| 
			  
			  
			  
			  
			  
			
			Capítulo XEl Maestro Codificado
 
			Maestro Codificado, aún imperceptible para la mayor parte de vuestro 
			mundo, entra en la mente de las masas sólo cuando un número 
			suficiente de vosotros os hayáis depurado como para poder mantener 
			su patrón vibratorio en vuestra frecuencia, lo que podemos decir que 
			empieza a suceder en vuestro año terrestre de 2010.
 
			  
			No se trata del 
			«Mesías», ni tampoco tenemos la intención de presentarla como 
			vuestro salvador, así que os pedimos que no entreguéis vuestro poder 
			a esa posibilidad, pues ello significaría que habéis tergiversado 
			por completo nuestro mensaje. Aquellos de vosotros que iniciasteis 
			la tarea de depurar vuestro campo y os estáis liberando del miedo, 
			habéis entendido que os encamináis en la dirección correcta, que os 
			guía vuestra conciencia más elevada y que no hay nada externo que 
			pueda hacerlo por vosotros. 
			Vuestra concentración mental y la pureza de vuestra intención os 
			guiarán por el desierto del invierno gaiano; vuestros sentimientos 
			de comunidad y vuestro sentido de la totalidad permitirán que el 
			planeta se sostenga durante la noche sin estrellas. Ya podéis 
			descartar los sueños del Mesías y otros salvadores y ceder el paso 
			al saber interior (vuestra fortaleza y sentido de propósito), con el 
			cual cada uno de vosotros mantiene su propia frecuencia, mientras 
			asumís la responsabilidad de todos los pensamientos que enviáis en las 
			ondas, así como de cada una de vuestras obras, actos y palabras.
 
			Los trabajadores físicamente presentes están ahora a vuestra 
			disposición para asistiros en el cambio y la depuración de las 
			energías, y los verdaderos maestros están transmitiendo el mensaje.
 
			  
			¿Habéis sentido las ondas centelleantes de luz que pasan por 
			vosotros?  
			  
			Sin duda, estáis sorprendidos de la aceleración que se 
			está experimentando en muchos niveles, pues vuestra familia de 
			cuerpos celestes no había conocido nunca una intensidad vibratoria 
			semejante y, a su vez, 
			
			todos los planetas de vuestro sistema solar 
			han iniciado su metamorfosis. Todo está interrelacionado; cada 
			criatura viva de vuestra Deidad Solar lo experimenta todo, desde los 
			confines más lejanos de las órbitas exteriores hasta las esferas más 
			recónditas del ser, y también allí, en la explosiva masa de la 
			estrella gaseosa: vuestro Sol central. 
			Actualmente, están pasando a primer plano nuevos pensadores 
			revolucionarios en los campos de la astronomía y la astrología, 
			quienes tendrán la lucidez necesaria para cartografiar las nuevas 
			rutas, pues dentro de poco las relaciones de los cuerpos celestes 
			asumirán proporciones alteradas, a medida que los planetas inicien 
			sus agudos estados de transmutación, y los viejos paradigmas pierdan 
			su vigencia. Los arquetipos se están transformando en entidades más 
			complejas, y están surgiendo nuevos cuerpos de la oscuridad de lo 
			inexplorado.
 
			  
			A medida que vuestro Sol empieza su colapso, todo es 
			atraído hacia dentro, y lo que aún no ha sido descubierto saldrá a 
			la luz y luego viajará por el vórtice junto con vosotros. 
			Hay líderes nuevos, iconos fuertes en quienes podéis depositar 
			vuestra confianza; ellos os guiarán a través de los cataclismos de 
			las realidades que se desmoronan y os llevarán a la calma. Hay 
			madres y grupos de curación para nutrir y restituir las energías; 
			hay visionarios e instrumentos dotados que traen la sabiduría. Otros 
			se desempeñarán como guardianes de los registros y serán quienes 
			lleven los
			códigos genéticos a la próxima dimensión.
 
