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			por Kerry Bolton 
			14 Agosto 2015 
			
			del Sitio Web
			
			Editorial-Streicher 
			
			
			
			Versión original en ingles 
			 
  
			
				
					
						
							
							 
							En 
							foreignpolicyjournal.com el doctor Kerry R. Bolton 
							publicó en Agosto de 2015 el siguiente ensayo que 
							ofrecemos en castellano. 
							  
							
							Es algo 
							engañoso su título (Spiritual Roots of Russo-American 
							Conflict) por referirse fundamentalmente al carácter 
							íntimo de la cultura de Rusia, como lo describió el 
							filósofo alemán Spengler y diversos literatos rusos, 
							y su lucha contra la occidentalización general que 
							pretendió imponer el Emperador Pedro el Grande 
							(1682-1725). 
							  
							
							También, a 
							pesar suyo quizá, el bolchevismo, lucha que según el 
							autor ha sido permanente hasta el día de hoy, a 
							pesar de cualquier apariencia cultural exterior, por 
							tratarse de un pueblo en esencia joven, en 
							contraposición al ya 'antiguo Occidente'. 
						 
					 
				 
			 
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			 
			
			Raíces Espirituales 
			...del Conflicto 
			Ruso-Estadounidense 
			 
  
			
			  
			
			La rivalidad entre Estados Unidos y 
			Rusia es algo más que geopolítica o económica.  
			
			  
			
			Dicha rivalidad es un reflejo de 
			visiones del mundo antitéticas de carácter espiritual.  
			
			  
			
			El filósofo-historiador conservador 
			alemán Oswald Spengler, que escribió sobre la morfología de 
			las culturas como poseedoras de ciclos de vida orgánicos, en su 
			libro que marcó época La Decadencia de Occidente tuvo mucho 
			que decir acerca de Rusia que es muy fácilmente malinterpretado como 
			de naturaleza rusofóbica.  
			
			  
			
			Pero ése no es el caso, y Spengler 
			escribió acerca de Rusia en términos similares a los de los 
			"eslavófilos".  
			
				
					- 
					
					Spengler  
					- 
					
					Dostoyevski  
					- 
					
					Berdiaev   
					- 
					
					Solzhenistyn,  
				 
			 
			
			...tienen mucho de relevante que decir 
			en el análisis del conflicto entre Estados Unidos y Rusia.  
			
			  
			
			El considerar sus diferencias como 
			fundamentalmente "espirituales" explica por qué este conflicto 
			continuará y por qué el optimismo entre los círculos políticos 
			occidentales ante la perspectiva de una Rusia dócil y completamente 
			integrada en la "comunidad internacional" fue tan efímero. 
			 
			Acerca del carácter religioso de esta confrontación, un analista 
			estadounidense, Paul Coyer, ha escrito: 
			
				
				"En medio de la confrontación 
				geopolítica entre la Rusia de Vladimir Putin y Estados Unidos y 
				sus aliados, se ha prestado poca atención al papel desempeñado 
				por la religión, ya sea como modeladora de la política interna 
				de Rusia o como un medio para comprender las acciones 
				internacionales de Putin.  
				  
				
				Al papel de la religión se ha 
				tendido durante mucho tiempo a concederle poca atención en el 
				estudio del arte de gobernar (aunque aquello ha venido 
				experimentando un cierto renacimiento últimamente), pero en 
				ninguna parte ella ha jugado un rol más prominente - y quizás en 
				ninguna parte su importancia ha sido menos reconocida - que en 
				su papel de apoyo al Estado ruso y al actual lugar de Rusia en 
				los asuntos mundiales". (1) 
			 
			
			 
			 
			 
			El "Alma" de 
			Rusia 
			 
			Spengler consideraba a los rusos como habiendo sido formados por la 
			inmensidad de la tierra llana, innatamente antagonistas de la 
			Máquina, enraizados en la tierra, irreprimiblemente campesinos, 
			religiosos y "primitivos".  
			
			  
			
			Sin una amplia comprensión de la 
			filosofía de Spengler, parecería que él era un eslavófobo.  
			
			  
			
			Sin embargo, cuando Spengler escribió 
			acerca de esas características rusas, él se estaba refiriendo a los 
			rusos como un pueblo todavía joven, en contraste con el senil 
			Occidente.  
			
			  
			
			De ahí que el ruso "primitivo" no sea 
			sinónimo del "primitivismo" como se entendía popularmente en ese 
			entonces en relación con los pueblos tribales "primitivos". Ni 
			tampoco debería confundirse con la percepción hitleriana del "eslavo 
			primitivo" incapaz de construir su propio Estado. 
			 
			Para Spengler, el "campesino primitivo" es la fuente desde la que un 
			pueblo extrae sus elementos más sanos durante sus épocas de vigor 
			cultural.  
			
			  
			
			La agricultura es el fundamento de una 
			Alta Cultura, que permite que las comunidades estables diversifiquen 
			el trabajo hacia la especialización desde la cual la civilización 
			avanza. 
			 
			Sin embargo, según Spengler, cada pueblo tiene su propia alma, una 
			concepción derivada del idealismo alemán de Herder, Fichte 
			y otros. Una Alta Cultura refleja aquella alma, ya sea en sus 
			matemáticas, su música o su arquitectura, tanto en las artes como en 
			las ciencias físicas.  
			
			  
			
			El alma rusa no es la misma que la 
			faústica occidental, como Spengler la llamó, ni la "mágica" de la 
			civilización árabe, o la clásica de los griegos y los romanos. La 
			cultura occidental que fue impuesta a Rusia por Pedro el Grande, que 
			Spengler llamó Petrinismo, es un barniz. 
			 
