
	(IAR Noticias) 
	
	21-Octubre-08
	
	
	del Sitio Web
	
	IARNoticias
	
	
	Mientras EE.UU. ya se ha convertido en el epicentro del "peligro recesivo" a 
	escala global, paradojalmente su moneda, el dólar, ha experimentado una suba 
	vertiginosa durante las últimas semanas convirtiéndose en un "refugio seguro" 
	para los capitales que huyen de la crisis financiera. 
	
	
	
	En contra de las tesis 
	de los que sostienen que el Imperio USA está en "crisis terminal" y a punto 
	de ser desplazado del centro de las decisiones mundiales, su divisa se ha 
	disparado pese al déficit y los números en rojo que exhibe la economía real 
	estadounidense. 
	
	 
	
	Es la mejor prueba de que la teoría del "desacople" carece 
	de soporte en la realidad.
	
	Y hay una razón central que lo explica: Mientras se profundiza la crisis 
	financiera, inversores y países reconvierten sus activos y reservas en 
	dólares, 
	 generando de esa manera una fuerte demanda de la moneda 
	estadounidense.
generando de esa manera una fuerte demanda de la moneda 
	estadounidense.
	
	Pese a que EE.UU. atraviesa por la peor crisis financiera desde la Gran 
	Depresión, desde inicios de septiembre, el dólar se ha fortalecido un 8% 
	contra una canasta compuesta por las monedas de 26 socios comerciales, según 
	un índice de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
	
	El indicador se ubica en sus niveles de febrero de 2007, borrando la caída 
	del dólar durante el colapso de Bear Stearns y una serie de recortes en las 
	tasas de interés llevado a cabo por el banco central (FED).
	
	Hace cuatro semanas un grupo de países "emergentes" y "desarrollados" (entre 
	ellos Alemania) comenzaron a esgrimir la tesis de la "pérdida de influencia 
	de EE.UU." de la mano de la crisis económica y la debacle de su economía real.
	
	Según esas teorías, las turbulencias del sector financiero amenazan con 
	socavar el respaldo al dólar entre los inversionistas y perjudican la 
	competencia de bancos y mercados financieros de otros países que buscan 
	expandir su influencia global.
	
	Se afirmaba que la crisis en EE.UU. podría acelerar el cambio hacia una "nueva 
	arquitectura financiera" donde los países y sus economías dependiesen menos 
	de las decisiones que se toman en Washington y en los centros financieros de 
	Nueva York.
	
	Como reacción al colapso financiero en EE.UU., países y gobiernos "emergentes" 
	y europeos (los propios socios de USA) comenzaron a cuestionar el liderazgo 
	económico de EE.UU. y a proponer políticas alternativas al "modelo 
	estadounidense" y a su divisa monetaria.
	
	Curiosamente, esos mismos países están ahora reforzando y protegiendo sus 
	reservas en dólares y refugiándose en activos del Tesoro estadounidense.
	
		
		"La salud del dólar a largo plazo depende del apetito mundial por los 
	activos estadounidenses, que podría ser puesto a prueba en momentos en que 
	la economía se debilita y crece el gasto fiscal. 
		
		 
		
		Hasta ahora, el dólar ha 
	resistido todos los embates, dándole la razón a quienes piensan que su 
	prolongado descenso ya tocó fondo", señala The Wall Street Journal que hace 
	dos semanas se había plegado a las tesis de "pérdida de influencia de 
		EE.UU.".
	
	
	En vez de hundirse bajo el peso del rescate del sector financiero, la divisa 
	se ha disparado, para sorpresa de muchos observadores que esperaban que el 
	mayor gasto fiscal y los problemas de la economía estadounidense le pasaran 
	factura, apunta el Journal.
	
	En cambio, el dólar se ha beneficiado de la huida de los inversionistas de 
	los activos riesgosos así como de la descarga de apuestas que se hicieron 
	con dinero prestado.
	
		
		"La fortaleza del dólar me ha sorprendido", reconoce 
		Barry Eichengreen, 
	economista de la Universidad de California en Berkeley. "En este momento no 
	hay muchas alternativas más atractivas".
	
