CAPITULO NUEVE - Un psicólogo y Seth conversan sobre la existencia. Otro episodio fuera del cuerpo

Cierto día, mientras todavía nos encontrábamos metidos hasta el cuello en las pruebas, vi un artículo de la Prensa Asociada, que real­mente me sorprendió. El Dr. Eugene Barnard, por aquel entonces un psicólogo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, presentó públicamente una declaración que se mostraba en favor de la proyec­ción astral y decía que él había proyectado su conciencia fuera del cuerpo y que ninguna alucinación estaba involucrada. El artículo tam­bién proporcionaba detalles concernientes a su investigación académi­ca en el campo de la parapsicología.

Realmente me sentí excitada al pensar que un psicólogo llevara a cabo sus propios experimentos con la proyección y, en tal virtud, le escribí. Me envió cartas durante algún tiempo y luego, en noviembre de 1966, Gene y su esposa nos visitaron. Nos llevamos espléndidamen­te. Él nunca me hacía sentir que yo tuviera que probar nada, lo que en realidad era un truco por su parte, puesto que quería satisfacerse a sí mismo respecto a la autenticidad de las sesiones con Seth.

Cierta noche celebramos una sesión fascinante que duró varias ho­ras. No fue sino hasta que ésta terminó, que comprendí lo que él bus­caba: ahora bien ¡ese es un buen psicólogo! Gene había interrogado a Seth, en lo que yo creo que se podría denominar "jerga filosófica pro­fesional", haciendo frecuentes referencias a teorías esotéricas orienta­les, con las que yo de ninguna manera estaba familiarizada. Gene posee su título de Doctor en Filosofía de la Universidad de Leeds, Inglaterra, en psicología experimental y daba clases en Cambridge. Asimismo, poseía un excelente conocimiento de la filosofía y religión oriental. No obstante, Seth no sólo lo aceptó, sino que en alguna forma que toda­vía no entiendo, usó la propia terminología y jerga de Gene para ba­tirlo en su mismo juego. . . con humor y gracia.

Esta sesión abarcó catorce páginas escritas a máquina y es, por tan­to, una pieza de la que resulta difícil dar extractos, sin incluir un buen trozo de información de fondo. A continuación se presentan porciones de la última mitad de la sesión. Con anterioridad, Seth y Gene habían estado discutiendo la realidad y Gene había comentado que la existen­cia era "una especie de broma encantadoramente colosal". Seth con­testó que "no es broma, sino un medio para que el todo se conociera a sí mismo".

Ahora Seth dijo: "La `broma' es sumamente importante. Si tú com­prendieras perfectamente que tu cuerpo físico es una ilusión, no esta­rías experimentando datos sensoriales."

-¿No puedo experimentar una ilusión que he creado para mí mismo?

"Puedes experimentar la ilusión; pero cuando experimentas la ilu­sión como ilusión, ya no la estás experimentando. Estás corriendo adelante de ti mismo."

-Pero no hay ningún lugar adonde ir -dijo Gene.

"No tienes que saberlo. Lo piensas. No estarás donde estás." -¿Hay alguna otra parte dónde estar? "No y sí" -contestó Seth.

-¿Hay algún otro lugar dónde estar que no sea una ilusión? "Te digo esto: sí."

-¿Cómo conoceré la diferencia? ¿Existe alguna manera de distin­guir entre la realidad y la ilusión, aparte de una creación de mi propia mente?

"Tú no lo sabes ahora. Cuando se llega a ese punto, estarás en posi­bilidad, si lo prefieres, de experimentar `cualquier realidad... ilusión' a voluntad; pero el yo que experimenta estas `realidades... ilusiones', se conocerá a sí mismo como realidad. No hay lugar para él adonde ir, porque él es la única realidad y creará su propio ambiente."

-Pero esa es una discusión del mí aquí y ahora.

"Según tus términos" -dijo Seth.

-También los tuyos.

-Según tus términos -repitió Seth.

-En los tuyos también.