			Spengler declaró que el alma rusa es "la llanura sin límite". 
			(2)  
			
			  
			
			El alma rusa expresa su propio tipo de 
			infinito, aunque no el del alma fáustica occidental, que llega a ser 
			esclavizada por sus propias técnicas al final de su ciclo de vida.
			(3)  
			
			  
			
			(Aunque se podría argumentar que el 
			sovietismo esclavizó al hombre a la máquina, un spengleriano citaría 
			eso como un ejemplo de petrinismo).  
			
			  
			
			Sin embargo, las civilizaciones siguen 
			el curso de su vida, y uno no puede ver las descripciones de 
			Spengler como juicios morales sino como observaciones. 
			 
			El final de la civilización occidental, según Spengler, no puede ser 
			el crear posteriores grandes formas de arte y de música, que 
			pertenecen a la época de juventud o "primavera" de una civilización, 
			sino dominar el mundo bajo un sistema tecnocrático-militar antes de 
			declinar hacia el olvido, al igual que civilizaciones mundiales 
			anteriores.  
			
			  
			
			Si bien Spengler veía así el 
			cumplimiento de la Civilización Occidental, la forma que ella ha 
			asumido desde la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de Estados 
			Unidos es muy diferente de la que podría haber asumido bajo el 
			imperialismo europeo. 
			 
			Es después de este declive occidental - que ahora significa
			
			el declive estadounidense - que 
			Spengler hizo alusión a la siguiente civilización mundial como rusa. 
			 
			De acuerdo a Spengler, la arquitectura Ortodoxa rusa no representa 
			la infinitud hacia el espacio que es simbolizado por la torre de la 
			catedral gótica de la alta cultura occidental, ni el espacio cerrado 
			de la mezquita de la cultura mágica, (4) sino la 
			impresión de estar sentado sobre un horizonte.  
			
			  
			
			Spengler consideraba que esa 
			arquitectura rusa es, 
			
				
				"no todavía un estilo, sólo la 
				promesa de un estilo que despertará cuando despierte la 
				verdadera religión rusa". (5)  
			 
			
			Spengler escribía acerca de la cultura 
			rusa como un extraño, y por su propio reconocimiento debió haber 
			comprendido las limitaciones de aquello. Es por lo tanto útil 
			comparar sus pensamientos acerca de Rusia con los de importantes 
			rusos. 
			 
			Nikolai Berdiaev, en La Idea Rusa, reafirma lo que 
			describe Spengler: 
			
				
				"Existe en el alma rusa aquello que 
				corresponde a la inmensidad, la vaguedad, la infinitud de la 
				tierra rusa; la geografía espiritual se corresponde con la 
				geografía física.  
				  
				
				En el alma de Rusia hay una especie 
				de inmensidad, una indefinición, una predilección por el 
				infinito, tal como es sugerido por la gran planicie de Rusia".
				(6) 
			 
			
			Las conexiones entre la familia, la 
			nación, el nacimiento, la unidad y la madre patria se reflejan en el 
			idioma ruso: 
			
				
					- 
					
					род (rod) = familia, género, 
					especie, clase  
					- 
					
					родина (ródina) = patria, madre 
					patria  
					- 
					
					родители (roditeli) = padres 
					 
					- 
					
					родить (rodít') = dar a luz 
					 
					- 
					
					роднить (rodnít') = unir, reunir 
					 
					- 
					
					родовой (rodovói) = ancestral, 
					tribal  
					- 
					
					родство (rodstvó) = parentesco 
					 
				 
			 
			
			El liberalismo occidental, el 
			racionalismo, e incluso los mayores esfuerzos del materialismo 
			dialéctico bolchevique, hasta ahora no han sido capaces de destruir 
			permanentemente, sino a lo sumo reprimir, estas concepciones - 
			conscientes o inconscientes - de lo que es ser "ruso".  
			
			  
			
			Spengler, como se verá, ya durante el 
			período inicial del bolchevismo ruso predijo que incluso aquello 
			tomaría una forma diferente, incluso antitética, de marxismo hacia 
			un significado petrino implícito.  
			
			  
			
			Pronto la URSS estaba de nuevo rindiendo 
			homenaje a la Santa Madre Rusia más bien que al proletariado 
			internacional, para gran lamento de Trotsky. 
			 
  
			
			  
			
			 
			"Socialismo 
			Ruso", No Marxismo 
			 
			En el alma rusa falta el ego/vanidad del hombre de la cultura 
			occidental. 
			
			  
			
			La persona busca el crecimiento 
			impersonal al servicio del, 
			
				
				"mundo hermano de la llanura".
				 
			 
			
			El cristianismo Ortodoxo condena 
			el "Yo" como "pecado". (7) 
			 
			El concepto ruso de "nosotros" más bien que de "yo", y del servicio 
			impersonal para la expansión de la propia tierra, implica otra forma 
			de socialismo que la del marxismo.  
			
			  
			
			Es quizá en este sentido que el 
			estalinismo procedió de acuerdo a orientaciones a menudo antitéticas 
			al bolchevismo previsto por Trotsky y otros. (8) 
			
			 
			Un reciente comentario de una visitante estadounidense en Rusia, 
			Barbara J. Brothers, como parte de una delegación científica, 
			afirma algo similar a la observación de Spengler: 
			
				
				"Los rusos tienen un sentido de 
				conexión con sí mismos y con los demás seres humanos que 
				simplemente no forma parte de la realidad estadounidense. 
				 
