dólares.

 

Les contó además que Nike no fabrica ni una sola zapatilla en EE.UU. Y que ése era uno de los motivos por los cuales a sus padres les resultaba tan difícil encontrar trabajo.

"Es así, amigo, te chupan la sangre. Si aquí en el barrio alguien te hiciera eso, ya sabes cómo terminaría."

Funcionó. Primero los jóvenes enviaron cartas al director de Nike, Phil Knight, solicitándole que les devolviera el dinero. La empresa respondió con cartas estándar que no decían absolutamente nada.

"Ahí sí que nos pusimos furiosos y decidimos organizar una manifestación", dijo Gitelson.

Seguidamente, doscientos jovencitos de entre once y trece años se dirigieron hacia "Nike­ Town", una especie de supermercado vivencial que la empresa posee en Nueva York.

 

Gritando y vociferando, los chicos arrojaron a los pies del personal de seguridad bolsas de residuos llenas de viejas zapatillas malolientes, todo bajo la atenta mirada de los medios de comu­ nicación. Rodeados por las cámaras, los niños - en su mayoría, negros y latinoamericanos - parecieron cobrar mayor estatura.

 

Uno de los activistas, de trece años de edad y oriundo del Bronx, miró directamente a la cámara de una importante cadena televisiva y dirigió un mensaje a la empresa, cuyo contenido hizo transpirar a los gerentes de publicidad:

"Nike, nosotros te hicimos. Y también podemos aniquilarte."8

 


Dudosas mejoras

Los dueños de la empresa sabían lo que eso significaba: si sus clientes más mimados se valían de los medios para dañar una imagen creada con tanto esfuerzo y con miles de millones, entonces el agua les llegaría al cuello.

 

Con un solo golpe, una banda de adolescentes del Bronx logró lo que no habían podido cientos de organizaciones de derechos humanos, que apenas habían accedido a una pequeña franja de "buena gente". Tras cartón, Nike emprendió una ofensiva, reconoció muchas de las imputaciones y juró que implementaría mejoras.

 

En algunos lugares, esas reformas efectivamente se realizaron: numerosas factorías recibieron por fin los correspondientes dispositivos de seguridad (tales como matafuegos y salidas de emergencia), los lugares de trabajo se mejoraron y además se realizaron controles más estrictos contra el trabajo infantil. Pero en cuanto al núcleo del problema, poco ha cambiado: ni Nike ni las otras multinacionales que fabrican sus productos en los países más pobres están dispuestas a pagar salarios adecuados.

 

Por el contrario: desde que los proveedores independientes deben atenerse a los estándares exigidos por Nike y compañía, el dinero que queda para abonar salarios es aún más reducido (ver capítulo "Deporte e indumentaria")

En Europa, las protestas contra la actitud explotadora de las grandes marcas aún parecen estar bajo control.

 

Las empresas tienen armas para defenderse: De tanto en tanto, Nike­Town Berlín pone a disposición a sus empleados para que desarrollen actividades de bien público en los puntos más conflictivos de los barrios de Kreuzberg, Friedrichshain, Lichtenberg y Neukolln.


7 - Naomi Klein: No logo: el poder de las marcas. Buenos Aires, Paidós 2002, capítulo 16
8 - Ibidem, capítulo 16
 


Con la colaboración de trabajadores de la calle y asistentes sociales, allí se organizan partidos de fútbol, voley y básquet para niños y jóvenes inmigrantes y alemanes.9

 

Esta iniciativa es patrocinada por una agencia profesional de relaciones públicas, la Sociedad agens27 para el Arte, los Medios y la Comunicación. Sin embargo, parecería que no se quiere dar demasiada divulgación al compromiso social.

 

El director de la agencia, Elmar Kirsch, atribuye esto a la mentalidad de ciertos grupos que se empeñan en buscarle el pelo al huevo:

"Las entidades sociales presumen rápidamente que las firmas involucradas sólo quieren vender sus productos."10

¡Pero de dónde sacarán semejante idea!

También Ikea, la fábrica de muebles sueca, siente la necesidad imperiosa de señalar en su catálogo que,

"el trabajo infantil es una parte inaceptable de la realidad actual y lamentablemente está difundido incluso en algunos de nuestros países productores".11

De todos modos, Ikea también recibió críticas por la explotación infantil registrada en sus empresas proveedoras.12

 

Entretanto, Ikea alega que trabaja en forma conjunta con UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) para prevenir el trabajo infantil.

 

Consultado al respecto, Dietrich Garlichs, director de UNICEF Alemania, explica:

"Sí, Ikea financia proyectos de UNICEF. Pero eso no significa automáticamente que ya no haya más niños trabajando en la fabricación de productos Ikea."13

Garlichs dice que eso es difícil de controlar.

 

Por lo tanto Urban Jonsson, director regional de UNICEF para el Este y el Sur de África, también se muestra "bastante reticente", y no quiere que la empresa se engalane con el nombre de este organismo de las Naciones Unidas:

"Aun si Ikea hubiera dejado de utilizar trabajo infantil en su producción... ¿Qué cambiaría? Yo no le agradezco a un ladrón porque haya dejado de robarme."14



Trabajo infantil

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (International Labour Organization, ILO), tomando en cuenta sólo los países en vías de desarrollo, hay alrededor de,

"250 millones de niños de entre cinco y catorce años que son forzados a trabajar. 153 millones de esos niños viven en Asia, 80 millones en África y 17 millones en Latinoamérica. "

Muchos de ellos trabajan en condiciones que hacen peligrar su desarrollo corporal, espiritual o emocional.15

Las formas más terribles de trabajo infantil son la explotación sexual y la esclavitud. La primera de ellas incluye la prostitución y la producción de pornografía infantil. La segunda comprende incluso el peonaje, que obliga a los niños a trabajar hasta cancelar compromisos reales o ficticios de sus padres. La mayoría de los niños trabaja sin un empleo formal: algunos lo hacen con la propia familia (en el campo, en la propia empresa), otros en casas ajenas o en la calle (por ejemplo, como lustrabotas)

 

Sólo una pequeña parte trabaja en la industria y en la agri­ cultura. Se estima que en total hay unos 12 millones de niños menores de catorce años produciendo para el mercado mundial. De acuerdo con sus principios, la OIT define al trabajo infantil como la actividad asalariada desarrollada hasta la edad de dieciocho años.

 

Pero según la exigencia, la prohibición general de trabajo rige sólo para los niños de hasta trece años. Durante la edad comprendida entre los trece y los quince años, o bien hasta completar la educación obligatoria, los niños sólo pueden ser empleados en trabajos livianos, de manera tal que no se vea afectada su formación.

 

Antes de alcanzarse los 18 años, rigen normas estrictas en relación con el horario y las condiciones laborales; por ejemplo, el trabajo nocturno está prohibido (información: www.ilo.org).


9 - "Brücken bauen", Wirtschaftswoche 48/2000
10 - Ibidem
11 - Catálogo de Ikea 2001, pág. 19
12 - Ver, por ejemplo, "Wieder Kritik an Ikea wegen Kinderarbeit", Berliner Zeitung, 24.12.1997
13 - Entrevista con Klaus Werner, 11.12.2000
14 - Entrevista con Klaus Werner, 11.12.2000
15 - Información de prensa de la OIT, 18.6.1998
 

 


Protestas contra el poder de las corporaciones

Desde hace un largo tiempo, grupos sociales y ecologistas denuncian las prácticas inescrupulosas de empresas como Nestlé, Shell y Siemens.

 

Sin embargo, hasta el momento, las protestas proceden de un escenario relativamente acotado, de alguna gente comprometida cuyos éxitos se han registrado sólo a nivel nacional. En Europa, las empresas hoy deben cumplir normas ambientales y sociales mucho más estrictas que en los países del sur e incluso que en EE.UU. No obstante, desde una perspectiva crítica, esto sólo logró que muchas firmas trasladaran sus centros de producción hacia regiones con estándares más bajos.

 

De ese modo, Europa ha exportado sus problemas ambientales a los países más pobres y ahora se ve confrontada con los despidos masivos y la pérdida de derechos sociales.

A medida que caen las barreras en el intercambio económico mundial, comienza a advertirse con mayor nitidez un movimiento de reacción frente al creciente poder de las multinacionales.

 

En diciembre de 1999, decenas de miles de manifestantes impidieron la realización de un congreso de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Seattle. La masiva y furibunda demanda de reglas éticas en la economía global de mercado logró tener así, por primera vez, una repercusión de alcance mundial.

En septiembre de 2000, la "batalla de Seattle" halló imitadores en el Viejo Mundo; durante una conferencia organizada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Praga, los movimientos antiglobalización, formados principalmente por jóvenes de toda Europa, se enfrentaron con la policía en la capital checa.

 

A fines de enero de 2001, miles de manifestantes volvieron a hacerse presentes; esta vez, la cita fue en la ciudad suiza de Davos y en ocasión del Foro Económico Mundial, una suerte de asamblea que reunía a los empresarios más poderosos del planeta. Al mismo tiempo, una colorida combinación de organizaciones no gubernamentales (ONG), intelectuales y entidades de izquierda se congregó en la ciudad brasileña de Porto Alegre.

 

Allí se celebró el primer Foro Social Mundial, que fue seguido con gran atención por los medios. Finalmente, en julio de 2001, fueron Salzburgo y Genova las que se convirtieron en el epicentro de las enérgicas protestas contra el poder y el capital.

 

Sean cuales fueren los países, sectores sociales y políticos de donde provienen estas diferentes agrupaciones, está claro quién es el enemigo común: las corporaciones globales y sus aliados institucionales (la OMC, el FMI y el Banco Mundial).

 

Todos ellos son acusados de utilizar en forma vergonzosa su poder y la falta cada vez mayor de control político, actuando en el mundo entero a costa de los que se encuentran socialmente más desprotegidos.


La OMC
La Organización Mundial del Comercio (World Trade Organization, WTO), con sede en Ginebra, fue fundada en 1995 a partir del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)

Su objetivo consiste en liberar al máximo el intercambio de productos y eliminar las barreras comerciales. Para ello, los 140 países miembros se han impuesto una serie de reglas.

 

Si bien la OMC no puede determinarlas por sí sola, sí puede establecer sanciones comerciales para sus miembros. Dado que los países más pobres no disponen de elementos de presión eficaces, quedan en definitiva a merced de los países ricos. Permanecer afuera no resuelve nada, puesto que eso equivaldría a una exclusión voluntaria del mercado mundial.

 

Entre las " barreras comerciales" combatidas por la OMC se encuentra la protección de numerosos derechos socia­ les y ambientales; de ahí que la organización se haya convertido en uno de los blancos preferidos para las críticas de los movimientos antiglobalización.

 

Página web: http://www.wto.org
 

 


El FMI
Desde su fundación, en 1946, el Fondo Monetario Internacional (International Monetary Fund, IMF) trabaja en estrecha colaboración con el Banco Mundial.

 

Constituido por 183 Estados miembros, su tarea consiste en garantizar la estabilidad monetaria internacional y asegurar un desenvolvimiento ordenado en las operaciones de divisas. Otros objetivos son la promoción del crecimiento económico y la lucha contra el desempleo. Para lograr la estabilidad monetaria, el FMI brinda ocasionalmente recursos financieros a los países en riesgo.

 

No obstante, condiciona el suministro de dichos recursos al estricto cumplimiento de ciertas pautas (por ejemplo, la reducción del gasto público) En muchos casos, esto ha provocado una fuerte destrucción de infraestructuras sociales (por ejemplo, en los sistemas de educación y de salud)

 

Página web: http://www.imf.org

 


El Banco Mundial
El Banco Mundial fue fundado en 1944 para financiar la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

 

En los últimos años se ha abocado a combatir la pobreza, especialmente en Asia, África y América latina. Sus propietarios son los 182 Estados miembros. No obstante, el derecho a voto se pondera de acuerdo con el grado de participación, de modo que queda mayormente en manos de los países ricos (con EE.UU., Alemania, Francia, Gran Bretaña y Japón a la cabeza)

 

El Banco Mundial es el principal acreedor de los países en desarrollo. Durante el ejercicio del año 2000 se otorgaron créditos a más de cien países por una suma de casi 16.300 millones de euros. Los sectores críticos sostienen que la concesión de créditos suele estar sujeta a condiciones que, de hecho, desangran el sistema social de los paí­ ses receptores.

 

Además, hasta el momento se le ha dado muy poca importancia al efecto social y ecológico de los proyectos financiados. Así, esta " ayuda al desarrollo" sigue fomentando proyectos de gran envergadura que destruyen el espacio vital de la población local, mientras que los inversores se alzan con suculentas ganancias.

 

Desde que James D. Wolfensohn asumió la presidencia del Banco Mundial en 1995, las prácticas relativas al otorgamiento de créditos parecen haber experimentado una leve mejoría.

 

Página web: http://www.worldbank.org

 


Asterix contra el poder de las corporaciones

Al frente del movimiento europeo contra las corporaciones se encuentra el francés José Bové.

 

Este agricultor orgánico de 47 años se hizo famoso repentinamente: el 12 de agosto de 1999 demolió junto con algunos amigos la obra donde se estaba construyendo una sucursal de McDonald's en la pequeña ciudad de Millau, en el sur de Francia. Si bien debió cumplir una condena de tres meses con prisión preventiva, el mensaje del astuto campesino con bigote a lo Asterix dio la vuelta al mundo.

 

Con las manos esposadas, elevadas en señal de victoria, el irreductible galo logró vencer al imperio de las multinacionales:

"Independientemente de la decisión del tribunal, lo nuestro ya es un triunfo, porque ahora nuestra voz se oye en todo el mundo."16

Bové, quien en 1995 ya se había embarcado junto a Greenpeace hacia el atolón de Mururoa para protestar contra los ensayos nucleares efectuados por Francia en el Pacífico, había logrado utilizar el poder de las imágenes en favor de su causa.

 

Pipa en mano, el agricultor engalanó las portadas de los principales periódicos de Europa y EE.UU. La revista norteamericana Business Week considera a José Bové como uno de los cincuenta europeos más prominentes.17 La mayoría de los franceses cree que su nuevo héroe nacional representa mejor los intereses de los campesinos que el Ministro de Agricultura.

 

Entretanto, el primer ministro Lionel Jospin y el presidente Jacques Chirac invitaron a comer al rebelde. Y a los verdes de Francia les encantaría presentarlo como su candidato a presidente.

Pero Bové quiere continuar su lucha promoviendo la desobediencia civil.

 

Dentro de este contexto, el ataque a McDonald's fue concebido como una protesta simbólica contra la OMC, que - bajo la amenaza de adoptar sanciones económicas - había impuesto un aumento en el cupo para la importación de alimentos norteamericanos en Europa.


16 - "Kämpfer an globaler Front", Die Zeit 28/2000
17 - "The Stars of Europe", Business Week, 6.12.2000
 


Pero también se interpretó como una señal de largada para los consumidores: a partir de ahora se inicia la lucha contra la arrogancia del capital. Dice Bové:

"La población debe controlar las estructuras económicas mundiales. Esto presupone democratizar el modo de funcionamiento de instituciones como la Organización Mundial del Comercio." 18

 


Globalización como oportunidad

Buena parte de las críticas a las corporaciones apuntan entonces hacia un control democrático de la economía internacional (no hacia su destrucción, como se presume a menudo).

 

A cada rato uno escucha decir que los supuestos "enemigos de la globalización" propician un proteccionismo nacional, es decir, un encierro en pequeños enclaves económicos.

 

En realidad, muchos sindicalistas europeos se ven guiados por otras motivaciones; conocen las consecuencias del desplazamiento hacia países de bajos salarios y añoran los miles de puestos que se han perdido. Incluso la derecha nacionalista intenta utilizar el movimiento para cerrar las fronteras lo antes posible.

Para hacer una crítica a las corporaciones en términos razonables, es necesario admitir el avance irrefrenable de dos fenómenos: el desmoronamiento de las fronteras de los Estados nacionales desde el fin de la Guerra Fría y la aceleración de los mercados mundiales mediante nuevas tecnologías, como Internet.

 

Ahora el gran desafío consiste en encontrar caminos adecuados para utilizar esos cambios de modo tal que las personas - todas las personas - puedan alcanzar estándares mínimos en lo que respecta a la libertad y el bienestar económico.

 


Tour de compras en el supermercado global

"Es como si en el ajedrez se hubieran creado nuevas reglas de juego", escribe Ulrich Beck, sociólogo oriundo de Munich, en un ensayo sobre el nuevo poder de las multinacionales.19

 

"Dadas las condiciones impuestas por la movilidad tecnológico­informativa, el peón - la economía - se convierte repentinamente en caballo y puede atacar incluso al rey - el Estado - hasta darle jaque mate."

Internet transformó el mundo en una "aldea global" donde se reúne gente de distintos continentes para una charla de café virtual.

 

Su equivalente a nivel macroeconómico es el "supermercado global": en la góndola de productos congelados se exhiben materias primas baratas del Congo, entre las liquidaciones uno encuentra mano de obra tailandesa en oferta, en la sección de delikatessen aparecen investigadores y diseñadores de todo el mundo junto a pintorescos expertos en publicidad.

 

Y en la caja, con ojos resplandecientes, esperan los clientes.

En la actualidad, ninguna zapatilla, casi ningún televisor y sólo unos pocos autos se fabrican allí donde las firmas vendedoras tienen su sede. Ya desde la época de la colonia, las materias primas proceden de África, América latina y Asia.

 

Y mientras Alemania aún no sabe si permitir la misericordiosa entrada de expertos indios en sistemas, las empresas más astutas han establecido desde hace rato sus divisiones de investigación y tecnología en países de mano de obra barata.

 

18 - "Kámpfer an globaler Front", Die Zeit 28/2000
19 - Ulrich Beck: "Die Macht der Ohnmacht", Stern 6/2001
 


Cabe señalar que, por el momento, los mayores mercados de consumo siguen estando en los países occidentales industrializados.

Esta "división global de tareas", que a su vez es una división entre ricos y pobres, no constituye un orden mundial predefinido e inalterable, aunque tanta gente parezca haberse acostumbrado a ello.

 

No son sólo los representantes económicos los que se alinean con esta postura. Muchos otros también sostienen que este desequilibrio genera una dinámica en la cual las inversiones de los países ricos se dirigen hacia los más pobres, y que, a largo plazo, las inversiones generarán bienestar también allí.

En principio, en eso tienen razón.

 

Al menos si se parte de la premisa de que no todos los habitantes de los países pobres quieren vivir en una economía de subsistencia, es decir, pan para hoy y hambre para mañana.

"Sólo hay una cosa peor que ser arrollado por las multinacionales: no ser arrollado por las multinacionales", escribe Ulrich Beck.

En la mayoría de los casos, la imagen idílica del habitante de la selva virgen, alimentándose con su banana orgánica y practicando alegre sus costumbres, no es más que una proyección de burgueses occidentales imbuidos en su economía de bienestar.

 

Son éstos los que quieren aferrarse a un par de ilusiones, disfrutando los paraísos del descanso a través del turismo ecológico. En cierto modo, no es más que una forma sutil de colonialismo. Porque los aztecas, los masai y los tibetanos también deben tener el derecho de recurrir - si lo desean - a Internet, a la medicina moderna y a los bienes de consumo.

 

Está por verse si eso es sinónimo de Microsoft, Aspirina y Coca Cola, dependerá de hasta qué punto los pueblos son capaces de decidir por sí mismos acerca de sus necesidades. Lo cierto es que, hoy en día, muchos países se encuentran al margen del comercio económico internacional.

 

No disponen de reservas económicas ni de las tecnologías costosas; y, por lo general, tampoco disponen del know­how para crear estructuras que ofrezcan a sus habitantes un estándar de vida satisfactorio.

 


Estándar de vida satisfactorio

Introducimos este nuevo concepto a sabiendas, con el objeto de poder definir el bienestar humano no sólo a través del poder adquisitivo.

 

En su último libro, Desarrollo y Libertad,20 el premio Nobel indio y profesor en Cambridge, Amartya Sen, señala:

"La perspectiva orientada al ingreso requiere necesariamente de un complemento que nos permita lograr una comprensión general del proceso de desarrollo."

Según el prestigioso economista, es imperioso ampliar el concepto de bienestar, para que también incluya factores como la seguridad social, la libertad individual y el derecho a la educación y a la salud.

 

En principio, esto significa, ni más ni menos, que es necesario convertir los derechos humanos elementales no sólo en el fundamento sino también en el objetivo de la actividad económica.

Si midiéramos el actual desarrollo del mercado mundial con esta vara, el resultado no sería demasiado halagüeño.

 

Todo lo contrario: las promesas de aquellos gurúes, según las cuales esta fase del comercio mundial sentaría las bases para el desarrollo, demostraron ser en gran medida un artilugio para cimentar la desigualdad social.

 


Explotación de trabajadores


Los ejemplos incluidos en los siguientes capítulos (etiquetas de las grandes marcas, industria alimenticia y del juguete) demuestran perfectamente qué cabe esperar de las empresas internacionales y sus "inversiones" en el Tercer Mundo.


20 - Amartya Sen: Desarrollo y libertad. Editorial Planeta, Barcelona, España 2000
 


Adidas, Chicco, Aldi y otras firmas obtienen buena parte de sus productos en países de mano de obra barata.

 

Visto desde una perspectiva positiva, esto podría significar que las corporaciones generan millones de puestos de trabajo, creando así las bases para el desarrollo y el bienestar en esas regiones.

 

Sin embargo, la realidad luce muy distinta: por lo general, la paga a los trabajadores de las fábricas y las plantaciones se asemeja al salario mínimo del país en cuestión o incluso es menor. Y, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países occidentales, este salario mínimo no refleja lo que un hombre necesita para vivir, alimentar a su familia, educar a sus hijos y garantizar una jubilación.