"Examina la última declaración, entonces, cuidadosamente.­

-Hemos llegado a un círculo completo. Yo soy uno con la realidad que creo. No hay lugar adónde ir -afirmó Gene.

"Todavía debes ser capaz de experimentar cualquiera de estas ilu­siones, sabiendo que son ilusorias, con pleno conocimiento de su natu­raleza y aún así saber que la realidad básica eres tú mismo. No hay lu­gar adónde ir, porque tú eres el lugar. . . y todos los lugares... en esos términos. Pero la `broma' es pertinente. Debes estar lo bastante libre para explorar la naturaleza y experimentar cada cosa viviente dentro de tu propio sistema, sabiendo que eres tú mismo, y luego aban­donar tu sistema. Éstas deben ser experiencias directas."

-Pero yo no puedo abandonar el sistema, porque estoy en todos los sistemas simultáneamente.

"Estoy hablando en tus términos físicos. . . pero incluso en esos términos, todavía estás tratando con otros sistemas."

-No tengo elección.

"Estoy usando términos de continuidad ahora, simplemente a modo de explicación. Primero debe haber un periodo y luego éste ha pasado, cuando estás completamente inmerso en determinado sistema, como si no existiera otro; valoras el logro como una regla que se está alcanzando de esta manera. Esto no significa que no estés habitando en otros sistemas simultáneamente. La ilusión debe sondearse en toda su pro­fundidad."

-De la cual carece -apuntó Gene. "Tú creas la profundidad."

-Correcto y, al hacerlo, se ha hecho el sondeo. Nada hay que sondear.

"El sondeo es necesario. Algunos juegos son necesarios y siempre pertinentes."

-¿No es el objetivo jugar el juego... en vez de crearlo o sondearlo? "Tú mismo eres el juego, en esos términos." -En todos los demás términos, también. "Tú estás creando tus propias limitaciones" -dijo Seth. -¿Realmente existe más de un punto de vista? "Sí. Tú no estás aceptando la diversidad que existe."

-Yo estaría dispuesto a conceder una multiplicidad de formas ilusorias de la misma cosa. . . es decir, tú y yo. Todo uno.. ."No puede haber autotraición" -afirmó Seth. -Correcto, ni ninguna traición de otros.

"Pero la idea de autotraicionarse puede conducir a distorsiones." -Mas estas distorsiones son parte del juego que Shiva juega. "Preferiría llamarlo un esfuerzo amoroso."

-Por supuesto -aceptó Gene. Piensa en la estatua clásica de Shiva que se encuentra sobre el bebé despedazado: -una amorosa participación de la ilusión de tragedia-. Hasta en la ilusión de la auto­desilusión.

"Estás tratando de recortar muchos pasos para ti mismo." -Pero no hay ningún paso ¿o los hay?

 "Para ti, ahora, hay pasos." -¿No son ilusorios? "Ciertamente lo son" -dijo Seth.

-Si son barreras artificiales que yo creo en mi propia senda, seguramente que puedo quitarlas.

"Teóricamente así es, ciertamente. En la práctica hace que te corres­ponda cuidar tus pasos."

-Sí. Ése fue el comentario de Siddhartha.

"Hay niños tiernos que dejamos reposar. Debemos llorar por ellos, aunque sean (fragmento perdido). . . Debemos sentir por ellos, aun cuando sean de nuestra propia hechura" -replicó Seth. -Debemos amarlos, puesto que ellos son nosotros mismos.

"No puedes hacer menos -dijo Seth-. Difícilmente puedes ha­cer más."

-Hacer eso es abrir un ojo y ver que no hay sino un corto paso que dar.

"Tú estás jugando un juego" -advirtió Seth.

-Por supuesto; y también tú. Decimos que Shiva está jugando un juego y ¿quién es Shiva, además de ti mismo?

"Ciertamente estás jugando un juego contigo mismo; pero eso no importa y puede ser improcedente. Sin embargo es mejor que lo juegues reverentemente."

--¿Con reverencia a quién?

"Con reverencia hacia el yo."

