Capítulo VIII: Sexta fuerza universal



VIII (1): Sexta fuerza universal: La Fuerza de lo Irrepetible

El vocablo “irrepetible” significa: aquello que luego de acontecer jamás vuelve a ocurrir exactamente igual que al principio. Dos sucesos o variables jamás son exactamente iguales dentro de este Universo. Ni siquiera los isómeros son iguales, ya que ocupan posiciones opuestas y eso nada mas los hace diferentes, por eso es posible identificarlos. Inclusive los llamados “gemelos idénticos” poseen una estructura bioquímica fundamental que los hace “no iguales”, aparte de que ocupan espacios diferentes en todo momento.

Los sistemas complejos, de múltiples variables, tienen la característica de que en la búsqueda de su estabilidad, exhiben comportamientos que los matemáticos han descubierto y han llamado sitios de asentamiento. Son como lugares en los que el sistema luego de presentar un comportamiento de desorden, finalmente se estabiliza por unos periodos mayores de tiempo, suficientemente extendidos como para aparentar una “preferencia”.

 

La fuerza de lo irrepetible que está presente en toda la naturaleza, surge del hecho de que el universo esta constituido por múltiples sistemas, estos billones de billones de sistemas que forman el Gran Universo, pueden formar patrones lo suficientemente estables y duraderos en el tiempo, como para poder ser identificables por nosotros. Pero distintas formas de vida inteligente podrían identificarlos de forma diferente desde la posición que estas ocupen en el Gran Universo.

Este tipo de patrones variables de prolongada duración, irónicamente se repiten de forma igualmente variable en todo el universo, así es que lo que se repite es un patrón de variabilidad alargado. Por consiguiente la repetición no es más que una “ilusión de percepción”, lo que nos deja otra vez en lo irrepetible.

Pues simplemente un sistema que esta constituido por múltiple variables, en donde ninguna es igual a otra, donde cada una es única, forman sin embargo patrones y formaciones, es decir toman ciertas formas bastante duraderas en el tiempo. Y esas formas que son repetitivas en todo el universo, podemos llamarles cuasi repetibles. Un conocido ejemplo lo son las formas esféricas (la esfera) que se encuentran desde lo micro hasta lo macro en el universo. Lo esférico se “cuasi repite” constantemente en todo el universo.

 

El nucléolo, las células, los átomos, los planetas, las estrellas, galaxias etc., son todas formas elípticas y esféricas, por eso es que el invento de la rueda fluyó de forma natural dentro de un universo en donde predominan las formas esféricas y circulares. Pero en cambio estas formas sistémicas contienen variables en su interior que nunca se repiten.

Otro ejemplo lo son las moléculas de la hemoglobina y la clorofila las cuales son muy semejantes. Así que lo cuasi repetible está en lo irrepetible y lo irrepetible en lo cuasi repetible. Esto ocurre solo en los sistemas complejos donde se da el fenómeno de retroalimentación variable, no lineal aperiódica e inestable no repetitiva, así tal y como se escribe.
 


VIII (2): Veamos los efectos de la Fuerza de lo irrepetible

 

VIII (2-a): El efecto de lo cíclico de la Fuerza de lo repetible: Una forma en la que el Universo intenta mantener su balance lo es cuasi repitiéndose en ciclos, el universo intenta de esta forma mantener su balance, pero cada ciclo jamás es igual al anterior, ni será jamás igual al siguiente. La teoría de Gaia que explicaremos más adelante en otro capítulo, se basa sin saberlo en estos efectos aunque son malinterpretados sus fundamentalmente. Cuando se repiten ciclos de desorden, debemos concentrar nuestras energías en intentar mantener los niveles de crisis individuales lo mas bajo posibles. Un ejemplo lo son “las precauciones que tomamos en las temporadas de huracanes o tornados”, precisamente las tomamos porque aunque impredecibles, estos ciclos se repiten año tras año. Aún así el efecto de lo impredecible junto a las otras fuerzas predominará, manteniéndonos con unos elevados niveles de ansiedad general. Debido también a otro efecto conocido como el efecto de incertidumbre esta ansiedad que ya esta elevada se triplica. Sabemos que hay ciclos de huracanes, pero debido al efecto de la fuerza de lo aperiódico nadie puede decir con certeza cuantos de ellos surgirán, con que fuerza, ni por donde pasaran.

