por Dylan Otto Krider

Diciembre 19, 2002

del sitio Web HoustonPress

traducido por Adela Kaufmann

(versión original)

 

 

 

Allí está el próximo paso en la evolución humana. Pero son simplemente como todos los demás.


 

 

A primera vista se ven como niños corrientes de primer grado, garabateando febrilmente en la pizarra, pero hay algo que impacta en el azul profundo de los ojos del muchacho, que sugiere una madurez más allá de sus años.

 

Jake está en clases avanzadas y ya leyendo a un nivel de tercer grado.

 

Jan es callado, pero tiene una presencia que inmediatamente llama la atención. Su predilección va hacia el arte, aunque por el momento ella está escogiendo escribir ecuaciones matemáticas en el pizarrón, borrándolos en cuanto ha completado cada uno de sus cómputos.

La madre de Jake es una maestra en esta escuela del área de Baytown, y se preocupa que el pueda ser condenado al ostracismo por sus observadores, si la alguna vez se llega a saber algo acerca de sus dones especiales.

"Él cuestiona todo porque quiere saber", dice ella mientras su hijo dibuja un cuadro de un árbol de chupete.

"Las preguntas que él hace no son ni siquiera apropiadas a su edad".

Estos niños tienden a saber cosas sin que se las hayas dicho o haber sido enseñados enseñarse en la vida o dijeron. El compañero de Jake, Jan,

“puede usar muy bien una inclinación compuesta," dice la abuela de la muchacha, Jill Spence. “Ella puede disparar un arma BB; puede ir a pescar".

Todo le viene muy natural a ella, dice Spence. Ella no puede explicarlo.

Se les dan muchos nombres, como Niños Estelares, Índigos o Niños Cristalinos. Como se les llame, los creyentes dicen que este grupo de prodigiosos empezó apareciendo hace aproximadamente 30 años y pueden ser ahora tantos como el 90 por ciento de la población bajo diez años. Ellos también exhiben extraños efectos secundarios, como una resistencia más alta a los contaminantes y también una gran sensibilidad para el azúcar y aditivos de comida.

 

Éstos son bebés nacidos con un conocimiento inherente de arte, idioma y espiritualidad, poseyendo una riqueza impresionante de sabiduría. Algunos, incluso, llegan a tanto como para decir que estos niños no son solo candidatos principales para el programa de dones y talentos, sino que son el próximo paso en la evolución humana.

Los padres y aquéllos que estudian a estos niños han estado preguntándose, ¿por qué aquí? ¿Por qué ahora? Las teorías sobre sus orígenes van desde espíritus que entran de otros planos y dimensiones hasta escogidos enviados del cielo.

 

Algunos aun sugieren que los alienígenas han estado raptando y manipulando el ADN de estos niños y de sus padres para prepararnos para cuando ellos hagan su presencia pública. Una cosa en la que todos estos grupos están de acuerdo es que los niños están aquí, y están viniendo a enseñarnos una lección.

 


 


 

 


El término Niño Índigo fue acuñado hace 17 años por Nancy Ann Tappe, una parapsicóloga que desarrolló un sistema para clasificar las personalidades de personas según el color de sus auras, descrito en su libro de 1982, Entendiendo Su Vida A través de los Colores. Según ella, las auras han estado entrando y saliendo de la Tierra a lo largo de la historia.

 

Por ejemplo, los colores del aura, como el fucsia y el magenta desaparecieron hace 100 años del banco genético (aunque recientemente se asustó al encontrar a un fucsia viviendo en Palm Springs). Era razonable pensar que un nuevo color de vida estaba a punto de aparecer.

Tappe fue incapaz de encontrar el nuevo esquema colorido hasta que nació un bebé con un murmullo del corazón, en el hospital de niños en San Diego, quien ella reconoció como azul oscuro. El niño murió seis semanas después, pero más y más personalidades color índigo empezaron a aparecer en los '80s, y sus números, claramente estaban subiendo.

