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  23 Mayo 2020
 del Sitio Web 
			RT
 
			  
			  
			  
			  
			
			 
			
			El edificio del pozo superprofundo de Kola en 2007. 
			
			Andre Belozeroff / Wikimedia Commons 
			  
			  
			Entre 
			1970 y 1992,
 
			los operadores 
			del pozo superprofundo de Kola  
			perforaron 
			12.262 metros entre las rocas,  
			una profundidad 
			donde la temperatura alcanza  
			los 200 grados 
			centígrados... 
			  
			  
			Las autoridades de la región rusa de Múrmansk, en el noroeste del 
			país, se plantean ceder al Estado la propiedad del
			
			pozo superprofundo de Kola y, 
			quizás, abrirlo para visitas turísticas,
			
			informa la agencia Interfax.
 
 El pozo tiene una profundidad de 12.262 metros, lo que lo convierte 
			en el objeto científico de su tipo más hondo del mundo.
 
 La historia de la instalación comenzó en 1970, y se debió a la 
			carrera entre la URSS y EE.UU. para llegar a la
			
			discontinuidad de Mohorovicic, el 
			límite entre la corteza y el manto terrestre.
 
 El pozo está ubicado en el
			
			escudo Báltico, una antigua placa 
			tectónica de unos 3.000 millones de años.
 
			  
			En cuatro años, los 
			investigadores taladraron 7.263 metros. A esa profundidad, la 
			primera perforadora, similar a las industriales, ya no era eficaz, 
			por lo fue necesario sustituirla por una nueva que pudiera continuar 
			la perforación a una velocidad de 60 metros por mes.  
			  
			El reemplazo de 
			maquinaria duró un año entero. 
			  
			  
			
			 El pozo superprofundo de Kola
 
			
			conservado en 2012. 
			Rakot13 
			/ Wikimedia Commons
 
			En 1983 se había logrado alcanzar una profundidad de 12.066 metros, 
			pero al año siguiente la perforadora se rompió y una sección del 
			aparato se quedó en el túnel principal, de manera que los 
			científicos tuvieron que empezar labores de nuevo en el túnel de 
			reserva.
 
			  
			Ocho años más tarde 
			consiguieron llegar a la profundidad actual. A ello siguieron dos 
			averías más que impidieron continuar la perforación. En 2008, la 
			instalación fue oficialmente cerrada.
 A 12 kilómetros de profundidad, las condiciones de trabajo se 
			volvieron todavía más difíciles, relató en 2007 el entonces director 
			de la instalación, David Gubermán.
 
			  
			  
			
			 Sputnik
 
 
				
				"Nos enfrentamos a lo 
				que los perforadores llaman 'curvatura natural'.    
				Cuando las rocas 
				duras se intercalan frecuentemente con rocas blandas, el pozo 
				deja de avanzar verticalmente y 'gira' hacia las rocas suaves",
				
				señaló el científico, en una 
				entrevista, en 2007. 
			  
			  
			'El pozo al 
			infierno'
 
 La leyenda más famosa relacionada con el pozo de Kola cuenta que,
 
				
				al alcanzar los 
				12.000 metros los investigadores escucharon, a través de 
				micrófonos, los gritos de los pecadores atormentados en el 
				infierno... 
			De hecho, la historia se 
			originó en un diario finlandés, que la publicó el 1 de abril de 
			1989, pero al poco tiempo ya la divulgaban medios de todo el mundo, 
			dando al pozo superprofundo una inesperada popularidad. 
			  
			  
			
			
			 Sputnik
 
 
				
				"Para mí, estas 
				publicaciones fueron una completa sorpresa.    
				Trabajábamos 
				tranquilamente […] y de repente una ráfaga de llamadas 
				telefónicas cayó sobre nuestra oficina.    
				[...]    
				Finalmente, le 
				pregunté directamente a una persona que llamó:  
					
					'¿Por qué todos 
					se interesan repentinamente por nosotros?'    
					'Bueno', 
					respondió, 'en todos los periódicos dicen: Llegaron al 
					infierno y despertaron a los demonios'," recuerda Gubermán. 
			No obstante, las 
			condiciones en el fondo del pozo sí podrían considerarse infernales, 
			ya que, dada la proximidad del núcleo terrestre, a esa profundidad 
			la temperatura es de 200 grados centígrados. 
			  
			  
			
			 Sputnik
 
 
			  
			  
			¿Qué valor 
			científico tiene?
 
 Durante la perforación, los investigadores extrajeron del pozo 
			superprofundo de Kola 4.400 metros de muestras de rocas que les 
			permitieron analizar la estructura de la corteza continental.
 
				
				"Se suponía que a una 
				profundidad de unos 7.000 metros se descubriría la llamada
				
				discontinuidad de Conrad entre 
				granitos y basaltos.    
				Al final, entramos en 
				los granitos, es decir, las
				
				arqueas, a una profundidad de 
				6.840 metros, y ya no los abandonamos. No había basaltos ni 
				siquiera a 12.000 metros.    
				De manera que el pozo 
				mostró que la estructura de capas de la corteza terrestre no es 
				un dogma", explicó Gubermán.  
			El antiguo director del 
			pozo reveló otro descubrimiento geológico inesperado, y es que las 
			rocas extraídas a 3-4 kilómetros de profundidad resultaron casi 
			idénticas a las de 
			la Luna.
 Al mismo tiempo, el pozo supuso un avance importante también para la 
			biología, ya que, al detectar en las muestras 14 especies de 
			microorganismos petrificados, los investigadores constataron que
			la vida en nuestro planeta se originó al menos 1.500 millones 
			de años antes de lo que se creía...
 
			  
			  
			
			
			 Sputnik
 
			
 
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