			  
			Están los Guardianes de la 
			Tierra, quienes mantendrán la vibración de Gaia y facilitarán 
			vuestra activación cuando vayáis a los sitios. Pero no os engañéis 
			con imaginaciones de un gran salvador, pues ésa es simplemente una 
			alegoría mítica. Como seres de luz, os congregaréis, y en los 
			círculos sagrados de vuestra unión encontraréis protección y un 
			refugio seguro en vuestro amor por Gaia y por todo lo que palpita 
			con el latido del corazón del universo. 
			Cuando en las páginas precedentes os presentamos al Maestro 
			Codificado como aquel cuya misión es ayudar a guiaros de regreso a 
			la luz, no fue nuestra intención dar a entender que se trata de un 
			ser físico, aunque hay muchos a quienes les encantaría reclamar el 
			título. Por este motivo, sólo nos referiremos a Ella de esa manera 
			cuando sea necesario para cumplir con nuestro propósito en estas 
			transmisiones, el cual consiste en iniciar la percepción de su 
			presencia en esta difícil fase de vuestra evolución planetaria, y 
			transmitir dicha conciencia a tantos seres humanos como sea posible 
			para que podáis recibirla en vuestros corazones y aceptarla en la 
			mente
			colectiva.
 
			Cuando hablamos del Maestro Codificado, nos referimos a un Maestro 
			Ascendido que ha prestado sus servicios en muchos intervalos de 
			conciencia del Ser Universal. Ella llega a vuestro reino como una 
			especie de «partera» galáctica, cuya misión es ayudar en el 
			renacimiento de vuestra Deidad Solar. Ya ha descendido desde más 
			allá de la galaxia de Andrómeda, la décima dimensión, en preparación 
			para lo que se requerirá de su parte: la tarea monumental de 
			establecer los puntos de anclaje de los cuerpos celestes de vuestra 
			Deidad Solar.
 
			  
			Esto exige poderes mentales conscientes tan ajenos a 
			nuestras capacidades, que nos sentimos un tanto sobrecogidos ante su 
			magnitud, pues estamos hablando de una entidad cuya influencia 
			afecta el curso de todo un sistema solar, a medida que éste pasa de 
			un contexto dimensional a otro.
 Esta es una misión inimaginable, aun desde nuestra perspectiva, de 
			modo que es inútil que tratemos de describirla en este punto de 
			nuestro desarrollo común. Os podemos decir, no obstante, que Ella 
			viene con el fin de abrir los portales de todos los cuerpos celestes 
			en vuestro sistema solar y para establecer el enlace gravitatorio 
			interplanetario necesario para el viaje por el gran vórtice de los 
			cordones astrales del Ser Universal.
 
			  
			Esto sucederá cuando las 
			alineaciones galácticas y las conjunciones planetarias 
			correspondientes coincidan con las coordenadas mayas. Ello involucra 
			universos paralelos, seres celestes multidimensionales, y vuestra 
			amada familia solar de planetas, lunas y asteroides, todos los 
			cuales habrán llegado a la posición óptima en el punto de proyección 
			maya del 
			21 de diciembre de 2012. 
			En cuanto al descenso del Maestro Codificado, no deseamos insinuar 
			que asume forma humana o que se cristaliza como materia; en verdad, 
			una esencia vibratoria de semejante intensidad no puede condensarse 
			en un cuerpo físico. Solamente, digamos, que sería como tratar de 
			mantener un litro de uranio puro en una botella de plástico. Su 
			esencia ya impregna vuestra atmósfera y está concentrada 
			especialmente sobre los vórtices, pues es desde la Tierra que 
			coordinará el enlace planetario.
 
			Dado que no experimentaréis al Maestro Codificado como una deidad 
			física, os aconsejamos que no os fiéis de quienes alegarán ser 
			testigos de su imagen en las formas abstractas de las nubes y los 
			árboles. Ella está más allá de la forma, un ser de una magnitud 
			vibratoria tan monumental que no puede haber una referencia visual 
			específica o una palabra que la describa.
 
			  
			Ella es esencia, una 
			conciencia de la más pura intensidad en el desempeño de una misión: 
			prestar asistencia en el renacimiento de una Deidad. 
			Algunos de vosotros habéis empezado a conectaros con Ella en el 
			nivel de la energía primaria, el primero de una serie de etapas de 
			comunicación de creciente intensidad que pueden alcanzarse mediante un proceso gradual de alineaciones, pues tal es la inmensidad 
			de su luz. La presencia llega hasta vuestra conciencia como un 
			brillo extremadamente intenso, una iridiscencia radiante inexistente 
			en vuestro actual espectro de la luz, pero tened la certeza de que 
			cuando pase por vosotros lo reconoceréis.
 
