Febrero 2018
del Sitio Web JenReviews

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

 

 

 

 

 

Beneficios para la salud

 

El ajo pertenece al género Allium, por lo que es un pariente cercano de las cebollines, cebollas, cebolletas, puerros y chalotes.

 

Conocido científicamente como Allium sativum, el ajo ha sido utilizado para el consumo humano durante miles de años.

 

La investigación arqueológica muestra que las principales civilizaciones antiguas como los,

  • Egipcios

  • chinos

  • Babilonios

  • Romanos

  • Griegos,

... usaron el ajo como medicina, así como para dar sabor a los alimentos (1).

 

Uno de los nutrientes más beneficiosos que se encuentran en el ajo es la alicina, un compuesto de azufre responsable del olor del ajo.

 

La investigación científica muestra que el compuesto tiene varios beneficios para la salud, incluyendo,

  • La prevención de enfermedades cardiovasculares

  • propiedades antioxidantes

  • prevención de la fatiga,

... entre muchos otros beneficios.

 

El ajo contiene una gran cantidad de otros nutrientes que incluyen.

  • vitamina C

  • sulfuro de dialilo

  • selenio

  • vitamina B6

  • vitamina B1

  • cobre

  • manganeso

  • calcio

  • fosforoso

Los siguientes son algunos de los beneficios para la salud del ajo que la evidencia científica respalda:

 

 

1. El ajo puede ayudar a prevenir la fatiga

 

Las civilizaciones antiguas usaban el ajo para evitar la fatiga entre los trabajadores, así como para mejorar su fuerza y rendimiento laboral (1).

 

En los primeros estados griegos, a los olímpicos se les daba ajo a ingerir, para aumentar su rendimiento.

 

Varios estudios en animales han demostrado que el ajo puede ayudar a mejorar la resistencia durante el ejercicio (2). En estudios en humanos, el ajo es efectivo para mejorar las condiciones de las personas que sufren de fatiga física o fatiga debido a las condiciones climáticas frías.

 

Un estudio mostró que el aceite de ajo ayudó a reducir las frecuencias cardíacas en pacientes con enfermedad arterial coronaria cuando fueron sometidos a ejercicio moderado (3). El estudio también mostró que los pacientes mostraron una mayor tolerancia al ejercicio después de administrar el aceite de ajo.

 

El ajo contiene tiamina (vitamina B1) y piridoxina (vitamina B6) y los estudios muestran que cuando se combinan con otros nutrientes, la tiamina y la piridoxina pueden ayudar a reducir la fatiga en pacientes con enfermedad renal en etapa terminal (4).

 

Otro estudio demostró que la tiamina era un agente eficaz contra la fatiga durante el entrenamiento de resistencia (5).

 

Los estudios también muestran que una deficiencia en fósforo y cobre, componentes principales del ajo, es un factor de riesgo en el desarrollo del síndrome de fatiga crónica (67).

 

Conclusión: El ajo se ha utilizado como agente antifatiga desde los tiempos de los primeros olímpicos griegos. También contiene tiamina, piridoxina, cobre y fósforo, que ayudan a prevenir la fatiga incluso en pacientes críticamente enfermos.

 

 

 

2. El ajo es efectivo en el tratamiento y prevención de enfermedades cardiovasculares

 

Los estudios demuestran que la alicina, uno de los compuestos principales que se encuentran en el ajo, previene las enfermedades cardiovasculares al estimular la relajación vascular (8).

 

Además, los estudios también muestran que la alicina tiene el potencial de erradicar los síntomas y las afecciones relacionadas con la enfermedad cardiovascular (8). Estas condiciones incluyen hiperglucemia, hipertrofia cardíaca y agregación plaquetaria.

 

Las propiedades antioxidantes de la alicina también ayudan a prevenir y tratar la ECV mediante la eliminación de radicales libres en el cuerpo y estimulando la liberación de glutatión (8).

 

Los estudios en animales han demostrado que los extractos de ajo ayudan a reducir las presiones diastólica y sistólica, lo que reduce las posibilidades de desarrollo de hipertensión, que es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares (9).

 

Un estudio realizado en personas hipertensas muestra que el ajo es capaz de reducir la presión sanguínea en personas que ya padecen hipertensión (10).

 

El mismo estudio también muestra que el ajo tiene la capacidad de disminuir los niveles de colesterol ligeramente elevados en los seres humanos.

 

Además, los investigadores también descubrieron que la administración de suplementos de ajo puede ayudar a reducir la presión arterial en individuos con hipertensión esencial (11).

 

El mismo estudio ilustró que los compuestos de ajo ayudaron a aliviar el estrés oxidativo, además de ofrecer protección cardiovascular a estas personas.

 

Además, un estudio mostró que los extractos de ajo envejecido ayudaron a disminuir la presión sanguínea de las personas que sufrían hipertensión arterial tratada pero no controlada (12).

 

El ajo también es muy eficaz cuando se trata de disminuir la concentración sérica de colesterol total y LDL (malo) en sujetos que padecen hipercolesterolemia (13). Lo hace sin afectar los niveles de colesterol bueno, HDL. 