Pero fue el libro de 1999, Los Niños Índigos, por Lee Carroll y Jan Tober que popularizó la idea de la próxima generación. Carroll era un economista que ejecutaba un negocio de audio técnica durante 30 años, hasta que una visita a un psíquico lo incitó a la Nueva Era en una crisis de edad media.

 

Él encontró la religión y comenzó viajando alrededor del mundo dando seminarios de autoayuda. Lo acompañaba Tober, un practicante de metafísicas y curación con las manos, así como un cantante de jazz que había realizado giras con Benny Goodman y Fred Astaire. El génesis del libro vino cuando ellos empezaron a notar cuentos similares de conducta extraña en niños, de maestros, consejeros y psicólogos que asistieron a sus seminarios.

 

Cuando ellos empezaron a ver dentro de estas ocurrencias, encontraron que los niños estuvieron naciendo, de hecho, con un "juego inusual de atributos psicológicos” y estaban desplegando "un patrón de conducta generalmente nunca antes documentado". Usando una colección de ensayos y entrevistas de los expertos en el campo - principalmente consejeros que trabajan en áreas de la Nueva Era, como la Terapia del Ángel y medicina alternativa - el libro se enfoca en criar a un Niño Índigo.

 

Algunos de los atributos principales que ellos describen son un sentido de "merecer estar aquí" y "saber quién son ellos”, dificultades con la autoridad, una aversión de actividades que no requieren pensamientos creativos, y un sentimiento de realeza (actuando de esa manera).
 

 

 


 

 


Las peculiaridades de Jake y Jan (sus familias pidieron no usar sus nombres reales) fueron claras desde una temprana edad. Como niño pequeño, Jan habló a veces usando su propio idioma. En lugar de "galleta," ella diría “gallati" y se negaría a llamar un sándwich otra cosa que no fuese "fónico". Más extraño todavía, ella no comenzó a hablar hasta que cumplió los tres años.

 

Para la parte de Jake, él tenía problemas comprendiendo el concepto que él no estaba a cargo.

"Se le tiene que ordenar”, dice su madre. "Él no piensa en que necesita pedir permiso". Spence notó una idiosincrasia similar en su nieta. "Hay que halagarla para que haga su tarea," cuenta ella.

Como prueba del talento excepcional de Jan, su abuela toma un ejemplo de su obra de arte, un dibujo en crayón de un arco iris, su familia y pájaros en forma de M volando en el cielo.

“La mayoría de sus cuadros son de arco iris," dice Spence, notando un tema que corre a lo largo de su trabajo.

Ella siente que eso debe tener algo que ver con la habilidad de Jan de ver auras. Ella también señala la planta que Jan dibujó con sandías, peras y otras frutas que creciendo de él.

"Dios le dijo que así era cómo iban a crecer las plantas ".
Jan no está muy de acuerdo. "Yo lo acabo de inventar," dice ella.

Como muchos Índigo, ella es muy tímida acerca de discutir sus habilidades. Una vez ella que ha dibujado durante unos minutos, Jan se siente lo suficientemente cómoda como para hablar. Ella admite que siente que ella es diferente "cuando Satanás intenta entrar en mi cabeza".

 

La mayor parte del tiempo, ella dice que Satanás intenta entrar por la noche. (Los índigo reciben a menudo sus visiones a través de los sueños.) Jan se encoge de hombros cuando se le pregunta qué clase de información recibe, y continúa dibujando. Ella dice que sabe que es un Índigo porque "mi madre me dijo".

Jake averiguó que era un Índigo cuando su madre leyó un libro sobre el tema. El psíquico de su madre, recientemente le dijo que incluso podría tener un grado más alto, algo llamado Niño Cristalino.

"Yo pienso que ella me lo estaba diciendo para que pudiera entenderlo mejor," dice ella.