				  
				
				No es que la competitividad no 
				exista, sino que siempre parece haber más consideración y 
				respeto por los demás en cualquier situación dada". (9) 
			 
			
			Acerca del ethos tradicional ruso, 
			intrínsecamente antitético al individualismo occidental, incluyendo 
			el de las relaciones de propiedad, Berdiaev escribió: 
			
				
				"De todos los pueblos del mundo, los 
				rusos tienen el espíritu comunitario; en el más alto grado, el 
				modo de vivir ruso y las costumbres rusas son de esa clase.
				 
				  
				
				La hospitalidad rusa es un 
				indicativo de este sentido de comunidad". (10) 
			 
			
			 
			 
			 
			Taras Bulba 
			 
			La literatura nacional rusa a partir de la década de 1840 comenzó a 
			expresar conscientemente el alma rusa.  
			
			  
			
			En primer lugar, la obra
			
			Taras Bulba de Nikolai 
			Vasilievich Gogol, la cual, junto con la poesía de Pushkin, 
			fundó una tradición literaria rusa, es decir, verdaderamente rusa y 
			distinta de la literatura previa, basada en la alemana, francesa e 
			inglesa.  
			
			  
			
			John Cournos afirma esto en su 
			introducción a Taras Bulba: 
			
				
				"La palabra hablada, nacida del 
				pueblo, dio alma y alas a la literatura; sólo al venir a la 
				tierra, la tierra nativa, se le permitió elevarse.  
				  
				
				Viniendo de la pequeña Rusia, 
				Ucrania, con sangre cosaca en sus venas, Gogol inyectó su propio 
				virus saludable en un cuerpo decadente, insufló su propio 
				espíritu viril, el espíritu de su raza, en su nariz, y dio a la 
				novela rusa su dirección hasta este mismo día. 
				 
				"Taras Bulba es un cuento acerca de la formación del pueblo 
				cosaco. En esa formación del pueblo el enemigo exterior juega un 
				papel crucial. El ruso ha sido formado en gran medida como 
				resultado de batallar durante siglos con tártaros, musulmanes y 
				mongoles". (11) 
			 
			
			La sociedad y nacionalidad de ellos 
			fueron definidas por la religiosidad, tal como lo fueron las de 
			Occidente por el cristianismo gótico durante su época de 
			"primavera", en términos spenglerianos.  
			
			  
			
			El recién llegado a la Setch o 
			aldea permanente, era recibido por el Jefe como cristiano y como 
			guerrero:  
			
				
				"¡Bienvenido! ¿Cree usted en 
				Cristo?".  
				
				"Sí", respondía el recién llegado.
				 
				  
				
				"¿Y cree usted en la Santísima 
				Trinidad?".  
				
				"Sí".  
				  
				
				"¿Y va usted a la iglesia?". 
				 
				
				"Sí".  
				  
				
				"Ahora haga la señal de la cruz". 
				
				Gogol, Ibid., III 
			 
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			Gogol describe el desprecio con que 
			es considerado el comercio, y cuando el comercio ha entrado 
			entre los rusos, en lugar de quedar confinado a los no-rusos 
			asociados con el comercio, es considerado como un síntoma de 
			decadencia: 
			
				
				"Sé que la bajeza ha entrado en 
				nuestra tierra.  
				  
				
				Los hombres se preocupan sólo de 
				tener sus gavillas de grano y de heno y sus rebaños de caballos, 
				y de que su hidromiel esté segura en sus bodegas; ellos adoptan 
				el diablo sabe qué costumbres musulmanas.  
				  
				
				Ellos hablan despectivamente con sus 
				lenguas. No les interesa comunicar sus verdaderos pensamientos a 
				los suyos. Ellos venden sus propias cosas a sus propios 
				compañeros, como criaturas sin alma en el mercado...  
				  
				
				¡Que sepan lo que significa la 
				hermandad en la tierra rusa!" 
				
				(Ibid.) 
			 
			
			Aquí podemos ver un socialismo ruso que 
			está muy lejos de ser el materialismo dialéctico ofrecido por 
			Marx, el místico sentimiento del "nosotros" forjado por la 
			inmensidad de las llanuras y el imperativo de la hermandad por 
			encima de la economía, impuesto por ese paisaje.  
			
			  
			
			El sentimiento de misión en el mundo que 
			tiene Rusia tiene su propia forma de mesianismo, ya sea expresado a 
			través del cristianismo Ortodoxo o en la forma no-marxista de 
			"revolución mundial" bajo Stalin, o una combinación de ambos, como 
			lo sugiere el posterior entendimiento mutuo entre el estalinismo y 
			la Iglesia desde 1943 con la creación del Consejo para Asuntos de 
			la Iglesia Ortodoxa Rusa. (12) 
			
			  
			
			En ambos sentidos, e incluso en las 
			formas embrionarias que están teniendo lugar bajo Putin, Rusia está 
			consciente de una misión mundial, expresada hoy como el papel de 
			Rusia en la creación de un mundo multipolar, con Rusia como 
			fundamental en la resistencia al unipolarismo. 
			 
			El comercio es un asunto de extranjeros, y las intrusiones traen con 
			ellas la corrupción del alma rusa y de la cultura en general, en el 
			discurso, en la interacción social, en el servilismo, socavando la 
			"hermandad" rusa, el sentimiento ruso del "nosotros" que Spengler 
			describió. (13) 
			 
			La hermandad de los cosacos es interpretada por Gogol como el 
			proceso formativo en el desarrollo del pueblo ruso. Ese proceso no 
			es biológico sino del espíritu, que trasciende incluso los lazos 
			familiares.  
			
