por Iain Davis

17 Noviembre 2020

del Sitio Web Off-Guardian

traducción de Bazook894

Versión original en ingles

 

 

 

 




COVID-19, y las respuestas gubernamentales posteriores, parecen formar parte de una conspiración internacional para cometer fraude.

 

Parece que no hay pruebas de que un virus llamado SARS-CoV-2 cause una enfermedad llamada COVID-19.


A veces tienes que seguir tu instinto.

No soy un experto en genética y, como siempre, me gustaría que me corrigieran.

 

Sin embargo, me llamó la atención una investigación publicada por la revista médica española D-Salud-Discovery.

Su consejo asesor de médicos y científicos eminentemente calificados le da más credibilidad a su investigación. Su afirmación es asombrosa.

 

Los cebadores y sondas genéticas utilizadas en las pruebas de RT-PCR para identificar el SARS-CoV-2 no apuntan a nada específico.

 

Seguí las técnicas de búsqueda descritas en esta traducción inglesa de su informe y puedo corroborar la exactitud de sus afirmaciones sobre las secuencias de nucleótidos que figuran en los protocolos de la Organización Mundial de la Salud.

 

Usted puede hacer lo mismo.

 

D-Salud-Discovery declara que no hay tests capaces de identificar el SARS-CoV-2. Por consiguiente, todas las afirmaciones sobre el supuesto impacto del COVID-19 en la salud de la población son infundadas.

 

Toda la narración oficial de COVID-19 es un engaño. Aparentemente, no hay ningún fundamento científico para ninguna parte de ella.

 

Si estas afirmaciones son correctas, podemos afirmar que no hay evidencia de una 'pandemia', sólo la ilusión de una.

 

Hemos sufrido pérdidas incalculables sin razón evidente, aparte de las ambiciones de déspotas sin escrúpulos que desean transformar la economía mundial y nuestra sociedad para adaptarla a sus propósitos.

 

Al hacerlo, esta "clase de parásito" ha cometido potencialmente innumerables crímenes.

 

Estos crímenes pueden y deben ser investigados y procesados en un tribunal de justicia.

 

 

 

 

 

 

Identificación de Qué Exactamente?

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el COVID-19 (enfermedad de COronaVIrus 2019).

 

Declararon una 'pandemia' global de COVID-19 el 11 de marzo de 2019.

 

 

 

 

La guía de pruebas de laboratorio de la OMS declara:

El agente etiológico [causa de la enfermedad] responsable del grupo de casos de neumonía en Wuhan ha sido identificado como un nuevo betacoronavirus, (de la misma familia que el SARS-CoV y el MERS-CoV) a través de la secuenciación de la próxima generación (NGS) a partir de virus cultivados o directamente de muestras recibidas de varios pacientes con neumonía".

La afirmación de la OMS es que el virus del SARS-CoV-2 causa la enfermedad COVID-19. También alegan que este virus ha sido claramente identificado por los investigadores en Wuhan.

 

En el Informe de Situación 1 sobre el Nuevo Coronavirus 2019-nCov de la OMS, declaran:

Las autoridades chinas identificaron un nuevo tipo de coronavirus, que fue aislado el 7 de enero de 2020...

 

El 12 de enero de 2020, China compartió la secuencia genética del nuevo coronavirus para que los países lo utilizaran en la elaboración de equipos de diagnóstico específicos".

Estas dos declaraciones de la OMS sugieren claramente que se aisló el virus del SARS-CoV-2 (es decir, que se purificó para su estudio) y luego se identificaron secuencias genéticas a partir de la muestra aislada.

 

A partir de esto, se desarrollaron y distribuyeron globalmente kits de diagnóstico para "detectar" el virus en pueblos, ciudades y comunidades de todo el mundo.

 

De acuerdo con la OMS e investigadores chinos, estas pruebas encontrarán el virus que causa el COVID-19.

 

Sin embargo, la OMS también afirma:

Trabajando directamente a partir de la información de la secuencia, el equipo desarrolló una serie de ensayos de amplificación genética (PCR) utilizados por los laboratorios".