VIII (2-b): Efecto de lo desordenado de la Fuerza de lo Irrepetible: Debido a que las múltiples variables que componen los sistemas se encuentran en constante movimiento aperiódico, estas nos muestran un comportamiento visiblemente desordenado, un ejemplo lo es una multitud en donde nadie puede predecir en que dirección se moverán sus variables, ni cuando, ni en cuanto tiempo.

 

Solo podemos decir que se moverán, o que muestran una disminución o aumento en densidad a ciertas horas del día, de la semana o del mes. También como producto de nuestras observaciones en el tiempo tal vez podamos señalar los sitios de convergencia de un sistema en particular, que podrían ser por ejemplo las tiendas, las salidas y entradas de los centros comerciales, las estaciones de autobuses, de trenes, etc. Y con esta observación podríamos determinar ciertas cosas, como el hecho de que la probabilidad de crisis tenderá a aumentar en esos puntos específicos de convergencia, lo que nos serviría entonces para planificar como y donde brindar o situar la ayuda en caso de emergencia.

 

¿Comprenden?

 

Sin embargo, igual podemos afirmar que la probabilidad de choques y crisis disminuyen en la gran masa de la multitud, mientras todas las variables permanezcan en movimiento. Cuando los cuerpos se mueven dentro de un sistema, siempre intentarán entrar en resonancia con todos los demás cuerpos que están moviéndose a su alrededor, por consiguiente los choques van a disminuir.

VIII (2-c): El efecto de lo infinito y las crisis de indeterminismo de la Fuerza de lo irrepetible:

Del efecto de la fuerza de lo irrepetible se desprende que el comportamiento de los sistemas y sus variables además de ser impredecibles, tampoco serán totalmente cuantificables, e igualmente serán también infinitas el número de formas en que puede presentarse dicho comportamiento. Este efecto de lo infinito genera el efecto de lo indeterminable y de lo inesperado creando a consecuencia en nosotros un constante deseo de querer determinar los sucesos a ocurrir en nuestra vida (esta necesidad dio origen a los adivinos, profetas, astrólogos, etc.), con el fijo propósito de disminuir nuestra ansiedad acerca de lo desconocido.

Igualmente dará origen a ese constante deseo de controlar, el cual también nos genera ansiedad. Es un deseo de “determinar” y de “enmarcar” las conductas de los sistemas, con la intención de tratar de anticipar los acontecimientos que van ocurrir, deseo que al ser imposible de satisfacer conduce a la frustración. Quienes se sienten constantemente insatisfechos seguramente apelarán a lo místico, a las pitonisas, a los médium, los astrólogos y a todo lo que de alguna forma le pueda saciar su ansiedad.

Así es que en respuesta al efecto de lo infinito, surge el deseo de “controlar nuestro hábitat”, lo cual se ha convertido en una de nuestras “necesidades creadas”. Es una conducta basada en la “falsa percepción” de que podemos “controlar el universo”. De aquí surge todo lo que enmarca, limita, ubica y cuantifica. Instituir cosas que nos hacen sentir en “control y seguros”, naturalmente disminuye la ansiedad que genera nuestra “crisis de indeterminismo”. La tecnología y la ciencia son respuestas y resultados de estas crisis. Así que podemos afirmar que “las crisis de indeterminismo”, son puntos de convergencia universales de todas las culturas. Quien sabe si están presentes donde quiera que exista vida inteligente, en todo el universo, lo que podría general la posibilidad de que la “ciencia y la tecnología” sean también “conductas de convergencia” en todo el universo, donde pueda existir vida inteligente.