	
	Los analistas atribuyen el ascenso del dólar a tres causas principales:
	
		
			- 
			
			Marcha atrás en las tendencias de "inversión" (especulación), como la 
	compra de acciones en mercados emergentes y las apuestas al alza en los 
	precios del petróleo y las materias primas. Durante la agudización del 
	colapso financiero de las últimas semanas los "apostadores" se replegaron de 
	las inversiones en los mercados emergentes y abandonaron la especulación con 
	las materias primas y el petróleo y se refugiaron en el dólar, impulsando su 
	apreciación.
 
 
- 
			
			La divisa estadounidense también sube impulsada por la demanda de los 
	bancos de todo el mundo, desde Corea del Sur a Suiza, que pugnan por obtener 
	dólares USA luego de que los préstamos interbancarios prácticamente se 
	paralizaron en el último mes. Según el 
			
			Banco Internacional de Pagos, el 
	banco central de los bancos centrales, el dólar continúa siendo la "moneda 
	favorita de los bancos centrales" y representa un 55% de sus activos y 
	pasivos en moneda extranjera.
 
 
- 
			
			En medio de la agudización del colapso financiero, los "inversionistas" (tanto 
	extranjeros como estadounidenses) se abalanzaron sobre los bonos del Tesoro 
	estadounidense como un "refugio seguro". En julio y agosto, los últimos 
	meses de los que hay datos disponibles, los inversionistas estadounidenses 
	vendieron US$ 57.000 millones más en acciones y bonos de otros países que 
	los que compraron, la mayor repatriación de fondos de la historia. 
	
	La demanda de dólares por parte de los bancos centrales del mundo - según los 
	analistas - es determinante porque constituyen los principales clientes de la 
	deuda estadounidense.
	
	Un indicador de esa demanda es el monto de bonos del Tesoro que la Reserva 
	Federal tiene a nombre de otros bancos centrales. Las últimas cifras señalan 
	que tales activos aumentaron en US$ 100.000 millones en las últimas cuatro 
	semanas de crisis.
	
	Esta se trata - afirman los expertos - de una señal de confianza de los países 
	e "inversionistas" internacionales que es vital para el el dólar y el 
	sistema financiero de EE.UU.
	
	Si los inversionistas extranjeros dejan de comprar activos estadounidenses o 
	comienzan a venderlos, el dólar se desplomaría y las tasas de interés se 
	dispararían, dándole un golpe a una economía que ya se encuentra en cuidados 
	intensivos.
	
	Pero, en realidad, los países e "inversionistas", en plena crisis, no huyen 
	hacia el dólar por "muestra de confianza en EE.UU.", sino por razones de su 
	propia supervivencia amenazada por una crisis global en desarrollo.
	
	 
	
	
	
	En el actual sistema capitalista globalizado, el dólar es la moneda de 
	cambio y de reserva internacional, y los países de todos los continentes (Europa, 
	Asia, Latinoamérica y África) la utilizan en sus transacciones comerciales y 
	tienen la mayoría de sus reservas en dólares, por lo que el fin del dólar 
	implicaría un derrumbe mundial generalizado del sistema capitalista del que 
	ningún país estaría a salvo.
	
	Según el 
	Banco Mundial y el 
	
	FMI, más de un 70% de las reservas mundiales 
	están en dólares, frente a un 25% en euros de la Unión Europea, que también 
	utiliza el dólar. 
	
		
			- 
			
			China, la tercera economía mundial, después de EE.UU. y la 
	UE, tiene sus reservas en dólares (US$1,3 trillones) 
- 
			
			Japón con US$ 
	987,93 billones 
- 
			
			Rusia con US$ 300 billones 
- 
			
			Taiwán con US$ 261, 82 
			billones 
- 
			
			Corea del Sur con US$229,5 billones 
- 
			
			India con US$ 200 
			billones 
- 
			
			Brasil está cerca de los US$ 100 
			billones de dólares. 
	
	Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones 
	mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares, 
	según el Banco Mundial y el departamento de Comercio de estadounidense.
	
	Curiosamente, los países señalados por los teóricos del "desacople" como los 
	que van terminar con la vigencia de la economía "dolarizada" (China, Rusia, 
	Brasil, India, Corea del Sur y Taiwán, etc.) lideran la acumulación mundial 
	de las reservas en dólares.
	
	Por otra parte, EE.UU. es el mayor deudor en dólares y la quiebra de su moneda 
	produciría una cadena de quiebras generalizadas en el sistema financiero 
	internacional, tanto en Europa como en Asía y América Latina.
	
