por Alejandro Muñiz Delgado
17 Junio 2012
del Sitio Web AMunizDelgado

 

 


"Hay países donde tras el paso del FMI

se reduce la esperanza de vida en 6 años

al recortar en sanidad para pagar a los acreedores".

 

 

Imprescindible ver el documental griego "Debtocracy" (Deudocracia) de Katerina Kitidi y Aris Chatzistefanou sobre la deuda y la crisis económica.

 

Es de 2011 y no sé cómo no lo había visto todavía. Repasa cómo Grecia ha ido engordando su deuda hacia delante durante décadas. Allí también se da la simiocracia.

"¿Cómo pagaron las olimpiadas de Atenas?"

Siguiente pregunta, no responden...

 

Mientras en Madrid siguen soñando con el sueño olímpico. Más bien debería ser la pesadilla olímpica.

La crisis griega recuerda los casos de Argentina y Ecuador haciendo frente a las medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En Ecuador llegaron a declarar personas "non gratas" a los auditores y expulsaron a los miembros del FMI. Huyeron en helicóptero, como Artur Mas.

 

En Grecia ha habido 1.800 suicidios en los últimos dos años según declaró el candidato de izquierda a las elecciones de hoy 17 de junio, Syriza, a "En Días Como Hoy" de RNE.

Cuando queda patente la incompetencia de los gobernantes cabe preguntarse a quién pertenece la deuda, ¿al pueblo? Es la deuda ilegítima u odiosa.

 

A lo largo de la historia se han perdonado deudas en muchos países. "Deudocracia" recuerda que Estados Unidos al arrebatar Cuba a España no quiso su deuda. Lo mismo ocurrió en Iraq cuando la invasión de 2003.

Y hoy segunda vuelta en las elecciones griegas. Se pone "emocionante" la historia y más vista desde España, donde nos rescatan y llegan consejos de la tanoréxica Christine Lagarde. Y desde una Europa con una periferia que se tambalea.

Recientemente, los mismos periodistas han estrenado otro documental: "Catastroika", sobre la privatización que sufre un país al ser gestionado por la troika:

  • Comisión Europea

  • Banco Central Europeo

  • Fondo Monetario Internacional

Pero cuando quedan pocas empresas por privatizar, como en España, ¿qué hacemos? ¿Empezar a cobrar el aire que respiramos?

 

Recorren el mundo de la mano de la extrema austeridad y la privatización de los recursos públicos en el documental, la precariedad hace el resto.



 


Salir de La 'Deudocracia' Para Evitar La 'Catastroika'

por Gerardo Pisarello

Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona

01 Junio 2012

del Sitio Web NuevaTribuna


El año pasado, los periodistas griegos Katerina Kitidi y Ari Chatzistefanou lanzaron un sugerente documental sobre la realidad de su país que llevaba por título “Deudocracia”.

 

La categoría pretendía reflejar el nuevo tipo de régimen que la financiación del capitalismo estaba generalizando en Europa: el gobierno de los acreedores. Un puñado de tenedores de deuda capaz de imponer su voluntad a la de millones de personas. El trabajo reunía varias virtudes.

 

De entrada, mostraba cómo el crecimiento desorbitado de la deuda pública en Grecia obedecía, sobre todo, a los subsidios y privilegios fiscales otorgados a una minoría en detrimento de los intereses del grueso de la población.

 

El documental mostraba de manera cruda cómo estas políticas habían contado con el beneplácito de gobiernos colonizados por grandes grupos inversores, como Golmand Sachs. Y cómo estos se habían servido para sus políticas de todo tipo de intermediarios privados y públicos: agencias de rating, bancos centrales, órganos de regulación que no regularon.

Varios meses después, los periodistas griegos lanzan un nuevo trabajo. El título es todavía más inquietante: “Catastroika”.

