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 por Cesar Reyes de Roa 2009 del Sitio Web AntiguosAstronautas 
 
			 
			
			 
 
			De hecho, 
			y no como un dato menor precisamente, los más antiguos registros 
			chinos hacen referencia a innumerables artefactos - dragones, raros 
			pájaros y carros celestiales - que los soberanos divinos conocidos 
			como los “Hijos del Cielo” - que gobernaron durante 18.000 años - 
			utilizaban para volar a su antojo entre las nubes del Imperio. 
 Se dice ahí que una enorme nave resplandeciente aparecía por la noche en el mar y que su luz se apagaba durante el día. 
 
			Y también que tal nave tenía la 
			facultad de volar a la Luna y a las estrellas, de modo que se la 
			conocía como “la nave que cuelga entre las estrellas” o bien “la 
			nave para la Luna”, la cual, según se hubo registrado, fue vista por 
			los habitantes de China ascendiendo y descendiendo por el espacio 
			durante doce años. 
 Un tanto confusas a veces, las referencias a Fu Hsi y su esposa/hermana Nüwa permiten sin embargo hablar de una pareja de soberanos o de dioses creadores. 
 
			En rigor, también se ha escrito que cuando la 
			Tierra fue barrida por un gran diluvio, ambos sobrevivieron y fueron 
			a vivir a la montaña de Kunlun donde oraron al Emperador del Cielo, 
			quien aprobó su unión y a partir de entonces los hermanos se 
			pusieron a procrear la raza humana. 
 
			Idea que ha sido sostenida durante décadas, 
			especialmente por 
			Zecharia Sitchin y Erich von Däniken, a partir de 
			una lectura moderna de algunos pasajes de los milenarios textos 
			sumerios de la creación o bien del Antiguo Testamento, y teniendo en 
			cuenta, además, la existencia de ciertas manifestaciones del arte 
			antiguo que representan muy extraños “árboles de la vida” o 
			serpientes curiosamente entrelazadas entre sí - como en el caduceo, 
			por ejemplo - que recuerdan a primera vista la bien conocida 
			estructura en forma de doble hélice de la molécula del ADN. 
			 
			Izquierda: Árbol de la vida de los sumerios. Centro: Grabado sobre Si bien muchos podrían coincidir de buena gana con la opinión de mi amigo, el Dr. Vladimir V. Rubtsov, cuando dice que el concepto de la creación del homo sapiens y/o la civilización humana por astronautas extraterrestres es, 
 
			Resulta sumamente interesante tener en mente algunas curiosas 
			coincidencias que, bien miradas, podrían llegar al rango de las muy 
			llamativas…especialmente si nos atrevemos a conjeturar que Fu Hsi y Nüwa tuvieron algo que ver con esa supuesta manipulación de genes… 
 
			Pero la sorpresa mayúscula vino mucho después, a partir del 
			conocimiento adquirido sobre la importancia fundamental del ADN en 
			la arquitectura molecular de la vida. 
 Hecho revolucionario que, en los años siguientes, otros experimentos con cepas bacterianas confirmaron sin el menor margen de duda, de modo tal que el ácido nucleico pasó a convertirse en el centro de interés con preguntas del tipo, 
 Las respuestas por fin llegaron en 1953. 
 
			El 
			físico inglés Maurice H.F. Wilkins estudió los ácidos nucleicos 
			mediante la técnica de difracción de rayos X y mostró que su 
			estructura era la de una doble hélice, aportación crucial que fue 
			utilizada por dos científicos de la Universidad de Cambridge, el 
			inglés Francis H.C. Crick y el norteamericano James D. Watson, para 
			proponer un modelo que explicaría definitivamente tanto la 
			codificación como la duplicación (por su labor en este campo, los 
			tres compartieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1962). La molécula de ADN es, en efecto, una delgada hélice doble, semejante a una escalera de caracol, formada por dos cadenas - con el aspecto de hilos retorcidos - que son una sucesión de “unidades” denominadas “nucleótidos” Cada nucleótido se caracteriza por un determinado grupo químico que se llama “base”. 
 Tales bases son en total cuatro, a saber: adenina, guanina, timina y citosina (que comúnmente se representan con las letras A, G, T y C respectivamente), y su secuencia determina la información genética, la cual está “codificada” y debe “leerse” en grupos de tres. 
 De manera que, en el “lenguaje de la vida”, tres de estas bases - lo que se conoce como triplete o codón - “significan” un aminoácido particular, y ningún otro, que se incorporará a la cadena de proteína. 
 Esa información genética, codificada, se transmite a través de un “intermediario”: 
 
			En 
			consecuencia, el código genético consiste en 64 combinaciones de 
			tripletes (codones) y sus aminoácidos respectivos.  
 
			Estos 
			dos principios se distribuyen en pares hasta formar cuatro tipos de 
			diagrama. Luego, estas cuatro estructuras se combinan por tres para 
			formar 64 hexagramas que representan, finalmente, los aspectos 
			fundamentales de la vida. 
 Leemos: 
 En idéntico sentido se pronunció François Jacob (Premio Nobel de Medicina en 1965), aludiendo a la sorpresa de los biólogos del siglo XX, 
 Desde luego, bien podríamos poner en lista a continuación un gran número de trabajos que dejan bien en claro las semejanzas entre los modernos descubrimientos en materia genética y el milenario sistema simbólico chino, pero eso sería como caer en una suerte de repetición innecesaria a los fines aquí perseguidos, esto es, plantear como interrogante, 
 
			 
 
			Nada mal en ningún caso, y mucho menos 
			en éste; ya que si las correlaciones encontradas entre el ADN y el I 
			Ching legado al mundo por Fu Hsi son incontestables, la imagen que 
			de él y su esposa Nüwa ha llegado hasta nosotros es lo 
			suficientemente llamativa como para hacernos meditar acerca de qué 
			cosa puede simbolizar esa especie de doble hélice (muy semejante por 
			cierto a la de la estructura de la molécula de ADN) que uno ve allí 
			mismo donde deberían estar las piernas de la celestial pareja… 
 Intentar explicar una imagen como ésta, que llena nuestros ojos con esa belleza sutil que conduce al llano entendimiento por la vía más directa, sería algo sobreabundante. 
 En todo caso, será usted, amigo lector, el que juzgue apropiadamente si, en definitiva, esas orejas de gato, esos bigotes de gato y esa cola de gato le recuerdan a un gato… 
 Sin embargo, sí, quizá, es oportuno hacer notar que la estructura tridimensional de la doble hélice posee por lo común giro hacia la derecha (ADN dextrógiro), que es la forma más estable que se encuentra en la Naturaleza, ¡lo mismo que en la milenaria imagen china de estos dioses creadores! 
 
			Por último, podríamos agregar, 
			sólo a título informativo, que las pequeñísimas esferas unidas entre 
			sí por esos “enlaces” (pequeñas líneas) que se ven al fondo del 
			dibujo, representan, para algunos, “constelaciones”… lo que viene a 
			resultar, también, de lo más interesante si Fu Hsi y Nüwa fueron 
			acaso 
			antiguos astronautas que vinieron de las estrellas… 
 
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