			  
			
			Spengler trató el asunto de la raza como 
			algo del alma más bien que de la zoología. (14)
			 
			
			  
			
			Para Spengler, el paisaje era crucial 
			para determinar lo que llega a convertirse en "raza", y la duración 
			de las familias agrupadas en un paisaje determinado - incluyendo a 
			los nómadas que tienen un ámbito definido en su deambular - forma 
			"un carácter de duración" que era la definición de Spengler de 
			"raza". (15) 
			 
			Gogol describe ese proceso de formación de la "raza" entre los 
			rusos.  
			
			  
			
			Muy lejos de ser un agresivo 
			nacionalismo racial, es una expansiva hermandad mística bajo Dios: 
			
				
				"El padre ama a sus hijos, la madre 
				ama a sus hijos, los niños aman a su padre y a su madre; pero 
				esto no es como eso, hermanos. La bestia salvaje también ama a 
				sus crías.  
				  
				
				Pero un hombre puede estar 
				emparentado por similitud de mente y no tan sólo por la sangre. 
				Ha habido hermandades en otras tierras, pero nunca como en 
				nuestra tierra rusa". 
				
				(Gogol, 
				op. 
				cit., IX) 
			 
			
			El alma rusa ha nacido del sufrimiento.
			 
			
			  
			
			El ruso acepta el destino de la vida en 
			el servicio a Dios y a su Madre Patria. Rusia y la fe son 
			inseparables.  
			
			  
			
			Cuando el anciano guerrero Bovdug es 
			mortalmente herido por una bala turca, sus palabras finales son 
			exhortaciones acerca de la nobleza del sufrimiento, después de lo 
			cual su espíritu se eleva para reunirse con sus antepasados. (Ibid) 
			
			  
			
			La mística de la muerte y el sufrimiento 
			por la Madre Patria se describe en la muerte de Taras Bulba cuando 
			él es capturado y ejecutado, siendo sus últimas palabras unas de 
			resurrección: 
			
				
				"Esperen; ¡vendrá un tiempo en que 
				sabrán lo que es la fe ortodoxa rusa! Ya el pueblo lo percibe 
				por todas partes. Un zar surgirá de la tierra rusa, ¡y no habrá 
				poder en el mundo que no se someta a él!". 
				
				(Ibid., XII) 
			 
			
			  
			
			 
			 
			Petrinismo 
			 
			Durante siglos ha existido una dicotomía, comenzando con 
			
			Pedro el Grande, de intentos de 
			imponer un barniz occidental sobre Rusia. Eso es llamado 
			Petrinismo.  
			
			  
			
			La resistencia ante aquellos intentos es 
			lo que Spengler llamó la "Antigua Rusia". (16)
			 
			
			  
			
			Berdiaev escribió:  
			
				
				"Rusia es una sección completa del 
				mundo, un colosal Oriente-Occidente. Ella une dos mundos, y 
				dentro del alma rusa dos principios están siempre involucrados 
				en una lucha: el oriental y el occidental". (17) 
			 
			
			Con la orientación de la política rusa 
			hacia Occidente, la, 
			
				
				"Antigua Rusia" se vio "forzada a 
				una historia falsa y artificial". (18) 
			 
			
			Spengler escribió que Rusia había 
			llegado a ser dominada por la cultura occidental tardía: 
			
				
				"Artes y ciencias de una cultura 
				tardía, su ilustración, su ética social, el materialismo de las 
				ciudades del mundo, fueron introducidos, aunque en esa época pre-cultural 
				la religión era el único idioma en el cual el hombre se entendía 
				a sí mismo y al mundo". (19) 
				 
				"La primera condición para la emancipación del alma rusa", 
				escribió a Dostoyevski en 1863 Ivan Sergyeyevich Aksakov, 
				fundador del grupo anti-petrinista 'Slavophil', "es que debería 
				odiar Petersburgo con todas sus fuerzas y con toda su alma".
				 
			 
			
			La ciudad de Moscú es santa, la de 
			Petersburgo es satánica.  
			
			  
			
			Una generalizada leyenda popular 
			presenta a Pedro el Grande como el Anticristo. 
			 
			El odio a "Occidente" y a "Europa" es el odio hacia 
			una civilización que ya había alcanzado un avanzado estado de 
			descomposición en el materialismo y que había procurado imponer su 
			primacía por medio de la subversión cultural más que por el combate, 
			con su perspectiva basada en la ciudad y en el dinero,  
			
				
				"envenenando la cultura por nacer en 
				el vientre de la tierra". (20)  
			 
			
			Rusia era todavía una tierra donde no 
			había burguesía y ningún verdadero sistema de clases, sino sólo el 
			señor y el campesino, una visión confirmada por Berdiaev, cuando 
			escribió:  
			
				
				"Las diversas líneas de demarcación 
				social no existían en Rusia; no había clases fuertemente 
				marcadas. Rusia nunca fue un país aristocrático en el sentido 
				occidental, e igualmente no había burguesía". (21) 
			 
			
			Las ciudades que surgieron produjeron 
			una clase intelectual, copiando a la intelectualidad del Occidente 
			tardío,  
			
				
				"inclinada a descubrir problemas y 
				conflictos y, abajo, un campesinado desarraigado, con toda la 
				ansiedad metafísica, la ansiedad y la miseria de su propio 
				Dostoyevski, perpetuamente nostálgico de la tierra ilimitada y 
				odiando amargamente el pétreo mundo gris hacia el cual el 
				Anticristo los había tentado.  
				  