Lo que él necesita hacer en este mundo, dice, es aprender a ser humano.

"Una vez él pueda conquistar esto, entonces podrá enseñar y sanar, y ésa es la lucha".

La parte más dura sobre criar un Índigo, dice ella, es el no tener la oportunidad de ser padre. Ella empieza a contar una epifanía que tuvo cuando su hijo comprendió que algunos insectos que cogió tenían una madre y un padre.

"Tu dijiste eso”, objeta Jake. "Tu eres el que dijo que tenía una madre y un padre".
" Yo no estaba en su aula, " dice su madre.
"Tu me dijiste".
"Él siempre está hablando sobre Dios”, continúa la madre de Jake.

"Pero no son preguntas - él sabe".

Ella nunca lo había llevado a la iglesia. Es más, él recuerda sus vidas pasadas.

"Él siempre está hablando sobre su otra madre, sus otros padres y hermanos, y dirá cómo murieron”, dice la madre de Jake.

Justamente, el otro día, Jake dijo que no quiso herir sus sentimientos, pero que su otra madre era más bonita.


Jake corre hacia el baño de la escuela y cierra la puerta. "Yo no estoy burlándome de ti," le dice su madre, corriendo tras él. Si ella no habla sobre él, le explica a través de la puerta, usando su voz más consoladora, “no habrá otras personas que entiendan quién eres tu, y quién es Jan, y como es intentar y ayudar".

 

Después de unos pocos momentos, ella dice que Jake probablemente siente que ella ha traicionado su confianza, puesto que no quiere que otras personas sepan sobre sus dones.

"Su maestro no puede enseñarle. Su maestro de idiomas no puede enseñarle. Su terapeuta ocupacional no puede enseñarle".

Jackie Brahm, un "médico intuitivo" local quién aconseja a Índigos, dice no es raro que sus padres no tengan control sobre ellos. Porque ellos son tan avanzados, los niños sienten como si no tienen que obedecer. Según Brahm, esto es porqué muchos Índigo son mal diagnosticados con Déficit de Atención o Déficit de Hiperactividad.

"No saben cómo procesar toda la energía que corre a través de ellos, por lo que se sobrecargan y reaccionan bastante mal."

A través de su práctica, Brahm ha podido afinar sus habilidades para descubrir a estos niños especiales, y dice que ve un número creciente de ellos en lugares públicos. Ella encontró un Índigo de tres años recientemente, en un museo, criticando una de las pinturas en la pared.

 

Cuando la madre le preguntó que cómo ella podía saber, la niña le explicó que ella era una "maestra". Pero cuando la madre le preguntó que si le gustaría retomar la pintura y demostrar algunas de las habilidades que aprendió en una vida pasada, la niña puso sus manos en sus caderas, y dijo, "ya te dije, yo era maestra en eso, no necesito hacerlo de nuevo".

Similarmente, Jan se niega a hacer su tarea porque es aburrido. Ella, a menudo objeta, diciendo,

"Yo ya sé. Tu no tienes que decírmelo".


"Ellos no están de acuerdo con la manera con que la sociedad ejecuta las cosas," explica Brahm. "Ellos piensan que nosotros somos algo tontos, que hemos arruinado las cosas.”

Brahm dice que los problemas de conducta usualmente quedan con los padres. Brahm sugiere que para ayudar se incluya a los niños en los procesos de tomar decisiones, incluso permitirles determinar los castigos que deben recibir por las infracciones.

Kevin Krull, un profesor auxiliar adjunto que ejecuta investigación clínica en déficit cognoscitivos en el Hospital de Niños de Texas, ve un peligro potencial en diagnosticar mal a niños como Índigo. Los jovenzuelos con ADD (Déficit de atención) que no son tratados, dice, pueden experimentar declives en el cociente intelectual (IQ) y rendimiento académico, y tienen una proporción aumentada de uso de drogas.

