16 Noviembre 2016

del Sitio Web LaCajaDePandora

 

 


"Deja la mente en blanco;

para meditar no pienses nada"…
 

 

...lo solía escuchar hace años cuando empecé a hacer mis primeros pinitos en el mundo de la meditación.
 


 

 

Sin embargo, descubrí que la mente no es algo que podamos parar.

 

De la misma forma que no podemos desconectar los latidos del corazón o simplemente dejar de respirar, no podemos pedir a la mente que deje de existir, ni aunque sea por unos pocos segundos.

Para profundizar en el mito de dejar la mente en blanco, primero tenemos que entender un poco la naturaleza de la mente.

Podríamos decir que,

"la mente es un continuo inmaterial cuya función es percibir y comprender los cosas"…

Y una de sus capacidades de la mente es pensar.
 

Al vivir y experimentar diferentes cosas y situaciones, habitualmente entramos en un "diálogo interno con nosotros mism@s" en el cual sacamos conclusiones sobre los hechos observados, y enlazando un pensamiento tras otro, evolucionamos en nuestras creencias e ideas.
 

 

 


Entonces, podemos llegar a la conclusión de que la mente tiene la capacidad de crear los pensamientos, que en la mente esta contenido todo el pensamiento, pero la mente no es el pensamiento en sí mismo.

Estos pueden parecer conceptos un poco abstractos, pero no es ni más ni menos que una breve introducción a la naturaleza de los que somos.

"La persona con la que más tiempo pasarás el resto de tu vida eres tú mism@, así que cuanto antes te conozcas mejor te llevarás contigo mism@."

A menudo se confunde "dejar la mente en blanco" con parar los pensamientos.

 

Y, atención, este es un punto importante:

Nosotros no podemos dejar la mente en blanco, pero si podemos aprender a dirigir y focalizar la atención de la mente.

Me gustaría compartir un cuento que te ayudará a comprender mejor la naturaleza de la mente y el pensamiento:

"Había una vez un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol.

 

Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama.

 

Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que tal cual apareció una confortable cama.

El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera un masaje en sus fatigadas piernas.

 

Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje.

 

Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y suculenta comida. En el acto aparecieron ante él los más esplendidos manjares.

 

El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso.

 

De repente le asaltó un pensamiento:

'¡Mira que si ahora un tigre me atacase!'... apareció un tigre y lo devoró."

Cuento Indio

Y es como a este hombre, que nos ocurre muchas veces en la vida.

 

Debido a que no hemos aprendido a dirigir y enfocar la mente, sufrimos de manera incontrolada de una sucesión infinita de pensamientos buenos o malos que nos condicionan a cada momento.

La clave para contrarrestar el flujo de pensamientos continuos y que no aparezca "el tigre que nos come", se encuentra en aprender a poner toda nuestra atención en el momento presente:

mantener un foco permanente en la respiración y las sensaciones corporales es uno de los mecanismos más poderosos que tenemos a nuestro alcance, para parar la verborrea mental y empezar a vivir en un espacio de quietud y paz interior que si queréis podéis llamar "mente en blanco".

Cuando somos capaces de mantener la mente focalizada sin ejercer un gran esfuerzo de manera natural, la creación de pensamientos decrece y crea un espacio interior de silencio que transforma nuestras vidas para siempre.

Una práctica que puedes iniciar en casa, para dominar la mente:

Durante 5-10 minutos al día ancla tu pensamiento en la respiración, observa cómo es tu respiración, si es superficial o si es profunda, si se para en la zona torácica o si desciende hasta el abdomen…


Se trata sólo de observar.

A través de observar la respiración tu mente estará entretenida y focalizada en una sola cosa del momento presente.

¿Qué haces si te vienen otros pensamientos?

Simplemente regresa a tu práctica de observar la respiración.

Esta práctica que te propongo te puede parecer sencilla y, créeme que aparentemente lo es, pero una vez te encuentras dentro de la práctica, verás que a veces no lo es tanto.

Día a día irás observando que te cuesta menos.

¡Adelante! Pruébalo, en 5-10 minutos al día podrás entrenar tu mente para estar en el momento presente.

 

Y alcanzar el Mito de la Mente en Blanco...
 

"Practiquen la meditación,

es algo fundamental.

Una vez que se la disfruta,

ya no se la puede abandonar,

y los beneficios son inmediatos".
Dalai Lama