				
				Moscú no tenía alma propia". 
				(22)  
			 
			
			Berdiaev, del mismo modo, afirma del 
			Petrinismo de la clase alta que, 
			
				
				"la historia rusa fue una lucha 
				entre Oriente y Occidente dentro del alma rusa". (23) 
			 
			
			 
			 
			 
			Katéjon
			* 
			
			  
			
			* N. del T.: gr. 
			Katéchon = aquello que refrena, impide, se opone, obstaculiza, 
			detiene, retiene o contiene (2ª Tesalonicenses 2:6-7). 
  
			
			 
			Berdiaev afirma que si bien el Petrinismo introdujo una época 
			de dinamismo cultural, también puso una pesada carga sobre Rusia, y 
			una desunión de espíritu (Ibid.).  
			
			  
			
			Sin embargo, Rusia tiene su propio 
			sentido religioso de misión, que es tan universal como el del 
			Vaticano.  
			
			  
			
			Spengler cita a Dostoyevski, 
			quien en 1878 escribió:  
			
				
				"Todos los hombres deben llegar a 
				convertirse en rusos, primero y ante todo rusos. Si la Humanidad 
				general es el ideal ruso, entonces cada uno, antes que nada, 
				debe llegar a ser un ruso". (24) 
			 
			
			La idea mesiánica rusa encontró una 
			poderosa expresión en Los Endemoniados de Dostoyevski, donde, 
			en una conversación con Stavrogin, Shatov afirma: 
			
				
				"¿Reducir a Dios al atributo 
				de la nacionalidad?... Por el contrario, yo elevo la nación 
				hacia Dios...  
				  
				
				El pueblo es el cuerpo de Dios. 
				Cada nación es una nación sólo en tanto tenga su propio dios 
				particular, excluyendo todos los otros dioses de la Tierra sin 
				ninguna reconciliación posible, mientras crea que por su propio 
				dios va a conquistar y expulsar a todos los demás dioses de la 
				faz de la Tierra...  
				  
				
				La única nación "portadora de 
				Dios" es la nación rusa...". (25) 
			 
			
			Esto es Rusia como el Katéjon, 
			como la "nación" cuya misión histórica mundial es resistir al hijo 
			de la perdición, un Anticristo literal, según el Apocalipsis de 
			Juan, o como el lugar de nacimiento de un gran Zar que cumple el 
			papel tradicional de nexo entre lo terrestre y lo divino, alrededor 
			del cual Rusia está unida en esa misión.  
			
			  
			
			Esa misión como el Katéjon define 
			a Rusia como algo más que simplemente un etno-Estado-nación, como 
			Dostoievski lo expresó (Ibid.).  
			
			  
			
			Incluso la URSS, supuestamente purgada 
			de todas esas nociones, simplemente las re-expresó con la retórica 
			marxista, la cual era no menos apocalíptica y mesiánica, y que veía 
			al "decadente Occidente" en términos análogos a como ciertos 
			elementos del Islam consideran a Estados Unidos como el "Gran Satán" 
			(Gran Enemigo). 
			 
			No es sorprendente que los expertos de la academia, la política y 
			los medios de comunicación occidentales, secularizados y liberales, 
			no pudieran entender, y en realidad se sintieran indignados, cuando 
			Solzhenitsyn se mostró tan desagradecido cuando en su exilio 
			occidental él condenó inequívocamente el liberalismo y el 
			materialismo de un "Occidente decadente".  
			
			  
			
			Una figura que durante tanto tiempo fue 
			considerada por el liberalismo occidental como un mártir resultó ser 
			un ruso tradicional y no alguien que estaba dispuesto a rehacerse a 
			sí mismo a la imagen de un liberal occidental para conseguir 
			aplausos continuos.  
			
			  
			
			Él atacó las modernas concepciones de 
			Occidente de "derechos", "libertad", "felicidad", "riqueza", la
			
			irresponsabilidad de la "prensa libre"
			y el "estupor televisivo", y se refirió a la "decadencia 
			occidental" con coraje.  
			
			  
			
			Él enfatizó que se trataba de un asunto 
			espiritual: 
			
				
				"Pero si se me preguntara, en 
				cambio, si yo propondría a Occidente, tal como es hoy día, como 
				modelo para mi país, yo francamente tendría que responder en 
				forma negativa.  
				  
				
				No, no podría recomendar vuestra 
				sociedad como un ideal para la transformación de la nuestra.
				 
				  
				
				A través de un sufrimiento profundo, 
				la gente en nuestro país ha logrado ahora un desarrollo 
				espiritual de tal intensidad que el sistema occidental, en su 
				actual estado de agotamiento espiritual, ya no parece atractivo. 
				  
				
				Incluso aquellas características de 
				vuestra vida que acabo de enumerar son extremadamente 
				entristecedoras". (26) 
			 
			
			Todos éstos son asuntos que han sido 
			abordados por Spengler, y por los rusos tradicionales, sea que se 
			llamen a sí mismos zaristas cristianos Ortodoxos, o incluso 
			"bolcheviques" o seguidores de Putin. 
			 
			La tesis de Spengler de que la civilización occidental está en 
			decadencia es análoga a las evaluaciones más místicas de Occidente 
			por parte de los Eslavófilos, llegando ambos a similares 
			conclusiones.  
			
			  
			
			Solzhenitsyn pertenecía a aquella 
			tradición, y Putin está influido por ella en su condena del 
			liberalismo occidental.  
			
			  
			
			Putin recientemente señaló las 
			diferencias entre Occidente y Rusia como "morales" y religiosas en 
			su raíz: 
			
				
				"Otro serio desafío a la identidad 
				de Rusia está vinculado a los acontecimientos que están teniendo 
				lugar en el mundo.  
				  