Aunque Krull admite que ha habido un reciente aumento en los IQ de niños, hay varias explicaciones, como el mayor acceso a computadoras, la manera como se administran las pruebas, y buena nutrición y educación. En general, él no ha notado ninguna tendencia peculiar entre los niños más que una ligera curvatura en sus columnas vertebrales debido al uso aumentado de mochilas.

Krull está de acuerdo que, ensañarles que son capaces y especiales puede ser positivo, mientras que no se les enseñe que son mejores que los demás. Dándole a un niño demasiada deriva o muy poca guía puede causar problemas, porque lo último que se desarrolla en el cerebro es la habilidad del razonamiento abstracto y la habilidad de planificación, explica.

 

Algunas personas no desarrollan totalmente eso hasta la edad de 30 años, dice él.

“Los niños no tienen la habilidad de tener en cuenta todo el conocimiento de la vida.”

Ellos necesitan que los padres los guíen para eso.

Los problemas de conducta a veces se desarrollan en los niños como resultado de las expectativas poco realistas de sus padres. Krull ha visto a muchos padres quejarse que sus niños no están alcanzando su pleno potencial porque se aburren en la escuela.

 

Pero dice que esto es a menudo, porque los niños podrían decidir que no haciendo la tarea es mejor que hacer lo mejor que pueden y consiguiendo sólo notas mediocres. Ellos se vuelven, a menudo, mediocres, rebeldes o internalizan sus frustraciones hasta deprimirse.

"Cada niño es un dotado según sus padres," dice Krull. "Pero, lamentablemente, la mayoría es normal".

 

 


 

 

 

En la escuela de Baytown, Jake sale finalmente del baño y camina hacia la pizarra.

"Yo simplemente no voy a hablar con nadie", dice. " Mi mamá está mintiendo".

La razón por la que él está disgustado, dice, es que su madre rompió su promesa de no contar sus secretos.

¿"Recuerdas que le conté que tenía una novia"? dice él.

Ella le dijo a su mejor amiga, después de prometer que no lo haría.

"Como madre, él es mi más grande maestro", dice la madre de Jake. "Nosotros no lo estamos criando. Él nos está criando".

Si los Índigo más viejos son alguna indicación, el futuro de estos niños está muy en duda. La hija de Spence que era un Índigo tuvo a Jan a la edad de 15 años. Debido a los problemas de su hija con las drogas y el alcohol, Spence tomó la responsabilidad de criar a Jan cuando tenía solo seis semanas de edad.

 

El hijo de Brahm que es uno de los primeros Índigo, estaba a la cabeza de su clase hasta el noveno grado, cuando comenzó a sentir como si él no pudiera continuar funcionando en la sociedad normal. Él dejó de participar en la escuela y empezó a faltar a sus clases, volviéndose eventualmente, inclinado a las drogas y alcohol.

"Él tomó 100 dosis de ácido y abrió el universo entero," explica Brahm.

Ahora él es un mecánico automotriz con una esposa y dos niños Índigos. Aunque trabajar en automóviles no parece ser la carrera que traerá la raza humana al próximo estado de conciencia, Brahm cree ahora que el propósito principal de su hijo simplemente era traer a sus nietos, que son los maestros reales. Ella admite que su hijo y su nuera, fundamentalistas Cristianos, no están de acuerdo con que él sea un Índigo.

Jay Batten es la madre de un gerente de restaurante de 19 años de edad, quien tampoco admitirá ser un Índigo.

“Él es un jugador del fútbol," dice ella, sugiriendo que él podría temer que sea poco varonil admitir su verdadera naturaleza. "Los índigo también son muy susceptibles a tales presiones". "Más que nada, él piensa que yo soy extraña," dice ella.

Ella cree que su hija de 12 años será la maestra real.

Brahm dice que cuando los Índigo se vuelven adolescentes, pierden a menudo muchas de sus habilidades, cuando intentan conformarse. A menos que sean criados correctamente, mucho su conocimiento espiritual se pierde.
 