 

En numerosos países, el ingreso se define básicamente en función del gasto público que autorizan el Fondo Monetario y el Banco Mundial.

¿De dónde han sacado el Banco Mundial y el FMI tanto poder como para decidir por sobre Estados soberanos?

Los países en vías de desarrollo están altamente endeudados. Esto obedece a diversas causas. Muchos de los países fueron colonias europeas hasta bien entrado el siglo XX y fueron desangrados por sus respectivos dominadores.

 

La infraestructura estatal era prácticamente inexistente, muchos nativos quedaban al margen de la instrucción escolar. Cuando la etapa colonial llegó a su fin, alrededor de 1960, los nuevos gobiernos recibieron grandes créditos para la reconstrucción concedidos por el Banco Mundial. En la década del 70, los organismos financieros internacionales otorgaron más créditos a tasas de interés inicialmente muy bajas: a raíz del aumento en el precio del petróleo, tenían una enorme cantidad de petrodólares a disposición.

 

Gran parte de esos recursos fue destinada a proyectos que habían sido concebidos por asesores occidentales y que no tenían casi ninguna utilidad para los propios países. Y mucho dinero fue a parar al bolsillo de gobiernos corruptos.

 

En la década del 80 se reprogramaron las deudas: para poder pagar los intereses, hubo nuevos créditos del Banco Mundial. Pero en esta ocasión se impusieron condiciones diferentes, íntimamente ligadas a la visión política de Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

 

Surgieron entonces rigurosos programas de ajuste, cuyas principales víctimas resultaron ser las instituciones sociales y educativas.

En la actualidad, la mayoría de los países en desarrollo sigue destinando una gran parte de su presupuesto a los servicios de la deuda, pagando intereses a organismos financieros internacionales y bancos occidentales. El Banco Mundial y el FMI vigilan atentamente el proceso y deciden si inyectan o no más capitales. El que paga los recibe.

 

Recién en los últimos años se ha podido vislumbrar un cambio de perspectiva. Ahora, incluso en Washington, consideran que no es muy eficaz coartar de manera extrema las posibilidades de desarrollo porque, ante tal situación, los países deudores deben vender hasta lo que no tienen y se quedan sin recursos para financiar, por ejemplo, los sistemas de educación y de salud.

 

Pero seguramente pasará tiempo hasta que se produzca una verdadera reorientación en la política internacional respecto de la deuda; para ello, todavía deberemos ver muchas imágenes de niños hambrientos y a muchos movimientos antiglobalización manifestando por las calles del mundo.

 


Explotación de recursos

Las firmas occidentales no sólo explotan a millones de trabajadores, también ejercen un control absoluto sobre las riquezas naturales de numerosos países.

 

El mundo al revés: Angola, Brasil, Indonesia y Nigeria, al igual que la mayoría de los países en vías de desarrollo, poseen una reserva casi inagotable de tesoros naturales (petróleo, oro, diamantes, cobre, maderas nobles, café, cacao, bananas, etcétera)

 

En su calidad de "propietarios" de estos recursos, son objetivamente mucho más ricos que la mayoría de los países industrializados. Y, sin embargo, amplias capas de la población sufren hambre y no tienen acceso ni a los medicamentos ni a la educación.

La mayoría de los países en desarrollo carece de tecnologías y de recursos para extraer y comercializar sus riquezas. Por eso, en las actuales circunstancias, las inversiones en minería y agricultura llevadas a cabo por las corporaciones internacionales resultan lógicas y necesarias. Sería absurdo exigirles que lo hicieran sin obtener ganancia alguna.

 

Pero, si se observa con mayor detenimiento, son pocos los casos donde se producen acuerdos justos: presionados por los organismos financieros internacionales, los países muy endeudados establecen impuestos que son irrisorios, si se tienen en cuenta las escalofriantes ganancias generadas por la exportación. Asimismo, muchos gobiernos se lanzan a una competencia destructiva con el fin de captar inversores extranjeros.

 

A menudo se trata de dinero sucio, de sobornos obtenidos por las élites locales a cambio de condiciones ventajosas para las corporaciones internacionales.21

 

Debido a la falta de controles transparentes, suele ser más el dinero que desaparece en los canales de la corrupción que el que se queda en el país en forma de impuestos. Sin duda, la culpa de esto es de ambas partes, tanto de los gobiernos locales como de las empresas internacionales.

Pero el comercio de materias primas no sólo es injusto en lo que respecta al valor efectivo que éstas registran en el mercado internacional. La obtención de recursos y energía en los países pobres suele exhibir condiciones que serían inconcebibles para Europa Occidental.

 

Por ejemplo, a raíz de la construcción de grandes centrales eléctricas, millones de personas son expulsadas de sus hogares sin recibir un resarcimiento adecuado. En las minas de oro se utilizan sustancias tóxicas, que llevan a la destrucción total de ciertos habitats.

 

Algo similar sucede con la producción petrolera debido a la aplicación de tecnologías completamente obsoletas.

Peor aún: en las zonas de conflicto y en el caso de las dictaduras como Angola, Myanmar (ex Birmania), Congo y Sudán, existen afamadas marcas internacionales que, con su compra de materias primas, financian y sostienen el tráfico de armas, las guerras civiles, las insurrecciones y los feroces regímenes militares.

 

Esto atañe a algunos sectores de la industria del petróleo y del diamante, pero también a corporaciones multinacionales como Bayer.

 

La empresa alemana, que opera en el campo químico y farmacéutico, importa el valioso tántalo desde el Congo (ver capítulo "Industria electrónica").

 


El hombre, una materia prima

También hay empresas alimenticias que otorgan un consentimiento tácito, aceptando así que en las plantaciones de sus proveedores haya hombres, mujeres y niños explotados, intoxicados con productos químicos o sometidos incluso a la esclavitud.

 

Estas firmas declaran en forma grandilocuente la necesidad de prohibir el trabajo infantil e incluso efectúan con­ troles por medio de muestreos al azar.

 

Sin embargo, para buscar las causas de esta situación catastrófica hay que remitirse en definitiva a la demencial presión ejercida sobre los precios, presión que sufre el proveedor y que es desencadenada por las grandes corporaciones.

Gran parte del cacao que llega a Europa procede de Costa de Marfil.

 

21 - La organización Transparency International ofrece documentación sobre el alcance de esta corrupción y su distribución regional, http://www.transparency.org

 

Allí, según señala el profesor de sociología británico Kevin Bales, la mayoría de los dueños de plantaciones utiliza mano de obra esclava.22

 

Esto surge de la lógica empleada: la de un simple cálculo de costo­ beneficio. "Al igual que la economía mundial, la nueva esclavitud se aparta de las relaciones de propiedad y se concentra, en cambio, en el aprovechamiento y el control de los recursos", explica Bales. Una vez que la materia prima humana se gasta, simplemente se tira y se reemplaza por una nueva.

 

En Costa de Marfil, un niño de ocho años cuesta menos de 30 euros. Y, por lo general, bastan un par de años para que quede destruido.

Bales, autor de un libro sobre las formas modernas que adopta el tráfico de esclavos,23 opina entonces que,

"uno de cada tres mordiscos dados en el chocolate deja el sabor amargo de la esclavitud".

El director de la organización "Save the Children" de Malí - principal "exportador" de niños esclavos hacia Costa de Marfil - se expresa de manera igualmente drástica:

"El que bebe chocolate, bebe la sangre de esos niños".24

 


Esclavitud y trabajo forzado

La esclavitud existe desde los albores de la humanidad.

 

Pero no fue sino hasta la antigua Grecia que los esclavos se convirtieron en una mercancía. El auge se produjo entre los siglos XVI y XVIII, época en que los esclavos africanos eran embarcados hacia América del Norte y del Sur. A pesar de las convenciones internacionales sobre derechos humanos, la esclavitud de ningún modo se ha terminado.

Aún hoy, se estima que la cantidad de esclavos y trabajadores forzados asciende por lo menos a 27 millones de personas en todo el mundo. Algunas estimaciones hablan incluso de 100 millones.

 

Además de la concepción clásica, según la cual las personas son consideradas como una propiedad a partir del nacimiento, del rapto o de la compra, la modalidad más frecuente es el peonaje. Dentro de este esquema, la persona debe trabajar hasta cancelar una " deuda" real o ficticia sin recibir a cambio remuneración alguna, o recibiendo apenas un pago insignificante. Incluso, en ciertos casos, la supuesta deuda condena a la servidumbre a las generaciones venideras.

 

El ritmo de crecimiento más acelerado lo registra la denominada contract slavery, una forma de esclavitud basada en contratos de trabajo fraudulentos. Un caso especial lo constituye la esclavitud permitida desde el Estado, como la de Myanmar.

 

Allí hay miles de hombres, mujeres y niños esclavizados, trabajando, por ejemplo, en la construcción de un gasoducto. Socios comerciales: las corporaciones petroleras occidentales Unocal y Total. En África Occidental, durante los últimos años, alrededor de 200.000 niños fueron vendidos como esclavos para luego ser explotados en tareas domésticas, talleres y plantaciones.

 

Pero también en Europa florece el comercio con el hombre como mercancía.

 

Mike Dottridge, de la organización Anti­Slavery International, señala que,

"considerando solamente Europa Occidental, hay 500.000 mujeres que son víctimas del tráfico de blancas y se ven forzadas a ejercer la prostitución".25

(Información: http://www.antislaverv.org).

La industria farmacéutica también explota la "materia prima humana".

 

En su novela más reciente, El Jardinero Fiel,26 el escritor de best­sellers británico John Le Carré describe cómo los laboratorios internacionales llevan a cabo peligrosos ensayos clínicos y de qué forma los pacientes africanos son utilizados como conejillos de Indias. Pero estos pérfidos procedimientos no pertenecen a la ficción, incluso en Europa son una triste realidad: así lo demuestran nuestras investigaciones confidenciales en Hungría (ver capítulo "Medicamentos")

 

A fin de acelerar al máximo los ensayos con sus nuevos productos y lograr resultados favorables, los laboratorios occidentales recurren a países con imposiciones y controles no tan estrictos, donde destinan grandes sumas de dinero para los médicos.

 

En vista de las ganancias multimillonarias, la salud de los pacientes suele quedar relegada a un segundo plano.


22 - "Gute Geschäfte mit der Ware Mensch", Formal 17/2001
23 - Kevin Bales: Die neue Sklaverei. Kunstmann Verlag, Munich 2001
24 - "Blutiger Kakao", Der Spiegel 17/2001
25 - Entrevista con Klaus Werner, 6.12.2001
26 - John Le Carré: El jardinero fiel. Plaza & Janes, Barcelona 2001

 



Lucha contra la explotación

  • ¿Es ésta la forma de asegurar fuentes de trabajo en los países más pobres?

  • ¿De esto se vanaglorian las empresas?

  • ¿Acaso los niños esclavos, los que perciben salarios de hambre, los soldados de las guerras civiles y los conejillos de Indias deben agradecer a los patrones e inversores por su "contribución al desarrollo"?

  • ¿Qué tiene de raro que cada vez más gente se alce contra una globalización cuyo concepto de "inversión" se parece tanto al de "explotación"?

Ya es hora de obligar a las empresas a cumplir con sus obligaciones.

 

El cuidado de la imagen no es suficiente.

 

En la Ley Fundamental de Alemania, puede leerse:

"La propiedad obliga. Su uso debe servir al mismo tiempo al bien común."27

Bonitas palabras. Lo que urge es un cambio auténtico, serio, duradero y transparente. Las inversiones en los países pobres son vitales, pero deben estar controladas por organizaciones civiles independientes; de lo contrario, la ganancia obtenida a partir de la pobreza hundirá a estos países en una miseria cada vez mayor. Aquí los sindicatos también deben jugar un papel protagónico.

 

Pero el problema es que ahora, cuando se requiere con tanta urgencia la solidaridad a nivel internacional, la imagen sindical se ha deteriorado en la propia Europa, ya que muchos viejos burócratas se muestran reacios a implementar cambios en el mercado laboral (aun aquellos que resultarían oportunos) En lo que se refiere a las organizaciones eclesiásticas y no gubernamentales, ya existe un trabajo efectuado en conjunto con representantes sindicales occidentales y locales.

 

Su tarea intenta poner de manifiesto los escandalosos abusos que se registran en los sweatshops y plantaciones. Para obtener resultados tangibles, los activistas necesitan el apoyo decidido de sus respectivas organizaciones.

Es necesario obligar a las corporaciones a asumir responsabilidades. Las multinacionales disponen de un poder cada vez mayor. En muchos casos, sus ventas anuales superan el presupuesto total de los Estados.

 

A menudo tienen mayor margen de decisión que los países en donde operan.

"Frente a estas decisiones, los gobiernos nacionales a lo sumo son asesores", señala el sociólogo Ulrich Beck.

 

"Cuando una institución perteneciente al Estado nacional intenta limitar el margen de acción de una empresa, entonces ésta se radica en otro lugar. Por lo tanto, la cuestión ya no es si algo debe hacerse, sino simplemente dónde se hace."

La ligereza con la que numerosas empresas mudan sus establecimientos de producción de un lado a otro acarrea un nuevo problema, ya que dichos traslados suelen dejar un enorme número de desocupados a sus espaldas.

 

Ése es también el motivo por el cual nosotros, en la mayoría de los casos, nos pronunciamos en contra de los boicots.

 

No se trata de que las corporaciones retiren sus inversiones de los países más pobres; se trata de que utilicen su poder para garantizarles un estándar de vida digno a aquellos que son la fuente de sus ganancias.

 


¿Por qué las marcas?

También hay productos sin imagen publicitaria, de marca desconocida, que se fabrican en condiciones escandalosas.

 

De la pobreza, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos sacan provecho muchas empresas no tan importantes y ramas enteras de la industria que no están en contacto directo con los clientes.

 

27 - Ley Fundamental de la República Federal de Alemania, Derechos Fundamentales, Artículo 14
 


¿Por qué las críticas se concentran precisamente en las marcas más famosas?

Por un lado, hay razones puramente pragmáticas: las marcas basan su poder en una imagen que ha sido cuidada con inversiones publicitarias de muchos millones.

 

Ese es precisamente el flanco por donde se las puede atacar. Si las marcas se presentan a sí mismas como muy modernas, sociales, saludables, amantes de la sana competencia, de los niños, de lo multicultural, de la mujer, de la familia y del medio ambiente, es lícito juzgarlas de acuerdo con los parámetros que ellas se imponen.

 

Por ejemplo: Benetton, la multinacional italiana, creó una imagen de compromiso social mediante una provocativa serie de afiches con fotos de enfermos de sida, víctimas de guerra y recién nacidos. En 1998 pudo saberse que la ropa de esta empresa era fabricada en Turquía por niños de doce años.28

Pero las marcas, además de ofrecer un efectivo blanco de ataque a los consumidores críticos, determinan las tendencias en la economía mundial. A menudo, una misma trabajadora de Indonesia cose en forma sucesiva las etiquetas de Nike, de Reebok y de alguna firma desconocida en las correspondientes zapatillas.

 

Sin embargo, son las grandes corporaciones, con sus miles de establecimientos productivos, las que tienen el poder para decidir sobre las condiciones en que se desarrollan estos procesos. En definitiva, las empresas líderes - por lo general, las marcas conocidas - fijan los precios del mercado internacional.

 

Dentro del precio final establecido por las grandes marcas, los costos de producción suelen representar un porcentaje casi insignificante. Una inmensa parte de lo que pagan los consumidores se debe a la sugestión ejercida sobre ellos.

 

A mediados de la década del 90, solamente las empresas norteamericanas destinaban más de un billón de euros a la publicidad de sus productos.29
 



Los valores impuestos por las marcas versus la crisis de sentido

¿Por qué eso las hace tan exitosas? ¿Por qué las empresas no se ahorran (o no nos ahorran a nosotros) ese dinero y se limitan a vender sus productos sin fastidiar al mundo entero con su cargosa publicidad?

"Porque los mensajes publicitarios de las empresas, valiéndose de modernas técnicas de comunicación, han asumido el papel de quienes tradicionalmente creaban sentidos (las escuelas, las iglesias, las comunidades sociales y las instituciones culturales)", sostiene Jeremy Rifkin.

El economista y escritor norteamericano agrega:

"El comprar una marca transporta a los compradores hacia un mundo imaginario; tienen la sensación de que realmente comparten con otros los valores y significados creados por los diseñadores."30

De modo que Nike no comercia sólo con calzado deportivo, sino también con un sentimiento de wellness colectivo.

 

IBM no vende computadoras, sino "soluciones" (soluciones a los problemas)

"Nosotros no vendemos un producto", dice asimismo Renzo Rosso, el propietario de la empresa de jeans Diesel, "vendemos un estilo de vida. Creo que hemos creado un movimiento. El concepto Diesel es todo. Es la forma de vivir, la forma de vestirse, la forma de hacer algo."31


28 - "Abiti Benetton cuciti in Turchia da bimbi". Corriere della Sera, 12.10.98
29 - Jeremy Rifkin: Access. Das Verschwinden des Eigentums. Campus Verlag, Francfort/ Nueva York 2000, pág 230
30 - Ibidem, pág. 231
31 - Klein, No logo, capítulo 1
 


El hecho de que las zapatillas, los componentes de la computadora y los jeans se fabriquen pagando sueldos de hambre pasa a un segundo plano (al igual que el producto)

 

No obstante, tal como señala la periodista Naomi Klein en su libro No Logo, ya es posible percibir algunas "grietas y fisuras detrás de la fachada de esplendor" de las grandes marcas.32

 


Reconquistar el poder

Cada vez más gente busca desmantelar esta fachada de esplendor.

 

Internet, además de haber acelerado el ritmo del mercado mundial, constituye el arma más poderosa para ejercer la crítica hacia las corporaciones. Tanto por correo electrónico como en miles de páginas web, se organizan encuentros, se discuten estrategias y se pone a las firmas inescrupulosas en la picota.

 

Algunas organizaciones como la "Adbusters" (ver lista de links al final del capítulo) luchan contra la locura consumista ridiculizando conocidas campañas publicitarias. Otras entidades realizan investigaciones profesionales para detectar abusos concretos. Lo que quieren es más participación, más derechos laborales, estándares ambientales y sociales internacionales, más posibilidades de control y un comercio justo en todo sentido.

En un documento de debate, la Federación de la Industria Alemana lamenta la creciente influencia de las organizaciones no gubernamentales sobre la opinión pública:

"En virtud de su red internacional, las ONG están adelantadas en el campo de la acción y el conocimiento. Las organizaciones como Amnistía Internacional y WWF resultan creíbles para el gran público y generan un alto grado de confianza."33

Las corporaciones están alarmadas:

su enorme poder, alcanzado desde la caída de la Cortina de Hierro a expensas de las instituciones políticas, es sólo un éxito provisorio.

Surge un movimiento en la sociedad civil que se expresa también en Europa en voz cada vez más alta y con mayor furia. No exige el fin del mercado, exige tener en él una participación justa. En el largo plazo, esta exigencia ya no podrá acallarse, ni siquiera con inversiones millonarias para el cuidado de la imagen.

Así como el poder de los representantes políticos es un poder conferido por el pueblo, el poder de las empresas es otorgado por los consumidores. Con cada foto de niños esclavizados, con cada artículo sobre trabajadores explotados, con cada informe sobre pacientes maltratados o bellezas naturales destruidas, ese poder se va desmoronando.

 

Tal como dijo el muchacho de trece años del Bronx, el que arrojó sus viejas zapatillas frente a las puertas del local de Nike:

"Nosotros te hicimos. Y también podemos aniquilarte."

 

32 - Ibidem, "Introducción"
33 - "An alle Aktivisten: Zieht euch warm an", die tageszeitung, 13.1.2001

 


Links

Aquí se concentran las críticas a las corporaciones:

http://www.adbusters.org - Divertidas parodias a la publicidad de las grandes marcas

http://www.corpwatch.org - La madre del control a las corporaciones...

 

http://corporatewatch.org.uk - y su filial británica

http://www.corporations.org - Y aquí se dice cómo se hace: Curso de investigación

http://www.xs4all.nl/ceo - El "Corporate Europe Observatory"

http://www.essential.org - Informaciones esenciales para activistas potenciales

http://www.derechos.net/links - Listado de links de derechos humanos

http://www.antenna.nl/aseed - Por la solidaridad, el desarrollo, el medio ambiente... y contra las grandes empresas

http://www.mcspotlight.org - No sólo los opositores a McDonald's pululan por aquí

http://www.cleanclothes.org - Contra la explotación en la industria textil...

http://www.moles.org - ...así como en la industria minera y petrolera

http://www.kritischeaktionaere.de - Accionistas críticos de las corporaciones alemanas

 

http://www.transfair.org - La alternativa se llama Comercio justo




Las 100 potencias económicas más grandes del mundo

Según el Instituto de Estudios Políticos de Washington, dentro de las cien potencias económicas más grandes del mundo ya hay más empresas que Estados.34

 

 

34 - http://www.ips­dc.org/downloads/Top200.pdf
 

 

Entre los años 1983 y 1999, las ganancias de las 200 empresas más importantes del mundo se incrementaron en un 362,4%. Durante el mismo lapso, la cifra de empleados se elevó solamente en un 14,4%.

 

La participación de estas firmas en el PIB (producto interno bruto) mundial asciende hoy al 27,5%, mientras que su participación en el empleo sólo alcanza un 14,4%.

 



 

 

Las 60 marcas más valiosas del mundo

"Dentro de los bienes de consumo, muchos productos son intercambiables; lo que define si una mercadería se vende o si se queda a vivir en la góndola es el nombre de la marca", señala el asesor empresarial alemán Jürgen Kaeuffer.35

 

35 - "DaimlerChrysler besitzt die teuersten Marken in Deutschland", Financial Tiwes Deutschland, 12.10.2000

 

 

Tanto es así que el valor de una marca como Coca Cola puede representar hasta el 96% del valor total de la empresa. En este contexto, los criterios más importantes que se deben tener en cuenta son el grado de notoriedad y la imagen.