				
				Aquí hay aspectos tanto de política 
				exterior como morales. Podemos ver cómo muchos de los países 
				euro-atlánticos están rechazando actualmente sus raíces, 
				incluyendo los valores cristianos que constituyen la base de la 
				civilización occidental.  
				  
				
				Ellos están negando los principios 
				morales y todas las identidades tradicionales: nacionales, 
				culturales, religiosas e incluso sexuales". (27) 
			 
			
			Spengler veía a Rusia como fuera de 
			Europa, y aún como "asiática".  
			
			  
			
			Él incluso vio un renacimiento 
			occidental como una oposición contra Rusia, a la cual él consideraba 
			como liderando el "mundo de color" contra los Blancos, bajo el manto 
			del bolchevismo. Sin embargo, también había otros destinos que 
			Spengler veía en el horizonte, que habían sido predichos por 
			Dostoyevski. 
			 
			Una vez que Rusia hubiera superado sus intromisiones foráneas, 
			podría mirar al mundo con otra perspectiva, y reconsiderar a Europa 
			no con odio y venganza sino con una afinidad de intereses.  
			
			  
			
			Spengler escribió que mientras Tolstoi, 
			el Petrinista, cuya doctrina fue la precursora del 
			bolchevismo, era, 
			
				
				"la antigua Rusia", Dostoyevski era 
				"la Rusia que vendrá".  
			 
			
			Dostoyevski, como el 
			representante de la "Rusia que vendrá", "no conoce" el odio de Rusia 
			contra Occidente. Dostoyevski y la antigua Rusia son trascendentes.
			 
			
				
				"Su apasionado poder de vivir es lo 
				suficientemente abarcador como para abrazar todas las cosas 
				occidentales también".  
			 
			
			Spengler cita a Dostoyevski:  
			
				
				"Tengo dos patrias:
				
				Rusia y Europa".  
			 
			
			Dostoyevski, como el precursor de una 
			alta cultura rusa,  
			
				
				"ha pasado más allá tanto del 
				Petrinismo como de la revolución, y desde su futuro él 
				contempla a ambos como desde lejos. Su alma es apocalíptica, 
				anhelante, desesperada, pero de ese futuro él tiene la certeza".
				(28) 
			 
			
			Para el "eslavófilo", Europa es 
			preciosa.  
			
			  
			
			El eslavófilo aprecia la riqueza de la 
			alta cultura europea, a la vez que comprende que Europa está en un 
			estado de decadencia.  
			
			  
			
			Podríamos recordar que mientras Estados 
			Unidos - a través de la fachada de la CIA que es el Congreso por la 
			Libertad Cultural - promovía el expresionismo abstracto y el jazz en 
			Europa (tal como ahora promueve el hip-hop, lo cual el Departamento 
			de Estado estadounidense llama la "diplomacia del hip-hop"), la URSS 
			condenó eso como "cosmopolitismo desarraigado".  
			
			  
			
			Nikolai Berdiaev 
			habló de lo que él juzgaba como una inconsistencia en Dostoyevski y 
			en los eslavófilos hacia Europa, y que era sin embargo comprensible 
			cuando consideramos la diferenciación fundamental de Spengler entre 
			Cultura y Civilización: 
			
				
				"Dostoievski se llama a sí mismo un
				eslavófilo.  
				  
				
				Él pensó, como lo hizo también un 
				gran número de pensadores sobre el tema de Rusia y Europa, que 
				él sabía que la decadencia se estaba estableciendo, pero que un 
				gran pasado existía en ella, y que ella ha hecho contribuciones 
				de gran valor para la historia de la Humanidad". (29) 
			 
			
			Es notable que mientras esta 
			diferenciación entre Kultur y Zivilisation es 
			atribuida a una particular tradición filosófica alemana, Berdiaev 
			comenta que ella estuvo presente entre los rusos "mucho antes de 
			Spengler": 
			
				
				Debe señalarse que mucho antes de 
				Spengler los rusos formularon la distinción entre "cultura" y 
				"civilización", que ellos atacaron a la "civilización" aun 
				cuando siguieron siendo partidarios de la "cultura".  
				  
				
				Esta distinción, en realidad, aunque 
				expresada en una fraseología diferente, se encontraba entre los 
				eslavófilos. 
				
				(Ibid) 
			 
			
			Dostoyevski era indiferente al Occidente 
			tardío, mientras que Tolstoi era un producto de ello, siendo el 
			Rousseau ruso. Imbuidos con ideas del Occidente tardío, los 
			marxistas intentaron reemplazar una clase dominante petrina 
			con otra.  
			
			  
			
			Ninguna representaba el alma de Rusia.
			 
			
			  
			
			Spengler declaró:  
			
				
				"El verdadero ruso es el discípulo 
				de Dostoyevski, incluso aunque pueda no haberlo leído, y quizá 
				por no saber leer. Él mismo es Dostoyevski en su esencia".
				 
			 
			
			La intelectualidad odia, pero el 
			campesino no.  
			
			  
			
			Él finalmente derrocaría al bolchevismo 
			y a cualquier otra forma de Petrinismo.  
			
			  
			
			Aquí vemos a Spengler declarando 
			inequívocamente que la civilización post-occidental será rusa: 
			
				
				"Pues lo que este pueblo sin 
				ciudades anhela es su forma propia de vida, su propia religión, 
				su propia historia. El cristianismo de Tolstoi fue un 
				malentendido.  
				  