 

 


 

 


El principal santuario para los Índigo y sus familias es una tienda ecléctica en Galveston llamada el Planeta de Janet, que vende todo, desde libros y mobiliario, hasta gatos y cristales.

 

Batten trabaja en la tienda, y ella y Brahm ofrecen clases de la Nueva Era allí. La propietaria, Janet Dee, ha sido conocida por tener una debilidad por los niños sin hogar, a quienes permite quedarse en la tienda.

 

Casi todos ellos, dice, son Índigo. Un joven Índigo, sin casa ni hogar, William Wolf, tiene mucha "mala energía," dice Dee, y a veces se le tiene que pedir que deje el Planeta. (Ella confirma que está refiriéndose a la tienda.)

 

Wolf le dijo una vez a Dee, que todos "los gatos y judíos" deben morirse.

"Yo tengo gatos, y mi mejor amigo es judío," dice Dee. Ella ha estado haciendo lo mejor para enseñar a Wolf un "camino más alegre.”

"Si aparece algo negativo en la Prensa de Houston, te buscaré personalmente y te golpearé hasta que defeques”, dice Wolf antes de caminar hacia la parte de atrás de la tienda.

"William es un poco intenso," dice Justin English, un joven de 19 años quién frecuenta la tienda.

"Justin es uno de nuestros Índigo," explica Dee.

¿"Que es un Índigo "? pregunta English, aunque parece que le gusta la idea.

Muchos Índigo sin casa ni hogar consumen drogas y roban, explica Dee, porque ellos simplemente no saben adaptarse a los modos extraños y raros de la sociedad.

 

Brahm recuenta el tiempo que ella aconsejó a un pequeño muchacho Índigo que quiso dispararles a las personas porque pensó que nadie podría detenerlo. Brahm le explicó a él que sí, él podría dispararles a las personas, pero que iría a la cárcel.

 

"Ellos no ponen a niños pequeños en la cárcel," dijo el muchacho, pero Brahm le dijo que, "oh, sí, ellos van a la cárcel." Mientras ellos entiendan que hay una consecuencia para todo lo que hacen, explica Brahm, ellos se comportan. Sólo tengan el cuidado de expresarlo como una explicación, no una orden.

No todos los Índigo la pasan tan mal. Rachel Stegall tiene 26 años con licenciatura en biología marina, trabajando en un laboratorio en la Universidad de Texas en la Sección de medicina.

 

Con la ayuda de Brahm, ella descubrió que era uno de los primeros Índigo.

"Yo siempre sentí que era diferente," dice ella. "Siempre me sentía más cómoda en la naturaleza que con personas".

Ella siempre estuvo fascinada por cosas del pasado, particularmente las armas medievales, y anhelaba regresar a la edad media que porque quería "recordar algún lugar que era alegre".

 

También amaba coleccionar cristales, piedras y fósiles, y sin que nadie le dijera, instintivamente supo que si ponía las piedras sobre su gato mientras estaba ronroneando, esas vibraciones sanarían huesos. "Yo siempre supe que tenía conocimiento que no sabia," dice ella. "Estoy empezando a permitirle entrar y llenarme".

Descubriendo que era un Índigo hizo que todo pareciera encajar en su lugar. "Me hace creer más en mí," dice ella. El verano pasado, durante un viaje en barco a la Amazonia, decidió que su propósito era enseñar a las personas como proteger a las ballenas y al bosque tropical.

Si hay un mensaje que ella podría pasarle a otros Índigo, sería que "está bien ser quién eres y hacer lo que tu has venido a hacer. Que tu tienes un propósito".
 

 

 


 

 


Acerca de si una inteligencia alienígena está detrás de estos niños inusuales, todos los involucrados son mucho más modestos.

"Nadie realmente lo sabe," dice Batten. "Ésta es una pregunta muy interesante."