 

 

 

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SUPLICIOS DE TÁNTALO PARA LOS TELÉFONOS CELULARES
 

Hombres, mujeres y niños se desloman en las minas congoleñas para poder abastecer de un valioso metal a las compañías electrónicas occidentales y a la empresa Bayer.

 

Miles mueren por el coltan, que así contribuye a financiar la "Primera Guerra Mundial Africana".
CRÓNICA DE KLAUS WERNER
 

Faida Mugangu 1 mira absorta la pared gris de la habitación.

 

El doctor Ngabo se acerca a esta mujer raquítica para hablarle, le toca cuidadosamente la mano. No hay reacción. La mujer, de unos treinta años, abraza con fuerza - casi se diría que con demasiada fuerza - al bebé que está junto a ella, envuelto en una manta sobre la cama.

 

Según el parte médico proporcionado por Deogratias Ngabo, doctor del Hospital "Caridad Maternal" en la ciudad congoleña de Goma, Faida Mugangu tiene gastritis. Una vez que abandonamos la habitación, el propio doctor Ngabo nos cuenta qué es lo que le pasa realmente a su paciente: hace un par de semanas perdió a casi toda su familia.

 

A las cuatro de la madrugada, debió ver cómo unos soldados fusilaban a su esposo y mataban a machetazos a tres de sus hijos.

 

Protegida por la oscuridad, ella pudo escapar con el más pequeño hacia los platanares. Al día siguiente, Faida Mugangu sepultó el cadáver de su esposo y los cuerpos despedazados de sus dos hijas y del primogénito, enterrándolos con sus propias manos en el blando suelo volcánico.

 

Después de eso, no pudo comer nada, nadie sabe bien por cuánto tiempo: una, dos, tres semanas...

 

Un día apareció allí, frente al portón de hierro del hospital diocesano, con el bebé a cuestas acurrucado en un manto, destruida en cuerpo y alma. Desde aquel momento no pronuncio una sola palabra más.

"Nadie sabe quiénes son los asesinos", dice el doctor Ngabo, a quien Faida por entonces le confió su historia.

Aquí, en la región de Kivu, al este de la República Democrática del Congo, en realidad el asesino podría ser cualquiera.

 

Ya nadie sabe a ciencia cierta quién está de qué lado. Al amparo de los bosques y a la sombra de los grandes frentes, torturan, matan, violan y saquean las milicias, los bandoleros y los grupos étnicos contrapuestos, pero también lo hacen los propios ejércitos de las principales facciones.

Esta tierra está siendo asolada desde agosto de 1998 por la "Primera Guerra Mundial Africana", una guerra que es casi desconocida en Europa y que parece no quitarle el sueño a nadie. África está muy lejos, y los africanos tienen la costumbre de morir antes de tiempo.

 

Hasta el momento, considerando únicamente la región dominada por los rebeldes, en la parte oriental del país, la guerra se ha cobrado 2,5 millones de vidas.2

 

Se estima que un tercio de las víctimas eran niños. En la región de Kalemie, según Médicos Sin Fronteras, tres de cada cuatro niños mueren antes de alcanzar su segundo año de vida.

 

A esto se le suman más de 2 millones de desplazados y 16 millones de personas que padecen hambre y enfermedades.

 

1 - Nombre cambiado
2 - "Preliminary Findings Indicate Some Two and a Half Million Deaths in Eastern Congo Conflict", comunicado de prensa del International Rescue Committee, 30.4.2001
 


Claude Jibidar, quien dirige la organización de ayuda humanitaria World Food Program en la ciudad de Bukavu, al este del país, explica que ya hay más adultos desnutridos que niños desnutridos.

"¿Por qué? Lisa y llanamente, porque los niños están muertos."3

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas habla de,

"una de las peores crisis humanitarias del planeta".4



Crueldades inimaginables

Un informe reciente del secretario general de la ONU, Kofi Annan, revela que los asesinatos en masa, las ejecuciones extrajudiciales y las detenciones ilegales son moneda corriente en el Congo.5

 

A modo de ejemplo, se describe una masacre de más de doscientas personas:

"La mayoría de las víctimas eran civiles, entre ellos, mujeres y niños. A algunos los asesinaron a machetazos, a otros los decapitaron. Los cuerpos fueron arrojados a las letrinas públicas."

Las mujeres son las más afectadas:

"Ellas se ven sometidas a todas las vejaciones imaginables de la guerra. Los soldados las acosan, las humillan y las violan, a veces ante los ojos de sus esposos o hijos."

Por eso corren un "enorme riesgo de contagiarse el VIH/sida".6

En el Congo han apostado sus tropas siete naciones africanas. El ejército del gobierno es apoyado por tres Estados vecinos: Zimbabwe, Angola y Namibia. En cambio, las regiones norte y este están ocupadas por dos grandes movimientos rebeldes y por decenas de miles de soldados provenientes de dos países limítrofes orientales: Ruanda y Uganda.

Pero en la guerra hay otras facciones: desde hace un largo tiempo, las corporaciones industriales occidentales explotan salvajemente las materias primas de este coloso centroafricano y no dudan en financiar a los rebeldes y a los ejércitos. Incluso a veces trabajan codo a codo con ellos.

 

Porque es mucho el dinero que está en juego.

Por absurdo que suene, el Congo es uno de los países más ricos de la Tierra. Allí se puede encontrar oro, plata, diamantes, petróleo, cobre, cobalto, estaño y otras preciadas riquezas del subsuelo.

 

El principal frente bélico tiene lugar - no por casualidad - a lo largo de las grandes minas.

 


Guerra por las riquezas del subsuelo

"El conflicto del Congo gira básicamente en torno al control y al comercio de los recursos minerales."

Esa es la conclusión central de un informe de la ONU sobre la "explotación ilegal de los recursos naturales de la República Democrática del Congo".

 

Este documento, publicado el 16 de abril de 2001 en Nueva York7, hace referencia a un saqueo sistemático de las riquezas del subsuelo, sobre todo en la región oriental, controlada por los rebeldes.


3 - Ibidem
4 - Bulletin hebdomadaire d'ínformation 48 pour I'Afrique Céntrale et de l'Est. UN OCHA Integrated Regional Information Network for Central and Eastern África (IRIN­CEA), 1.12.2000
5 - Sixth report of the Secretary­General on the United Nations Organization Mission in the Democratic Republic of the Congo, 12.2.2001
6 - UN Security Council Report SC/6962, 28.11.2000
7 - Report of the Panel of Experts on the Illegal Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of the Democratic Republic of the Congo, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 12.4.2001, ver http://www.un.org/Docs/sc/letters/2001/357e.pdf

 


Ruanda y Uganda,

"les han proporcionado a los cárteles criminales una oportunidad única para que hagan negocios en esta zona tan delicada", señala el informe.

Y agrega que esos cárteles delictivos tienen conexiones en todo el mundo y representan un grave problema de seguridad para la región.

El hecho de que haya guerras por las riquezas del subsuelo no tiene nada de nuevo. En África el tema suelen ser los diamantes, que se han hecho conocidos como "diamantes de sangre" o "diamantes de conflicto".

 

Con su venta, por ejemplo, los líderes rebeldes de Angola y Sierra Leona financian sus "revoluciones", sirviéndose de una red mañosa internacional compuesta por traficantes de armas, de drogas y de materias primas. En junio de 1998, el Consejo de Seguridad de la ONU estableció por primera vez una prohibición para trabar la venta de los "diamantes de sangre" provenientes de Angola, en donde Joñas Savimbi y sus rebeldes de UNITA llevan adelante una feroz guerra civil.

 

A esto le siguió un embargo contra Sierra Leona en el año 2000.

 

En dicho país, Foday Sankoh (Frente Revolucionario Unido, RUF) no sólo ha adquirido mala reputación por la utilización de niños soldados, sino especialmente por su "marca registrada": amputar el brazo a los opositores sin ningún miramiento.

 

De acuerdo con estimaciones, el comercio de diamantes le aporta ingresos anuales por valor de 120 millones de dólares estadounidenses. A pesar del embargo de la ONU, los "diamantes de sangre" dan un rodeo y continúan desembarcando en las grandes tiendas internacionales de Amberes, Ginebra, Nueva York y Tel Aviv.

 

La empresa sudafricana De Beers, líder mundial en el comercio de diamantes, antes realizaba sus compras en Angola, pero ahora asegura que sólo ofrece mercadería "limpia".

 

Verificarlo es prácticamente imposible.

 


El valioso tántalo como causa de guerra

También en el Congo el tema son los diamantes.

 

Por supuesto que además lo son el oro, el cobre y el cobalto. Sin embargo, estos metales han quedado un poco relegados debido a la baja en el mercado internacional, y un elemento que hasta el momento era relativamente desconocido se convirtió en el centro de las disputas:

el tántalo, un metal con un punto de ebullición sumamente alto y una elevada densidad, es ahora una de las materias primas más codiciadas en el mundo entero.

 

Se emplea sobre todo en condensadores electrolíticos, como los de los teléfonos celulares y las computadoras Pentium. También se utiliza, aunque en menor escala, para fabricar armas y equipos médicos.

Los precios internacionales se han disparado de manera exorbitante no sólo por el boom de los teléfonos celulares y el constante desarrollo del mercado de la computación, sino también por la aplicación en productos tales como Playstation de Sony o Gameboy de Nintendo.

 

Entre febrero de 2000 y enero de 2001, la cotización del kilo de tántalo en la Bolsa de Metales de Londres ascendió de 180 a 950 euros (es decir, a más del quíntuple)
 

Tántalo
El tántalo es un elemento metálico raro que se identifica con el símbolo químico Ta.

 

En la naturaleza, aparece principalmente como pentóxido de tántalo (tantalita, Ta2O5) junto con el niobio (columbita, Nb2O6) Las mayores reservas se encuentran en Australia, Brasil, Canadá y África (sobre todo en la República Democrática del Congo, ex Zaire)

 

En otras regiones, por ejemplo en Malasia y Nigeria, el tántalo también se encuentra como producto residual en las escorias de estaño.

En el Congo, la combinación columbita­tantalita es denominada en forma abreviada como coltan. El coltan se extrae, a mano o bien utilizando herramientas rudimentarias, a partir de sedimentos aluviales y eluviales (fluviales y erosivos) Su aspecto se asemeja a la de una grava o arena sucia y grisácea.

 

El tántalo es muy duro, tiene una alta densidad y es sumamente resistente al calor, a la oxidación y a los ácidos.

 

De ahí que se adapte mejor que cualquier otro metal a las superaleaciones empleadas para equipos quirúrgicos, armas de alta tecnología, reactores nucleares, lentes de cámaras fotográficas y aparatos de visión nocturna.

De todos modos, la mayor parte de la producción mundial se utiliza para fabricar condensadores electrónicos (diminutos aparatos que almacenan carga eléctrica), con lo cual termina siendo destinada a teléfonos celulares, computadoras, consolas de videojuegos e incluso detectores de humo y automóviles.
Información: http://www.tanb.org

El tántalo fue descubierto en 1802 por un químico sueco llamado Eckberg.

 

El científico cayó casi en la desesperación al ver que resultaba tan complicado investigar este metal resistente a los ácidos. Por eso le dio a su descubrimiento el nombre del dios griego Tántalo, que está condenado a sufrir eternamente en el submundo. Un nombre muy acertado.

Aproximadamente una quinta parte de la producción mundial procede del Congo, donde el tántalo se obtiene a partir de un mineral llamado coltan. Al este del país, es decir, en medio de la zona del conflicto, es la materia prima más codiciada y disputada. Militares y rebeldes de todas las facciones combaten para lograr la supremacía en la región de las minas.

 

Las excavaciones las realiza la población civil - incluso muchos niños - simplemente con las manos y con unas herramientas de lo más rudimentarias; luego el metal desemboca en el mercado mundial a través de dudosos canales; es transportado en aviones Antonov, de fabricación rusa, que a su regreso traen armas para los rebeldes.

"Allí radica el círculo vicioso de la guerra", dice el informe de la ONU al analizar el saqueo ilegal de las materias primas.

 

"El coltan le permite al ejército ruandés justificar su permanencia en el Congo. El ejército protege a las empresas y a los individuos que extraen el mineral. Éstos reparten sus ganancias con el ejército, que vuelve a crear las condiciones para que la explotación continúe."

Pero ¿cuáles son las empresas que lucran con esta explotación?

 


Bayer, el fabricante de la aspirina, en el papel protagónico

Nadie intentó indagar en aquel momento, en diciembre de 2000, cuando parecía que Manfred Schneider, presidente del Consejo de Dirección de Bayer, había hallado la piedra filosofal:

con el tántalo, utilizado en la telefonía celular, la compañía obtenía tasas de crecimiento que no le iban en zaga a la Nueva Economía.

"Gracias a él, obtenemos grandes ganancias en forma sostenida, algo que, seguramente, no todas las empresas de la Nueva Economía están en condiciones de afirmar", le confió a la revista Der Spiegel.8

Schneider sabe de qué está hablando: su empresa es líder en el mercado mundial en lo referente al tántalo.

 

Según los conocedores del rubro, H.C. Starck (una subsidiaria de Bayer con ventas por 665 millones de euros,9 sede en la ciudad alemana de Goslar y sucursales en EE.UU., Tailandia y Japón) elabora más de la mitad de la producción mundial y le suministra este metal noble a la industria electrónica.

"En todo equipo electrónico hay condensadores de tántalo", se entusiasma Manfred Bütefisch, vocero de H. C. Starck. "Para los primeros Pentium se necesitaban apenas cincuenta de estas piezas, ahora ya hacen falta entre doscientas y trescientas."10
 

8 - "Etappensieg für den Abenteurer", Der Spiegel 52/2000
9 - Entre los años 1999 y 2000, las ventas se elevaron de 435 a 665 millones de euros. La página web de la empresa señala que "esta alentadora expansión en las ventas puede atribuirse básicamente a la coyuntura favorable en el campo de las telecomunicaciones, pero también al tipo de cambio exhibido por el dólar estadounidense y el yen". (http://www.hcstarck.de)

 


Manfred Bütefisch agrega que este hecho, sumado a las impresionantes tasas de crecimiento que se dieron en el mercado de la telefonía celular, determinó un aumento descomunal en el precio de la materia prima del tántalo.

 


La empresa oculta el origen

Lo que el vocero de la empresa no quiere decir es de dónde viene el tántalo.

"Son minerales que pueden extraerse en distintos continentes." ¿En cuáles? "Lo siento, pero no puedo darle información acerca de eso." ¿Por qué no? "Son datos internos."

En noviembre de 2000, el periódico berlinés die tageszeitung (taz) estableció por primera vez una relación entre la empresa y el Congo, aunque sin llegar a afirmar en forma explícita que H.C. Starck adquiriera sus materias primas en la zona de guerra.

 

El autor de la nota simplemente confirmó que el tántalo se extraía de la región congoleña ocupada por los rebeldes y que la poderosa filial de Bayer estaba involucrada en su procesamiento.11

 

Bütefisch dixit "En sí, ambas cosas son ciertas."

 

Un par de semanas más tarde, el taz consignó que con la exportación de coltan se financiaba, a través de una red comercial mañosa, a las facciones enfrentadas en el conflicto bélico.12
 

 

10 - Entrevista con Klaus Werner, 30.1.2001
11 - Dominic Johnson: "Ein Minister will sich bilden", die tageszeihtng, 21.11.2000
12 - Dominic Johnson: "Erzfeinde im Coltan­Rausch", die tngeszeitung, 22.12.2000

 


Acto seguido, intenté que Manfred Bütefisch me respondiera si su empresa estaba involucrada en el financiamiento de la guerra del Congo.13 Su respuesta:

"Todos los que tienen yacimientos de materias primas en países en desarrollo deben lidiar con ese tipo de acusaciones. Nosotros ya estamos acostumbrados, por eso no decimos nada al respecto."

¿Por qué no aclaró simplemente que la empresa no lo obtenía desde el Congo?

"Si entro en esa discusión, me pongo yo mismo en el centro de la escena. Y no queremos eso, no lo necesitamos."

¿Qué significaba eso, que no descartaba que el metal proviniera del Congo?

"No diré ni una cosa ni la otra."14



¿El tántalo no viene del Congo?

Buscaba una prueba.

 

Lo que más me irritaba era que todos los expertos en materias primas afirmaban que prácticamente no se exportaba tántalo desde la región comprendida por el Congo y Ruanda.

"Puede ser que allí se produzcan un par de kilos - tal vez cien kilogramos - de tantalita, pero no más que eso", me informó Manfred Dahlheimer, del Instituto Alemán de Ciencias Geológicas y Materias Primas.15

El propio Larry Cunningham, quien forma parte del instituto norteamericano de investigación US Geological Survey y aparentemente es considerado como el mayor especialista mundial en tántalo, se lamentó:

"No hay datos del Congo." Agregando luego: "Pero todo es posible."16

 

13 - Otro que quiso conocer más detalles sobre la procedencia del misterioso material fue Philipp Mimkes, de la Coordinación contra los Peligros de Bayer. Pero el representante de esta organización (que observa con una mirada crítica a la empresa debido a su pasado nazi y a la fabricación de productos químicos sumamente peligrosos) tampoco obtuvo respuesta "por razones ligadas a la competencia". Lo único que le hicieron saber es "que las principales fuentes de materia prima del tántalo no se encuentran en África".

(Fax enviado por H. C. Starck a la Coordinación contra los Peligros de Bayer, 5.12.2000)
14 - Entrevista con Klaus Werner, 30.1.2001
15 - Entrevista con Klaus Werner, 23.1.2001
16 - Entrevista con Klaus Werner, 31.1.2001. Lo último que registró su instituto fue una tonelada de tantalita en 1994 (una cantidad mínima, si se la compara de manera global). Luego, nada más. En la tabla relativa a Ruanda - esta tabla es relevante, dado que los ruandeses, como fuerza de ocupación en el Congo oriental, son los propios beneficiarios - aparecen unas 25 toneladas anuales, cifra que tampoco resulta demasiado significativa. Fuentes: US Geological Survey: The Mineral Industry of Congo (Kinshasa), The Mineral Industry of Rwanda



Sin embargo, un periodista congoleño me había contado que mes a mes se exportaban desde su país 200 toneladas del mineral, lo cual equivale casi a la quinta parte de la producción mundial.17

 

Judy Wickens, perteneciente al Tantalum­Niobium International Study Center (una representación de los intereses sectoriales de la industria), también había oído rumores que hablaban de estas cifras, pero no quiso ahondar en el asunto.

"Los datos comerciales de nuestros miembros (nota: entre ellos se cuenta, por ejemplo, H. C. Starck) debemos manejarlos en forma confidencial. Y otros datos no tenemos."18

Además, Wickens me advirtió que de todos modos es difícil comprender a fondo los circuitos comerciales. Porque generalmente se desarrollan a través de intermediarios.

 

Y porque lo que figura en los expedientes de la Aduana...

"¿acaso cree usted que eso se hace en forma honesta y como es debido?"



Averiguaciones secretas

Al parecer, el comercio con el Congo estaría floreciendo bajo el más absoluto encubrimiento.

 

Para conocer mayores detalles, decidí entrar personalmente en el negocio a modo de intermediario. Por supuesto, no quería comerciar realmente con el tántalo, sino investigar en secreto. En Internet encontré algunos indicios: allí hay bolsas de comercio virtuales, en las cuales individuos y empresas se abren camino para sus operaciones internacionales.19

 

El espectro abarca desde café hasta peces dorados, pasando por riquezas del subsuelo.

También existe una demanda ¡urgente! de tántalo. Muchos de los traficantes de materias primas tienen su sede en Alemania. En el Registro Comercial sólo aparecen unos pocos. Algunos tienen denominaciones que no remiten al tráfico de las valiosas riquezas naturales. Por ejemplo, la firma Equatorial Safaris de Tanzania, que oficialmente organiza campings en el Parque Nacional Serengeti,20 pero que - según la bolsa de intercambio de Internet - tiene "140 toneladas de tantalita" en stock.

 

O la BTHS Handels­ und Seafood GmbH de Hamburgo, que compra,

"15­20 toneladas de tantalita del Congo y de Ruanda" y que está constantemente a la búsqueda de "cantidades adicionales debido a la inestable situación política en la región".21

Un caballero o una dama de nombre Surojeet Banerjee, a través de la dirección surojeetjp@hotmail.com, también busca "tantalita para Alemania. Posibilidad de relación a largo plazo."22


17 - En la actualidad, la producción anual mundial se estima en 2.500 toneladas de pentóxido de tántalo (Ta2O5). La tantalita proveniente del Congo (coltan) tiene en promedio un grado de pureza del 20%, es decir que con 200 toneladas mensuales de coltan se obtienen más o menos 480 toneladas de Ta2O5 al año. Ni siquiera desde Australia (país que según cifras oficiales es, por amplio margen, el mayor productor) se exporta una cantidad superior.
18 - Entrevista con Klaus Werner, 31.1.2001
19 - Por ejemplo: http://www.cbn.co.za, http://www.goldseek.com, http://tradezone.com o http://www.emb.com
20 - Ver http://www.equatorialsafaris.co.tz
21 - http://www.cbn.co.za/tradeenquiries/trd evapora ting tantalite.htm
22 - http://www.emb.com/bbs/messages/386.html
 


Sonaba tentador. Pero para ingresar al negocio, yo necesitaba una nueva identidad.