 

Otra forma en que el ajo previene las enfermedades cardiovasculares es aumentando los niveles de HDL e inhibiendo la oxidación del LDL (14).

 

Además, los compuestos activos en el ajo, como la alicina y la S-alil cisteína, poseen propiedades antiateroscleróticas, lo que previene la progresión de la aterosclerosis (15).

 

Otros estudios han demostrado que el ajo, debido a su alto contenido de potentes productos sulfúricos, es eficaz para proteger contra la trombosis (14, 15). El ajo lo hace al prevenir la agregación de trombocitos (14, 15).

 

Además de prevenir la agregación de trombocitos, el ajo también ayuda a frenar otros factores de riesgo al aumentar la microcirculación, disminuir la viscosidad del plasma y al reducir la presión arterial diastólica (1617).

 

Los estudios también indican que el ajo es eficaz para reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido que, en exceso, provoca accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y ataques cardíacos (16).

 

Además, un estudio demostró que el consumo de ajo a largo plazo era eficaz para proteger contra la rigidez aórtica, un factor de riesgo de complicaciones cardiovasculares, en los ancianos (18).

 

El fósforo contenido en el ajo también es efectivo para reducir la presión arterial en comunidades y personas que tienen un alto riesgo de desarrollar aterosclerosis (19).

 

El ajo también contiene cobre, que los estudios demuestran que puede ayudar a regular la presión arterial, y así prevenir la hipertensión y otros factores de riesgo de ECV (20).

 

Un estudio en animales demostró que una deficiencia en cobre produce hipercolesterolemia, que es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis (21).

 

El ácido ascórbico también se encuentra en el ajo y varios estudios han sugerido que el ácido puede ayudar a prevenir la aterosclerosis al prevenir el estrés oxidativo y la peroxidación lipídica (22).

 

Conclusión: El ajo, debido a sus diversos nutrientes, tiene la capacidad de reducir la presión arterial y los niveles de colesterol, que son factores de alto riesgo para las enfermedades cardiovasculares.

 

 

 

3. El ajo puede ayudar a mejorar la función inmune

 

Un estudio demostró efectivamente que el ajo ayuda a estimular y fortalecer el sistema inmune al estimular la activación de macrófagos, células asesinas, células T y B (10).

 

El mismo estudio también demostró que el ajo era eficaz en la protección del cuerpo contra las infecciones del tracto respiratorio superior.

 

Un gran estudio voluntario mostró que el ajo ayudó a reducir las apariciones de resfriado común, así como una duración reducida que padece un episodio de resfriado común (23).

 

Otro estudio demostró que la suplementación de la dieta con ajo podría ayudar a mejorar la función de las células inmunes al reducir la gravedad del resfriado y la gripe (24).

 

Los estudios también demuestran que el germanio, un componente del ajo, es eficaz para estimular el sistema inmunitario (25).

 

Un estudio también mostró que el selenio, otro compuesto encontrado en el ajo, era útil para mejorar la función inmune en pacientes sanos (26).

 

El mismo estudio mostró que los sujetos que tomaron selenio en la dieta tenían una menor susceptibilidad a las enfermedades virales.

 

Los estudios indican que la deficiencia en el elemento traza, el selenio, puede provocar el deterioro de las funciones inmunes (27).

 

El ajo contiene tiamina, y los científicos ahora saben que una deficiencia en la vitamina es la principal causa de sepsis en pacientes que están críticamente enfermos (28).

 

Los investigadores también coinciden en que la tiamina es esencial en la activación del sistema inmune (28, 29).

 

Un estudio mostró que la vitamina B1 y B6, cuando se combina con otros nutrientes esenciales, podría ayudar a mejorar la función inmune de los individuos que sufren de enfermedad renal en etapa terminal (4).

 

El ajo también contiene vitamina C (ácido ascórbico) y desde hace tiempo se ha sugerido que la vitamina puede prevenir y curar el resfriado común (22).

 

Algunos estudios también indican que el ácido ascórbico es capaz de activar el sistema inmune promoviendo la propagación de las células T durante una infección (22).

 

Conclusión: El ajo, a través de sus ácidos sulfúricos, ácidos grasos y nutrientes metálicos, puede ayudar a mejorar las funciones inmunitarias en los seres humanos.

 

 

 

4. El ajo contiene propiedades anticancerígenas

 

Los estudios en animales y humanos han demostrado de manera concluyente que el ajo tiene la capacidad de suprimir el desarrollo de tumores en el hígado, senos, estómago, pulmones, esófago, piel, próstata, colon y vejiga (3031333435)

 

Un estudio realizado en China demostró que el ajo era eficaz para reducir el riesgo de cáncer de próstata en los hombres (36).

 

El estudio demostró que el efecto del ajo sobre los tumores de próstata era menos potente en los hombres con cáncer de próstata avanzado, en comparación con aquellos que tenían un tipo de cáncer localizado.

