por Rubén Torres
13 Noviembre 2014
del Sitio Web LaCosechaDeAlmas

 

 

 

 

 

 


Para comprender de forma sencilla, como es el proceso evolutivo del alma, en el cual, el alma crece y evoluciona en su experiencia, a través de las distintas densidades, tomando distintos cuerpos físicos, en múltiples y distintas formas dentro de esos entornos de densidad distinta.

Debemos entender por densidad, la capacidad de concentración de energía en un mismo cuerpo.

 

Dentro de los distintos cuerpos en diferentes densidades, desde un mineral que tiene el 100% de densidad, a nosotros que tenemos aproximadamente un 80% o en cuerpos más sutiles, que este porcentaje baja considerablemente, hasta desaparecer para nuestros cinco sentidos.

La forma mas didáctica de comprender esto, es tomando el ciclo del agua.

 

El agua, cuando toma la forma del hielo, estaría haciendo su encarnación mas densa, mas o menos lo que somos nosotros ahora.

 

Posteriormente y gracias a la radiación solar, el agua se transforma y pierde su cuerpo físico mas denso y toma un cuerpo mas sutil, como es su forma liquida, con la que puede fluir y vivir de distintas formas, en distintos entornos de experiencia.

 

Posteriormente y gracias nuevamente a la radiación solar, el agua se transforma nuevamente y toma un cuerpo aun mas sutil, en forma de vapor. Este cuerpo puede ser tomado como una de sus formas físicas mas sutiles, aunque el agua puede tomar aun formas mas sutiles, como la humedad.

El agua gracias a la acción solar, va transformándose y evolucionando de un cuerpo muy denso cuando es hielo, hasta uno muy sutil, cuando es vapor, o humedad en el ambiente.

 

Nosotros no somos muy distintos y aunque el proceso se nos antoje más lento, al igual que el agua, debemos pasar por un proceso para que se lleve a cabo nuestra transformación.

 

Somos agua en un porcentaje muy alto y en nosotros la radiación solar juega un papel decisivo en este proceso, ya que nos alimentamos de su luz y la necesitamos para alimentar nuestra propia luz.

El agua como nosotros, puede llegar a pasarse miles de años congelada en un iceberg.

 

Puede pasarse el mismo tiempo, fluyendo a través de ríos y canales, ser bebida o estancarse en un charco, pero sabe que tarde o temprano volverá a su cuerpo mas sutil y subirá al cielo a fundirse con su grupo (nube), el cual volverá a descargar y encarnar de distintas formas cuando mas falta haga y donde mas falta haga.

Nosotros como en el agua, somos inmortales y eternos. Da igual si vivimos congelados, si nos toca pasar por cloacas y ensuciarnos con lo peor.

 

Tarde o temprano, como le sucede al agua, nos transformamos, tomamos nuestra forma física mas sutil y nos desprendemos de toda suciedad que pudiera hacernos permanecer estancados.

 

Finalmente nos elevamos y esperamos en el 'cielo', para descargar nuevamente nuestro amor, allí donde mas falta haga.