			Muchos más se harán conscientes de su presencia a comienzos del 
			nuevo milenio, y será ese propio brillo lo que despertará vuestra 
			conciencia, una señal de que habréis llegado al Nivel Uno de 
			aclimatación. Se trata de un color que percibiréis profundamente en 
			vuestro interior, el cual penetra con el fin de crear las 
			alteraciones necesarias a nivel subatómico; tal como en otras 
			circunstancias de vuestra evolución habéis absorbido frecuencias de 
			otras dimensiones que os han puesto en resonancia. El resplandor del 
			Maestro Codificado penetra hasta la estructura subatómica de todos 
			los seres del planeta y más allá, por todo el cuerpo de vuestra 
			Deidad Solar, el preludio eufórico de vuestra transición final al 
			próximo nivel.
 
			Si hoy, por medio de estas enseñanzas, tenéis conocimiento de esta 
			entidad, entonces en este momento iniciáis vuestra percepción 
			consciente de Ella, un paso preliminar para recibir los ajustes 
			vibratorios, los cuales se iniciarán una vez que, simplemente, os 
			permitáis considerar la posibilidad de tener a un ser semejante en 
			vuestros pensamientos conscientes. Vuestra mente racional no 
			aceptará esto de buena gana, pues aún es inconcebible para vosotros 
			que pueda existir un ser de tal magnitud.
 
			  
			Estamos describiendo a un 
			Maestro Ascendido que resuena como una Deidad, y sabemos lo 
			extremadamente difícil que es para la cultura occidental, aún 
			esclavizada por sus religiones de raza blanca y dominio masculino, 
			aceptar a la Diosa. 
			Todos los seres se hacen más divinos en su proceso de ascensión por 
			la espiral. Os pedimos que consideréis esta afirmación como un hecho 
			en cuanto a lo espiritual. Así como transitáis el karma a medida que 
			se manifiesta en vuestra vida física, de igual manera, como seres 
			espirituales, evolucionáis y os convertís finalmente en
			esa incontenible vibración de luz de la luminaria: el alma 
			evolucionada. Larga es la travesía hasta la iniciación; más larga 
			aún hasta la maestría y más allá..., hasta la ascensión. Es el mismo 
			sendero para todas las almas; el camino de regreso al Ser Supremo.
 
			  
			Toda la creación está en ese estado de movilidad ascendente de 
			transformación y de regreso a la Fuente. El Maestro Codificado ha 
			llegado a ese punto de fusión; sin embargo, primero tiene que 
			consagrar este acto final como conciencia individual: su 
			contribución a la Gran Obra de alquimia.  
			  
			Éste es un proceso de 
			curaciones y alineaciones gravitatorias que llevarán a vuestra 
			Deidad Solar a través del túnel y, en la transición, el sistema 
			solar entero se convierte en oro. 
			Trydjya, nuestro instrumento, en este momento está siendo preparada 
			para el Nivel Tres de aclimatación, lo cual aumentará su sinergia 
			con las reverberaciones de la energía del Maestro. Esto facilitará 
			aún más su interacción con este Consejo y con seres de dimensiones 
			aún más elevadas, quienes iniciarán su comunicación con la Tierra en 
			un futuro muy cercano.
 
			  
			Esto forma parte del proceso continuo de 
			armonización necesario para su futura labor como el instrumento de 
			nuestra voz colectiva y oradora de los Días del Desierto. El Maestro 
			Codificado viene para definir las alineaciones apropiadas que se 
			requieren para garantizar que el tránsito se realice a salvo, 
			restableciendo en el cuerpo de la Deidad Solar las frecuencias de 
			sonido que ayudarán a mantener la cohesión de vuestro sistema solar, 
			tal como los Seres Delfín han sostenido vuestros mares.  
			  
			Ella tiene 
			los códigos de todos los vórtices clave de cada cuerpo celeste en 
			vuestro sistema solar, y su misión consta de tres partes: purificará 
			los meridianos de energía de la Deidad Solar, establecerá el enlace 
			gravitatorio correcto entre los campos de fuerza de todos los 
			cuerpos y, en cierto sentido, dirigirá la orquesta de esta sinfonía 
			final. 
			Entendemos que sin su intervención vuestro sistema solar se 
			desintegraría, pues, a no ser que los cuerpos celestes hayan sido 
			integrados dinámicamente, el efecto de sifón de ese paso magnético podría hacer que los planetas, lunas y grupos de asteroides se 
			estrellen entre sí en una gran colisión galáctica, o lanzarlos a los 
			cuadrantes más lejanos del espacio hiperdimensíonal. Otros, 
			simplemente, podrían desaparecer en la zona gris «entre» 
			dimensiones, la suerte más indeseable para todas las almas en 
			transición.
 
