por Bibhu Dev Misra

15 Abril 2011

del Sitio Web GrahamHancock

traducción de Editorial-Streicher

10 Abril 2015

del Sitio Web Editorial-Streicher

Versión original en ingles


 


Tomado también de grahamhancock.com, el siguiente breve artículo de Bibhu Dev Misra, consultor de Tecnologías de la Información, investigador y escritor sobre civilizaciones antiguas, analiza un poco aquí y actualiza el concepto inconmensurable de "Días y Noches de Brahma", de la antigua India.

 

Lo compara con los datos que han aportado estudios recientes acerca de la frecuencia con que se han dado algunos eventos destructivos de la vida en el planeta, y que corresponderían a los períodos de la antigua mitología mencionada.

 

 

 

 

 

 



Un Día y una Noche de Brahma
-   La Evidencia de los Registros Fósiles   -
 

 


El concepto védico del tiempo, tal como el de los antiguos egipcios y mayas, era cíclico.

 

Según la cosmovisión hindú, además de los ciclos del día y la noche, y del ciclo de las Estaciones, existe otro ciclo del tiempo conocido como el Ciclo de los Yugas o Ciclo de las Edades del Mundo.

 

Las "Leyes de Manú" nos informan que el Ciclo de los Yugas tiene una duración de 12.000 años, y que está compuesto por cuatro yugas o Edades del Mundo:

  • Krita o Satya

  • Treta

  • Dvapara

  • Kali

A medida que la Humanidad se mueve desde el Krita-yuga al Kali-yuga, el nivel de virtud y de las capacidades humanas, tanto físicas como mentales, gradualmente disminuye, y alcanza su nadir en el Kali-yuga, la Edad de la oscuridad, en la cual actualmente nos encontramos.

Sin embargo, en algún momento durante la Época Oscura, la duración del Ciclo de los Yugas fue artificialmente inflada a un valor anormalmente alto de 4.320.000 años, mediante la introducción de un factor de multiplicación de "360", que fue representado como el número de "años humanos" que constituyen un "año divino".

 

La falacia de esta manera de ver fue rectificada por el renombrado vidente védico Swami Yukteswar .

 

En el libro The Holy Science (1894), Yukteswar dejó en claro que un Ciclo de los Yugas completo dura 24.000 años, y que está compuesto de un Ciclo de Yugas ascendente de 12.000 años, durante el cual la virtud aumenta gradualmente (Kali, Dvapara, Treta y Krita) y un Ciclo de Yugas descendente (Krita, Treta, Dvapara, Kali) de otros 12.000 años, en los cuales la virtud disminuye gradualmente.

La interpretación de Swami Yukteswar puede ser entendida intuitivamente, ya que todo en la Naturaleza se mueve en ciclos ascendentes y descendentes.

 

Sabemos que los babilónicos, los egipcios, los mayas y los incas, todos usaron un sistema de tiempo diario que se componía de 12 períodos de tiempo ascendente (nuestro AM = ante meridiem) y 12 períodos de tiempo descendente (nuestro PM = post meridiem) para un día de 24 horas.

 

En el ciclo de las Estaciones también podemos ver que la intensidad de la luz del Sol aumenta gradualmente del invierno al verano para un periodo de aproximadamente 12 hemiciclos lunares (es decir, el tiempo tomado de la Luna Nueva a la Luna Llena y viceversa), y luego disminuye del verano al invierno para otro período de 12 hemiciclos lunares.

La creencia en el Ciclo de los Yugas era ampliamente frecuente en el mundo antiguo.

 

Giorgio de Santillana menciona aproximadamente treinta culturas antiguas que creían en el concepto de una serie de Edades, con Edades alternadas Oscuras y Doradas, como lo documenta su libro Hamlet's Mill (1969).

 

Los griegos, los romanos, los celtas y los indios hopi, todos tienen relatos detallados de las Edades del Mundo que son sorprendentemente parecidos en sus descripciones. Curiosamente, el Ciclo de los Yugas completo de 24.000 años equivale cercanamente al "Año Precesional" de 25.765 años, que es el tiempo que demora el Sol en "preceder", es decir, moverse de manera retrógrada, por las 12 constelaciones del Zodiaco.

