por Elvira López del Prado
08 Junio 2017

del Sitio Web LaCajaDePandora

 

 

 

 

 



Hace unos días escuché un concepto por primera vez:

PON LUZ EN LA LUZ.

Me hizo "click" y presté mucha atención pues nunca antes había oído esa idea.

Las personas tenemos la tendencia de darnos mucha cuenta de los que nos falta, de lo que aún no hemos conseguido, de lo que hemos perdido o fracasado, etc.

 

Y obviamos lo que sí somos, lo que si tenemos, las características maravillosas que poseemos, lo que hacemos bien bien de verdad, aquello que nos aporta extrema satisfacción personal.

Olvidamos que crecemos en la luz, que es en esos aspectos donde nos manifestamos de forma auténtica, desde dónde crecemos.

 

No crecemos en los límites sino en la capacidad creativa que genera las herramientas para traspasarlos. No crecemos en nuestra oscuridad, ni en nuestros pensamientos negativos.

Crecemos en nuestra LUZ, es a nuestra LUZ a la que hemos de alimentar, potenciar, cuidar, mimar y volver una y otra vez en busca de compasión, cobijo, amor, ternura y expansión.

 

Es nuestra LUZ la que nos ama, pues nos amamos en la luz. Y por luz se entiende Amor, la fuerza más poderosa y más creativa del universo.

 

El PORQUÉ de TODO...

 

 

 

Me he pasado mi vida entera intentando transformar mis sombras, mis límites, mis defectos.

 

Me he tratado como si estuviese rota y necesitase arreglo. Me he tratado muy mal en esa imagen de mi misma... siempre creyendo que aún quedaba mucho por mejorar. Y sin éxito alguno siempre volvía una y otra vez a ser exactamente la misma, siempre.

Tanto "fracaso" me ha dejado agotada emocional y físicamente durante años... he llegado a perder las ganas de seguir intentando una tarea que me parecía inalcanzable.

Y de pronto este concepto me llegó al alma: Poner LUZ a la LUZ...

Todo este trabajo de transformación ha estado mal enfocado, por eso nunca ha dado fruto. El enfoque correcto es crecer en la luz, regodearse en el amor por el amor.

Me pasé tiempo queriendo controlar a mi mente y por fin he comprendido que no la voy a cambiar. Soy como soy y lo acepto. Tengo virtudes y tengo defectos, y lo acepto.

No voy a intentar cambiar mis defectos, voy a alimentar mis virtudes.

 

Aquí va un ejemplo:

Estando una mañana de Domingo muy ofuscada en mis constantes pensamientos negativos, me decía cosas del tipo: para la mente, controla la mente, enfócate en pensamientos positivos... fracaso total.

De pronto me resigné, me senté en el sofá, me puse mis calcetines de colores favoritos, tomé un ovillo de lana rojo, que llevaba tiempo queriendo tejer... y entonces y solo entonces ocurrió...

 

Mi mente encontró un alimento mejor, más sano, algo que le hacía mucha ilusión, dejó de alimentarse de pensamientos negativos y se puso a entretenerse en esa labor tan sencilla, pero tan gratificante para mi, como es tejer.

Eso fue todo lo que hice, no forcé a mi mente más a cambiar su actitud, le cambié el alimento.

 

Hice simplemente algo que me gustaba.

Mi estado de ánimo subió repentinamente, la alegría inundó mi pecho y la paz me reconfortó.

Me puse a hacer algo que hacía porque lo amaba, por nada más. Algo que no había que defender, era tan solo un acto sencillo de amor por mi misma. Y mi percepción del mundo, de mi existencia cambió en el instante.

A partir de ese estado interior (o de consciencia), mi visión era más amplia y más optimista. Y desde ahí pude ver el rango de opciones creativas que realmente tenía ante mi situación del momento... tan sencillo...

Recordé una historia que leí alguna vez.

 

La de un alumno que había suspendido matemáticas y había sacado sobresaliente en música.

El profesor preguntó al padre qué haría al respecto y éste respondió que apuntaría a su hijo a una academia de matemáticas para mejorar... el profesor le sugirió que mejor optara por apuntar al niño a una escuela de música para potenciar esas aptitudes que ya tenía y hacerlas crecer... pues era evidente que eso era lo que el hijo amaba hacer.

No somos buenos en todo y no tenemos que serlo.

 

No todos valemos para lo mismo, pero todos somos maestros en algo... potenciemos ese algo que nos identifica, que nos nutre, que nos conecta.


Como he dicho, me he pasado la vida con el enfoque equivocado.

 

Quería cambiar, arreglar mis defectos, mis limites, mi "como soy que no me gusta"... y no estaba consiguiendo nada.

 

A partir de ahora, cuando se me plantee una situación que me haga estar negativa, no voy a fingir que no lo estoy, no voy a intentar arreglarlo, voy ser muy realista y ser consciente de que así es como yo soy y desde ahí aportarme soluciones prácticas y creativas.

 

Que consisten en,

  • Darle un alimento de mejor calidad a mi mente.

     

  • Darle lo que realmente le gusta, le motiva y disfruta.

De esa forma vuelvo a conectar con QUIEN YO SOY, vuelvo a mi camino de LUZ, pongo LUZ en mi LUZ y crezco desde ahí:

Desde la abundancia del Ser y no desde la escasez de la mente pequeña y el pequeño YO.