			La zona gris se puede comparar con la niebla más densa, una nebulosa 
			impenetrable entre la vida y la muerte, donde el alma que no ha 
			tenido resolución puede quedar atrapada entre la materia y el 
			espíritu durante las fases de transición del proceso de la muerte. 
			Tened la certeza de que no os gustaría estar en este lugar, ni como 
			unidades individuales en vuestros propios ciclos de vida y muerte, 
			ni como un cuerpo celeste en tránsito hacia su próxima dimensión. Es 
			aquí donde residen los infames «grises», vuestro estereotipo de los 
			villanos extraterrestres.
 
			  
			Desde estos turbios vapores se han 
			escabullido a múltiples entornos del universo material, y su 
			presencia perturba siempre la armonía de los seres tridimensionales. 
			No pertenecen ni a lo físico ni a lo espiritual, y por eso ocasionan 
			mucho miedo y molestias cuando aparecen en vuestra realidad. Como 
			nota al margen, queremos enfatizar que 
			
			éstos no son seres de luz, y 
			que vuestro creciente encaprichamiento con ellos —libros, películas, 
			figurillas, camisetas y demás parafernalia— los mantiene presentes 
			en vuestra conciencia.  
			  
			Eso es insensato, especialmente en este 
			momento delicado, cuando hay tantas cosas en juego. 
			Sois mucho más perspicaces cuando centráis vuestras visiones 
			creativas de seres de otros planetas en imágenes que proporcionan 
			luz a vuestra aura, que cuando llenáis los espacios entre ellos y 
			vosotros con ilusiones del mundo gris, pues sabemos que entendéis 
			que el pensamiento puede manifestarse —y lo hace— cuando lo 
			proyectáis en vuestro entorno. Y, creednos, ésta es una realidad 
			que, sinceramente, es preferible que dejéis en paz.
 
 El Maestro Codificado se convertirá en una fuerza predominante 
			durante el año 2010, cuando el tiempo inicie la fase extrema de su 
			curvatura antes de hacer un alto a partir del solsticio de invierno 
			de 2012.
 
			  
			Os enfrentaréis a muchas incongruencias a medida que el 
			tiempo lineal empiece a cerrarse a vuestro alrededor. Por más raros 
			que ahora os parezcan los acontecimientos, no podéis imaginar lo que 
			os aguarda una vez que lleguéis a ese punto de la rueda. 
			Presenciaréis la reaparición de especies extintas, la manifestación 
			de seres multidimensionales que atraviesan las capas, la repetición 
			de sucesos específicos de vuestro pasado y veréis que las barreras 
			de la realidad empiezan a abrirse de par en par.  
			  
			Habrá una infinidad 
			de imágenes conflictivas, toda suerte de contradicciones, y reinará 
			la confusión en esta fase de la transformación, cuando seres de 
			todas las procedencias se enfrenten a la disonancia de las 
			realidades en proceso de fusionarse. 
			A medida que los efectos del cambio vibratorio intensifican vuestro 
			cuerpo emocional, mental y físico, también se intensifican las 
			condiciones geológicas de la Tierra. Con la aceleración del tiempo y 
			las crecientes rasgaduras y roturas en la estructuración del 
			espacio-tiempo, os veréis forzados a confrontar un sinnúmero de 
			«no-realidades». Serán muchos los que buscarán frenéticamente las 
			explicaciones lógicas y sencillamente «perderán la cabeza» (en 
			vuestros términos); otros, que han venido acelerando su cuerpo de 
			luz y cuya evolución los está sacando de la limitación, verán el 
			desmoronamiento de las murallas del tiempo como una expansión que 
			trasciende los límites de la tercera dimensión, y pasarán por todo 
			ello situados en un punto de equilibrio.
 
			Aquéllos capaces de entender y de resonar con la frecuencia del 
			poderoso aumento vibratorio que se aproxima a vosotros con el 
			Maestro Codificado, tenéis un don. Habéis depurado vuestro campo y 
			ya os habéis enfrentado a los residuos de vuestro miedo, de tal 
			forma que realmente deseáis que llegue el cambio y sabéis que será
			glorioso: el refinamiento de la polaridad, el fin del tiempo y la 
			liberación de la ilusión.
 