	EE.UU. tiene el mayor pasivo del planeta, y el 50 % de sus bonos públicos se 
	encuentran en manos de extranjeros.
	
	Los sostenedores del "eclipse del Imperio del dólar" afirman que la pérdida 
	de influencia de EE.UU. podría posibilitar áreas monetarias "independientes" 
	de la divisa norteamericana.
	
	Pero olvidan un detalle: La economía está 
	
	globalizada, y no hay 
	posibilidades de áreas capitalistas soberanas al margen del sistema financiero 
	internacional regido por el dólar.
	
	La creciente interrelación del mundo capitalista globalizado alrededor del 
	dólar explican porqué cualquier oscilación o desequilibrio 
	económico-financiero que tenga a EE.UU. como protagonista, impacta y se 
	esparce inmediatamente por todo el "sistema".
	
	En el centro del modelo imperial-económico capitalista globalizado, y a 
	modo de protagonistas centrales, se encuentran EE.UU. y la Unión Europea (los 
	principales compradores mundiales), y China (el principal vendedor mundial), 
	cuyas economías entrelazadas se proyectan como claves y dominantes en el 
	funcionamiento de todo el sistema capitalista a escala global. 
	
	 
	
	Las 
	operaciones se realizan mayoritariamente con el dólar como moneda de 
	transacción. Además, China tiene el 70% de sus reservas en valores y títulos 
	del Tesoro de EE.UU..
	
	Como se sabe, EE.UU. es el principal comprador de productos chinos en dólares, 
	y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y 
	materias primas de los "países emergentes" en dólares, con lo que se puede 
	deducir que si la divisa y el Imperio estadounidense colapsan (tal como 
	vaticinan los garúes del "desacople") el impacto se va a proyectar 
	inevitablemente en una crisis de China proyectada a los "países emergentes" 
	y a los países centrales.
	
	Si China, Japón, India, Rusia, Tailandia y Corea del Sur (los mayores 
	tenedores de reservas en dólares) resolvieran desprenderse de la divisa 
	estadounidense, como vaticinan los teóricos del "desacople, el mundo se 
	llenaría de papeles norteamericanos sin respaldo (el producto de la 
	especulación financiera y la deuda USA por casi un PBI mundial).
	
	Además, los motores del crecimiento asiático, China, India y Japón son 
	dependientes del comercio exterior con EE.UU. 
	
	Por lo tanto, los más interesados en salvar al dólar y a EE.UU. del colapso 
	son Europa y las potencias centrales, además de China
	y las potencias 
	emergentes, cuyo desarrollo económico depende de EE.UU. y de Europa y del 
	entramado de la economía global que tiene al dólar como moneda patrón.
	
	En consecuencia, si EE.UU. y el dólar colapsaran, simultáneamente colapsarían 
	el comercio exterior, el sistema financiero y el sistema económico 
	productivo, tanto de los países centrales como de los periféricos y 
	emergentes.
	
	La demanda y suba del dólar en plena agudización de la crisis financiera, 
	mientras el Euro (promocionado como su "sepulturero") se desploma, es la más 
	clara señal de que los países y potencias capitalistas lo consideran como la 
	única moneda segura.
	
	La escalada vertiginosa del dólar, mientras en EE.UU. se derrumban los bancos 
	y estallan en rojo todos los indicadores de la economía real, es la mejor 
	prueba de que la moneda imperial continúa siendo el único activo creíble 
	para refugiarse en tiempos de crisis.
	
	En los días más críticos del colapso financiero con epicentro en EE.UU. y 
	Europa, las poblaciones de Asia, África y América Latina, no se abalanzaron 
	sobre la casas de cambio para acopiar euros u otras monedas, sino para 
	comprar dólares haciendo disparar su cotización.
	
	Esa - más allá de cualquier análisis - es la más clara señal de que el sistema 
	capitalista está construido sobre el dólar como moneda patrón y símbolo 
	máximo de supervivencia.
	
	Y hay una conclusión emergente: El dólar solo puede morir, si se muere el 
	sistema capitalista.
	
	
	Y, curiosamente, las potencias y países que quieren "refundar" el sistema 
	capitalista sin el dólar tienen su bancos centrales atestados de reservas en 
	dólares y forman parte indivisible de un comercio internacional que solo 
	funciona masivamente en dólares.
	
	Demasiadas pruebas y señales concretas para creer (por ahora) en el cuento 
	de la "muerte del dólar"...