"Yo estoy suponiendo que quizá es alienígena”, dice la madre de Jake.

 

Brahm podría haber mencionado algo sobre su hijo que viene de las Pléyades. "Yo no sé. No entiendo nada de eso".


"No sé de donde vienen las almas. No lo recuerdo," dice Brahm, pero ella dirá que hay "seis lugares en mis genes que técnicamente no son humanos ".

 

¿Habrá alguna oportunidad de echarle un vistazo a algo de ese trabajo de sangre? "No estoy permitiéndoles tomar muestras de sangre nuevamente. No me volveré un objeto de investigación. Trabajé en un hospital. Sé lo que ellos hacen".

¡La introducción al libro de Carroll y Tober Una Celebración Índigo publicada el año pasado, proclama incrédulamente que los lectores de su primer libro, "realmente concluyeron que estábamos promoviendo el hecho que estos nuevos niños en la Tierra eran los alienígenas espaciales”!

 

Un breve vistazo a través de su sitio Web de Niños Índigo, ciertamente muestra cómo las personas pudieron haber llegado a esa conclusión.

Hay un vínculo al sitio hermano, www.kryon.com que da una mejor idea de la clase de seminarios de auto-ayuda que Tober y Carroll están dirigiendo. El sitio contiene transcripciones de mensajes canalizados a través de Carroll de un ser superior llamado Kryon. Carroll está acreditado como uno de los nueve canales en el mundo que están trabajando "al servicio de Kryon".

 

Cada canalización comienza con el saludo "Éste es Kryon del Servicio Magnético," dirigido a sus seguidores quienes él se refiere a como trabajadores de luz. Los mensajes contienen instrucciones para comunicarse con el espíritu, sanando y alcanzando el siguiente" nivel". Carroll también es el autor de varios libros de Kryon, incluyendo No Piense Como un Humano (Don’t Think Like a Human).

Un competente y similar defensor de la idea de niños altamente evolucionados es Richard Boylan, asistente social jubilado e hipnoterapeuta que trabaja con quienes llama Niños Estelares. Él piensa que los defensores de los Índigo están notando el mismo fenómeno pero que lo han llevado demasiado lejos con el material de la Nueva Era.

 

Boylan, en cambio, cree que los padres están siendo abducidos por alienígenas y se les ha manipulado su ADN para crear una descendencia reforzada capaz de telekinesis y ESP. Él ha visto pruebas contundentes, pero como tan a menudo sucede en estos casos, estas han sido bloquedas en algún laboratorio gubernamental secreto. Él no sugiere hacer pruebas de ADN en ningún Niño Estelar, porque cualquier irregularidad es tan sutil que sólo pueden ser reconocidas por un experto. Y como a menudo pasa en estos casos, el experto murió de cáncer. (o fue eso realmente la causa de su muerte?)

Algunos creyentes han integrado las teorías competentes declarando que los Cristalinos, Índigo y Niños Estelares son todas diferentes fases de evolución.

Michael Shermer, editor de revista Skeptic magazine y autor de Por qué la Gente Cree Cosas Raras, dice que los alienígenas se han vuelto la más reciente religión popular, cumpliendo muchas de las mismas necesidades.

 

Las personas se vuelven hacia ideas raras, dice él, porque quieren creer en algo que transciende lo ordinario, les da certeza en un mundo incierto, o les ayudan a tratar con su propia mortalidad.

"Viene con tener una corteza grande," dice Shermer.

Nuestras inteligencias están diseñadas para encontrar patrones, y a veces conectamos puntos que no existen.

Una de las cosas que Spence ha recibido de su creencia en los Índigo podría ser un consuelo. Aunque ella siempre creyó en alguna forma de metafísica, lo que la incitó a buscar a Brahm para una lectura psíquica fue el suicidio de su hermano. Brahm le dio algún alivio, haciendo un "limpieza" de la casa, para que el espíritu de su hermano supiera que estaba bien seguir adelante.

