por Alexa Erickson
25 Febrero 2016 
del Sitio Web 
Collective-Evolution

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

 

 

 

 

La historia ha demostrado hacer algunos increíbles descubrimientos que han labrado su camino a las enseñanzas que nosotros, como sociedad, se nos enseña a absorber como instrucciones verdaderas y que debemos creer, memorizar y analizar.

 

La anatomía humana no es una excepción.

 

Ya sabemos que el cerebro es un órgano complejo, por lo que no debería ser una sorpresa para nosotros que la investigación científica siga revelando nueva información sobre el mismo, y que las viejas ideas que pensábamos que eran verdad a menudo deben ser rechazadas.

 

El Proyecto Genoma Humano es una prueba de que hemos sido capaces de encontrar la verdad detrás de las complejidades que conforman el cuerpo humano.

 

El proyecto, cuyo esfuerzo fue secuenciar todo nuestro código genético, nos abrió los ojos, ya que falló, mostrándonos que nuestra individualidad, nuestra salud y nuestra enfermedad no pudieron ser definidas en los 25,000 códigos de genes.

 

Fue un despertar que nos llevó a profundizar en cómo nuestro medio ambiente, estilo de vida, la mente y el cuerpo no son marionetas de nuestros genes.

 

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¿Pero que?

"Nos engañamos a nosotros mismos pensando que el genoma iba a ser un modelo transparente, pero no lo es", indicó Mel Greavesbiólogo celular en el Instituto de Investigación del Cáncer.

También pensamos que los productos químicos sólo podían hacer daño en grandes dosis, sin embargo, los reportes de toxicología siguen desentrañando esta idea, ya que la investigación muestra cómo las diferentes dosis - grandes y pequeñas - pueden en gran medida causar estragos en nuestra salud.

 

¿Y los gérmenes...?

 

Se nos ha informado que la exposición a ellos da lugar a infecciones, sin embargo, esta teoría ha sido refutada, gracias a la creciente evidencia sobre el papel del microbioma.

 

En cuanto a la anatomía básica, eso tampoco necesariamente lo tenemos resuelto: Entrar en el sistema linfático del cerebro.

 

En el reporte "Características estructurales y funcionales de los vasos del sistema linfático del sistema Nervioso Central - Structural and Functional Features of Central Nervous System Lymphatic Vessels," Antoine Loveau y un equipo de investigadores explican que el cerebro, de hecho, tiene un sistema linfático:

"A pesar de que ahora se acepta que el sistema nervioso central (SNC) es sometido a una constante vigilancia inmunológica que tiene lugar dentro del compartimiento de las meninges, los mecanismos que regulan la entrada y salida de las células inmunes del sistema nervioso central siguen siendo poco conocidos."

El reporte señala esencialmente que, contrariamente a nuestro punto de vista de que el cerebro es "privilegiado", simplemente no está basado en la realidad de que el cerebro está conectado al sistema inmunológico:

En la búsqueda de las pasarelas de entrada y salida de las células T de las meninges, descubrimos vasos linfáticos funcionales revistiendo los senos durales.

 

Estas estructuras expresan todas las características moleculares de las células endoteliales linfáticas, son capaces de llevar a las células inmunes tanto el líquido y las células inmunes desde el líquido cefalorraquídeo, y están conectadas a los profundos ganglios linfáticos cervicales.

 

La ubicación única de estos vasos puede haber impedido su descubrimiento hasta la fecha, contribuyendo al concepto de larga data de la ausencia de vasos linfáticos en el sistema nervioso central.

Estos hallazgos sirven como un paso en la necesaria reevaluación de lo que creemos que es verdad acerca de la anatomía básica de la Neuroinmunología .

 

Y además, debería permitirnos derribar nuestras paredes de cómo percibimos la causa de tanta enfermedad neuroinflamatoria y las enfermedades neurodegenerativas, y de cómo están vinculadas a la disfunción del sistema inmunológico.