08 Agosto 2022

del Sitio Web SputnikNews

recuperado a través el Sitio Web WayBackMachine

 

 

 

 

© Sputnik / Maxim Bogodvid

 



Rusia es uno de los principales

productores y exportadores de petróleo del mundo,

además de que su gas es central

para industrias preponderantes, como la alemana,

por lo que las sanciones impuestas contra sus energéticos

han impactado en el comercio mundial.

 

 

 

Las restricciones al petróleo ruso han derivado en fenómenos como Estados Unidos acercándose a Venezuela tras más de dos décadas de hostilidades derivadas del triunfo de Hugo Chávez en el país sudamericano, para aprovechar sus hidrocarburos, además de que Washington también ha crecido las adquisiciones de energéticos desde otras fuentes.

 

Joe Biden viajó a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos para pedir que multipliquen su producción de barriles de petróleo, con miras a nivelar su escenario energético, y el mismo Washington ha aprovechado la cercanía estratégica con México para comprarle más combustóleo.

 

Sin embargo, pese a la convencional concepción de la alianza energética entre Riad y Washington, los principales compradores de petróleo saudí son fuerzas regionales, en orden descendente,

China, la India, Japón, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos,

...según cifras del Observatorio de Complejidad Económica (OCE).

 

Así, Estados Unidos adquiere únicamente el 5,3% de las exportaciones petroleras saudi-árabes, mientras que China compra el 20% de su crudo a la venta.

 

Otros importantes productores energéticos del Medio Oriente, como Catar, también ubican entre sus compradores a fuerzas asiáticas, en este caso,

Japón, India, China, Corea del Sur y Singapur, en orden descendente....

Ante el corte de suministro de gas a Europa, España celebra el descubrimiento de tres nuevos yacimientos gasíferos en Argelia, su proveedor clave.

 

De acuerdo con el Banco Mundial, desde 2021 el aumento en la demanda de petróleo y gas generó en el país del norte de África un fortalecimiento de su producción energética.

 

Estos reajustes de las rutas comerciales planetarias también se observan en América Latina, donde,

la más grande economía regional y una de las más importantes del mundo, Brasil, tiene como principal destino de sus exportaciones a China, seguida de Estados Unidos, España y Países Bajos, según datos del OCE.

Argentina, otra fuerza territorial, cultural y económica en el panorama latinoamericano, también ubica entre sus principales compradores a China, sólo superada por el mismo Brasil.

 

Respecto a las ventas del petróleo estadounidense, Europa logró rebasar a Asia por primera vez en seis años, lo que evidencia el aumento del mercado para EE.UU.

 

Cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos demuestran que entre enero y mayo Europa compró alrededor de 213,1 millones de barriles de crudo estadounidense, frente a 191,1 millones adquiridos por los clientes asiáticos.

 

Sin embargo, Estados Unidos no podrá en lo inmediato satisfacer la demanda tanto de Asia como de Europa de manera simultánea, apuntan varios especialistas.

 

En tanto, si bien el intercambio de crudo ruso con Europa se redujo un 30% desde febrero, el país euroasiático acomodó 155.000 barriles por día en Medio Oriente y alcanzó su máximo de ventas en junio.

 

En su diversificación de mercado ante las sanciones, Rusia se convirtió en el segundo principal exportador de petróleo a la India, el segundo país más poblado del planeta, y alcanzó récords de venta a China vía marítima, con 1.100 millones de barriles diarios.

 

Estos movimientos del mercado energético planetario hablan de,

el surgimiento de un nuevo proceso productivo, estima en entrevista con Sputnik el profesor José Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

 

 

Reajustes de posibles mediano y largo plazo

 

Si bien estos reacomodos del mercado energético son temporales, distingue el maestro en relaciones internacionales, podrían convertirse en nuevos esquemas de relación a mediano y largo plazo si llegan a buen término.

 

"Va a haber una reconfiguración de la geopolítica y de la geo-economía y eso, por supuesto, incluye a los países principalmente productores y exportadores de energéticos, de ahí es que vemos que, por ejemplo, Venezuela tiene un acercamiento comercial y energético con Estados Unidos más allá de las diferencias políticas", declara.