Los científicos de Wuhan desarrollaron sus ensayos de amplificación genética a partir de "información de secuencias" porque no había ninguna muestra aislada y purificada del llamado virus SARS-CoV-2.

 

También mostraron imágenes de microscopio electrónico de los viriones recién descubiertos (la bola con puntas de proteína que contiene el ARN viral).

 

Sin embargo, estas estructuras proteínicas no son únicas. Se parecen a otras vesículas redondas, como las vesículas endocíticas y los exosomas.

 

 

 

 

Los virólogos afirman que no es posible "aislar" un virus porque sólo se replican en el interior de las células huésped.

 

Añaden que los postulados de Koch no se aplican porque se relacionan con las bacterias (que son organismos vivos).

 

En cambio, los virólogos observan los efectos citopatógenos del virus (CPE, por su sigla en inglés), causando la mutación y degradación de la célula, en cultivos celulares.

 

Cuando los investigadores chinos secuenciaron por primera vez el genoma completo del SARS-CoV-2 observaron CPE en las células Vero E6 y Huh7.

Vero E6 son una línea de células de mono inmortalizadas y Huh7 son células cancerígenas (tumorigénicas) inmortalizadas.

Lo que significa que se han mantenido in vitro (en cultivos de placas de petri) durante muchos años...

 

La idea de que es un virus zoonótico, capaz de salvar la brecha entre las especies de animales y humanos, es central en la historia oficial del SARS-CoV-2.

 

Cuando los científicos del CDC de EE.UU. "infectaron" varias células con el nuevo virus observaron lo siguiente:

Examinamos la capacidad del SARS-CoV-2 para infectar y replicarse en varias líneas celulares comunes de primates y humanos, incluyendo células de adenocarcinoma humano (A549) [células de pulmón], células de hígado humano (HUH7.0), y células de riñón embrionario humano (HEK-293T), además de Vero E6 y Vero CCL81 [células de mono]...

 

No se observó ningún efecto citopático en ninguna de las líneas celulares excepto en las células Vero [células de mono]...

 

Las células HUH7.0 y 293T mostraron sólo una modesta replicación viral y las células A549 [células de tejido pulmonar humano] eran incompatibles con la infección por SARS-CoV-2".

El CDC no observó ningún ECP en las células humanas.

 

No vieron ninguna evidencia de que este supuesto virus causara alguna enfermedad humana. Tampoco este supuesto virus humano mostró ninguna replicación notable en células humanas, sugiriendo que la infección entre humanos sería imposible.

 

Observando este problema, un equipo de científicos polacos introdujo este "virus" secuenciado en células (HAE) del epitelio humano (vías respiratorias). Observaron los efectos en estos cultivos de HAE durante 5 días.

 

Observaron una replicación mucho mayor que la de los científicos del CDC, pero finalmente afirmaron:

"No observamos ninguna liberación del virus del lado basolateral del cultivo de HAE".

Lo que significa que no vieron ninguna evidencia de que los supuestos viriones rompieran la membrana de la pared celular.

De nuevo sugiriendo que este llamado virus no es infeccioso en los seres humanos.

 

No está claro que el SARS-CoV-2 sea un virus humano capaz de causar enfermedades.

 

Puede que ni siquiera exista físicamente.

¿No es más que un concepto basado en secuencias genéticas predictivas?

 

 

 

 

 

 

Viaje de Descubrimiento

 

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan y el Centro Clínico de Salud Pública de Shanghai publicaron el primer genoma completo del SARS-CoV-2 (MN908947.1).

 

Este ha sido actualizado muchas veces. Sin embargo, MN908947.1 fue la primera secuencia genética que describe el supuesto agente etiológico de COVID-19 (SARS-CoV-2).

 

Todas las afirmaciones, pruebas (tests), tratamientos, estadísticas, desarrollo de vacunas y políticas resultantes se basan en esta secuencia.

 

Si los tests de este nuevo virus no identifican nada capaz de causar enfermedades en los seres humanos, toda la narrativa de COVID-19 no es más que una farsa.