 

En años recientes se ha observado que la proporción de la precesión es "aumentativa", lo que significa que la duración del Año Precesional es "disminutiva".

 

Es posible, por lo tanto, que el actual valor precesional de 25.765 años sea simplemente una desviación temporal de su valor "promedio" de 24.000 años, como está documentado en los textos védicos antiguos.

Además del Ciclo de los Yugas, los textos védicos también nos hablan de otro gran ciclo de tiempo conocido como un "Día de Brahma", también referido como un "Kalpa", que es igual a 1.000 Mahayugas o Ciclos de los Yugas.

 

El Vishnu Purana nos dice que al final del "Día de Brahma" el universo físico es destruido y disuelto en las aguas del Océano Primordial.

 

Esto es seguido por una "Noche de Brahma", que es de igual duración que el "Día de Brahma", en que no existe ninguna forma de vida. Al final de la "Noche de Brahma" el universo es creado otra vez por Vishnu a partir de la materia no manifestada.

 

Este fenómeno de acontecimientos de creación y destrucción cíclicas también es explicado por Krishna en el Bhagavad-Gita:

"Aquellos que entienden las leyes cósmicas saben que el Día de Brahma finaliza después de mil yugas, y que la Noche de Brahma finaliza después de mil yugas.

 

Cuando el día de Brahma amanece, las formas son llevadas a la existencia a partir de lo Inmanifestado; cuando llega la noche de Brahma, estas formas se mezclan en lo Informe otra vez.

 

Esta multitud de seres es creada y destruida una y otra vez en los sucesivos días y noches de Brahma".

A fin de obtener el valor de un "Kalpa", es decir, un "Día de Brahma", tenemos que recordar que, según los textos védicos y puránicos, el Ciclo de los Yugas (también conocido como un MAHAYUGA), que consiste en cuatro yugas, es considerado como de una duración de 12.000 años, que es la mitad de la duración del Año Precesional.

 

Por lo tanto, un "Día de Brahma" dura 12.000 x 1.000, es decir, 12 millones de años, el cual es seguido por una "Noche de Brahma" de igual duración.

 

Las implicaciones son fascinantes:

¡Todas las formas de vida en el planeta Tierra se extinguen después de 12 millones de años!

Estas formas de vida luego permanecen en una forma inactiva e inmanifestada durante unos 12 millones de años adicionales.

 

Y luego, al final de la "Noche de Brahma", nuevas formas de vida son llevadas a la existencia mediante el proceso creativo de la materia no manifestada.

Así, tenemos un período cíclico de 24 millones de años de creación y disolución cósmicas, al igual que el Año Precesional de 24.000 años y las 24 horas del día y la noche.

 

La similitud esencial entre el macrocosmos y el microcosmos no podría ser más clara. Es fácil ver que el período de tiempo entre dos acontecimientos sucesivos de "disolución cósmica" es de 24 millones de años. Se me ocurrió que si esta información es correcta, entonces este ciclo de creación y destrucción también debería verse reflejado en los registros fósiles del planeta Tierra.

 

Y bastante sorprendentemente esto es exactamente lo que ha sido revelado por la evidencia paleontológica reciente:

¡Cada 26 millones años hay una extinción masiva de especies en la Tierra!

Considere esto: hace 66 millones de años los dinosaurios proliferaban en la Tierra. Sin embargo, hoy sólo podemos encontrar sus huesos y fósiles en museos de Historia Natural.

 

¿Qué les sucedió? Los científicos creen que hace 65 millones de años la Tierra pasó por un período de muerte rápida, llamado una extinción de masas. Pero este episodio no es la única extinción masiva que aparece en el registro fósil. Hay muchas más.

 

Y en años recientes los paleontólogos han sugerido que estas extinciones masivas ocurren en un ciclo regular.

En 1984 los paleontólogos David Raup y Jack Sepkoski publicaron un informe en el Diario de la Sociedad Geológica de Londres (vol. 146, pp. 7-19), donde afirmaban que ellos habían identificado una periodicidad estadística en las tasas de extinción durante los pasados 250 millones de años.