 

Eso no era problema: Internet brinda identidades sin exigir documentos, ya que en el mundo virtual la dirección de correo electrónico rige tanto para el nombre como para el domicilio. Perfectamente uno puede enviar y recibir cartas o documentos como george.bush@gmx.net o como juan.pablo.II@hotmail.com, siempre y cuando la idea no se le haya ocurrido antes a otro.23

A los cinco minutos ya era un hombre nuevo.

Nombre: Robert Mbaye Leman.

Lugar de residencia: Arusha, Tanzania.

Ocupación: Comerciante de materias primas.

Señas particulares: Buenas relaciones con el escenario de los rebeldes en el Congo.

Encargo: Vender 40 toneladas del más fino coltan congoleño a Alemania.

La noche del 31 de enero de 2001 envié mi oferta al ancho mundo, a una docena de intermediarios.

 

Pedía 10.000 dólares estadounidenses por cada tonelada de materia prima. Con esa cifra, me situaba muy por debajo del precio internacional (demasiado, en realidad) Pero lo importante era que ese precio inigualable llamara la atención.

Habían transcurrido apenas dieciséis minutos desde mi clic en "Enviar", cuando llegó la primera respuesta. Un tal Rashid Remtula quería saber cuál era la proporción de tántalo, niobio, uranio y torio en el mineral ofertado. Buena pregunta.

 

Honestamente, no tenía ni idea de qué responder, y decidí que a partir de ese momento me desdoblaría. Es decir, yo mismo publiqué de inmediato un aviso solicitando tántalo de manera urgente. Sería un curso intensivo de mineralogía. Si quería evitar el fracaso, debía familiarizarme rápidamente con la terminología más usual.

 

Al cabo de unas pocas horas recibí una oferta de la firma Vitalpharm, de la cual se inferían los datos más importantes. Ahora sí que estaba preparado.

Unas horas después de mi primer e­mail, me llegó el pedido que estaba esperando: el de Surojeet Banerjee, el que buscaba "tantalita para Alemania" en una "relación a largo plazo". También él o ella exigía información más detallada sobre la calidad del material. Además, Banerjee reclamaba para sí una comisión del 2% como condición para cerrar el trato. En tal caso, el material podría ser embarcado hacia Amsterdam.

En el transcurso de dos días, se presentaron ante mí - o sea, ante Robert Mbaye Leman - otros seis traficantes, todos interesados en comprar el coltan.

 

Entre ellos, el organizador de safaris de Tanzania, la firma austríaca Treibacher (que también procesa el tántalo) y BTHS Handels­ und Seafood GmbH, la empresa pesquera de Hamburgo.

 

Esta última reconoció dos meses más tarde, en una entrevista con el periódico taz, que compraba tántalo congoleño a través de Uganda y que lo comercializaba en Alemania:

"Los precios son increíbles."24

 

23 - Las casillas de correo electrónico pueden obtenerse gratuitamente en http://www.gmx.net, en www.hotmail.com, etc.
24 - "Deutsches Geld für Kongos Krieg", die tageszeitung, 4.4.2001

 

 


Bayer quiere comprar coltan del Congo

Estimulado por la fuerte repercusión, el 1º de febrero de 2001 envié mi oferta inmoral a los departamentos de compra de H.C. Starck en Alemania, Japón, EE.UU. y Tailandia.

 

En inglés, pedí que me informaran si a la empresa Bayer le interesaba adquirir coltan procedente de la zona congoleña bajo dominio rebelde:

"Puedo ofrecerles una buena cantidad (aproximadamente 40 toneladas) de tantalita, que tengo actualmente en depósito en Bukavu (República Democrática del Congo)

Si el negocio se desarrolla con la máxima rapidez, puedo venderla a un precio muy ventajoso. Atentamente, Robert Mbaye Leman, Arusha, Tanzania."

Esa misma noche recibí una respuesta.

 

Jürgen Bonjer, comprador de la empresa Bayer en Tailandia, escribió:

"Estimado Señor Leman: En general, estamos interesados en comprar todo tipo de materias primas del tántalo.

 

Por favor, háganos llegar los análisis, una muestra representativa de las 40 toneladas y su precio tentativo. No bien tengamos esta información, le enviaremos de inmediato nuestra respuesta.

 

Atentamente, Dr. Bonjer."

Envié inmediatamente los datos solicitados. Justifiqué el precio tan bajo aludiendo a la "peculiar situación política de la región". A partir de allí no recibí ninguna otra respuesta.

 

¿Era demasiado bajo el precio? ¿Acaso el Dr. Bonjer había olido algo raro? ¿O simplemente se había acobardado y había decidido dar marcha atrás en el negocio sucio?

 


Bayer también compra a través de intermediarios

Para averiguar si los intermediarios vendían su coltan a la empresa Bayer, les pedí los nombres de sus clientes.

 

Dije que de ese modo podría evaluar la confiabilidad financiera de mis compradores.

 

Un tal Dr. Bronsart, de Bvs Ltd. Germany, respondió con un ingenioso juego de palabras que sólo puede comprenderse mediante el texto original en inglés:

"We nave no problem proving seriousity and financial capabilities of the contracting BUYER which is a subsidiary of one of the largest chemistry concerns in the world."

En español:

No hay problema: El que figura como COMPRADOR (BUYER, pronuncíese: BAYER) en nuestro contrato es la subsidiaria de una de las mayores compañías químicas del mundo.

En otro mail, Bronsart fue más explícito:

"El comprador es H. C. Starck, de Alemania, cuyo departamento de compra de materias primas tiene su sede central en Goslar."

Además, me hizo notar que a la empresa le resultaba sospechosa una oferta tan barata:

"Hay algo que huele mal."

Decidí pasar a la ofensiva.

 

Le conté a Bronsart de manera confidencial que mi socio en el Congo era Somigl, una firma que desde noviembre de 2000 tenía el monopolio en la exportación de coltan.

"Todos los meses, Somigl cede una determinada cantidad de mineral a comerciantes como yo, que, a su vez, la ayudan a efectuar ciertos negocios internacionales.

 

Como usted sabe, la región es políticamente inestable, y siempre se necesitan negocios de importación­exportación que puedan desarrollarse a través de canales no oficiales.

 

Tenga en cuenta que esto es África y que aquí la manera de hacer negocios es un poco distinta de la europea."



Enemigos mortales transformados en socios comerciales

La mencionada firma Somigl (Sociedad Minera de los Grandes Lagos) efectivamente existe.

 

Fue fundada por el grupo rebelde más importante, la Agrupación Congoleña por la Democracia (RCD) El objetivo de este movimiento, que cuenta con el apoyo de Ruanda, era monopolizar el comercio de coltan y asegurarse así cada mes un millón de dólares estadounidenses provenientes de ingresos fiscales.

 

El RCD puso al frente del negocio a una mujer tristemente célebre en toda la región: Madame Aziza Gulamali­Kulsum, quien controla ya desde hace años buena parte del comercio con el preciado mineral.

 

A esta dama se le atribuye un papel central dentro del tráfico de armas desarrollado entre las distintas facciones que intervienen en la guerra. Por ejemplo, durante años constituyó la principal fuente de apoyo financiero de los rebeldes hutus en Burundi, que en la actualidad operan desde la vecina República Democrática del Congo.

 

Conforme a lo señalado por un instituto de investigación congoleño, Madame Gulamali es,

"uno de los principales miembros de una red dedicada al tráfico de armas", en una región donde ella ha construido "una gigantesca organización para el contrabando (cigarrillos, oro, marfil, armas, etc.)"25.

Se dice que Madame Gulamali mantiene excelentes relaciones no sólo con los rebeldes, sino también con sus adversarios.

 

De este modo, los bandos opuestos combaten militarmente en los distintos frentes de esta horrorosa guerra y, al mismo tiempo, mantienen relaciones comerciales a través de una estructura de tipo mañoso.

Según un informe de la ONU, Madame Gulamali no sólo controla el tráfico de coltan, sino que además es conocida por falsificar billetes y declaraciones aduaneras,

"sobre todo para los productos que ella exporta".

Hace poco, al ser confrontada con declaraciones de aduana falsas (en donde el coltan aparecía como mineral de estaño), ella respondió:

"En este negocio, eso lo hacen prácticamente todos."26

 


Ciertos negocios

El Dr. Bronsart, de la Bvs Ltd. Germany, no se dejó amedrentar por mi alusión a "ciertos negocios con la firma Somigl".

 

Por el contrario, manifestó su agradecimiento y me aseguró que "la confidencialidad es uno de nuestros principios". Dijo que había conversado con el cliente, Bayer, que seguía estando sumamente interesado en el negocio. Lo único que continuaba generándole dudas a la compañía era el "asombroso precio".

 

En un mensaje enviado el 6 de febrero de 2001, Bronsart me informó:

"El jefe del Departamento de Materias Primas está muy interesado en comprar el material que usted ofrece, sobre todo con miras a entregas regulares en el futuro, y también está conforme con las condiciones de entrega propuestas; sin embargo, aún quiere aclarar determinadas cuestiones."

De todas maneras, luego me tranquilizó:

"Considere a H. C. Starck como un socio fuerte y confiable."

Para aclarar una vez más la cuestión del precio - en realidad, lo que yo había pedido era demasiado poco, y estaba contrariado porque eso podía echar a perder el negocio - intenté hacerle creer a mi cliente que la cantidad que le había ofrecido podía venderla a ese precio únicamente en forma clandestina y que además requería divisas con urgencia para "ciertos negocios internacionales".

 

El argumento era débil. Pero no se me ocurrió nada mejor.

 

Así y todo, Bronsart respondió:

"Muchas gracias. Eso fue de gran ayuda."

Entonces me envalentoné y solicité una carta de intención oficial por parte de Bayer, con firma y membrete. Pero evidentemente había ido demasiado lejos. El 7 de febrero, sin ofrecer mayores explicaciones, el Dr. Bronsart me escribió que Bayer ya no estaba interesada en el trato:

"El inconveniente radica en el precio que usted mencionó."

 


Suficientemente buena para los rebeldes

Entretanto había vuelto a dar señales mi "relación a largo plazo".

 

Surojeet Banerjee me pedía que me pusiera directamente en contacto con el cliente. Por cierto, se trataba otra vez de un intermediario: la Born International Sourcing Service, con sede en Alemania.

 

Quien hace las veces de gerente en esa firma es el comerciante de materias primas Ralf Born.


25 - Pierre Lumbi, Observatoire Gouvernance­Transparence (OGT): "Guerre en Rdc: ses enjeux économiques, intéréts et acteurs", abril de 2000
26 - Report of the Panel of Experts on the Illegal Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of the Democratic Republic of the Congo, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 12.4.2001
 


También a él le expliqué que el precio tan bajo del coltan se debía a un trato especial con la firma Somigl. Y que para concretar la operación, yo precisaba una autorización especial de los rebeldes, con quienes tenía muy buenos contactos.

 

Asimismo le dije que necesitaría el nombre y la dirección del potencial cliente final.

"Nuestras fábricas contratistas constituyen dos de los mayores procesadores", fue la vaga respuesta de Born.

A todo esto, demostró ser un conocedor del rubro. Sin que yo le mencionara el nombre de la directora de Somigl, Aziza Gulamali­Kulsum, él escribió:

"Podemos entregar una garantía de un banco alemán, lo cual debería bastarle. Al menos a Aziza Kulsum le basta. Quiero que sepa que nosotros conocemos a fondo la bizarra situación que se vivió y se vive actualmente en el Congo, donde los enemigos de guerra son, al mismo tiempo, socios comerciales."

No podría haberlo expresado mejor. ¿Acaso Born ya había comerciado con Madame Gulamali?

Solicité una vez más los nombres de sus clientes. En lugar de eso, Born me envió un proyecto de contrato y me contraofertó un ventajoso negocio con maquinarias para minería, adjuntando una detallada lista con los precios de los equipos que yo podría ofrecerle a Somigl.27

 

Tras dos docenas de mensajes llenos de insinuaciones, pasé a la ofensiva y le pregunté a Born si estaba dispuesto a efectuar entregas directas a H. C. Starck, considerando que ése era justamente el socio ideal de los jefes de las regiones bajo dominio rebelde.

 

Born se mostró sorprendido y me hizo saber que,

"la política de compras empleada por firmas como Starck podría representar un problema, ya que para la prensa alemana la imagen de Somigl no es demasiado feliz".

Advertía, sin embargo, que si me molestaba un poco y leía entre líneas, vería que él ya había mencionado como cliente a un emplazamiento de la empresa en Asia:

"Estimado Señor Leman: Ése es Starck."

Finalmente, el 8 de febrero, Ralf Born me informó que durante una charla telefónica el cliente le había manifestado su interés en comprar el material.

"Como siempre", agregó.

Dos meses después, Ralf Born se presentó frente al die tageszeitung como un inocente corderito.

 

El periódico reproduce declaraciones en las que el traficante de materias primas afirma no haber comprado coltan en el Congo.

"Me da dolor de estómago. Es sencillamente un gobierno de rebeldes. Es un horror, el país se está desangrando."28

Hasta el momento, de mi "relación a largo plazo" con Born el taz no sabía nada.

El 9 de febrero suspendí todos los contactos con los clientes:

"A raíz de unos problemas que se han presentado, debo partir urgentemente hacia Arusha. Robert Mbaye Leman."

En realidad, no volé hacia Arusha sino hacia Kigali, la capital de Ruanda. Apretujado en un minibús junto a doce nativos y algunos racimos de bananas, me abrí paso por el montañoso paisaje ruandés hasta atravesar la frontera con el Congo.

 

Allí, justo después de la frontera, está Goma, la capital de los rebeldes.

 


Coltan, Kalashnikovs y niños soldados

El doctor Ngabo va de aquí para allá y abre las puertas de los armarios y de las habitaciones, como si quisiera hacer un recuento de las carencias en el patio interno.

 

En el botiquín, un par de cajas semivacías. En la sala de operaciones, una suerte de sillón plegable con un par de lámparas encima, nada más. Dos baños, dos duchas en un cubículo.


27 - Dos meses después (el 4.4.2001), Born le contaría al "tageszeitung" lo siguiente: "A mí no me consta que Somigl invierta en las minas. Ellos ganan una cantidad infernal de dinero, y el dinero no retorna." En su opinión - segun el taz - los importadores de tántalo deberían contribuir a mejorar las condiciones de vida en las regiones de extracción, por ejemplo en el Congo
28 - "Deutsches Geld für Kongos Krieg", die tageszeitung, 4.4.2001
 


Ni un equipo de desinfección, ni siquiera una lavadora hay en el Hospital Charité Maternelle de Goma, donde el doctor Ngabo atiende, junto con dos médicos más, a cien pacientes.

 

En una habitación oscura, mirando fijamente la pared, está sentada Faida Mugangu, la mujer que hace un par de semanas perdió a su familia.

Adolphe Onosumba Yemba también es médico. Hace algunos años tenía su propio consultorio en Johannesburgo, y le iba muy bien. Pero, desde noviembre de 2000, Onosumba se dedica a otra profesión: es el líder, en el este del Congo, de la agrupación rebelde RCD, cuya influencia se extiende a lo largo de una región tan vasta como Europa Central.

 

Sin embargo, cuando me dirijo a las afueras de Goma y visito su residencia, espaciosa y celosamente custodiada, compruebo que el aspecto de Onosumba, de 34 años, no se parece en nada al de un combatiente clandestino:

"No creo que aquí usted encuentre, además de nosotros, otros rebeldes con corbata y laptop", dice con una sonrisa este hombre joven y atento; y cuando entramos a su oficina, cierra las cortinas.

Por razones de seguridad:

"Al fin y al cabo, con las cortinas abiertas, seríamos un buen blanco para los tiradores de precisión."29

A menos de quinientos metros, la mayoría de la gente vive en tugurios de chapa y bajo toldos de plástico.

 

En las casas del centro de la ciudad el revoque se desmorona, la mayoría de los locales están vacíos, en sus puertas se han levantado barricadas y en sus ventanas no ha quedado un vidrio sano. Niños soldados reclutados por los rebeldes patrullan las calles polvorientas. A través de la radio, los watoto ("niños") son convocados a luchar por el RCD. Pero la mayoría no va en forma voluntaria, dice Refugees International.

 

En abril de 2001, esta organización de ayuda humanitaria habló con uno de los muchachos:

"Mark tiene quince años. Hace dos meses, cuando volvía a su casa desde la escuela, fue raptado junto a cinco compañeros de su curso por cuatro soldados del RCD. Los llevaron al aeropuerto, los pusieron en un avión y los enviaron a un campo de entrenamiento militar."

Tres de ellos murieron allí. Mark no supo cómo murieron. Tal vez porque los habían obligado a dormir bajo la lluvia. O por los maltratos y las golpizas. O de hambre.

"Nos obligaban a trabajar como esclavos", cuenta Mark, quien logró huir del campamento militar.30

A muchos de estos niños les dan drogas, y así los ablandan para la guerra.

 

La noche posterior a mi llegada a Goma, se me acercan tres adolescentes uniformados. Uno de ellos, más o menos de catorce años, dirige el cañón de su Kalashnikov hacia mi pecho y me pide amablemente unos dólares y cigarrillos. Sus ojos brillan amarillentos, las pupilas están dilatadas. Me pregunto cuánto tiempo podrá mantener el dedo así, sin apretar el gatillo.

 

Cuando vuelvo a pasar la noche siguiente, me saluda contento, como si fuéramos viejos conocidos.
 



"Nuestros niños mueren para que ustedes lucren"

No importa a quién se le haga la pregunta, en las calles de la ciudad todos creen que los principales culpables de esta situación desesperante son los rebeldes y sus adeptos ruandeses.

"Pero ellos no son los únicos responsables de esta desgracia", dice un maestro desempleado, que, en la plaza principal de Goma, vende máscaras tradicionales a los pocos extranjeros que están aquí, trabajando básicamente para organizaciones humanitarias y para la ONU.

 

"Son los europeos y los americanos los que compran el coltan y traen las armas. Ellos explotan las riquezas de nuestro país y dejan que nuestros niños mueran en las minas para seguir lucrando."


29 - Entrevista con Klaus Werner, 18.2.2001
30 - Comunicado de prensa de Refugees International, 24.4.2001

 


Señala el horizonte. Hacia el cielo se elevan las montañas de Masisi, donde están los yacimientos más importantes: "Allí envían a la muerte a nuestros niños."

El joven que está junto a él ya probó suerte en las minas:

"Estás en medio del lodo, con miedo de que en cualquier momento se derrumbe la tierra y te caiga encima. Permanente­ mente se oyen disparos desde algún lugar. Te vigilan los soldados o las milicias clandestinas, depende del caso.

 

Vienen unos y echan a los otros, pero a nosotros nos daba lo mismo. Ellos te lo compran. Si tienes suerte, te dan varios cientos de francos congoleños. En Goma ganan diez veces más, pero si te pescan con coltan, entonces..."

Me pone los dedos índice y mayor sobre la frente: "¡Bang!"

Tres semanas después de esta charla, el 11 de marzo de 2001, casi cien personas murieron en una mina de coltan (situada cincuenta kilómetros al noroeste de Goma) al derrumbarse el acceso a un túnel.

 


Matar para sobrevivir

Casi todos mis interlocutores insisten en que no mencione sus nombres. Ya son demasiados los que han sido arrestados o incluso desaparecieron para siempre después de haber hablado con extranjeros.

 

El miedo a los rebeldes es grande.

Una mujer me cuenta que en las minas trabajan, sobre todo, hutus ruandeses. Según el informe de la ONU sobre el saqueo ilegal de materias primas en el Congo, la mayoría de ellos son prisioneros de Ruanda.

 

Considerados como presuntos autores del genocidio de 1994, excavan de a miles en busca del coltan, que luego entregan al ejército ruandés.

"Además trabajan civiles congoleños, que llegan a esta región atraídos por falsas promesas", dice la directora de un movimiento feminista. "Los soldados rebeldes los vigilan como a esclavos, y les birlan el mineral por un precio irrisorio. Al que no obedece, lo fusilan."

El jefe rebelde Onosumba sabe que en su ejército se cometen abusos.

 

Pero dice que son una excepción y que se lucha contra ellos sin descanso.

"Lamentablemente, muchos de los que se alistan no tienen pautas morales", reconoce.

 

"Ven el ejército como un lugar donde pueden dar rienda suelta a su mala conducta. Por eso ahora, durante el reclutamiento, convencemos a los padres para que nos den los hijos que estén mejor educados."

Para Onosumba, ésa es la única forma de evitar las violaciones a los derechos humanos.31

Por lo general, no se trata tanto de moral, sino más bien de mera supervivencia.

 

Tal como informa la ONU,

"esta mezcolanza de guerras trae como consecuencia una gran cantidad de personas hambrientas, que luchan y cometen saqueos para conseguir comida y municiones".

Así se genera una,

"terrible escalada de violencia", que incluye "la violación sistemática de muchachas en edad escolar y a la cual están expuestos los ciudadanos debido a la acción de tropas ruandesas".32

 

31 - Entrevista con Klaus Werner, 17.2.2001
32 - UN Office for the Coordination of Humanitarian Affairs (OCHA), DRC Monthly Humanitaritin Bulletin,


 

 


"Nuestros militares también tienen que comer"

Considerando la opinión de los jefes rebeldes, es justamente el comercio de coltan el que debe ayudar a mejorar la situación:

"Con la exportación de coltan financiamos nuestro plan social", afirma Onosumba.

Los ingresos fiscales provenientes de la exportación de riquezas del subsuelo servirán para garantizar por primera vez salarios estables.

"La firma Somigl es una de nuestras principales fuentes de ingreso", precisa su vocero de prensa, un hombre bien acomodado, con anteojos de sol oscuros, Rolex dorado y traje de Armani.

 

"El monopolio de Somigl sobre el coltan nos aporta un millón de dólares estadounidenses al mes. Con 300.000 les pagamos a los funcionarios civiles, el resto va a proyectos sociales. Pero nuestros militares también tienen que comer algo."33

"De eso, jamás hemos visto nada, ni siquiera un franco congoleño", se queja el director de una institución social.