 

Un estudio en animales realizado en las glándulas de mamíferos de los sujetos demostró que el ajo ayudó a inhibir la progresión del cáncer en estas glándulas al evitar que los carcinógenos se unieran al ADN de las glándulas (37).

 

Otros estudios han encontrado que el ajo, a través de uno de sus compuestos activos, el sulfuro de dialilo, es eficaz para prevenir el cáncer esofágico / gastrointestinal (3839).

 

El compuesto inhibe la formación de tumores, así como el metabolismo de la sustancia que causa el cáncer.

 

Otro estudio encontró que la alicina inhibió la propagación del cáncer de colon humano, del endometrio y de las células cancerosas mamarias en casi un 50% (40).

 

Los científicos creen que el ajo ayuda en la lucha contra el cáncer al eliminar los radicales libres, reparar el ADN dañado, estimular las actividades de enzimas esenciales como la catalasa, aumentar los niveles de glutatión y prevenir el daño cromosómico (4142).

 

Además, el ajo contiene selenio, que ha demostrado la capacidad de destruir los genes que están implicados en la carcinogénesis (43).

 

Otro estudio mostró que los extractos de ajo envejecido ayudaron a proteger contra el daño intestinal causado por el metotrexato durante la quimioterapia (44).

 

Los estudios indican que el selenio, que también se encuentra en el ajo, puede ayudar a reducir la aparición de cáncer y la muerte por cáncer (45).

 

Específicamente, el selenio ha demostrado una fuerte acción contra el riesgo de desarrollar cánceres de colon, pulmón, próstata e hígado, así como también la reducción de la mortalidad por estos cánceres (45).

 

También se sabe que la vitamina C posee actividades anticancerígenas al detener los radicales libres antes de que puedan formar tumores o causar daño al ADN (22).

 

Los estudios también indican que una baja ingesta de vitamina C o una deficiencia de la misma puede conducir a un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino (22).

 

Conclusión: El ajo tiene potentes propiedades anticancerígenas contra los principales tipos de cáncer que afligen a los seres humanos.

 

 

 

5. El ajo puede ayudar en la prevención y el tratamiento de la diabetes mellitus

 

Un estudio con animales encontró que los compuestos de ajo como OSC y alicina fueron efectivos para reducir los niveles de azúcar en la sangre en sujetos que padecen hiperglucemia crónica inducida químicamente (46).

 

Los estudios también indican que el ajo es eficaz en la mejora de la microcirculación (16), cuyo daño da como resultado las complicaciones más avanzadas que se observan en pacientes con diabetes (47).

 

Un estudio prometedor en animales ha demostrado que el extracto de etanol de ajo puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre en ratones que padecen diabetes inducida químicamente (48).

 

El mismo estudio mostró que el extracto de ajo fue efectivo para revertir la hiperglucemia.

 

Otro estudio demostró que el extracto de ajo envejecido era eficaz para prevenir la hiperglucemia inducida por el estrés, un factor de alto riesgo para el desarrollo de diabetes mellitus (49).

 

Un estudio en humanos demostró que el polvo de ajo reducía la concentración de glucosa en sangre y aumentaba la microcirculación en la piel, lo que ayudaba a controlar la diabetes (50).

 

Un grupo de científicos también descubrió que una combinación de ajo y tratamientos antidiabéticos estándar ayudó a mejorar el control glucémico en pacientes con diabetes tipo II (51).

 

Las investigaciones indican que el calcio, que se encuentra en cantidades significativas en el ajo, puede ayudar a prevenir y controlar el síndrome de resistencia a la insulina, que a menudo precede al desarrollo de la diabetes mellitus (52).

 

La tiamina, otro componente del ajo, puede ayudar a prevenir la progresión de la diabetes mellitus bloqueando las vías dañinas creadas por la hiperglucemia (53).

 

Conclusión: El ajo ha demostrado ser eficaz en la prevención y el tratamiento de la diabetes mellitus debido a su acción hipoglucémica.

 

 

 

6. El ajo contiene propiedades antimicrobianas

 

Varios estudios indican que los extractos de ajo son efectivos contra varios protozoos incluyendo,

  • E. histolytica

  • Leishmania

  • B. entozoon

  • O. ranarum

  • Crithidia

  • Candida albicans

  • Crithidia 

  • Leptomonas (15, 54) 

Los investigadores también han encontrado que el ajo crudo diluido demostró efectos antiparasitarios contra Hymenolepis nana y giardiasis (15, 54).

 

Los científicos también han descubierto que los extractos de ajo son útiles en el tratamiento de la Criptosporidiosis, una enfermedad causada por un parásito protozoario conocido como Cryptosporidium (55). Se cree que este es el parásito que causa diarrea en personas con VIH.

 

Otros estudios han demostrado que el ajo es un agente antibacteriano eficaz contra bacterias comunes como Estafilococo Aureus, Salmonella, E.coli, Micrococcus, Proteus, B. subtilis y Mycobacterium (15, 54).