 

Los investigadores de WUHAN declararon que habían unido efectivamente la secuencia genética del SARS-CoV-2 mediante el cotejo de los fragmentos encontrados en las muestras con otras secuencias genéticas descubiertas anteriormente.

 

Del material reunido encontraron una coincidencia del 87,1% con el coronavirus del SARS (SARS-Cov).

 

Utilizaron el ensamblaje de novo y la PCR dirigida y encontraron 29.891 pares de bases que compartían una coincidencia de secuencia del 79,6% con el SARS-CoV (de 2003).

 

Tuvieron que usar el ensamblaje de novo porque no tenían conocimiento previo de la secuencia u orden correctos de esos fragmentos. Simplemente, la declaración de la OMS de que los investigadores chinos aislaron el virus el 7 de enero es falsa.

 

El equipo de Wuhan utilizó 40 rondas (ciclos de copiado) de amplificación RT-qPCR para hacer coincidir los fragmentos de ADNc (ADN complementario construido a partir de fragmentos de ARN muestreados) con el genoma del coronavirus del SARS (SARS-CoV) publicado.

 

Desafortunadamente, tampoco está claro cuán preciso es el genoma original del SARS-CoV.

 

En 2003 un equipo de investigadores de Hong Kong estudió a 50 pacientes con síndrome respiratorio agudo severo (SARS). Tomaron muestras de 2 de estos pacientes y desarrollaron un cultivo en células de hígado de mono fetal.

 

Crearon 30 clones del material genético que encontraron.

 

Incapaces de encontrar evidencia de cualquier otro virus conocido, en sólo una de estas muestras clonadas encontraron secuencias genéticas de "origen desconocido".

 

 

 

 

Examinando estas secuencias de ARN desconocidas encontraron un 57% de compatibilidad con el coronavirus bovino y el virus de la hepatitis murina y dedujeron que era de la familia Coronaviridae.

 

Considerando que estas secuencias sugieren un virus SARS-CoV recientemente descubierto (los nuevos descubrimientos son ambrosía para los científicos), diseñaron primers (iniciadores, cebadores o partidores) de RT-PCR para probar (detectar) este nuevo virus. Los investigadores declararon:

Los iniciadores para la detección del nuevo virus se diseñaron para la detección por RT-PCR de este genoma de coronavirus asociado con la neumonía humana en muestras clínicas.

 

De las 44 muestras nasofaríngeas disponibles de los 50 pacientes de SARS, 22 tenían evidencia de ARN del coronavirus asociado con la neumonía humana".

La mitad de los pacientes analizados, que tenían los mismos síntomas, dieron positivo para este nuevo supuesto 'virus'...

 

Nadie sabe por qué la otra mitad dio negativo para este nuevo virus del SARS-CoV. La pregunta no se hizo...

 

Este supuesto virus sólo tenía una coincidencia de secuencia del 57% con un coronavirus supuestamente conocido. El otro 43% estaba simplemente "ahí".

 

Los datos secuenciales fueron producidos y registrados como un nuevo genoma como GenBank Accession No. AY274119.

 

Los investigadores de Wuhan encontraron posteriormente una coincidencia de secuencia del 79,6% con el AY274119 y por lo tanto lo llamaron una nueva cepa de SARS-CoV (2019-nCoV - eventualmente renombrado SARS-CoV-2).

 

Nadie, en ninguna etapa de este proceso, había producido ninguna muestra aislada y purificada de ningún virus.

 

Todo lo que tenían eran porcentajes de coincidencia de secuencia con otros porcentajes de coincidencia de secuencia.

 

 

 

 

Aislar nada

 

Los científicos están muy molestos porque siguen diciendo que el virus ha sido aislado pero nadie les cree.

 

Esto se debe a que, hasta ahora, nadie ha proporcionado una sola muestra purificada del virus del SARS-CoV-2. Lo que tenemos en cambio es un genoma completado y, como estamos a punto de descubrir, no es particularmente convincente...