			  
			Sus emanaciones serán una parte sumamente 
			significativa de vuestra aceleración, una fuente de inspiración 
			consciente, y estáis listos, emprendiendo el vuelo en alas de la 
			expectativa. 
			  
 
			
			El Maestro Codificado se halla personificado en las efigies de la 
			diosa egipcia Hator, donde se la representa con el disco solar entre 
			sus cuernos, pues los egipcios sabían que Ella mantenía el 
			equilibrio de Ra, vuestra Deidad Solar. Os recordamos que todo está 
			escrito en el Akasha, todo está previsto en el no-
  tiempo, y muchos 
			miembros de la clase sacerdotal de Egipto eran videntes de talento y 
			contaban con la guía de seres estelares de las Pléyades y Sirio, 
			quienes se encontraban entre ellos. 
			Al igual que Sotis —Sirio, la Estrella Perro—, ella asciende 
			simbólicamente en vuestro amanecer, tal como en los tiempos antiguos 
			de Egipto, cuando la salida de Sotis en el horizonte del Este (antes 
			del alba) anunciaba la crecida del río Nilo, lo cual proporcionaba 
			fertilidad y vida a las áridas tierras del Valle de Egipto.
 
			  
			Lamentablemente, no se puede comparar el desbordamiento de las aguas 
			del nuevo milenio con la inundación cíclica del Valle del Nilo, la 
			gran arteria fluvial de Egipto, pues las aguas rugientes y los mares 
			embravecidos que habéis empezado a experimentar en éstos, vuestros 
			tiempos, señalan apenas el comienzo de la furia desatada de la 
			naturaleza: la respuesta de Gaia ante el desequilibrio y la 
			desarmonía que han ocasionado vuestro descuido e indiferencia. 
			Se os ha advertido y puesto en aviso, con respecto a los cambios de 
			la Tierra que ya han empezado a manifestarse con furia en todo el 
			globo, y no tenemos el propósito de castigaros constantemente con 
			informes de las crisis que enfrenta vuestro planeta hoy en día. No 
			podemos enfatizar lo suficiente; sin embargo, tenéis el poder
			de alterar los pronósticos actuales, aun cuando las profecías 
			tiendan a negaros un resultado positivo.
 
			No es demasiado tarde para que pongáis en marcha la resolución. Ésta 
			es la jugada crucial; el momento del jaque mate lo tenéis frente a 
			vosotros. No obstante, regresando a nuestra observación de «los ojos 
			que no ven», nos preguntamos si vosotros, la raza, os movilizaréis a 
			tiempo para ganar la partida, para revertir los efectos de vuestros 
			errores y establecer un nuevo paradigma para la Tierra 
			tetradimensional.
 
			En su transición a una dimensión más elevada, Gaia verdaderamente 
			pasa por una muerte planetaria natural, por cuanto ésa es la 
			naturaleza de la transición. Si este concepto os parece inquietante, 
			ello se debe a que aún os asusta la maravilla desconocida del viaje 
			de salida del reino físico. Recordad, sin embargo, que conocéis la 
			muerte, ya que la gran mayoría de vosotros habéis hecho la 
			transición personal muchos cientos de veces anteriormente. Como lo 
			hemos dicho reiteradamente, la información está contenida en vuestro 
			material genético, enterrada en la memoria subconsciente.
 
			La crisis ecológica actual de Gaia es un preludio antinatural de su 
			transmutación, un síntoma de la alienación que separa a la humanidad 
			de la naturaleza y la Tierra. Estáis exacerbando el proceso de su 
			transición con vuestra destrucción indiscriminada de los 
			ecosistemas, pero no tiene por qué ser así. Al igual que la 
			experiencia humana de la muerte, puede darse una transición dulce y 
			suave.
 