 

"Aquí todos los hospitales, escuelas y programas de ayuda son financiados por la población, por las iglesias y las organizaciones solidarias. Si no, no hay nada. Con el coltan solamente se enriquecen las élites. Todo va a parar a los canales de una economía mañosa."

Además, Madame Gulamali no pudo satisfacer las expectativas que se habían depositado en ella.

 

A fin de cuentas, Somigl remitió a los rebeldes sólo una fracción del millón de dólares que éstos esperaban. Fue por eso que una semana después de mi estadía en Goma, el 28 de febrero de 2001, los rebeldes volvieron a suprimir el monopolio en el comercio de coltan.

Desde entonces, la exportación está nuevamente en manos privadas.

 

En Goma, averigüé quién es el principal traficante privado de este preciado material: el alemán Karl­Heinz Albers, un geólogo de los alrededores de Nuremberg. Albers dirige la firma congoleña Somikivu, que pertenece en un 70% a la Gesellschaft für Elektrometallurgie (Sociedad Electrometalúrgica) de Nuremberg.34

 

Somikivu posee los derechos sobre la mina de Lueshe, ubicada al norte de Goma, cuya explotación fue suspendida en 1993 y retomada por Albers a comienzos del año 2000.35 De allí se extrae niobio, un metal similar al tántalo.

 

Según datos del RCD, Somikivu entrega 300.000 dólares estadounidenses mensuales a los rebeldes, quienes, a su vez, protegen las minas.

 


Karl­Heinz Albers, principal proveedor de H. C. Starck

No bien llegué a Alemania, llamé a Karl­Heinz Albers a Nuremberg. Después de todo lo que había oído, pensé que Albers reaccionaría con las mismas reservas que el vocero de H.C. Starck.

 

Pero el geólogo se mostró dispuesto a conversar durante varias horas y me brindó información acerca de su extensa actividad relacionada con el comercio mundial de materias primas, detallando especialmente sus compromisos en el Congo.36


33 - Entrevista de Klaus Werner con el vocero del RCD, Jean­Pierre Lola Kisanga, 17.2.2001
34 - La Gesellschaft für Elektrometallurgie (GfE) es una filial de la empresa metalúrgica norteamericana. Según el informe de la ONU sobre la explotación ilegal de materias primas en el Congo, el socio de
35 - Karl­Heinz Albers en Somikivu es el congoleño Emmanuel Kamanzi, hombre de negocios y ex jefe de finanzas de los rebeldes del RCD

36 - Todas las citas siguientes provienen de entrevistas telefónicas, realizadas por Klaus Werner el 28 de febrero y el 2 de marzo de 2001
 


Dentro de los círculos diplomáticos, Albers no es ningún desconocido (especialmente a partir del litigio con el acaudalado austríaco Michael Krall).

 

El apellido Krall, cuyo portador goza de buenos contactos tanto con el cónsul honorario de Austria como con los máximos círculos del poder en Uganda, aparece mencionado una y otra vez en los informes sobre tráfico de armas en África Central. Albers está enredado en un forcejeo con Krall debido a que ambos aseguran poseer los derechos sobre la mina de niobio en Lueshe.

 

Aparentemente Krall habría obtenido la concesión por parte del ya fallecido presidente congoleño Laurent Kabila. Esta declaración carece de valor, dado que, desde el estallido de la guerra, Lueshe se encuentra bajo el control de los aliados de Ruanda.

 

De esta manera ha surgido una situación grotesca, en la que una empresa austríaca y otra alemana se disputan el predominio y la explotación de las materias primas en el Congo.

 

Un embajador, que en el pasado fue asignado a esta región y que no quiso indicar su nombre, dice que una cosa está clara:

"Allí tienen lugar los artilugios más increíbles. Allí hay empresas europeas que están involucradas en los crímenes más terribles".

Karl­Heinz Albers es - él mismo me lo contó con orgullo - el mayor exportador privado de coltan por amplio margen.

 

Según dijo, cuatro de los mayores depósitos regionales le envían el material exclusivamente a él. El tráfico de coltan se desarrolla a través de su firma Masingiro.37

 

En el informe de la ONU sobre la explotación ilegal de materias primas en el Congo, dicha sociedad aparece mencionada para ejemplificar el,

"desmedido afán de lucro de algunas empresas extranjeras, que estaban dispuestas a hacer negocios aun infringiendo la ley y cometiendo irregularidades".

"De la región se exportan, en total, unas 200 toneladas de mineral metalífero por mes"38, me contó Albers por teléfono.

Ésa era la misma cifra que ya me habían mencionado al comienzo de mis investigaciones.39

 

Sobre la base del precio promedio señalado en el informe de la ONU (200 dólares por kilo de materia prima en el año 200040), se obtendría una cifra superior a los 500 millones de euros por año.

¿Y cuánto fue a parar a la cuenta del alemán?

"Nosotros entregamos entre 100 y 150 toneladas de concentrado por mes."

Es decir: ¡la mitad o hasta tres cuartas partes del total de las exportaciones!

¿Y a quién?

"La mayor parte se la suministramos a H. C. Starck."

Aquí tragué saliva por primera vez.

 

Naturalmente, yo ya sabía (por mis averiguaciones secretas en Internet) que la empresa no tenía escrúpulos y que con sus compras de tántalo contribuía a financiar la guerra en el Congo. Algo después, en abril de 2001, el informe de la ONU sobre el saqueo ilegal de materias primas en el Congo también denunció que H. C. Starck se encontraba entre los clientes de Aziza Gulamali, la ex traficante de armas y actual traficante de coltan.

 

Pero lo que el renombrado geólogo alemán me contaba ahora, tan campante, significaba, ni más ni menos, que la filial de Bayer era el máximo comprador de la materia prima que genera más polémica en esta crítica región.41

¿Hace cuánto tiempo que esto es así?

"Ellos ya venían comprando cantidades pequeñas", dejó entrever Albers, "pero en gran escala lo hacen desde hace seis o siete años, desde que operamos allí y podemos garantizar el suministro."42



37 - Masingiro está inscripta desde abril de 1996 como S.R.L. en el Registro Comercial de Nuremberg y tiene su sede en una casa de familia de la localidad alemana de Burgthann, donde asimismo vive la directora de la empresa, Rita Breyl. El registro mencionado consigna como rubro comercial "recursos técnicos para la explotación de riquezas del subsuelo"
38 - Albers habla de 200 toneladas de preconcentrado, con un grado de pureza promedio del 20% de Ta2O5
39 - Según el "Informe de la ONU sobre la Explotación Ilegal de Materias Primas en el Congo", solamente entre noviembre de 1998 y abril de 1999 se habrían exportado 1.000­1.500 toneladas de coltan desde la región
40 - Precio por un kilogramo de coltan de mediana calidad según el "Informe de la ONU sobre la Explotación Ilegal de Materias Primas en el Congo"; sin embargo, para marzo de 2001, el precio había vuelto a retroceder hasta situarse en alrededor de 100 dólares estadounidenses por kilo
41 - El "Washington Post" presume que aproximadamente la mitad del coltan congoleño desembarca en H. C. Starck ("Vital Ore Funds Congo War", 19.3.2001)
42 - De esta manera, Albers confirma los rumores que existen al menos desde junio de 1999, es decir casi un año después del comienzo de la guerra. Por entonces, un periodista norteamericano afirmó que H. C. Starck (filial de Bayer, el fabricante de la aspirina) estaba involucrada en una joint venture cuyo objetivo era explotar un metal de gran importancia para las tecnologías occidentales (ver http://www2.minorisa.es/inshuti/ businb.htm). Entre las firmas mencionadas, se encontraban asimismo un banco ruandes, la delegación suiza de la Banque Nationale de Paris y una empresa norteamericana llamada Kenrow. A esta última también se hizo alusión en un sonado artículo publicado en octubre de 1999 por Le Monde Diplomatique (Colette Braeckman: "Carve­up in the Congo", Le Monde Diplomatique 10/1999). Allí se analizan las conexiones entre las riquezas del subsuelo y la guerra del Congo. El artículo otorga una gran importancia a los yacimientos congoleños de coltan, indicando que el 80% de las reservas mundiales se encuentran en África y que, a su vez, el 80% de las reservas africanas están en la República Democrática del Congo. Por otra parte, la autora de la nota destaca que la sociedad ruandesa Sogermi, especializada en la extracción del tántalo, ha procurado establecer una joint venture con firmas occidentales. "Tuvimos la idea de hacer algo con las que producen entre cinco y diez toneladas al mes", dice Albers. Pero señala que Kenrow, en cambio, ha perdido protagonismo hace rato

 

 


¿Qué significa violar los derechos humanos?

El alemán me contó todo esto con ese tono impaciente, levemente arrogante que caracteriza a algunos expertos y a los trotamundos.

 

Albers es ambas cosas, y me lo hizo notar cuando le pregunté cómo era el tema de la guerra y esas cosas.

"Yo vengo a menudo al Congo", dijo.

Y luego puso en duda que allí hubiera en verdad una guerra.

Aja. Traté de modular mi "aja" para que sonara lo más auténtico posible en el tubo del teléfono. Albers no tenía idea de que yo mismo había estado en el Congo hacía apenas una semana.

Le pregunté cómo era su relación con ese gobierno rebelde sobre el cual se leía en los periódicos.

"Yo no sé si es un gobierno rebelde o no", dijo Albers sobre sus principales socios comerciales a nivel local. "Ese no es asunto mío."

En lugar de abordar este tema, habló de los "métodos del Far West" que empleaban otras empresas, más pequeñas, para desarrollar sus negocios con el coltan.

Le pregunté si se cometían violaciones a los derechos humanos.

"¿Violaciones a los derechos humanos?" Evidentemente la pregunta lo sorprendió por completo. "¿Qué significa para usted violar los derechos humanos? ¡Primero tendríamos que definir eso!"

Y... Trabajo forzado, explotación, trabajo infantil...

"A ver, atiéndame bien. Trabajo infantil: eso en África es una historia muuuy distinta. Trabajo. Infantil. En África. Básico."

Faltó poco para que lo deletreara.

"Porque los niños también trabajan en el campo."

Aja. ¿Y en la explotación de coltan, allí también trabajan niños?

"No que yo haya visto. Pero descartarlo, no lo descartaría. Aunque... los niños son demasiado débiles para ese trabajo. No tiene sentido."

De eso yo no tenía dudas. Y seguramente tampoco las tenían aquellas personas que, en Goma, me habían hablado de niños y niñas de ocho, nueve años que trabajaban como bestias en las regiones de extracción.

Albers dice que al menos la minería asegura puestos laborales.

"Decenas de miles de personas trabajan allí en la explotación de coltan. ¡A la gente le va bien! ¡Créame!", me pide. "Quiero decir: todos trabajan por su cuenta."

¿Y cuánto ganan?

Frente al tema dinero, el industrial alemán ve la necesidad de explayarse.

"Los africanos no son como nosotros. El africano no puede conservar el dinero, lo gasta enseguida. ¿En qué? No sé. Si usted le da a un africano cien mil dólares en la mano, él los despilfarra en un par de días.

 

Y vuelve a ser más pobre que una rata. Pero tengo la sensación de que, así y todo, se siente mejor. Mientras ellos tengan su cervecita y un poco de música para bailar, están más que conformes."

En esencia, esta cosmovisión explica un sistema que aparece en varias secciones de este libro. Un sistema que ve al hombre como una variable local y a los estándares éticos como una pretensión desmedida.

 

Que presenta a sus víctimas como seres de segunda clase, cuyas necesidades deben medirse con criterios totalmente distintos de los nuestros:

al africano le gusta que lo exploten; al africano le basta con menear un poco las caderas para estar más que conforme; y probablemente al africano también le guste morir.

Esta escuela de pensamiento alcanza su apogeo en Goma, donde un Karl­Heinz Albers convive con una Faida Mugangu, la mujer que ha perdido a su familia en la guerra. Una guerra cuya existencia incluso es puesta en duda por Albers, aunque él mismo sea una pieza de ajedrez dentro de este conflictivo tablero.

 

Los ajedrecistas, sin embargo, están en Goslar, Alemania, y en todos los demás lugares del mundo donde resulta más fácil esquivar esa mirada de Faida Mugangu clavada sobre la pared gris del hospital.
 



Las empresas electrónicas generaron el boom del coltan

La firma H. C. Starck no es la única que participa del lado del vencedor en este cruel juego.

 

Y no es la filial de Bayer la que generó este boom del tántalo, que revolucionó los mercados sobre todo a fines del año 2000. Coincidiendo con otros expertos en minería, Karl­ Heinz Albers me contó que las empresas de telefonía celular y computación se habían volcado a comprar las materias primas del tántalo en forma directa.

 

Y dijo que de esta manera habían desatado la histeria en los mercados.

"Así surgió la sensación de que la demanda crecía a todo ritmo, y de que ya no podía asegurarse el suministro a través de los productores tradicionales."

Esta impresión se ve reflejada en las revistas especializadas de la industria minera.

 

Allí se habla de una,

"vertiginosa demanda de tántalo causada por el boom de los teléfonos celulares".

 

"Prácticamente el 70% de la producción de tántalo va a parar al sector de la electrónica", dice Lee Sallade, jefe de Marketing de H. C. Starck en EE.UU.43

De acuerdo con estimaciones independientes, la cantidad de teléfonos celulares se elevaría a nivel mundial de 400 millones en el año 2000 a 1.000 millones en el año 2004.

 


Fabricantes de teléfonos buscan socios en el Congo

En enero de 2001, el fabricante de teléfonos satelitales Erkis USA buscaba un socio para explotar un yacimiento de tántalo en el Congo oriental. Pero, tal como informaba una publicación de la industria metalúrgica, la tarea no era nada sencilla debido a la inestabilidad política y económica.44

 

De todos modos, un vocero de la empresa industrial Metallurg International 45 es optimista:

"Vista la demanda de nuevas fuentes de materia prima, los riesgos asumidos tendrán una pronta recompensa."

El elevado precio del tántalo sirve a muchos como acicate para intentar la explotación también en regiones inestables. Y los productores de materias primas quieren acercarse más al consumidor final, evitando escalas intermedias como H. C. Starck.

 

Porque, como señala un vocero del fabricante de teléfonos Erkis,

"todo paso productivo dirigido hacia el consumidor aumenta el margen de ganancias".


43 - "Electronics, superalloys markets fnelling tantalum demand growth", American Metal Mnrket, 18.9.2000
44 - "Erkis seeking partner for Zaire tantalum", American Metal Mnrket, 9.1.2001
45 - Metallurg International es la empresa matriz de la Sociedad Electrometalúrgica (GfE) de Alemania. La GfE participa con un 70% en la mina de niobio de Lueshe (Congo) y tiene como gerente a Karl­ Heinz Albers
 


Albers también confirmó que las empresas de electrónica intentan adquirir el tántalo directamente para asegurarse el suministro de la materia prima.

 

Quise saber cuáles eran esas empresas.

"Usted puede recorrer el abanico completo. Desde Mitsui hasta Sony, pasando por... qué sé yo cómo se llaman."

¿Nokia, Siemens, Ericsson, Motorola?

"De Nokia yo nunca oí nada."

Pero de Mitsui y Sony ¿sí oyó?

"Sí, entre otros. Samsung también se interesó y... Dios, la cantidad de nombres que circulan es tan enorme, pero de ahí a que todas efectivamente hayan comprado, no se sabe; y además, ¿a quién le importa?"

A mí sí me importaba, y averigüé directamente en las empresas.

 

La vocera de Nokia, líder en telefonía celular, sólo dijo que no diría nada. El número dos del mercado es Siemens. De su filial Epcos se sabe que es uno de los principales compradores del tántalo en polvo suministrado por H. C. Starck.

 

La mayoría de las otras empresas de electrónica mostró su reticencia.

Un caso para nuestro hombre en Tanzania: Robert Mbaye Leman, el traficante virtual de coltan, volvió a formular atractivas ofertas y las envió por e­mail a apenas una docena de fabricantes que operan en el mercado de la electrónica.

 

Tantalita proveniente de la región de Kivu en la República Democrática del Congo, condiciones favorables de entrega, 40 toneladas, para relación a largo plazo, por favor responder a la brevedad.

 


Samsung, líder del mercado, muerde el anzuelo

Esta vez tuve que esperar varios días, hasta que el 5 de marzo de 2001 llegó la primera respuesta.

 

Desde Corea, un hombre muy atento expresaba sus deseos de que el Sr. Leman y su familia se encontraran bien de salud, augurando al mismo tiempo éxitos en los negocios. Luego informaba que había derivado mi propuesta a la oficina correspondiente en Inglaterra. A partir de la dirección, se infería que el remitente era la Samsung Corporation.
 
Samsung es uno de los más famosos fabricantes de teléfonos celulares, accesorios de computación, artículos electrónicos de entretenimiento, productos electrodomésticos y equipos para la oficina. En varios rubros (por ejemplo, monitores y equipos de fax), este conglomerado de empresas se encuentra entre los líderes mundiales. Las ventas de Samsung Alemania ascienden por sí solas a unos 475 millones de euros.

Desde Inglaterra se presentó Claude Bittermann, gerente comercial de Samsung (Sección Metales), para fijar las condiciones de la transacción y llevar el material ofrecido hacia Europa.

 

Yo seguí con mi juego: dije que, como la exportación de coltan era controlada por los rebeldes del RCD (lo cual impedía desarrollar relaciones comerciales normales), me interesaba saber si Samsung ya tenía experiencia en la región. Bittermann señaló que él ya había comprado cobre del Congo y que estaba al tanto de la infraestructura regional y sus obstáculos.

 

Advertí que el negocio con los rebeldes requería una especial discreción, porque yo sacaría el mineral del Congo,

"sin papeleo ni complicaciones financieras".

Pero eso a Bittermann pareció no molestarle:

"No se preocupe, el material no volverá a aparecer en el mercado. Será utilizado directamente para el consumo propio de Samsung en la industria electrónica."

Eso era todo lo que me interesaba saber.

 


También Sabena lucra con la guerra del coltan

Al referirse al comercio del coltan en la región bajo dominio rebelde, el informe de la ONU sobre la explotación ilegal de materias primas en el Congo menciona a otro de los vencedores: la aerolínea belga Sabena se cuenta entre las,

"empresas clave dentro de esta cadena que articula la explotación de materias primas y la continuidad de la guerra. Sabena Cargo transporta recursos naturales ilegalmente extraídos en la República Democrática del Congo.

 

Según se dice, Sabena Cargo lleva el coltan del Congo desde el aeropuerto de Kigali (nota del autor: capital de Ruanda) hacia diferentes destinos europeos."

Cuando los responsables del informe de la ONU indagaron en Bruselas, buscando que la dirección de la aerolínea diera explicaciones frente a estas imputaciones,

"nadie se mostró dispuesto a hablar con los miembros de la comisión".46

 


Empresas inmersas en el furor del coltan

El informe de la ONU no deja lugar a dudas:

"La conexión entre la continuidad del conflicto y la explotación de los recursos naturales no existiría si no hubiera habido algunos que - sin contarse propiamente entre las facciones participantes en la guerra - jugaron, de manera voluntaria o involuntaria, un papel clave."

Tal como se indica allí, los individuos y las empresas del ámbito privado asumieron dentro de este contexto un papel decisivo. Y hay que obligarlos a que carguen con su responsabilidad:

"Porque las empresas importadoras y sus cómplices saben perfectamente cuál es el verdadero origen del coltan."

Pocas veces se ve con tanta claridad cómo la falta absoluta de responsabilidad económica puede desencadenar una catástrofe humanitaria.

 

Por supuesto, no toda la culpa de esta guerra la tienen las multinacionales. Hay militares y funcionarios locales que avivaron el conflicto. Pero las empresas occidentales echan leña al fuego y allí se calientan las manos.

"Nadie se opone a que las empresas internacionales inviertan su capital en una solución política para el Congo", dice un profesor universitario de Goma.

 

"Nadie se opone tampoco a que con esas inversiones obtengan beneficios a largo plazo. Pero aquí nadie invierte nada. Aquí todos cobran su dinero y miran para otro lado."

 


Nota: Sabena declara un embargo para el coltan

Luego del cierre de redacción de El libro negro de las marcas, nos llegó un comunicado de la ONU: el 15 de junio de 2001 la aerolínea belga Sabena declaró junto a Swissair un embargo contra el transporte de "coltan y similares riquezas del subsuelo" procedentes de África Oriental.47

 

46 - Report of the Panel of Experts on the Illegal Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of the Democratic Republic of the Congo, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 12.4.2001
47 - UN OCHA lntegrated Regional Information Network for Central and Eastern África: Bulletin quotidien d'information Na 1205 pour la región des Grands Lacs, 21.5.2001

 

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CONEJILLOS DE INDIAS
 

A la hora de probar medicamentos nuevos, los grandes laboratorios farmacéuticos no dan demasiadas vueltas: falsifican los resultados, ocultan los efectos colaterales.

 

Pacientes con enfermedades graves reciben placebos.

Los médicos se transforman en cómplices.
CRÓNICA DE HANS WEISS


De la noche a la mañana cambié de profesión. Ayer escribía libros, hoy me convertí en consultor farmacéutico. El nombre de la profesión lo inventé yo. Hasta hace poco no

sabía nada de mi nuevo trabajo. Hoy ya negocio con directores de clínicas cuánto saldrá llevar a cabo dudosos ensayos clínicos.

Para hacerlo, no fue necesario invertir un solo centavo. Lo único que necesité fue información básica sobre ensayos clínicos, un poco de intuición y una computadora con conexión a Internet.