 

En su investigación Sepkoski preparó un listado de aproximadamente un cuarto de millón de especies de criaturas que habitan en el mar, tanto extinguidas como actuales, haciendo notar el punto en el tiempo en que ellas aparecieron y se extinguieron.

 

Sepkoski limitó el estudio a los organismos marítimos, porque las posibilidades de encontrar fósiles son mucho más altas bajo el lecho marino.

Para estudiar posteriormente los períodos de extinción, Sepkoski decidió concentrarse en los últimos 250 millones de años del tiempo geológico y descartar a los animales cuyo punto de aparición y desaparición era debatido.

 

Él se quedó con aproximadamente 500 de sus 3.500 familias marítimas originales (250.000 especies).

 

Sepkoski analizó computacionalmente los datos y se sorprendió de encontrar que las formas de vida en la Tierra parecían desaparecer drásticamente de manera exacta cada 26,2 millones de años.
 

 

 


La extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años ha sido seguida por otros dos acontecimientos de extinción.

 

Podemos encontrar una sorprendente correlación entre las fechas de extinción calculadas por Raup y Sepkoski y aquellas a las que llegaron los textos védicos.

 

El Vishnu Purana declara que estamos ahora en medio del primer día del año 51 de Brahma. Puesto que un Día de Brahma dura 12 millones de años, esto implica que han transcurrido aproximadamente 6 millones de años desde el principio del actual ciclo de creación, es decir, el actual "Día de Brahma".

 

Por lo tanto, según el Vishnu Purana, los anteriores eventos destructivos deberían haber ocurrido según las siguientes líneas de tiempo:

  • hace 18 millones de años

  • hace 42 millones de años

  • y hace 66 millones de años

Esto se corresponde muy estrechamente con las fechas calculadas por Sepkoski:

  • hace 11 millones de años

  • hace 38 millones de años

  • y hace 65 millones de años

Si bien la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años, casi coincide con la fecha a que llegaron los cálculos de los Puranas, hay una leve desviación en los otros casos.

 

Deberíamos recordar que las fechas calculadas por Sepkoski son aproximadas, y que dependen de las características de las muestras y de diversas presunciones inherentes al modelo.

 

Además, sabemos que la duración del Año Precesional de 24.000 años no es constante sino que parece vacilar entre 26.000 y 22.000 años.

 

Por lo tanto es muy probable que la duración de un ciclo cósmico de creación y disolución también fluctúe entre 22 y 26 millones de años, con el valor "promedio" de 24 millones de años.

 

La periodicidad de estas fluctuaciones tiene que ser entendida y considerada, a fin de calcular correctamente las fechas anteriores de la destrucción cósmica. Además, la declaración de que estamos actualmente "en medio" del actual "Día de Brahma" no puede ser tomada literalmente para significar que han transcurrido exactamente 6 millones de años desde el acontecimiento previo de destrucción.

 

Podría ser ligeramente más o menos que 6 millones de años.

Ciertas variaciones del ciclo de 26 millones de años también han sido identificadas por otros investigadores.

 

En 2005 dos científicos de la UC Berkeley, Muller y Rohde, miraron de nuevo los datos investigados por Raup y Sepkoski, e identificaron un ciclo de extinción masiva de unos 62 millones de años, que parece ser un "múltiplo" del ciclo de 26 millones de años identificado por Sepkoski.

 

Muller y Rohde presentaron sus conclusiones en la edición del 10 de Marzo de 2005 de la revista Nature (Cycles in Fossil Diversity). Ellos habían considerado sólo 17.797 géneros (de los 36.380 totales considerados por Sepkoski), ya que descartaron aquellos de épocas inciertas y aquellos con una sola ocurrencia.

Muller y Rohde luego trataron de establecer una curva de tendencia uniforme y mejor ajustada por medio de los datos, la cual no calzó exactamente con éstos, ya que los períodos de extinción muestran una repentina caída mientras el período de recuperación tiene suaves desniveles.

 

Sin embargo, el ciclo de 26 millones de años ha sido confirmado por diversos análisis detallados llevados a cabo por Sepkoski, Rampino, Caldeira y otros científicos, que establecen la periodicidad de los acontecimientos de extinciones masivas y también confirman que debe haber una sola causa cíclica subyacente para estos eventos.