"Es el mismo caso de Irán, que va a tener un acercamiento con Estados Unidos sin dejar de respaldar a Rusia", añade en diálogo telefónico.

 

 

 

Los beneficiarios del reajuste ambiental

 

Las agendas ambientalistas perfiladas para 2030, con las que se busca reducir la preponderancia de los combustibles fósiles, como el Acuerdo de París, de todos modos plantean un reacomodo de las fuerzas de distribución de recursos, recuerda Martínez.

 

"Pero esto estará marcado en un largo plazo, el inicio es en 2030, cuando termina la primera fase del programa que propuso (Joe) Biden en torno a su plan de infraestructura, de igual forma en 2030 China comienza su segunda fase en torno a la transición de energías no fósiles", describe.

"Lo que resta de la década vamos a ver una mayor participación de estos países, pero realmente quien está ganando y quien está incrementando sus ventas pues son principalmente las empresas trasnacionales energéticas que se encuentran en estos países que son productores, exportadores", destaca.

Otros beneficiarios antes de la transición energética son los actores en el comercio de mercancías, como Londres y Chicago, agrega.

 

 

 

 

Europa apostaba a no llegar al invierno

 

Se ha acusado que, pese a que sabía su dependencia de los energéticos rusos, la Unión Europea no hizo lo suficiente para prevenir un posible corte del suministro energético desde Moscú, algo que Martínez atribuye a que Bruselas apostó a que las tensiones entre Kiev y Moscú se aliviaran antes del arribo del invierno.

"De ahí es que toma por sorpresa a la Unión Europea, de manera particular a Alemania, que es el país europeo que más depende de los energéticos rusos, que no tenía las reservas suficientes para poder soportar el consumo de electricidad, de gas, en esta temporada de calor, que apenas está iniciando en Europa", apunta.

 

"Pero también ya está próxima la temporada de frío, que de aquí mucho depende el país europeo, esto llevó a la Unión Europea a que sus países miembros tuvieran, con base en el acuerdo de Versalles de mayo pasado, una reducción y un ahorro de gas de 15% para este próximo invierno, y aminorar el desabasto que se va a presentar", añade el analista.

No obstante estos esfuerzos, el incremento de los precios de la energía se mantiene y previsiblemente se disparará en noviembre, advierte Martínez.

 

Además, Estados Unidos tampoco encontró la suficiente capacidad energética para proveer a Europa, por lo que el conflicto entre Rusia y Ucrania se resiente entre los pobladores europeos, consumidores de energéticos.

 

 

 

 

Un reacomodo de la economía mundial con China al mando

 

Se están generando las bases para el surgimiento de un nuevo proceso productivo, sintetiza Martínez, en un fenómeno que es enunciado de distintas formas:

relocalización, reglobalización y otras.

Ahora se busca una redistribución de las cadenas de abastecimiento en contrasentido al modelo dominante de la década de 1990, analiza, con la hiperglobalización.

 

El país triunfal de este proceso de reacomodo, distingue el universitario, es China.

"China, en la década de los 90 se convierte en la fábrica mundial y cómo a partir de 2001, cuando ingresa a la OMC (Organización Mundial de Comercio), esa producción global desde su territorio la utiliza a favor en dos aspectos:

uno, atraer inversión y dos, reimpulsar y generar una producción local", apunta Martínez.

A 20 años del inicio de ese proceso, China no solamente tiene una presencia global sino que ha logrado abastecer tanto al comercio regional asiático como a sus mercados internos, describe.

"Vamos a ver cómo se da una mayor participación desde el Sur Global, y nuevamente es ahí donde China tiene una muy importante participación, paradójicamente el país que se preparó para el rompimiento de la globalización es el país que está impulsando nuevos procesos de distribución", añade.

Esta relocalización de los mercados con pulso chino quiere ser combatida por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anota Martínez, para romper la Nueva Ruta de la Seda que impulsa Pekín.

 

Biden quiere restarle relevancia a estas nuevas rutas, que engloban a 63 países, agrega el analista económico,

que cambiarán el modelo del mundo que hemos conocido...