				
				Él hablaba de Cristo, pero 
				quería decir Marx. Pero al cristianismo de Dostoyevski le 
				pertenecerán los próximos mil años". (30) 
			 
			
			Para la verdadera Rusia, como lo declaró 
			Dostoyevski,  
			
				
				"ni una sola nación ha sido fundada 
				alguna vez sobre los principios de la ciencia o de la razón". 
				(31) 
			 
			
			Hacia la época en que había sido 
			publicado el libro final de Spengler, Los Años Decisivos, en 
			1934, él declaraba que Rusia había superado el Petrinismo y las 
			trampas del Occidente tardío.  
			
			  
			
			A la vez que él denominaba como 
			"asiática" a la nueva orientación de Rusia, dijo que era, 
			
				
				"una Idea nueva, y una idea con 
				futuro también". (32)  
			 
			
			Para aclarar, Rusia mira hacia el 
			"Oriente", pero mientras que el occidental da por hecho que "Asia" y 
			Oriente son sinónimo de "mongol", la etimología de la palabra "Asia" 
			viene del griego Aσία, c. 440 a.C., refiriéndose a todas las 
			regiones al Este de Grecia (Ibid., p. 61). 
			 
			Durante su época Spengler vio en Rusia que, 
			
				
				"La raza, la lengua, las costumbres 
				populares y la religión, en sus formas actuales... todas o 
				alguna de ellas pueden y serán fundamentalmente transformadas.
				 
				  
				
				Lo que vemos hoy entonces es 
				simplemente el nuevo tipo de vida que una vasta tierra ha 
				concebido y que actualmente dará a luz. No es definible con 
				palabras, ni quien la porta es consciente de ella.  
				  
				
				Aquellos que intentan definir, 
				establecer e instituir un programa, están confundiendo la vida 
				con una frase, como lo hace el bolchevismo reinante, que no es 
				suficientemente consciente de su propio origen europeo 
				occidental, racionalista y cosmopolita". 
				
				(Ibid.) 
			 
			
			De la Rusia de 1934 Spengler ya había 
			visto que, 
			
				
				"de genuino marxismo hay muy poco, 
				excepto en nombres y programas".  
			 
			
			Él dudaba de que el programa comunista 
			estuviera "realmente siendo tomado en serio".  
			
			  
			
			Él vio la posibilidad de que los 
			vestigios del bolchevismo petrino fueran superados, para ser 
			reemplazados por un tipo "nacionalista" oriental que alcanzaría, 
			
				
				"proporciones gigantescas 
				incontroladas" (Ibid., p. 63).  
			 
			
			Spengler también se refirió a Rusia como 
			el país, 
			
				
				"menos preocupado por el 
				bolchevismo" (Ibid., p. 182), y que la "cara marxista (era la) 
				presentada sólo al mundo exterior" (Ibid., p. 212).  
			 
			
			Una década después de la muerte de 
			Spengler la dirección de Rusia bajo Stalin había perseguido 
			definiciones más claras, y el bolchevismo petrino había sido 
			transformado en la forma en que Spengler previó. (33) 
			 
			 
			 
			 
			Conclusión 
			 
			Como en el tiempo de Spengler, y siglos antes, continúan existiendo 
			dos tendencias en Rusia: 
			
				
				la Antigua Rusia y la petrina.
				 
			 
			
			Ni uno ni otro espíritu es actualmente 
			dominante, aunque bajo Putin la Antigua Rusia lucha 
			por resurgir.  
			
			  
			
			Los círculos políticos estadounidenses 
			ven a esta Rusia como una amenaza, y gastan mucho en promover un 
			"cambio de régimen" a través de la 
			
			National Endowment for Democracy 
			y muchas otras instituciones. 
			
			  
			
			Esas actividades provocaron 
			recientemente la reacción del gobierno de Putin contra tales 
			Organizaciones No Gubernamentales. (34) 
			 
			Spengler, en una conferencia publicada en la Convención de 
			Negocios Renana-Westfaliana en 1922, se refirió al, 
			
				
				"impulso antiguo, instintivo, poco 
				claro, inconsciente y subliminal que está presente en cada ruso, 
				sin importa cuán completamente occidentalizada pueda estar su 
				vida consciente, un anhelo místico por el Sur, por 
				Constantinopla y Jerusalén, un genuino espíritu de cruzada, 
				similar al espíritu que nuestros antepasados góticos tenían en 
				su sangre pero que difícilmente podemos apreciar hoy". 
				(35) 
			 
			
			El bolchevismo destruyó una forma de 
			Petrinismo con otra, despejando el camino, 
			
				
				"para una nueva cultura que surgirá 
				algún día entre Europa y Asia Oriental. Es más un comienzo que 
				un final".  
			 
			
			El campesinado, 
			
				
				"algún día llegará a ser consciente 
				de su propia voluntad, que apunta en una dirección totalmente 
				diferente (...) El campesinado es el verdadero pueblo ruso del 
				futuro. No permitirá ser pervertido o sofocado". 
				
				(Ibid.) 
			 
			
			El archi-conservador anti-marxista 
			Spengler, en consonancia con la tradición alemana de la 
			Realpolitik, consideró en su discurso de 1922 la posibilidad de 
			una alianza ruso-alemana, siendo el
			
			Tratado de Rapallo un reflejo de 
			esa tradición.  
			
				
				"Un nuevo tipo de líder" despertaría 
				en la adversidad, para "nuevas cruzadas y conquistas 
				legendarias".  
			 
			
			El resto del mundo, lleno de anhelo 
			religioso, pero declinando en una tierra infértil, está, 
			
				
				"desgarrado y lo suficientemente 
				cansado como para posibilitar que de pronto asuma un nuevo 
				carácter bajo las circunstancias adecuadas".  
			 
