El 
						chocolate relaja, el pescado nos hace inteligentes... 
						¿son ciertos estos dichos populares? 
						 
						
						
						Investigaciones en todo el mundo están demostrando que 
						se esconde mucha verdad en estos 'antiguos saberes'.
						
						 
						
						Si 
						es así... ¿somos entonces lo que comemos?
						
							
							En 
							el Reino Unido, un estudio en una prisión reveló que los 
						presos que tomaron suplementos vitamínicos eran menos 
						propensos a la violencia. 
							 
							
							Y en 
						Alemania, una psicóloga de la Universidad de Lübeck ha 
						demostrado que la composición del desayuno influye en el 
						comportamiento social. 
						
						
						
						Pero, 
						
							
							¿qué sucede realmente en el cerebro cuando 
						elegimos comer miel en lugar de mermelada, y pescado en 
						vez de salchicha?
						
						
						
						Científicos de todo el mundo están tratando de descubrir 
						precisamente eso. 
						 
						
						La 
						
						neuronutrición es la rama de la ciencia entre la 
						neurología y la nutrición. Los experimentos con ratas o 
						moscas ofrecen nuevos datos sobre nuestro comportamiento 
						alimenticio. 
						 
						
						El 
						consumo de 
						
						comida chatarra en ratas de laboratorio no 
						solo les provoca obesidad, sino que también tiene un 
						impacto directo en su memoria. 
						 
						
						El 
						papel de la flora intestinal se conoce desde hace 
						tiempo, pero los científicos están descubriendo otras 
						conexiones. 
						 
						
						La 
						
						alimentación neurosaludable, por ejemplo: 
						
						
							
							la denominada 
							
							dieta mediterránea, que se basa principalmente en 
						verduras y pescado, podría proporcionar la mejor 
						alimentación para las pequeñas células grises. 
							
							 
							
							Los 
						ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado, 
						por ejemplo, protegen a las células nerviosas y son 
						esenciales para el desarrollo del cerebro. 
						
						
						Ahora, más que nunca sabemos que nuestro cerebro es lo 
						que comemos...