-Está bien. No estamos hablando de propósitos contrarios.

"Existe una irreverencia santa y una irreverencia fugaz. Estás ju­gando un juego. Ambos son uno. Pero es mejor que te asegures que sabes esto perfectamente."

 

El Dr. Barnard fue lo bastante bondadoso para escribir una carta a los editores del presente libro, dando sus opiniones y mencionando esa sesión (la número 303). (Más que esto, me permitió usar su nombre verdadero, en lugar de ocultarse tras un seudónimo.) En esta carta decía: "En esa sesión yo escogí los temas de conversación, que eran claramente de interés tolerable para Seth y de considerable interés para mí y que, por esa época, yo tenía toda clase de razones para creer que eran en gran medida un territorio extraño para Jane. Asimismo.. . prefería proseguir con estos temas a un nivel de sofisticación que pen­sé, por lo menos, hacían totalmente improbable que Jane pudiera en­gañarme; substituyendo su propio conocimiento y marco mental por los de Seth, incluso en el caso de que yo lo estuviera haciendo incons­cientemente.. .

"La mejor descripción en síntesis que puedo dar de esa noche, es que fue para mí una deliciosa conversación con una personalidad o in­teligencia o lo que sea, cuya sapiencia, intelecto y acervo de conoci­miento, excedía en mucho el mío propio... En cualquier sentido en que un psicólogo de la tradición científica occidental entendería la fra­se. No creo que Jane Roberts y Seth sean la misma persona o la misma personalidad o facetas diferentes de la misma personalidad..."

Además de la sesión, Rob, los Barnard y yo disfrutarnos de un gran momento, discutiendo experiencias fuera del cuerpo.

Poco tiempo después de su visita, apareció finalmente en las libre­rías mi libro How you Develop Your ESP Power (Cómo desarrollar tu poder de PES). Empecé a recibir algo de correspondencia, aun cuando difícilmente puedo decir que estaba inundada. Una de estas primeras misivas fue la responsable de mi siguiente viaje fuera del cuerpo du­rante una sesión de Seth.

El 3 de mayo de 1967, Peg y Bill Gallagher llegaron de repente a nuestra sesión regular de lunes por la noche y, mientras nos hallaba­

mos sentados charlando, les informé sobre una carta que acababa de recibir y que me había resultado divertida y un poco molesta al mismo tiempo.

-Venía certificada y tuve que firmar por ella -les dije-. ¿Qué les parece? Proviene de dos hermanos que se encuentran en algún lugar de California y que quieren saber qué puede decirles Seth respecto a ellos mismos.

-¿Vas a contestarles? -preguntó Peg.

-Les enviaré una breve nota, dándoles las gracias por su interés o algo así. Seth puede hacer lo que quiera. Dudo que desee hacer algo.

Pero, como a menudo ocurre cuando trato de adivinar sobre Seth, estaba totalmente equivocada. Nuestra sesión, la 339, comenzó poco después y casi de inmediato abandoné mi cuerpo, aun cuando tuve sólo una pequeña sensación de hacerlo. De pronto me encontré revolotean­do en el aire, viendo hacia abajo sobre un vecindario determinado, que obviamente era algún lugar en el sur de California. De regreso en la sala, Seth se puso a describir lo que yo veía; pero me daba cuenta de su voz sólo de una manera distante. Para mí sonaba mucho más distante que una muy mala comunicación telefónica de larga dis­tancia.

No tenía idea de cómo decir a Rob que me encontraba fuera del cuerpo, puesto que Seth se estaba encargando de todo en la forma usual. Yo sabía que mi cuerpo se vería animado mientras Seth habla­ba. Una vez me reí de mí misma y pensé: "Tengo que enviarle un te­legrama". Mientras tanto, yo flotaba en el aire, muy alto, mirando hacia abajo en el lugar que Seth estaba describiendo. Era capaz de mo­verme, de cambiar mi posición para tener una mejor vista; pero no tenía conexión en lo absoluto con el cuerpo que se hallaba sentado en la sala. Seth estaba diciendo:

"Ahora bien, hay una pequeña huerta con limones para los herma­nos; una casa de estuco rosa, dos habitaciones en la parte de atrás; no es una casa nueva. Ellos solían usar la tabla ouija en la cocina. Están cerca de la esquina derecha de la manzana, mas no precisamente en la esquina. No están lejos del agua. Hay un pasto muy alto por un trecho y algunos postes de madera y alambrado."