Haciéndome pasar por consultor farmacéutico, quería investigar si los médicos se atienen o no a los principios éticos que la Asociación Médica Mundial estableció en octubre de 2000 en la Declaración de Helsinki.1

 

Esta declaración prohibe tratar las enfermedades graves con placebos cuando ya se cuenta con una terapia probada. Esto también rige expresamente para los pacientes que toman parte en ensayos clínicos. Los únicos ensayos permitidos son aquellos en los cuales un grupo de pacientes recibe la medicación nueva y otro grupo el tratamiento estándar.

Yo tenía indicios de que había médicos que violaban estos principios a pedido de los grandes laboratorios y quería indagar si era cierto. Mi plan era averiguar si estaban dispuestos a llevar a cabo un ensayo en el cual enfermos graves serían tratados únicamente con un medicamento inocuo, o sea, con un placebo. De ser así, se probaría que los médicos dejan a sabiendas que sus pacientes sufran innecesariamente. Como señuelo ofrecería honorarios elevados.

 


Las prácticas de la industria farmacéutica

La ventaja era que yo ya había trabajado en la industria farmacéutica por motivos periodísticos.

 

A principios de los años ochenta había hecho un curso de asesor médico en los laboratorios Bayer y Sandoz, no para ganar dinero, sino para denunciar cómo los grandes laboratorios sobornan a los médicos y utilizan a los pacientes como conejillos de Indias.2

En aquel entonces tuve una suerte increíble con mis investigaciones.

 

Tanto en Bayer como en Sandoz, el curso se desarrolló en un salón que también funcionaba como archivo de la empresa. Tenía todas las carpetas con los expedientes secretos al alcance de la mano, y todos los días tomaba un par "prestadas" y fotocopiaba el contenido.


1 - Versión en español de la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, versión original de 1964, enmendada por la 52a Asamblea General, Edimburgo, Escocia, octubre 2000
2 - En 1996, Ciba y Sandoz se fusionan para formar Novartis
 


Finalmente, tras un año de investigaciones, reuní 40.000 páginas de documentos confidenciales y publiqué junto con otros tres colegas el libro Negocios sanos:

las prácticas de la industria farmacéutica.3

 


El ejemplo del Trasylol de Bayer

Uno de los capítulos del libro llevaba el título "Manipulación de los resultados en las investigaciones: el ejemplo del Trasylol".4

 

Cuando volví a leerlo, a principios de 2001, sentí curiosidad y averigüé si el medicamento todavía se continuaba usando. ¡Sí! Para mi sorpresa, me topé incluso con una página web sobre el Trasylol.5

 

Este supuesto hemostático parece seguir siendo una mina de oro para Bayer.

Durante mi entrenamiento en Bayer, un gerente de marketing me habló de unas investigaciones "éticamente muy espinosas" realizadas con este medicamento, que se obtiene a partir del pulmón bovino.

 

En aquel entonces, médicos alemanes, austríacos, italianos y norteamericanos habían extraído tejido de los muslos o del pulmón a pacientes con lesiones graves sin su consentimiento y sin que ellos lo supieran; el objetivo era realizar un ensayo para determinar cómo actúa el Trasylol en el tejido muscular.

 

En aquel momento, el gerente de marketing de Bayer me había dicho:

"Me asombra que los médicos estén dispuestos a hacer semejante cosa."6

Algunos de esos ensayos incluso llegaron a publicarse. Allí puede leerse:

"La punción pulmonar seguramente no está exenta de riesgos (...) Pudimos observar dos hemorragias graves, que en realidad fueron causadas por una punción demasiado profunda y en uno de los casos por aplicar la aguja con un ángulo incorrecto."

En un simposio acerca de estos ensayos, los participantes fueron recibidos con las siguientes palabras:

"Hoy en día, la investigación médica es impensable sin el mecenazgo de los grandes laboratorios. Los médicos en ejercicio, los investigadores clínicos y experimentales y la industria farmacéutica viajan en el mismo barco."

 


Tasas de mortalidad adulteradas

Los datos que me había pasado el gerente de marketing de Bayer me llevaron a investigar más de cerca el medicamento Trasylol.

 

Tropecé con un estudio financiado por Bayer que se había desarrollado ya a principios de los años setenta en Alemania en tres clínicas universitarias, 16 hospitales centrales y 12 hospitales periféricos.

 

Más de 4.000 pacientes ingresados a esos lugares en grave estado recibieron al azar, además de la terapia corriente, una dosis adicional de Trasylol o de un placebo. La comparación de las tasas de mortalidad en un caso y otro daría una prueba fehaciente de la eficacia del Trasylol.

 

Eso era lo que Bayer esperaba.

Sin embargo, el resultado fue un shock para los gerentes de la compañía. Dentro del grupo de pacientes que habían sido tratados con Trasylol había muchísimas más muertes que dentro del grupo que había recibido un placebo.

 

En otras palabras: el tratamiento con Trasylol había causado la muerte de muchos pacientes.

 

 

3 - Kurt Langbein, Hans­Peter Martin, Hans Weiss: Gesunde Gesdmfte. Die Praktiken der Phanna­ lndustrie. Kiepenheuer und Witsch, Colonia 1981
4 - Ibidem, pág. 143­148
5 - http://www.trasylol.com
6 - Langbein/Martin/Weiss, Gesunde Geschafte, págs. 149­151
 

 

Normalmente, la conclusión sería:

hay que prohibir de inmediato el Trasylol.

Normalmente...

 

Pero los responsables del estudio sabían cómo salir del brete: dieron vuelta todas las cifras y presentaron a la opinión pública un resultado que causaba la impresión opuesta.

 

Trasylol fue presentado así como un medicamento que salva la vida, y sigue utilizándose en los hospitales alemanes y austríacos.

 


No se prohibió

Lo más conmocionante de todo el asunto fue que no pasó nada, ni siquiera después de que denunciáramos esas manipulaciones en 1981.

 

No hubo nadie en el mundo de la medicina que pusiera el grito en el cielo. Tampoco hubo ninguna reacción por parte de las autoridades, ni de las alemanas ni de las austríacas. El Trasylol, una de las principales fuentes de ganancias del laboratorio Bayer, siguió usándose masivamente.

 

Se estima que desde su lanzamiento la compañía generó ganancias multimillonarias. Entretanto, Bayer continuó financiando numerosos estudios sobre el Trasylol, en los cuales se investigó la utilidad del medicamento.

El remedio sigue usándose en todo el mundo e incluso fue aprobado en 1993 en los EE.UU., aunque sólo como un medio para evitar hemorragias durante las operaciones de bypass. En Suiza también puede usarse, pero únicamente con ese objetivo.

 

En cambio, en Alemania y en Austria el Trasylol también se usa en casos de hemorragias posoperatorias y accidentes, en obstetricia y ginecología, así como para tratar complicaciones relacionadas con episodios trombóticos.

 

Evidentemente, la lógica es: una vez que se permitió, está permitido para siempre.

 

No importa si lo que está en juego son vidas humanas.

 


Cómo sacar oro del barro

A pesar de que el consumo de medicamentos por parte de los alemanes sigue una tendencia estable, o incluso un poco decreciente (de 1.588 millones de cajas vendidas en 1997 a 1.574 millones en el año 2000), las ganancias se incrementaron en aproximadamente un ocho por ciento anual: ascendieron a 15.650 millones de euros en el año 2000.

 

Ésta (junto con el envejecimiento creciente de la población) es una de las principales causas de la crisis financiera que atraviesan las obras sociales.

Los altos costos surgieron a partir de una oleada de medicamentos que fueron aprobados recientemente y cuyo precio es altísimo. Si bien muchos de ellos no tienen mayor efectividad ni mejor tolerancia que los ya probados, el aparato de marketing de la industria farmacéutica se encarga de que los médicos los receten, presionándolos y otorgándoles pequeñas y variadas "atenciones".

De la industria farmacéutica alemana puede decirse, con total razón, que sabe muy bien cómo sacar oro del barro. Porque en Alemania sigue habiendo miles de medicamentos en venta cuya eficacia y posible nocividad no están comprobadas.

 

Si bien esto contraviene las leyes de la UE vigentes y por lo tanto es ilegal, al gobierno alemán parece no importarle mucho,7 ya que permite generosamente que los laboratorios continúen vendiendo ese tipo de fármacos hasta el año 2003, con o sin defensa del consumidor.

 

En estos casos, es evidente que los intereses del lobby farmacéutico tienen más peso que los intereses de los consumidores.


7 - Revista arznei­telegramm 12/1988, pág. 109­110
 

 


Resultados maquillados

El del medicamento Trasylol de Bayer no es un caso aislado.

 

En la literatura médica especializada hay decenas de casos bien documentados en los que los laboratorios manipularon groseramente el resultado de los ensayos. Algunos médicos de renombre afirman incluso que el control de los laboratorios sobre la investigación médica ha llegado a tal extremo que los resultados son sistemáticamente falseados.

 

Por esa razón, sugieren tomar con pinzas los datos sobre la acción terapéutica y los efectos colaterales8, ya que, según afirman, suelen estar maquillados y manipulados.9

 

El tema es que hay mucho dinero en juego, porque desarrollar un medicamento nuevo implica costos elevados y riesgos considerables. Sólo uno de cada cinco medicamentos logra ser aprobado por las autoridades de salud.10

 

No hay nada a lo que los laboratorios teman más que a un ensayo con resultado negativo, ya que el lanzamiento al mercado podría ser desautorizado, con lo cual todas sus inversiones habrían sido en vano. Para evitar eso, aspiran a lograr un control absoluto sobre la investigación y los investigadores.

Cuando una compañía inscribe un nuevo principio activo en el registro de patentes, queda protegida de la competencia por veinte años. Pero eso solo no da dinero.

 

Porque el reloj de la patente comienza a correr ya desde el momento de la inscripción, a pesar de que el laboratorio sólo entonces puede empezar con los ensayos para determinar si el medicamento realmente es eficaz y carece de efectos colaterales indeseables (un proceso que suele demorar muchos años).


8 - Un buen panorama ilustrado con numerosos ejemplos se ofrece en:

Thomas Bodenheimer, en NEJM (Neiv England Journal of Medicine), Vol. 342, Ns 20, 18.5.2000; Thomas Bodenheimer, en: Transcript of the Conference on Human Subject Protection and Financial Conflicts of Interest, 15.8.2000, publicada en http://ohpr.osophs.dhhs.gov/coi/8­15.htm: David Rothman: "The Shame of Medical Research", en The New York Revisto of Books 30.11.2000; Peter Lurie & Sidney M. Wolfe: Clinical Triáis and Patient Safety; Testimony before the Committee on Government Reform and Oversight, U.S. House of Representatives, 22.4.1998, en http://home.kscable.com/madpride/bioethics/placebo.htm; Editorial, en NEJM, Vol. 337, Nº 12,18.9.1997, págs. 847­849; British Medical Journal, Vol. 321,12.8.2000, pág. 442­445; "Drugs Triáis Hide Conflicts for Doctors", en Neto York Times, 16/5/1999; "Medical Journal Cites Misleading Drug Research", en New York Times, 10.11.1999; Benjamín Djulbegovic y otros: "The uncertainty principie and industry­sponsored research", en TÍK Lancet, Vol. 356, Nº 9230, 19.8.2000; "Education and Debate: Clinical equipoise and not the uncertainty principie is the moral underpinning of the randomised controlled trial", en British Medical Journal, 23.9.2000

9 - Ejemplos del modus operandi de los laboratorios:

­Se buscan investigadores que dependen económicamente de la compañía.
­Los honorarios que ofrecen son tan elevados que se hace difícil adoptar una postura crítica.
­Las investigaciones se trasladan de las universidades independientes a organizaciones de investigación privada que dependen de proyectos de las compañías (las llamadas Contract Research Organizations/CRO o Site Management Organiza­tions /SMO).
­Los ensayos clínicos se llevan a cabo en países donde hay leyes menos estrictas que en EE.UU. o Europa Occidental.
­Durante el ensayo, el medicamento se compara con otros de dvidosa efectividad.
­Se utilizan dosis sustancialmente más elevadas que las normales.
­Para los ensayos se utilizan únicamente pacientes de mediana edad y completamente sanos, a pesar de que el medicamento esté pensado para pacientes de edad avanzada y con diversos trastornos de salud.
­El análisis de los datos obtenidos se realiza en la compañía misma. De ese modo pueden corregirse fácilmente los resultados inconvenientes. Los resultados negativos van a parar a la caja fuerte y no se publican jamás.
­A la hora de publicarse los resultados en revistas especializadas, hasta los últimos detalles se preparan en los laboratorios. Aunque los investigadores no escriben nada, sus nombres figuran en las publicaciones como si ellos hubiesen sido los autores.
­Aquellos investigadores que protestan e insisten en publicar resultados inconvenientes son silenciados por todos los medios, sufriendo desde detenciones hasta campañas difamatorias.

10 - Philip Jóos: Explaining Cross­sectional Differences in Unrecognized Net Assets in the Pharmaceutical Industry; Working Paper, Stanford University, 13.1.2000



Cuanto antes logre el laboratorio dar las muestras de eficacia y tolerancia necesarias y recibir la aprobación de las autoridades sanitarias, más tiempo le quedará antes de que expire el plazo de la patente.

A partir del momento de la aprobación quedan entre ocho y doce años de pingües

ganancias, ya que a los medicamentos nuevos se les puede poner cualquier precio. Una vez expirado el plazo de la patente, todo eso se acaba. Los otros laboratorios farmacéuticos pueden copiar la fórmula y hacer negocios abaratando el precio.

 

De este modo se produce una caída automática de las ganancias.

 


Consultor farmacéutico

A comienzos de 2001, antes de que pudiese comenzar mi investigación (para saber si los médicos estaban dispuestos sin más ni más a llevar a cabo ensayos no éticos a pedido de los laboratorios), tuve que decidir una serie de cuestiones decisivas:

  • ¿A qué médicos interrogaría?

  • ¿Qué me convenía más: presentarme en persona, haciéndome pasar por colaborador de un laboratorio verdadero, o mandar mis tentadoras ofertas por correo electrónico?

  • ¿Cuál sería la enfermedad grave por tratar?

  • ¿Cuál el medicamento por testear?

  • ¿Cuánto dinero debía ofrecer a los médicos?

 


La enfermedad

Me decidí por una depresión de moderada a severa. Si la enfermedad no se trata, existe un alto riesgo de suicidio. Por eso la terapia estándar recurre a los antidepresivos.
 



El medicamento

Para no despertar sospechas, tenía que determinar claramente la acción terapéutica y los efectos colaterales del medicamento por testear.

Un psiquiatra de Munich me ayudó a "inventar" un nuevo fármaco. Me decidí por un antidepresivo del tipo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) Ese tipo de fármacos refuerza la acción de ciertos transmisores en las células nerviosas del cerebro, mejorando el estado de ánimo, disminuyendo la tensión y el pánico y aumentando la motivación.

Entre los antidepresivos del tipo ISRS más conocidos están, por ejemplo,

  • el Cipramil

  • el Neupax

  • el Seroxat

En los últimos años, estos fármacos fueron comercializados con gran éxito en todo el mundo.

 


Los médicos

Primero pensé en poner a prueba a médicos alemanes y austríacos.

 

Pero después me acordé de la frase que me habían inculcado veinte años atrás, durante el curso de asesor médico en el laboratorio Bayer: "Los asuntos de dinero son asuntos confidenciales, sobre todo cuando se trata de sobornos. Antes de ofrecerle dinero a un médico, hay que conocerlo muy bien."

Si bien en este caso no se trataba de sobornos, había mucho dinero en juego: entre 50.000 y 250.000 euros. Por supuesto que yo no iba a gastar tanto dinero en mi investigación; sólo quería saber si los médicos aceptarían mi oferta.

No podía hacerlo con médicos austríacos o alemanes, no podía preguntarles a boca de jarro o mandarles un e­mail ofreciéndoles jugosos honorarios para que realizaran un ensayo clínico.

 

En esos países, los negocios de ese tipo se desarrollan a través de los visitadores médicos, o bien la misma casa matriz se pone en contacto con los profesionales. Pensé que tal vez debía decidirme por esta segunda opción y presentarme como colaborador de una casa matriz, por ejemplo de Bayer o Boehringer Ingelheim. Sin embargo, deseché la idea por miedo a que esas compañías me iniciaran demandas.

 

La única opción que me quedaba era intentar en el extranjero. Allí no importaba si usaba mi nombre verdadero. Además, tal vez no fuera necesario que me presentara en persona. Podía intentar una primera negociación con los médicos vía e­mail.

Lo único que me faltaba era denominar mi trabajo de un modo tal que no despertara sospechas. Inventé una nueva profesión: "consultor farmacéutico".

 

Sonaba tan pomposo que hasta podía arriesgarme a contactar directamente al director de una clínica.

 


A Hungría

Mientras pensaba todo esto, la casualidad acudió en mi ayuda.

 

A través de medios norteamericanos, encontré indicios de que los laboratorios de ese país tendían cada vez más a efectuar sus ensayos en el Tercer Mundo y en Europa Oriental.11

 

Esto se debe a muchas razones, sobre todo la ausencia parcial o total de control por parte de las autoridades de salud. Además, el "dinero por cabeza" (que reciben los médicos por cada paciente que participa del ensayo) es mucho menos que en Europa Occidental o en los EE.UU., y los ensayos se pueden realizar de manera más rápida.

 

Así, las empresas ahorran el triple y pueden seguir incrementando más y más sus ganancias, que ya son en sí cuantiosas.

Me llamaron poderosamente la atención las declaraciones que hacía un psiquiatra húngaro en uno de los artículos:

"Las ofertas económicas de los laboratorios nos hacen perder la cabeza."12

Esas declaraciones me ayudaron a decidirme: pondría a prueba al director de un hospital de Budapest. ¿Estaría de acuerdo en llevar a cabo un ensayo no ético con pacientes depresivos?

A través del buscador Google13, di con el nombre y la dirección de correo electrónico del doctor Ákos Kassai­Farkas, director clínico del Hospital Nyiro Gyula en Budapest.

 


Un primer intento

El primer e­mail fue el más difícil. Me esforcé en encontrar el tono justo para no despertar las sospechas del doctor Ákos Kassai­Farkas.

La oferta la formulé en inglés. Para despertar su confianza, aludí a uno de los laboratorios más grandes del planeta: puse que un colega mío de Novartis me había recomendado dirigirme a él y que, a pedido de un importante laboratorio, estaba a la búsqueda de posibilidades para realizar un ensayo con un antidepresivo nuevo que era muy prometedor.

 

Le expliqué que teníamos planeado un estudio internacional para septiembre de 2001 y que ese estudio se realizaría en varios lugares: Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos.


11 - The New York Times, 16.5.1999; "The Body Hunters", The Washington Post, 17­22.12.2000
12 - "The Body Hunters", 77ie Washington Post, 18.12.2000
13 - http://www.google.com

 


Agregué que la compañía quería obtener primero la aprobación de las autoridades de salud de los EE.UU. y después de las autoridades europeas en Londres.

 

Pero que, para acelerar el tema, tenían previsto incorporar a los ensayos entre cuarenta y ochenta pacientes adicionales. Le pregunté entonces si su clínica podía poner a disposición esa cantidad.

Le comenté que las investigaciones previas ya casi habían concluido y que había que comparar el fármaco con el conocido antidepresivo sertralina (presente en el Gladem de Boehringer Ingelheim o el Zoloft de Pfizer) y con un placebo.

 

Esto significaba que, si del ensayo participaban 60 pacientes, se elegirían 20 al azar para recibir el antidepresivo nuevo, 20 recibirían sertralina (el antidepresivo probado) y a los 20 restantes se les suministraría un placebo. De este modo, después de algunos meses de tratamiento se podría determinar la eficacia terapéutica del nuevo antidepresivo.

En lo que respecta a las normas legales para desarrollar ensayos en Hungría, fingí no tener experiencia y agregué un par de preguntas que me interesaban.

 

Por ejemplo:

  • ¿Es necesario solicitar permiso a alguna autoridad estatal o en la administración del hospital antes de comenzar nuestro estudio?
     

  • ¿Existe algún comité de ética que examine y apruebe nuestro plan de ensayos?
     

  • Si no fuera posible conseguir suficientes pacientes en su hospital, ¿podría darnos nombres de otros hospitales húngaros?

Por su participación en el proyecto le ofrecía 3.500 dólares por paciente, además de "recompensas" económicas adicionales según la rapidez con la que se desarrollara el estudio.

 

Esto estaba muy por encima de lo que suele ofrecérseles a los médicos de Europa oriental y es comparable con los honorarios que reciben los médicos norteamericanos.

Un atractivo adicional: le puse que las transacciones financieras las haríamos a su gusto.

Tenía en mente alguna cuenta en Suiza o en Liechtenstein.




Confidencial

Cuando uno envía un mensaje por correo electrónico, espera una respuesta rápida. Pasó un día, luego otro, y uno más. Comencé a intranquilizarme. ¿Había cometido algún error?

Al cuarto día me llegó la respuesta, en inglés,14 del doctor Kassai­Farkas:

"Me alegro de que se haya contactado con nosotros. Por supuesto que nos gustaría tomar parte en el estudio y testear ese antidepresivo tan prometedor. Nosotros estamos en contacto con otros hospitales que tienen experiencia en ensayos. Naturalmente, trataremos todos los detalles en forma confidencial."

Al final de la carta agregaba como comentario que preferiría escribir en alemán, ya que le resultaba más fácil y suponía por mi apellido que yo era alemán o austríaco.

 

 

14 - El texto original: "It is a good feeling that you contacted us. Naturely we would like to take part in clinical trial of this very promising new antidepressant. We are in contact with other sites (in­ and outpatients services) with clinical experiences. Of course we handle the details confidentially"
 



Preguntas

Para ganar su confianza, deslicé en primer lugar un detalle (inventado) de mi vida privada: dije que yo era el producto de una "joint venture" entre una norteamericana y un austríaco. Después fui al grano.

