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  21 Marzo 2017
 
			del 
			Sitio Web 
			EcoInventos 
			
			
			
			Versión en ingles 
			  
			  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			Muchas personas entienden por invernadero del futuro lo que, en 
			algunos casos, es ya el invernadero del presente.
 
			  
			Al menos si hablamos de 
			gente como el canadiense Francis Gendron y sus colegas 
			Christin Désilets y Curt Close, quienes a día de hoy 
			tienen claro cuáles deben ser los pasos a seguir para poder contar 
			con un invernadero que no suponga ni un gran coste económico ni un 
			desperdicio de recursos.
 En el momento de trazar el boceto del que sería el mejor invernadero 
			en términos sostenibles, esta pandilla de canadienses pensó en la 
			necesaria urgencia de ahorrarnos el coste que supone el transporte 
			de mercancías, así como en la utilidad de que cada persona sepa 
			aprovechar su propio suelo y recursos.
 
			  
			Aunque llegaron a hacer 
			referencia a posibles periodos de sequía o de guerras, 
			no es necesario ponerse en un panorama desalentador o apocalíptico 
			para saber que esta idea de Gendron nos permitiría ganar 
			independencia, pasando así a prescindir del servicio de terceros 
			para alimentarnos. 
			  
			  
			
			 
 
			  
			  
			¿Cómo imitar 
			la idea de Gendron?
 
 Su proyecto de invernadero - un plan 100% DIY (Do 
			It Yourself) - tampoco dependería tanto del clima como 
			los invernaderos más tradicionales.
 
			  
			Así, cada usuario podría 
			cultivar productos orgánicos típicos de cualquier zona.
 El hecho de no depender de condiciones climáticas ya casi no debe 
			sorprendernos:
 
				
				No hay que olvidar el 
				importante papel que ha pasado a jugar en este ámbito la 
				iluminación LED, capaz de optimizar la producción en muchos 
				invernaderos y con un precio que tiende a la baja, lo que ayuda 
				al bolsillo del que quiera lanzarse con sus propios cultivos. 
			  
			
			 
			  
			  
			De todos modos, Gendron 
			se propuso en este caso crear un microclima propio en el interior 
			del invernadero aprovechando los recursos de la tierra y dando una 
			segunda vida a utensilios como neumáticos.
 
			  
			  
			¿Cuáles fueron 
			sus normas a la hora de poner en marcha el proyecto?
 
			  
			  
			
			 
			  
				
					
					
					El equipo decidió 
					crear un invernadero semienterrado para aprovechar así las 
					propiedades aislantes de la tierra.
					
					Utilizaron los 
					neumáticos ya mencionados como paredes, rellenándolos con 
					tierra y manteniendo así la temperatura del interior.
					
					Colocaron las 
					placas de policarbonato clásicas de invernadero mirando 
					hacia el sur, algo básico para aprovechar al máximo las 
					horas de sol estando en el hemisferio norte.
					
					Abastecieron el 
					invernadero de agua mediante un efectivo sistema de recogida 
					de aguas pluviales. El líquido se almacena en barriles en el 
					interior de la instalación, ayudando así a regular la 
					temperatura.
					
					Se propusieron 
					que el resto del diseño de la pieza fuese ecológico, 
					recurriendo a reciclar muchos otros elementos necesarios. 
			Esta idea llegó a los de 
			Canadá a raíz de la participación en un curso de la
			
			Earthship Academy.  
			  
			El número de organismos 
			que nos animan a reducir nuestra huella de carbono es cada 
			vez mayor... 
			  
			  
			  
			
 
 
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