Aquí, debido a lo específico del material, Rob empezó a preguntar si la proyección estaba involucrada.

-¿Te encuentras en el lugar ahora? -inquirió.

-Hasta cierto punto. Existen dunas de arena de alguna especie. Allí, he cambiado de posición. Ahora estoy frente a la casa. Las direcciones han variado un poco, debido a mi posición. Una estructura, que pare­ce un garage a mi derecha y, detrás, otras estructuras que conducen al agua. Más allá, un área de dunas y una playa. Ha entrado la marca.

Ahora aquí, yo estaba cambiando mi posición en el aire. Hasta don­de puedo discernir, yo era la que se hallaba en el lugar, no Seth.

-¿Qué hora del día es? -preguntó Rob. (Eran más de las 9 p.m. en Elmira.)

-Temprano en la noche. Se ven dos postes de madera bastante del­gados, no redondos, rectangulares en la parte superior, verás, quizás al nivel de la cadera-. Seth hizo un gesto a Rob para mostrar la foma y tamaño de los postes. Al mismo tiempo, yo flotaba sobre ellos, intri­gada porque no podía ver para qué se estaban usando; asimismo, me intrigaban los topes rectangulares.

"Enseguida, a la izquierda, la forma de una bahía. La tierra es como esto, ¿ves? Aquí Seth hizo otro gesto amplio para indicar la configura­ción de la costa. También dijo que la familia tenía una fuerte relación extranjera, aun cuando el nombre no era particularmente extranje­ro e hizo otras observaciones respecto a la historia y miembros de la familia."

Rob envió una copia de la sesión a los dos hermanos. Ellos remitieron de regreso una cinta en la que evaluaban la información. Posteriormen­te firmaron una declaración que se encuentra en nuestros archivos. La información de Seth respecto a su casa estaba correcta en cada uno de sus aspectos, incluyendo los datos sobre el área y la configuración de la costa allí.

Los hermanos vivían en Chula Vista, lugar que yo nunca he visita­do. Habitaban una casa de estuco rosa, con dos habitaciones en la parte de atrás. La esquina estaba a dos casas de distancia, a la derecha. La casa misma se hallaba a una milla de la bahía de San Diego. Numero­sas dunas de arena estaban cerca y los postes de madera, exactamente como fueron descritos, se hallaban esparcidos en las dunas.

La familia había venido de Australia, adonde esperaban regresar al­gún día. Varias otras impresiones, que no se mencionan aquí, estu­vieron correctas, otras equivocadas. Por ejemplo, Seth dijo que la madre estaba muerta, aunque en realidad estaba muy viva, si bien la familia la había cortado emocionalmente y no siempre vivía en casa.

Nuevamente, esta experiencia sugería todo tipo de preguntas con­cernientes a la relación de Seth y la mía en un episodio fuera del cuer­po. Presumiblemente él se queda en mi cuerpo, mientras yo salgo de él; pero ésta es una simplificación, estoy segura. Todavía estamos acu­mulando información sobre tales preguntas, tanto mediante sesiones como a través de nuestro propio trabajo.