 

Le hice una serie de preguntas:

  • ¿Cuántos pacientes con depresiones de moderadas a severas podían tomar parte en el ensayo?
     

  • ¿Qué reglas había que observar?
     

  • ¿Necesitábamos una conformidad del paciente por escrito?
     

  • ¿Había problemas en usar un placebo para el test?

Para no verme enredado en un diálogo sobre los detalles médicos del ensayo, le aclaré al doctor Kassai­Farkas que de esas cuestiones se encargaba el director técnico del laboratorio.

Le di al doctor Kassai­Farkas algunos datos básicos sobre el supuesto solicitante del estudio.

 

Le dije que se trataba de un laboratorio alemán muy importante, el cual había adquirido hacía poco el departamento de investigación de una prestigiosa universidad alemana para asegurarse los derechos sobre un nuevo principio activo catalogado por los expertos como revolucionario. Y que el dinero era lo de menos.

 

Y que recibiría información más precisa si el acuerdo llegaba a concretarse.

 


No hay problema

"Estimado doctor Weiss, tengo 144 camas en mi sector y 49 camas más en el 'Day Hospital'. Tratamos entre 500 y 700 pacientes con depresión por año."

A continuación seguía una serie de detalles, y, por último, este dato:

"Por supuesto que necesitamos la conformidad por escrito de los pacientes que participan del ensayo. En realidad, yo no tengo inconveniente en hacer ensayos con placebos, pero el comité de ética a veces lo hace un poco difícil."

El doctor Kassai­Farkas me indicó que su sector disponía de una página Web propia 15 en la que yo podría obtener información sobre estudios previos en "Erdeklódók figyelmébe" y "Aszponzorokés CRO­k figyelmébe" (en español: "Para interesados" o "Para patrocinadores").

 


Erdeklódók figyelmébe

Haciendo un clic en esas dos palabras húngaras, logré dar en el blanco: una lista en inglés de dieciocho estudios llevados a cabo con medicamentos en el departamento, en el pasado y en la actualidad.

 

Allí figuraban, entre otros:

  • tres estudios de la compañía suiza Novartis, entre ellos un estudio con placebo realizado en esquizofrénicos para probar un nuevo principio activo llamado iloperidona. Según los principios de la Declaración de Helsinki suscripta por la Asociación Médica Mundial, este tipo de ensayos con placebos estaría prohibido, al igual que los que se enumeran a continuación;
     

  • dos estudios con placebos en pacientes maníacos graves, financiados por el laboratorio inglés Glaxo­Wellcome;
     

  • un estudio con placebo de la empresa franco­alemana Hoechst Marión Roussel (ahora conocida como Aventis), llevado a cabo en esquizofrénicos con la sustancia experimental M100907;
     

  • dos estudios financiados por el laboratorio danés Lundbeck, entre ellos un estudio con
     

  • placebo con la sustancia experimental Lu­26­054, llevado a cabo en pacientes con depresiones de moderadas a severas;
     

  • y dos estudios sobre un nuevo antipsicótico, el aripiprazol, financiados por los laboratorios norteamericanos Bristol­Myers Squibb y Otsuka America Pharmaceutical.

Así que yo no era el único que hacía ofertas.

 

Me puse a navegar en Internet para encontrar más información sobre los medicamentos mencionados.


15 - http://w3.datanet.hu/~psych/Metodikaindex.htm (entretanto modificado por: http://www.tebolvda.hu/fontos/Metodikaindex.htm)



Miles de millones de dólares

Por lo general, en Alemania y en Austria sólo se habla de dinero en secreto.

 

Esto rige también para la investigación de los laboratorios.16 En cambio, los médicos norteamericanos están orgullosos de lo que hacen y del dinero que ganan haciendo lo que hacen.

 

A través de Internet, uno se entera de qué médicos y clínicas norteamericanas hicieron ensayos con un fármaco determinado... y de cuánto dinero les pagó por ello la compañía en cuestión.

Por ejemplo, ensayos con aripiprazol. En el hospital de Budapest, ya fue testeado dos veces por el doctor Kassai­Farkas. La empresa norteamericana Bristol­Myers Squibb esperaba que en el año 2001 las autoridades sanitarias de su país aprobaran este nuevo principio activo contra la esquizofrenia.

 

En los años anteriores, la compañía había organizado decenas de ensayos en todo el mundo, incluso en Hungría y en los EE.UU.

A través del buscador Google, uno se topa con incontables datos acerca de ensayos llevados a cabo en diferentes clínicas con aripiprazol.17 Sólo en los EE.UU. hay por lo menos 35.18

Bristol­Myers Squibb tiene cifradas grandes esperanzas en esta droga. Espera que sea un blockbuster. Así llaman los norteamericanos a los productos exitosos que barren con la competencia.

El 28 de noviembre de 2000, durante una conferencia desarrollada en Nueva York frente a cientos de especialistas en inversiones, los gerentes del laboratorio narraron el camino al éxito y las estrategias futuras de la compañía, una de las más importantes del mundo dentro del rubro farmacéutico.19

 

 

16 - Si uno observa, por ejemplo, el informe de actividades del pabellón de Psiquiatría del Hospital General de Viena (http://www.akh­wien.ac.at/generalpsychiatry/lB96.pdf), puede comprobar que los fondos para la investigación otorgados por organismos oficiales están minuciosamente listados, pero que, en cambio, no hay ninguna referencia al dinero proveniente de la industria farmacéutica. ¿Señal de que tienen la conciencia sucia?
17 - http://www.google.com Conceptos de búsqueda: aripiprazole research usa volunteers
18 - Universidad de California, Donald M. Hilty, Medical Doctor: dos ensayos, uno de los dos controlado con placebo, por los cuales recibió u$s 190.000 y u$s 103.000 en concepto de honorarios. Universidad de Southern Illinois, D. McManus: un ensayo controlado con placebo, con una retribución de u$s 232.000. Universidad de Texas, Dr. Alexander Miller: cuatro estudios, a cambio de un total de u$s 420.250 en concepto de honorarios. Universidad Mercer en Atlanta, Dr. Michael W. Jann: dos ensayos controlados con placebo a cambio de una retribución de u$s 594.000.

Algunos médicos o clínicas buscan pacientes para participar en esos ensayos directamente en Internet, aclarándoles que pueden llegar a ser tratados con un placebo en lugar de con un medicamento efectivo. En el Hartford Hospital del Estado de Connecticut, al norte de Nueva York, un médico de nombre J.W. Goethe está realizando tres ensayos con aripiprazol, dos de los cuales son controlados con placebo
19 - A Strategy For Growth". En http://www.bms.com/static/growth/index.html



En la década del noventa, la compañía había logrado atravesar - con apenas algún rasguño - el desastre jurídico y financiero relacionado con el implante de siliconas para agrandar el busto.

 

En la actualidad, Bristol­Myers Squibb reparte entre sus accionistas dividendos del orden de los dos mil millones de dólares, con un nivel de ventas de 15.000 millones de dólares.

Durante la conferencia, el presidente del directorio, Charles A. Heimbold, declaró:

"Estoy orgulloso porque entre enero de 1994 y diciembre de 2000 alcanzamos el objetivo que yo me había propuesto: duplicar las ganancias y las cifras de ventas."

Por su parte, el presidente de la compañía, Peter R. Dolan, aseguró a los presentes:

"Volveremos a acelerar enormemente el crecimiento de nuestra compañía, y dentro de los próximos cinco años llegaremos a ser el doble de grandes."

No pasó inadvertida la fascinación en su tono de voz:

"Lograremos productos mega­blockbuster que nos traerán miles de millones de dólares."

Bristol­Myers Squibb obtiene sus ganancias principalmente con la comercialización de fármacos nuevos, demostrando de ese modo la formidable rentabilidad del negocio.

 

Los dividendos que se reparten entre los accionistas no han dejado de aumentar en los últimos 28 años, ni una sola vez cayeron. "¡Un récord!", confirma satisfecho el gerente de Finanzas, Michael Mee.20

 

 

20 - Michael F. Mee, en Investment Community Meeting, http://www.bms.com/static/growth/Índex.html
 

 


Modelo de declaración

Tras hacer esta breve excursión por Internet a los EE.UU., traté con cautela de que el doctor Kassai­Farkas me facilitara alguna documentación sobre los ensayos enumerados en la homepage de su departamento.

"Si no le genera demasiados inconvenientes, le estaría muy agradecido si me pudiera hacer llegar alguna presentación sobre algún estudio ya terminado, para poder organizar todo del modo más eficiente posible", le pedí en mi mensaje siguiente, agregándole:

 

"Supongo que la declaración de conformidad de los pacientes tendrá que estar por lo menos en dos idiomas. ¿Usted cuenta con algún modelo de declaración que ya haya usado?"



Respuesta con preguntas

El doctor Kassai­Farkas no respondió a mis inquietudes y, en cambio, empezó a formular sus propias preguntas, algunas de las cuales me hicieron transpirar bastante:

¿Cuántos ensayos clínicos organizó? ¿De qué tipo eran?

Además de los ensayos en Alemania, Inglaterra y los EE.UU., ¿hay algún otro planeado?

¿Cuántos pacientes de nuestro hospital deberán tomar parte en el ensayo?

¿Cuántos pacientes tomarán parte en otros hospitales?

¿Cuándo quiere empezar?

¿Cuánto demorarán el screening y el estudio?

¿Quiere un laboratorio central o uno local?

¿Qué tipo de investigaciones quiere hacer (tests psicológicos)?

¿Qué medicación concomitante se permite?

¿Dónde piensa hacer el investigator meeting?



Respuestas fáciles

La primera pregunta era muy sencilla de responder, ya que en uno de mis primeros mails yo había mencionado, previsoriamente, que los detalles médicos del estudio tenían que coordinarse con el director técnico del laboratorio.

Le contesté que yo todavía no había hecho ningún ensayo. Que no me había doctorado en Medicina, sino en Sociología Médica (una mentirita), y que había hecho un Master of Art de Economía Empresarial en la New York University (una mentira absoluta)

 

Le dije que sólo me encargaba de elegir con antelación los hospitales en los que se podían llevar a cabo los ensayos y de solucionar cuestiones financieras y organizativas. Y que la gestión clínica del proyecto - la dirección y el monitoreo del estudio - estaría en manos del doctor en Medicina Klaus VVerner, quien tenía una vasta experiencia en el área.

 

Así fue como le otorgué rápidamente a mi colega Klaus Werner el título de médico y de director del proyecto.

La segunda pregunta tampoco me trajo inconvenientes. Le respondí:

"Estamos planeando agregar otros lugares de investigación, uno en Austria, dos en Italia y probablemente otros dos en Hungría, con lo que se agregarían alrededor de 150 pacientes más."



Respuestas difíciles

A partir de la tercera pregunta, la cosa empezó a ponerse más complicada.

 

No tenía idea de cuántos pacientes reclutar para su hospital, así como tampoco tenía idea de cuántos reclutar para los demás hospitales. Me devané los sesos tratando de dilucidar qué quería decir screening en este contexto y cuánto podía demorar algo semejante. No tenía la menor idea de cuánto tiempo podía demorar el estudio. Tampoco sabía si necesitaba un laboratorio central o uno local.

 

La pregunta de los tests psicológicos me tenía tan desconcertado como la de la "medicación concomitante". Supuse que significaría "tratamiento coadyuvante".

 

Y tampoco sabía qué era un investigator meeting, no sabía ni cuándo ni dónde solían hacerse. Necesité navegar dos días en Internet para poder responder a todas esas preguntas en forma convincente.

 


Ida y vuelta

Mi respuesta al doctor Kassai­Farkas estaba salpicada de términos técnicos y de un saber especializado que había adquirido en forma acelerada: diagnósticos CIE­10 F32.1 o F32.2, escala HAM­D de 18 o más, Clinical Global Rating, medicación psicotrópica concomitante, etc.

Le pedí al doctor Kassai­Farkas que me propusiera un lugar para nuestro investigator meeting.

Suponía que la idea de ese encuentro era llevar a algún lugar turístico a todos los médicos que luego participarían del ensayo. Un viaje motivador a cargo de la empresa, para pasar un par de días al sol y bajo las palmeras, lejos de los pacientes y de la rutina del hospital.

Al final, deslicé un par de preguntas más:

¿Cuántos pacientes cree usted que podrían tomar parte del ensayo?

¿Hay posibilidades de que en su hospital participen pacientes en internación?

¿Los pacientes deben recibir algún tipo de retribución por su participación en el ensayo?

¿Enviamos todo el presupuesto del estudio a la administración general de la clínica o tienen prevista alguna asignación individual?

Además, volví a pedirle al doctor Kassai­Farkas que me diera nombres de otros hospitales húngaros con los que pudiera contactarme para posibles ensayos.
 

 


"Perfecto"

La respuesta pareció impresionar al doctor Kassai­Farkas.

"Me parece perfecto lo que cuenta del estudio. Ya estoy esperando nuestro encuentro y propongo al profesor Dr. Faludi Gábor (Budapest) y al profesor Dr. Ostorharics Horváth Gyórgy (Gyór) como integrantes del equipo de investigación.

"Con respecto al tema financiero:

"Usted tiene que pagarme una determinada suma a mí. Y además tiene que pagarle a nuestro hospital entre el 10 y el 20% del monto total. Por ejemplo: me paga 3.500 dólares por paciente a mí y otros 350 dólares a nuestro hospital."

Al final de su e­mail, el doctor Kassai­Farkas se refirió al Investigator Meeting:

"Sería lindo que el meeting se hiciera en algún lugar de Irlanda o de Sicilia."

Es probable que en el presupuesto de los laboratorios, ese tipo de gastos figuren como "investigación".

 

En definitiva, los que terminan pagando, a través de los precios de los medicamentos, son siempre los pacientes.

 


No hay problema

"Estimado doctor Kassai­Farkas, gracias por su respuesta. Veo que estamos cerca de llegar a un acuerdo.

"Quisiera pedirle nuevamente que me diera la cantidad más o menos exacta de los pacientes con los que podemos contar para nuestro ensayo, y que me indicara si dentro de esa cantidad se incluyen tanto pacientes ambulatorios como pacientes en internación. Nosotros no tendríamos problema en ello, ¿usted cómo lo ve?

"Acepto gustoso su propuesta para el Investigator Meeting (Sicilia o Irlanda) Próximamente le haré una oferta concreta.

"Con respecto a la cuestión financiera: Creo que no va a haber inconvenientes con su propuesta."

Respuesta del doctor Kassai­Farkas:

"Nuestros pacientes siempre participan de los ensayos en forma voluntaria, así sean ambulatorios, internados o pacientes que reciben atención diaria."



Ensayos con pacientes de internación

Mientras yo intercambiaba e­mails con el doctor Kassai­Farkas, en Austria se desató una discusión sobre ensayos clínicos no éticos a raíz de lo ocurrido en hospitales psiquiátricos de Salzburgo y Linz.

El periódico Der Standard ya había publicado investigaciones realizadas por los abogados de los pacientes.21 En muchos casos, los médicos habían efectuado ensayos con pacientes psiquiátricos de internación o legalmente incapaces. Esto viola a las claras los principios de la Declaración de Helsinki y también los fallos de la Corte Suprema de Viena.

 

En cambio, curiosamente, la Ley de Medicamentos austríaca lo permite.

En el pabellón psiquiátrico del sanatorio para enfermos mentales de Salzburgo se testearon, entre otros, los neurolépticos Zyprexa (del laboratorio norteamericano Eli Lilly) y Risperdal (del laboratorio belga Janssen­Cilag)
 


21 - Ver Standard, 7.3.2001 y 10­11.3.2001
 


A partir de una publicación científica y de lo expuesto allí por el director de la investigación, el Dr. Christian Stuppáck, se desprende que en total 260 pacientes internados y ambulatorios fueron integrados al ensayo con Risperdal.22

 

Además, en ese sanatorio de Salzburgo y en otros hospitales se realizaron muchísimos ensayos más, por ejemplo con el principio activo milnacipran, que es comercializado por la compañía austríaca Germania Pharmazeutika.

 

Entre marzo de 1999 y febrero de 2000 fueron incorporados a ese test un total de 519 pacientes depresivos.23

Intenté conseguir más datos a través de Internet, pero no tuve éxito. Y es que los psiquiatras austríacos, a diferencia de sus colegas húngaros, no son tan ingenuos como para poner a disposición toda la información que manejan.

 


Profesor Faludi

De modo que volví a inclinarme por Hungría.

 

Envié e­mails a los dos profesores de psiquiatría que el doctor Kassai­Farkas me había recomendado para los ensayos: el profesor Gábor Faludi, de la Universidad Semmelweis de Budapest, y el profesor Horváth Gyórgy Ostorharics, de un hospital de la ciudad de Gyór, en el oeste de Hungría.

Pasó una semana entera antes de que recibiera una respuesta del profesor Faludi, de la Universidad Semmelweis, Kutvolgyi Clinical Center, Department of Psychiatry:

"Estamos dispuestos a participar de la investigación. Le comento que nuestro personal tiene una vasta experiencia en ensayos clínicos para casos de depresión, esquizofrenia y trastornos de ansiedad. Disponemos de tratamientos ambulatorios e internaciones. Del ensayo podrían participar entre 15 y 20 pacientes."

Del profesor Ostorharics de Gyór, en cambio, jamás recibí respuesta.

 


Pepsi Cola

Antes de enviar otros mensajes al doctor Kassai­Farkas y al profesor Faludi, viajé a Budapest para encontrarme con Gábor Combos, director de la organización de autoayuda psiquiátrica Voice of Souls.

 

Combos había accedido a contactarme con pacientes que habían participado de ensayos clínicos.

Hacía diez años que yo no iba a Budapest, y el recuerdo que tenía era deprimente: el de una ciudad derruida y agobiante. Ahora que ingresaba en coche, tenía la sensación de estar frente a una metrópoli occidental.

 

A ambos lados de la calle, enormes carteles publicitarios de conocidas marcas occidentales:

Volkswagen. Mazda. Ikea. McDonald's. Holiday Inn.

Y muchas más.

Al principio, el encuentro con Gábor Gombos resultó una desilusión. Nadie me abrió cuando toqué el timbre en la dirección que me habían dado. Nadie me atendió cuando llamé por teléfono.

Para matar el tiempo, fui al hospital del doctor Kassai­Farkas. Quedaba en las afueras de la ciudad, sobre una avenida de varios carriles. En la entrada flameaba una bandera húngara. Un policía amistoso dirigía el ingreso y la salida de vehículos.

El pabellón psiquiátrico estaba ubicado en el edificio más nuevo del predio, en un rincón alejado.

 

Pepsi Cola, Pepsi Cola: en la planta baja, algunas ventanas estaban cubiertas con enormes letreros publicitarios que hacían pensar que uno estaba en una planta embotelladora de la multinacional.


22 - Ch, H. Stuppack: "Risperidon in der Behandlung akuter und chronischer Schizophrenie",
23 - Neuropsychiatrie, tomo 13, 1/1999, págs. 18­22
24 - Ch. H. Stuppack: "Hiñe Anwendungsbeobachtung mit Milnacipran", Jatros Neurologie/Psi/c/iwfríe 5/2000
 


Era una construcción de ladrillos grisáceos con ventanas espejadas, frío, repulsivo, atemorizante.

 

Pasé por al lado del portero, lo saludé con un gesto y miré a mi alrededor. El hall de entrada y los diferentes pasillos creaban la sensación de un movimiento hospitalario absolutamente normal. Había personas vestidas de civil yendo y viniendo de aquí para allá.

 

Pensé en dirigirme al doctor Kassai­Farkas y decirle:

"Buenos días, no soy un consultor farmacéutico, estoy escribiendo un libro que, entre otras cosas, trata de determinar si se respetan los principios éticos enunciados por la Asociación Médica Mundial."

Pero no llegué a hacerlo.

 

Volví a marcar el número de Gábor Gombos, que en el ínterin había llegado a su casa. Gombos era un hombre gentil, amable y servicial, que hablaba inglés y estaba muy bien informado sobre la situación de la psiquiatría en su país.

 

Se lamentó de no haber conseguido pacientes que estuvieran dispuestos a conversar conmigo sobre sus experiencias en los ensayos clínicos.

 

Gombos:

"Por supuesto que los médicos obtienen una conformidad por escrito de los pacientes o sus familiares. Pero de ahí a que sea voluntaria...

¿Usted qué interpreta por voluntaria? Si usted está en un pabellón cerrado y el médico le ofrece trasladarlo al pabellón abierto... a condición de que tome parte en un ensayo clínico, ¿usted diría que no? Eso es exactamente lo que ocurre."

Gombos lucha para que los pacientes estén mejor protegidos frente a los ensayos clínicos riesgosos. Quiere que la conformidad del paciente se obtenga únicamente en presencia del respectivo abogado.

 


Puras mentiras

En mi siguiente e­mail al profesor Faludi, intenté sonsacar su reacción respecto de los informes sobre ensayos clínicos en Europa Oriental que habían aparecido en medios norteamericanos.

 

Gábor Gombos decía que esos informes habían despertado un interés inusual en Hungría, y que el profesor Faludi incluso había dado su opinión públicamente.

En primer lugar le di las gracias por su disposición a realizar un ensayo. Pero... ¿no sería posible - le pregunté - elevar el número de pacientes, hasta el momento entre quince y veinte, a por lo menos treinta?

 

Le aclaré que si respondía en forma afirmativa, eso se vería reflejado económicamente por medio de honorarios adicionales. Me manifesté interesado por saber si tenía que calcular algún otro desembolso (además de los 3.500 dólares por paciente que había propuesto), y también por el tema de la distribución de ese dinero, es decir, con cuánto se quedaría él y con cuánto la universidad.