			  
			Vuestro propio karma y el planteamiento individual de la 
			salud del cuerpo dictaminan si vuestra transición personal es como 
			el soplo de un viento suave o una violenta tormenta. De igual forma 
			sucede con Gaia, cuya enfermedad y malestar son el producto de 
			vuestra conciencia colectiva. Así como todos habéis contribuido a su 
			sufrimiento, de la misma forma podéis aunar vuestras fuerzas para 
			sanarla en preparación para la etapa final de su transición. 
			Grandes facciones de vuestra población y la mayor parte de la
			clase dirigente, quienes aún niegan lo que sucede, se rehúsan 
			categóricamente a aceptar que haya una crisis ecológica. Esto, según 
			el humo que observamos elevarse por encima de los árboles de 
			vuestros bosques tropicales agonizantes, así como los tentáculos del 
			petróleo crudo que atraviesan vuestros océanos, hará que la transición 
			sea una travesía muy dolorosa.
 
			  
			Observar a la Tierra desde nuestra 
			posición estratégica es una experiencia aleccionadora, pues una vez 
			el habitat de Gaia fue uno de los más espectaculares del universo, 
			un paraíso y una belleza de connotaciones sin precedentes.  
			  
			¡Y qué 
			música!  
			  
			Su wam le cantaba a los cielos, como las sirenas a Ulises, y 
			muchos fueron los viajeros del espacio atraídos hacia la atmósfera 
			de la Tierra en esos días de antaño de vuestra coexistencia 
			armoniosa con las energías elementales. El hombre conocía su lugar 
			entre los vivos y era humilde ante las fuerzas invisibles del 
			universo, los dioses primordiales y los animales. Todo estaba en 
			equilibrio y reinaba el amor; todo era armonioso en el Jardín del 
			Edén. 
			  
 
			Hemos observado a vuestros líderes gubernamentales durante su 
			trabajo en la Cumbre de Kyoto, donde se reunieron recientemente con 
			el fin de debatir el calentamiento global, y en la cual resolvieron 
			que para el año 2008 reducirían en un ocho por ciento las emisiones 
			tóxicas: excesivamente poco, demasiado tarde.
 
			  
			Quien gana en esta 
			perspectiva es la industria, Gaia pierde, y también vosotros.  
			  
			Habéis 
			visto los comienzos de la disolución de 
			
			la Antártica (el último de 
			los ecosistemas sin estropear). Cuando llegue el momento de que 
			vuestros gobiernos cumplan con sus compromisos de poner en vigencia 
			los inadecuados planes de reducción prometidos en 1998, muchas de 
			vuestras ciudades y regiones costeras estarán bajo las aguas. La 
			masa glaciar entera se habrá partido, formando grandes islas que se 
			dirigirán hacia porciones de América del Sur y se derretirán en las 
			aguas más templadas.
 Sabed que no es simple profecía lo que decimos aquí. Ya está 
			sucediendo; ya era una realidad que venía manifestándose desde 1998. 
			En caso de que no os hayáis enterado de estas noticias «devastadoras 
			para la Tierra» cuando aparecieron brevemente en vuestros medios de 
			comunicación, sabed que una enorme isla de hielo se desprendió del 
			polo e inició su migración hacia aguas más templadas en el extremo 
			sur de Argentina.
 
			Este suceso, por sí solo, será la causa de grandes inundaciones, 
			pues se trata de toda una isla de hielo que se derrite lentamente en 
			esas aguas, y hay otros glaciares y muros de hielo que se están 
			desprendiendo constantemente. Podéis esperar una extensión del 
			fenómeno de El Niño (ya no la excepción esporádica), el cual es el 
			resultado directo del calentamiento global de la tierra, así como lo 
			es el deshielo de la Antártica.
 
			  
			Ya están ocurriendo inundaciones de 
			gigantescas proporciones en muchas áreas del mundo, pero hasta el 
			momento no habéis conocido lo que es la verdadera furia. El aumento 
			del nivel de las aguas, combinado con vuestra asfixia del suelo de Gaia bajo el cemento, serán la causa de una devastación 
			inconcebible. 
			Se redefinirá una gran porción de vuestras costas actuales, en tanto 
			que muchas ciudades y pueblos costeros, efectivamente, desaparecerán 
			para siempre, tragados por el crecimiento de las mareas, el desborde 
			de las aguas y los ríos embravecidos. Sin duda habéis empezado a 
			presentir que muchos emigrarán hacia zonas más seguras en los 
			próximos años, forzados a dejar sus hogares y comunidades en 
			búsqueda de tierra seca y terreno más elevado.
 