			
			Spengler sugirió que, 
			
				
				"quizás el propio bolchevismo 
				cambiará de esta manera bajo nuevos líderes".  
				  
				
				"Pero la Rusia silenciosa y 
				profunda" dirigiría su atención hacia el Asia Cercana y la 
				Oriental, como un pueblo de "grandes extensiones continentales". 
				
				(Ibid.) 
			 
			
			Si bien Spengler postuló los ciclos 
			orgánicos de una Alta Cultura yendo a través de las fases vitales de 
			nacimiento, vigor juvenil, madurez, vejez y muerte, debería tenerse 
			en cuenta que un ciclo de vida puede ser interrumpido, abortado, 
			asesinado o golpeado por la enfermedad en cualquier momento, y 
			finalizar sin cumplirse.  
			
			  
			
			Cada fase tiene su analogía en la 
			política, y hay muchos rusófobos ansiosos por impedir el destino de 
			Rusia mediante el contagio político, económico y cultural.  
			
			  
			
			El bloque soviético cayó por medio de un 
			contagio interno y externo. 
			 
			Spengler previó nuevas posibilidades para Rusia, la que todavía 
			tiene que cumplir su misión histórica, mesiánica y de alcance 
			mundial, una misión tradicional de la que Putin parece estar 
			consciente, o al menos dispuesto a desempeñar su parte.  
			
			  
			
			Coyer afirma convincentemente:  
			
				
				"El conflicto entre Rusia y 
				Occidente, por lo tanto, es retratado tanto por la Iglesia 
				Ortodoxa rusa como por Vladimir Putin y sus colaboradores como 
				nada menos que un conflicto espiritual y civilizacional". 
				
				(Coyer, op. cit.) 
			 
			
			El fortalecimiento de la Ortodoxia es 
			parte de este proceso, como lo es el estilo de liderazgo de Putin, a 
			diferencia de un Yeltsin, por ejemplo.  
			
			  
			
			Comoquiera que Rusia sea considerada 
			exteriormente, ya sea como monárquica, bolchevique o democrática, 
			existe una Rusia interna - eterna - cuyo carácter embrionario la 
			coloca en un rumbo antitético al de Estados Unidos. 
			
			  
			
			  
			
			  
			
			  
			
			References 
			
				
				(1) Paul Coyer, (Un)Holy 
				Alliance: Vladimir Putin, The Russian Orthodox Church And 
				Russian Exceptionalism, Forbes, May 21, 2015, 
				 
				[2) Oswald Spengler, The Decline of the West, Londres, 1971, 
				vol. I, p. 201. 
				[3) Ibid., vol. II, 502. 
				[4) Ibid., vol. I, pp. 183-216. 
				[5) Ibid., p. 201 
				[6) Nikolai Berdiaev, The Russian Idea, Nueva York, 1948, p. 1. 
				[7) Oswald Spengler, op. cit., vol. I, p. 309. 
				[8) Leon Trotsky, The Revolution Betrayed: What Is the Soviet 
				Union and Where Is It Going?, 1936. 
				
				(9) Barbara J. Brothers,
				
				From Russia, With Soul, 
				Psychology Today, 1º de Enero de 1993,  
				
				(10) Berdiaev, op. cit., pp. 97-98. 
				[11) H. Cournos, "Introducción" 
				a N. V. Gogol, Taras Bulba & Other Tales, 1842, 
				 
				[12) T. A. Chumachenko, Church and State in Soviet Russia, Nueva 
				York, 2002. 
				[13) Spengler, op. cit., I, p. 309. 
				
				(14) Ibid., vol. II, pp. 113-155. 
				[15) Ibid., vol. II, p. 113 
				[16) Spengler, op. cit., vol. II, p. 192. 
				[17) Berdiaev, op. cit., p. 1 
				[18) Spengler, op. cit., vol. II, p. 193. 
				
				(19) Ibid., vol. II, p. 193. 
				[20) Spengler, op. cit., vol. II, p. 194. 
				[21) Berdiaev, op. cit., p. 1. 
				
				(22) Spengler, op. cit., vol. II, p. 
				194. 
				[23) Berdiaev, op. cit., p. 15. 
				
				(24) Spengler, The Hour of Decision, 
				Nueva York, 1963, 63n. 
				[25) Fyodor Dostoevski, The Possessed, Oxford University Press, 
				1992, Part II: I: 7, pp. 265-266. 
				[26) Alexander Solzhenitsyn, A World Split Apart, discurso de 
				apertura pronunciado en la Universidad de Harvard University, 8 
				de Junio de 1978. 
				[27) V. Putin, discurso en el Valdai Club, 19 de Septiembre de 
				2013. 
				
				(28) Spengler, op. cit., vol. II, p. 
				194. 
				[29) Berdiaev, op. cit., p. 70 
				[30) Spengler, The Decline of the West, vol. II, p. 196. 
				[31) Dostoyevski, op. cit., II: I: VII. 
				
				(32) Spengler, The Hour of Decision, 
				Nueva York, 1963, p. 60 
				
				(33) D. Brandenberger, National 
				Bolshevism: Stalinist Culture and the Formation of Modern 
				Russian National Identity 1931-1956, Harvard University Press, 
				Massachusetts, 2002. 
				[34) The Telegraph,
				
				Vladimir Putin Firma Nueva Ley contra 
				"ONGs Indeseables", 24 de Mayo de 2015,   
				[35) Spengler, "The Two Faces of Russia and Germany’s Eastern 
				Problems", Politische Schriften, Múnich, 14 de Febrero de 1922. 
			 
			
			  
			
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