Después pasé a preguntarle lo que más me interesaba saber: le escribí que un colega mío de Novartis me había contado que otra vez había problemas para realizar ensayos clínicos en Hungría, y que la causa eran ciertos artículos que habían aparecido en los medios norteamericanos.

 

Para tirarle de la lengua, agregué:

"Supongo que se trata de la típica manipulación de esos periodistas que escriben sobre cualquier cosa pero no tienen idea de nada.

 

¿Hay algún inconveniente en hacer ensayos con placebo debido a ese artículo? ¿Hay algún inconveniente para obtener el consentimiento de los pacientes?

 

Disculpe que se lo pregunte tan directamente, pero es mejor aclarar los inconvenientes antes de que surjan."

El profesor Faludi se tomó tres semanas para responder. Yo ya pensaba que mis preguntas lo habían asustado.

 

Finalmente me escribió:

"Los estudios con placebo siempre han traído ciertos inconvenientes. Al menos en el caso de los pacientes esquizofrénicos o maníacos, propongo comenzar la investigación en el hospital. En el resto de los casos no veo ningún inconveniente.

"En lo que respecta a los artículos sobre ensayos clínicos en Hungría, eran puras mentiras. Pero no se preocupe: nada ha cambiado a causa de ellos."



Efectos colaterales inesperados

Entretanto, yo ya había concertado un encuentro en Budapest con el doctor Kassai­Farkas y le había anticipado que el director médico de mi mandante, el doctor Klaus Werner, también estaría allí para que pudiésemos conversar sobre todas las cuestiones que habían quedado pendientes.

Pero no iba a dejar que la cosa llegara tan lejos.

Un par de días antes de la fecha fijada para el encuentro les comuniqué al doctor Kassai­Farkas y al profesor Faludi que el comienzo de nuestro ensayo clínico tendría que ser aplazado a causa de un efecto colateral inesperado y que había que volver a revisar todo, de modo que no sería posible mantener nuestro cronograma. Les aseguré que volverían a tener noticias mías tan pronto se hubiese esclarecido el asunto.

Ya había obtenido toda la información que quería, de modo que trasladé mi investigación a Sudáfrica.
 



Multinacionales aquí y allá

Esto ocurrió a principios de abril de 2001.

 

Ante la Corte Suprema en Pretoria, y ante los ojos de la opinión pública mundial, comenzaba un juicio entablado por 39 laboratorios internacionales contra el gobierno sudafricano: se trataba de medicamentos contra el sida, de millones de muertos a causa del sida... y de mucho dinero.

No me sorprendió que los laboratorios que aparecían como querellantes en Sudáfrica fueran los mismos que figuraban en la lista de ensayos del doctor Kassai­Farkas:

  • Bristol­ Myers Squibb

  • Glaxo Wellcome

  • Hoechst Marión Roussel (esta compañía pasó a integrar el grupo Aventis)

  • Janssen­Cilag

  • Lundbeck

  • Novartis

Encabezando la lista había también trece empresas alemanas o de origen alemán con sus respectivas filiales.

 

Entre ellas,

  • Bayer

  • Boehringer Ingelheim

  • Merck

  • Schering

 


El sida en Sudáfrica

Al menos 5.000 personas mueren por día en África a causa del sida.24 Para el año 2005, esta enfermedad se habrá cobrado más víctimas fatales que la Primera y la Segunda Guerra Mundial juntas.25

La situación en Sudáfrica es especialmente grave. Allí hay más de 4,7 millones de infectados. Cada día, 1.700 personas (de las cuales 200 son recién nacidos) se contagian este virus letal. Hospitales y médicos hay muy pocos, y medicamentos, casi ninguno. ¿Quién es el culpable de esta tragedia humana y médica?

Para los activistas del sida y para el gobierno sudafricano, la cosa está bien clara: los culpables son los laboratorios farmacéuticos, que exigen precios obscenos por sus medicamentos e impiden así que los pobres en Sudáfrica reciban un tratamiento.


24 - Vie Washington Post, 12.12.1999, pág. A1
25 - Ibidem

 


A primera vista, en eso tienen razón. ¿Cómo hace alguien que gana 25 euros mensuales para pagar medicamentos que en Europa cuestan 800 euros por mes y más?

 


Ricos contra pobres

El gobierno sudafricano se ha convertido en un símbolo de la resistencia, al oponerse a las prácticas que despliegan los laboratorios multinacionales para defender sus ganancias a toda costa.

En 1997, el gobierno del por entonces presidente Nelson Mándela promulgó una ley que permitía copiar medicamentos vitales y producirlos (a bajo precio) o importarlos. De ese modo se recortaban los generosos derechos de patentes de los laboratorios por debajo del plazo de veinte años.

Las compañías intentaron derogar la ley por todos los medios.

 

Lobbistas muy bien pagos incitaron en Washington a la administración Clinton, más que nada a su vicepresidente Al Gore, a ejercer una sutil presión contra Sudáfrica. Los norteamericanos amenazaron con imponer severas sanciones comerciales.

Pero David se mantuvo en sus trece y consiguió el apoyo de numerosas agrupaciones contra el sida, que denunciaron públicamente el deshonesto proceder de este Goliat encarnado en las multinacionales y el gobierno norteamericano.

Cada vez que Al Gore hacía una aparición pública para promocionar su candidatura a la presidencia, tenía que vérselas con gente que le atribuía complicidad en la muerte de enfermos de sida en África. Agotado, el vicepresidente terminó por suspender su apoyo a las empresas hacia fines de 1999. Sudáfrica pudo celebrar una pequeña victoria.

Pero no por mucho tiempo.

 

A principios de 2001, las 39 multinacionales, junto con la Asociación Farmacéutica de Sudáfrica, demandaron al gobierno por violar el derecho de patentes.

 


La industria farmacéutica contra el Tercer Mundo

El gobierno sudafricano intenta generar una amplia plataforma para limitar el monopolio de 20 años que otorga el derecho de patentes, y eso es lo que perturba a las multinacionales.

 

Aquí no se trata únicamente del sida o de conseguir medicamentos baratos para combatir el sida: el tema es que un gobierno tercermundista quiere asegurarse el derecho de producir medicamentos en su propio país y del modo más económico posible, como para que los pacientes de bajos recursos también puedan adquirirlos.

 

Prácticamente ningún sudafricano está en condiciones de comprar remedios al precio del mundo occidental.

En la actualidad, el TRIPS (Derecho de Propiedad Intelectual) ya contempla la adopción de medidas especiales para acortar la duración de las licencias y producir preparados de tipo genérico.26 Pero para poder hacer entrar en vigencia esas medidas especiales, Sudáfrica tendría que declarar el estado de emergencia sanitaria.

 

El presidente Thabo Mbeki se niega a dar ese paso, argumentando que los negros ya sufrieron demasiado con las leyes de emergencia de los blancos. La explicación no suena muy convincente.

 

Es curioso que el gobierno sudafricano no diga abiertamente qué es lo que quiere: se trata, nada más ni nada menos, que de imponer en forma global y como un derecho humano el acceso a los medicamentos incluso para los pobres.


26 - TRIPS es la abreviatura de Trade Related Intellectual Property Rights
 


Está claro por qué los laboratorios se oponen rotundamente: el debilitamiento del régimen de patentes podría poner coto a sus fabulosas ganancias, las que generan a partir de la comercialización de nuevos medicamentos.

Goliat tiene el dinero, el poder, los acuerdos comerciales internacionales y el régimen de patentes de su parte. David cuenta con el apoyo de organizaciones de ayuda internacional como Médicos Sin Fronteras, con el grupo inglés Oxfam y con una asociación que nuclea a entidades de derechos humanos y damnificados, que se unieron para formar la Treatment Action Campaign (TAC).

Aquí hay mucho más en juego que un mero abaratamiento de los remedios contra el sida, por lo cual otros países en desarrollo están siguiendo atentamente esta disputa.

De hecho, no es que los países pobres del sur no contribuyan al progreso de la medicina. Todo lo contrario: sin la cantidad de ensayos clínicos que tienen lugar allí, los laboratorios tardarían mucho más tiempo en conseguir la documentación necesaria para la aprobación en Europa o en los Estados Unidos.

Pero una aprobación más rápida significa un aumento de las ganancias para los laboratorios. Por eso, los países pobres deberían obtener al menos el derecho sobre los medicamentos vitales, para producirlos en forma barata o importarlos a menor costo.

Indudablemente, a la industria farmacéutica le resulta imperioso proteger sus patentes para financiar las investigaciones. Al margen de las críticas que puedan hacerse, está claro que los laboratorios multinacionales son el motor de todos los progresos en el área farmacológica.

 

Salvo unas pocas excepciones, todos los tratamientos y los análisis para el sida fueron desarrollados por la demonizada industria farmacéutica. Si los laboratorios perdieran el incentivo de obtener ganancias a partir de esos medicamentos, se acabaría la investigación.

 

Sería poco inteligente sacrificar la vaca que se quiere ordeñar.
 



Los buenos y los malos

Cuanto más lee uno sobre el tema del sida en Sudáfrica, más tiene la impresión de que el límite entre los buenos y los malos es bastante borroso.

¿Cuál es la causa del sida? ¿Es un virus contagioso, tal como señalan hoy casi todos los expertos? ¿O hay otros factores en juego, como la pobreza, la subalimentación o precisamente aquellos medicamentos que se utilizan como tratamiento para el sida?

 

Esto es lo que afirman algunos investigadores californianos a quienes nadie toma en serio dentro del círculo médico oficial, pero que de todas formas acaparan la atención debido a un defensor muy prominente: el presidente sudafricano Thabo Mbeki.27

El presidente no sería presidente si no pudiera imponer sus opiniones. Éstas trajeron como corolario que decenas de miles de bebés sudafricanos hayan contraído el virus del sida y estén condenados a una muerte que podría evitarse.

En 1998, médicos tailandeses descubrieron que, si se aplica un remedio contra el sida durante una semana, el riesgo de transmisión del VIH por parte de las embarazadas a sus bebés disminuye en un 50%. Desde entonces, esta terapia se utiliza en todo el mundo para tratar a las embarazadas que están infectadas con el virus.

 

Pero en Sudáfrica el tratamiento estuvo prohibido hasta principios de 2001.

 

¿Por qué? Sostenían que era inocuo y que solamente causaba daño.28

 

En la actualidad, ya está permitido.


27 - Bartolomaus Grill: "Theater um HIV", Die Zeit 51/2000; Helen Epstein: "The Mystery of AIDS in South África", 77ie New York Revierto of Books, 20.7.2000, pág. 50
28 - Helen Epstein: "The Mystery of AIDS in South África", 77ie Neiv York Review of Books, 20.7.2000, págs. 50­55
 

 


Una pequeña victoria

Entretanto, la disputa judicial entre el gobierno sudafricano y los laboratorios quedó anulada.

 

Las compañías retiraron la demanda a mediados de abril de 2001, ya que su imagen empeoraba cada día más. Pondrán a disposición de Sudáfrica remedios contra el sida, baratos y en cantidad suficiente. La única concesión que recibieron a cambio fue un permiso de Sudáfrica para participar en la redacción de la ley de fabricación de genéricos.

Las empresas podrán absorber estas eventuales pérdidas sin mayor dificultad, ya que sus principales ganancias provienen de los tres mercados farmacéuticos más importantes: EE.UU., Europa Occidental y Japón. El resto de los países no tiene peso.

Pero la victoria del gobierno sudafricano deja un resabio amargo: no tiene validez global, y los contratos comerciales internacionales tampoco serán modificados en favor de los países más pobres. Éstos seguirán dependiendo de la misericordia de los poderosos.

Es probable que el gobierno sudafricano sólo haya ganado esta disputa porque, al tratarse del tema del sida, recibió el apoyo de numerosas agrupaciones de lucha contra esa enfermedad en los países industrializados.

 

En cambio, otras enfermedades como la tuberculosis, el cólera, la diarrea, la enfermedad del sueño, la bilharziasis o la malaria no son temas que movilicen al mundo, a pesar de que en África tienen los mismos efectos devastadores. Simplemente no son fashion. Además, casi no se hacen investigaciones para combatir esos males, ya que los nuevos remedios no generarían grandes ganancias.

Esta disputa por conseguir medicamentos nuevos que también estén al alcance de los pobres seguramente continuará. Sin embargo, cabe el temor de que esta lucha se desarrolle a puertas cerradas.

 

De esa manera, los países industrializados pueden imponer sus intereses de forma mucho más eficaz, a través de amenazas, sanciones, condicionamientos a la inversión y demás elementos de presión.

Kenia, India, Tailandia y otros países en desarrollo ya están en la mira de los norteamericanos.29

 


Demasiado tóxico

"Ahora el gobierno sudafricano no tiene más excusas para dejar de combatir de manera efectiva la epidemia del sida", dice Zackie Achmat, conductor del grupo de activistas TAC, que apoyó al gobierno sudafricano en su lucha contra los laboratorios farmacéuticos.30

Porque no alcanza con preparar remedios más baratos o gratuitos.

 

Si no se modifica rápidamente el sistema de salud pública, los medicamentos no van a servir de mucho. Hay que almacenarlos de manera adecuada. Además, quienes los toman deben someterse a controles periódicos para evitar efectos colaterales no deseados. Si los medicamentos se toman en forma inadecuada o con interrupciones, aumenta el riesgo de que se generen cepas resistentes del VIH y de que los remedios dejen de surtir efecto.

Pero lo que el gobierno sudafricano ha descuidado de manera imperdonable hasta el día de hoy es, sobre todo, la prevención.31 Salvo en algunos casos excepcionales, no se realizan análisis de VIH para constatar la infección.

Por el momento, las probabilidades de controlar la epidemia del sida en Sudáfrica son bastante remotas, a pesar de la victoria del gobierno sobre la industria farmacéutica.


29 - "World Trade Organization Evil Triumphs in a Sick Society", Guardian of hondón, 12.3.2001
30 - Cita extraída del Financial Times, 18.4.2001
31 - Helen Epstein: "The Mystery of AIDS in South África", The New York Review of Books, 20.7.2000, págs. 50­55

 


En una entrevista concedida el 24 de abril de 2001 a la cadena privada sudafricana e­tv, el presidente Thabo Mbeki declaró que a él no le constaba que los análisis de sida fueran realmente útiles.

 

Rechazó también la utilización de antivirales en los tratamientos, alegando que eran demasiado tóxicos y que su tolerancia no estaba comprobada.32

Algunos activistas ya declararon que el próximo objetivo de su campaña contra el sida podría ser el gobierno sudafricano.33

 


El caso de Uganda: un ejemplo

El estado de Uganda, en África Central, demuestra que las campañas de concientización y de tratamiento y el suministro de medicamentos baratos permiten bajar drásticamente las tasas de contagio.

 

En 1990 había un 14% de la población adulta de ese país infectado con el VIH. Para el año 2000 se había conseguido bajar esa tasa al 8,3% (820.000 infectados).34


32 - "Mbeki Questions HIV Testing", en http://www.worldaidsnews.com, 24.4.2001
33 - "Protests against Mbeki government", en http://www.rsa­overseas.com
34 - Según http://www.iinaids.org/hivaidsinfo/statistics/juneOO/
 

 

ENSAYOS CLÍNICOS NO ÉTICOS REGISTRADOS EN LA BIBLIOGRAFÍA MÉDICA

VIH (sida) 35

El VIH constituye un problema sobre todo en África y en el este asiático. Ya en 1994 se demostró claramente que un tratamiento con fármacos permitía evitar la transmisión del virus al feto durante el embarazo.

 

Sin embargo, en Asia y África hubo desde entonces por lo menos quince ensayos realizados por médicos en los que miles de mujeres embarazadas recibieron un placebo en lugar del fármaco probado. Los investigadores lo hicieron a sabiendas, a pesar del riesgo de contagio para los bebés.

 

Esos ensayos no fueron financiados por la industria farmacéutica, sino por entidades públicas: nueve de ellos por autoridades del gobierno norteamericano, cinco por otros gobiernos y uno por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA).

Existen muchos otros estudios en los que tanto laboratorios como médicos se abstuvieron (a sabiendas) de suministrar un tratamiento eficaz a los infectados.


Tuberculosis 36

En el Estado africano de Uganda, a mediados de los años noventa, se llevó a cabo un ensayo en el cual los pacientes infectados con VIH no recibían antibióticos para prevenir la tuberculosis.

 

Este ensayo fue financiado por un organismo gubernamental norteamericano: el Center for Disease Control. En EE.UU. o en Europa Occidental no se habría permitido realizar ningún estudio semejante.

 

En esos países, las normas clínicas indican que los pacientes con VIH que corren peligro de contraer tuberculosis deben recibir antibióticos en forma preventiva.

Este ensayo se publicó en septiembre de 1997 en la revista de medicina de mayor renombre mundial, la New England Journal of Medicine, desencadenando una discusión ética muy encendida entre los médicos.


Malaria 37

A mediados de los años noventa, médicos chinos inocularon deliberadamente el germen de la malaria a pacientes con VIH para investigar sus efectos sobre la enfermedad.

 

Estos experimentos fueron financiados por la fundación privada Eleanor Dana Charitable Trust, una organización de caridad de origen norteamericano.

 

En EE.UU. y en México los estudios de ese tipo habían sido prohibidos por los respectivos comités de ética.


35 - Peter Lurie, Sidney M. Wolfe: "Unethical Triáis", NEJM, volumen 337, Ne 12, 18.9.1997, págs. 853­ 855; Helen Epstein: "The Mystery of AIDS in South África", The New York Review of Books, 20.7.2000, págs. 50­55; Rothman, D. J.: "The Shame of Medical Research", New York Review of Books, 30.11.2000
36 - Whalen y otros: "A trial of three regimens to prevent tuberculosis in Ugandan adults infected with the human immuno­deficiency virus", NEJM, volumen 337, Ns 12, septiembre de 1997, págs. 801­808
37 - Heimlich H. J. y otros: "Malariatherapy for HIV­Patients", Mechanisms of Ageing nnd Development, volumen 93, 1997, pá:gs. 79­85; Chen Xiaoping y otros: "Phase­1­Studies of Malariatherapy for HIV Infection", Chínese Medical Sciences Journal, volumen 14, Nº 4, 1999

 

 

Experimentos con niños

En 1998, el médico norteamericano Peter R. Breggin denunció públicamente que la Food and Drug Administration había otorgado el permiso para que se realizaran experimentos en niños neoyorquinos con la fenfluramina (que por entonces ya estaba prohibida).38

 

En septiembre de 1997, ese mismo organismo había prohibido que el medicamento se continuara comercializando en EE.UU., ya que sus efectos colaterales incluían valvulopatías con riesgo vital y destrucción de células del cerebro.

 

Por esa razón, la fenflurafnina fue retirada del mercado en todo el mundo, incluso en Alemania, donde la distribuidora Itherapie la comercializaba como medicamento adelgazante con el nombre Ponderax.

Los niños utilizados como conejillos de Indias por los investigadores de las universidades de Nueva York y Oueens no eran niños elegidos al azar. Eran de origen negro o latino, de familias pobres cuyos miembros seguramente no formularían ninguna pregunta incómoda.

 

Estos ensayos fueron financiados por autoridades estatales.


Hipertensión arterial 39

En los años noventa se convenció a miles de pacientes en Europa Occidental, Europa Oriental, América del Norte, América del Sur y China para que participaran en investigaciones sobre la eficacia de los antihipertensivos.

 

También hubo clínicas alemanas que tomaron parte en esos ensayos. En aquel momento ya se había probado fehacientemente que el número de ataques de apoplejía e infartos disminuye si se efectúa un tratamiento medicamentoso.

 

Sin embargo, durante años, a la mitad de esos pacientes no se le suministró un medicamento eficaz, sino sólo un placebo, con lo cual los laboratorios y médicos involucrados estaban arriesgándose a sabiendas a que numerosos pacientes sufrieran ataques de apoplejía o infartos.

Dos de esos ensayos (Syst­Eur y Syst­China) se llevaron a cabo con el apoyo financiero de la compañía Bayer. Lo que se testeaba era la nitrendipina, un antagonista del calcio contenido en el medicamento Bayotensin.

La multinacional franco­alemana Hoechst Marión Roussel (que entretanto ha pasado a formar parte de la compañía Aventis) financió - a medias con la anglo­sueca AstraZeneca - otro ensayo denominado HOPE.

 

Lo que allí se testeaba era el ramipril, un inhibidor ACE contenido en el medicamento Delix de Hoechst Marión Roussel y en el Vesdil de AstraZeneca.

 

Una serie de pacientes participantes del estudio HOPE no recibió el tratamiento antihipertensivo adecuado,40 por lo cual su riesgo de sufrir un ataque de apoplejía o una afección cardíaca grave era mayor que el de otros pacientes.41

 

 

38 - Peter Breggin: "Recent FDA decisión highlights ethical issues in drug research on children", 21.4.1998, en http://www.sightings.com/health/drugchildren.htm
39 - J. A. Staessen y otros: "Randomised double blind comparison of placebo and active treatment for older patients with isolated systolic hypertension", Tlie Lancet, vol. 350, Na 9080, 13.9.1997, págs. 757­764; J. G. Wang y otros: "Long term blood pressure control in older Chínese patients with isolated systolic hypertension", Journal of Human Hypertension, vol. 10, noviembre de 1996, págs. 735­742; J.Wang y otros: "Chinese Trial on Isolated Systolic Hypertension in the Elderly", Archives of Infernal Medicine, vol. 160, 24.1.2000, págs. 211­220; "The HOPE Investigators", NE/M, 2000, vol. 342, págs. 145­153, págs. 154­160
40 - arznei­telegramm 2/2000, pág. 21 y sig.
41 - arznei­telegramm 1/2001, pág. 2

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