 

Un estudio también demostró que diferentes compuestos de ajo eran efectivos en la prevención y reducción de H. pylori, una infección bacteriana que causa úlceras duodenales y gástricas (56).

 

Otro estudio mostró que el aceite y el polvo de ajo fueron efectivos en la protección contra bacterias entéricas humanas (57).

 

Un grupo de científicos también descubrió que la alicina, un compuesto activo en el ajo, mostraba actividad antibacteriana contra las bacterias resistentes a los antibióticos (15, 58).

 

Los investigadores también han demostrado que el extracto de ajo es efectivo en el tratamiento de S. aureus y E. coli, lo que lo convierte en un antibiótico potente (59).

 

Un estudio encontró que el extracto de ajo mostró actividad antiviral contra el citomegalovirus humano (15, 60).

 

Otro estudio demostró que el ajo también era efectivo en el tratamiento y la erradicación de la influenza B, el virus Coxsackie y el virus del herpes simple (15, 54, 61).

 

Los estudios también han indicado que los compuestos del ajo poseen actividad antiviral contra el rhinovirus humano tipo 2, el virus vaccinia y el virus de la estomatitis vesicular (15, 62).

 

Cuando se trata del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), los estudios han demostrado de manera concluyente que los compuestos de ajo como el ajoeno, el alcohol alílico y el disulfuro de dialilo son eficaces para combatir las infecciones por VIH en las células (15, 54, 6364).

 

Se ha demostrado que el selenio, un componente clave del ajo, detiene la progresión del VIH al SIDA, y también inhibe la propagación de otras infecciones virales (65).

 

La investigación también indica que los extractos de ajo son efectivos para combatir infecciones fúngicas comunes (15) que incluyen Candida albicans, Aspergillus, Botrytis cinerea, Trichoderma harzianum y estomatitis por dentadura postiza, entre otros (54, 66676869).

 

Conclusión: Los científicos han demostrado que el ajo es un antimicrobiano eficaz debido a sus propiedades antiprotozoarias, antifúngicas, antibacterianas y antivirales.

 

 

 

7. El ajo puede ayudar a proteger contra la hepatotoxicidad y es un desintoxicante eficaz

 

Los estudios demuestran que el ajo es eficaz para proteger las células hepáticas de la hepatotoxicidad inducida químicamente (15). Por ejemplo, las investigaciones muestran que el ajo puede ayudar a prevenir la hepatotoxicidad inducida por paracetamol (15).

 

Los estudios también demuestran que el ajo es eficaz para proteger contra la hepatotoxicidad inducida por gentamicina (15, 16, 70).

 

Además, la investigación ha demostrado que el ajo también es útil en la prevención de la hepatotoxicidad inducida por nitratos (15, 71).

 

Los estudios en animales también han demostrado que el ajo puede ayudar a revertir el daño por oxidación causado por la toxicidad de la nicotina (16).

 

Los investigadores han descubierto que el ajo es más eficaz en el tratamiento de la intoxicación por plomo ocupacional no grave que la penicilamina, un tratamiento químico que se administra a las personas que padecen envenenamiento por plomo (72).

 

Un estudio también descubrió que el extracto de ajo era eficiente en el tratamiento de la fibrosis hepática inducida por tetracloruro de carbono (73).

 

Otro estudio también mostró que los extractos de ajo protegían al hígado de la hepatotoxicidad inducida por NDEA (74).

 

Además, los científicos descubrieron que el ajo era eficaz en la protección del hígado contra las lesiones inducidas por el etanol (75).

 

El ajo también contiene fósforo, uno de los electrolitos clave que necesita el riñón para equilibrar los niveles de grasa, sodio, agua y ácido úrico (76). Cualquier cantidad encontrada en exceso se elimina a través de la orina.

 

Conclusión: El ajo es un eficaz agente antihepatotóxico y desintoxicante. Puede ayudar a prevenir y tratar la hepatotoxicidad causada por tetracloruro de carbono, nitratos, plomo, nicotina, gentamicina y paracetamol.

 

 

 

8. El ajo puede ayudar a mejorar la salud de los huesos

 

Un grupo de investigadores realizó estudios con animales sobre ratas hembras y descubrió que el extracto de aceite de ajo promovía la transferencia de calcio desde los intestinos a los huesos, ayudando a fortalecer los músculos esqueléticos de las ratas (77).

 

Además, el mismo estudio mostró que el aceite de ajo fue eficaz para mejorar el contenido mineral óseo y la resistencia a la tracción de los huesos (77).

 

Los investigadores también demostraron que el aceite de ajo podría ayudar a inhibir la pérdida mineral ósea causada por la deficiencia de la hormona ovárica (77).

 

Un grupo de científicos descubrió que comer ajo podría ayudar a prevenir la osteoartritis de la cadera debido a la acción del sulfuro de dialilo (78).

 

Otro estudio en animales demostró que el germanio contenido en el ajo era eficaz para restaurar la resistencia ósea y la masa ósea en sujetos que padecían osteoporosis (79).

