por John Hartung 
17 Mayo 2018

del Sitio Web ForeignPolicyJournal 

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

La historia de Moisés y los madianitas

por Barbara Griffiths 
 

Si Thomas Jefferson es parte de

la lista de abusadores del Movimiento #MeToo,

seguramente hay espacio para Moisés,

sus soldados y el dios que él inventó

para deificar el sionismo...

El abuso sexual es tan antiguo como la preocupación de los hombres sobre la paternidad:

el riesgo de que el niño putativo de un hombre pudiera no ser su hijo biológico.

Muchas reglas para asegurar la paternidad están codificadas en La Biblia. Una de esas reglas es que violar a las vírgenes es menos problemático que violar a no-vírgenes.

Las vírgenes no pueden estar en una etapa temprana del embarazo, por lo que no pueden dar a luz a niños engendrados por víctimas del genocidio, cuando la violación en masa resulta en descendencia.

Moisés era muy consciente de este enigma cornudo, por lo que impidió el problema al ordenar a sus tropas que mataran a todas las mujeres madianitas no vírgenes:

Ellos guerrearon contra los madianitas, como el SEÑOR ordenó a Moisés; y mataron a todos los hombres ...

 

Y los hijos de Israel tomaron a todas las mujeres de Madián cautivas, y a sus pequeños... Y trajeron los cautivos, presas y despojo a Moisés...

 

Y Moisés estaba enojado con los oficiales del ejército, con los capitanes sobre miles y los capitanes sobre cientos, que venían de la batalla.

 

Y Moisés les dijo:

"¿Has salvado a todas las mujeres con vida? ... mata a todos los hombres entre los más pequeños, y mata a todas las mujeres que conocen hombre acostándose con él.

 

Pero todas las jóvenes, que no han conocido a un hombre yaciendo con él, manténganlas con vida".

truncado de Números 31: 7-35 ^[i]

Solo 31,968 de las 32,000 vírgenes cautivas podrían estar disponibles para las tropas regulares porque se entregaron 32 de ellas,

"al sacerdote Eleazar, por una ofrenda levantada".

Números 31: 35-41

Hasta el día de hoy, en su oración matutina diaria, los hombres judíos ortodoxos observadores agradecen a su 'dios' por no haberlos hecho no judíos ('Baruch shelo asani goy' - 'Bendito es Él que no me hizo no judío') y por no haberme hecho una mujer ('Baruch shelo asani isha' - 'Bendito es Él que no me hizo mujer').

No es de extrañar...

Si hubo 32,000 vírgenes, parece razonable suponer que hubo una gran cantidad de no vírgenes.

Decidir a quién mantener y a quién matar habría sido una empresa importante. En un cuento demasiado imaginativo como para justificar la discusión sobre su plausibilidad, pero que revela claramente las actitudes predominantes, los rabinos del Talmud explicaron cómo se llevó a cabo la necesaria prueba de virginidad.

Cada mujer se veía obligada a sentarse a horcajadas sobre un barril de vino para que su vagina cubriera el agujero en el costado del barril.

Según el rabino Kahana hijo del rabino Nathan un aspirante a violador solo necesitaba oler el aliento de la mujer para descifrar si su himen estaba lo suficientemente intacto como para evitar que se levantara un ramo:

"Les hacían sentarse sobre la boca de un barril de vino. A través de cualquiera que hubiera tenido relaciones sexuales previas, el olor penetraba, y en cambio, a través de una virgen, su olor no penetraba".

Talmud - Yebamoth 60b

Esto simplifica las cosas:

huele a vino, saca a la mujer del barril y córtale la garganta ... no hueles vino, saca a la niña del barril y viólala.

Poner a miles de mujeres a través de este proceso en una cantidad razonable de tiempo habría requerido mucho más toneles de vino de los que los israelitas habrían traído consigo en una campaña militar, pero no había límite en la imaginación de Los 'Sabios' del Talmud.

La hipocresía está protegida por la interpretación "alegórica" de las historias bíblicas que literalmente promueven la depravación.

Si Thomas Jefferson ha sido parte de la lista #MeToo de abusadores, seguramente hay espacio para Moisés, sus soldados y el dios que él inventó para deificar el sionismo...

Nota

[i] Varios textos sagrados escritos después de la compilación de La Biblia expresan dudas sobre el genocidio de los madianitas... no debido a la colosal maldad del hecho, sino porque se percibió que la afluencia repentina de tantos shiksas vírgenes tuvo efectos disgénicos.