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			29 Agosto 2013 
			del Sitio Web
			
			PijamaSurf  
			  
			
 
 
			  
			
			 
			  
			  
			  
			No es el argumento de una 
			película de ciencia ficción:  
			los transplantes cerebrales y 
			las prótesis cibernéticas  
			son problemas en que tres de 
			los mejores  
			neurólogos del mundo trabajan 
			actualmente. 
			  
			
 En el marco de la conferencia 
			
			Global Future 2045, 
			tres de los mayores neurólogos en activo discutieron la posibilidad 
			de que el cerebro humano pueda ser preservado en una máquina luego 
			de que el cuerpo ha muerto, y sobre el tipo de interfaz informática 
			que permitiría que la conciencia - si es que esta 'reside' 
			efectivamente en el cerebro - pudiera manifestarse.
 
			  
			Dicha interfaz se desarrolla actualmente 
			para hacerlo una realidad durante las próximas décadas.  
			  
			Esto no sólo es un paso firme en la 
			búsqueda de la inmortalidad, sino que permite entablar un debate 
			enriquecedor en los ámbitos de la neurología, la biología, la 
			filosofía, la política y la ética.
 Los participantes en el panel fueron Theodore Berger, 
			Mikhail Lebedev y Alexander Kaplan, y los tres afirman 
			que es posible que el cerebro sobreviva al cuerpo dentro de un 
			caparazón cibernético.
 
			  
			No se trata de ciencia ficción: el 
			cerebro es el último órgano del cuerpo en morir, y los tejidos 
			cerebrales envejecen mucho más lento que otros.
 El cerebro contenido en una interfaz no-humana sería mantenido con 
			vida con sustitutos biológicos de sangre (con “el necesario sustrato 
			energético, bioquímico y hormonal”), interfaces de dos vías entre el 
			cerebro y la computadora, prótesis neurales, órganos humanos creados 
			artificialmente y otras herramientas de biotecnología que podríamos 
			ver durante la presente generación.
 
 Debido a que ningún cerebro humano ha estado en esas condiciones, 
			los neurólogos no saben cómo afectaría este procedimiento al grado 
			de conciencia, inteligencia, comprensión y otras categorías en las 
			que basamos nuestra comprensión de la vida y experiencia humanas.
 
			  
			En otras palabras, no tenemos referencia 
			de lo que es ser un robot, o al menos un cerebro dentro de un robot.
 El trío de científicos se mostró optimista en que la mezcla de 
			prótesis cerebrales e interfaz informática podrán permitir 
			transplantes de cerebros en las próximas décadas.
 
			  
			  
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