 

El ajo también contiene una cantidad significativa de calcio, cuya deficiencia puede provocar una pérdida significativa en la masa ósea, así como raquitismo en los niños (80).

 

La administración de suplementos de calcio también ha resultado en una menor pérdida de masa ósea en mujeres posmenopáusicas (80).

 

El fósforo también es parte del ajo, y el elemento es esencial para mejorar el contenido mineral óseo, la densidad mineral ósea y un menor riesgo de osteoporosis en adolescentes y adultos mayores de veinte años (81).

 

Los científicos también han notado que un aumento en la ingesta de fósforo está asociado con un aumento en la ingesta de calcio, lo que ayuda a fortalecer y proteger aún más los huesos (81).

 

El cobre, que también se encuentra en el ajo, es importante para tener huesos saludables. Los científicos han descubierto que una deficiencia de cobre está estrechamente relacionada con la mineralización de los huesos y la osteoporosis (20).

 

Los estudios también muestran que una deficiencia en vitamina C, otro nutriente que se encuentra en el ajo, puede conducir a la pérdida de masa ósea y al desarrollo de osteoporosis (82, 83, 84).

 

Conclusión: El ajo contiene nutrientes que son esenciales para una salud ósea óptima, y sus deficiencias pueden provocar enfermedades óseas como la osteoporosis.

 

 

 

9. El ajo es rico en antioxidantes

 

Un estudio demostró que los compuestos bioactivos en el ajo ayudaron a inhibir la producción de radicales libres en el cerebro y el resto del cuerpo (85).

 

Otro estudio encontró que diferentes compuestos en el ajo tienen diferentes propiedades antioxidantes (86).

 

Alliin y alicina son capaces de captar superóxido, mientras que el disulfuro de alilo, alliin y alil cisteína, fueron capaces de atrapar los radicales hidroxilo libres.

 

Los estudios han demostrado que el disulfuro de alilo es capaz de reducir el estrés oxidativo que puede causar la testosterona, así como acelerar la descomposición de la testosterona (42).

 

Otro estudio demostró que el germanio, uno de los elementos traza encontrados en el ajo, es un antioxidante activo (87).

 

Los estudios también indican que una deficiencia en tiamina, una de las vitaminas que se encuentran en los ajos, produce un aumento en el estrés oxidativo (28, 88).

 

El selenio, un oligoelemento que se encuentra en el ajo, es otro antioxidante y ayuda a combatir el estrés oxidativo y el daño y la mutación del ADN (27, 89).

 

El cobre, un antioxidante ampliamente conocido y respetado, también se encuentra en cantidades abundantes en el ajo, lo que ayuda a prevenir el daño oxidativo (20).

 

Conclusión: El ajo contiene una gran cantidad de nutrientes que poseen capacidades antioxidantes, que ayudan a prevenir, reducir y revertir el daño oxidativo en el cuerpo.

 

 

 

10. El ajo puede ayudar a mejorar la función cognitiva

 

Un estudio en animales mostró que los compuestos activos en el ajo, como la alicina, fueron los responsables de mejorar la función cerebral y la memoria a corto plazo en sujetos que padecían hiperglucemia crónica (46).

 

Otro estudio en animales mostró que el ajo fresco ayudó a mejorar la retención de la memoria y el rendimiento cognitivo en ratas (90). Los investigadores opinaron que esto se debía a que el ajo tenía la capacidad de mejorar los niveles de serotonina en el cerebro.

 

Los estudios también han demostrado que al reducir el daño oxidativo y los altos niveles de colesterol y homocisteína, el ajo puede ayudar en la prevención de la demencia (91).

 

Además, la investigación ha demostrado que el ajo es útil para prevenir el deterioro cognitivo al proteger las neuronas del cerebro de la toxicidad y la muerte (16).

 

Otro estudio demostró que el ajo podría ayudar en la prevención de la enfermedad de Alzheimer al eliminar los radicales libres y prevenir la muerte neuronal (92).

 

 Un estudio también encontró que la vitamina B1, que también se encuentra en el ajo, es efectiva para mejorar la función cerebral, especialmente la memoria a corto plazo en niños pequeños (93).

 

Los estudios también han demostrado que una deficiencia de vitamina B1 puede conducir al desarrollo y progresión de enfermedades cerebrales como la enfermedad de Alzheimer (88).

 

El ajo también contiene fósforo y calcio, los cuales son esenciales para mantener una función cognitiva saludable en personas mayores (94).

 

Conclusión: Los científicos han demostrado que el ajo y sus compuestos son esenciales para el mantenimiento de la función cognitiva saludable y para la prevención de enfermedades cognitivas relacionadas con la edad, como el Alzheimer y la demencia.

 

 

 

11. El ajo puede ayudar a mejorar la salud de la piel

 

Un estudio mostró que los extractos de agua del ajo fueron efectivos para curar las verrugas y los callos cuando se aplicaban por vía tópica (16, 95).

 

El calcio, un constituyente significativo del ajo, también tiene un papel esencial que desempeñar en lo que respecta a la salud de la piel. Es responsable de la diferenciación y reproducción de la piel (96).

