1. Sabemos quién 
				es
				
				Los primeros casos
				
				de Sida se describieron en 
				junio de 1981 y se tardó más de dos años en identificar al virus 
				causante de la enfermedad. 
				 
				
				Los primeros casos de 
				neumonía severa se notificaron en China el 31 de diciembre de 
				2019 y para el día 7 de enero ya se había identificado el virus.
				
				El genoma estuvo disponible el día 10. Ya sabemos que se trata 
				de un nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia 
				que 
				el SARS, por lo que le hemos 
				denominado SARSCoV2. 
				 
				
				La enfermedad se 
				llama 
				COVID19.
				
				Está emparentado con coronavirus de murciélagos. Los análisis 
				genéticos confirman que tiene un origen natural reciente 
				(entre finales de noviembre y principios de diciembre) y que, 
				aunque los virus viven mutando, su frecuencia de mutación no es 
				muy alta.
				 
				 
				
				
				
				
			
				
				Análisis filogenético 
				
				de 
				los genomas completos de 2019-nCoV 
				
				y 
				de los virus representativos del Betacoronavirus. 
				
				
				
				
				The Lancet - Genomic characterisation and 
				epidemiology 
				
				
				of 2019 novel coronavirus: implications for 
				
				
				virus origins and receptor binding
 
				 
				 
				
				2. Sabemos cómo 
				detectarlo
				
				Desde el 13 de enero está disponible para todo el mundo un
				
				ensayo de RT-PCR para detectar 
				el virus.
				
				En los últimos meses se han perfeccionado este tipo de pruebas y 
				evaluado su sensibilidad y especificidad (Detection 
				of 2019 novel coronavirus (2019-nCoV) by real-time RT-PCR).
				 
				 
				
				
				3. 
				En China la situación está mejorando
				
				
				Las fuertes medidas de control y aislamiento impuestas por 
				China están dando sus frutos. Desde hace ya varias semanas, 
				el número de casos diagnosticados disminuye cada día...
 
				
				
				
				En otros países se está haciendo un seguimiento epidemiológico 
				muy detallado. Los focos son muy concretos, lo que puede 
				permitir controlarlos con mayor facilidad. 
				 
				
				Por ejemplo, en 
				
				Corea 
				del Sur y 
				
				Singapur.
 
				 
				 
				
				4. El 80 % de los 
				casos son leves
				
				La enfermedad no causa síntomas o son leves en un 81 % de los 
				casos. 
				 
				
				En el 14 % restante 
				puede causar neumonía grave y en un 5 % puede llegar a ser 
				crítica o incluso mortal.
 
				 
				 
				
				5. La gente se 
				cura
				
				Los únicos datos que a veces se muestran en los medios de 
				comunicación son el aumento del número de casos confirmados 
				y el número de fallecimientos, pero la mayoría de la 
				gente infectada se cura. 
				 
				
				Hay 13 veces más 
				pacientes curados que fallecidos, y la proporción 
				
				va en aumento.
				 
				 
				
				
				
				
			
				
				Recuperados por día. 
				
				
				Coronavirus COVID-19 Global Cases
				
				by 
				Johns Hopkins CSSE
 
				 
				 
				
				6. No 
				afecta (casi) a los menores de edad
				
				
				Solo el 3% de los casos ocurre en menores de 20 años, y la 
				mortalidad en menores de 40 años 
				
				es solo del 0,2 %. 
				 
				
				En menores los 
				síntomas son tan leves que puede pasar desapercibido.
 
				 
				 
				
				7. El virus se 
				inactiva fácilmente
				
				El virus puede ser inactivado de las superficies de forma 
				eficaz con una solución de,
				
					
						- 
						
						etanol 
						(alcohol al 62-71 %) 
- 
						
						peróxido de 
						hidrógeno (agua oxigenada al 0,5 %) 
- 
						
						o hipoclorito 
						sódico (lejía al 0,1 %),  
				
				...en 
				
				solo un minuto.
				
				El lavado de manos frecuente con agua y jabón es la manera más 
				eficaz de evitar el contagio.
 
				 
				 
				
				8. Ya hay más de 
				150 artículos científicos
				
				Es el momento de la ciencia y la cooperación. 
				 
				
				En poco más de un mes 
				ya se pueden consultar
				
				164 artículos en PubMed sobre 
				COVID19 o SARSCov2, además de otros tantos disponibles en los 
				repositorios de artículos 
				
				todavía no revisados por pares (pre-prints).
				
				 
				
				Son trabajos 
				preliminares sobre vacunas, tratamientos, epidemiología, 
				genética y filogenia, diagnóstico y aspectos clínicos.
				
				Estos artículos están elaborados por cerca de 700 autores 
				repartidos por todo el plantea. Es ciencia en común, compartida 
				y en abierto. 
				 
				
				En 2003, cuando 
				ocurrió lo del SARS, se tardó más de un año en obtener menos de 
				la mitad de artículos.
				