Sería justo concluir, sobre la base de los análisis referidos, que el ciclo de 24 millones de años de creación y destrucción, compuesto de un "Día de Brahma" y una "Noche de Brahma", está inserto en los registros fósiles del planeta Tierra.

 

No hay ningún consenso, sin embargo, en la comunidad científica en cuanto a lo que provoca estos periódicos acontecimientos de extinción.

Cuando Muller y Rohde publicaron sus conclusiones ellos señalaron que habían analizado cuidadosamente cada fenómeno concebible en la Naturaleza en busca de una explicación:

"Hemos tenido que pensar acerca de la dinámica del Sistema Solar, en las causas de las lluvias de cometas, sobre cómo funciona la galaxia y cómo funcionan los volcanes, pero nada explica lo que hemos descubierto", dijo Muller.

 

"Nos estamos frustrando y necesitamos ayuda. Todo lo que puedo decir es que tenemos confianza en que los ciclos existen, y no puedo salir con ninguna explicación posible que no resulte ser fascinante. Hay algo ocurriendo en el registro fósil, y simplemente no sabemos qué es".

La presencia de niveles crecientes de iridio en las capas del suelo en los límites geológicos, así como el descubrimiento de cráteres producidos por impactos en la Tierra que concuerdan con la periodicidad de las extinciones, ha llevado a los científicos a proponer que los acontecimientos de extinción han sido provocados por impactos de grandes cuerpos del espacio exterior, probablemente por periódicas lluvias de cometas.

Según la popular hipótesis "Némesis", nuestro Sol podría tener un compañero binario que periódicamente perturba a los cometas en la nube esférica Oort que rodea al Sistema Solar, provocando una incursión cometaria en el Sistema Solar interior.

 

Sin embargo, hasta la fecha no ha sido encontrado un compañero binario del Sol, a pesar de extensas revisiones del cielo.

 

Hay sugerencias de que el compañero binario podría ser una "enana marrón" o un "agujero negro" que no puede ser detectado fácilmente en los exámenes del cielo. Sin embargo, muchos científicos creen que la órbita propuesta del hipotético compañero binario es lejos demasiado elíptica e inestable para explicar los acontecimientos de extinciones masivas.

 

La hipótesis Némesis, como resultado, está perdiendo credibilidad gradualmente dentro de los círculos científicos.

Las explicaciones para el fenómeno de extinción masiva proporcionadas en los textos antiguos han sido expresadas en simbolismos misteriosos que ha sido imposible descifrar.

 

El Mahabharata nos dice que,

"un fuego surgido de la boca de la serpiente subterránea quemará los mundos inferiores, luego la superficie de la tierra, y pondrá a la atmósfera en llamas.

 

Esta masa de fuego se quemará con un gran ruido. Rodeados por estos círculos de fuego, todos los objetos animados e inanimados serán destruidos".

Narraciones similares han sido conservadas por la gente nórdica en cuanto al Ragnarok [el Crepúsculo de los Dioses], la destrucción final del mundo.

 

Ellos creen que durante el Ragnarok "Jörmungandr, la serpiente de Midgard, surgirá del profundo lecho marino para dirigirse hacia la tierra, enroscándose y retorciéndose con furia en su camino, haciendo encabritarse a los mares y azotando la tierra.

 

Las estrellas irán a la deriva en el cielo y el Sol gigantesco prenderá fuego a la Tierra entera; el universo se convertirá en un horno inmenso. Todas las cosas vivientes, toda la vida vegetal, serán exterminadas".

Estas descripciones parecen sugerir una catástrofe cósmica de proporciones inimaginables. Pero la naturaleza exacta de este fenómeno todavía se nos escapa.

 

Lo que es cierto, sin embargo, es esto: los Antiguos estaban conscientes de los acontecimientos de extinción masiva que han quedado registrados en la historia fósil de la Tierra, así como del fenómeno cósmico que provoca estas periódicas destrucciones catastróficas.

 

Y esta información nos ha sido transmitida durante incontables milenios, expresada en diversos símbolos, mitos y metáforas misteriosos.

 

Es responsabilidad nuestra descifrar esta información.