 

El neologismo juega con dos palabras: catástrofe y troika, en referencia al temible trío integrado por el Fondo Monetario Internacional, la Comisión europea y el Banco Central Europeo. Lo que se intenta transmitir es igualmente claro. Cómo las políticas de ajustes que se imponen a Grecia y a otros países de la periferia europea para satisfacer los intereses especulativos de los grandes acreedores conducen rectamente a la catástrofe social.

 

El documental se centra en las privatizaciones de bienes y servicios públicos. Y explica con gran eficacia cómo forman parte de una estrategia que no es nueva. Que lleva aplicándose con ferocidad desde hace décadas.

 

Para ello se remite al Reino Unido de Thatcher y Blair y a la Rusia de Yeltsin. A California, a París, a Buenos Aires y a La Paz. Al caso de los ferrocarriles, del agua, de la electricidad, de la educación y la sanidad públicas. Desde esa perspectiva, a lo que se asistiría ahora sería a una radicalización de este proceso privatizador iniciado en los años setenta del siglo pasado.

 

Una radicalización que coincide con una acumulación aplastante de poder por parte de una oligarquía especulativa que cuenta con un férreo respaldo institucional y mediático. A más deudocracia, mayor catastroika.

Pero la catastroika no solo supone un asalto a los derechos sociales y a los servicios públicos. Cada vuelta de tuerca en los ajustes sociales entraña una nueva restricción a las libertades civiles, políticas y sindicales que se alzan contra los mismos. El desmantelamiento del Estado social no es solo una cuestión económica.

 

Es una vía vertiginosa a la erosión del principio democrático y del Estado de derecho. Que este proceso pueda conducir a alguna variante de dictadura es todo menos una quimera. Ahí está el ejemplo del Chile de Pinochet.

 

En Estados Unidos y Europa no parece haberse llegado a esos extremos. Pero si se atiende a la creciente criminalización de la protesta, al aliento de la xenofobia, al reforzamiento del Estado de policía y a la militarización, incluso, del espacio público, el horizonte es inquietante.

¿Cómo evitar, en este contexto, que la ya deteriorada democracia no acabe devorada por la insaciable deudocracia? ¿Cómo sortear la pendiente perversa que conduce a la catastroika de la privatización, la precarización laboral y el vaciamiento de las libertades públicas?

 

El documental griego no duda en señalar una prioridad: detener el perverso chantaje que pide más ajustes, más rescates y nuevos recortes.

 

Y para eso propone un camino: remover la opacidad con la que funciona este mecanismo. Dejar claro el origen, la composición y las condiciones de reproducción de la deuda. Deslindar la pública de la privada.

 

Distinguir la deuda de las familias de aquella generada por operaciones financieras (o inmobiliarias, como en el caso español) claramente fraudulentas. Y rechazar aquellos pagos cuya ilegitimidad no pueda probarse.

Si se piensa en la impunidad con que se están tratando fenómenos con fuertes indicios delictivos como el de Bankia, la propuesta puede parecer utópica. Lo cierto, sin embargo, es que ocupó un papel central en países que experimentaron colapsos financieros similares a los de la eurozona como Ecuador o Argentina.

 

En ellos, la sociedad civil, los movimientos sociales, presionaron para que la deuda de sus países - o al menos una parte de ella - fuera considerada “odiosa”.

 

La Unión Europea atenazada por los intereses de la gran banca alemana parece lejos de este escenario. Pero algunas experiencias indican el camino. En Islandia, la población impuso un referéndum para no pagar la deuda generada por unas pocas entidades financieras. Y consiguió sentar en el banquillo a algunos banqueros y políticos.

 

En Grecia, los movimientos sociales y sindicales griegos han impulsado un comité de auditoría de la deuda.

 

ATTAC y otras organizaciones sociales están proponiendo que estos comités se expandan por toda Europa. Rechazar la deuda ilegítima, escalonar el pago del resto y revertir las regresivas políticas fiscales y de privatización hoy en marcha es fundamental para frenar el colapso social que se avecina.

 

Porque lo que está en juego no es sólo la supervivencia de algunos derechos sociales básicos. Es la disputa entre democracia y deutocracia, entre democracia y catastroika.