Como siempre, cuando cosas como ésta encajan en la realidad, yo sonrío ampliamente. Nunca he sido una persona que acepte la palabra de otra respecto a la índole de las cosas, aún cuando en ocasiones he aceptado más de lo que debería hacer. Siempre he querido descubrirlo por mí misma. Nadie podría haberse mostrado más crítica respecto a sus propias experiencias, de lo que yo he sido, mientras que todavía mantengo suficiente libertad para experimentar. Así pues, después de este episodio yo empecé a relajarme. Había estado fuera de mi cuerpo otra vez y de nuevo las cosas se habían comprobado. ¿En qué forma me ayudaba Seth a hacer esto? ¿Cómo podía él registrar mis percep­ciones cuando mi conciencia estaba al otro lado del continente? Yo es­taba más intrigada intelectualmente de lo que puedo decir. Una cosa

sabía: él era muy tramposo al enviarme "fuera" sin mi conocimiento consciente previo de lo que estaba planeando. Lo hago mucho mejor de esa manera, porque no siento que se me esté ensayando y no tengo tiempo para preocuparme por los resultados. (¡Él también es un buen psicólogo!)

Esta experiencia y mi robustecida confianza obviamente hicieron posibles otros sucesos. Otros extraños escribieron, algunos de ellos expresando con urgencia su deseo de ayudar de una manera u otra. Mientras Seth insiste que la ayuda viene del interior. Ofreció excelen­tes consejos a algunos de ellos, junto con impresiones de clarividencia correctas respecto a su medio ambiente, -probablemente para hacer­me saber que teníamos a la persona adecuada, más que nada.

Nuestras sesiones de lunes y miércoles, donde Seth presenta mate­rial teórico, son todavía privadas, aún cuando ocasionalmente se deja caer algún invitado. A veces Seth celebra una sesión para mis estu­diantes de PES en noches de clases y durante la clase alude a la aplica­ción práctica del material.

En realidad, la única persona que ha asistido a nuestras sesiones pri­vadas con cierta regularidad, es Phillip. Seth le ha dado información concerniente a sus transacciones comerciales, prediciendo correctamen­te la situación de ciertos valores, entre otras cosas; y Phil está llevando registros del porcentaje de "aciertos" de Seth. El tiempo se extiende, para algunas de las predicciones, hasta varios años; pero Seth ha esta­do correcto respecto a un gran número de cosas que Phil ha estado en aptitud de verificar. No obstante, Seth no tiene el hábito de dar con­sejos durante las sesiones: insiste en que la gente tome sus propias de­cisiones.

Realmente nunca sabemos qué va a ocurrir en una sesión y una noche Seth verdaderamente nos sorprendió. Esa noche Phil se presentó sin anunciarse, como siempre. Nos informó que acababa de recibir un aumento de sueldo. Con un cómico encogimiento de hombros, dejó en el aire el monto. Cuando la sesión comenzó, Seth con rapidez men­cionó la cantidad en dólares, mientras sonreía ampliamente. Luego Phil preguntó a Seth si sabía algo respecto a una voz que había escu­chado en un bar local.

-La voz era masculina, ¿no es así? -preguntó Seth.

-Sí -repuso Phil.

-¿Y tú no la reconociste? Entonces no te lo diré. Ciertamente no lo haré.

-¿Era tu voz? Ocurrió todo tan rápidamente, que no tuve tiempo para pensar -dijo Phil con una mueca, mientras Seth y yo afirmába­mos con buen humor.

Durante nuestro primer descanso, Phil nos explicó: un mes antes él había estado hablando con una mujer joven en un bar local, cuando escuchó una voz masculina, clara y fuerte, que decía: "No, no", de modo muy enfático. Parecía provenir del interior de la cabeza de Phil. Nada como esto le había llegado a ocurrir a él antes y se sintió tan asombrado, que musitó una rápida excusa a la dama y se salió del bar. Seth admitió haber sido él quien habló a Phil. Después de nuestro descanso, dijo:

"La mujer se aferra en una forma que resulta desastrosa para aque­llos con quienes llega a tener contacto -y agregó que la mujer- te habría tomado como amortiguador entre sí misma y otro hombre y como un pretexto de regateo, exagerando tu ligero interés. De eso hu­biera resultado una situación muy desagradable. Debido a que me es­cuchaste, cambió todo el probable futuro."

Luego, proporcionó considerable información de fondo, diciendo que la mujer tenía un niño y sostenía relaciones con otro hombre.