 

Los periodistas de investigación Torsten Engelbrecht y Konstantin Demeter pidieron a algunos de los científicos que dijeron tener imágenes de los viriones del SARS-C0V-2 que confirmen que eran imágenes de un virus aislado y purificado.

 

Ninguno de ellos pudo...

 

En Australia, los científicos del Instituto Doherty anunciaron que habían aislado el virus del SARS-CoV-2.

 

Cuando se les pidió que lo aclararan, los científicos dijeron:

"Tenemos secuencias cortas (ARN) de la prueba (test) de diagnóstico que pueden ser usadas en las pruebas de diagnóstico"

Esto explica por qué el gobierno australiano declara:

La fiabilidad de los tests de COVID-19 es incierta debido a la limitada base de pruebas... Hay poca evidencia disponible para evaluar la exactitud y la utilidad clínica de las pruebas (tests) de COVID-19 disponibles".

En el Reino Unido, en julio, un grupo de académicos preocupados escribió una carta al Primer Ministro Boris Johnson en la que le pedían que:

"Muestre evidencias científicas revisadas independiente por pares que demuestren que el virus Covid-19 ha sido aislado".

Hasta la fecha no han recibido respuesta...

 

Del mismo modo, el investigador del Reino Unido Andrew Johnson hizo una solicitud de libertad de información al Public Health England (PHE).

 

Les pidió que le proporcionaran sus registros describiendo el aislamiento de un virus SARS-COV-2.

 

A lo que respondieron:

"PHE puede confirmar que no tiene información en la forma sugerida por su solicitud".

La investigadora canadiense Christine Massey hizo una solicitud similar de libertad de información, pidiendo lo mismo al gobierno canadiense.

 

A lo que el gobierno canadiense respondió:

"Habiendo completado una búsqueda minuciosa, lamentamos informarle que no hemos podido localizar ningún registro que responda a su solicitud".

En los EE.UU., el Panel de Diagnóstico de RT-PCR del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) declara:

"...No hay actualmente disponibles aislamientos cuantificados del virus 2019-nCoV…

 

La detección de ARN viral puede no indicar la presencia de un virus infeccioso o que el 2019-nCoV es el agente causante de los síntomas clínicos".

Actualizado por última vez el 13 de julio de 2020, el CDC aún no ha obtenido ninguna muestra viral pura de ningún paciente del que se diga que tiene (o tuvo) la enfermedad de COVID-19.

 

Admiten abiertamente que sus tests no muestran necesariamente si el SARS-CoV-2 está presente o causa el COVID-19.

Se nos dice que nada de esto importa...

 

Que somos ignorantes y no entendemos la virología...

Por lo tanto, debemos aceptar imágenes de cosas que sabemos que podrían ser otra cosa y secuencias genéticas (que podrían ser cualquier otra cosa) como prueba concluyente de que este virus, y la enfermedad que se supone que causa, son reales...

 

 

 

 

 

 

Testeando para nada

 

La OMS, y todos los gobiernos, grupos de reflexión, comités directivos de políticas, asesores científicos de los gobiernos, instituciones supranacionales y otros que promueven la narrativa oficial de COVID-19, 'afirman' que el SARS-CoV-2 causa COVID-19.

 

Aunque nadie ha producido nunca una muestra de este supuesto virus, se ha publicado el supuesto genoma del SARS-CoV-2. Es de dominio público...

 

Se dice que las secuencias genéticas clave, en el genoma del SARS-CoV-2, tienen funciones específicas. Estas son las proteínas objetivo que los científicos prueban para identificar la presencia del "virus".

 

Estas incluyen:

  • Gen ARN-polimerasa (Rd-Rp) - Esto permite que el ARN del SARS-CoV-2 se replique dentro del citoplasma de las células epiteliales enfermas con COVID-19.

     

  • Gen S (Orf2) - esta glicoproteína forma el pico en la superficie del virión del SARS-CoV-2 que supuestamente facilita la unión del SARS-CoV-2 a los receptores ACE2 en las células, permitiendo que el ARN dentro de la cubierta de la proteína del virión (cápside) pase a la célula ahora infectada.