 

O, como dicen los indignados, entre la libertad real, para todos, o la servidumbre indefinida a manos de un puñado de poderes financieros y económicos y de sus intermediarios políticos.


 

 

 

 

 

 

 
Deudocracia - Leonidas Vatikiotis y la Crisis Griega
por Enric Llopis

Madrid

25 Octubre 2011
del Sitio Web CronicaPopular

"Los griegos han vivido por encima de sus posibilidades; ahora, por tanto, les toca ajustarse el cinturón".

Los economistas neoliberales repiten sin cesar este mantra, pero existen visiones alternativas.

 

Como la de Leonidas Vatikiotis, periodista especializado en política exterior, doctor en economía, asesor del documental Debtocracy (Deudocracia) y uno de los impulsores de la Comisión por la Auditoría de la Deuda Griega.

 

Vatikiotis subraya que la crisis de la deuda helena la han creado las clases dominantes de este país, mientras que la sufren las clases populares, sometidas a draconianos planes de austeridad.

"La crisis de la deuda griega ha sido causada por las clases dominantes" - Leonidas Vatikiotis.

Invitado por el grupo de Deuda Externa de ATTAC, el economista ha detallado en Valencia los factores que explican la crisis del endeudamiento griego.

 

Además de un principio general, la caída de los ingresos de los estados por la crisis, que afecta a la mayoría de los países,

"Se ha hablado muy poco de la afición de los capitalistas griegos a las subvenciones públicas; de hecho, recibieron cuantiosas ayudas del estado para superar la crisis de la década de los 80 y esto, obviamente, genera déficit público y endeudamiento".

Además,

"el fraude fiscal de la clase empresarial es enorme… Todo el mundo sabe en Grecia que la iglesia ortodoxa, los dueños de los bancos y de los barcos no pagan impuestos".

Y ante esta realidad, la Troika (Banco Central Europeo; Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea),

"nos exige únicamente ajustes y privatizaciones".

La respuesta en las plazas griegas se hace oír de manera contundente al grito de,

"No debemos, no pagamos y no vendemos".

Otro capítulo que genera deuda estatal y que suele obviarse es el gasto militar:

"Grecia destina abundantes partidas a Defensa por su participación en alianzas imperialistas como la OTAN; no hay campaña militar, desde Afganistán hasta Libia, en el que el estado griego no se haya implicado", explica el portavoz del Comité por la Auditoría en el país heleno.

El ingreso en el Mercado Común, y después en la Unión Europea, introduce otro elemento de quiebra en la economía griega, a juicio de Vatikiotis, que se traduce - según el periodista - en la pérdida de 100.000 puestos de trabajo sólo en la industria manufacturera.

 

A ello deben agregarse los efectos perversos de la Política Agraria Común (PAC) de la UE y el corsé que supone la moneda única, que priva de la posibilidad de la devaluación para estimular el comercio exterior.

"Los déficit de Grecia, Portugal, Irlanda y España son la otra cara de las plusvalías de los países del centro y norte de Europa", ha rematado el asesor de Debtocracy.

 


Fruto de la corrupción
A partir de estos argumentos,

"¿por qué Grecia no debería pagar su deuda pública?", se ha interrogado Leonidas Vatikiotis en el local de Ca Revolta en Valencia.

Es ésta precisamente la cuestión que ocupa los trabajos de la Comisión por la Auditoría de la Deuda Griega.

 

Primero,

"porque buena parte del endeudamiento es fruto de la corrupción".

Además, desde la década de los 90, los países de la periferia europea - incluido Grecia - pagaron a los denominados mercados cuatro veces más por los préstamos que Alemania o Estados Unidos, por el "riesgo superior" que representaba la adquisición de bonos de países con economías más vulnerables.

"¿Por qué entonces hay que continuar pagando ahora?", se ha preguntado el economista.

El análisis de la deuda irlandesa ofrece, por su paralelismo con la de Grecia, más argumentos para cuestionar los pagos de la deuda.

