Informe presentado en Caribe.net

 

En Gakona, Alaska, lugar en donde se proponía instalar un ROTHR, existe un misterioso proyecto de la Fuerza Aérea y del “Navy” cuyas capacidades son motivo de alarma para científicos, médicos y ambientalistas alrededor del mundo.

El Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP por sus siglas en inglés) es el calentador inosférico más potente del mundo.

 

La milicia alega que algunos de sus propósitos son:

  • Reemplazar el obsoleto ROTHR

  • Mejorar las comunicaciones con submarinos

  • Bloquear comunicaciones del enemigo

  • Tomografía de penetración de la tierra para detectar armas nucleares y minerales a varios kilómetros de profundidad

El Departamento de la Defensa de EU (DoD por sus siglas en inglés) ha afirmado abiertamente que uno de sus grandes intereses en HAARP es su capacidad de controlar procesos ionosféricos. Su transmisor, que consiste en 360 antenas de 72 pies de alto, puede emitir poderosas cargas electromagnéticas hacia la ionosfera que causan que se caliente y se haga un agujero no menor de 50 km de diámetro en ésta.

La ionosfera es la capa del planeta eléctricamente cargada que nos protege de radiaciones cósmicas y de los varios rayos solares (ultravioleta, X, gamma) que son nocivos a la salud. La intención del DoD es perturbar la ionosfera para estudiar como ésta responde y como se recupera. El Dr. Richard Williams de la Sociedad Americana de Física califica esto como “un acto irresponsable de vandalismo global”. Tales experimentos causan efecto tras efecto en todo el planeta.

Existen otras alarmantes capacidades de éste y de otros calentadores ionosféricos descritas en separados documentos federales según nos dicen los científicos Begich y Manning, autores del libro Angels Don’t Play This HAARP: Advances in Tesla Technology.

La modificación del clima con propósitos militares ha sido contemplada con anterioridad. Begich encontró una patente de la ARCO Power Technologies Inc., constructores de HAARP, que dice que,

“la modificación del clima es posible... alterando los patrones de vientos de la alta atmósfera...”.

Gordon J. F. MacDonald, ex-director del Instituto de Geofísica y Física Planetaria de UCLA, escribió en su libro Unless Peace Comes sobre el uso de ésta tecnología para la manipulación del tiempo y del clima, descongelación de glaciares, control del oleaje de los océanos y la manipulación de las ondas cerebrales.

Documentos de la Fuerza Aérea y escritos de Zbigniew Brzezinski (Consejería de Seguridad Nacional del Presidente Carter) hablan sobre transmisores de radiación electromagnética de alto poder para manipular y perturbar los procesos mentales humanos de grandes poblaciones. Los opositores de HAARP comparan la capacidad ofensiva de éste calentador ionosférico con una “Caja de Pandora” la cual una vez se abra no se podrá cerrar.

 

El calentador ionosférico más potente del mundo. (apretar "F5" en su teclado)

HAARP es comparable con el ROTHR en varios aspectos. HAARP y ROTHR son radares que funcionan similarmente aunque ROTHR usa tecnología de los 80’s. Ambos consisten de antenas transmisoras y receptoras. Disparan potentísimas ondas electromagnéticas de alta frecuencia; por esto son usados actualmente para estudios ionosféricos.

 

Ambos utilizan la ionosfera como espejo para hacer llegar su onda más allá del horizonte, cubriendo regiones extensas. Ambos tienen potencial ofensivo, capacidades y usos ocultados. Ambos impactan negativamente el ambiente y la salud.

De la misma manera en que el DoD niega los usos bélicos de HAARP y su daño al planeta en su documento principal, podemos fuertemente considerar que la desinformación de la Marina de Guerra sobre ROTHR es indicio de que tiene aplicaciones de las cuales no se nos quiere informar debido al daño que causaría de ser instalado en nuestra Isla.

 

Esta es la nueva tecnología militar, la guerra electrónica. Es el motivo más razonable para explicar tanta insistencia en instalar el ROTHR en nuestra Isla, a pesar de su comprobada ineficiencia como estrategia anti-droga.

Recordemos los experimentos de detonaciones atómicas en la Isla de Bikini y en Nevada. Hoy, como ayer, el DoD prometió a sus poblaciones y a sus propias tropas que no sufrirían daño a su salud ni a su ambiente. En cambio, estos fueron terriblemente contaminados con radiación atómica.

 

Fueron “conejillos de India” de sus experimentos. Las autoridades que aprobaron tales proyectos no podrán responder a la pérdida humana de la cual hoy reconocen responsabilidad. La historia está a punto de repetirse aquí y ahora. No la olvidemos.

 

Aquellos que la ignoran están condenados a repetirla.