Claro está, la ciencia y la tecnología no han podido solucionan nuestras crisis, y no nos garantizan que podamos fluir nuevamente dentro del sistema primario al que pertenecemos, Por consiguiente, no nos permite recuperar nuestro balance y resonancia efectivamente. La ciencia y la tecnología nos mantienen posicionados, creándonos una falsa sensación de control y seguridad o sensación de bienestar, es falsa porque ambas siguen estando igualmente afectadas por las fuerzas del universo.

Debido al efecto de lo imperceptible, la “respuesta mas adecuada posible” a esta crisis en particular, ha sido desacertadamente sustituida por una respuesta menos adecuada (la ciencia y la tecnología), pero que ha sido generalmente aceptada por la gran mayoría. Esta “mayoría de arrastre” pasa entonces a convertirse en su propia fuente de ansiedad, arrastrándose a sí misma a un estado permanente de ansiedad intolerable y de crisis continua.

 

Esta crisis continua pasa por desapercibida debido al efecto de lo imperceptible de la fuerza de lo variable, que como mencionamos anteriormente puede conducir a la descomposición total del sistema, convirtiéndolo en uno disfuncional. Este proceso se ha podido observar a lo largo de toda la historia especialmente cuando examinamos retrospectivamente la caída de muchos imperios.

Utilizar la ciencia y la tecnología como modos de bajar la ansiedad, no es en si mismo lo que genera ansiedad al sistema, es “creernos” que ellas sean la solución mas adecuada, lo que nos puede mantener posicionados y evitar que fluyamos, manteniéndonos en una “crisis permanente”.

Algunos productos de la tecnología como los automóviles, la televisión, los video juegos electrónicos, algunos de los deportes extremos, han aumentado considerablemente la ansiedad de las multitudes, cambiando nuestra forma de comportarnos y de existir. En muchos casos, hemos dejado que estas máquinas controlen nuestras vidas, permitiendo además que dañen nuestra salud.

Como ejemplo, destaquemos el hecho de que por estudios realizados, sabemos que los niños permanecen mas horas al día viendo televisión que compartiendo con su familia o con sus amiguitos. Se sabe del daño inmenso que provoca la violencia en la televisión a la salud emocional de los que la ven, especialmente los niños. Un niño entre las edades de 5 a 16 años viendo la televisión solamente 3 horas diarias, llegará a presenciar mas de 20 mil imágenes de asesinatos en ese período de tiempo, nada mas mediten sobre los efectos dañinos.

Medios de comunicación tan avanzados como los mencionados, y todos los demás que conocemos, nos crean la falsa percepción de que comunicándonos constantemente, o sabiendo cada detalle de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, nos provee algún control. Muchas personas llegan a sentir una ansiedad extrema si no saben, si no conocen cada detalle de las cosas que ocurren, leen la prensa a diario, escuchan y ven los noticieros adictivamente, y piensan luego que están en control. Pero la realidad es que todo eso tiene el efecto contrario, ya que nos ha posicionado, ya estamos en los extremos, y esa conducta descrita solo genera mas ansiedad, temor de vivir, paranoia y una vida totalmente desbalanceada. Así que analicen y comprendan que lo infinito seguirá siendo infinito, lo indeterminable seguirá estando siempre presente en nuestras vidas, sin importar lo que hagamos para querer evitarlo. Busquemos pues con detenimiento las respuestas más adecuadas para todos los efectos de las fuerzas. En esto estriba la importancia de este libro, te pone en contacto con las fuerzas que controlan el universo y a ti como parte integral de este.

VIII (2-d): El Efecto de lo Vacío de la Fuerza de lo Irrepetible:

La fuerza de lo irrepetible produce la sensación de vacío en el sistema, cuando por cualquiera razón, alguna de las variables que lo forman se aleja, se ausenta, o se transforma. Esta sensación de vacío, conduce a la sensación de echar de menos, de donde a su vez surge la sensación de perdida, lo cual de inmediato aumenta la ansiedad en el sistema afectado y le genera crisis.