 

Otro estudio teorizó que el calcio, en forma de nanopartículas, en realidad podría ayudar a acelerar el proceso de curación de heridas en la piel (97).

 

Además, los estudios muestran que el calcio es esencial para promover la función de la barrera de la piel, así como para regular la estructura de la capa superior de la piel (98).

 

Los estudios también muestran que el selenio, la vitamina C y el cobre, que se encuentran en cantidades favorables en el ajo, son importantes para mantener una piel saludable debido a su estado antioxidante (99).

 

La investigación ha demostrado que la vitamina C es esencial en el proceso de curación de heridas, porque es responsable de la fusión del colágeno, que es especialmente importante en las personas que se han sometido a cirugía (22).

 

Conclusión: El ajo contiene vitamina C, cobre, selenio y calcio, que son esenciales para promover una piel saludable. 

 

 

 

12. El ajo puede ser usado en la lucha contra la obesidad

 

El ajo contiene calcio, y las investigaciones muestran que el calcio es efectivo para mejorar la regulación del peso y, por lo tanto, evita la obesidad / aumento de peso (100).

 

Los investigadores también descubrieron que una ingesta alta de calcio en la dieta está relacionada con un menor riesgo de obesidad y aumento de peso (52).

 

Los estudios también muestran que la mayoría de las personas obesas padecen una deficiencia de tiamina, y que la ingesta dietética de la vitamina de alimentos como el ajo puede ayudar a controlar la obesidad de manera efectiva (101).

 

Conclusión: El ajo contiene tiamina y calcio, que según los estudios son efectivos para promover la pérdida de peso, especialmente en individuos obesos.

 

 

 

13. El Ajo puede ayudar a proteger contra el síndrome premenstrual

 

Debido a su alto contenido de calcio, el ajo puede ayudar a combatir los síntomas de la depresión premenstrual, como los cambios de humor y los mareos, así como los síntomas psicológicos (102, 103, 104).

 

Otro estudio encontró que un aumento en la ingesta de calcio ayuda a reducir la fatiga, la depresión y los cambios en el apetito en las mujeres que sufren de síndrome premenstrual (103, 105).

 

El ajo también contiene cantidades relativas de vitamina B1, que según los científicos es efectiva para reducir los síntomas físicos del síndrome premenstrual (104).

 

Los estudios también muestran que una deficiencia en selenio, un elemento traza en el ajo, puede conducir a cambios de humor adversos, especialmente en mujeres que sufren de síndrome premenstrual (89).

 

Los científicos también han teorizado durante mucho tiempo que una deficiencia de vitamina B6, una de las vitaminas en el ajo, promueve el síndrome premenstrual (106, 107).

 

La investigación ha demostrado que las mujeres con síndrome premenstrual que son tratadas con vitamina B6 (piridoxina) muestran una mejora significativa, especialmente cuando se trata de síntomas emocionales (108).

 

Los estudios también indican que el ácido ascórbico (vitamina C), otro constituyente del ajo, puede ayudar a las mujeres a controlar los síntomas del SPM debido a su capacidad para metabolizar los ácidos grasos esenciales (108).

 

Conclusión: se sabe que el ajo es efectivo para reducir las perturbaciones físicas y emocionales que ocurren durante el síndrome premenstrual en las mujeres.

 

 

 

14. El ajo puede ayudar a promover un nivel de pH alcalino saludable

 

El calcio, un mineral que se encuentra en abundancia en el ajo, ayuda a promover un ambiente alcalino, que a su vez ayuda a reducir el dolor de espalda, mejora el crecimiento y mejora la efectividad de los tratamientos de quimioterapia (109).

 

El fósforo, en forma de fosfolípidos, ayuda a equilibrar los niveles de pH del cuerpo al evitar los niveles excesivos de compuestos alcalinos o ácidos (109).

 

Conclusión: El calcio y el fósforo contenidos en el ajo pueden ayudar al cuerpo a alcanzar un nivel de pH saludable, que es crucial en la prevención de enfermedades.

 

 

 

15. El ajo puede ayudar a promover la salud ocular

 

Debido a su gran cantidad de tiamina, el ajo es un buen candidato para promover la salud ocular. Un estudio mostró que el tratamiento con tiamina puede ayudar a revertir la pérdida de la visión, especialmente en casos de alcoholismo (110).

 

Los estudios también muestran que un aumento en la ingesta de tiamina en individuos que sufren de alcoholismo puede ayudar a sanar los nervios dañados por el alcohol responsables del movimiento ocular (111).

 

La investigación científica también muestra que la tiamina se asocia con un menor riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo abierto, que es una de las principales causas de ceguera permanente (112).

 

Los científicos también han teorizado que la tiamina, junto con otros compuestos de vitamina B, puede ayudar a detener el desarrollo de cataratas (113).

 

Conclusión: El ajo, debido a sus niveles significativos de vitamina B1, es esencial para promover la salud ocular adecuada.