				Además, la mayoría de las revistas científicas han dejado en 
				abierto sus fondos sobre los coronavirus.
 
				 
				 
				
				9. Ya hay 
				prototipos de vacunas
				
				Nuestra capacidad de diseñar nuevas
				
				vacunas es espectacular. 
				
				 
				
				Ya hay más de ocho 
				proyectos contra el nuevo coronavirus. Hay grupos que trabajan 
				en proyectos de vacunas contra otros virus similares y ahora 
				tratan de cambiar de virus.
				
				Lo que puede alargar su desarrollo son,
				
					
					todas las pruebas 
					necesarias de toxicidad, efectos secundarios, seguridad, 
					inmunogenicidad y eficacia en la protección...
				
				
				Por eso, se habla de 
				varios meses o años, pero algunos prototipos ya están en marcha.
				
				Por ejemplo, la vacuna mRNA-1273 de la empresa
				
				Moderna consiste en un 
				fragmento de RNA mensajero que codifica para una proteína 
				derivada de glicoproteína S de la superficie del coronavirus.
				
				 
				
				Esta compañía tiene 
				prototipos similares para otros virus.
				
				
				Inovio Pharmaceuticals ha 
				anunciado una vacuna sintética ADN para el nuevo coronavirus,
				
				INO-4800, basada también en el 
				gen S de la superficie del virus. 
				 
				
				Por su parte,
				
				Sanofi, va a emplear su 
				plataforma de expresión en baculovirus recombinantes para 
				producir grandes cantidades del antígeno de superficie del nuevo 
				coronavirus.
				
				El grupo de vacunas de la Universidad de Queensland, en 
				Australia, ha anunciado que ya está trabajando en un prototipo 
				empleado la técnica denominada molecular clamp, una 
				novedosa tecnología que consiste en crear moléculas quiméricas 
				capaces de mantener la estructura tridimensional original del 
				antígeno viral. 
				 
				
				Esto permite producir 
				vacunas empleado el genoma del virus en un tiempo récord.
				
				
				Novavax es otra empresa 
				biotecnológica que ha anunciado su trabajo con el coronavirus. 
				Posee una tecnología para producir proteínas recombinantes que 
				se ensamblan en nanopartículas y que, con un adyuvante propio, 
				son potentes inmunógenos.
				
				En España es el 
				
				grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola del CNB-CSIC 
				quienes están trabajando en vacunas contra los coronavirus desde 
				hace años.
				
				Algunos de estos prototipos pronto se ensayarán en 
				humanos...
 
				 
				 
				
				10. Hay más de 80 
				ensayos clínicos con antivirales en curso
				
				Las vacunas son preventivas. 
				 
				
				Más importante aún 
				son los posibles tratamientos de las personas que ya están 
				enfermas. 
				
					
					Ya hay 
					
					más de 80 
					ensayos clínicos para analizar tratamientos contra el coronavirus. 
				
				
					
					Se trata de 
					antivirales que se han empleado para otras infecciones, que 
					ya están aprobados y que sabemos que son seguros.
					 
					
					Uno de los que ya 
					se ha ensayado en humanos es el
					
					remdesivir, un antiviral de 
					amplio espectro, todavía en estudio, que ha sido ensayado 
					contra el Ébola y el SARS/MERS. 
					 
					
					Es un análogo de 
					la adenosina que se incorpora en la cadena de ARN 
					viral e inhibe su replicación.
					
					Otro candidato es la
					
					cloroquina, un antimalárico 
					que también tiene una potente actividad antiviral. Se sabe 
					que bloquea la infección aumentando el pH del endosoma que 
					se necesita para la fusión del virus con la célula, lo que 
					inhibe su entrada. 
					 
					
					Se ha comprobado 
					que este compuesto 
					
					bloquea al nuevo coronavirus in vitro 
					y ya se está empleando en pacientes a los que el virus ha 
					causado neumonía.
					
					
					Lopinavir y
					
					Ritonavir son dos 
					inhibidores de las proteasas empleados como terapia 
					antirretroviral que inhiben la maduración final del virus 
					del sida. 
					 
					
					Como se ha 
					comprobado que la proteasa del SARSCov2 es similar a la 
					del VIH, 
					
					ya se ha ensayado esta combinación en enfermos por 
					el coronavirus.
					
					Otros ensayos propuestos se basan en el uso del
					
					oseltamivir (un inhibidor 
					de la neuraminidasa empleado contra el virus de la gripe), 
					interferón-1b (proteína con función antiviral), antisueros 
					de personas ya recuperadas y anticuerpos monoclonales para 
					neutralizar el virus.
					 
					
					Incluso se han 
					sugerido nuevas terapias con sustancias inhibidoras, como la
					
					
					baricitinibina, seleccionadas 
					
					mediante inteligencia 
					artificial.