por Daniel Cossins

04 Julio 2016

doi:10.1016/S0262-4079(16)31003-X

del Sitio Web SCI-HUB

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

Versión en italiano

 

 

 

 

jasper james/getty

 

 

 

Ninguna enfermedad,

ninguna concepción natural,

ninguna mente propia.

¿Emocionado? 
Imagine un mundo sin sexo ni enfermedad,

y donde todos nuestros cerebros están conectados en red.

Suena maravilloso,

pero traerá

una nueva serie de preguntas morales...

 

 

 

Los rumores sobre el fin del sexo son probablemente prematuros.

 

Nos ha funcionado bien hasta ahora, y además, estamos biológicamente programados para quererlo. Pero cuando se trata de hacer bebés, ya no es la única opción - y la reproducción sin sexo parece que va a ser cada vez más común. 

 

El año pasado, el esperma humano y células precursoras de huevo fueron creadas reprogramando células adultas de la piel.

 

Las preocupaciones éticas detuvieron a los investigadores de persuadir a esas células a ser un esperma y huevos completamente funcionales, pero la hazaña parece haber sido logrado en ratones:

Un equipo de China ha notificado usar espermatozoides derivados de células madres para engendrar crías sanas de ratón.

¿Qué pasaría si el truco pudiera repetirse de forma segura en los seres humanos?

 

Eso sería una cura verdadera para la infertilidad, dice el biólogo reproductivo Allan Pacey en la Universidad de Sheffield, Reino Unido. También significaría que parejas del mismo sexo podrían concebir sin la ayuda de donantes. 

 

Incluso se plantea la posibilidad de procrear individuos solos, si pudiéramos hacer esperma a partir de células madre de una mujer y huevos de a partir de células madre de un hombre.

 

La descendencia no serían clones de la persona en cuestión, ya que el ADN es barajado cada vez que se crea una célula sexual. Aun así, no es una buena idea, dice Pacey - la autofecundación es equivalente a la endogamia, ya que reduce a la mitad la diversidad genética a disposición del niño 

 

La reproducción asexuada también puede apelar a las personas que pueden concebir de forma natural, ya que el barajado al azar del ADN cuando las células sexuales son hechas puede conducir a problemas. Cada año millones de niños nacen con una discapacidad causada por defectos genéticos, y muchas más variantes genéticas son heredadas que los predisponen a una enfermedad grave. 

 

Los futuros-padres pueden tener embriones creados in vitro, revisados para detectar anomalías genéticas antes de su implantación en el útero. 

 

El uso de células madre haría más fácil de producir una gran cantidad de huevos, que a su vez hace de los controles previos a la implantación, una opción más viable. 

 

¿Pero esta aplicación será siempre ser permitida? Pacey sospecha que no, dada la fuerza de oposición a la destrucción de embriones. 

Henry Greely, director del Centro para la Ley y las Biociencias de la Universidad de Stanford, California, y autor de 
El fin del Sexo y el futuro de la Reproducción Humana (The End of Sex and the Future of Human Reproduction), lo ve de otro modo.

Él anticipa que las células madre primero serán utilizadas para ayudar a las personas que son incapaces de hacer huevos o esperma.

Una vez que esto se apruebe, dice, otras aplicaciones son propensas a seguir - sobre todo en los EE.UU., donde se permite el "uso sin-etiqueta" de cualquier producto médico aprobado.

 

La presión de grupo podría incluso convencer a la gente de que la concepción natural es irresponsable, llevando a las clínicas de fertilidad a capitalizarse implorándonos que,

"tengamos los mejores hijos que podamos".

"Esto va a cambiar a la humanidad," dice Greely, "por lo que es algo que la gente tiene que prestar atención."