 

Una de las formas que han utilizado los sistemas para disminuir esta fuente particular de ansiedad, ha sido querer buscarle sentido o explicación al porque del “vacío” (en el caso de los sistemas biológicos pensantes) y para lograrlo, los sistemas culturales de todos los tiempos, se han visto obligados a intentar explicar lo “inexplicable” con sus propias alternativas únicas.

Por ejemplo, en el caso de nosotros como variables, tratamos de dar permanencia a esa variable o sistema que cuando se aleja o ausenta produce ese vacío en nosotros. Dependiendo de cual sea la causa de la pérdida que provoca ese vacío universal, el hombre busca formas mas o menos universales para mitigarlo. Cuando el vacío es por muerte o temor a esta, el hombre ha intentado disminuir su ansiedad mitigándolo con el concepto de la “permanencia después de la muerte”. Por lo que “vivir después de morir” ha sido un tema de todas las culturas desde las tribus más antiguas hasta nuestras “tribus modernas”.

Del efecto del “vacío”, surge obviamente lo “mítico”. Lo mítico como sitio de convergencia se repite en todas las culturas, desde las más “antiguas” hasta las nuestras. Se puede notar claramente que las “crisis de vacío” son conductas de convergencia de todas las culturas, y también del “individuo”, él como un sistema.

 

Lo mítico que incluye todo tipo de respuestas a estas crisis de vacío, es pues, una “respuesta de convergencia” universal. Demás estará decir que la crisis generada por este vacío jamás podrá ser mitigada o resuelta de esta forma, podemos ver como al perder un ser amado en cualquier parte del mundo, sin importar las creencias religiosas, siempre entraremos en crisis.

Al no representar la solución mas adecuada posible, los sistemas que promueven esta solución, se han visto forzados a institucionalizar un refuerzo constante, continuo y sistemático, par poder enseñar, reforzar y salvaguardar la tan necesitada creencia o respuesta cultural, constituyéndose en los sistemas cerrados que conocemos como “religiones, creencias y filosofías de vida”.

 

Mientras estos procesos fueron aplicados solamente a grupos pequeños, la tarea resultaba más simple, pero al tratarse de multitudes, los mecanismos de control se hicieron más complicados requiriéndose de controles más efectivos y sistemas mas sofisticados.

Imperceptiblemente (efecto ya estudiado), llegó el momento en que el ser humano para evitar la ansiedad del vacío y dolor intolerables, se enajenó de su propia realidad, entregándose de lleno sin “cuestionarse nada” a lo mítico, en cualquiera de sus manifestaciones, independientemente de su cultura de origen.

Lo místico ha sido, es y tal vez proseguirá siendo, una de las mayores causas de guerras o de situaciones trágicas entre grupos de distintas creencias, como pasa entre Israel y los palestinos, pasó en las guerras de las cruzadas, y recientemente en las tragedias de Waco y Guyana.

La razón es simple, lo mítico se ha convertido en sistemas cerrados de control, existentes en todas las culturas, que emergen como puntos de reconciliación y de asentamiento para llenar un “gran vacío”, una “gran crisis” producida por la Fuerza Universal de lo Irrepetible (que produce la muerte), esto unido al efecto de otra fuerza, lo incierto de la Fuerza de lo Impredecible, se convierte en una fuente constante de ansiedad individual para los miembros de cualquier cultura, que han intentado darle permanencia y continuidad a la vida después de la muerte con sus soluciones míticas particulares. Las creencias complicadas como son, desde luego que reducen de forma considerable pero temporalmente, esta ansiedad al creyente.

El miedo a la muerte, el temor a como será ese mas allá y una garantía al creyente sectario (lo que divide a unos hombres de los otros y genera prejuicios), de que a través de su creencia particular obtendrá el pasaporte seguro a un “paraíso o lugar de descanso eterno” (el “elisium de los romanos”) son los elementos comunes de todas las manifestaciones de lo mítico en la humanidad.