-El hombre involucrado con ella tenía algo que ver con la mecáni­ca. Asimismo dijo que la señora era católica y que el problema estaba relacionado con un documento legal.

Después de esto, Seth procedió a decir a Phil dónde vivía ella., aun­que no dio una dirección exacta específica.

"Vive en... la tercera o cuarta casa, a la mitad de un callejón sin salida, en el sector norte de la ciudad pero al poniente de donde tú la encontraste..."

Todo esto resultó sumamente interesante para Phil, que no tenía idea alguna de dónde vivía la mujer y nada sabía respecto a ella... ex­cepto su nombre y probable edad. El fue a la ciudad al día siguiente, se dirigió de nuevo al bar y comenzó a hacer preguntas. Descubrió la di­rección de la señora por el cantinero y se dirigió a la calle para descubrir que Seth sabía bien de lo que hablaba. Vivía en la tercera casa antes del final del callejón. Era católica y tenía un niño y un amigo que era vendedor de automóviles, en lugar de mecánico.

Phil no ha regresado al bar desde entonces.

Rob y yo no sabíamos qué hacer sobre este asunto. Ciertamente pa­recía darnos alguna especie de evidencia para la naturaleza indepen­diente de Seth, a menos que Phil hubiera tenido una alucinación de la voz de Seth y hubiera sacado ventaja del hecho reclamando que era la suya propia (y yo lo dudo); luego, Seth ciertamente poseía informa­ción respecto a la mujer y el asunto, que Phil no tenía.

Obviamente, de acuerdo con Seth, podemos cambiar el futuro. Como dijo a Phil:

"En ningún momento los sucesos son predestinados. A cada mo­mento tú cambias y toda acción cambia toda otra acción. Yo estoy en aptitud de ver desde una perspectiva diferente, pero a pesar de ello, veo únicamente probabilidades. Respecto a esa noche en particular, probablemente vi una probabilidad que no era atractiva. Tú y yo la cambiamos."

En otro episodio, un amigo aseguró haber visto a Seth en circuns­tancias muy peculiares. Cierta noche, mientras me hallaba en cama, tuve una experiencia espontánea fuera del cuerpo, en la que me encon­tré en un salón atestado, hablándole con urgencia a Bill Macdonnel (nuestro amigo artista). Le sacudí el hombro con no mucha suavidad

e instantáneamente regresé a mi cuerpo. No había permanecido en la cama ni diez minutos, cuando me puse de pie de inmediato y anoté lo que había ocurrido, mientras se lo decía a Rob.

Exactamente una semana después, nos llamó Bill y parecía estar muy nervioso. Me dijo que le había ocurrido algo sumamente extraño y, en virtud de que todavía estaba muy inquieto por ello, pensó que debería discutirlo conmigo. Instantáneamente recordé mi propia expe­riencia y dije a Bill que aguardara mientras Rob recogía mis notas, con objeto de que pudiera comprobarlas mientras Bill hablaba. Bill me dijo que exactamente una semana antes había despertado de súbito. Seth se hallaba de pie junto a su cama, totalmente tridimensional, viéndose como aparecía en el cuadro que Rob había hecho de él. Sacudió el hombro de Bill y desapareció. Bill contó esto a su madre durante el de­sayuno el día siguiente y escribió un reporte para nosotros.

El incidente inquietó a su madre, quien hizo algún comentario en broma respecto a que deseaba que Seth y yo permaneciéramos en casa. Sólo que yo no creo que estuviera bromeando. Fue la intranquilidad de Bill la que le impidió llamarme antes y yo no quise llamarlo y apre­surarlo.

Antes que nada, pensé que había estado en un salón atestado de gente en mi experiencia fuera del cuerpo; pero Bill obviamente se en­contraba en su habitación, solo. Otra cosa, vio a Seth fumando un cigarrillo; yo fumo. ¿Tuvo Bill una alucinación sobre la imagen tridi­mensional de Seth? De ser así, lo hizo al mismo tiempo que yo sentía que estaba con él; y sintió a Seth sacudir su hombro mientras que, en mi experiencia, yo se lo sacudía.