     

  • Gen E (Orf1ab) - pequeña proteína de la membrana utilizada en el ensamblaje viral

     

  • Gen N (Orf9a) - el gen de la nucleocápside que une el ARN en la formación de la cápside

La OMS mantiene un registro a disposición del público de los cebadores y las sondas de RT-PCR utilizados para la prueba (test) del SARS-CoV-2.

 

Los cebadores son secuencias de nucleótidos específicos que se unen (hibridación o alinieamiento) a las cadenas de antisentido y sentido del ADNc sintetizado (denominados cebadores de avance y retroceso respectivamente).

 

Las hebras de ADNc se separan cuando se calientan y se reforman cuando se enfrían.

 

Antes de enfriarse, se introducen secuencias de nucleótidos llamadas sondas que se alinean en regiones objetivo específicas del presunto genoma viral.

 

Durante la amplificación, a medida que las regiones entre los cebadores se alargan, cuando un cebador golpea una sonda, ésta se descompone liberando un fluorescente o un colorante que puede ser leído por los investigadores.

 

Es la identificación de estos marcadores lo que los científicos afirman para probar la presencia del SARS-CoV-2 en una muestra.

 

Otra cosa que está disponible públicamente es la Herramienta de Búsqueda de Alineación Local Básica (BLAST, por su sigla en inglés).

 

Esto permite a cualquiera comparar las secuencias de nucleótidos publicadas con todas las almacenadas en la base de datos genética de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos, llamada GenBank.

 

Por lo tanto, podemos hacer un BLAST de los supuestos primers, sondas y secuencias de genes objetivo del SARS-CoV-2.

 

Los protocolos de cebadores de avance y retroceso y sondas de la OMS para el supuesto genoma viral del SARS-CoV-2 se basan en perfiles genéticos RdRp, Orf1, N y E. Cualquiera puede pasarlos a través de BLAST para ver lo que encontramos.

 

La vital secuencia de nucleótidos RdRP, usada como cebador de avance es - ATGAGCTTAGTCCTGTG.

 

Si ejecutamos un BLAST de nucleótidos esto se registra como un aislado completo de SARS-CoV-2 con una identidad de secuencia 100% coincidente.

 

De manera similar, la secuencia del gen E del cebador de retroceso - ATATTGCAGCAGTACGCACACA - revela la presencia de la secuencia Orf1ab que también identifica al SARS-CoV-2.

 

Sin embargo, BLAST también nos permite buscar las secuencias de nucleótidos de los genomas microbianos y humano. Si buscamos la secuencia RdRp del SARS-CoV-2 revela 99 fragmentos del cromosoma humano con una identidad de secuencia 100% compatible.

 

El Orf1ab (gen E) devuelve 90 con una identidad de secuencia 100% igual a la de los cromosomas humanos.

 

Haciendo lo mismo con estas secuencias con una búsqueda microbiana se encuentran 92 microbios con una coincidencia del 100% con el gen E del SARS-CoV-2 y 100 microbios coincidentes, con una identidad de secuencia del 100%, con el vital gen RdRp del SARS-CoV-2.

 

Cada vez que comprobamos los llamados marcadores genéticos únicos para el SARS-CoV-2, registrados en los protocolos de la OMS, encontramos coincidencias completas o de alto porcentaje con diversos fragmentos del genoma humano.

 

Esto sugiere que las secuencias genéticas, que se supone que identifican al SARS-CoV-2, no son únicas. Podrían ser cualquier cosa, desde secuencias microbianas hasta fragmentos de cromosomas humanos.

 

Los llamados verificadores de hechos, como el proyecto Health Feedback de Reuters, se han apresurado a desestimar las reclamaciones de quienes quienes han notado la aparente falta de especificidad en el supuesto genoma del SARS-CoV-2.

 

Usando un montón de argumentos deliberadamente débiles como,

"esta afirmación sugiere que cada prueba debería ser positiva",

...(lo cual no es así) su intento de desacreditarla se ejecuta discurre algo como esto:

Los cebadores están diseñados para unirse a secuencias de nucleótidos específicas que son exclusivos del virus.