 

Todos aseguran tener la “única verdad” y de aquí es que han surgido muchas de las guerras históricas, como también ha ayudado a sostener a muchos de los grandes imperios que han derramado sangre a diestra y siniestra, cuyos ejércitos rutinariamente han sido bendecidos por los lideres de lo mítico de ese momento histórico en particular al cual pertenece dicho ejercito.

 

Es paradójico presenciar como un líder religioso bendice el recién inaugurado barco de guerra y luego dice en su discurso-“...y espero que sea utilizado como instrumento de paz”.

Lo significativo de lo que aquí se plantea, es que otra solución a esta crisis de vacío, tal vez mas a tono con las fuerzas universales, es utilizar el modelo de fuerzas para resolver la crisis de vació de una forma más asertiva. Inténtalo y verás como se disipan tus miedos. Mientras lo mítico exista, podrá llenar tu vacío existencialista individual, pero esa solución individual será la semilla de la separación tuya de la totalidad. Históricamente, este comportamiento nuestro, ha inclinado la balanza hacia la desunión y la guerra.

VIII(2-e): El efecto de lo Trágico:

Se produce cuando el sistema o alguna de sus partes irrepetibles se transforman repentinamente, o por alguna razón desaparecen. Dichos acontecimientos pueden o no estar relacionados directamente con la parte afectada. Cuando esto ocurre nos entristecemos, nos paralizamos, nos posicionamos y por consiguiente también podemos entrar en crisis.

 

Se crea la sensación de pérdida y una vez ya posicionados, nuestro centro de balance se debilita, de tal forma que cualquiera de las otras fuerzas puede afectarnos con mayor facilidad, lo cual añade complicación a la “crisis” ya existente. El efecto de lo catastrófico, puede conducir a que surja el efecto de lo trágico, aunque no todo lo que es catastrófico necesariamente nos deja tragedia.

Con los medios de comunicación tan acelerados, donde cualquier suceso ocurrido alrededor del planeta nos impacta de forma inmediata, estamos constantemente bombardeados por noticias de desastres de todas partes y de todo tipo. Anterior a esta era moderna, transcurría mucho tiempo antes de que llegáramos a enterarnos de las cosas que ocurrían en Pakistán o Argentina, si un río se desbordaba o no era entonces asunto del país donde ocurría, pero no es así en nuestros tiempos, la tristeza de un acontecimiento desastroso se ha universalizado, al igual que otras emociones como el coraje o la angustia generada por cualquier otro acontecimiento.

Así que ya el efecto de lo desastroso nos impacta en cualquier momento y con mayor frecuencia que nunca antes, aunque no este relacionado directamente con nosotros. Esto ha llevado a la humanidad a una situación en donde la hiper información mantiene nuestros niveles de ansiedad en un estado de elevación continua

 

Por consiguiente el estado de crisis se dispara con mayor facilidad y rapidez. Algunas décadas atrás el nivel que se requería alcanzar para disparar una crisis era mucho mas alto que en tiempos actuales. El grado de sensibilidad actual es elevado lo cual conduce a alcanzar el estado de crisis a niveles más bajos de estimulación, en otras palabras ambos son inversamente proporcionales.

Vivimos en una época donde estamos mas expuestos a los efectos de esta fuerza, si nos mantenemos más atentos y vigilantes a estos efectos, podríamos reducir sus consecuencias negativas en nosotros, reduciendo el impacto de las crisis. El caso del ataque terrorista a los E.U. donde murieron mas de seis mil personas en el colapso de las torres del World Trade Center, es uno de los ejemplos donde lo trágico nos ha tocado mas de cerca nuestro corazón.

RMAP para este efecto: Ante la tragedia y la angustia: ¿Qué esperar y que hacer?

Lo que todos vivimos el 11 de septiembre de 2001, que nos lleno a todos de tristeza, amargura, angustia y shock, es uno de los peores eventos de desastre que podrían a ocurrir, el elemento sorpresa, el arma utilizada constituida por aviones comerciales llenos de civiles, el blanco escogido constituido por edificios de donde no hay escapatoria posible igualmente llenos de millares de personas de todas partes del mundo, lo hacen uno de los actos mas crueles que jamás se hayan cometido. Este ataque podría catalogarse como un mega desastre, donde todos los efectos de los elementos característicos del desastre se multiplican por miles.