Varias personas me han dicho que Seth se comunicó con ellas a tra­vés de la escritura automática; pero Seth niega haber tenido tales con­tactos, aduciendo que estas comunicaciones se limitarán a su trabajo conmigo, con el fin de que se preserve la integridad del Material de Seth. Sin embargo, de acuerdo con sus aseveraciones, ocasionalmente ha estado "en busca" de amigos.

Cierto día me encontré con la señora Brian, una antigua estudiante mía que, debido a enfermedad, abandonó las clases y quien me dijo que había leído un artículo de periódico respecto a este libro, que apa­reció en un periódico local. Contenía algunos extractos del Material de Seth y una reproducción del retrato de Seth que Rob pintara. La señora Brian sufría un terrible dolor de cabeza mientras leía el artículo y, de pronto, pensó que sentía la presencia de Seth. Una voz interna, pre­sumiblemente de Seth, le dijo que ella había venido sintiendo lástima de sí misma y que debería dejar de afligirse por su salud de inmediato, ponerse de pie y salir a dar un paseo. De este modo, mejoraría rá­pidamente.

Sumamente asombrada, hizo lo que se le había indicado y en ese ins­tante, desapareció la jaqueca. Ya al día siguiente se sentía mejor de lo que había estado en los últimos seis meses. Empezó a dar paseos de nuevo y se sintió rejuvenecida. Cuando me hizo el relato, yo simplemente asentí y sonreí. Con toda franqueza, no supe qué otra cosa hacer.

Interrogué a Seth respecto al incidente. En este caso, me dijo, la se­ñora Brian lo había usado como símbolo de su yo interno o supraconciencia, para dar ayuda o influencias curativas, así como consejo. La experiencia ayudó a la señora a usar sus propias facultades y la idea de Seth le permitió activar sus propias fuerzas curativas. Seth me dijo que no me preocupara por eso. Aparentemente está encantado por inspi­rar a otros de esta manera y servir como punto focal para sus propias energías creativas.

Se rehusa absolutamente a permitir que la gente lo utilice como muleta y esto va para mí también; y sostiene que el Material de Seth por sí mismo ofrece los medios por los cuales la gente pueda entender­se mejor, revalorizar su realidad y modificarla. A pesar de las sesiones celebradas de vez en cuando para ayudar a determinada persona y a pesar de sus incidentes de percepción extrasensorial, las sesiones conti­núan enfocadas primordialmente en el material. Es aquí donde pensa­mos que descansa el significado real de las sesiones.

Estamos mucho más interesados en el Material de Seth que en de­mostraciones de PES y siempre lo estuvimos. Creemos que ofrece exce­lentes explicaciones respecto a cómo funciona la PES o cualquier tipo de percepción y, para nosotros, esto es mucho más importante. Asi­mismo, aceptamos las declaraciones de Seth como explicaciones con sentido y muy significativas respecto a la naturaleza de la realidad y la posición de la humanidad dentro de ella. Sus teorías respecto a la per­sonalidad multidimensional, no son intelectualmente provocativas, sino emocionalmente desafiantes. Ofrecen a cada individuo la oportunidad de incrementar su propio sentido de identidad y propósito en la vida.

Las demostraciones de PES en las sesiones, siempre han tenido un propósito: tanto ayudar a aumentar mi confianza como adiestrar mis aptitudes e ilustrar un punto presentado en el material u ofrecer infor­mación para alguien que la necesite. Resulta fácil para mí olvidar que yo también insistí en mis "maravillas" y, en varias ocasiones, incluso negué la evidencia de mis propios sentidos, debido a la creencia equi­vocada de que de ese modo estaba siendo más científica al proceder así. Diré que siempre sentí un gran respeto por el Material de Seth y reconocí el alcance y lo novedoso de algunos de los conceptos que contiene.