 
			Tenéis otro asunto apremiante, producto de la crisis de 
			inundaciones, que ya se está experimentando en este momento. A 
			medida que las aguas desbordadas de vuestros océanos y ríos arrasan 
			vuestras tierras agrícolas y campos fértiles, destruyen gran parte 
			de vuestras provisiones alimenticias y extienden el envenenamiento. 
			Los desperdicios y escombros son barridos por las aguas 
			embravecidas,
			y cuando éstas se retiran, encontráis que la tierra se halla 
			saturada de la inmundicia de los desechos humanos y desperdicios 
			tóxicos arrastrados por la inundación, lo cual contaminará el suelo 
			durante muchos años en el futuro.
 
			Gaia no puede esperar hasta 2008 para la exigua reducción de un ocho 
			por ciento, ni tampoco vosotros, como seres que respiráis en el 
			planeta. Vais a tener que congregaros y aunar fuerzas para persuadir 
			a vuestros líderes mundiales y ordenarles que aborden el colapso 
			ecológico de la Tierra con la mayor urgencia, pues si bien los 
			titiriteros les ordenan que centren su atención en las relaciones 
			internacionales, la carrera armamentista, la economía global y el 
			avance de la tecnología, os decimos que actualmente no hay 
			preocupación más apremiante para la humanidad que la del medioambiente.
 
			La ecología tiene que pasar al primer plano de vuestra conciencia y 
			convertirse en la preocupación primordial de todos los seres del 
			planeta. Se puede ejercer presión en los gobiernos para que 
			respondan, y aquellas industrias que insisten en sofocar la vida de 
			Gaia se pueden supervisar y finalmente frenar. Vosotros sois los 
			consumidores; controláis la industria a través de vuestro poder 
			adquisitivo, pues el dios del dinero determina la plataforma de 
			vuestras políticas globales.
 
			  
			Si lisa y llanamente rechazáis los 
			productos que no se adhieren a estrictas leyes medioambientales y 
			también repudiáis aquellos que crean enfermedades en vosotros (tales 
			como los productos agrícolas irradiados que ahora están apareciendo 
			en vuestros almacenes), el gobierno no tendrá más remedio que crear 
			la legislación que vosotros, el pueblo, exigís.  
			  
			En consecuencia, la 
			industria se verá obligada a atenerse a los estándares y exigencias 
			de la población o cerrar sus operaciones. Cualquiera de estas dos 
			opciones es una solución positiva para el problema de la supremacía 
			absoluta de la industria en la Tierra. 
			En cuanto a lo demás, tendréis que hacer sacrificios; tal vez os
			cause molestias y, ocasionalmente, gastéis más en productos 
			inofensivos para el medio ambiente, pues la industria argumenta que 
			poner en vigencia estándares ecológicos sencillamente no es 
			rentable; sin embargo, podría serlo si vosotros, como pueblo, como 
			el poder adquisitivo, optaseis por aquellos productos compatibles 
			con el medio ambiente y dejarais los otros.
 
				
					
					
					¿Entendéis el poder de 
			vuestra unidad, y por qué os manipulan para que os separéis?
					
					¿Dónde estáis, hijos e hijas de Gaia? 
					
					
					¿Estáis preparados para poner 
			en acción vuestra voluntad, para uniros como una conciencia 
			colectiva e ir al rescate de la Gran Madre Tierra?  
			Al aunar fuerzas 
			con aquellos que tienen el valor de arriesgar su seguridad personal 
			por el bien de la Tierra, podéis mover montañas.  
				
					
					
					¿Qué se ha hecho de 
			vuestra capacidad de discernir lo que es justo para vuestro planeta? 
			Debéis tener el valor de defender vuestras convicciones, de ir en 
			contra de la corriente, de rendir homenaje a la Verdad. 
					
					¿Cuándo vais 
			a insistir en las soluciones? 
					
					¿Cuándo pondréis la legislación en 
			vigencia y haréis vuestra parte para sanar al planeta, mientras aún 
			podéis efectuar el cambio? 
					
					¿Qué hay de los animales, las grandes 
			aves y los peces? 
					
					¿Os dais cuenta de que están desapareciendo 
			lentamente de la faz del planeta? 
					
					¿Qué tendrá que suceder para que 
			abandonéis vuestra resignación e iniciéis la pelea, uniendo fuerzas 
			para proteger y salvar a vuestra tierra, los mares y el mismo aire 
			que respiráis? 
			Las autoridades, las principales voces encargadas de la toma de 
			decisiones, siguen desoyendo vuestra voz, pues es demasiado suave, 
			demasiado endeble. Os hacemos un llamamiento para que vayáis a 
			impartir el conocimiento a las masas, de modo que, en cantidad 
			abrumadora, subáis el volumen y los obliguéis a escucharos.  
			  