Los desastres son eventos extraordinarios rápidos y dramáticos, que perturban dramáticamente nuestra vida cotidiana, originan consecuencias negativas como pérdida de vidas humanas, lesiones físicas, daño o pérdidas materiales que provocan gran sufrimiento.

Estos eventos pueden ser de inicio lento o repentino y sin ninguna advertencia. Pueden ser causados por el hombre (guerras, incendios, contaminación química, disturbios civiles, etc.) o naturales (terremotos, maremotos, inundaciones, tornados, etc.).

El evento traumático que todos acabamos de pasar no concluye con el evento físico del desastre, ahora se avecina el comienzo de una larga y difícil tragedia individual para muchos que ni siquiera estaban cerca de allí, es ahora donde se inicia lo que se denomina "el segundo desastre", que requiere igual atención que el primero.

 

Este "segundo desastre" está constituido por la experiencia de adaptación de todos los afectados a condiciones repentinas que alteraron en cuestión de minutos su estilo de vida rutinaria del ambiente natural de las ciudades principalmente afectadas, el cual ya jamás será el mismo, la desintegración de la comunidad y de las familias por los daños y las muertes, por su posible ubicación en refugios diferentes o por estar algunos en hospitales por tiempo indefinido, perpetua el desastre por un periodo largo de tiempo.

Es en estos días que se avecinan en donde a nivel individual se empieza a entrar en la realidad de las pérdidas que se han sufrido, especialmente la de los seres queridos, y a plantearse la posibilidad mental del cambio, a menudo radical que acaba de ocurrir en todo lo que hasta ayer era el proyecto de vida personal de todas las personas afectadas sobrevivientes.

Por consiguiente vivir una situación de desastre afecta el equilibrio psicofisiológico, y el stress que resulta de ello provocará crisis personales a corto y a largo plazo. En primer lugar es significativo comprender que los síntomas de stress físico o psicológico que aparecen después de una situación de desastre, no necesariamente convierten a estas personas en "enfermos" y que estas manifestaciones pueden ocurrir a cualquier ser humano cuando los estímulos o demandas del medio sobrepasan la capacidad de resolverlos o adaptarse a ellos.

Los estudios, descripciones e investigaciones acerca de la respuesta humana ante eventos de estrés de gran intensidad coinciden en que hay una afectación en diversos grados según particularidades del caso, que incluye a todo el equilibrio de la estructura psicológica.

En los desastres de mayor magnitud, suele ocurrir de forma conjunta la experiencia de un trauma psíquico individual y un trauma colectivo.

Respuestas emocionales más frecuentes en las situaciones de desastre:

Las conductas iniciales o de impacto, pueden ser de huida (correr, sacar a otras personas, alertar a otros, dar órdenes). Estas respuestas pueden durar minutos u horas después del desastre y son conductas adaptativas que tienen como objetivo salvar la propia vida y la de los demás. Así, vemos personas que aún horas después continúan con gran actividad física, sin dormir, sin sentir apetito, dando instrucciones y organizando a otros. En estas primeras horas vemos una tendencia a la solidaridad y ayuda mutua entre los afectados.

La descripción de muchos eventos de desastre, señala que otra parte de las personas pueden permanecer aturdidas, perplejas, asombradas y su tendencia es a la inmovilidad o petrificación (no pueden moverse o hablar) y presentan una limitación para ordenar su pensamiento y evaluar la situación que les permita ejecutar o decidir conductas con un fin determinado, algunos autores han denominado a esta reacción como conducta de "zombi". Con frecuencia estas personas salen de éste estado después de unas horas, con una crisis de llanto, lamentos o gritos.

Un mínimo porcentaje de la población presenta cuadros de desorganización total, alucinaciones o delirios (cuadros sicóticos) y con frecuencia éstos tienen algunos antecedentes de desajuste emocional o padecimientos orgánicos previos. Las reacciones de agresividad o de agitación, son mucho menos frecuentes ante eventos de gran estrés, de lo que popularmente se cree.