Puesto que habíamos leído poca literatura psíquica cuando las se­siones empezaron, todo resultaba nuevo para nosotros. No fue sino hasta mucho tiempo después, que descubrimos que algunos de los con­ceptos de Seth habían aparecido en manuscritos esotéricos que se re­montaban a miles de años. Sin embargo, cuando aumentó nuestro co­nocimiento, descubrimos que en ciertas áreas críticas, las ideas de Seth se desviaban de las generalmente aceptadas en gran parte de la litera­tura espiritualista y metafísica.

Por una cosa: Seth no está, por ejemplo, de acuerdo con la existen­cia de un Cristo histórico, aunque concede la legitimidad del espíritu

de Cristo, como el lector podrá ver más adelante en esta obra. Si bien ve la reencarnación como un hecho, la coloca en un contexto de tiem­po enteramente diferente y reconcilia la teoría con la idea de tiempo "simultáneo". Quizá lo más importante, describe la reencarnación como sólo una pequeña parte de nuestro desarrollo total. Otras exis­tencias igualmente importantes tienen lugar en otras dimensiones no físicas.

Todo esto se halla entretejido con la idea de que la personalidad se compone esencialmente de acción. La descripción que Seth hace de los tres dilemas creativos sobre los cuales descansa la identidad, nos mueve a la reflexión y es original. Sus ideas sobre Dios son una extensión na­tural y fascinante de estas teorías.

Por lo menos para nuestro conocimiento, la teoría de tiempo inver­tido y el sistema de probabilidades, son enteramente originales en el Material de Seth. La idea de éste sobre la naturaleza del dolor, también se halla divorciada, según creo, del pensamiento metafísico corriente. Él ve el sufrimiento simplemente como un atributo de la conciencia y una indicación de vitalidad, considerado alarmante únicamente por aquellas áreas de identidad que todavía temen la muerte como un fin.

Pero de ahora en adelante, dejaré que Seth hable por sí mismo. He escogido extractos que tienen que ver con los tópicos a mano. En algu­nos casos, Seth proporcionó demostraciones para afirmar su argumen­to. En el capítulo sobre la salud, por ejemplo, he incluido extractos de algunas lecturas específicas y he seguido el mismo procedimiento con los datos referentes a la reencarnación. Para explicar sus teorías sobre la naturaleza de la realidad física, estoy usando extractos de una sesión en la que él realmente demostró que sabía de lo que estaba hablando -si una aparición en la sala puede pasar como aproximación legítima.

Me gustaría cerrar este capítulo con extractos de la sesión 329, re­gistrada en marzo de 1967, celebrada para un grupo de secundaria de un maestro amigo nuestro. Aun cuando Seth está hablando a adolescen­tes aquí, el mensaje tiene mucho significado para cada uno de nosotros.

"Tú creas tu realidad, de conformidad con tus creencias y expecta­tivas; por lo tanto, es tu responsabilidad examinarla con todo cuida­do. Si no te agrada tu mundo, entonces examina tus propias expectati­vas. Todo pensamiento, de una u otra manera, es construido por ti en términos físicos.

"Tu mundo está formado como una réplica fiel de tus propios pensa­mientos... Existen ciertas condiciones telepáticas que llamamos suposi­ciones de raíz, de las cuales cada individuo se percata subconscientemen­te. Usando éstas, tú formas un ambiente físico lo bastante coherente, a fin de que se halle en concordancia general, en cuanto a los objetos y su colocación y dimensión. Todo es alucinante en cierto modo y, no obstante, es tu realidad y tú debes moverte dentro de ella. El mundo en el que viven tus padres, existió primero en el pensamiento. Existió una vez en la composición de sus sueños y éstos hicieron brotar su uni­verso de ellos y así hicieron su mundo.

"Si no se valoran ustedes mismos, dirán: 'Soy un organismo físico y vivo dentro de los límites marcados por mí por el espacio y el tiempo.  Estoy a merced de mi ambiente. Si se valoran, dirán: 'Soy un individuo. Formo mi ambiente físico. Modifico y creo a mi mundo. Soy libre del espacio  y el tiempo. Soy parte de todo lo que es. No hay un lugar dentro de mí donde la creatividad no exista".

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