			No basta 
			con indignarse ante los crímenes que se cometen en contra de la 
			Madre Tierra; tenéis que hacer un aporte a la comunidad para 
			instigar el cambio. Vuestro frente unido es vitalidad, es la fuerza 
			de acción, como también lo es vuestro compromiso individual de
			reducir el consumo, eliminar los desperdicios de manera cuidadosa y 
			correcta, y conduciros conscientemente en todo aquello que 
			contribuya a que Gaia recupere armoniosamente su equilibrio.Nuestras advertencias pronto llegarán a su fin, pues será muy tarde 
			y no habrá vuelta atrás si hacéis caso omiso del mensaje y no os 
			ponéis decididamente en acción.
 
			  
			Ahora depende de vosotros; haceros 
			cargo, por amor a vuestro planeta y a todo el esplendor de vida que 
			ha conocido a lo largo de su historia inconmensurable. Y no olvidéis 
			que seguiréis centrados en la Tierra en la nueva dimensión; eso 
			quiere decir que la Tierra hace su travesía, y vosotros junto con 
			ella, pues sois sus hijos.  
			  
			De modo que si pensáis en un final feliz 
			al estilo de Disneylandia, donde no importa lo que pase porque todo 
			se rectifica en lo nuevo, recordad que el karma debe resolverse, y 
			que los males de Gaia serán igualmente reales en la cuarta 
			dimensión, si bien el proceso de ascensión habrá alterado su 
			manifestación. 
			Habéis aprendido que sólo podéis liberaros mediante la resolución de 
			vuestras deudas kármicas, y lo mismo es válido para vuestro planeta. 
			Queremos daros tema para pensar en cuanto a lo que le esperaría a 
			Gaia en la realidad tetradimensional si no ponéis manos a la obra de 
			inmediato, pues estáis a punto de entrar en la etapa irreversible, 
			cuando todo sea atraído hacia el interior del vórtice a una 
			velocidad mayor que la de la luz.
 
			El Maestro Codificado no tiene jurisdicción en materia de salud y 
			equilibrio de los ecosistemas de la Tierra, dado que ésa es una 
			responsabilidad kármica que tiene que resolverse por medio de 
			vuestra conciencia de raza. Ésta está enlazada con la totalidad y, 
			por lo tanto, constituye un aspecto de la función de curación del 
			Maestro Codificado, pero no creáis que llega un salvador en último 
			momento y libera al mundo de la calamidad, pues ésta es la 
			conciencia de la víctima: la antítesis de lo que en este momento se 
			requiere de vosotros.
 
 Os podemos decir que Gaia es actualmente el cuerpo celeste más 
			inestable de vuestro sistema solar, y se la considera el eslabón 
			débil de la Deidad Solar por muchas razones. Paradójicamente, es 
			también el más dinámico, pues el potencial de la conciencia humana 
			es inmenso e inagotable y, según la lectura del Registro Akásico, 
			nos consta que los seres de la Tierra son capaces de inimaginables 
			obras de amor y compasión, especialmente en los momentos culminantes 
			de una crisis. Después de todo, vuestra gran capacidad de sentir 
			intensa emoción es un aspecto sumamente vital de vuestra condición 
			humana, y os animamos a que conozcáis vuestro cuerpo emocional en 
			toda su complejidad.
 
			Nos fascina vuestra emotividad, pues cuando estáis llenos de amor 
			sois capaces de sentir extrema alegría, placer y el éxtasis de la 
			vida, y es un deleite para nosotros experimentar esas ondas 
			arrolladuras que pasan por nuestros reinos. Estamos agradecidos con 
			vosotros. Vuestras emociones, cuando las exalta el amor, son un 
			aspecto extremadamente poderoso de vuestra humanidad, aquello que os 
			lleva a la grandeza. Vuestro éxtasis se siente a lo largo y a lo 
			ancho de los cielos.
 
			Esta es una de las razones principales que explican por qué se ha 
			puesto tanta atención en vosotros, por qué son tantos los ojos que 
			están observando y por qué el Maestro Codificado ha decidido 
			realizar su Gran Obra desde vuestro ámbito planetario.
 
			  
			
			Volver al Índice 
			  |