 

Durante su primera reunión, Brahm informó a Spence que su hermano probablemente era un Índigo, que eso era el porque tenía tales problemas tratando con nuestro mundo. Después de escuchar más sobre la hija difícil de Spence, Brahm determinó que Spence y Jan probablemente eran también Índigo.

 

Brahm le dijo a Spence que su nieta habría querido ser criada solamente por ella desde el principio, pero tuvo que "pasar por Mamá" porque Spence ya no podía tener hijos.

Shermer dice que los psíquicos y sanadores pueden alimentar el deseo humano de reconciliarse con un ser amado que ha desencarnado, o puede confortar a alguien diciéndole que el criar a su nieta “debía ser así". De la misma manera, padres que creen que su niño es un Índigo podrían cumplir su deseo de tener niños especiales, dotados.

 

Estos grupos tienden a ser intencionalmente vagos acerca de lo específico, para que los potenciales convertidos puedan encontrar cualquier cosa que les pueda llenar un vacío emocional en sus vidas. Aunque estas ideas pueden proporcionar paz mental, Shermer no está de acuerdo con el argumento de que no son dañinos.

¿”Cual es el daño de consumir drogas para evitar la realidad"? pregunta él.

Al final, siempre es mejor creer en verdades dolorosas que en mentiras cómodas.

Así es que si estos niños no necesariamente son mejores en la escuela, no necesariamente realizan un mejor trabajo o viven una vida más feliz, ¿qué es lo que hay en ellos que los hace "avanzados"? ¿Cuál es la diferencia entre un Índigo y un niño que simplemente no quiere hacer la tarea o seguir direcciones?

"Ellos parecen tener una luz en sus ojos," dice Dee.
"Usted solo lo sabe, " Spence dice.

"Yo veo cómo los niños se dan la vuelta y hacen lo que se les dicen, o aceptan el castigo”, dice la madre de Jake.

"Yo estoy todo el día, mucho tiempo alrededor de otros niños. Ellos son tan normales. Siguen direcciones, ellos se conformarán, harán lo que la sociedad espera - ellos son niños. Ellos hacen, hablan y juegan. Ellos no cuestionan todo, no investigan todo". Ella no sabe cómo decirlo con palabras, "pero es muy fácil una vez que saben reconocerlo. "Tendrían que vivirlo para entenderlo de verdad”.

 

 


 

 

 

Jan todavía está dibujando árboles y soles en la pizarra, y borrándolos en cuanto están terminados. Le preguntan que es lo que le gusta más hacer en la escuela.

“Jugar”, contesta Jan.

“Diles lo que dijiste que extrañas del jardín de infantes”, dice la madre de Jake, queriendo demostrar los notables dones de su niño una última vez.

 

A Jake no le gusta el primer grado, dice, mientras juega con un dinosaurio plástico. ¿Qué no le gusta de él?

 

"Mm, mm, mm," él tartamudea. “Las tareas".

"¿Qué es lo que te gustaba del jardín de infantes?” pregunta de nuevo su madre.

"Mamá, yo era simplemente un niño pequeño”, replica.

Le gustaba todo el tiempo de juegos, dice ella, porque no era estructurado y le daba a la habilidad de aprender a su paso avanzado. Durante la hora de recreo, dice ella, él podía estudiar las cosas que quería, sin ser confinado a las mismas asignaciones repetitivas como los otros niños. Eso lo aburre, explica ella, porque él está hasta ahora más allá de eso.

"Yo no me di cuenta que el primer grado iba a ser así”, dice Jake, mientras mira fijamente con remordimiento hacia abajo, a su Tiranosaurio. "No sabía que nadie consigue entender a los niños".

Ah, la sabiduría de niños. Los adultos siempre pueden aprender algo de ellos. Todo lo que tienen que hacer es escuchar.