 

Buena parte de los bonos públicos - según Leonidas Vatikiotis - se hallan en manos de especuladores y fondos de alto riesgo.

"No hay, por tanto, obligación moral alguna de respetar a estos acreedores", agrega. Otra parte significativa de la deuda está en manos de bancos "previamente salvados con dinero del pueblo griego".

Es decir,

"el Estado presta dinero a los bancos para que resuelvan sus apuros, lo que genera endeudamiento público y emisión de bonos, que son adquiridos a su vez por los bancos, a los que se les acaba devolviendo el dinero que antes se les ha prestado".

Un negocio redondo.


El pueblo griego está sufriendo un "genocidio".

Estas dinámicas, ha concluido el asesor económico del documental Debtocracy, han dado lugar en pleno siglo XXI a un auténtico "genocidio" vinculado al pago de la deuda a la banca.

 

Los datos avalan el grueso calibre de la afirmación:

desde el pasado mes de septiembre se han clausurado en Grecia más de mil escuelas (algo que sólo había ocurrido - desde el nacimiento del estado griego en 1824 - durante la ocupación nazi); en los últimos cinco meses se han cerrado 54 hospitales.

"Se está forjando una generación de analfabetos, los jóvenes se ven forzados a emigrar a otros países y muchos trabajadores han dejado de ir a los hospitales por las elevadas tasas que deben abonar", subraya Vatikiotis.

La pomposa Troika, los gobiernos y los medios oficiales ocultan asimismo que, al margen de la implementación de auditorías sobre su legitimidad, Grecia ya ha pagado sus deudas.

 

El economista ha detallado que sólo los intereses abonados en las últimas dos décadas suponen más del 200% de la deuda griega actual (sólo en 2012, el pago de intereses representará el 9% del PIB del país heleno).

 

Más aún, lo cierto es que la deuda griega se ha disparado coincidiendo con los planes de rescate: hace dos años la deuda griega representaba el 115% del PIB, mientras que en 2012 (según las previsiones del FMI) se elevará al 189% del producto interior bruto.

deudocracia00 Tampoco se han respetado las formas.

"El primer préstamo de la Troika no fue votado por el parlamento griego, pese a que para estos casos la Constitución exige una aprobación en el congreso por mayoría cualificada".

Ni, por supuesto, el fondo, que ha dado lugar a un escenario trágico, más allá del reflejado en Debtocracy, y fuente de materiales para un segundo documental en el que Leonidas Vatikiotis ya colabora: Katastroika.

En este contexto, en el que incluso a los países de la periferia europea se les denomina pigs (cerdos), el periodista y economista aboga por no perder la perspectiva:

"en los dos últimos años los trabajadores alemanes y franceses han sufrido las mismas medidas de austeridad que los de la periferia de Europa".

En Grecia puede apreciarse cómo se han unido las élites económicas.

 

Desde la banca, hasta los especuladores o la gran industria, todos han coincidido en que la única salida para la economía griega consiste en la intervención exterior y los planes de ajuste. Por razones obvias.

 

En los tres países en los que se han aplicado estrategias de rescate, se ha producido - según Eurostar - una reducción en los costes de la mano de obra, explica Vatikiotis. Al final casi siempre emerge una antigua cuestión: la lucha de clases.

 

El economista, sin embargo, no ha evitado concluir con una invitación a la esperanza:

"El momento más oscuro es siempre antes del amanecer".

 

 

 

 

 


Video "Deudocracia"
Debtocracy - 2011 - Versión con subtítulos integrados en español

por

May 25, 2011

del Sitio Web YouTube

 

 

 






 

 









Video "CATASTROIKA"

Subtítulos en español
por infowar 
10 Mayo 2012

del Sitio Web DailyMotion

Los creadores de "Debtocracy", un documental visto por dos millones de personas y transmitido desde Japón hasta América Latina, analizan la privatización de los activos del estado.


Viajan por el mundo recogiendo información sobre la privatización en países desarrollados y buscando las claves al día siguiente después del programa de privatización masiva en Grecia.