 

 

 

 


Recetas sabrosas y saludables de ajo

Las siguientes son algunas deliciosas recetas de ajo que usted puede preparar para usted, su familia y sus invitados.
 

1. Ensalada de camarones de ajo 


Esta nutritiva ensalada se puede servir sola o como guarnición. Lleva 25 minutos preparar y cocinar, y la ensalada es adecuada para cuatro personas (114). 

La ensalada tendrá mejor sabor si compra camarones crudos y los cocina por su cuenta, en lugar de usar camarones ya cocidos. Asegúrese de que el camarón esté seco antes de cocinarlo, de lo contrario hará que el resto de la ensalada tenga un sabor desabrido.

Otro consejo para garantizar que esta ensalada salga a la perfección es dejar marinar el camarón durante unas horas.

 


Ingredientes

4 dientes de ajo prensados 

1 libra de camarón 

Sal y pimienta al gusto (suficiente para el camarón y el aderezo) 

3 cucharadas de perejil fresco (picado) 

4 cucharadas de queso de cabra 

1 cucharadita de miel 

Cabeza picada de lechuga romana 

½ oz de caldo de verduras 

1 cubitos de tomate 

3 cucharadas de jugo de limón 

1 cucharada de mostaza 

2 cucharadas de aceite extra virgen

2 cucharadas de mantequilla


Preparación

Descongele el camarón y asegúrese de que esté completamente descongelado. Una vez descongelado, séquelo con una toalla de papel.

A medida que el camarón se derrita, presione el ajo y luego déjelo a un lado. Corte el tomate en trozos de ½ pulgada y los espárragos en trozos de 1 pulgada y reserve. 

Ahora es el momento de cocinar el camarón. Simplemente derrita las cucharadas de mantequilla en una sartén grande a fuego alto. Agregue el camarón y sal y pimienta al gusto. Cocine hasta que el camarón esté ligeramente rosado, lo que debería tomar alrededor de tres minutos. Deje de lado.

Vierta el caldo de verduras en una sartén más pequeña, y cuando esté caliente, agregue el manojo de espárragos y saltee durante al menos cinco minutos, y luego deje a un lado.

Mezcle el ajo, el tomate, la sal, la pimienta, el aceite de oliva virgen extra, el limón, la miel y la mostaza. Inserte los espárragos, el langostino, el tomate y el perejil en el aderezo y deje que la mezcla se mate durante al menos 30-45 minutos.

Retire las capas externas de la lechuga, lave y pique. Coloque en un plato y luego sirva la mezcla de camarones y ajo sobre la lechuga. Rellene con el queso de cabra para hacerlo aún más sabroso.

 

 


2. Cebollas asadas y ajo

Este plato servido con vino seco es el mejor acompañamiento para un pollo asado seco, o puede decidir comerlo como está con un poco de pan a la parrilla (115). La receta está diseñada para servir a cuatro personas.

 


Ingredientes

4 dientes de ajo frescos 

Sal y pimienta negra al gusto 

8 cebollas 

Una onza de parmesano rallado 

5 ramitas de tomillo 

180 ml de fino 

4 hojas de laurel 

Una onza de mantequilla sin sal 

600 ml de caldo de pollo


Preparación 

Precaliente su horno de pared a 180 grados Celsius.

 

A medida que el horno se calienta, tome los bulbos de ajo y córtelos horizontalmente. Divida a la mitad las cebollas también. Coloque cada pedazo de ajo en la bandeja para hornear, acompañado de las cebollas a la mitad, sal, pimienta, hojas de laurel y tomillo. 

Hervir el caldo de pollo, y luego verter sobre las cebollas y el ajo. Haz lo mismo con el fino

Cubra firmemente la bandeja con papel de aluminio y colóquela en el horno para asar durante la siguiente media hora a cuarenta minutos. Retire la bandeja del horno y destápela. Vuelva a colocar la bandeja en el horno y deje que se asa durante un cuarto de hora más.

 

Esto debería permitir que el ajo y las cebollas se cocinen adecuadamente, y que el caldo se vuelva más espeso.

Retire del horno y agregue el parmesano y la mantequilla. Ajuste la pimienta y la sal si es necesario, y luego sirva.

 

 


3. Pollo a la parrilla con romero, ajo y cebollines

Esta es la comida familiar perfecta para el domingo por la noche y es apta para cuatro personas (116). Un consejo a tener en cuenta al asar el pollo es asegurarse de que el calor sea medio y estable. De lo contrario, las piezas de pollo pueden quemarse sin siquiera estar bien cocidas. 


Ingredientes

4 libras de pollo con la espina dorsal extraída 

2 cabezas de ajo, divididas a la mitad 

4 ramitas de romero 

2 racimos de cebollines 

2 cucharadas de aceite de oliva dividido 

Sal y pimienta al gusto


Procedimiento

Precaliente la parrilla y condimente el pollo con la pimienta y la sal. Cuando la parrilla esté caliente, coloque 1 manojo de cebollinos rojos, ajo y romero en una capa dentro de la parrilla. Estos servirán como aromáticos.