Durante los primeros días es significativo ir valorando las respuestas emocionales y grado de adaptación a la situación. Existe una tendencia a estar en grupo y a comentar las experiencias personales de forma repetida, lo cual en ocasiones puede permanecer mucho tiempo, pero que es beneficioso para la asimilación del evento sufrido. Otras personas mantienen silencio, prefieren no hablar de lo sucedido y aún cuando se puede considerar como una respuesta normal ante la pérdida (cuando no está afectado su funcionamiento general) parecerá que estas personas tardan más tiempo en asimilar el cambio que su vida ha sufrido.

Otra etapa ante estas situaciones se ha denominado negación o bloqueo del impacto, en la que podemos observar esfuerzos por evitar pensamientos o estímulos que recuerden lo sucedido. Este es un recurso psicológico para disminuir una tensión extrema y es significativo que el personal que atiende a las víctimas de desastre recuerde que hay necesidades emocionales significativas de satisfacer, para que puedan asimilar el evento vivido.

En esta etapa, algunos sufren de un olvido de los sucesos, este puede ser un olvido temporal de horas o días. La necesidad de seguridad se ve amenazada por el grado de desorganización y limitaciones materiales (aglomeración, falta de alimentos, incomodidades, etc.) que se pueden presentar durante los primeros días y algunas personas que inicialmente respondían de forma adecuada empiezan a presentar síntomas en ésta etapa.

Algunas manifestaciones como dificultades del sueño, irritabilidad, pesadillas, sentimientos de culpa (por haber sobrevivido o no haber salvado a otros seres queridos) pueden iniciar pocas horas o días después del evento traumático y perdurar por meses y hasta por años. Esta fase se ha denominado de intrusión. Se caracteriza por una invasión de pensamientos o imágenes del evento.

Los sentimientos de tristeza, preocupación, aflicción, recuerdos del evento y una marcada ansiedad por el temor de que se pueda volver a repetir, pueden dar origen a cuadros depresivos. Algunos de estos síntomas son producto del desastre mismo y otros son producto de la desorganización social que impide a las víctimas reiniciar en un corto plazo su nueva vida. El desenlace de esta etapa debería ser el de poder encontrar un sentido a la experiencia y poner en marcha el recurso de auto eficiencia en contra de la desesperanza.

Una cuarta fase o etapa en los procesos de pérdida o impacto emocional se denomina penetración y se caracteriza por el dominio cognoscitivo del evento, o sea, la incorporación a los esquemas mentales de una nueva interpretación de la realidad para que tenga sentido. Las personas ya logran identificar sentimientos, pensamientos e imágenes de la experiencia. Les es posible recordar cosas que se habían olvidado, hablar de ellas, expresar lo que sentían y lo que sienten en la actualidad.

La quinta y última etapa se denomina consumación o resolución, y es el proceso psicológico mas significativo de los días y semanas (a veces meses y hasta años, si no se atiende) posteriores a un desastre. Consiste en la evaluación correcta de la nueva situación, la aceptación de la pérdida (de familiares, vivienda, trabajo, vecindario, etc.) y la resolución de la crisis con un nuevo proyecto de vida, lo cual estará íntimamente relacionado con el apoyo familiar, social y laboral que le permitan el reajuste final.

Esta es la etapa que permite la incorporación de esa experiencia a la vida de cada afectado y nos permite reconocer los mecanismos o estrategias para llevar adelante ese nuevo proyecto de vida.

Un elemento que debe considerarse de primer orden posterior a los eventos de desastre, es la estructuración de planes y proyectos sostenidos integrales y efectivos de atención y reinserción de la población a un nuevo proyecto de vida, en los casos que así se requiera. Pero sobre todo es significativo que después de un desastre las personas mas preparadas en brindar ayuda digan presente sin perder de vista que todos somos igualmente vulnerables a los efectos de una tragedia como la ocurrida ayer.

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