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  por Alexander Freund
 07 Enero 
			2022
 
			del 
			Sitio Web 
			DW 
			Información enviada por 
			JHGP
 
 
 
 
  
 
 
 Tiene 
			muchas mutaciones,
 
			pero no genera 
			mayor preocupación.  
			La variante 
			B.1.640.2  
			desató todos los 
			temores  
			tras conocerse 
			un estudio.  
			Ahora sabemos 
			que  
			un médico 
			polémico  
			está detrás de 
			la alarma... 
			
 
 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 
			la nueva variante del SARS-Cov-2, conocida como
			
			B.1.640.2, ofrece por el momento 
			pocos motivos de preocupación.
 
 El médico de la OMS Abdi Mahmud confirmó en Ginebra que la 
			entidad ha monitoreado esta variante desde noviembre.
 
			  
			Sin embargo, desde 
			entonces no parece haberse extendido mucho.  
				
				"Este virus ha tenido 
				muchas oportunidades para propagarse", dijo Mahmud, pero hasta 
				ahora ha aparecido secuenciado en unas 20 pruebas, y en solo una 
				desde comienzos de diciembre. 
			Caso opuesto es el de la
			variante ómicron, que entró por primera vez en la base 
			de datos de variantes del SARS-CoV-2 conocida como
			
			Gisaid el 23 de noviembre, y desde 
			entonces ha sido secuenciada más de 120.000 veces. 
			  
			  
			  
			Una variante 
			apenas extendida
 
 La primera vez que se detectó la nueva variante fue en octubre en el 
			sureste de Francia, hasta donde llegó una persona (vacunada) desde 
			Camerún.
 
			  
			Los investigadores 
			hallaron en total 12 casos en la región y la llamaron "I.H.U.", en 
			honor al instituto de investigación de Marsella que ayudó a 
			identificarla.  
			  
			El 4 de noviembre de 2021 
			la variante fue bautizada finalmente como B.1.640.2 y puesta en el 
			sistema Gisaid.
 El trabajo de investigación sobre este descubrimiento, que fue 
			publicado a fines de diciembre pero aún no ha sido revisado por 
			pares, causó alarma entre los expertos, porque la nueva variante 
			posee 46 mutaciones.
 
			  
			Y la variante ómicron, 
			que se extiende velozmente por todo el mundo, también tiene una 
			enorme cantidad de mutaciones, lo que ayuda a que se transmita más 
			rápidamente.
 
			  
			  
			Cautela entre 
			los especialistas
 
 El llamado a la calma de la OMS coincide con la evaluación que 
			realiza Jörg Timm, profesor y director del Instituto de 
			Virología del Hospital Universitario de Düsseldorf.
 
				
				"La variante ya fue 
				descrita hace algún tiempo y hasta ahora no se ha asentado, al 
				menos no en las zonas donde se hace secuenciación con mayor 
				frecuencia.    
				Ese es un indicador 
				muy claro de que no tiene ventajas en comparación con ómicron, 
				por ejemplo, variante con la que tuvimos desde el principio 
				claridad en cuanto a que se propagaría rápidamente.    
				Eso es algo que no se 
				vio con la variante B.1.640.2, por lo que nadie espera que nos 
				provoque grandes problemas". 
			También el virólogo Dr.
			Tom Peacock, del Imperial College London, escribió en 
			Twitter que no vale la pena preocuparse mucho.
 Pese a las primeras advertencias y al número relativamente bajo de 
			casos, las autoridades de salud de Camerún quisieron examinar 
			cuidadosamente la situación, dice el epidemiólogo camerunés Yap 
			Buom:
 
				
				"Estamos siguiendo de 
				muy cerca el caso y seguiremos secuenciando casos locales, para 
				poder comparar y ver si esa variante circula entre nosotros", 
				dijo a DW. 
			  
			
			
			 También en Francia
 
			hay 
			muchos escépticos de la vacunación  
			y 
			protestas contra las medidas de  
			
			restricción contra el covid.
 
			  
			  
			Sospechas 
			sobre quien se esconde tras la falsa alarma
 
 Tras la veloz expansión de la variante ómicron, no resulta extraño 
			que suenen las alarmas cada vez que se habla de una variante 
			con muchas mutaciones recién descubierta.
 
 Como vimos, este proceso se desató por un artículo aún no revisado 
			en el que participó también un controvertido investigador francés, 
			informó el equipo de chequeo de datos del noticiero alemán 
			Tagesschau.
 
 El médico e infectólogo 
			
			Didier Raoult es muy 
			controvertido en Francia, entre otras razones porque trata a los 
			pacientes de COVID-19 con
			
			hidroxicloroquina, un medicamento 
			para la malaria...
 
			  
			Esto gatilló una 
			amonestación por parte de la Asociación Médica Francesa, de 
			acuerdo con Tagesschau.
 Además, en el Instituto de Enfermedades Infecciosas fundado 
			por él en la Universidad de Marsella (IHU Méditerranée Infection)
			se han violado las 'reglas' de los estudios clínicos 
			sobre 
			el coronavirus.
 
			  
			Según Tagesschau 
			por ello se vio forzado a dejar su cargo como director del instituto 
			y la fiscalía abrió una investigación en su contra.
 
			  
			  
			Pronósticos 
			fallidos y tesis dudosas
 
 Raoult disfruta del estatus de "figura de culto" entre los 
			escépticos de la 'pandemia', a pesar de que sus pronósticos 
			sobre el tema han demostrado una y otra vez ser equivocados.
 
			  
			Por ejemplo, había 
			asegurado al comienzo de la pandemia que esta terminaría 
			rápidamente.
 Él mismo no quiere
			
			vacunarse contra el SARS-CoV-2, 
			porque asegura que la enfermedad - que ha causado 5,5
			
			millones de muertes en el mundo -
			no es fatal...
 
			  
			Además, advierte de 
			efectos secundarios desconocidos y 'no' 
			probados de las vacunas...
 
 
			 
			
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