 

El cebador delantero puede unirse a un cromosoma en particular, pero el cebador de retroceso no se une al mismo cromosoma, por lo que el cromosoma no está presente en el virus SARS-CoV-2.

 

Además, debido a que los cebadores hacia adelante y de retroceso envuelven la secuencia a ser amplificada, la secuencia de cDMA entre los cebadores es única para el virus.

Esto parece tergiversar deliberadamente el significado de estos hallazgos al presentar un argumento que nadie, aparte de los propios verificadores de hechos, está haciendo.

 

Las búsquedas de BLAST muestran que estas secuencias objetivo no son exclusivas del SARS-CoV-2. Tampoco es necesario encontrar todos los objetivos para que un resultado se considere positivo.

 

Los investigadores marroquíes investigaron la epidemiología de los presuntos casos marroquíes de SARS-CoV-2.

 

El nueve por ciento dio positivo en tres genes, el dieciocho por ciento en dos genes y el setenta y tres por ciento en sólo uno. Como acabamos de discutir, es posible que muchos hayan dado positivo en ninguno.

 

Esto está totalmente de acuerdo con las directrices de pruebas de la OMS.

 

Ellas dicen:

"Un diagnóstico óptimo consiste en una NAAT [prueba de amplificación de ácido nucleico] con al menos dos objetivos independientes del genoma del SARS-CoV-2.

 

Sin embargo, en las zonas donde la transmisión está extendida, se puede utilizar un simple algoritmo de un solo objetivo...

 

Uno o más resultados negativos no descartan necesariamente la infección por SARS-CoV-2".

Independientemente de los argumentos espurios de los verificadores de hechos bien financiados, si los cebadores de avance y retroceso identifican la basura, quizás uno sea el fragmento de un cromosoma y el otro una secuencia microbiana, entonces la región amplificada entre ellos es probablemente basura también.

 

El argumento de que la RT-PCR sólo encuentra ARN es engañoso.

 

La transcripción natural (la separación de las cadenas de ADN) se produce durante la expresión de los genes. Nadie está diciendo que cromosomas enteros o microbios estén secuenciados en el supuesto genoma del SARS-CoV-2. Aunque puede ser, por lo que sabemos.

 

Están diciendo que los supuestos marcadores, usados para detectar este supuesto virus, no son adecuados para el propósito.

 

 

 

 

Las pruebas de RT-PCR no secuencian el genoma completo.

 

Buscan incidentes de fluorescencia de sonda específica para indicar la presencia de secuencias que se dice existen. Estas secuencias están definidas por el MN908947.1 y sus posteriores actualizaciones.

 

Estos cebadores y sondas podrían no revelar nada más que coincidencias de ARN extraídas de ADN no codificante, a veces llamado ADN "basura" (ADNc).

 

Por ejemplo, se supone que el gen S del SARS-CoV-2 es muy específico del genoma del virus SARS-CoV-2. La secuencia objetivo es - TTGGCAAAATTCAAGACTCACTTTC.

 

Una búsqueda de BLAST microbiana devuelve 97 coincidencias microbianas con una coincidencia del 100% de la secuencia de identidad. El porcentaje más bajo de coincidencia de identidad, dentro de los 100 primeros, es del 95%.

 

Un BLAST del genoma humano también encuentra un 100% de coincidencia de secuencia con 86 fragmentos de cromosomas humanos.

 

No importa dónde se mire en el supuesto genoma del SARS-CoV-2, no hay nada en los protocolos de prueba de la OMS que identifique claramente lo que es. Todo el genoma podría ser falso.

 

Los tests no demuestran la existencia del SARS-CoV-2. Todo lo que revelan es una sopa de material genético no especificado.

 

Si es así, como no hay muestras del virus aisladas o purificadas, sin una prueba (test) viable, no hay evidencia de que exista el SARS-CoV-2. Por lo tanto, tampoco hay evidencia de que exista una enfermedad llamada COVID-19.