Coloque el pollo en la capa sobre la parrilla de gas, cierre la parrilla y deje que el pollo se cocine durante los próximos 40 minutos. 

Retire los aromáticos carbonizados de la parrilla y voltee el pollo. Asegúrese de haber cepillado el pollo con una cucharada de aceite antes de voltearlo. Ase el pollo durante los próximos diez minutos o hasta que la piel parezca crujiente. Una vez que esté cocido, póngalo en una tabla de cortar y déjelo enfriar durante al menos diez minutos antes de proceder a cortarlo en pedazos.


Tome los cebollines restantes y mezcle con la cucharada restante de aceite. Coloque la mezcla en una bandeja para hornear e insértelo en la parrilla. Deje que los cebollines se cocinen por aproximadamente cinco minutos hasta que estén tiernos. 

Retire los cebollines de la parrilla y sírvalos junto con el pollo. 

 

 


4. Tofu de ajo y jengibre

Si eres vegetariano, esta sabrosa comida se convertirá en la mejor de tu lista de comidas favoritas para hacer y comer.

 

Además, también es delicioso para los no vegetarianos, por lo que no es necesario cocinar comidas separadas para familias o invitados (117). Esta receta producirá cuatro porciones.

 

Toma un total de 1½ horas para hacer esta comida. It takes a total of 1½ hours to make this meal.

 

Ingredientes

¼ taza de arroz negro o vinagre balsámico 

2 dientes de ajo en rodajas finas 

1 cucharada de aceite vegetal 

Hojas de cilantro 

2 bloques de tofu de 14 libras 

¼ taza de salsa de soja (bajo en sodio) 

Un pedazo de jengibre cortado en pedazos delgados 

3 cucharadas de azúcar moreno


Preparación

Escurra el tofu, córtelo en cuatro bloques y colóquelo en una fuente para hornear.

 

Mezcle el vinagre, el azúcar morena y la salsa de soya en una cacerola y deje que hierva. Asegúrese de que todo el azúcar se disuelva antes de verter la mezcla sobre el tofu. Deje el tofu en la mezcla durante la próxima hora, y si tiene tiempo, deje marinar durante las próximas 8 horas. 

Una vez que ha marinado a su gusto, el proceso de cocción puede comenzar. Pon el aceite vegetal en una sartén grande a fuego alto. Cuando el aceite esté lo suficientemente caliente, vierte el ajo y el jengibre, asegurándote de revolver a menudo hasta que ambos condimentos comiencen a dorarse. Esto debería tomar al menos un minuto.

Retira el tofu del adobo y sécalo. Reserva el adobo para un uso posterior. Pon el tofu en la sartén con el ajo y el jengibre, y cocina hasta que esté dorado por todos lados. Esto debería tomar como máximo cinco minutos. Agrega el adobo a la sartén y deje cocer hasta que se reduzca. Esto debería continuar por dos minutos. 

Retire el tofu y colóquelo en un plato. Espolvoree algunas hojas de cilantro sobre el tofu y sirva.

 

 


5. Langosta y bistec con ajo Mantequilla de Chimichurri

Esta deliciosa receta es para todos los amantes de la carne. Es fácil de hacer con solo 10 minutos necesarios para la preparación y 15 minutos para cocinar (118).

 

La receta servirá a dos personas.

 


Ingredientes

2 filetes de costilla 

2 colas de langosta 

2 dientes de ajo 

2 cucharaditas de pimentón 

2 cucharaditas de sal 

2 cucharaditas de cilantro 

2 cucharadas de orégano picado 

2 cucharaditas de cilantro 

¼ taza de perejil picado 

1 cucharadita de azúcar morena 

½ taza de cilantro 

Un diente de picado ajo 

1 chile picado fresno 

¼ cucharadita de pimienta de cayena 

1 filete de anchoa finamente picado 

Aceite de oliva 

2 tazas de mantequilla sin sal 

Papas fritas


Preparación

El primer paso es hacer la mantequilla de ajo.

 

Precaliente el horno a 200 grados Celsius, y coloque los dientes de ajo sin piel en una hoja de estaño. Rocíe un poco de aceite de oliva sobre los dientes de ajo y cubra con la misma lámina. Coloque los clavos cubiertos en el horno durante al menos 45 minutos, retírelos y déjelos enfriar. 

Moler los dientes tostados en una pasta, y luego mezclar en la mantequilla, seguido de la semilla de chile, anchoa, cebolla, orégano, perejil, cilantro y sal.

Sazone el bistec con las especias apropiadas y colóquelo en una parrilla precalentada durante al menos 8 minutos a cada lado.

Justo antes de terminar el bistec, coloque la langosta a la mitad con la carne hacia abajo en la parrilla. Deje que se cocine durante cinco minutos, voltéelo y luego frótelo con la mantequilla de ajo. Deje que se cocine por otros cinco minutos y luego retírelo junto con el bistec de la parrilla.

Coloque el bistec en un plato, agregue un poco más de mantequilla de ajo y las colas de langosta.

 

Servir junto con papas fritas.