 

Esto infiere que no hay base científica para ninguna afirmación sobre los números de casos de COVID-19, los ingresos hospitalarios o las cifras de mortalidad.

 

Todas las medidas tomadas para combatir este virus mortal posiblemente no se basan en nada.

 

 

 

 

Fraude Concluyente

 

El fraude es un acto criminal...

 

La definición legal de fraude es:

"Alguna engañosa práctica o dispositivo deliberado, al que se recurre con la intención de privar a otro de su derecho, o de alguna manera causarle un perjuicio".

La definición legal de una conspiración es:

"Una combinación o confederación entre dos o más personas formada con el propósito de cometer, por sus esfuerzos conjuntos, algún acto ilícito o criminal".

Al parecer, los que afirman que nos enfrentamos a una 'pandemia' no han aportado ninguna evidencia que demuestre que un virus llamado SARS-CoV-2 causa una enfermedad llamada COVID-19.

 

Toda la información que sugiere fuertemente esta posibilidad es de dominio público. Cualquiera puede leerla.

 

Para que haya un fraude, el engaño debe ser intencionado. La intención debe ser privar deliberadamente a otros de sus derechos o perjudicarlos de alguna otra manera.

 

Si hay pruebas de colusión entre individuos u organizaciones para cometer fraude, entonces se trata de una conspiración (en las jurisdicciones de derecho anglosajón) o de una empresa criminal conjunta (JCE, en inglés) según el derecho internacional.

 

Parece que COVID-19 ha sido deliberadamente usado como casus belli para hacer la guerra a la humanidad.

 

Hemos sido encarcelados en nuestros propios hogares, nuestra libertad de vagar restringida, la libertad de expresión erosionada, los derechos de protesta restringidos, separados de nuestros seres queridos, nuestros negocios destruidos, bombardeados psicológicamente, amordazados y aterrorizados.

 

Peor aún, si bien no hay ninguna evidencia de una mortalidad sin precedentes por todas las causas, se produjeron picos de muertes fuera de lo normal.

 

Esto se correlaciona precisamente con las medidas de cuarentena que dieron lugar a la retirada de los servicios de salud que pagamos y a una reorientación de los servicios de salud pública para tratar una supuesta enfermedad con exclusión de todas las demás.

 

Además, quienes han promovido la historia de COVID-19 proponen que esta supuesta enfermedad justifica la completa reestructuración de la economía mundial, nuestros sistemas políticos, sociedades, culturas y la propia humanidad.

 

Para que se les permita participar en su llamada "nueva normalidad", que es la transformación total de toda nuestra sociedad sin nuestro consentimiento, insisten en que nos sometamos a sus condiciones.

 

Estas incluyen, entre otras, la vigilancia biométrica de todos, el control y la supervisión centralizados de todas nuestras transacciones, las opresivas restricciones comerciales y sociales y la demanda efectiva de que no tenemos derecho a la soberanía sobre nuestros propios cuerpos.

 

Esto constituye la condición de la esclavitud.

 

No hay duda de que nos han privado de nuestros derechos y nos han perjudicado. En las jurisdicciones de derecho anglosajón se presume la inocencia, pero la evidencia de que el daño ha sido causado deliberadamente por una conspiración internacional es abrumadora.

 

Las políticas destructivas, promulgadas por los gobiernos de todo el mundo, se originaron claramente entre los grupos de reflexión globalistas y las instituciones supranacionales mucho antes de la aparición de esta 'pandemia' inexistente.

 

En las jurisdicciones del Código Napoleónico se presume la culpabilidad.

 

Para que los conspiradores acusados puedan probar su inocencia deben demostrar que, a pesar de sus inconmensurables recursos, han sido colectivamente incapaces de acceder a, o entender, cualquiera de las pruebas libremente disponibles que sugieren que COVID-19 es un mito.

 

Los responsables del delito de conspiración para cometer fraude mundial deben ser juzgados.

 

Si son declarados culpables, deberían ser encarcelados mientras el resto de nosotros seguimos intentando reparar el daño que ya han infligido.